Percy Jackson pertenece a
RICK RIORDAN.
Hola, espero que les guste el capitulo, por favor voten y comenten que les pareció.
Pasado: normal.
Presente: negrita.
quiero leer yo_ dijo Piper, recibiendo el libro.
Un dios nos invita a hamburguesas_ leyó.
genial_ dijo Leo_ estaban ricas_ preguntó.
mucho_ asintió Percy.
se puede saber quien interfirió en una misión_ preguntó Zeus.
como vamos a saberlo, hermano_ preguntó Poseidón.
pregúntale a tu hijo_ dijo Poseidón.
mi hijo disfruta no contestándonos_ dijo Poseidón, Percy asintió con descaro.
La tarde siguiente, el 14 de junio, siete días antes del solsticio, nuestro tren llegó a Denver. No habíamos comido desde la noche anterior en el coche restaurante, en algún lugar de Kansas.
el hambre es es la peor parte de una misión_ dijo Beckendorf.
y la parte mas común_ dijo Annabeth.
lo bueno es que tendrán hamburguesas_ dijo Michael_ nada puede estar mal si hay hamburguesas.
Y no nos duchábamos desde la colina Mestiza. Desde luego tenía que notarse, pensé. —
lo hacia_ dijo Grover_ y no ayudaba que ambos estaban en plena pubertad_ añadió con una mueca, Annabeth y Percy le dieron miradas indignadas.
Intentaremos contactar con Quirón -dijo Annabeth-. Quiero hablarle de tu charla con el espíritu del río. — No podemos usar el teléfono, ¿verdad? — No estoy hablando de teléfonos.
entonces_ preguntó Jason.
es obvio no_ preguntó Annabeth confundida, los griegos asintieron, mientras los romanos negaban.
los romanos no conocen ese método_ dijo Atenea.
pues se llevaran una sorpresa_ dijo Thalia.
Caminamos sin rumbo por el centro durante una media hora, aunque no estaba seguro de lo que Annabeth iba buscando.
es imposible saber lo que Annie busca hasta que lo tienes delante_ dijo Thalia.
El aire era seco y caluroso, y nos parecía raro tras la humedad de San Luis. Dondequiera que miráramos, nos rodeaban las montañas Rocosas, como si fueran un tsunami gigantesco a punto de estrellarse contra la ciudad. Al final encontramos un lavacoches con mangueras vacío.
que hacen un lavacoches_ preguntó Percy.
ya veras_ dijeron todos los griegos.
espero que no tarde_ dijo Reyna muy confundida.
Nos metimos en la cabina más alejada de la calle, con los ojos bien abiertos por si aparecían coches de policía. Éramos tres adolescentes rondando en un lavacoches sin coche; cualquier policía que se ganara sus dónuts se imaginaría que no tramábamos nada bueno.
y cualquiera que no se ganara sus donuts también_ dijo Travis_ los policías siempre creen que no tramamos nada bueno.
generalmente no lo hacemos, pero no es punto_ dijo Connor.
mis pobres niños_ dijo Hermes.
— ¿Qué estamos haciendo exactamente? -pregunté mientras Grover agarraba una manguera. — Son setenta y cinco centavos -murmuró-. A mí sólo me quedan dos cuartos de dólar. ¿Annabeth? — A mí no me mires -contestó-. El coche restaurante me ha desplumado. Rebusqué el poco cambio que me quedaba y le pasé a Grover un cuarto de dólar, lo que me dejó dos monedas de cinco centavos y un dracma de Medusa. — Fenomenal -dijo Grover-. Podríamos hacerlo con un espray, claro, pero la conexión no es tan buena, y me canso de apretar. — ¿De qué estás hablando?
eso nos gustaría saber_ dijo Dakota.
vamos a llamar al campamento mestizo_ dijo Annabeth.
como llamas con una manguera_ preguntó Piper.
no con una manguera_ dijo Percy_ con agua_ explicó, confundiendo a todos aun mas.
Metió las monedas y puso el selector en la posición «LLUVIA FINA». — Mensajería I. — ¿Mensajería instantánea?
hay mensajería instantánea en los lavacoches_ preguntó Leo, todos negaron.
— Mensajería Iris -corrigió Annabeth-. La diosa del arco iris, Iris, transporta los mensajes para los dioses. Si sabes cómo pedírselo, y no está muy ocupada, también lo hace para los mestizos.
en serio_ preguntaron los romanos sorprendidos.
y funciona para los romanos_ preguntó Jason.
lo hace_ asintió Ares.
como es que nunca supimos_ preguntó Reyna.
tenían que descubrirlo_ dijo Atenea_ fue uno de mis hijos quien lo hizo_ levantó una ceja.
realmente no tienes ningún hijo romano_ preguntó Malcolm.
mis hijos son un regalo_ dijo Atenea_ ellos no se lo han ganado_ los romanos se miraron y desviaron su vista al libro.
— ¿Invocas a la diosa con una manguera? Grover apuntó el pitorro al aire y el agua salió en una fina lluvia blanca. — A menos que conozcas una manera más fácil de hacer un arco iris. Y vaya que sí, la luz de la tarde se filtró entre el agua y se descompuso en colores. Annabeth me tendió una palma. — El dracma, por favor.
ya empezamos a ser corteses_ dijo Luke_ muy bien.
creo que ahí habia decidido tolerarlo_ dijo Annabeth.
no es dulce_ preguntó Percy, haciendo reír a todos.
Se lo di. Levantó la moneda por encima de su cabeza. — Oh, diosa, acepta nuestra ofrenda. -Lanzó el dracma dentro del arco iris, que desapareció con un destello dorado-. Colina Mestiza -pidió Annabeth.
en ese momento todos los romanos se inclinaron en sus asientos, ansiosos por conocer ese nuevo método de comunicación.
Por un instante, no ocurrió nada.
varios parecían decepcionados en ese momento.
Después tuve ante mí la niebla sobre los campos de fresas, y el canal de Long Island Sound en la distancia. Era como si estuviéramos en el porche de la Casa Grande.
no puedo creerlo_ dijo Hazel.
y eso no atraer monstruo_ preguntó Reyna.
es la llamada mas segura_ dijo Luke.
De pie, dándonos la espalda, había un tipo de pelo rubio apoyado en la barandilla, vestido con pantalones cortos y camiseta naranja. Tenía una espada de bronce en la mano y parecía estar mirando fijamente algo en el prado. — ¡Luke! -lo llamé. Se volvió, sorprendido.
los mensajes iris deberían avisar cuando tratan de contactarte_ dijo Katie_ hay quienes han sido atrapados en situaciones comprometedoras.
creo que ahí hay una historia_ dijo Silena.
no hablaba de mi_ dijo Katie, pero no ayudaba que Travis no dejaba de reir.
Habría jurado que estaba a un metro delante de mí a través de una pantalla de niebla, salvo que sólo podía verle la parte del cuerpo que cubría el arco iris. — ¡Percy! -Su rostro marcado se ensanchó en una sonrisa-. ¿Y ésa es Annabeth?
no es una chica que intercambiaron por Annabeth_ dijo Nico.
con lo mal que se llevaban no me sorprendería que Percy se lo hubiera planteado_ dijo Luke.
nunca haría eso_ dijo el pequeño Percy cuando Annabeth lo miró mal por reír.
¡Alabados sean los dioses! Eh, chicos, ¿estáis bien? — Estamos… bueno… Sí, bien -balbuceó Annabeth. Se alisaba la camiseta sucia y se peinaba para apartarse el pelo de la cara-.
Awww_ arrullaron varios.
no es lindo_ dijeron Percy y Annabeth.
eres celoso, Percy_ preguntó Sally levantando las cejas.
no realmente_ dijo Percy.
Pensábamos que Quirón… bueno… — Está abajo en las cabañas. -La sonrisa de Luke desapareció-. Estamos teniendo algunos problemas con los campistas.
problemas con los campistas_ preguntó Quirón con el ceño fruncido de preocupación.
Escuchad, ¿va todo bien? ¿Le ha pasado algo a Grover? — ¡Estoy aquí! -gritó Grover. Apartó el pitorro y entró en el campo de visión de Luke-. ¿Qué clase de problemas? En aquel momento un enorme Lincoln Continental se metió en el lavacoches con la radio emitiendo hip hop a tope. Cuando el coche entró en la cabina de al lado, el bajo vibró tanto que hizo temblar el suelo.
odio ese tipo de gente_ dijo Zoe_ no todos queremos escuchar su música.
además, es peligroso_ dijo Artemisa_ puede provocar sordera.
e impotencia_ dijo Apolo.
intenta decírselo a los de Ares_ dijo Will.
nosotros no tenemos ningún problema_ dijo Sherman, hijo de ares.
— Quirón tenía que… ¿Qué es ese ruido? -preguntó Luke.— ¡Yo me encargo! -exclamó Annabeth, aparentemente aliviada por tener una excusa para apartarse de en medio-.
no eres nada disimula Annie_ dijo Thalia.
sigue burlándote y no dejare que me digas Annie_ dijo Annabeth.
me gustaría verte intentándolo_ dijo Thalia.
¡Venga, Grover! — ¿Qué? -dijo Grover-. Pero… — ¡Dale a Percy la manguera y ven! -le ordenó. Grover murmuró algo sobre que las chicas eran más difíciles de entender que el oráculo de Delfos,
oye_ dijeron las chicas.
tiene razón_ dijeron los chicos.
pues imagínense como es Rachel_ dijo Will_ es una chica y el oráculo.
creo que alguien quiere salir en la próxima profecía_ dijo Rachel mirando a Will que le dio una sonrisa nerviosa.
después me entregó la manguera y siguió a Annabeth. Ajusté el pitorro para mantener el arco iris y seguir viendo a Luke. — ¡Quirón ha tenido que detener una pelea! -me aulló Luke por encima de la música-. Las cosas están muy tensas aquí, Percy. Se ha corrido la voz de la disputa entre Zeus y Poseidón.
no puede ser_ mascullaron todos.
es muy malo que el campamento lo sepa_ preguntó Leo.
provocara que se formen bandos_ explicó Nyssa_ lo que llevara a peleas entre todos_ Leo asintió entendiendo.
Aún no sabemos cómo; probablemente el mismo desgraciado que invocó al perro del infierno.
al menos reconoce que es un desgraciado_ murmuró Nico.
que dijiste_ preguntó Hazel.
nada_ dijo Nico haciéndose el desentendido.
Ahora los campistas están empezando a tomar partido. Se están organizando otra vez como en la guerra de Troya.
genial_ bufaron los semidioses.
Afrodita, Ares y Apolo apoyan a Poseidón, más o menos.
como que mas o menos_ dijo Poseidón_ o me apoyan o no.
Atenea está con Zeus.
como debe ser_ dijo Atenea, Zeus asintió, mirando mal a sus otros dos hijos, que fingieron no notarlo.
tu solo quieres estar contra Poseidón_ dijo Deméter.
Me estremecí al pensar que la cabaña de Clarisse se pusiera del lado de mi padre para nada.
me sentí igual_ dijo Clarisse.
se que tu decides a quien se unen_ dijo Percy.
eso es lo que haría padre_ dijo Clarisse, Ares asintió.
En la cabina contigua oía a Annabeth discutir con un tipo, después el volumen de la música descendió drásticamente. — ¿Y en qué situación estás? -me preguntó Luke-. Quirón sentirá no haber podido hablar contigo.
ciertamente_ dijo Quirón_ me gusta estar pendiente de cualquier llamada que logren hacerme.
Se lo conté todo, incluidos mis sueños. Me sentí tan bien al verlo, al tener la impresión de que regresaba al campamento aunque fuera por unos minutos, que no me di cuenta de cuánto tiempo llevaba hablando, hasta que sonó el pitido de la manguera y advertí que sólo me quedaba un minuto antes de que se cortara el agua. — Ojalá estuviera ahí -dijo Luke-. Me temo que no podemos ayudarte demasiado desde aquí, pero escucha… Tiene que ser Hades el que robó el rayo maestro. Estaba en el Olimpo en el solsticio de invierno. Yo acompañaba una excursión y lo vimos.
eso no significa que yo lo hiciera_ dijo Hades.
lo lamento señor_ dijo Luke.
si no lo hiciste, dentro de poco todos lo sabrán_ dijo Zeus.
y espero una disculpa_ dijo Hades.
ya veremos_ dijo Zeus, haciendo que sus hermanos rodaran los ojos.
— Pero Quirón dijo que los dioses no pueden tocar los objetos mágicos de los demás directamente. — Eso es cierto -convino Luke, y parecía agobiado-. Aun así… Hades tiene el yelmo de oscuridad. Si no, ¿cómo es posible entrar en la sala del trono y robar el rayo maestro? Hay que ser invisible.
disculpa_ preguntó Annabeth_ se que no quisiste decir eso_ parecía mas una amenaza que otra cosa.
no_ dijo Luke mientras los tres grandes miraban a Annabeth como contemplándolo, Atenea los miro como retándolos a culpar a su hija_ nunca te culparía, Annabeth.
claro_ dijo la pequeña Annabeth algo dolida.
fue un accidente_ prometió Luke.
Ambos nos quedamos callados, hasta que Luke pareció darse cuenta de lo que acababa de decir. — Un momento -protestó-. No estoy diciendo que haya sido Annabeth. La conozco desde siempre. Ella jamás…
que bueno que lo reconozcas_ dijo Annabeth secamente.
lo siento_ dijo Luke_ de verdad.
si claro_ murmuró Thalia, dándole una mirada de muerte a Luke.
quiero decir que es como una hermana pequeña para mí.
así es_ dijo Luke.
lo sé_ dijo Annabeth con una pequeña sonrisa.
Me pregunté si a Annabeth le gustaría esa descripción.
ay_ dijo Percy riendo cuando su novia le dio un codazo.
es increíble que notes tanto estas cosas, pero no cuando se trata de ti_ dijo Rachel.
es un don_ dijo Percy.
En la cabina contigua la música cesó por completo. Un hombre gritó horrorizado, se oyeron cerrarse las portezuelas del coche y el Lincoln salió del lavacoches a toda velocidad.
que le hiciste al pobre hombre_ preguntó Lacy.
solo le dije que bajara el volumen_ dijo Annabeth.
cuando se negó intentó apuñalarlo_ dijo Grover.
Annabeth_ regaño Quirón sobre las risas de todos.
no lo iba a lastimar_ dijo Annabeth.
— Será mejor que vayas a ver qué ha sido eso -dijo Luke-. Oye, ¿estás usando las zapatillas voladoras? Me sentiré mejor si sé que te sirven de algo. — ¡Oh… sí, claro! -mentí con desfachatez-. Me han venido muy bien. — ¿En serio? -Sonrió-. ¿Te van bien? El agua se terminó.
debes sentirte orgulloso, cuesta mucho mentirnos a alguno de nosotros_ dijo Connor.
en realidad no creo que lo haya engañado_ dijo Percy.
La lluvia fina empezó a evaporarse. — ¡Bueno, cuidaos ahí en Denver! -gritó Luke, y su voz fue amortiguándose-. ¡Y dile a Grover que esta vez irá mejor! Que nadie se convertirá en pino si…
Luke_ gritaron Thalia y las dos Annabeth_ que rayos te pasa_ preguntó la pequeña Annabeth.
eso me gustaría saber_ dijo Luke con una mueca, que pasaba con el, primero suena a que culpa a Annabeth y ahora dice eso sobre Grover.
Pero la lluvia había desaparecido y la imagen de Luke se desvaneció por completo. Estaba solo en una cabina mojada y vacía de un lavacoches. Annabeth y Grover aparecieron por la esquina, riendo, pero se detuvieron al verme la cara. La sonrisa de Annabeth desapareció. — ¿Qué ha pasado, Percy? ¿Qué te ha dicho Luke? — No demasiado -mentí.
no demasiado_ imitó Annabeth.
no quería preocuparte_ dijo Percy.
Sentía el estómago tan vacío como la enorme cabaña 3-. Bueno, vamos a buscar algo de cenar. Unos minutos más tarde estábamos sentados en el reservado de un comedor de cromo brillante, rodeados por un montón de familias que zampaban hamburguesas y bebían refrescos. Al final vino la camarera. Arqueó una ceja con aire escéptico e inquirió: — ¿Y bien? — Bueno… queríamos pedir la cena -dije. — ¿Tenéis dinero para pagar, niños?
como planeaban comprar sin dinero_ preguntó Leo.
creo que no teníamos un plan_ dijo Percy_ tal vez esperar que se compadezca_ sugirió.
El labio inferior de Grover tembló. Me preocupaba que empezara a balar, o peor aún, a comerse el linóleo.
no estaba tan desesperado_ dijo Grover con una mueca.
Annabeth parecía a punto de fenecer de hambre. Intentaba pergeñar una historia tristísima para la camarera cuando un rugido sacudió el edificio: una motocicleta del tamaño de un elefante pequeño acababa de parar junto al bordillo. Todas las conversaciones se interrumpieron. El faro de la motocicleta era rojo.
que haces ahí, Ares_ preguntó Zeus.
no lo sé_ dijo Ares_ tal vez el tío me mandó.
habría mandado a su sobrino favorito_ dijo Apolo.
a mi_ asintió Hermes.
El depósito de gasolina tenía llamas pintadas y a los lados llevaba fundas para escopetas… con escopetas incluidas.
quien lleva fundas para escopetas sin escopetas_ preguntó Ares.
alguien que disfrute las fundas_ dijo Percy encogiéndose de hombros.
El asiento era de cuero, pero un cuero que parecía… piel humana.
no es piel humana, verdad_ preguntó Frederick.
solo parece así_ dijo Ares.
El tipo de la motocicleta habría conseguido que un luchador profesional llamase a gritos a su mamá. Iba vestido con una camiseta de tirantes roja, téjanos negros y un guardapolvo de cuero negro, y llevaba un cuchillo de caza sujeto al muslo. Tras sus gafas rojas tenía la cara más cruel y brutal que he visto en mi vida -guapo, supongo,
como que supongo_ se indigno Ares_ soy muy guapo.
claro que si_ dijo Afrodita, dándole palmaditas.
Ares te parece guapo_ preguntó Nico.
dije supongo_ dijo Percy sonrojado.
es guapo_ dijo Reyna sin pensar sonrojándose cuando Ares levantó una ceja en su dirección_ es un dios después de todo_ añadió.
pero de aspecto implacable-; el pelo, cortísimo y negro brillante, y las mejillas surcadas de cicatrices sin duda fruto de muchas, muchas peleas. Lo raro era que su cara me sonaba.
has visto a mis hijos_ dijo Ares.
Al entrar en el restaurante produjo una corriente de aire cálido y seco. Los comensales se levantaron como hipnotizados, pero el motorista hizo un gesto con la mano y todos volvieron a sentarse.
Ares sonrió arrogantemente ante eso.
es el efecto que causo en la gente_ dijo Ares.
aterras a todos_ asintió Hefesto.
Regresaron a sus conversaciones. La camarera parpadeó, como si alguien acabara de apretarle el botón de rebobinado. — ¿Tenéis dinero para pagar, niños? -volvió a preguntarnos. — Ponlo en mi cuenta -respondió el motorista. Se metió en el reservado, que era demasiado pequeño para él, y acorraló a Annabeth contra la ventana. Levantó la vista hacia la camarera, la miró a los ojos y dijo-: ¿Aún sigues aquí? La muchacha se puso rígida, se volvió como una autómata y regresó a la cocina.
Ares no era necesario ser grosero_ dijo Hestia.
los niños tenían hambre_ dijo Ares_ no quieres que ellos se desmayen, verdad_ preguntó, Hestia entrecerró lo ojos, peor lo dejo pasar.
El motorista se quedó mirándome. No le veía los ojos tras las gafas rojas, pero empezaron a hervirme malos sentimientos. Ira, rencor, amargura. Quería darle un golpe a una pared, empezar una pelea con alguien.
es el aura de Ares_ dijo Poseidón.
aunque no todos reaccionan así y menos cuando no lo intento_ dijo Ares evaluando a Percy con la mirada.
¿Quién se creía que era aquel tipo?
el dios de la guerra_ dijo Hefesto.
Me dedicó una sonrisa pérfida. — Así que tú eres el crío del viejo Alga, ¿eh?
viejo alga_ preguntó Poseidón, Ares se encogió de hombros.
si que impones respeto hermano_ se burló Hades.
Debería haberme sorprendido o asustado, pero sólo sentí que me hallaba ante mi padrastro Gabe.
y yo que estaba contemplando no asesinarte_ dijo Ares con llamas saliendo de sus ojos, literalmente.
lo siento_ murmuró Percy, para ayudarlo Piper siguió leyendo.
Quería arrancarle la cabeza a aquel tipejo. — ¿Ya ti qué te importa?
aun no sabe quien eres_ dijo Poseidón.
no iba a hacerle nada_ dijo Ares.
Annabeth me advirtió con la mirada. — Percy, éste es… El motorista levantó la mano. — No pasa nada -dijo-. No está mal una pizca de carácter.
puedo apreciar el carácter_ asintió Ares_ con sus limites, claro.
Siempre y cuando te acuerdes de quién es el jefe. ¿Sabes quién soy, primito?
si que se lo pones fácil_ dijo Deméter con sarcasmo_ no es como que tenga un montón de primos.
Entonces caí en la cuenta. Tenía la misma risa malvada de algunos críos del Campamento Mestizo, los dela cabaña 5. — Eres el padre de Clarisse -respondí-. Ares, el dios de la guerra.
no es común que reconozcan como el padre de alguien_ dijo Ares_ pero lo permitiré.
Ares sonrió y se quitó las gafas. Donde tendrían que estar los ojos, había sólo fuego, cuencas vacías en las que refulgían explosiones nucleares en miniatura. — Has acertado, pringado. He oído que le has roto la lanza a Clarisse. — Lo estaba pidiendo a gritos. —
es cierto_ dijo Percy cuando Clarisse le dio una mirada de muerte.
yo amaba esa lanza_ dijo Clarisse.
ahora tienes otra_ dijo Percy.
Probablemente. No intervengo en las batallas de mis críos, ¿sabes?
los volvería débiles_ dijo Ares.
y no queremos eso_ dijo Clarisse.
He venido para… He oído que estabas en la ciudad y tengo una proposición que hacerte.
que tipo de proposición_ preguntó Sally.
una de negocios, seguramente_ dijo Ares.
La camarera regresó con bandejas repletas de comida: hamburguesas con queso, patatas fritas, aros de cebolla y batidos de chocolate. Ares le entregó unos dracmas.
los Dracmas sirven_ preguntó Frank.
Ella miró con nerviosismo las monedas. — Pero éstos no son…
ahí esta_ dijo Will_ no funcionan.
Ares sacó su enorme cuchillo y empezó a limpiarse las uñas. — ¿Algún problema, chata? La camarera se tragó las palabras y se marchó sin rechistar. — Eso está muy mal -le dije a Ares-. No puedes ir amenazando a la gente con un cuchillo.
asi es_ dijo Hestia sonriéndole a Percy.
no tengo otra cosa_ dijo Ares_ así que no se quejen.
Ares soltó una risotada y luego dijo: — ¿Estás de broma? Adoro este país. Es el mejor lugar del mundo desde Esparta.
Esparta era una verdadera carnicería_ dijo Atenea.
exacto_ dijo Ares mientras Frank se cuestionaba la cordura de su padre.
¿Tú no vas armado, pringado? Pues deberías. Ahí fuera hay un mundo peligroso. Y eso nos lleva a mi proposición. Necesito que me hagas un favor. — ¿Qué favor puedo hacerle yo a un dios? —
todo_ dijo Lee_ siempre me levanto temprano por si quieren que les compre pan_ informó haciendo reír a todos.
ya escucharon hermanos, mi hijo nos comprara el pan a partir de ahora_ dijo Apolo, Luciendo muy serio, pero terminó riendo al ver la mirada preocupada de su hijo.
Algo que un dios no tiene tiempo de hacer. No es demasiado. Me dejé el escudo en un parque acuático abandonado aquí en la ciudad. Tenía cita con mi novia pero nos interrumpieron. En la confusión me dejé el escudo. Así que quiero que vayas por él. — ¿Por qué no vas tú?
si es solo ir por el escudo_ dijo Jake.
debe haber una trampa_ dijo Atenea.
o solo estoy ocupado_ dijo Ares_ no hay que ser dramáticos_ por su parte Hefesto escondió una sonrisa.
El fuego en las cuencas de sus ojos brilló con mayor intensidad. — También podrías preguntarme por qué no te convierto en una ardilla y te atropello con la Harley. La respuesta sería la misma: porque de momento no me apetece.
hay algún dios que conozcas que no te haya amenazado con transformarte en un animal_ preguntó Jason.
Hades_ dijo Percy_ el quería que yo fuera un general esqueleto o algo asi..._ Los dioses miraron a Hades, que estaba tan confundido como ellos.
no quiero saber_ dijo Sally, recibiendo miradas de simpatía de los otros padre mortales.
Un dios te está dando la oportunidad de demostrar qué sabes hacer, Percy Jackson. ¿Vas a quedar como un cobardica? -Se inclinó hacia mí-. O a lo mejor es que sólo peleas bajo el agua, para que papaíto te proteja.
no necesitó de mi padre_ dijo Percy.
quieres demostrarlo_ preguntó Ares.
lo haré_ dijo Percy con una sonrisa de lado.
Tuve el irreprimible impulso de darle un puñetazo en la cara, aunque sabía que era lo que él estaba buscando. El poder de Ares causaba mi ira y le habría encantado que lo atacara. No pensaba darle el gusto. —
todavía hay tiempo_ dijo Ares.
estoy de acuerdo_ dijo Percy.
No estamos interesados -repuse-. Ya tenemos una misión.
así es_ dijo Zeus_ una misión muy importante_ añadió mirando a su hijo.
Los fieros ojos de Ares me hicieron ver cosas que no quería ver: sangre, humo y cadáveres en la batalla. — Lo sé todo sobre tu misión, pringado. Cuando ese objeto mortífero fue robado, Zeus envió a los mejores a buscarlo: Apolo, Atenea, Artemisa y yo, naturalmente.
aww_ dijo Apolo_ encabezo tu lista de los mejores_ parpadeo adorablemente hacia su hermano mientras Atenea y Artemisa miraban mal a dicho hermano.
no tengo una lista de los mejores_ dijo Ares_ y si lo hiciera tu no la encabezarías.
eso no es lo que dice el libro_ dijo Apolo.
la próxima vez me asegurare de no mencionarte_ dijo Ares.
Ahora bien, si yo no percibí ni un tufillo de un arma tan poderosa… -se relamió, como si el pensamiento del rayo maestro le diera hambre-
es un arma muy poderosa_ explicó Ares cuando su padre levantó una ceja.
pues entonces tú no tienes ninguna posibilidad. Aun así, estoy intentando concederte el beneficio de la duda.
no lo necesito_ dijo Percy.
Pero tu padre y yo nos conocemos desde hace tiempo. Después de todo, yo soy el que le transmitió las sospechas acerca del viejo Aliento de Muerto.
habrá tenido sentido_ dijo Ares.
mas te vale que tengas buenas razones para creerlo_ advirtió Hades.
— ¿Tú le dijiste que Hades robó el rayo? — Claro. Culpar a alguien de algo para empezar una guerra es el truco más viejo del mundo.
quieres una guerra entre nosotros_ preguntaron los tres grandes.
siempre quiero una guerra_ dijo Ares_ pero una entre ustedes, no tanto.
En cierto sentido, tienes que agradecerme tu patética misión.
seguro te agradecerá_ dijo Artemisa.
— Gracias -farfullé. —
no era sincero_ dijo Percy cuando su padre lo miro con diversión y Artemisa con sorpresa.
Eh, ya ves que soy un tío generoso.
no lo eres_ dijo Apolo.
puedo serlo cuando me ayudan_ dijo Ares.
Tú hazme ese trabajito, y yo te ayudaré en el tuyo. Os prepararé el resto del viaje.
en serio_ dijo Poseidón con sorpresa.
me gusta mi escudo_ dijo Ares.
— Nos las arreglamos bien por nuestra cuenta. — Sí, seguro. Sin dinero. Sin coche. Sin ninguna idea de a qué os enfrentáis.
lo necesitan_ dijo Sally.
ves padre, hare la misión por tu rayo mas rápida_ dijo Ares.
muy bien_ dijo Zeus.
Ayúdame y quizá te cuente algo que necesitas saber. Algo sobre tu madre. — ¿Mi madre? Sonrió. —
usted sabe algo_ preguntó Percy.
probablemente_ dijo Ares.
Eso te interesa, ¿eh? El parque acuático está a un kilómetro y medio al oeste, en Delancy. No puedes perderte. Busca la atracción del Túnel del Amor.
esos túneles me gustan_ se emociono Afrodita_ aunque ahora la cita esta arruinada_ hizo un puchero.
la cita es con ella_ preguntó Leo a Piper_ tu madre no estaba casada con mi padre_ preguntó, Piper asintió, sin dejar de leer.
— ¿Qué interrumpió tu cita? -le pregunté-. ¿Te asustó algo? Ares me enseñó los dientes, pero ya había visto esa mirada amenazante en Clarisse. Había algo falso en ella, casi como si traicionara cierto nerviosismo. —
eso no es normal_ dijo Atenea_ Ares no se pone nervioso.
el muchacho debe estar imaginando cosas_ dijo Ares.
Tienes suerte de haberme encontrado a mí, pringado, y no a algún otro Olímpico. Con los maleducados no son tan comprensivos como yo. Volveremos a vernos aquí cuando termines. No me defraudes.
tu eres el menor comprensivo de nosotros_ dijo Hermes.
esa es Atenea_ dijo Ares.
no es cierto_ dijo Atenea_ si acepte que mi hija salga con uno de Poseidón, puedo aceptar lo que sea.
Después de eso, debí de desmayarme o caer en trance, porque cuando volví a abrir los ojos Ares había desaparecido. Habría creído que aquella conversación había sido un sueño, pero las expresiones de Annabeth y Grover me indicaron lo contrario. — No me gusta -dijo Grover-. Ares ha venido a buscarte, Percy. No me gusta nada de nada. Miré por la ventana. La motocicleta había desaparecido. ¿Sabría Ares de verdad algo sobre mi madre, o sólo estaba jugando conmigo?
debe saber algo_ dijo Hefesto_ Ares puede ser muchas cosas, pero por lo general cumple los tratos.
gracias_ dijo Ares.
me encanta cuando se llevan bien_ dijo Afrodita sonriéndoles.
En cuanto se hubo ido, la ira desapareció por completo de mí. Supuse que a Ares le encantaba embarullar las emociones de la gente. Ése era su poder: confundir las emociones al extremo de que te nublaran la capacidad de pensar. —
así es_ asintió Poseidón.
es bueno que seas capaz de nótalo_ dijo Atenea.
Quizá no fue más que un espejismo -dije-. Olvidaos de Ares. Nos vamos y punto. — No podemos -contestó Annabeth-.
claro que no_ dijo Ares_ yo en persona fui a verte.
Mira, yo detesto a Ares como el que más,
hija de atenea_ explicó Annabeth cuando Ares la miró, él aceptó esa respuesta.
pero no se puede ignorar a los dioses a menos que quieras buscarte la ruina. No bromeaba cuando hablaba de convertirte en un roedor. Miré mi hamburguesa con queso, que de repente no parecía tan apetecible. — ¿Por qué nos necesita para una tarea tan sencilla? —
por que al final puede no ser tan sencilla_ dijo Mitchell.
con los dioses siempre hay algo mas_ asintió Jake.
A lo mejor es un problema que requiere cerebro - observó Annabeth-.
creo que te acaba de llamar tonto_ dijo Hefesto.
Ares tiene fuerza, pero nada más. Y a veces la fuerza debe doblegarse ante la inteligencia.
así es_ dijo Atenea.
no es cierto_ dijo Ares.
— Pero ¿qué habrá en ese parque acuático? Ares parecía casi asustado. ¿Qué haría interrumpir al dios de la guerra una cita con su novia y huir?
se me ocurre algo_ dijo Hefesto.
no luzcas tan presumido_ dijo Ares.
Annabeth y Grover se miraron nerviosos. — Me temo que tendremos que ir a descubrirlo -dijo Annabeth. El sol se hundía tras las montañas cuando encontramos el parque acuático. A juzgar por el cartel, originalmente se llamaba «waterland», pero algunas letras habían desaparecido, así que se leía: «WAT R A D». La puerta principal estaba cerrada con candado y protegida con alambre de espino. Dentro, enormes y secos toboganes, tubos y tuberías se enroscaban por todas partes, en dirección a las piscinas vacías. Entradas viejas y anuncios revoloteaban por el asfalto. Al anochecer, aquel lugar tenía un aspecto triste y daba escalofríos.
que romántico_ dijo Silena con una mueca_ si mi novio me llevara ahí..._ añadió en voz baja.
tu novio no seria tan tonto_ dijo Beckendorf, antes de fruncir el ceño_ tienes novio_ preguntó.
no Charlie_ dijo Silena_ solo lo digo por si acaso_ Beckendorf asintió.
— Si Ares trae aquí a su novia para una cita -dije mirando el alambre de espino-, no quiero imaginarme qué aspecto tendrá ella.
lo siento_ dijo Percy cuando Afrodita empezó a brillar_ yo no sabia que era usted mi lady, lo juro_ añadió muy rápidamente.
bueno_ dijo Afrodita calmándose_ por esta vez_ advirtió.
gracias mi lady_ dijo Percy.
— Percy -me avisó Annabeth-, tienes que ser más respetuoso. — ¿Por qué? Creía que odiabas a Ares. —
no por eso vamos a ir insultándolos_ dijo Annabeth.
recuerdas como hablaste de Hades_ preguntó Percy.
nada que no se dijera en los mitos_ dijoAnnabeth.
Sigue siendo un dios. Y su novia es muy temperamental. — No insultes su aspecto -añadió Grover. —
te lo advertimos_ dijo Grover.
¿Quién es? ¿Equidna? —
no sabia que era yo_ repitió Afrodita una y otra vez.
No; Afrodita… -repuso Grover y suspiró con embeleso-. La diosa del amor.
así es como se habla de mi_ dijo Afrodita_ entendiste.
tengo novia_ dijo Percy, eso hizo sonreír a Afrodita.
— Pensaba que estaba casada con alguien -dije-. ¿Con Hefesto? — ¿Y qué si fuera así? —
es su esposo_ dijo Leo.
mira a tu alrededor Leo_ dijo Nyssa_ la mayoría somos hijos del adulterio_ los semidioses asintieron con muecas, Sally y Tristan se pusieron colorados.
Bueno… -Mejor cambiar de tema-. ¿Y cómo entramos? — Maya! -Al punto surgieron las alas de los zapatos de Grover.
muy bien, como entramos los que no podemos volar_ preguntó Percy.
no puedo solucionar todos tus problemas Percy_ dijo Grover.
Voló por encima de la valla, dio un involuntario salto mortal y aterrizó en una plataforma al otro lado. Se sacudió los vaqueros, como si lo hubiera previsto todo.
así fue_ dijo Grover.
lo que te haga sentir mejor_ dijo Luke, sobre las risas de todos.
— Vamos, chicos. Annabeth y yo tuvimos que escalar a la manera tradicional, aguantándonos uno a otro el alambre de espino para pasar por debajo. Las sombras se alargaron mientras recorríamos el parque, examinando las atracciones. Pasamos frente a la Isla de los Mordedores de Tobillos, Pulpos Locos y Encuentra tu Bañador. Ningún monstruo nos atacó y no oímos el menor ruido.
no creo que los monstruos sean el problema ahí_ dijo Hefesto.
nuestro padre debe haberles tendido una trampa_ explicó Beckendorf, leo asintió en comprensión.
Encontramos una tienda de souvenirs que había quedado abierta. Aún había mercancía en las estanterías: bolas de nieve artificial, lápices, postales e hileras de… — Ropa -dijo Annabeth-. Ropa limpia. — Sí-dije-. Pero no puedes ir y… — ¿Ah, no? Agarró una hilera llena de cosas y desapareció en el vestidor.
me gusta tu actitud_ dijo Afrodita.
no es robar_ dijo Annabeth_ eso esta abandonado y nosotros lo necesitamos.
no tienes que justificarte_ dijo Silena_ yo te entiendo_ muchos asintieron.
A los pocos minutos salió con unos pantalones cortos de flores de Waterland, una gran camiseta roja de Waterland y unas zapatillas surferas del aniversario de Waterland. También llevaba una mochila Waterland colgada del hombro, llena con más cosas. — Qué demonios. -Grover se encogió de hombros.
eres una mala influencia_ dijo Percy.
lo aprendí de ti_ dijo Annabeth.
eso te ayudara a dormir por la noche_ preguntó Percy, Annabeth asintió_ entonces es mi culpa_ asintió haciéndola reír.
En pocos minutos estuvimos los tres engalanados como anuncios andantes del difunto parque temático. Seguimos buscando el Túnel del Amor. Tenía la sensación de que el parque entero contenía la respiración. — Así que Ares y Afrodita -dije para mantener mi mente alejada de la oscuridad creciente- tienen un asuntillo.
podríamos decirlo así_ dijo Poseidón.
es mas que un asuntillo_ dijo Ares.
por supuesto que si, querido_ dijo Afrodita.
— Ese chisme es muy viejo, Percy -dijo Annabeth-. Tiene tres mil años. — ¿Y el marido de Afrodita? —
a mi no me importa_ dijo Hefesto_ ha pasado demasiado tiempo.
Bueno, ya sabes… Hefesto, el herrero, se quedó tullido cuando era pequeño, Zeus lo tiró monte Olimpo abajo. Así que digamos que no es muy guapo. Habilidoso con las manos, sí, pero a Afrodita no le van los listos con talento, ¿comprendes?
te informo que mi padre es muy listo y con talento_ dijo Piper.
no quise ofender_ dijo Annabeth_ solo intento explicarle a Percy la situación.
— Le gustan los motoristas. — Lo que sea. — ¿Hefesto lo sabe? — Oh, claro -repuso Annabeth-. Una vez los pilló juntos, quiero decir in franganti.
los he pillado un montón de veces_ dijo Hefesto.
Entonces los atrapó en una red de oro e invitó a todos los dioses a que fueran a reírse de ellos. Hefesto siempre está intentando ridiculizarlos.
es divertido_ dijo Hefesto:
hace nuestra relación mas feliz_ dijo Afrodita.
y la nuestra mas excitante_ dijo Ares, haciendo reír a su novia.
Por eso se ven en lugares remotos como… -se detuvo, mirando al frente-. Como ése. Era una piscina que habría sido alucinante para patinar, de por lo menos cuarenta y cinco metros de ancho y con forma de cuenco. Alrededor del borde, una docena de estatuas de Cupido montaba guardia con las alas desplegadas y los arcos listos para disparar. Al otro lado se abría un túnel, por el que probablemente corría el agua cuando la piscina estaba llena.
es lindo_ dijo Afrodita_ pero no puedes llevarme ahí.
planeare otra cosa_ dijo Ares.
realmente no te molesta_ preguntó Leo, Hefesto se encogió de hombros.
Tenía un letrero que rezaba: «EMOCIONANTE atracción DEL AMOR: ¡ÉSTE NO ES EL TÚNEL DEL AMOR DE TUS PADRES!»
bueno saber_ dijo Kayla.
un letrero así, no me haría entrar a ningún lado_ dijo Austin, todos asintieron.
Grover se acercó al borde. — Chicos, mirad. En el fondo de la piscina había un bote de dos plazas blanco y rosa con un dosel lleno de corazones. En el asiento izquierdo, reflejando la luz menguante, estaba el escudo de Ares, una circunferencia de bronce bruñido. — Esto es demasiado fácil -dije-.
demasiado_ dijo Luke.
algo saldrá mal_ dijeron los griegos.
todo_ dijeron los romanos.
¿Así que bajamos y lo tomamos y ya está? Annabeth pasó los dedos por la base de la estatua de Cupido más cercana. — Aquí hay una letra griega grabada -dijo-. Eta. Me pregunto… — Grover -pregunté-,
no la interrumpas, Percy_ dijo Atenea.
ya sabíamos que caerían en la trampa_ dijo Poseidón.
¿hueles monstruos? Olisqueó el viento. — Nada. — ¿Nada como cuando estábamos en el arco y no olfateaste a Equidna, o nada de verdad? Grover pareció molesto.
y con razón_ dijo Dionisio.
— Aquello estaba bajo tierra -refunfuñó. — Vale, olvídalo. -Inspiré hondo-. Voy a bajar. — Te acompaño. -Grover no parecía demasiado entusiasta, pero me dio la impresión de que intentaba enmendarse por lo sucedido en San Luis.
eso quería_ dijo Grover.
pero sabes que en realidad no te culpaba_ dijo Percy, Grover asintió.
— No -repuse-. Te quedarás arriba con las zapatillas voladoras. Eres el Barón Rojo, un as del aire, ¿recuerdas?Cuento contigo para que me cubras, por si algo sale mal. A Grover se le hinchó el pecho. — Claro. Pero ¿qué puede ir mal? —
Grover_ se quejaron todos.
los siento_ dijo Grover.
No lo sé. Es un presentimiento. Annabeth, ven conmigo.
vaya, que rápido que es tu hijo, tío_ dijo Hermes agitando la cejas en dirección a Percy.
— ¿Estás de broma? — ¿Y ahora qué pasa? -quise saber.
y el niño no se da cuenta de lo que propuso_ dijo Apolo, luciendo decepcionado.
es un niño_ dijo Sally mientras Poseidón reía.
— ¿Yo, contigo en… -se ruborizó levemente- en la «emocionante atracción del amor»?
pues Annabeth no es tan despistada_ dijo Poseidón, ganándose una mirada fulminante de Atenea, mientras Frederick parecía horrorizado.
Me da vergüenza. ¿Y si me ve alguien? — ¿Quién te va a ver? -Pero yo también me ruboricé un poco. Las chicas siempre le buscan tres pies al gato-.
es cierto_ dijo Chris.
lo que pasa es que los chicos no entienden nada_ dijo Rachel, las chicas asintieron.
Vale -le dije-. Lo haré solo. -Pero cuando empecé a bajar a la piscina, me siguió, murmurando algo sobre que los chicos siempre lo embarullan todo.
tal vez ella esperaba que la invitaras a salir_ dijo Afrodita.
le aseguro que no_ dijo Annabeth.
Llegamos al bote. Junto al escudo había un chal de seda de mujer. Intenté imaginarme a Ares y Afrodita allí,
eso hizo que todos miraran a Percy con horror.
no así_ dijo Percy muy sonrojado, haciendo que los dioses estallaran en carcajadas.
pues explícate mejor_ dijo Silena.
una pareja de dioses que se encontraban en una atracción abandonada de un parque de atracciones. ¿Por qué? Entonces reparé en algo que no había visto desde arriba: espejos por todo el borde de la piscina, orientados hacia aquel lugar. Podíamos vernos en cualquier dirección que miráramos. Eso debía de ser. Mientras Ares y Afrodita se daban besitos podían mirar a sus personas favoritas: ellos mismos.
tiene sentido_ dijo Deméter.
aunque no nos dábamos solo besitos_ dijo Afrodita.
lalalalal_ dijeron los hijos de Afrodita y ares tapándose los oídos.
Recogí el chal. Reflejaba destellos rosa y su aroma era una exquisita mezcla floral. Algo embriagador. Sonreí con aire de ensoñación, y estaba a punto de frotarme la mejilla con el chal cuando Annabeth me lo arrebató y se lo metió en el bolsillo. — Ah, no, de eso nada. Apártate de esa magia de amor.—
Annabeth_ dijo Afrodita con un puchero.
que habría pasado si lo hacia_ preguntó Kayla.
no contestes_ dijo Artemisa.
¿Qué? — Tú recoge el escudo, sesos de alga, y larguémonos de aquí. En el momento en que toqué el escudo supe que teníamos problemas. Mi mano rompió algo que lo unía al tablero de mandos. Una telaraña, pensé, pero lo examiné en la palma y vi que era un delgado filamento de metal. Estaba puesto ahí para tropezar con él. — Espera -dijo Annabeth. — Demasiado tarde. — Hay otra letra griega a este lado del bote, otra eta. Esto es una trampa.
así es_ dijo Hefesto_ lo lamento, no era para ustedes.
no tiene importancia_ dijo Percy.
Se produjo el chirriante ruido de un millón de engranajes que comenzaban a funcionar, como si la piscina estuviera convirtiéndose en una máquina gigante. — ¡Cuidado, chicos! -gritó Grover. Arriba, en el borde, las estatuas de Cupido tensaban sus arcos en posición de disparo. Sin darnos tiempo deponernos a cubierto, dispararon, pero no hacia nosotros sino unas a otras, a ambos lados de la piscina.
que has planeado Hefesto_ preguntó Poseidón.
todavía nada_ respondió Hefesto.
Las flechas arrastraban cables sedosos que describían arcos sobre la piscina y se clavaban en el borde, formando un enorme entramado dorado. Entonces, por arte de magia, empezaron a tejerse hilos metálicos más pequeños, entrelazándose hasta formar una red.
como la red en la que los atrapo la primera vez_ dijo Hazel.
me trae buenos recuerdo_ dijo Hefesto, Ares y Afrodita rodaron los ojos.
— Tenemos que salir de aquí-dije.
que te dio esa idea_ preguntó Thalia.
— ¡Menudo lumbrera! -ironizó Annabeth.
ya veo de quien lo saco_ dijo Percy, mientras Thalia y Annabeth se sonreían.
Agarré el escudo y echamos a correr, pero salir de la piscina no era tan fácil como bajar. — ¡Venga! -nos urgió Grover. Intentaba rasgar la red para abrirnos una salida, pero cada vez que la tocaba los hilos de oro le envolvían las manos. De repente, las cabezas de los cupidos se abrieron y de su interior salieron videocámaras y focos que nos cegaron al encenderse. Un altavoz retumbó: «Retransmisión en directo para el Olimpo dentro de un minuto… Cincuenta y nueve segundos, cincuenta y ocho…»
van a salir en la tele_ preguntó Apolo_ me encantara verlos.
y a mi_ dijo Hermes_ espero tener palomitas.
no se si me gusta que lo disfruten tanto_ le susurró Percy a Annabeth.
mejor acostúmbrate_ susurró Annabeth de vuelta.
— ¡Hefesto! -gritó Annabeth-. ¡Cómo no me di cuenta antes! Eta es hache. Fabricó esta trampa para sorprender a su mujer con Ares. ¡Ahora van a retransmitirnos en vivo al Olimpo y quedaremos como idiotas totales! Casi habíamos llegado al borde, cuando de pronto los espejos en hilera se abrieron como trampillas y de ellas emergió un torrente de diminutas cosas metálicas… Annabeth soltó un grito de horror.
que pasó_ preguntó Atenea, que podría haber asustado tanto a su hija.
habia olvidado esa parte_ dijo Annabeth con un escalofrío.
eran falsas_ susurró Percy.
Parecía un ejército de bichitos de cuerda: cuerpos de bronce, patas puntiagudas y afiladas pinzas, y se dirigían hacia nosotros como una marabunta, en una oleada de chasquidos y zumbidos metálicos. — ¡Arañas! -exclamó Annabeth, despavorida-.
donde_ gritaron Annabeth y sus hermanos levantando los pies en sus asientos.
niños, cálmense_ dijo Hestia_ no hay ninguna araña aquí.
lo promete_ preguntó Annabeth.
prometido_ dijo Hestia con suavidad, haciendo que ellos volvieran a pisar el suelo.
los hijos de Atenea son aracnofóbicos_ explicó Thalia a Jason, al verlo confundido.
¡Aaaa-raaaaa…! Nunca la había visto así. Trastabilló y cayó hacia atrás, presa del pánico, y las arañas robot casi la cubrieron completamente antes de que lograse levantarla y tirar de ella hacia el bote.
son solo arañitas de metal_ dijo Reyna.
las arañas son malas_ dijo Malcolm_ muy malas.
les gusta hacernos sufrir_ una pequeña niña de Atenea.
Aquellas cosas seguían apareciendo por doquier, miles de ellas, bajando sin cesar a la piscina y rodeándonos. Me dije que probablemente no estaban programadas para matar, sólo para acorralarnos, mordernos y hacernos parecer idiotas.
así es_ dijo Hefesto_ pero eso no significa que no sea peligroso, después de todo esta planeado para dioses_ advirtió.
Entonces caí en la cuenta de que era una trampa para dioses. Y nosotros no éramos dioses.
no me lo recuerdes_ dijo Sally.
no, eso es bueno_ dijo Percy, confundiendo a todos.
Subimos al bote y empecé a apartar arañas a patadas a medida que trepaban. Le grité a Annabeth que me ayudara, pero estaba como paralizada y sólo podía gritar.
lo siento_ dijo Annabeth_ no fui de ninguna ayuda.
todos tenemos algo que nos aterra_ dijo Percy_ no pasa nada.
«Treinta, veintinueve, veintiocho…», proseguía el altavoz. Las arañas empezaron a escupir filamentos de metal buscando amarrarnos. Al principio fue fácil zafarnos, pero había demasiados y las arañas no dejaban de llegar. Le aparté una a Annabeth de la pierna, y otra se llevó un trocito de mis zapatillas surferas con las pinzas. Grover revoloteaba por encima de la piscina con las zapatillas voladoras, intentando perforar la red, pero no cedía.
lo siento, pero esa trampa esta muy bien hecha_ dijo Leo, todos los hijos de Hefesto asintieron.
esta bien_ dijo Annabeth_ ahora podemos apreciarlo, cierto Percy_ Percy asintió.
«Piensa -me dije-. Piensa.» Podríamos haber huido por la entrada del Túnel del Amor, de no haber estado bloqueada por un millón de arañas robot.
pequeño detalle_ asintió Nyssa.
podrían pelear contra ellas, pero Annabeth no se acercara a ellas_ dijo Luke.
«Quince, catorce, trece…», contaba sin pausa el altavoz. «Agua… ¿De dónde sale el agua?» Y entonces las vi: los espejos trampilla eran el desagüe de gruesas tuberías de agua, y por allí habían venido las arañas. Encima de la red, junto a uno de los cupidos, había una cabina de cristal que debía de contener los mandos.
no creo que funcione_ dijo Beckendorf_ cuando el parque cerrò debieron desconectar todo_ Hefesto estuvo de acuerdo.
— ¡Grover! -grité-. ¡Ve a la cabina y busca el botón de encendido! — Pero… — ¡Hazlo! -Era una esperanza loca, pero nuestra única oportunidad. Las arañas ya rodeaban el bote por completo y Annabeth seguía gritando como una posesa. Teníamos que salir allí. Grover se metió en la cabina y empezó a pulsar botones a la desesperada. «Cinco, cuatro…» Me hizo señas con las manos, dándome a entender que había apretado todos los botones pero seguía sin pasar nada.
lo suponíamos_ dijeron varios.
como salieron de ahí_ preguntó Frederick, preocupado.
aun debe haber agua ahí_ dijo Poseidón_ en alguna parte, si Percy lograra controlarla...
no arruines la historia, papa_ dijo Percy.
Cerré los ojos y pensé en olas, agua desbordante, el río Mississipi… Sentí un tirón familiar en el estómago. Intenté imaginar que arrastraba todo el océano hasta Denver.
vamos hijo_ dijo Poseidón_ tu puedes.
«Dos, uno, ¡cero!» Las tuberías se sacudieron y el agua inundó con un rugido la piscina, arrastrando las arañas. Tiré de Annabeth para sentarla a mi lado y le abroché el cinturón justo cuando la primera ola nos cayó encima y acabó con todas las arañas. El bote viró, se levantó con el nivel del agua y dio vueltas en círculo encima del remolino. El agua estaba llena de arañas que chisporroteaban en cortocircuito, algunas con tanta fuerza que incluso explotaban.
se lo tienen merecido_ dijo Malcolm_ ahógalas a todas, Percy.
las destruí todas_ prometió Percy.
fue la mejor parte_ dijo Annabeth, aunque no recordaba mucho mas que el miedo hasta que todas se fueron.
Los focos nos iluminaban y las cámaras cupido filmaban en directo para el Olimpo. Me concentré en controlar el bote y lograr que siguiera la corriente sin estrellarse contra las paredes. Quizá fue mi imaginación, pero el bote pareció responder; por lo menos no se hizo añicos.
no es tu imaginación_ dijo Poseidón.
puedo controlar los bites_ preguntó Percy.
y los barcos_ dijo Poseidón.
Dimos una última vuelta cuando el nivel del agua era casi tan alto como para cortarnos en juliana contra la red. Entonces la proa viró en dirección al túnel y nos lanzamos a toda velocidad hacia la oscuridad. Nos sujetamos fuerte y gritamos al unísono cuando el bote remontó olas, pasó pegado a las esquinas y se escoró cuarenta y cinco grados al paso de imágenes de Romeo y Julieta y otro montón de tonterías de San Valentín.
esto es genial_ dijo Dakota inclinándose en el asiento.
podrías haber hecho eso en la playa_ preguntó Frank.
podría_ asintió Percy_ tal vez podemos hacerlo después_ añadió, sus amigos asintieron.
En la recta final del túnel, la brisa nocturna nos revolvió el pelo cuando el bote se lanzó como un bólido hacia la salida. Si la atracción hubiese estado en funcionamiento, habríamos llegado a una rampa entre las Puertas Doradas del Amor y, de allí, chapoteado sin problemas hasta la piscina de salida. Pero había un problema: las Puertas del Amor estaban cerradas con una cadena.
Hefesto_ dijo Atenea.
yo no tuve que ver con eso_ dijo Hefesto.
Un par de botes que al parecer habían salido del túnel antes que nosotros se habían estrellado contra las puertas: uno estaba medio sumergido, y el otro partido por la mitad. — ¡Quítate el cinturón! -le grité a Annabeth. — ¿Estás loco?
buena pregunta_ dijo Jason_ si el cinturón morirán.
con el cinturón también_ dijo Austin_ es un riesgo que deberán correr.
— A menos que quieras morir aplastada. -Me amarré el escudo de Ares al brazo-. Tendremos que saltar. -
es un buen argumento para saltar_ dijo Travis.
me convenció en cuanto dijo morir_ dijo Annabeth.
Mi idea era tan sencilla como demencial: cuando el bote chocara, aprovecharíamos el impulso como trampolín y saltaríamos por encima de la puerta. Jamás había oído que nadie sobreviviera a impactos de esa índole, arrojados a diez o doce metros del lugar del accidente. Pero nosotros, con un poco de suerte, aterrizaríamos en la piscina.
suerte es mi segundo nombre_ dijo Percy tragando saliva.
pensé que era..._Will tapo la boca de Nico cuando Percy lo miró.
a mi madre no se le debería permitir nombrar niños_ dijo Percy, Sally simplemente rodo los ojos.
Annabeth pareció comprender y me aferró la mano. Las puertas se acercaban a gran velocidad. — Yo doy la señal -dije. — ¡No! ¡La doy yo! — Pero ¿qué…? — ¡Física sencilla, amiguito! -me gritó-. La fuerza calcula el ángulo de la trayectoria… — ¡Vale! -exclamé-. ¡Tú das la señal!
mejor_ asintió Malcolm.
y mejor que Percy la interrumpiera o hubieran terminado aplastados_ dijo Katie.
Vaciló… vaciló… y de repente gritó: — ¡Ahora! Annabeth tenía razón. De haber saltado cuando decía yo, nos habríamos estrellado contra las puertas.
lo esperaba_ dijo Percy_ no soy bueno en física.
Consiguió el máximo impulso… más del que necesitábamos: el bote se estrelló contra las barcas estropeadas y salimos despedidos violentamente por el aire, justo por encima de las puertas y la piscina, directos al sólido asfalto.
ay_ dijeron varios entre dientes.
eso no es mejor_ dijo Percy_ diría que es pero, porque estamos volando_ Annabeth tuvo que darle la razón.
Algo me agarró por detrás. — ¡Ay! -se quejó Annabeth. ¡Grover! En pleno vuelo nos había atrapado, a mí por la camisa y a Annabeth por el brazo, e intentaba evitarnos un aterrizaje accidentado, pero íbamos embalados.
eso Grover_ dijo Luke_ me alegra que mis zapatillas los ayuden tanto.
fueron muy útiles_ dijo Percy.
— ¡Pesáis demasiado! -dijo Grover-. ¡Nos caemos! Descendimos al suelo describiendo espirales, Grover esforzándose por amortiguar la caída. Chocamos contra un tablón de fotografías y la cabeza de Grover se metió directamente en el agujero donde se asomaban los turistas para salir en la foto como Noo-Noo la ballena simpática.
dime que tomaste una foto_ pidió Connor.
lo siento, pero no_ dijo Percy.
Annabeth y yo dimos contra el suelo; fue un golpe duro, pero estábamos vivos y el escudo de Ares seguía en mi brazo. En cuanto recuperamos el aliento, liberamos a Grover del tablón y le dimos las gracias por salvarnos la vida.Me volví para contemplar la Emocionante Atracción del Amor. El agua remitía. Nuestro bote, estrellado contra las puertas, había quedado hecho trizas. Cien metros más allá, en la piscina, los cupidos seguían filmando. Las estatuas habían girado de manera que las cámaras y las luces nos enfocaban. — ¡La función ha terminado! -grité-. ¡Gracias! ¡Buenas noches!
en ese momento, todos aplaudieron.
me muero por ver eso_ dijo Apolo_ espero que lo grabemos.
quiero ver la cara de Hefesto cuando vio que dos críos escaparon de su trampa_ dijo Hermes.
tenias que mencionarlo_ suspiró Hefesto.
Los cupidos regresaron a sus posiciones originales y las luces se apagaron. El parque quedó tranquilo y oscuro otra vez, excepto por el suave murmullo del agua en la piscina de salida de la Emocionante Atracción del Amor. Me pregunté si el Olimpo habría pasado a publicidad y si habríamos estado bien de audiencia.
creo que mas que bien_ dijo Poseidón.
yo me asegurare de eso_ prometió Hermes.
gracias_ dijo Percy.
Detestaba que me provocaran y me la jugaran. Y tenía mucha experiencia en el trato con abusones a los que les gustaba hacerme esa clase de cosas. Levanté el escudo que llevaba en el brazo y me volví hacia mis amigos. — Vamos a tener unas palabritas con Ares.
es el final del capitulo_ dijo Piper.
será mejor que tengas cuidado cuando no veamos, chaval_ dijo Ares.
si señor_ dijo Percy.
