Disclaimer: Twilight le pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de LozzofLondon, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.
Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from LozzofLondon, I'm just translating with the permission of the author.
Capítulo beteado por Yanina Barboza
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Está en todas partes, caliente y pesado contra mí. Sus dientes salvajes contra mi piel, mis manos sobre él.
Nos empujamos y tiramos el uno del otro, desesperadamente manoseando, gimiendo y lloriqueando en el aire frío, luchando por el dominio.
Su cabello es tan suave como imaginé que sería. Lo jalo, fuerte, y él gruñe bajo en su garganta, su cabeza cae hacia atrás bajo mi agarre.
Mis labios en su cuello, mordiendo, raspando, saboreando. Sus caderas me presionan, su sólida erección se encuentra con mi estómago, una de sus manos contra el árbol detrás de mí, la otra sujetando mi cintura con fuerza.
Lo necesito.
La hebilla de su cinturón resiste muy poco contra mis dedos, se abre y me da la bienvenida. Un roce afilado del árbol áspero contra mi espalda mientras me levanta sin esfuerzo, acomodando sus caderas en mí, haciéndome gritar.
Sosteniéndome con un brazo, su pecho me mantiene contra el árbol mientras empuja sus vaqueros hacia abajo, su gran polla tensa salta libre de sus confines. Mi falda de mezclilla está levantada alrededor de mi cintura, mis bragas empujadas hacia un lado y luego sus dedos me encuentran, húmeda y deseosa.
Mi cabeza cae hacia atrás, golpeando el árbol con un ruido sordo. Gimoteos, respiraciones entrecortadas que soplan con fuerza. Me provoca, pero es rudo; sus dedos expertos me están volviendo loca, hasta el borde en poco tiempo antes de que me dejen de repente, y aunque quiero abofetearlo por eso, el desgarro del envoltorio de un condón me distrae, su boca abierta contra mi cuello, sus dientes apretados estrechamente.
Su chaqueta de cuero es fría y suave bajo mis manos, tensa por mi fuerte agarre en sus hombros. Su pulgar encuentra mi clítoris, movimientos circulares ásperos y me muerdo el labio, tratando de no gritar hacia la oscuridad sobre nosotros.
Y luego empuja, su polla implacable, entrando en mí con fuerza y no sirve de nada, estoy gritando en éxtasis, viendo estrellas. Él gruñe y muerde la carne de mi cuello. Mis manos en su cabello otra vez, acercando su boca a la mía mientras comienza a embestir. El árbol afilado contra mis hombros mientras entra y sale, llevándome más alto con cada poderoso empuje.
Es rápido, es duro, es todo lo que pensé que sería. Muerde mi labio, respiro pesadamente sobre él, jadeando. Está gimiendo, su respiración es profunda, sus musculosos brazos me mantienen erguida.
Estoy tan cerca, mis piernas se aprietan alrededor de su cintura, mis caderas se mueven para encontrarse con él en el medio, resbaladizos. Me llena como nadie me ha llenado antes y sé que todavía lo sentiré mañana.
Su pulgar encuentra mi clítoris una vez más y me corro, gritando en su boca, su voz profunda diciéndome que me calle. Pero no puedo. Es demasiado bueno.
Y luego se corre, sus embestidas erráticas, su cuerpo tensándose mientras se derrama dentro del condón con embestidas lánguidas.
Por un momento, estamos en silencio, jadeando. Su frente contra mi hombro, la parte de atrás de mi cabeza contra el árbol, mi aliento arremolinándose sobre nosotros.
Lentamente, se desenreda de mis miembros, dejándome sobre mis pies inestables. Tira el condón y se abotona los vaqueros. Ni una palabra. Mis muslos están ardiendo, resbaladizos por el sudor y el fluido mientras me arreglo la falda, mis piernas repentinamente frías.
Mirándome finalmente, aprieta las solapas de su chaqueta y la endereza con un golpe de cuero.
―De nada ―se regodea, su voz profunda y engreída, y luego se va, girando sobre sus talones y alejándose.
Lo veo irse, incrédula; su amplio contorno visible incluso en la oscuridad mientras mi corazón se ralentiza a un ritmo regular, aunque todavía estoy jadeando.
―Idiota ―gruño con los dientes apretados.
