¡Buenos días! Espero tengan una linda mañana en este hermoso jueves! Aquí les comparto un capítulo más. ¡Feliz día!

"MI REALIDAD"

CAPÍTULO IV

No sabía qué pensar. En sus treinta años de experiencia médica nunca había visto algo similar. El médico terminó de apuntar los resultados en el registro clínico del joven Brower Andley y abandonó la habitación sin distraer a la joven rubia de su extraña lectura. Nunca la había visto apartarse del muchacho más que unos pocos minutos al día, siempre optimista, siempre amable. El joven Brower había pasado del plazo máximo de vida que él había calculado, y para mayor sorpresa suya, sus signos vitales poco a poco habían ido mejorando. Si no fuera tan incrédulo, juraría que todo se debía a la dulce jovencita de ojos color esmeralda que ayudaba a las enfermeras a cuidarlo noche y día con verdadero ahínco.

Después de la fuerte discusión que tuviera la familia tras el descubrimiento del engaño, dos semanas habían transcurrido en medio de una tensa calma. La familia fluctuaba entre la angustia de la espera al no ver reaccionar al joven Brower y el alivio de saberlo vivo. Sobre todo, tras la explicación dada por la tía abuela para justificar sus acciones esa noche de verdades.

"Aún no puedo creer lo que dijo la tía abuela, Stear." Comentó Archie en el salón principal de la mansión. "¡Una doble amenaza de muerte!"

"Yo tampoco lo hubiese creído, Archie, si George mismo no hubiese confirmado lo dicho por la tía. ¡Imagínate!, recibirla dirigida al Tío Abuelo William en las oficinas centrales de Chicago! Lástima que ya era demasiado tarde para hacer algo cuando finalmente la entregaron a George."

"Pobre el padre de Anthony, ¡un intento de asesinato en alta mar! Y que su hijo corriera con la misma suerte aquí en América…, ¡todo por la venganza de esa terrible familia!"

"Los Legan siempre fueron una espina en el costado de los Andley."

"Dirás más bien un puñal, Stear", corrigió Archie.

"Sí, es cierto. Lo bueno es que el tío Vincent está recuperándose bien en Inglaterra y Anthony cada día siento que se ve más fuerte. Con tanta pena cuando ocurrió el supuesto accidente, no me puse a pensar en lo extraño de encontrar una trampa de oso junto a los setos de salto de la colina preferida de Anthony. Era cuestión de tiempo para que algo le pasara."

"De hecho retiraron cuatro trampas más de esa área que también estaban ocultas." dijo Archie. "Y solo hasta que la tía abuela se enteró de ello tomó la decisión de declararlo muerto para protegerlo de sus supuestos asesinos, por si intentaban algo más." completo Archie. "George y el joven… ¿cómo dijo que se llamaba? ¿El cuidador de la cabaña del bosque en Lakewood?"

"Albert", dijo Stear.

"Sí, Albert. Fue una suerte que ese empleado notara al hombre extraño en la propiedad contratado por los Legan para colocar las trampas, y que lo siguiera al darse cuenta de lo sucedido, hasta alcanzarlo en Canadá. Y que con la ayuda de George lograra hacerlo confesar las órdenes directas de Sarah, claro. Y lograr que delatara la conexión con el hombre que escapó del barco del tío."

"Sí, ¡qué hombre tan comprometido ese Albert!" comentó Stear. "Habrá que hacer algo por él. Le pediré a George que se asegure que él y su familia reciban una buena compensación de nuestra parte. Incluso podríamos invitarlo a cenar con nosotros uno de estos días. Anthony querrá conocerlo cuando despierte." Su hermano asintió completamente de acuerdo.

"Con lo único que no estoy de acuerdo en realidad, Stear" continuó su hermano sentándose en uno de los sillones del salón de la mansión "es en que se oculte a la prensa la magnitud de la falta de Sarah y que solo se expulse a la familia Legan del país en silencio. Su juicio debería ser tan público como el de cualquier criminal confeso."

"Sabes cómo es la tía abuela respecto a los escándalos, Archie. Yo creo que ella ya está sufriendo suficiente por ver la locura de su protegida y su enfermizo odio por el tío Vincent por haber escogido a la tía Rosemary en vez de a ella, como para sumarle también un escándalo nacional con qué lidiar." Ambos fijaron su vista en el óleo de sus tíos Brower Andley sobre la chimenea, desde donde sonreían juntos y felices en el salón principal de la mansión.

"Comprendes que talvez Anthony quizás no pueda…" dudó el joven de lentes.

"Lo sé", confirmó su hermano. "Ese es mi mayor temor, Stear. Para nosotros perderlo otra vez sería devastador, pero para Candy…". Ambos hermanos se miraron con seriedad en un sombrío silencio.

"Capítulo XX. Podemos hacer un cálculo semejante acerca de la combustión de hydrógeno, y acerca de la formación del agua, teniendo presente que una libra de este fluido elástico absorbe en su combustión 5 libras 10 onzas y 5 octavas y 24 granos de oxígeno, y derrite 295 libras 9 onzas y 3 octavas y media de yelo.

Por los resultados obtenidos en la combinación del fósforo tenemos que 5 libras, 10 onzas y 5 octavas y 24 granos de gas oxígeno, al pasar del estado aeriforme al estado sólido, perderían una cantidad de-…" Candy interrumpió su narración de pronto. Su corazón se detuvo por un momento al percibirlo, tanto que dudó por un segundo en apartar su vista del Tratado Elemental de Química sostenido en sus manos, no quería descubrir un engaño de su mente. Pero parecía tan real la sensación… la calidez. El sonido de la leña en la chimenea a sus espaldas servía de fondo a su lucha interna, las enfermeras habían salido un momento a su descanso, dejándola sola. El acelerado latido de su propio corazón solo aumentaba.

Cerrando sus verdes ojos, la pecosa evocó todo su valor y fe y, abriéndolos, dirigió su rostro hacia su postrado interlocutor. El libro resbaló entonces de sus manos al suelo. La profunda mirada en los ojos azul cielo que ahora la contemplaban a través de párpados cansados, con una expresión de ternura, la hizo temblar hasta la última fibra de su ser. ¡No era una ilusión…! ¡Él estaba allí…!

"¡Anthony!" exclamó sobresaltada y de inmediato se levantó, inclinándose junto a su cama y colocando su mano en su tibia mejilla, observándolo totalmente maravillada. La venda en su cabeza ya había sido retirada, así como el oxígeno.

"Anthony…." repitió con ternura, al tiempo que sus ojos desbordaban la alegría y alivio de su corazón. "Anthony…" su voz entrecortada continuó. Era la única palabra que en su gratitud al Cielo lograba pronunciar.

"Pecosa…" murmuró él con voz seca y una suave sonrisa.

Ella comenzó a llorar abiertamente y lo abrazó con alivio, tratando de no lastimarlo. El joven confundido, con un poco de esfuerzo, levantó su brazo libre de suero y aferró hacia sí su trémulo cuerpo. "¿Qué pasa, Candy?" preguntó preocupado. "¿Por qué lloras?"

"¡Despertaste, Anthony!, ¡Despertaste…!" decía emocionada entre lágrimas y risas la rubia. Incorporándose del abrazo para verlo bien, mientras la mano del muchacho acarició su bello rostro compungido.

"No llores, por favor, pecosa…" le pidió suavemente, tratando de secar sus lágrimas con movimientos lentos.

"Lo siento." Candy trató de serenarse, tomando su mano "¡Es que soy tan feliz!" le dijo sonriendo radiante entre lágrimas. Vio aún el desconcierto en su mirada azul y tratando de recobrar la serenidad inquirió con preocupación "¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo, Anthony?"

El negó. "Pero me siento un cansado… y algo entumecido." Agregó tratando de mover sus piernas. "¿Qué sucedió? ¿En dónde estamos, Candy?" sus ojos recorrieron cansados su alrededor.

"Estamos en la mansión Andley de Chicago, Anthony. Hace un poco más de mes y medio que… bueno, que tuviste un accidente." Concluyó Candy sombría, tratando de no ahondar mucho en el tema por ahora.

Él guardó silencio. "La cacería…" murmuró entonces recordando. Sus ojos reflejaron una repentina angustia al ver en su mente nuevamente la terrible escena "Pegaso… perdí el control… caí del caballo…". Su mente se nubló recordando un gran dolor y los gritos lejanos de su Candy llorando. Su respiración de pronto se agitó.

"Cálmate, Anthony, ¡por favor! ¡Calma…!" La rubia se asustó y acarició su cabello con ternura "Calma…" insistió tratando de que la viera a los ojos, "no te angusties, Anthony, todo está bien ahora, todo está bien." Insistió tratando de sonreír para él. "Mírame, mírame, por favor…" le rogó. El muchacho, con mucho esfuerzo, apartó el horror de esos momentos aún vívidos de su mente y buscó el sonido de su voz y su gentil mirada. "Eso…" ella sonrió más con amor, "respira, Anthony… despacio… así… todo está bien." Su querida voz, como siempre, aunada a sus tiernas caricias en su cabello dorado y el verde profundo de sus ojos fijos en los suyos, lograron a la postre tranquilizarlo poco a poco. Su respiración se volvió serena, aunque profunda.

"Así." Ella le dijo aliviada. Le dio un tiempo más. "Te sientes mejor?" le pregunto con ternura después de un momento.

"Sí…" él suspiró.

"Hablaremos de todo eso cuando estés mejor, Anthony. Ahora solo trata de descansar."

Anthony comenzó a sentirse exhausto. Sus ojos comenzaron a cerrarse.

"Ahora tengo que avisarle al médico que despertaste. Por favor, Anthony, no intentes moverte, regreso en un instante." Anthony asintió.

"¿Candy?" dijo de pronto al sentirla alejarse.

"¿Sí, Anthony?" Lo vio expectante.

"Hace un momento, escuché… lo que leías… ¿era…química?" preguntó confundido. No sabía si su mente recién avivada le había jugado una treta al despertar.

Ella sonrió enternecida, "Sí, Anthony. Era química. Tu Tratado Elemental de Laurent de Lavoisier." Ella regresó sus pasos y lo recogió del suelo donde había caído, mostrándoselo. "Pedí que lo trajeran desde Lakewood", confesó deslizando sus dedos apenada sobre su portada. "Tenía la esperanza de que si me escuchabas leértelo… harías hasta lo imposible por callar su lectura." Sonrió brevemente, "Incluso… hasta volver a mí", susurró conmovida.

Anthony le sonrió conmovido, "Volvería a ti incluso desde la mismísima muerte, Candy", le dijo tomando lentamente su mano al estar ella de pie junto a su cama. Se vieron a los ojos en confortable silencio, pero de pronto la expresión del muchacho se hizo más seria, incluso podría decirse solemne. "Te amo, Candy." Le dijo de pronto. "Siempre te he amado", confesó con sentimiento. No entendía a cabalidad cuánto tiempo había pasado, pero sintió que no podía dejar pasar un segundo más sin que su pecosa lo supiera. Lo había postergado erróneamente aquel día fatídico, y no lo haría más.

Candy sintió que su alma volaba al cielo al escuchar su declaración, fue dicha con una voz suave pero llena de verdad y devoción, así que dejando el libro sobre la mesa de noche distraídamente, se inclinó otra vez sobre su cansado pero varonil rostro, y acariciando su mejilla con ternura susurró "Y yo te amo a ti con toda mi alma, Anthony mío… Gracias por volver a mí… Gracias,… mi amor…"

Anthony sonrió conmovido, y manteniendo estrechada su pequeña mano en la suya, levantó su mano libre y acarició su dulce rostro embelesado, sus tiernas pecas, su fina nariz, sus carnosos labios. Hipnotizado deslizó su mano hacia su fina nuca y la atrajo con delicadeza hasta alcanzar sus labios. El tiempo se detuvo por segunda vez para ambos. Era como estar otra vez junto al lago en Lakewood, siendo jóvenes, libres ¡y enamorados…! Al separarse levemente, el corazón de Candy se detuvo por segunda vez esa mañana "Sé mi novia, Candy".

Continuará…

¡Muchas gracias a todas por sus comentarios!

Julie-Andley-00: Gracias, Julie! Allí vamos! Ji, ji, ji! Y sí, al fin los jóvenes Cornwell no tuvieron temor de enfrentar a su tía. Creo que solo por Anthony lo harían. ¡Un abrazo! Y qué bueno que te gusta la historia.

GeoMtzR: Sí, Georgy, creo que el sistema confunde los capítulos en los comentarios. Pero qué bueno que te gustaron las circunstancias que pasó el "comando ninja" para franquear la seguridad de la tía abuela! Ji, ji, ji! Y sí, a mí también me conmovió el reencuentro, sobre todo porque para Candy había sido todo o nada, y aquí lo recuperaba todo. ¡Un gran abrazo! ¡Y gracias otra vez por tu apoyo!

Mayely león: Hola! Me aparece como comentario del capítulo dos, pero igual te agradezco! Qué bueno tenerte por aquí! Bendiciones!

Guest 1: Gracias! Sí, lo haré. Te agradezco los ánimos. Un abrazo!

Guest 2: Muchas gracias! Aprecio que te tomes un tiempito para leerla. ¡Saludos!

María Jose M: ¡Mucho gusto! ¡Qué bueno que la historia haya ganado tu atención! Y me alegra ver que te haya gustado la trama y las pausas de suspenso que le incluí. Gracias por tus palabras respecto a su redacción, allí aplicando un poquito lo aprendido. Ji, ji! Me aparece tu comentario como del capítulo dos, vamos ya en el cuatro hoy. Y respondiendo a tu pregunta, ésta es una historia corta. Como verás, es mi primera historia. No quito el suspenso diciendo cuántos son, pero espero sea de tu agrado al final. ¡Te envío un fuerte abrazo!

¡Y gracias también a todos los que pasan por aquí y le dan una oportunidad a esta historia escrita con mucho cariño para nuestros queridos Anthony y Candy! ¡Que tengan un feliz jueves!

lemh2001

18.05.2023