TWO HEARTS IN A FISHBOWL
DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.
...
Capítulo 17. El lazo del Atlante.
—Siempre supe que era una reprimida, incluso lo dije ¿Recuerdas?
—Sí y realmente tenías razón Sasuke-kun.
El par de novios de la cabaña "Dorado" que oficialmente dejaba de ser el peor lugar para vivir en "Atlantis", al menos por un par de horas mientras limpiaban, observaron asombrados la obra que Hinata e Ino habían hecho sobre la habitación de Naruto.
Esa mañana, cuando al salir de su cuarto se dieron cuenta de que todos estaban reunidos afuera de "Betta", se encontraron con la interesante estampa de la cabaña completamente cubierta por huevos.
Desde el techo, las paredes, el porche y las escaleras.
No habían dejado ni un solo espacio sin marcar con el alimento, lo que demostraba que más que una travesura, esa obra era un acto de venganza.
Una interesante manera de dejar un último recuerdo memorable antes de que se acabaran las vacaciones, dado que al día siguiente concluía su estadía en el lugar.
Nadie dijo nada a los coordinadores cuando estos reunieron a todos para averiguar quién lo había hecho y porqué. Ni siquiera el joven de cabello rubio, quien estaba consciente de los motivos por los que su cuarto había sido vandalizado pero que permanecía fiel a los principios del atlante sobre cuidar a sus compañeros, sobre todo tratándose de una chica, asi que al final los habían dejado ir con la promesa de que el culpable no quedaría impune.
Sasuke y Sakura fueron puestos al tanto sobre lo que había pasado por Temari, quien les contó a detalle que, luego de mucho meditarlo, Hinata se había atrevido a confesar sus sentimientos por Naruto, quien la rechazó con gentileza y con un buen motivo de por medio: no la veía como algo más que una amiga.
Así que furiosa, dolida e influenciada por una aún más enojada Ino, por la noche, cual ninjas, habían tapizado cada centímetro de la cabaña con todos los huevos disponibles de la cocina.
Al par de novios les pareció que había sido una reacción demasiado extrema para algo como un rechazo, sobre todo tomando en cuenta que el Uzumaki había sido respetuoso y agradecido por los sentimientos de la Hyugga, pero no sintieron nada más allá de pena por sí mismos, dado que todas esas cartas que fueron obligados a entregar no sirvieron de nada.
Qué remedio.
Algunos simplemente no pueden estar con quienes quieren u obtener lo que desean, pero eso es parte de la adolescencia.
Justo como lo que ellos hicieron para ocuparse en su última tarde libre en el campamento: tener una cita/picnic.
Instalaron su manta y la poca comida que pudieron reservar para ellos de la cocina, ya que debido a la travesura de Ino y Hinata la pobre Chiyo había tenido que hacer malabares con el desayuno, y se dispusieron a pasar ahí todo el tiempo que quisieran.
Solo que, al cabo de unas horas, luego de comer y conversar un rato, las cosas inevitablemente se pusieron calientes.
Gracias al cielo Sasuke se había preparado con condones antes de salir y eligieron situar su día de campo escondidos entre los altos árboles del terreno que delimitaba "Atlantis" y "Raíz".
—¡Ahh! ¡No pares, por favor! — la joven pidió mientras era penetrada por detrás con alevosía y crudeza.
Prácticamente estaban copulando con ropa, pues Sasuke apenas se había bajado un poco el pantalón junto con los boxers y la falda de Sakura estaba arrugada sobre su espalda baja, dejando al descubierto la pálida extensión de su trasero para que su novio la hiciera suya a placer.
Esa mañana el Uchiha había bromeado sobre que no le serviría de mucho llevar ropa interior a su cita y, aunque no creyó que realmente fuera a hacerle caso, se puso contento y excitado al instante en que la besó y metió la mano bajo su falda, llevándose la grata sorpresa de que no tenía puesto nada debajo.
La última semana habían estado copulando como desesperados y totalmente entregados a compartir el disfrute de sus cuerpos el poco tiempo que les quedaba juntos.
Ya fuera por la mañana, antes de dormir, por la madrugada o en las tardes, incluso llegando a hacerlo dos veces el mismo día en más de una ocasión.
Su libido no les permitía quitarse las manos de encima el uno al otro y, justo como estaban haciendo en ese momento, hasta el más casual toqueteo terminaba en una ardiente sesión de sexo.
Incluso Kiba, a quien habían tenido que pedirle que consiguiera por medio de su tío una nueva caja de preservativos cuando las dos que tenían se terminaron, hizo uno que otro comentario juguetón acerca de lo difícil que debía ser para Sasuke mantenérsela guardada cuando tenía una novia como Sakura a su disposición.
Lo que provocó que el Uchiha tuviera que aguantarse las ganas de golpearlo al menos hasta el momento de entregarle su encargo, pues una vez que lo tuvo en sus manos, le dio una patada muy cerca de la entrepierna advirtiéndole que no volviera a decir nada sobre la pelirrosa nunca más.
Volviendo al presente, con el fin de su estadía en "Atlantis" a la vuelta de la esquina, ambos chicos habían sido mucho más apasionados cuando cogían de lo que habían sido antes.
Siendo Sakura quien más había expandido sus límites y percepciones en cuanto a lo sexual, con el fin de disfrutar con su novio lo más que se pudiera.
—¡Ahhh mierda! ¡Eres una diosa Sakura!
Como por ejemplo permitirse experimentar lo que era el sexo anal.
Algo de lo que estaba muy feliz por atreverse a disfrutar dado lo increíblemente placentero que era para ambos.
Sasuke chocaba su pelvis detrás de ella con ímpetu, deseoso de escucharla exclamar su tercer orgasmo de ese día y así poder obtener el reconocimiento de haberla hecho venirse oral, vaginal y analmente en la misma sesión de sexo.
—¡Sasukeee! — la joven alargó la última nota del nombre de su novio al tiempo que se corría.
Satisfecho por obtener lo deseado, Sasuke salió de ella, sentándose al pie de un árbol que tenía cerca e indicándole a la joven que se sentara sobre él.
Más desinhibida que nunca, Sakura obedeció al instante, tomando el pene de su novio para deslizarlo de regreso dentro de ella y posteriormente comenzando a moverse sobre él.
Primero lenta y sensualmente, al tiempo que lo besaba con profundidad y le acariciaba el abdomen metiendo las manos bajo su camisa, para luego aumentar el ritmo con el que saltaba sobre su miembro hasta producir la erótica melodía acuosa de sus cuerpos chocando y que se combinaba con los jadeos y gemidos que salían de ambos.
—¡Me encantas! ¡No sabes cuanto! — Sasuke gruñó al oído de su novia mientras le apretaba el trasero con las manos y la ayudaba a saltar sobre él.
—¡Tú más a mí! ¡Siento que...! — la joven no podía hilar palabras, el placer de su cavidad rectal siendo penetrada una y otra vez por su grueso miembro le quitaba hasta la respiración.
—¿Qué...? ¿Que vas a correrte... de esa manera? — a su pregunta ella asintió con dificultad, pero totalmente convencida de que así sería, así que, emocionado por su anuncio, Sasuke salió de ella y la volteó para que le diera la espalda, recostándola sobre su pecho mientras continuaba penetrándola y a su vez comenzaba a darle atención con sus manos, acariciando su clítoris y al mismo tiempo metiendo sus dedos en su vagina.
—¡Ahhh! ¡Sasuke! ¡No te detengas, por favor! — ella pidió al tiempo que lo miraba suplicante, y con los ojos lagrimeantes, lo que quería decir que pronto explotaría en su tan ansiado cuarto orgasmo.
—Hazlo Sakura quiero verte llegar — le ordenó al oído mientras redoblaba sus esfuerzos en sus tres puntos de placer.
La respuesta fue inmediata, ella tembló y se arqueó hacia arriba, con sus rosados picos apuntando al cielo igual que el delicioso gemido que salió de su boca cuando los chorros transparentes salieron disparados de su vagina, cayendo y mojando el césped frente a ellos.
Sasuke sonrió perversamente mientras le frotaba con rapidez el clítoris hasta que terminó de correrse.
Estaba fascinado con la cantidad de fluido que era capaz de dejar salir de esa manera cuando él trabajaba en llevarla a la cima.
Como solo él podía hacer.
La imagen de la pelirrosa corriéndose a chorros lo ha dejado tan afectado que, segundos después de ella, él se corrió también dentro del condón con tanta fuerza que le mordió el hombro a su novia para contener el grito animal que amenazó con salir de su boca.
Una vez que ambos obtuvieron su satisfacción, la pelirrosa fue quien se recuperó primero y se levantó para limpiarse. Mientras que Sasuke deslizó la funda de látex de su miembro y procedió a hacer lo mismo que su novia.
Después, completamente complacidos y vestidos, el par de chicos se recostaron para ver el cielo, a minutos de que este se volviera anaranjado y tuvieran que regresar al campamento.
—Odio no poder darte lo que quieres — Sasuke expresó en un momento dado, luego de largos minutos en silencio solo disfrutando la compañía del otro.
—¿A qué te refieres? — ella ladeó la cara para verlo con evidente confusión.
—A correrme dentro de ti sin ninguna restricción — Sasuke también la miró con una mueca de pesar —. Cumpliendo la fantasía erótica que le contaste a todos que tenías.
—Oh... eso — ella no pudo evitar sonrojarse, aunque luego, recordando el consejo de TenTen sobre lo importante de hacer promesas a futuro como modo de mantener a flote una relación a distancia, la chica le ofreció una esperanza para un día llevarlo a cabo —. Tal vez... Cuando regrese a casa, haga una cita de control natal para poder tener luz verde en ese aspecto.
—¿Lo dices en serio? — Sasuke se incorporó sobre un codo con los ojos muy abiertos, ilusionado por la idea.
—Sí, ya había pensado hacerlo antes por cuestiones de seguridad, pero... Supongo que podemos sacarle todo el provecho posible.
—Eres maravillosa en serio, te amo — él le sonrió para después besarla, detenidos cuando una duda lo asaltó de repente —. ¿Y yo puedo ir contigo, verdad?
—Si puedes hacerlo, de lo contrario no hay ningún... — fue interrumpida por un nuevo beso.
—Ya te dije que cada vez que me necesites iré a por ti sin importar la distancia — él recordó la promesa que le había hecho desde el fondo de su corazón y comprometido a cumplirla.
Sakura simplemente asintió contenta, dejándose besar de nueva cuenta, al tiempo que envolvía sus brazos alrededor del cuello de su novio y sus lenguas se acariciaban una a la otra, aumentando poco a poco en deseo.
Normalmente ese era el preámbulo para una nueva sesión de sexo, sin embargo, en esa ocasión la llegada del discreto y un poco tímido Shino al lugar los detuvo de volver a ir por ese camino.
—Disculpen... — el joven llamó su atención a varios metros de distancia, provocando que Sasuke y Sakura se separaran de inmediato —. Ya estamos arreglando todo para la fogata y Kakashi sospechara si no los ve cerca, así que...
—Muchas gracias Shino, en un momento bajamos — la chica respondió comenzando a guardar todas las cosas del picnic, al tiempo que su novio se acomodaba la nueva erección en su ropa interior para que no se notara tanto.
Su gran condición sexual era tanto una bendición como una maldición.
Shino tuvo la consideración de esperarlos para que al volver no se vieran tan sospechosos apareciendo únicamente los dos y los llevó hasta su cuarto sin hacer comentarios o preguntas sobre lo que habían estado haciendo.
Su característica discreción fue decisiva para que ambos novios a la hora de votar por él como "el mejor compañero" en las elecciones que tuvieron lugar el día anterior, para que fuera reconocido en la ceremonia de premiación que se celebraría esa noche.
Los chicos agradecieron el gesto profundamente y luego entraron a su cuarto para prepararse e ir a ducharse antes de la fogata.
Porque por más sexy que ella le pareciera a Sasuke después de hacer el amor, todo en los que Sakura podía pensar cuando terminaban de hacerlo era en darse un baño.
La fogata resultó ser un evento que se dividió en partes y que Kurenai arregló para que tuviera temática de aquelarre, entregándoles capas oscuras a todos y manteniendo un fuego más alto y vibrante de lo normal, contrastando con la oscuridad a su alrededor.
Lo que a nadie le pareció especialmente extraño o incomodo, más allá de Naruto, a quien las cosas de ese estilo lo asustaban, o Chouji, cuya religión le tenía muy marcado que eso era herejía.
Comenzaron por la premiación de las diferentes categorías para las que hubo elecciones democráticas el día anterior y cada que un ganador era anunciado pasaba al frente y le era regalada una pequeña medalla.
—El premio al campista más habilidoso es... TenTen — la coordinadora anunció, siendo seguida por una ronda de aplausos mientras la susodicha pasaba por su premio.
Sakura sacó las manos de entre su larga capa, la cual le quedaba un poco grande, para fotografiar a su amiga y luego tomar una selfie de ella y Sasuke.
A pesar de lo tedioso que podía escucharse el tener que esperar a que se terminaran de entregar las 25 medallas, bajo el mismo proceso repetitivo, lo cierto es que se la estaban pasando bien.
A todos se les había entregado una copa de plástico negra llena de sangría sin alcohol y cada que alguien era anunciado como ganador tenían que hacer un brindis y tomar un trago.
Era una fiesta temática bastante organizada y divertida, aunque había que destacar que las escasas veces que Naruto pasó a recibir un premio, no recibió ningún gesto por parte de Hinata e Ino más allá de una mirada rencorosa.
—"El campista más apuesto" es para... Sasuke — en cuanto escuchó el nombre de su novio, la pelirrosa saltó en vítores y aplausos siendo acompañada solo por las chicas, ya que los hombres se encontraban bastante indignados por no haber sido elegidos.
—¡No es justo! ¡El que este garabateado como baño público no lo hace el más sexy! — Kiba exclamó con la intención de armar un motín —. Demandamos transparencia en este proceso electoral.
—¿Para que veas que todas las chicas lo eligieron a él mientras que todos ustedes votaron por sí mismos? — Asuma lo cuestionó, bajándole los ánimos de pelear y no dejándoles opción a todos los hombres más que brindar, mientras el Uchiha les sonreía burlonamente.
Ese no fue el único premio que el joven pelinegro ganó pues además obtuvo otras dos condecoraciones: "el chef del año" y "el más resistente al estrés". Mientras que Sakura fue premiada como "la mariposa social" y "la más bonita", ese último sorprendentemente otorgado por todos de forma unánime.
Una vez que la premiación llegó a su fin, dieron inicio a la quema de cartas.
El día anterior, como parte de la preparación para su despedida del campamento, además de hacer las votaciones también se les pidió que escribieran dos cartas para sí mismos, una exponiendo las cosas que habían aprendido en su estadía en "Atlantis" y que se llevaba a modo de recuerdo y aprendizaje y otra contando que cosas deseaban dejar atrás para renacer en nuevas y mejores personas una vez que se fueran.
La primera sería intercambiada con un compañero al azar, mientras que la otra sería quemada en la hoguera.
Sasuke había deseado con toda su alma tener en su poder la que su novia tanto esmero puso en escribir, pero, para su mala suerte, aunque no podían decir quien les había tocado, la pelirrosa le mostró discretamente que su sobre tenía escrito el nombre de Chouji, mientras que el de él rezaba: "Naruto".
Antes de que Kurenai les diera permiso de tirar su segunda carta al fuego les dio la oportunidad de leerla en voz alta, si acaso alguien quería hacerlo.
Sakura le había dejado a su novio leerla antes de guardarla y sellarla y por su contenido, el Uchiha estaba convencido de que no sería ella quien compartiera con los demás sus profundos sentimientos y vivencias del pasado, aunque aun así tomó su mano por debajo de la capa en un gesto de apoyo y protección.
Sorprendentemente fue Sai quien quiso compartir lo que había escrito.
—Yo... Ammm, escribí esto pensando en algo que me había pasado en la escuela a finales del verano. En casa no soy una persona con muchos amigos, no porque no haya personas en mi salón de clase que quieran estar conmigo, sino porque yo mismo me he aislado por una razón que no comprendí hasta que llegue acá — el joven estaba tímido y mientras leía les daba breves miradas a sus compañeros para captar sus reacciones —. Me inscribí a este lugar después de escuchar como todos mis compañeros organizaban fiestas y salidas a las que yo no estaba invitado ni tampoco quería ir, porque quería tener una excusa para justificar que yo no estaría presente en esas cosas. Luego me arrepentí porque sentí que estaba condenándome a mí mismo a estar solo con mis acciones.
Sai hizo una pequeña pausa sin despegar la mirada de la hoja de papel, una que todos supieron respetar en silencio, al tiempo que lo miraban reflexivos por lo que estaba contando. Sobre todo, Sakura, quien tenía la mirada fija en él con un notable sentimiento extraño a través de su expresión y se aferraba con más fuerza a la mano de su novio.
—Pero ahora me doy cuenta que mi forma de ver el mundo se debía a que no conocía otra cosa. Aquí en "Atlantis" he encontrado personas increíbles, vivido experiencias y obtenido muchos recuerdos valiosos por los que ahora puedo concluir que sí soy capaz de socializar, solo que nunca me había sentido en un ambiente seguro como para intentarlo — para ese punto, el dueño de la emotiva carta estaba sonriendo y sorbiendo por la nariz como si se aguantara las ganas de llorar, gesto que conmovió a Shikamaru y lo motivó a acercarse y abrazarlo por los hombros —. Gracias a los amigos que hice aquí, cuyos lazos como atlantes no se podrán romper jamás, sabré reconocer cuando sea oportuno hacer nuevos y genuinos vínculos allá afuera. Así que lo quiero quemar esta noche son mis temores e inseguridades respecto a la amistad, porque ahora me siento lo suficientemente confiado en mí mismo como para buscar amigos en casa.
Una vez que finalizó su lectura, todos estallaron en aplausos para él, al tiempo que se acercaron para abrazarlo y agradecerle las hermosas palabras que había dicho, siendo la pelirrosa quien más tiempo se detuvo en su abrazo al muchacho, reconociendo en susurros a su oído que era una persona genial y que eran afortunados de haberlo conocido.
Así como el reconocimiento de que como ex desapegados y renegados, iban a estar bien a partir de ahora.
Pero, agregando aún más epicidad y emotividad a la perfecta ceremonia de despedida, los campistas fueron sorprendidos por una serie de fuegos artificiales retumbando en el cielo y llenándolo de brillo en todos los colores conocidos.
Cortesía de sus agradecidos superiores quienes querían darles otro recuerdo valioso que atesorar de su tiempo con ellos como sus campistas.
Luces chispeantes y hermosas que Sakura no perdió la oportunidad de fotografiar, para después regresar al lado de su novio, tomarlo de la mano y disfrutar de esa última actividad con sus compañeros al mismo nivel en que lo hicieron con las demás cosas positivas que les pasaron cuando se convirtieron "Atlantes".
El par de novios habían vuelto a su cabaña una vez que todo el evento terminó y todos quemaron sus cartas, deteniéndose en la entrada para contemplar con melancolía como ambos ya habían empacado sus cosas y dejado el cuarto como lo encontraron el día que arribaron al campamento, a excepción de sus camas, pues aún tenían que pasar la noche ahí y el par de peces dorados en el escritorio.
Sasuke fue el primero en atreverse a entrar, quitándose la ropa y preparándose para dormir, siendo imitado por Sakura, quien seguía muy reflexiva por como su idílico verano estaba terminándose.
Ambos se recostaron en la cama del chico, se abrazaron y se dispusieron a dormir, no queriendo ponerse tristes hablando de algo que ya habían discutido muchas veces.
Sin embargo, cuando luego de varias horas ninguno pudo conciliar el sueño, el Uchiha le propuso a su novia una manera más divertida de pasar su última noche juntos y agotar sus energías de manera inolvidable.
—Nos vamos a morir de hipotermia Sasuke-kun — la joven le susurró a su novio mientras se deshacía de sus ropas igual que él y poco a poco se iban adentrando en la laguna para nadar desnudos.
—Entonces quédate cerca de mi para mantenernos en calor — él le indicó tratando de ocultar el escalofrío que recorrió su cuerpo al entrar en contacto con la fría agua.
A pesar de la temperatura, ambos se distrajeron jugueteando lo más silenciosos que podían ser con el propósito no ser descubiertos, intercambiando uno que otro beso fugaz o una caricia furtiva en el proceso.
Bajo la luz de la luna y con el cabello humedecido y peinado hacia atrás, Sakura lucia como una sirena salida directamente de un libro de fantasía, algo que su novio no se contuvo en hacerle saber, haciéndola sonrojar.
Luego de unos minutos de travesuras mutuas el joven pegó el cuerpo de su novia al suyo para verla lo más de cerca posible y acariciarle el rostro con infinita ternura.
—Te amo Sakura... — susurró antes de besarla en los labios.
—Y yo a ti Sasuke.
—¿Vas a extrañarme a cada segundo del día como yo voy a extrañarte a ti? — él la cuestionó pegando su boca a su frente y peinando sus hebras rosadas con afecto.
—Claro que sí, pero... Deseo con todo mi corazón que no me eches mucho de menos — esas palabras obligaron al chico a bajar la mirada hacia ella, pidiéndole que se explicara —. Estuve pensando en que, cuando vuelvas a Oto, serás un hombre nuevo y el mundo se abrirá para ti de formas que no quiero que amargues o que desvalorices solo porque no estoy contigo para verte experimentarlas.
—Va a ser muy difícil no pensar en ti cada que me pase algo bueno o que te necesite cuando me sienta mal.
—Lo sé, pero, tal vez estamos sobre pensando esto demasiado, es decir, no es como si nos fuéramos a morir — ella soltó una pequeña risa que fue imposible que no se contagiara a su novio, aunque luego lo miro con seriedad —. Voy a seguir contigo siempre, solo que de forma no tradicional... Hasta el momento en que pueda estar físicamente contigo, lo que prometo haré un gran esfuerzo por que sea cada cierto tiempo razonable.
—¿Y yo podre ir a verte también? — él se animó por esa perspectiva.
—Todas las veces que quieras — Sakura sonrió radiante al tiempo que rozaba su nariz con la de él —. Lo que digo es que... Hay cosas de nuestras vidas que tenemos derecho de experimentar y disfrutar no como pareja sino como individuos. Sin importar la distancia, tú eres tú, yo soy yo y en ciertas ocasiones seremos un conjunto.
—Me gusta ser "Sasuke y Sakura" — él replicó fingiendo estar en desacuerdo, aunque luego la observó con profundidad y reflexión —. Aunque admito que ninguno de los dos sabe todavía quiénes somos en realidad.
—Hay mucho tiempo por delante para averiguarlo, pero te aseguro que mientras lo descubrimos, igual que nosotros, esto que tenemos... — con el índice se señaló el corazón y luego hizo lo mismo con el de él —. Sólo va a crecer, madurar y hacerse más fuerte.
Sasuke estaba seguro de que así sería y, admirando la belleza de su pequeña novia con adoración, reconoció la gran palanca y motivación que habían sido el uno para el otro cuando de dar el primer paso hacia su futuro se trataba.
No tenía idea de cómo resultaría el porvenir de ambos, si la pelirrosa superaría su pasado o si él encontraría la fortaleza para no volver a odiar la vida en general, pero sí tenía claro que ya había sido lo suficientemente influenciado por el amor que se tenían como para recorrer el camino que tenía por delante con esperanza y fe en sí mismo.
Y gracias al sabio consejo que acababa de recibir de su novia, también reconocía que sus esfuerzos por madurar y ser feliz, debían y serian pensando en sí mismo y en pro de su bienestar.
Resultó que el gran premio que recibirían los campistas que lograran conservar uno o más de uno de sus peces al final del verano era un cupón del 50% de descuento para su siguiente inscripción al campamento el verano entrante, así como la oportunidad de llevarse las mascotas a casa.
Aunque varios protestaron por lo engañoso del premio, Sasuke y Sakura estuvieron bastante conformes.
Ninguno sabía con certeza si iban a regresar algún día, pero en realidad cuidar a los peces no había supuesto ningún esfuerzo extremo que los hiciera sentir estafados luego de lograr mantenerlos con vida.
Lo que sí sabían es que el par de peces que les quedaban, asi como los dos que perdieron en el proceso, de cierta forma se habían convertido en una representación física de sus corazones, su estado de ánimo y el estatus de su relación.
Por ello decidieron que cada uno se llevaría consigo a uno de sus dorados y gordos hijos, a los que, ni siquiera en esas circunstancias, Sasuke quiso nombrar.
No se lo dijo a su novia, pero tenía sus razones para creer que no era necesario e incluso que así estaban mejor, después de todo, aún sin un apodo por el que llamarles consiguieron llenarlos de suerte y custodiar su tanto su romance como su amistad desde el día en que se conocieron.
Ahora, con la hora de despedirse y marcharse por fin llegando para todos, los ánimos estaban tan a flor de piel que el par de novios se temían que sus mascotas fallecieran dentro de sus bolsas individuales de agua.
—¡Frentona! ¡No puedo creer lo que voy a decir, pero te voy a extrañar! — Ino lloró profusamente mientras abrazaba a su nueva amiga.
—Y yo a ti ¿Cómo se supone que sobreviviré sin fotografiar a mi modelo favorita? — podía sonar a sarcasmo, pero Sakura realmente había tomado varias de sus mejores fotografías en colaboración con la rubia, así que sus palabras eran sinceras —. Cuídate mucho Ino y te prometo que seguiremos en contacto.
—No te libraras de mi jamás Sakura, lo prometo — Yamanaka le dio una cariñosa palmada en el brazo a su amiga mientras sonreía, aunque luego puso una expresión bestial dedicada al pelinegro que las observaba de cerca —. ¡Y tú! ¡Si te atreves a arruinar las cosas con ella te juro que iré hasta tu casa, te cortare las pelotas y las esconderé donde ni Dios podrá encontrarlas nunca!
—Te están esperando loca, ya piérdete — Sasuke respondió con acidez al tiempo que le señalaba con la mirada a su impaciente padre, esperándola detrás de ellos. Ino le dio un último abrazo a Sakura y se dispuso a marcharse pues aún le faltaba despedirse de otras personas, aunque en el camino fue detenida por unas inesperadas palabras por parte del Uchiha —. Y gracias por la ayuda.
Yamanaka se sorprendió gratamente por el gesto, pero no se detuvo en su andar pues sabía que si lo hacía el chico no se aguantaría en arruinar el momento.
Sakura abrazó a cada persona que se cruzó en su camino más de una vez, incluyendo a Chiyo, a quien persiguió prensada a su cintura como un bebé koala mientras le daba las gracias por toda la comida deliciosa que hizo para ellos, así como por haber guardado el secreto de su relación.
Sasuke por su lado más que nada agradeció su estadía a Kakashi e Iruka, reconociendo todo su esfuerzo y dedicación, así como haciéndoles saber lo mucho que estar ahí había marcado su forma de ver la vida. Algo que emocionó hasta las lágrimas al sensible coordinador quien no se resistió en abrazarlo y hacerle saber que nunca lo olvidarían, mientras el director simplemente le acariciaba la cabeza y le deseaba lo mejor.
Sin embargo, cuando ya faltaban pocas personas por irse y el pelinegro aún no se había despedido adecuadamente de su novia, Itachi hizo aparición para recogerlo, anunciando que si no se daban prisa perderían el vuelo de regreso a Oto.
Por lo que el menor de los Uchiha apenas pudo expresarle a su chica en dos minutos lo que esa separación estaba significando para él.
Solo que no fue necesaria tanta dramatización pues Sakura no tenía interés en hacer triste y desgarrador ese momento.
—Voy a extrañarte Sasuke-kun, pero como ya te dije, también estoy ansiosa por saber que será de nosotros ahora que volvemos al mundo real — le sonrió con el mismo brillo alegre de siempre.
—Estar en este mundo de fantasía me gustaba más — solo que su novio no podía imitar su optimismo.
—Tal vez un día regresemos, no sé cuándo ni bajo qué condiciones, pero tengo la sensación de que así podría ser.
—Eso me gustaría... — desde el auto, Itachi hizo sonar el claxon como un desquiciado por lo tarde que llegarían al aeropuerto si se seguían demorando, haciendo sonreír forzadamente a Sasuke para contener su estrés —. Y también me encantaría tener un martillo para romperle la cabeza...
—Ojalá pudiera darte un beso — la joven ignoró olímpicamente los llamados de su cuñado mientras observaba a su novio y trataba de memorizar cada hermoso rasgo suyo —. Aunque sí puedo darte esto por ahora.
Sin preguntar y sin temor a ser vista, Sakura se inclinó hacia su rostro dejando un pequeño beso muy cerca de la comisura de su boca, algo que incluso consiguió que el hermano mayor de su novio parara su escándalo.
Acto seguido, profundamente afectado por el contacto, el pelinegro envolvió a la pelirrosa en un largo abrazo al tiempo que disimuladamente le daba un beso en el cuello.
—Gracias por todo Sakura, te amo y de verdad te voy a echar de menos — Sasuke sonaba realmente triste y sabía que sí se quedaba un segundo más ahí se pondría a llorar enfrente de todos.
Así que, obedeciendo al empujón que la chica le dio para que se marchara, mientras lo observaba con los ojos llorosos y una conflictuada sonrisa, el Uchiha tomó sus cosas, refugió la bolsa que contenía a su pez dorado contra su pecho y subió al auto.
—¡Te estaremos esperando en Oto, Sakura! ¡Hasta pronto! — Itachi se despidió mientras comenzaba a conducir, no queriendo voltear a ver al melancólico chico a su lado que se rehusaba a abandonar el lugar.
—¡Adiós Itachi! ¡Adiós Sasuke-kun! — la joven comenzó a caminar detrás del coche mientras agitaba su mano en señal de despedida. Su novio se asomó por la ventana queriendo beber de su imagen por última vez, encontrándose con que Sakura estaba trotando detrás del auto y lloraba al mismo tiempo que reía —. ¡Cuídate mucho! ¡Te prometo que te buscare y te encontraré donde quiera que estés!
Aprovechando que su hermano no iba tan rápido, Sasuke sacó medio cuerpo por la ventana y usando todo el aire disponible en sus pulmones le gritó sus sentimientos como si fuera la primera vez que lo hacía.
—¡Más te vale que lo hagas! ¡Porque me gustas mucho y de verdad quiero estar contigo! — "¡Lo sabía! ¡Papá me debe un año de dangos gratis!" escuchó a su hermano exclamar desde el interior del auto.
—¡Tú también a mí! ¡Así que espérame! — habiéndose alejado bastante del campamento, Sakura no tuvo más elección que dejar de correr, al tiempo que veía al auto girar en una curva y desaparecer de su vista. Siendo la profunda e ilusionada mirada que Sasuke le dirigió lo último que vio de él —. Hasta pronto, mi amor...
Luego de un rato parada en medio de la carretera, digiriendo la separación, la joven regresó cabizbaja a "Atlantis", limpiándose las lágrimas y tratando de contener sus emociones antes de ir a indicarle a Kurenai que estaba lista para que la llevara a la estación de tren, como esa mañana la mujer había aceptado hacer a falta de alguien que la recogiera.
Aunque primero debía hacer algo antes de marcharse de ese idílico paraíso que más que solo refugiarla le había enseñado lo que era tener un hogar.
—El número que usted marcó no está disponible, deje un mensaje en la contestadora una vez que escuche el tono — la voz artificial al otro lado de la línea le indicó para luego ser sustituida por un breve pitido.
—Hola papá, soy Sakura... Espero estés bien, yo también lo estoy, el verano ha terminado y estoy por salir de campamento — hizo una pequeña pausa mordiéndose el labio, necesitando tomar valor antes de continuar —. Sólo llamé para decirte que... Decidí que voy a vivir sola a partir de ahora. Seguiré viviendo en Kumo mientras termino la preparatoria, pero no puedo seguir contigo... Espero entiendas y respetes mi decisión — sabía que el tiempo que la contestadora permitía por mensaje estaba por agotarse así que decidió terminar rápidamente con todo —. Voy a ir por mis cosas mientras estés en el trabajo para no causar molestias, no te preocupes... Así que bueno... Adiós papá.
Y justo a tiempo, el pitido de la maquina sonó contra su oído indicándole que no podía decir nada más.
Aunque tampoco tenía algo que le hubiera faltado comunicar.
Pensó que luego de atreverse a dar ese paso se entristecería o volvería a llamar arrepintiéndose, no queriendo ser una mala hija, pero todo lo que sintió fue un gran alivio y unas inmensas ganas de vivir comenzar a invadir cada centímetro de su cuerpo.
Como si a pesar de tener 17 años apenas estuviera naciendo, lista para conocer el mundo y sacarle todo el provecho posible a cada pequeña cosa que este tenía para ofrecer.
—¿Lista Sakura-chan? — Kurenai irrumpió en el cuarto con las llaves de su coche en mano.
—Por supuesto... Vamos.
Sakura fue la última en irse ese día, luego de despedirse de todos sus amigos, sus maestros y cada espacio de "Atlantis" donde vivió una experiencia valiosa que incluso capturó con su cámara.
Convirtiendo su estadía ahí en recuerdos que perdurarían para siempre y que se llevaría en el corazón hasta el final de sus días.
Fue mientras el tren en el que viajaría hacia su nueva vida abandonaba Konoha, que el nombre perfecto para la criatura de escamas doradas que tenía en su regazo llegó a su mente.
Si, "Por venir" era la opción más adecuada para él.
...
NOTAS FINALES:
Así es! Esta historia tendrá un epílogo amiguitxs! Y de verdad estoy muy emocionada porque lo lean.
Esta historia ha sido un ir a venir en cuanto mi estado de ánimo y mi constancia, sobre todo luego de atravesar el mes de Julio, mi enemigo mortal, para concluirla.
Así que de verdad agradezco que hayan llegado hasta acá y que me dieran su apoyo durante todo el transcurso de la obra. Muchas muchas gracias en serio.
Como dije voy a concluir este asunto esta semana así que plis estén listos para el mero mero final y si les ha gustado lo que han leído hasta ahora porfis háganmelo saber. Se los voy a agradecer millones.
Sin más por decir nos vemos en la siguiente actualización. BYE!
