El último llamado.

Por Mel-Gothic de Cáncer.

Acto XV

Reconciliación.

Elegir dónde continuar sus vidas. Ninguno se había hecho esa pregunta durante esos diez años. Sí, en cierto modo, alguna vez pensaron en morir, ya que como caballeros y amazonas ya no eran necesarios, y cada uno tuvo que aprender a encontrar su lugar como una persona normal en un mundo donde su pasado era tan desconocido como incomprensible. Cada uno buscó la manera de poder adaptarse, y en esa búsqueda, Seiya se convirtió en pescador, Shaina en instructora de lucha grecorromana, Shun en médico y June en profesora de arqueología, y aún así, se sentían vacíos.

El Olimpo junto a Athena les permitiría seguir protegiéndola, los campos Elíseos les daba la posibilidad de al fin poder descansar, mientras que volver al mundo de los mortales, les daba la oportunidad de poder regresar a sus vidas, esas que les agobiaban pero que, luego de pasar por las pruebas del jardín, sabían que podían asumir nuevamente con energías renovadas y con nuevas perspectivas, pero, su decisión estaba con su felicidad como lo más importante, y siendo así ¿Qué debían elegir? ¿Dónde estaba realmente su felicidad?.

Las Hespérides los miraron con seriedad, los anteriores caballeros de Athena tenían la misma expresión seria en sus miradas a la hora de dar su respuesta, sólo uno de ellos habló sin pensarlo y sin titubear, ese fue Shiryu quién finalmente regresaría con Shunrei para estar junto a ella por siempre, dejando atrás todos los miedos de tener que partir a otra guerra santa donde no sabría si volvería a verla, y temiendo dejarla en la desdicha y la soledad.

¿Qué decidirían las amazonas y los caballeros frente a ellas? Eso era lo que se preguntaban cuando la voz de Shun interrumpió sus pensamientos.

─ El tiempo apremia ¿Verdad? ¿Basta con que coma un trozo de esta manzana y mi deseo se cumplirá? ─.

─ Así es, lo que decidas, sea el Olimpo, los Elíseos, o la Tierra, debes comer de aquella manzana y luego podrás regresar al yate que los trajo hasta aquí, o atravesar este arco, y subir por ese camino rumbo al Olimpo, o bajar e ir hasta los campos Elíseos ─ indicó Egle.

─ ¿Ya has tomado tu decisión Shun? ─ preguntó Seiya sorprendido, ya que en general el antiguo Caballero de Andrómeda solía tomarse las cosas con calma.

─ Considerando el tiempo que tenemos y mi decisión, no hay nada más que esperar ni menos qué pensar─ contestó este tomando la brillante manzana. La miró fijamente, y luego, le dio un mordisco, mascó la pulpa del fruto, y luego lo tragó. En ese mismo momento, el resto de la manzana dio un fuerte destello, y luego, quedó opaca.

─ ¿Qué sucedió? ─ preguntó Shaina inquieta.

─ ¿Qué fue lo que decidiste? ─ preguntó June fijando su mirada en Shun con expectación.

─ Eligió regresar al mundo de los mortales─ contestaron las tres Hespérides al mismo tiempo, mientras Egle depositó el cesto frente a Shun, y luego, avanzó hacia el lado opuesto de donde estaba el arco en que se ubicaban sus hermanas, y quedó de pie entre medio de dos enormes robles, que eran nada más ni nada menos, que los mismos que se hallaban en la entrada de la isla, y que brotaron de forma instantánea apenas Shun tragó el trozo de manzana.

─ ¿Regresarás al mundo de los mortales? ¿No irás a los Campos Elíseos para buscar a Ikki? ─ June habló esta vez completamente atónita ante la decisión del antiguo Caballero de Andrómeda.

─ ¿Por qué piensas que yo haría eso? ─ preguntó Shun sorprendido de las palabras de la arqueóloga.

─ Porque desde siempre, Ikki ha sido la razón de tu existencia─ contestó June con la voz entrecortada─ es por eso que yo pensé que irías a los Elíseos para buscarlo y volver a ser los hermanos que siempre deseaste que fueran.

─ No la culpo, yo también pensé que elegirías los Elíseos─ se escuchó repentinamente la voz de Seiya.

─ Es verdad, hasta yo lo pensé─ dijo Shaina, quién se había cruzado de brazos.

─ Comprendo, pero recuerden que soy médico no puedo dejar a mis pacientes, a lo largo de esta misión me di cuenta que no importa mi pasado, finalmente, me dedico a cuidar las vidas de los demás, y no quitárselas, dejar lo que me gusta a medias para ir tras Ikki, sería un error, una gran irresponsabilidad, mucha gente confía en mi, y aunque mi hermano sigue siendo alguien muy importante, él ya vivió y eligió lo que quería para sí mismo, soy feliz en este momento de mi vida, y Athena nos pidió que veláramos por nuestra felicidad, es por eso que regresaré, esa es la vida que yo elijo por y para mi mismo─.

─ Entonces puedes poner tu manzana dentro del cesto, y salir de esta isla por el portal de los robles─ le indicó Egle a Shun. Este hizo caso de las palabras de la Hespéride, pero en lugar de avanzar hacia el portal, se quedó de pie frente a June, mirándola con intensidad.

─ Sé que no esperabas esta respuesta June, lo siento, siempre hice todas las cosas mal contigo, lamento haberte hecho sentir tan poco importante debido a mi obsesión por Ikki, no sé cuál es tu decisión, si irás a los Elíseos, al Olimpo, o regresarás también a la Tierra, hace un rato te propuse que intentáramos recuperar nuestra relación, fui egoísta al presionarte a tener una respuesta de forma tan repentina, sin siquiera considerar por todo lo que has tenido que pasar dentro de esta misión, por eso quiero que sepas que si decides regresar al mundo de los mortales, siempre estaré esperándote para hablar, si lo deseas, y si finalmente no vuelves, June, yo lo único que deseo para ti, es que alcances tu eterna felicidad y que puedas sanar algún día todo el dolor que padeciste en la soledad al servicio de Athena─ .

Con delicadeza, Shun acarició una de las mejillas enrojecidas de la amazona de Camaleón, mientras ella sostenía su manzana con firmeza entre ambas manos con mucho nerviosismo. Entonces, el antiguo caballero de Andrómeda besó su frente en un gesto de ternura y respeto, y le dio la espalda partiendo rumbo al portal de los robles y así marcharse rumbo al yate de Hyoga.

Le había dicho a Seiya que se daba por vencido al intentar recuperar a June, pero al escuchar a las Hespérides comprendió que ese sería el último momento en que la vería, porque asumía que ella jamás regresaría al mundo de los mortales, era egoísta pedirle que se quedara con él, sencillamente, si la amaba tanto como el creía, debía dejarla decidir por su cuenta, sin presiones, y aunque le doliera en lo más profundo, despedirse como correspondía. Él no tenía nada más que hacer ni qué decir, salvo desearle lo mejor, ya que, al igual que Athena, el anhelaba que su gran amor fuera feliz.

Mientras tanto, June sintió una fuerte punzada en su pecho al ver la figura de Shun alejarse lentamente, algo le decía dentro de sí, que aquello se convertiría en una despedida definitiva si no hacía algo ¿De verdad era más importante su orgullo y su dolor que el amor que había sepultado en lo más profundo de su corazón? Su decisión original, era partir rumbo a los Campos Elíseos para desde ese lugar, poder encontrar el río Lete, beber de sus aguas y olvidarse de Athena, del Santuario, de la masacre de Isla Andrómeda y de esa relación amorosa tan complicada que había tenido con Shun.

Pero cuando lo escuchó manifestar su deseo sin siquiera titubear, ante el valor demostrado por él en su decisión de regresar para hacer lo que amaba, incluso si eso significaba perderla, e incluso seguir adelante solo, sin la compañía de Ikki, comprendió que no importaba cuán dura quisiera ser, en el fondo, lo había perdonado y seguía amándolo incluso más que hace diez años, porque veía reflejado en su interior que finalmente se había convertido en un hombre, tomando la responsabilidad sobre sus actos y sobre su propia vida, muy diferente al Shun que ella había abandonado hace tanto tiempo, y que le hacía sentir constantemente insegura.

June sintió que por el hombre que tenía delante, en ese momento, sí valía la pena dejar su orgullo de lado y darle una oportunidad nuevamente al amor, eso era lo único que le faltaba en su vida, ya que en lo personal, en el amor propio, era exitosa, una prestigiosa arqueóloga, con un gran número de publicaciones, y estudios importantes, sin embargo, ella quería compartir su alegría con alguien más, estaba cansada de vagar por la vida rodeada de un muro invisible que la separaba de los demás por temor a no ser comprendida por quién realmente era; una mujer con muchas identidades falsas, que luchó, asesinó, mintió, para garantizar la paz de la humanidad. El único que podía realmente entenderla, o al menos intentarlo, era aquel que tuvo una vida similar a la de ella, aquel con quién creció, y con quién compartió duros momentos de su vida.

─ ¡Shun, espera! ─ dijo para impedir que se marchara.

Él se detuvo al escuchar su nombre, su corazón comenzó a latir fuertemente, y al voltear, vio a June mirándolo con algunas lágrimas resbalando por sus mejillas.

─ Lamento haberme comportado como una niña terca y orgullosa contigo, tenía miedo de que nada en ti hubiera cambiado, y que solo me buscaras porque necesitabas a alguien de tu pasado para no sentirte tan solo─.

─ ¿Eso es lo que pensabas? ─ preguntó Shun impresionado por las palabras de la antigua amazona de Camaleón ─ Jun, eso nunca fue así, pero supongo que yo no me esmeré en que lo entendieras si siempre estaba hablándote de Ikki como si no hubiera cabida para nadie más en mi vida─.

─ Lo sé, yo tampoco colaboré demasiado, siempre me enfadaba porque creía que tu no valorabas mi compañía y mis sentimientos, y en lugar de explicarte lo que me pasaba, lo transformaba todo en peleas, pero sabes, veo en ti a un hombre diferente, y yo también soy diferente a la June de hace diez años, tengo una vida de investigación por delante, que me apasiona, que me hace muy feliz, y quiero seguir viviéndola hasta que dé todo lo que tenga y ya no me quede nada más por entregar, si puedes tenerme paciencia, si existe una posibilidad de sanar nuestro pasado, entonces, creo que ya estamos en condiciones de tener esa conversación que me dijiste hace un momento, no estoy dispuesta a esperar otros diez años para arreglar lo que hicimos mal, sabiendo que teníamos todo para ser felices juntos desde el principio─.

Tras decir aquellas palabras, June comió de la manzana dorada, la cuál resplandeció intensamente, y luego quedó opaca. La amazona, sin embargo, ni siquiera le tomó el sabor al fruto, tenía todo tan claro dentro de sí, que con ligereza, lo dejó caer en el cesto sin siquiera mirarlo, y corrió hacia Shun para abrazarlo fuertemente.

─ Entonces ¿Podemos empezar de nuevo? ─ preguntó Shun mirándola con sus verdes ojos llenos de lágrimas.

─ Sí, si podemos─ murmuró June antes de unir sus labios a los de Shun en un profundo beso de reconciliación.

Acto XVI

Una oportunidad.

Mientras esto sucedía, aquella pareja era observada por Seiya y Shaina. Las valientes palabras del médico llegaron a lo profundo del corazón de la amazona de Ofiocus, al igual que la decisión de June de dejar su orgullo de lado para sincerar lo que sentía. Para ella no era tan fácil abrirse de esa manera, pero ya de antes que aquella pareja tomara su decisión, ella había estado contemplando a Seiya, y luego, a la esfera de cristal donde se hallaba la figura de Saori. Por unos instantes, pensó en que su deseo de ir a comer la pizza que el antiguo caballero de Pegaso le había ofrecido definitivamente no se cumpliría, ya que con toda certeza él iría al Olimpo junto con Athena o a los Elíseos junto a Saori, y ella, una vez más, solo tendría que contentarse con las pocas migajas de cariño que había recibido de él durante todos esos años.

Pero al escuchar la fuerte convicción de Shun, ella se dio cuenta que más allá de su amor por Seiya, también tenía otras metas. Amaba su gimnasio, sus estudiantes eran sus camaradas, le encantaba entrenar, enseñarle a sus muchachos aunque no tuvieran nada que ver con su antigua vida en el Santuario, se enorgullecía de ellos y de los trofeos que habían conquistado con paciencia, disciplina y perseverancia. No quería dejar esa vida aún, quería llegar mucho más lejos, hasta donde sus fuerzas se lo permitiesen. Cuando recién comenzó a enseñar lucha grecorromana, lo había hecho porque era lo único que se le daba bien, pero a lo largo de los años, empezó a desarrollar aquellas habilidades de maestra que tenía Marín, y que marcaron la diferencia entre Cassios y Seiya.

Precisamente por esa deuda que sentía que le tenía a su primer aprendiz, y en base a los errores del pasado y su experiencia en batalla y guerras santas, ahora podía conectar mucho mejor con sus estudiantes, tenía un largo camino que recorrer, y era algo que de verdad llenaba su vida, no podía dejarlo a medias, y tampoco podía amargarse por un amor que, en definitiva, podía no ser.

Y al escuchar a June cediendo al impulso de su corazón, se dio cuenta que ese sería el último momento en que estaría junto a Seiya, y que con seguridad no lo volvería a ver nunca más. Ella también debía abrir su corazón, porque de lo contrario se arrepentiría toda su vida.

Shaina en ese momento sostuvo su manzana, y sin ninguna duda, le dio un mordisco deseando regresar al mundo de los mortales, y tal como sucedió con Shun y June, la fruta dio un fuerte destello, para luego quedar completamente opaca.

─ ¿Elegiste volver a la Tierra? ─ preguntó Seiya acertando en la decisión de la antigua amazona de Ofiocus.

─ ¿Qué pensabas que elegiría? ─ contestó ella con seriedad.

─ Es que, hablamos tantas veces por whatsapp de lo difícil que era dejar de vivir como una amazona o un caballero, que creí que irías al Olimpo junto a Athena, para seguir gritándole órdenes a los que están allá─ respondió Seiya con total honestidad.

─ Prefiero gritarles a los tontos que tengo aquí en mi gimnasio, al menos ellos me tratan como una reina, me temen, pero también me quieren─ dijo Shaina cruzándose de brazos.

─ ¡Ya, tranquila, ya entendí Shaina! ─ contestó el antiguo caballero de Pegaso en tono de burla por la expresión de molestia de la amazona.

─ Pero, antes de volver a la Tierra, quiero que me escuches ─ esta vez, Shaina cambió su mirada orgullosa, por una totalmente seria ─

─ Hay algo que te dije hace muchos años, cuando Aioria te atacó antes de ir al Santuario, y ha pasado tanta agua bajo el puente desde entonces...primero me empeciné en querer olvidarte, y luego cuando retomamos contacto por redes sociales, pensé que podríamos ser grandes amigos, pero, no pude Seiya, por mucho que lo he intentado, da igual cuántos amantes haya tenido, al final, ninguno puede entender mi mundo y mi dolor mejor que tu, te amo, pero sé que eso lo sabes, porque aunque intente disimularlo, siempre soy torpe en esas cosas─ .

─ ¿Por qué me dices esto Shaina? ─ preguntó Seiya asombrado de la conducta de la amazona, pero ella le interrumpió.

─ ¡Aún no he terminado! Seiya, sé que no volveré a verte, es por eso que quería que lo supieras. Al iniciar esta misión, me prometiste que iríamos a comer pizza y cerveza, por todos estos años que hemos sido amigos por redes sociales, sé que siempre cumples lo que prometes, y...el solo hecho de salir juntos, es algo muy importante para mí, pero...esta vez debes elegir el camino que te lleve a tu verdadera felicidad, es por eso que no te perdonaré nunca si eliges la pizza y la cerveza solo por cumplir una tonta promesa, dejando de lado lo que en verdad deseas, así que, ve con Saori a los Campos Elíseos. Como el gran amigo que has sido todos estos años, voy a extrañarte mucho, pero todo estará bien si sé que has vuelto a sentirte pleno, y no que te falta algo por dentro como me dijiste hace tiempo por mensaje de voz─ .

Rápidamente, antes de que las lágrimas en sus verdes ojos se hicieran notorias, y sabiendo que esa era su despedida, Shaina abrazó a Seiya por unos segundos, y entonces, se apartó de él con brusquedad, arrojó la manzana al cesto, y se movió con rapidez hacia los robles evitando mirar hacia atrás, a esas alturas, no había nada más que decir.

Pero para su sorpresa, sintió una mano que la sostuvo fuertemente por uno de sus brazos. Shaina cerró los ojos con fuerza, y trató de soltarse, pero Seiya tenía mucha más fuerza que ella, y de un tirón brusco, logró que se diera la vuelta.

─ A mi me gusta más la pizza y la cerveza en el mundo de los mortales, que ir al Olimpo o a los Campos Elíseos─ .

─ ¿Qué? ─ Shaina abrió los ojos, aún llenos de lágrimas─ ¿Pero qué estás diciendo idiota? ¡no hables tan a la ligera! ─ .

─ ¿Vas a escucharme por un momento en tu vida? En persona es más difícil comunicarse contigo que por whatsapp ─ contestó Seiya, poniendo uno de sus dedos sobre los labios de Shaina, mientras con su otra mano, secaba las lágrimas que caían por sus mejillas.

─ Sé que no es novedad que amé a Saori, y que en medio de tantas guerras, la única forma de poder demostrarle lo que sentía fue protegiéndola, fue muy difícil superar su partida, es más, creo que es un dolor que no se olvida, pero, se aprende a vivir con él. Shaina, sufrí mucho, pero en medio de todo, siempre estuviste ahí para darme una grata conversación, una reprimenda, o para compartirme videos divertidos de gatos y gente golpeándose, has hecho de mi vida algo más llevadero aunque siempre ha sido en la distancia, por eso, si no te molesta y si no me odias por mi decisión, vayamos a comer la pizza y a beber cerveza juntos, y veamos qué surge de eso, creo que después de todos estos años, nos merecemos una oportunidad─ .

─ ¡Seiya! ─ Shaina apenas podía creer lo que estaba escuchando, pero vio en el semblante del antiguo Caballero de Pegaso de que estaba hablando muy en serio.

─ ¿Qué me dices? ¿Estás de acuerdo con mi invitación? ¿Sí o no? No me gustan las cosas a medias ¿O prefieres que invite a otra chica? ─ continuó hablando Seiya.

─ ¡Sí! ¡Claro que sí tonto! ¡Ni se te ocurra invitar a otra!─ respondió Shaina, mientras él la tomaba de la mano, y la condujo hasta la esfera en que se encontraba la pequeña imagen de su diosa.

─ Siempre fue esta tu intención ¿Verdad? Saori, sabías que nosotros cuatro éramos los más inmaduros de todos los que sobrevivirían a las guerras santas, y por eso nos dejaste para el final, porque esperabas que nuestros hilos del destino se desmadejaran lo suficiente para poder perdonarse en el caso de Shun y June, y para unirse, en mi caso con Shaina─ .

El diminuto rostro de Athena asintió mientras sonreía con dulzura. Seiya con algo de nostalgia dentro de sí, acarició la esfera de cristal.

─ Gracias ─ continuó hablando mientras sentía que sus ojos se nublaban por algunas lágrimas─ Tenían que pasar diez años para entender que tu sacrificio fue por el bien de todos, porque en tu alma no hay cabida para el egoísmo. Saori, me esforzaré por vivir feliz lo que me queda de vida, junto a Shaina, disfrutando de la paz que tanto trabajo nos costó ganar, te lo prometo─ .

─ Seiya ─ la voz de Saori se escuchó con calma, una de sus diminutas manos se apoyó en uno de los bordes dentro de la esfera de cristal, y el antiguo Caballero de Pegaso también puso una de sus manos del otro lado como si ambos intentaran unir sus palmas en una última caricia─ Sé que en otra vida las cosas pueden ser diferentes, pero antes de llegar hasta ella, primero debes aprender a vivir y disfrutar de esta, ya verás que algún día, en un futuro lejano nos volveremos a encontrar─ .

Una intensa luz comenzó a envolver la esfera de cristal, Seiya contempló la figura de su diosa antes de que desapareciera, al igual que Shaina, quién sintió la voz de Saori dentro de su mente, pidiéndole que cuidara al caballero de Pegaso, y deseándoles que fueran felices los dos juntos.

Acto XVII

Lo inesperado.

Mientras la deidad desaparecía envuelta en ese último haz de luz, Shun y June, que estaban esperando a Seiya y a Shaina en el portal de los dos robles notaron que ese mismo brillo envolvía a las Hespérides.

─ ¿Qué nos está sucediendo? ─ dijo alterada Egle.

─ No lo sé, pero también está afectando al jardín─ contestó Hesperia, mientras las plantas a su alrededor comenzaban a marchitarse.

─ ¿Será acaso que Athena al fin nos liberará de este lugar?─ Habló Eriteis algo temerosa ─.

─ Así es ─ se escuchó una voz femenina imponente resonar por todo ese microuniverso.

─ ¿Qué es ese cosmos que estoy sintiendo? ─ Shun cogió la mano de June y la apretó con fuerza ─ ¡Seiya, creo que tenemos que irnos!─ .

─ Yo también siento ese cosmos, es enorme, tanto como el Athena, pero eso es imposible, ustedes destruyeron a todos los demás dioses durante las guerras santas ¿Verdad?─ dijo June mirando a Shun.

─ ¡Miren eso! ─ gritó repentinamente Shaina quién se dio cuenta que una enorme cosa se dirigía hacia ellos.

─ ¡Es Ladón, ha vuelto a la vida! ─ gritaron las tres Hespérides aterradas.

─ ¡ Ya sabía yo que esa cosa tan fea no estaba de bonito! ─ gritó Seiya al notar que la criatura que habían dejado atrás venía a toda prisa corriendo con su escalofriante cuerpo.

─ ¿Qué haremos? ─ dijo Shun poniéndose en guardia.

─ Pues enfrentarlo ¿Qué más se puede hacer? ─ agregó Shaina.

Por suerte solo tiene noventa y nueve cabezas ─ pensó fugazmente Seiya.

─ Entonces ¿Cuál es la estrategia?─ preguntó June ─ ¿Un ataque frontal? ─ .

─ Eso es imposible, Ladón tiene tantas cabezas que cubre cualquier punto por donde se le pueda atacar─ dijo Egle.

─ Pues si tanto lo conocen, entonces, dennos al menos una pista de cómo hacerle frente, del resto nos encargaremos nosotros─ habló Shaina con voz de mando.

─ Bueno, si lográramos que sus cabezas miraran todas en una sola dirección, seguro podríamos distraerlo─ pensó en voz alta Hesperia.

─ Entonces podrían atacarlo por detrás─ agregó Eriteis.

─ Comprendo, ustedes serán entonces los señuelos, mientras, Shun y June utilicen sus técnicas para hacerlo caer, y entonces, Shaina y yo le daremos el golpe final─ formuló Seiya una rápida estrategia.

─ ¿Por qué tenemos que exponernos nosotras? Ustedes no son los caballeros de Athena, que destruyeron a todos los dioses del Olimpo, no nosotras─ se quejaron las Hespérides.

─ ¿Acaso no quieren su libertad? Si tanto la desean, luchen por ella─ les contestó bruscamente Shaina, ante lo cuál las ninfas accedieron sin más quejas.

Todo el grupo tomo con rapidez sus posiciones. Las Hespérides quedaron de pie frente al portal de los dos robles, June y Shun se escondieron tras de unos arbustos que aún no se marchitaban, y Seiya y Shaina treparon a unos árboles que estaban en similares condiciones, mientras que la horrenda criatura por fin llegaba al lugar del enfrentamiento.

Continuará...


Hola, esta vez tardé menos en actualizar. Mi meta era un capítulo por semana, pero no lo logré, aunque me prometí actualización quincenal al menos para este fic, y aquí si logré andar un poco mejor con los tiempos.

Quiero agradecer sus lecturas, especialmente a Darckacuario, a Anuy y a Usagi de Andrómeda por dejar review; por alguna razón extraña no me están llegando correos de la página a mi mail; así que he tenido que leerlos directamente desde el fic.

Qué les pareció el capítulo? espero les haya gustado, me costó escribir lo de las parejas, porque en el caso de Shun y June no sabía cómo lograr que se reconciliaran, y en el de Seiya y Shaina me costó que quedara diferente a la situación de Shun y June, de verdad fue muy difícil para mi, por alguna razón llegué a la conclusión de que tenían una forma de resolución similar y no sabía qué hacer para que se diferenciaran.

Les cuento ya, con toda seguridad que este es el penúltimo capítulo, ya el próximo será el final, así que ahora me pondré de cabeza a escribirlo, jejeje un abrazo y nos estamos leyendo.

Mel.