Mientras no estabas
Todos los personajes le pertenecen a Toei y al Maestro Akira Toriyama.
Sobre la marcha se arregla la carga
Ya los tres deseos habían sido concedidos. Las esferas volvieron a convertirse en piedra, después de que desapareciera el dragón.
Por detrás de la propiedad, apareció Yamcha, empapado y sonriente. Bulma lo miró emocionada, sin embargo, no corrió a sus brazos como pensó que haría al verlo, en cambio le sonrió con lágrimas en los ojos ya que a pesar de todo lo había extrañado al igual que al resto de los muchachos.
-¡Oh, querida...Tu novio está vivo!
Todos rieron por el comentario de Bunny.
Bulma la ignoró y se dirigió al Patriarca - Quiero agradecerle, a nombre de todos, por dejarnos usar sus esferas.
-Por el contrario, Bulma. Nosotros somos los agradecidos- le respondió él con cariño.
Ella le sonrió y volvió con Yamcha, diciéndole al oído - En el primer cuarto de huéspedes te dejé ropa, para que te cambies. Haremos una fiesta.
-Oh, perfecto… - respondió él, intentando un abrazo, el detuvo debido a que le pareció haber oído mal - ¿dijiste en el cuarto del primer piso? ¿Qué hay del que solía utilizar?
-Es una larga historia… - se explicó ella - Además, si mal no recuerdo, nosotros dos solo somos amigos… - le sonrió y enseguida se dirigió hacia donde estaban los demás.
Yamcha la miró con ternura. La había extrañado y durante su estadía en el otro mundo pensó que ya era momento de sentar cabeza. Estaba decidido a recuperarla y comenzar una vida junto a su novia de toda la vida. Así que más tranquilo, avanzó hacia la propiedad acompañado por su inseparable amigo. Cuando estuvieron los dos a una buena distancia de los demás, Puar se le acercó más, le dio un abrazo y comentó -Te extrañé mucho, Yamcha
-Yo también, Puar. Aunque estar muerto no es tan terrible como dicen. El dolor del viaje al otro mundo es lo que no me gustó.
-No te imaginas las cosas extrañas que ocurrieron mientras no estabas.
- ¿De qué estás hablando?
-Bueno, Bulma hizo lo imposible por revivirte…
-Me lo imaginé… Ella nunca ha dejado de quererme...
-Sí, es verdad, Yam… pero cuando volvieron del planeta de Pikkoro, se le ocurrió invitar a ese espantoso saiyajin a vivir aquí.
-¿Qué dijiste?- se detuvo antes de entrar a la habitación.
-Lo que oíste. No sé en qué estaba pensando. Es más, Vegeta acaba de irse en una nave que robó...
-Ese maldito… y Bulma… ¿cómo se le ocurrió hacer esa estupidez? Sobre todo después de lo que nos hizo ese malnacido -comentó molesto, ingresando a la habitación. Enseguida se dispuso a darse una ducha rápida para sacarse el agua de la laguna mientras pensaba en lo dicho por su amigo. Al salir se vistió con lo que le había dejado ella al mismo tiempo que retomaba la conversación con Puar -¿Qué más sabes de lo que hizo Vegeta en su estadía?
-No mucho… Por la mamá de Bulma me enteré de que dormía en la propiedad y que la mayor parte del tiempo salía a recorrer el planeta… Pero dicen que se comportó y que no asesinó a nadie…
-Mmm, eso no me cuadra… Vegeta sin matar ni destruir… Disculpa la expresión, pero aquí hay gato encerrado.
Puar se sonrió. Él y Yamcha eran amigos desde hace tanto tiempo, que se sentía en la obligación de mantenerlo al tanto de lo que ocurría con su eterna novia, a pesar de que ahora no lo fuera.
Ambos salieron al jardín y encontraron a los demás cerca de la piscina. Estaban los namekuseijin, el maestro, Oolong, Krilin, la familia de Gokú y los padres de Bulma.
-Hola, profesor ¿Y Bulma? – preguntó Yamcha, dirigiéndose al profesor.
-Oh, hola muchacho… ¡Felicidades por tu regreso! Bueno, me parece que ella subió un momento a su habitación… pero regresa enseguida.
Yamcha no se quedó tranquilo y subió a buscarla, indicándole a Puar que lo esperara.
…
No la encontró en su habitación y decidió entrar al cuarto que alguna vez ocupara él cuando se quedaba en la Corporación, sospechando lo peor. Entró y observó que todo estaba en orden, excepto por unas cajas vacías de vino en un rincón. Pasó al baño y descubrió que había unos perfumes en sus empaques sobre una estantería, además de una rasuradora, cepillos y… ¿toallas usadas? Miró el canasto de ropa sucia notando que había algo dentro. Eso ya no le estaba gustando para nada. Salió del baño y se dirigió al armario y al abrirlo su sorpresa fue grande, puesto que estaba lleno de ropa de hombre. Sacó un pantalón, lo colocó sobre sus piernas y se dio cuenta de que el dueño por lo menos medía un par de pies menos que él. Comenzó a atar cabos y a sentirse herido en su orgullo, pero la puerta de la habitación se abrió de improviso interrumpiéndolo.
- ¿Qué haces aquí? – le preguntó Bulma algo molesta.
Él se giró despacio, avanzó y se dejó caer en la cama. Luego sin mirarla con el pantalón aun en su mano, le dijo - Bulma ¿quién ocupó este cuarto?
Ella lo miró con tristeza. Luego su expresión cambió a una más bien nerviosa – Je, je, bueno. Debes saber que pasaron muchas cosas…
-Tengo tiempo. Te escucho. Nunca ha habido secretos entre nosotros.
-Yamcha, ahora nos esperan para la fiesta. ¿Podemos hablar más tarde?
Él la miró con recelo, pero aceptó. Dejó la prenda sobre la cama y acompañó a Bulma donde estaban los demás, esperando pacientemente a que se fueran los invitados para poder encarar a su ex.
…
Ya había caído completamente la noche, los invitados se habían marchado, quedando la casa en silencio debido a que sus habitantes se habían retiraron a sus habitaciones, excepto por el ex bandido, que comenzó a buscar a su ex novia para aclarar las cosas.
…
Bulma paseaba por el jardín, cuando fue alcanzada por Yamcha, quién la tomó de un brazo, acercándola a sí. Se miraron unos segundos y Yamcha hizo un intento de depositar un beso sobre sus labios. Bulma corrió su rostro y lo apartó, lo que consiguió que el joven se sorprendiera. Sin embargo, obvio aquello y le dijo -Bulma, te extrañé tanto…
-Y-yo también, Yamcha, pero recuerda que no te portaste muy bien… Acaso ¡¿Olvidaste como te pillé aquella vez con esa fanática tuya?!
- ¡Eres muy rencorosa! … Pero ¿Sabes? Creo que no me di cuenta de cuánto te quería, hasta que pensé en que no te vería nunca más… ¡No sabes lo feliz que me puse cuando nos dijeron que podían revivirnos!
-Oh, no es necesario recordar esas cosas. Estás vivo y eso es lo que cuenta - él la miró a los ojos y agregó - Bulma, te pido que me perdones desde el fondo de mi corazón… - puso ojos de cachorrito, para enseguida bajar su mirada y jugar nervioso con sus dedos - Me di cuenta de que jamás amaré a otra persona como a ti… Por eso quería preguntarte… - la miró nuevamente, algo ruborizado - Tú ¡¿Serías mi novia otra vez?!
Bulma lo pensó un momento. Estaba bastante confundida, sobre todo con lo ocurrido con el saiyajin. Por lo mismo le dijo - Tendrás que darme tiempo para pensarlo… Sin contar que debes estar dispuesto a jamás volver a engañarme, ni que jamás volverás a comportarte como un idiota en una cita – terminó marcando con énfasis, con un dedo en alto y una mano en su cadera.
-Ni siquiera tienes que pedírmelo… Te Juro que jamás te volveré a engañar y de lo contrario aceptaré que me botes para siempre… Es más, si vuelvo a hacerlo, puedes asesinarme si quieres.
-Ay, ¡No exageres!
-No te miento…. Solo quiero volver a estar contigo…. ¿Me perdonas entonces?...
Bulma se lo quedó viendo - Está bien, por esta última vez te perdonaré… Pero aun no seré tu novia hasta que me demuestres que eres un hombre nuevo…
-¡Sí! – respondió él, celebrando – Ya verás que antes de lo que crees me aceptarás nuevamente a tu lado… - enseguida miró a su alrededor, recordando lo que había visto en el cuarto de arriba – Oye, ¿me dirás ahora qué diablos paso aquí?
Ella caminó hacía el espacio que ocupaba anteriormente la nave "robada", ya que su paseo no era más que una excusa para acercarse al lugar desde donde había partido el saiyajin. De espaldas a su ex, le dijo, mientras observaba el lugar de despegue -Yamcha, espero que no te molestes conmigo…
-¿por qué habría de molestarme? Bueno, a menos que hayas hecho algo terrible...
Bulma abrió muy grandes sus ojos un momento pero enseguida recobró su compostura y le respondió-No sé qué impresión te vayas a hacer de lo que pasó, pero por favor, escúchame hasta el final y no me interrumpas…
Él asintió sin moverse de su lugar. Se cruzó de brazos expectante, aunque ya sabía algo de lo que ella le diría. Bulma respiró hondo y finalmente le dijo -Después de que moriste, junto con los muchachos y Pikkoro, encontramos la forma de volverlos a la vida... pero eso implicó viajar a Namekusei… - ahora ella miró las estrellas – bueno, allí nos dimos cuenta de que nuestra misión no sería del todo fácil, resulta que a ese planeta viajaron Vegeta y Freezer, del cual supongo que ya has oído. Todos íbamos tras las esferas… Durante nuestra búsqueda resultó que Vegeta en cierta forma se alió a nosotros, debido a que odiaba de tal forma a Freezer, que finalmente resultó ser nuestro enemigo en común. Ayudó a los muchachos allá, incluso murió en batalla… Sin embargo, cuando revivieron a los namekuseijin y nos trasladaron a la Tierra, resultó que él llegó también con los demás y…
Él la miró con fastidio. Bulma no lo vio y continuó, volteando finalmente - El asunto es que se me ocurrió invitarlo a vivir con nosotros- inconscientemente ella se encogió de hombros.
-¿Cómo pudiste?
-Bueno, creo que me emocioné por la felicidad del momento… Además, él nos dio la idea de cómo revivir a Krilin…y a Gokú… ¡aunque él está vivo en alguna parte del espacio!
-Bulma, entiendo lo que me dices… pero aún, así no puedo comprenderlo del todo… Vegeta… es decir, él… él me mató.
-Yamcha, él no te mató…
-PERO MANDÓ A ESAS COSAS A HACERLO.
-NO ME GRITES, MALDICIÓN. NO VUELVAS A HACERLO- dijo poniendo sus brazos en jarras - YA LO HECHO, HECHO ESTÁ… YA ESTAS VIVO, MALDITA SEA. ¿OLVÍDALO QUIERES?
Él se asustó por su actitud y cambió a un tono más suave. Se atrevió a avanzar hasta estar a un paso de ella - Está bien… Comprendo por qué lo hiciste, siempre has sido muy despistada….
-¡¿Cómo me dijiste?!
No fue con mala intención, en serio… Mejor dime ¿Dónde dormiré? A menos que…- hizo un amague de alcanzarla con su mano, el cual fue recibido con una mirada confundida por parte de ella - ¿Te vas a quedar?
-¿Qué? ¿Te molesta que yo me quede y pudiste albergar a un asesino?
Ella lo miró cansada. Se aproximó a él y lo miró a los ojos - Creo que puedes quedarte… pero dormirás en el cuarto de huéspedes del primer piso, mientras arreglo el de arriba.
-Disculpa… Pero te extraño mucho…- intento abrazarla, nuevamente sin éxito
-Yamcha, ambos estamos cansados y como te dije no somos nada más que amigos… - terminó diciendo mientras le acarició levemente el brazo y entró a la casa, sin voltearse a verlo.
Yamcha quedó de una pieza "¿Qué fue eso? Pareciera como que ella no me extrañó en lo más mínimo… se sintió tan fría… No puede ser. Debo reconquistarla… Posiblemente la distancia le afectó. No me queda más remedio que consultarlo con la almohada…"
El joven entró a la casa, y decidió que lo mejor era dormir. Ya mañana comenzaría su plan de reconquista. Puar se le unió, acomodándose a los pies de la cama.
…
En la planta superior, Bulma estaba sentada sobre una cama que no era la suya con su vista clavada en un rincón, donde solo había una percha sobre un mueble el cual era iluminado por la luz que ingresaba a través de las cortinas. Suspiro al pensar en la armadura que antiguamente descansaba en ese lugar.
Se había quitado los zapatos y los sostenía en una mano. Con pereza se levantó y caminó hacia el interruptor, encendiendo las luces para luego salir del cuarto por unos momentos, regresando a los pocos minutos con una caja plástica en sus manos.
-Esto te tomará tiempo, supongo… - comentó con cansancio - Así que mientras antes guarde tus cosas, mejor.
Tras una hora terminó su misión y se llevó la caja a su cuarto. Una vez allí solo se dejó caer en la cama, llevándose un antebrazo a su frente mientras suspiraba -Y ahora… ¿Qué haré?
No se dio cuenta cuando se quedó profundamente dormida.
…
Por la mañana Bunny canturreaba en la cocina, mientras preparaba el desayuno. En eso estaba cuando ingresó Yamcha, con una enorme sonrisa en sus labios.
-Oh, buenos días ¿Dormiste bien? – lo saludó la señora.
- Buenos días. Sí. Nuevamente agradezco tu hospitalidad, Bunny.
-No te preocupes… ¿quieres desayunar?
-Si, por favor.
Se sentó a la mesa y la señora le sirvió una torre de panqueques y una jarra de jugo de naranja, acompañado de carnes frías que sobraron de la fiesta. El joven se sorprendió por el cuantioso desayuno, por lo que le comentó a su anfitriona -Este... Bunny, tengo hambre, ¿pero no será mucha comida?
La señora lo miró atónita un segundo pero enseguida reaccionó -Oh, Yamcha, disculpa… es que estaba acostumbrada a darle el desayuno al joven y apuesto Vegeta.
Yamcha se molestó, pero solo cerró sus ojos y contó hasta diez mientras una de sus cejas se arqueaba "Parece que todos se acostumbraron bastante bien a ese enano malnacido… paciencia, todo volverá a la normalidad en unos días"
-Come lo que puedas, entonces – le recomendó Bunny - Nos vemos más tarde, tengo que atender mi jardín.
Y diciendo esto la señora se retiró, mientras Yamcha prefirió no darle mayor importancia y se dispuso a desayunar, pero en eso entró el señor Brief, con cara de pensativo, mientras revisaba unos apuntes - Oye, muchacho. ¿Crees que puedas…- el anciano paró en seco al ver al ex bandido a la mesa - ¡Oh! ¡Eres tú, Yamcha! ¡Qué torpeza la mía! Pero supongo que se me hizo costumbre desayunar de vez en cuando con Vegeta... ¿Creí que dormirías hasta el medio día? Pero aquí estás…
-Buenos días, profesor… Lo que pasa es que no pude dormir más. Creo que aún estoy nervioso con mi regreso- respondió casi de mala gana.
-Ya pasará… Bueno, te veo más tarde. Es que tengo que resolver un problema con un prototipo de una nave… -y diciendo esto, volvió sobre sus pasos.
A Yamcha se le quitó de repente el apetito. "¿Qué le pasa a esta familia? Es como si no me quisieran cerca…Tal parece que prefieren a ese asesino que a mí" Molesto, decidió que lo mejor era salir de esa casa por ahora. Así que llamó a Puar y salieron a pasear a la cuidad, para recrear la vista y dejar atrás sus problemas por ese día.
…
Volvió al atardecer y encontró a Bulma, con su bata blanca, en el jardín trasero, cerca de la entrada a los laboratorios, fumando.
-Te he dicho que no me gusta que hagas eso – le comentó, descendiendo cerca.
-¡Oh, maldita sea, Yamcha! ¡Me asustaste! Solo quería relajarme un poco… Es que tenemos bastante trabajo en los laboratorios y no había podido salir ni un minuto de allí…- dijo apagando el cigarrillo con su botín.
-Esa no es excusa. Si quieres relajarte, podríamos salir a pasear un momento – dijo abrazándola por detrás.
-No. Estoy bien. En serio...
-¿segura? Porque yo creí que volveríamos a estar juntos como antes… - le dijo, al mismo tiempo que acercaba su boca a la oreja de la muchacha para enseguida deslizar una de sus manos a uno de sus pechos lo que provocó que la muchacha se sobresaltara y se apartara de él gritándole - ¡¿Qué te pasa, Yamcha?! ¡¿Acaso crees que soy tu puta pertenencia?!
Yamcha quedó de una pieza. Algo no andaba bien. Ella nunca, se había resistido a ese tipo de juegos, pero por inercia se disculpó de inmediato -Bulma, yo… lo siento. Olvidé que aún no aceptas volver conmigo… Es que, en serio, te amo, no te enfades conmigo…
Ella lo miró y se dio cuenta de que se le había pasado la mano un poco al gritarle de esa manera - No, discúlpame, Yamcha. He estado bajo mucha presión y con muchas cosas en mi cabeza y más encima ese tema de que Gokú está en alguna parte del espacio y... Oye, solo te pediré que no vuelvas a hacer eso, en serio… Por cierto, tu antigua habitación ya está lista – dijo cambiando presurosa de tema.
-Oh, eso es… genial – le respondió con desgano para enseguida intentar sonar más animado- Pero he decidido que me quedaré con el Maestro para no molestarte mientras trabajas. Además, no quiero dormir donde lo hizo ese bastardo – comentó, esperando que ella le suplicara quedarse. Pero solo lo miró algo contrariada -Oh, comprendo. Está bien. Pero no te pierdas por mucho tiempo… y ¿Cuándo te vas?
Sin notarlo los hombros de él descendieron unos milímetros -Bueno...Pienso en hacerlo mañana… pero volveré el fin de semana, si no te molesta.
-No, está bien… ¡Ah! Casi lo olvido. Te compré algo de ropa mientras estabas… bueno, tú sabes...
-¿En serio? Gracias, Bulma – le dijo feliz, aproximándose a abrazarla y, sorprendentemente, ella accedió, pero fue in abrazo breve, no queriendo tentar a su suerte, por lo que enseguida se fue buscar sus regalos
Ella lo vio alejarse, dio media vuelta y se encaminó a los laboratorios, con las manos tomadas atrás de su espalda.
-No, definitivamente no es lo mismo… "¿Qué voy a hacer? Él es muy lindo y atento, pero… Uy, estúpido saiyajin, no solo lo mataste físicamente… es como si hubieses matado también mi amor por el pobre de Yamcha…"
…
Las siguientes semanas transcurrieron tranquilamente, sin embargo, Yamcha notaba extraña a Bulma. Maldecía más de la cuenta y se enojaba a veces por cosas que no lo valían, sin contar que tragaba como si la comida tuviese la culpa de algo que desconocía.
Decidió que lo mejor sería invitarla a salir. "Puede que esté enojada porque no la he llevado a cenar… Sería la oportunidad perfecta para que acepte mi amor por ella y me perdone todo lo que le hice en el pasado…"
Cerró sus ojos y la encontró en los laboratorios, pero como él no tenía acceso a ese sitio decidió usar el comunicador que estaba en la cocina.
-Bulma... Hola ¿Estás ocupada?
Ella se volteó a ver el monitor y se dirigió a oprimir el botón para aceptar la llamada. Estaba con su overol y toda sucia de grasa, inclusive en la cara. Pero aun así, a él le pareció linda cuando le respondió sonriente -Hola, Yamcha. Dime.
-Oye, he estado pensando que hace mucho que no tenemos una cita…
-¿Me estas invitando a salir?
-Bueno… Sí. Si no estás muy ocupada, podríamos salir esta noche…Aunque debes recordar que no tengo mucho dinero ahora, tú sabes,…desde que estuve en el otro mundo perdí mi apartamento por no pagar el alquiler y quedé con algunas deudas… Tú sabes nunca he sido muy bueno ahorrando, je, je - le comentó avergonzado mientras sonreía.
Bulma lo miró un instante, recordando que ese había sido uno de los motivos por los que peleaban a menudo cuando eran novios. Pero pensó que era comprensible, dadas las circunstancias, por lo que le respondió - Mmm... No te preocupes por eso... Por esta vez voy a invitarte yo, ¿de acuerdo?... Te veo como a las seis.
-Sí. Me parece estupendo, Bulma…
La muchacha cortó la comunicación y se quedó pensativa un momento "¿Qué me pasa? Esperé tanto para volver a ver a Yamcha y retomar la normalidad de mi vida… Debo componer las cosas. Esto no puede seguir así… lo necesito para olvidar lo que hice con ese idiota…supongo que será divertido. Saldremos, comeremos… Él se me declarará, yo aceptaré…. Tal vez llegaremos a segunda base, ahí terminará todo y a dormir... Si será divertido…" Trato de auto convencerse mientras volvía a sus labores.
…
Unas horas más tarde, en la sala, un hombre se paseaba nervioso.
-¿Qué ocurre Yam? - le preguntó Puar al verlo caminar de un lado a otro.
-¡Oh! No es nada, Puar. Es que voy a salir con Bulma… pero me parece que no es la misma de antes. Es como si yo ya no le gustara ni un poco…y eso me pone muy nervioso.
-Vamos. Lo que pasa es que pasó por muchas cosas. Solo debes darle algo de espacio y tiempo y todo volverá a la normalidad… - le aconsejó su amigo, levitando cerca de él.
-Eso es lo que he estado haciendo, pero…
-Ten paciencia, Yam... Ya verás que dentro de poco todo volverá a ser como antes...
-Sí, ya había pensado en eso… Pero es que en verdad ¡No sé cómo hacer para que vuelva a quererme! Antes fue sencillo, ya sabes. Solo aparecí en su vida y ella se lanzó a mis brazos, pero ahora...
En eso estaban cuando apareció ella, enfundada en un vestido fucsia de escote redondo, que le llegaba apenas a las rodillas. La mandíbula de Yamcha cayó brevemente.
-Te-te ves…
-Hermosa, lo sé. ¿Nos vamos? – le preguntó, cerrándole un ojo con coquetería.
Se dirigieron a un restorán lujoso de la ciudad. Ella esa noche quería lucirse, y para Yamcha ese lugar era perfecto, ya que era el estilo de vida que siempre buscó siendo un bandido. Él la amaba sinceramente por ser su primera novia, además de la cantidad de años que estuvieron juntos, pero no podía negar que era una gran ventaja que fuera la mujer más acaudalada de planeta.
Cenaban tranquilamente, mientras comentaban cosas del pasado y de lo ocurrido en Namekusei. De pronto Bulma volvió a sentir que era posible que él fuese el amor de su vida, pero, en un rinconcito de su mente, pensó que necesitaba más de él, ya que algo había cambiado y, por lo mismo, ya no se sentía la misma. Quizás había madurado lo suficiente en este corto período de tiempo para darse cuenta de que su ex novio tenía la actitud de un joven de secundaria. Iba a comentarle aquello pero el guerrero se le adelantó, diciéndole - ¿Sabes? Ahora que no hay ningún peligro para la Tierra, he decidido dejar de entrenar. Pienso que lo mejor sería buscarme un trabajo y no sé…- le tomó la mano - quizás comenzar a pensar en nosotros como algo más que en solo estar eternamente de novios… Si es que me aceptas de vuelta...
Bulma abrió los ojos sorprendida, ya que no se esperaba aquello. "¿Quiere casarse? Pero, si acaba de volver. Y ni siquiera he aceptado ser su novia… Sé que quiero dé más de él ¿Pero esto? No es lo que tenía en mente… Calma, Bulma, veamos a dónde quiere llegar antes de sacar conclusiones…"
-No creo que sea el momento apropiado de hablar de avanzar en algo que aun ni siquiera existe... Pero, si así sucediese, dime ¿En qué trabajarías?
El carraspeó para aclarar su voz, mirándola enseguida a los ojos para decirle - Bueno, sé que me estoy apresurando un poco, pero pensaba que tal vez podrías darme algún empleo en la Corporación.
Ella retiró su mano y lo observó por sobre la copa de vino, del que bebió un sorbo antes de responder - Creo que es posible… pero ¿Qué tienes en mente?
Yamcha se sonrojó un poco - Bulma, no me lo pongas difícil... Sabes que no soy bueno en cosas de ciencias y cálculos… No soy muy listo, pero podría trabajar en la seguridad.
Ella lo miró atentamente. Sabía que su argumento era válido, pero necesitaba medir el valor real de Yamcha, ya que, después de estar compartiendo con Vegeta, se había dado cuenta de que le atraía de sobremanera un hombre con carácter, fuerte y decidido. Ya no le bastaba con que su pareja fuera guapo y fuerte, necesitaba que fuera seguro de sí mismo. Así que le dijo con sinceridad -Yamcha, sabes que te quiero. Pero necesito que me demuestres que tienes carácter… No cuenta si soy yo misma la que te doy empleo… ¿No crees que sería mal visto?
Él pensó un momento su respuesta. Creyó que todo sería miel sobre hojuelas, pero como siempre, ella le presentaba un desafío, pero supuso que este no era tan difícil de cumplir como otras extravagancias a las que había sido sometido en el pasado, por lo que la miró a los ojos y le respondió -Si encuentro empleo dentro de un mes… ¿crees que podrías aceptarme de vuelta en tu vida?… y no digo solo como novios, bueno… es decir… pienso que deberíamos comprometernos. Ya no estamos en edad de seguir jugando ¿verdad?
Ella lo miró algo asustada. Eso era lo que estaba esperando, que él se ofreciera a ser algo más, con el valor suficiente de llevar las riendas de su destino, pero la palabra compromiso se le vino encima como si fuera una enorme roca que fuese a aplastarla. Lo meditó un momento, pensando en los pros y contras de la propuesta de Yamcha. No deseaba dar un paso tan importante así a la ligera, pero el hombre frente a ella tenía razón. Ya no estaban en edad de andar de noviecitos, era momento de tomar de una vez la decisión de comenzar a pensar en su futuro y dejar de estar persiguiendo imposibles. Acaso ¿No era eso lo que había querido cuando salió en búsqueda de las esferas? Además, ella misma había empujado al ex bandido a ello. Ya no tenía ni una sola excusa para negarse, pero no sentía lo mismo que antes por Yamcha. Sin embargo, sabía que debía darle la oportunidad nuevamente. Después de todo él la amaba, no como el saiyajin en quién había puesto sus ojos durante la ausencia de su ex novio, el que seguramente no pensaba en ella de esa forma y es más, ni siquiera debía conocer el significado de la palabra amor. Así que finalmente respondió, mientras sonreía levantando su copa, con una gotita en su sien -Sí… me parece… perfecto...
Él de inmediato le preguntó, con ansiedad – Entonces... ¿Es un sí?
-Sí, Yamcha. Acepto ser tu novia nuevamente.
Y así fue como brindaron, se besaron y dieron por terminada la cena.
Volvieron a casa y siguieron con una ronda de besos y caricias en la sala, donde las respiraciones comenzaron a agitarse, las manos de ambos recorrían lugares cada vez más atrevidos, pero, cuando las cosas ya estaban bastante calientes, ella cortó el beso, diciéndole - Oye, es tarde… que tal si lo continuamos…
-¿En tu habitación? -Preguntó Yamcha con entusiasmo.
-¡No!… Este, yo quería decir que lo continuáramos en otra ocasión, Yamcha- lo corrigió ella, acomodándose la ropa -Realmente estoy muy cansada y mañana tengo que levantarme temprano.
-pero… ¿Ya somos novios otra vez, verdad?
-Sí… Buenas noches, Yamcha.
Le dio un breve beso en la mejilla y se retiró a su cuarto.
El quedó entre confundido, desordenado y excitado. "Siempre me hace lo mismo… que acaso ¿no se da cuenta de lo que me provoca?… Pero no la presionaré hasta que consiga un empleo… dentro de un mes ya serás mi prometida y nada impedirá que te demuestre mi amor de forma más íntima, mi amor" Se estiró en su sitió para enseguida emprender rumbo a su habitación, ya más tranquilo.
Bulma por su parte iba pensando en lo ocurrido. No estaba muy convencida de lo que había acordado con Yamcha, sin contar que pudo notar que los besos y caricias del guerrero no eran tan apasionadas como las que alcanzó a disfrutar con el saiyajin. Dio un suspiró e ingresó finalmente a su alcoba, intentando con todas sus fuerzas concentrarse solo en el inmenso amor que le profesaba el ex bandido, cosa que sabía que jamás obtendría del saiyajin.
-Supongo que es así como deben ser las cosas… - comentó con lago de resignación, mientras se retiraba el maquillaje y se disponía a descansar.
…
A la mañana siguiente Bulma se encontró con la sorpresa de que Yamcha se había ido y de que se había llevado todas sus cosas, incluyendo a Puar.
-Sí que debe estar desesperado ese muchacho – comentó su padre en el desayuno.
-Pero por supuesto que sí, tesoro… ¿No ves que nuestra pequeña le prometió comprometerse si encontraba trabajo dentro de un mes?
-¿Yamcha les contó? - preguntó sorprendida.
-Claro, pasó a desayunar muy temprano y se despidió diciéndome que tenía que apresurarse porque de lo contrario estaba seguro de que tú te arrepentirías…
Bulma cubrió su rostro con ambas manos. No podía creer que ese bocón de Yamcha le hubiese dicho eso a su madre.
-¿Por qué le dijiste eso, hijita? – preguntó el profesor, con algo de preocupación.
-¿Eh? Yo…bueno...- titubeó, no queriendo decirle la verdad a sus padres.
-Porqué más va a ser, querido… - la interrumpió Bunny - es obvio que nuestra hija ya está madurando y sabe que debe apresurarse en encontrar un buen esposo para que nos pueda dar nietos…
Bulma comenzó a sudar frío.
-¿Así que seremos abuelos por fin? - preguntó el profesor.
-Pero claro, amor… ¿No ves que nuestra pequeña ya está en la edad límite?
Bulma no soportó más -¡¿Qué?! ¡No! ¡No fue por eso!... Uy… ¡Ustedes no entienden nada! – y diciendo esto los dejó solos en la cocina.
-¿dijimos algo malo? – preguntó intrigado el señor Brief.
-No. Lo que ocurre es que nuestra hija siempre ha sido así… Pero lo importante es que por lo menos ya se está encarrilando… Sinceramente pensé que se quedaría solterona igual que Tights.
El profesor miró a su esposa y enseguida se cruzó de brazos, pensando en la situación mientras asentía con seriedad.
…
Pasaron los días y Pikkoro ahora visitaba solo de vez en cuando a sus parientes. Gohan iba y venía de la Corporación con permiso de su madre. El profesor había mejorado en gran parte su avance en temas médicos, claro, con la ayuda de sus huéspedes y Bunny, ella tenía el premio al mejor jardín de la ciudad.
Bulma pensó que extrañaría a Yamcha cuando se fue, pero notó con decepción que al que extrañaba era a Vegeta. Echaba de menos sus jugarretas, sus charlas sobre el universo y hasta echaba de menos su mal humor A veces cuando era muy tarde y salía a pasear al jardín de su madre, esperaba encontrárselo oculto en la pagoda, pero al llegar allí, éste no estaba, lo que la entristecía. Para peor, Yamcha ni siquiera había tenido la cortesía de llamarla, por lo que la soledad no le ayudaba en nada a olvidar al extraterrestre. Tenía miedo de haberse enamorado de él, pero se respondía diciéndose que solo estaba encaprichada y tal vez algo encandilada por el carácter tan fuerte y por la inteligencia de aquél. Quería volver a querer a Yamcha como antes, pero no verlo hasta le provocaba cierta paz y eso la confundía mucho.
…
Se cumplió el plazo de un mes y Bulma pensó que Yamcha no cumpliría con su parte del trato. Esto, a pesar de todo, la alegró, ya que aún no estaba segura de lo que estaba haciendo, aceptando tamaño compromiso. Pero la tranquilidad le duró poco, ya que esa tarde el ex bandido hizo su aparición en la Corporación.
La muchacha estaba viendo la televisión en la sala del segundo piso cuando la llamaron desde la puerta -Bulma, hola.
Ella se dio vuelta en su lugar en el sofá, abriendo sus ojos en sorpresa – Yamcha...volviste…
El guerrero avanzó hasta ella y le sonrió para decirle - Así es. Volví porque encontré trabajo...
-¿En serio? - Preguntó, no muy convencida de lo que ocurría.
- Sí. ¿Recuerdas que un tiempo estuve en lo del béisbol?
-Lo recuerdo… ¿No me digas que volverás a jugar?
-Sí… Aunque todo fue muy extraño, y solo paso antes de ayer… - rodeó el mueble y tomó asiento cerca de ella. Luego de estar cómodo, prosiguió - Es una historia que ni te imaginas… Buscaba empleo en la ciudad Jengibre. Ya que aquí no encontré nada, ni tampoco en otras ciudades… Bueno, lo que ocurrió es que iba caminando por fuera de un estadio y justó estaban gritando a un muchacho… Me acerqué para escuchar mejor, por si era alguien en problemas, por lo que pregunté qué estaba pasando, y entonces el hombre que estaba gritando al otro me miró de arriba abajo y me preguntó "¿muchacho, te conozco?" Yo le respondí que no, le dije mi nombre y que había estado en las grandes ligas… Me hizo un gesto de seguirlo y entramos al estadio, me llevó a una oficina, y me volvió a preguntar "¿No estás con ningún equipo?" Le dije que lo había dejado por un tiempo y que estaba interesado en volver. Me volvió a mirar extraño y luego me dijo: "Puedes presentarte el lunes temprano a las pruebas… Si lo haces bien, comienzas ese día". Yo le agradecí y me fui donde el Maestro para contarles y apenas estuve libre decidí venir a buscarte…
-Yamcha, eso es… - dudó un momento y agregó - ¡Maravilloso!…
-Ya tengo un empleo formal… - le sonrió él con orgullo, para luego mirarla interesado - y hablando de formal…
Bulma comprendió de inmediato hacía donde iba la conversación, por lo que lo detuvo - Yamcha, aun no empiezas. No nos apresuremos. Tenemos todo el tiempo del mundo por delante…
Él la miró algo desilusionado. No comprendía que era lo que realmente quería ella pero no la contradiría, por lo que le dijo - Bulma, voy a hacer lo que sea por verte feliz...
Se acercó y la abrazó con fuerza y ella sólo se dejó querer, sintiendo que necesitaba escuchar ese tipo de palabras. En el fondo ella era una romántica y quién mejor que su novio para hacerla sentir amada. Luego de un momento él iba a decirle algo, pero los interrumpió el sonido del teléfono, por lo que Bulma se apartó y se dirigió al aparato - Si, diga...
-Señorita Bulma, tiene una llamada del señor Roshi.
-Gracias, pásamelo -Bulma espero un momento y enseguida dijo – Hola Maestro. Le he dicho muchas veces que llame directamente a mi casa y no a la Corporación… ¿Qué? ¿Cómo que ocurrió algo urgente?… Sí, Yamcha está aquí… Iremos enseguida – Colgó y Miró a Yamcha - Tenemos que salir inmediatamente donde el Maestro… ¡Es una emergencia!
-Sí, el maestro me comentó que Krilin nos presentaría a su novia… ¿No te parece increíble?
-No es por eso… Creo que es algo más… ¡Vamos, Yam! que parece que algo terrible ha pasado…
…
Continuará…
