Disclaimer: Twilight le pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de LozzofLondon, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.

Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from LozzofLondon, I'm just translating with the permission of the author.

Capítulo beteado por Yanina Barboza

Grupo en Facebook: Tradúceme un Fic


Los padres de Edward no están en casa. Estoy empezando a creer que realmente somos muy parecidos.

Tomando una respiración profunda, toco el timbre, doy un paso atrás y... espero.

Abre la puerta, vistiendo la misma ropa de anoche; cabello errático, ojos muy abiertos aunque exhaustos. Ansioso. Está estresado.

―¿Has dormido? ―pregunto mientras paso junto a él, entrando a la casa.

Sacude la cabeza, con la mano en el pelo, jalándolo.

Antes de que pueda decir algo más, está subiendo las escaleras y yo lo sigo.

El camino hasta su habitación en el ático es largo; inquietantemente silencioso e imponente. Se queda unos pasos por delante, fuera de mi alcance.

Mirando alrededor, todo está igual que la última vez que estuve aquí. Excepto que esta vez, Edward está deslumbrantemente lúcido, caminando de un lado a otro como un animal enjaulado.

―No puedo… ―Deja caer sus manos, una fuerte bofetada contra sus muslos―. He tratado de aceptarlo... pero no puedo.

―¿Qué? ―inquiero con cautela, mirándolo, manteniendo mi distancia.

―¡Tyler y tú!

Confundida, inclino la cabeza.

―¿Tyler y yo?

Él asiente, burlándose, luciendo disgustado consigo mismo. Está temblando. No quiero saber por qué.

Deteniéndose de repente, casi jadea en el aire, de espaldas a mí.

―Este jodido baile. Será mi muerte.

No digo nada, no sé qué decir. En cambio, observo sus hombros mientras suben y bajan, el suave vello de su nuca —mi parte favorita— erguido en cien direcciones, manipulado por sus manos.

―¿Cómo se supone que voy a quedarme tranquilo y ver cómo te vas con él? ―Su voz es baja, derrotada―. Sentado aquí, sabiendo que él es tu cita, que él es el que te está tocando...

Dando un paso más cerca, casi estiro la mano para tocarlo.

―Edward. ―Su nombre se escapa como un suspiro―. Tyler y yo no somos... no tienes que preocuparte por eso.

Él ríe. No tiene humor.

―Me preocupo por todo. Cuando te involucra a ti... yo...

Mis pies se mueven, mi mano se extiende para tocarlo. Ligeras yemas de los dedos contra sus omóplatos. Instantáneamente, se relaja, con los hombros caídos.

Aún más cerca y estoy directamente detrás de él, mi frente descansando entre sus hombros, el calor que su cuerpo irradia calmándome.

―Quiero pedirte que no te vayas ―gime, su cabeza baja mientras envuelvo mis brazos alrededor de él, acercando su espalda a mi pecho―, pero... no puedo. Deberías ir.

―Lo siento ―susurro, sus dedos rozando el dorso de mis manos.

Sacudiendo la cabeza, toma una respiración profunda y tranquilizadora.

―No, yo lo siento. Si no hubiera sido tan idiota, podría ser yo quien te llevara. Es el primer castigo que he soportado que ha sido... efectivo.

―Ojalá pudieras venir.

―Ojalá. Jodidamente... duele.

Mis palmas contra su tonificado torso, pequeños movimientos destinados a calmarlo. Creo que está funcionando.

―¿Es esto lo que tanto luchaste por evitar? ―pregunto, mi voz amortiguada contra su espalda, pequeñas inhalaciones de su aroma.

Él asiente, no necesito mirar hacia arriba, lo siento.

―No puedo afrontarlo.

―Por supuesto que puedes. ―Lo aprieto más fuerte―. Eres más fuerte de lo que crees.

Él se ríe.

―No cuando se trata de ti.

―¿Cómo lidiarías normalmente con estos sentimientos? ―pregunto.

―Cocaína ―resopla, su voz es tensa, lo escucho tragar.

―¿Qué puedo hacer? ―Mi voz dolida, desesperada, no lo dejo ir.

Él suspira.

―Esto. Esto es perfecto. ―Manos temblorosas en mis dedos, respiraciones constantes bajo mis palmas. Beso el lugar entre sus omoplatos y le doy lo que necesita.

Partida en dos, contemplo quedarme en casa con Edward mientras todos asisten al baile; pero luego pienso en mi vestido y en lo mucho que quiero asistir al baile. No puedo renunciar a todo por él... ¿o sí?