Disclaimer: los personajes le pertenecen al mangaka Kazuki Takahashi. Sólo los uso para escribir mis ideas.

EPISODIO FINAL

Parte 3

"Encrucijada"

Capítulo 31 (69) FINAL

-¿Asistir a la presentación de tu empresa en aquel país?

Para Yami y Mai era una gran sorpresa lo que acababan de escuchar.

-Si, me gustaría que tú estuvieras presente en la inauguración de mi empresa en ese lugar-dijo Leon Wilson.

León van Shroeder era el hermano menor de Sigfried Shroeder y tenía una empresa de entretenimiento en medios audiovisuales independiente a la compañía de su hermano mayor.

Para evitar que lo relacionaran con él, se había puesto un apellido distinto como seudónimo, aunque había personas que sí sabían quiénes eran los familiares de Leon.

-¿Por qué quieres que Yami te acompañe?-preguntó Mai cruzando los brazos de forma juzgona.

-Mi empresa está enfocada en el entretenimiento audiovisual, pero tengo la intención de cooperar con empresas de juguetes y juegos ya que las series que produzca mi empresa necesitaran publicidad por medio de juegos y juguetes.

-¿Quieres vender juegos y juguetes de las producciones de tu empresa?-preguntó Yami para estar seguro.

-Esa es mi meta. Estamos produciendo series de televisión y mi idea es asociarme con una compañía de juegos y juguetes.

-Pero a tu hermano no les gustará que te colabores conmigo-dijo Yami preocupado.

-MI empresa es independiente de la de mi hermano. Yo siempre desee que trabajaras con nosotros.

Yami meditó lo que le decía Leon. La inauguración era en el país donde sucedió la guerra, el lugar donde se separó de Anzu. Era un lugar que le traía recuerdos tanto buenos como malos.

-¿Cuándo es la inauguración?

-Es el próximo inicio de semana, pero si aceptas venir tendrás que estar desde el fin de semana instalado en el país.

León sonreía, muy seguro de que su propuesta era muy buena y llamaba la atención de Yami. No se equivocó, ya que Yami tenía deseos de ir; tanto por la inauguración como por la nostalgia de ver el país donde vivió su infancia. Ya eran 26 años desde la guerra.

Alzó la mirada hacia Leon con una gran sonrisa decorando su cara afilada.

-De acuerdo, Leon. Acepto ir a la inauguración.

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-¿Estás seguro de que es un buen plan aceptar su propuesta?-preguntó cuando Leon se hubo marchado.

-Si, es una oportunidad para seguir produciendo juguetes nuevos gracias a las series y películas que produce Leon.

-Leon lo que quiere es que las personas que asistan te relacionen con él como un proyecto de venta de juegos. Sabe que somos una marca y que además vendemos juguetes de otras marcas reconocidas.

-Ciertamente me alegra que me tome en cuenta Leon.

-A mí me da miedo que su hermano te cause problemas.

-Dudo mucho que Sigfried quiera arruinar la inauguración de la empresa de su hermano. Además, él fue discreto cuando pasó lo de mi despido.

Sigfried nunca le reveló a nadie el motivo real del despido de Yami y eso lo agradecía de por vida. Al menos le hacía pensar que Sigfried no le tenía mala voluntad.

-Nuestra marca es reconocida en Japón, pero si comienzas a laborar con Leon podríamos extender el negocio a nivel mundial-dijo Mai imaginando el negocio de la juguetería crecer cada vez más.

-Primero debo ver la empresa de Leon para saber cómo más detalles de sus proyectos. Esta es mi oportunidad.

-Si tú lo dices-dijo Mai no muy convencida de la decisión de su amigo.

León era un chico agradable, pero al ser hermano de Sigfried había un cierto recelo de parte de Mai hacia el joven.

Yami estaba seguro de que Leon sólo deseaba mejorar su empresa, lo mismo que él deseaba con la suya propia, pero no era sólo eso lo que lo movía a aceptar la invitación.

Deseaba visitar el país donde vivió con Anzu. Sus memorias de la infancia estaban escondidas en aquel país al que llevaba 26 años sin visitar.

Se preguntaba cómo había cambiado todo allí, las personas, la ciudad, el internado donde creció.

El internado…claro…iría a donde estaba el internado donde conoció a Anzu y a Kaiba.

El lugar donde comenzó su vida amorosa.

Su corazón comenzó a latir mientras un calor familiar invadía su espíritu.

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El avión aterrizó en el aeropuerto indicado. Los pasajeros descendieron conforme a las indicaciones del personal, entre ellos estaba Yami Yugi. Tomó sus maletas y se dirigió a la salida del aeropuerto para tomar un taxi hacia su hotel.

Una vez llegó, se instaló en la estancia con comodidad, revisó sus cosas, verificó que hubiera traído todo lo que indicado y se acostó a descansar un poco.

Mirando la habitación del hotel comprendió que hacía mucho tiempo que no viajaba, mucho menos al extranjero, aunque siempre tenía listo su pasaporte.

Pensó en lo que Mai le había dicho unos días atrás; sobre su vida amorosa. En verdad sentía deseos de enamorarse, pero parecía que su corazón estaba imposibilitado.

Seguía amando a Anzu aunque ya no estaban juntos. Se metió la mano entre las prendas de su cuello y sacó el corazón tallado con la inscripción "Gi Zu".

Con los años el desgaste era inevitable, pero Yami lo cuidaba como a su vida misma. Era el único recuerdo que tenía de Anzu; continuamente pensaba en ella y se preguntaba si era correcto de su parte no buscarla.

Sin embargo, ella fue la que lo cortó anteriormente, así que tenía miedo de que ella lo rechazara de nuevo. Quizá era verdad que su amor era muy infantil e inmaduro.

Apretó contra su pecho el corazón partido, cerrando los ojos con placer al recordar a su amada, y luego guardó de nuevo el pedazo entre las ropas de su cuello.

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-Mamá ¿no crees que papá hubiera preferido un lugar diferente para ser enterrado?

Moki ya estaba acostumbrado a ir cada mes a visitar la tumba de su padre en el antiguo internado a las afueras de la ciudad. Ahora el edificio estaba en ruinas, nadie habitaba allí, las paredes estaban cuarteadas por el paso del tiempo, muchas enredaderas habían crecido decorando las estancias, había agujeros grandes en algunos pasillos provocados por los bombardeos de la guerra.

-No, amor. Él y yo nos conocimos aquí cuando éramos niños. Estoy segura que no hay mejor lugar que este para que descanse su cuerpo.

Recorrieron algunos pasillos destruidos hasta llegar a la parte de atrás del internado donde se divisaba un árbol enorme; era el árbol en donde ella y Yugi trepaban de pequeños.

Tea sabía que Kaiba también disfrutaba leer bajo ese árbol a solas para escapar del mundo. En aquella época lo odiaba por quitarle su árbol favorito, ahora entendía su situación y lo compadecía.

Un poco retirado del árbol para evitar que las raíces del mismo estorbaran a lo que allí fue enterrado, se veía una lápida.

Tea y Mokuba se acercaron a ella, se arrodillaron y juntaron sus manos para dedicarle una oración. En la lápida estaba inscrita la leyenda "Seto Kaiba 25 de octubre-12 de mayo Amado esposo y padre".

-Espero me estés viendo donde quiera que estés, papá.

-Si hay algún lugar a donde vayamos seguro te admira por lo inteligente que eres-dijo Tea con orgullo.

-¿Puedo ir a recorrer el internado?

-Si, pero no te vayas más allá del jardín.

Moki siempre visitaba rápidamente a su padre antes de jugar por los alrededores. La que se quedaba rato conversando con el fantasma de su esposo era Tea. Miró la lápida y de nuevo se apoderó de ella la tristeza.

-Seto…no sabes cómo te extraño.

Acarició las letras donde decía "Amado esposo".

-Nuestro hijo ha crecido muy sano y fuerte. Sé que estarías orgulloso de él. Pero…

Su voz se quebró al hablar.

-Me pregunto si…

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Yami vislumbró a lo lejos el internado donde creció, revisó por última vez el GPS de su celular para confirmar que estuviera en lo correcto aunque una corazonada le indicaba que ese era el lugar.

-No puedo equivocarme. Ese es el internado.

Sonrió para sí mientras observaba el lugar. Pudo ver que estaba destruido en algunas partes de la pared que protegía el patio, alcanzó a notar las enredaderas que rodeaban cada parte del edificio.

-Los años no pasan en balde.

Caminando a paso seguro, Yami se dirigió al lugar y entró por la puerta principal. Conocía cada rincón de allí, pero ahora podía entrar y salir sin restricciones de adultos.

Una vez estuvo dentro, sintió esa calidez mezclada con nostalgia que llevaba años sin experimentar. Observó cada rincón, respiró el aire fresco del lugar combinado con los olores de edificio viejo y plantas. Alzó los brazos y dio vueltas girando sobre sí.

-¡No puedo creer que me siento tan feliz de estar aquí!

Se detuvo y cerró sus ojos para sentir el aire que entraba en sus pulmones y también permitió que el viento moviera sus cabellos tricolores.

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-Me pregunto si…¿te molestaría si busco a Yami Yugi de nuevo?

Sabía que no obtendría una respuesta concreta. Los muertos no pueden hablar, pero se sentía mejor platicando con Kaiba de esa forma. Al menos se desahogaba de sus tristezas.

-Lo he pensado mucho, Seto. Quiero que nuestro hijo tenga un padre, pero no me gustaría cualquier padre.

Sus ojos brillaron por el llanto contenido.

-Amo a Yugi con todo mi corazón, no he podido olvidarlo a pesar de los años.

"Por eso quisiera verlo y decirle que quiero quedarme con él. Que quiero ser su mujer y tener hijos con él".

"Pero me pregunto si tú odiarías verme con Yami Yugi. Después de todo era tu rival empresarial y también aquí en el internado lo odiabas."

"Me gustaría decirle que lo amo aún con el paso de los años. Es el único hombre que he amado además de ti."

Tea comenzó a llorar y las lágrimas caían en la tierra de la lápida humedeciéndola.

-Po favor, Seto, dime la verdad. ¿Te molestaría si buscara a Yugi?

Hubo silencio, sonrió para sí misma.

-Es ridículo que lo busque teniendo un hijo tuyo. No creo que le guste la idea de ser el padre de nuestro pequeño.

Volvió a acariciar la lápida.

-Tenías razón, Seto. Yo, Tea, te amo y siempre tendrás un lugar en mi corazón, pero Anzu ama a Yami Yugi.

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Yami llegó al dormitorio que anteriormente fue asignado para los niños. Miró a detalle cada rincón de la estancia, sonriendo por la admiración de haber vuelto a su antiguo dormitorio.

-Debe de estar por aquí.

Giraba de un lado a otro hasta que reconoció las pequeñas rejas en la pared; las vías de escape que usó hace muchísimos años.

Sonrió con gran alegría.

-Aquí está. El túnel por el que escapaba para ver a Anzu.

Se agachó para tocar la superficie con suavidad mientras los recuerdos se agolpaban en su mente, cuando cabía en ese túnel.

-Me pregunto cómo se verá el final del túnel-dijo Yami lleno de felicidad sabiendo que el túnel llevaba a la parte de afuera del internado, hacía el patio y jardines.

Se levantó y se encaminó a los jardines. Ahora no necesitaba un túnel para llegar a donde quisiera.

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La mano de Tea se posó en el árbol lanzando una mirada nostálgica al único testigo de sus aventuras en ese internado. Volvió a recordar a Yami y a Kaiba al ver ese lugar mágico para ella.

Respiró hondo sin dejar de ver la gran altura del árbol.

-Me pregunto si perdí mi habilidad de trepar árboles.

Tuvo una ligera curiosidad por subirse al árbol como en los viejos tiempos, pero se sintió infantil. Ya no era una niña, su cuerpo quizá ya no respondería como antes para subir con la misma velocidad y flexibilidad de aquella época.

-Me estás tentando a treparte-dijo con una sonrisa triunfante muy típica de su niña interior.

-Anzu…

Su corazón comenzó a latir estrepitosamente. Nadie conocía ese nombre más que ella. Sólo había una persona en todo el mundo que la llamaba así.

El viento movía sus cabellos, pero su cuerpo estaba paralizado como si se hubiera convertido en piedra. Esa voz era inconfundible.

Volteó lentamente hasta girar su cuerpo por completo y ver la figura de un hombre de cabellos puntiagudos de tres colores mirándola desde el otro lado del patio. La luz del atardecer lo iluminaba de tal manera que pudo reconocerlo enseguida

Sus latidos aumentaron al punto que pensó que le daría un infarto. Sus mejillas se pusieron rojas.

Allí estaba él. Mirándola, también petrificado en su lugar con el viento levantando su cabellera.

-Yugi…

No podía articular más palabras. Estaba anonadada, por momentos creyó que estaba alucinando, pero pronto se dio cuenta que era real.

Desde el otro lado del jardín, Yami sintió que sus ojos derramaban lágrimas mientras que su cuerpo y garganta estaban inmóviles.

Tea también empezó a llorar desde su posición bajo el árbol de su infancia.

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Mokuba jugaba con las piedras tiradas en los suelos de los pasillos y corredores al tiempo que sacaba sus juguetes comprados por su madre hacía tiempo. Tenía carros y justicieros.

-¡Entonces llega la lluvia de meteoros!-dijo al agarrar piedras y aventarlas a sus muñecos.

-¡Oh no, huyamos!

Tomó a sus muñecos y corrió por las habitaciones, se metió a una de ellas con la intención de escapar de los meteoros que atacaban a sus autos y guerreros cuando vio algo que llamaba su atención.

Se asomó por la ventana, lleno de confusión, y vio a una mujer abrazada a un hombre. Distinguió la ropa de su madre a lo lejos.

-¿Qué hace mi mamá con ese hombre?

Moki no entendía qué sucedía allá afuera muy cerca del árbol que siempre visitaban cada mes.

Tea estaba abrazada a Yami con tanta fuerza que casi podía escuchar el corazón de él latiendo con la misma fuerza que el de ella. Sus lágrimas mojaron el hombro de él mientras que el llanto de Yami empapó el hombro de ella.

-Yugi, mi amor…

Yami tomó el rostro de Tea en sus manos y la besó apasionadamente. Ella le devolvió el beso con la misma pasión, ninguno dejó de abrazarse mientras sus labios estaban unidos.

-Anzu…creí que no te vería nunca más.

Yami la apretó con más fuerza al tiempo que le besaba el cuello.

-Creí lo mismo, Yugi.

-No te voy a dejar ir de nuevo pase lo que pase-aseguró Yami con firmeza sin parar de llorar y de acariciar el cabello de Tea.

-No pienso irme esta vez de tu lado.

El abrazo continuo por largo rato a la luz del atardecer cuando de pronto Tea recordó algo que la hizo separarse de Yami abruptamente.

-¡Es cierto! Tengo que decirte algo…

En la habitación de arriba, Mokuba vio cómo su madre conversaba con el señor. No distinguía lo que decían; sólo vio que ella daba explicaciones de algo, el hombre de cabello tricolor estaba sorprendido al punto de que retrocedió y dejó de abrazar a la mujer. Notó que ella continuaba hablando, explicando, detallando cosas. Pasado un rato el hombre levantó la mirada hacia Tea, sonrió, algo empezó a hablar y luego retomó su abrazo con ella.

No supo de qué se trataba la conversación, pero entendió que debía ser algo importante para su madre y el señor.

Repentinamente un recuerdo apareció en su mente infantil causándole interés.

"-Mamá, ¿piensas tener pareja algún día?

-No lo sé. Me siento feliz siendo soltera.

-Es que pienso que sería bueno tener un papá.

Tea se ruborizó con el comentario, pero su rostro cambió como si algo hubiera pasado por su mente.

-De hecho sí alguien que me gusta.

-¿Quién?-preguntó Moki interesado.

-Es un hombre que siempre ha estado para mí desde que nos conocemos.

Tea habló como una adolescente enamorada charlando con un niño inocente.

-¿Quién es?

-Si algún día lo vuelvo a ver te lo presentaré."

¿Sería aquel hombre el que su madre mencionó aquella vez?

Sin esperar más, Mokuba se dirigió a la salida de la habitación, corrió por todos los pasillos, que conocía perfectamente por tanta visita, hasta salir del edificio. Caminó hacia la parte de atrás y, a distancia, miró cómo su madre besaba apasionadamente, otra vez, al tricolor.

-¿Será él el hombre que le gusta a mi mamá?

Tenía mucha curiosidad por saber.

-¡Mamá!

Sus gritos alertaron de su presencia a Yami y Tea que dejaron de besarse por levantar sus cabezas en dirección al niño.

-¡Mamá!-repitió Moki y comenzó a correr hacia ellos.

-¿Es él?-preguntó Yami.

-Sí, ese es mi hijo.

Y Moki continuó corriendo, con la intención de reunirse con la pareja mientras una corazonada le decía que ese hombre de cabellos tricolores era su padre, su nuevo padre.

La luz del atardecer iluminaba el reencuentro de los amantes.

FIN

Al fin terminamos este fic. Gracias a todos los que leyeron esta historia a la que le tengo tanto amor. Espero les haya gustado. Recuerden que voy a subir unos capítulos extras y un epílogo; les aviso que debido a lo largo que se extendieron esos episodios extras decidí que lo mejor es publicarlos como una secuela de este fic así que sigan al pendientes en mi facebook y en este perfil porque los subiré como una historia nueva (será algo así como "Identidad Perdida 2" jajaja). Pueden seguir mi página de facebook Catone Historias para mayor información sobre mis fanfics de Yugioh.

Tatosensei: De hecho soy conocida por mis lectores como una escritora muy cruel muajajajajajaja. Destruyo y creo ships en todos mis fics (incluso el Revolutionship, el Peachship y el Azureship que son mis OTP los destruyo en un fic y los vuelvo a juntar en otro). Como verás, subiré los extras y el epílogo como continuación ya que se me hicieron largos y no quiero saltarme ningún detalle. Los extras rellenan los espacios del Azure y el Revo así que no quiero dejar nada sin contar (además, parece que no puedo dejar ir la historia). Un abrazo; gracias por haber leído mi fanfic ;)