Lily terminaba de vestirse, más concretamente colocándose una blusa color lila regalo de Leni durante su última visita, mientras chequeaba que todo su atuendo estuviese en orden frente a un espejo en su habitación.
- Excelente, tan linda como siempre, oh, cierto, me falta el aroma a primavera para terminar de florecer. - Dijo mientras leía la leyenda en un perfume que le había regalado Lori unas semanas atrás. - Espíritu de la naturaleza con brisa fresca.
- ¿Acaso… - Una mano se aferro con fuerza al marco de la puerta abierta, de la cual momentos después Lucy se asomo mientras la fulminaba con la mirada. - …estás con esa traidora?
- Y tú parece que ni siquiera te hubieras lavado el cabello.
- Las falsas promesas de la diosa de la fertilidad han corrompido más allá de tu conciencia los fragmentos de tu alma, - Lucy dio un paso adelante mientras hacía poses con las manos, como si estuviera por hacer algún movimiento de karate. - Hoy caerás heraldo fétido.
- ¡Oye, yo si huelo bien!
Lily dejo de hablar en ese momento al notar que el resto de su familia le miraban sin entender nada.
- Solo me deje llevar, - Apunto a Lucy. - ¡Ella tuvo la culpa!
Nuevamente las miradas cambiaron, esta vez apuntando a Lucy quien seguía murmurando pero su plato estaba casi vacío.
- Bueno, - Increpo Lincoln. - Yo le creo a Lily, habrá que castigar a Lucy.
Todos asintieron, menos la chica quien seguía absorta en su mundo hasta que Lynn ajusto un poco su garganta, llamando la atención de Lucy.
- ¿Ocurre algo?
- Estas castigada.
- ¡¿Eeeehhhh?!
Para suerte de los demás, el desayuno termino rápido y sin más inconvenientes que los reclamos de injusticia por la muchacha hacía sus padres y hermano mayor.
Una vez en vancilla con Lynn conduciendo hacía la escuela y ya todos en sus asientos, Lincoln daba las instrucciones de ese día como era habitual, parte de su rutina incluía coordinar cuando alguna de sus hermanas tenía algún evento como era el caso de Lynn, quién tenía un importante juego en la tarde contra Great Lakes City.
- Considerando eso Lynn no pasara por nosotros, por lo que Lola y Lana, tendrán que cuidar de Lily hasta que llegue, luego nos iremos juntos, ya que el juego es hasta las 5 de la tarde tendremos algún tiempo, propongo que pasemos a comprar algunas cosas para apoyar a Lynn y de paso comamos un helado, ¿Alguien tiene alguna objeción?
Lucy fue la única que levanto la mano.
- Aun no termina tu periodo de detención por el disturbio del otro día, luego de eso iras inmediatamente a casa, se a la hora que sales y cuanto debería tomarte en llegar a casa, mamá me avisara si no te reportas con ella.
- Es injusto, ustedes irán a comer helado mientras mi alma será forzada a ser sellada por las ominosas fuerzas de la señora Butters.
- Lucy, no, tienes que aprender a tener precaución.
- Tonto. - Dijo en voz baja mientras cruzaba sus brazos.
- En fin, ¿Alguna otra acotación?
- ¿Podemos pasar por la tienda de ropa mientras estemos en el centro comercial? - Pregunto Lola.
- Aprobado.
- ¡¿Podemos ir al patio de juegos donde está el muro de escalar?! - Dijo emocionada Lily.
- Claro que sí, podemos usar la pausa del almuerzo para que te diviertas un rato.
- Quisiera aprovechar de pasar a la tienda de mascotas por unos premios para Charles. - Dijo pensativa Lana.
- Estaba en el itinerario, no te preocupes Lana.
Con las tres niñas felices, Lincoln volvió a voltearse para ver en dirección al camino y darles la espalda a las emocionadas chicas, pero el rostro de Lucy solo se descompuso más ante eso, inflando sus mejillas al punto que estas comenzaron a enrojecerse.
- No Lucy, no vamos a pasar por la tienda a comprarte otra varita mágica, estás castigada. - Dijo sin siquiera voltearse.
- Espero que los espíritus aciagos de la calvicie ataquen con fuerza tu cabeza tonto.
- Escuche eso, ahora son 2 días de castigo.
- ¡Pero Lincoln!
- (Serio) ¿Quieres que sean 3 días?
La chica estaba por aumentar su puchero al punto de que sus ojos parecían estar por cristalizarse cuando Lily se acerco a su lado y poso una mano sobre el hombro de esta.
- Mejor tómalo de una vez chica, solo puede empeorar de aquí en adelante.
Lucy no volvió a protestar en lo que duro el trayecto, bajándose rápidamente en el momento que llegaron a la secundaria.
- ¡Ya verás Lincoln idiota! - Y desapareció corriendo hacia el edificio mientras seguía gimoteando ligeramente.
Lynn y Lincoln se quedaron mirándola por un momento antes de suspirar en sincronía.
- ¿Seguro que puedes tratar con ella? Créeme que no me molestaría sacarle lo loca a la fuerza.
- Solo es una etapa, ya se le va a pasar.
- Mientras deje a Cliff en paz.
- No dejare que sacrifique a nuestro gato… otra vez. - Insistió.
- En fin Linc, ten buen día. - Lynn le dio un abrazo de despedida y con eso el muchacho bajo de la van, encaminándose hacía la secundaria. - Y cuídate de ese golpe.
- Lo sé, al menos no tengo deportes hoy, podré sobrevivir, después de todo soy el hombre del plan.
- Lo que digas hermanito.
Una vez se interno en el lugar no tardo en saludar a varios conocidos, desde que había llegado a la secundaría había sufrido una extraña maldición de no quedar en la misma clase de ninguno de sus mejores amigos, por lo que había terminado conociendo a mucha gente además de sus amigos de siempre, tener diversos temas de conversación gracias a los gustos de su numerosa familia y mucha gente nueva terminaron por volver en una persona en extremo sociable al muchacho, saludando cada pocos instantes a un nuevo conocido hasta llegar a su casillero, de donde comenzó a sacar sus cosas.
- Hey Linc, ¿Qué tal hermano?
- Hey Clyde. - Un rápido pero elaborado saludo de manos fue suficiente para los mejores amigos. - ¿Por qué no te desconectaste anoche? Me dejaste tirado en la partida.
- Sabes que a papá no le gusta que juegue hasta muy tarde, la llamada de la juventud.
- ¿Qué adolescente se va a la cama a las 9 de la noche?
- Uno que debe cuidar su ciclo del sueño y debe mantener un récord perfecto académico.
Lincoln no podía comentar mucho de su amigo, además de un corte de cabello diferente era como si el muchacho solo hubiese dado un estirón en todo ese tiempo, incluso su ropa era del mismo tipo que hace años, solo que en tallas mayores para ajustarse a su altura.
- En todo caso seguro ganaste sin mí. - Y le dio una palmada en la espalda a Lincoln, justo en el moretón.
- (Adolorido) ¡Hijo de…! - Intento resistir todo lo que pudo, pero el ardor casi motivaba a su puño dirigirse directo al rostro de su mejor amigo.
- ¿Estás bien?
- No, no lo estoy, no ahí, tuve un accidente en la mañana.
- Demonios Linc, bueno, nos vemos después, te me cuidas.
- Si… tú igual.
Lincoln soltó el aire acumulado, era impresionante como ese golpe ya le había comenzado a joder su día, al menos el resto de las clases del día no tuvieron mayores inconvenientes, para evitar nuevos accidentes como el "caso Clyde" busco sentarse lo más orillado posible para que no le sorprendieran nuevamente con saludos así, una táctica sencilla pero eficaz, logrando llegar a salvo al descanso donde se reunió con sus demás amigos, o eso hubiera querido decir ya que camino a la cafetería pudo notar como un pequeño grupo se había reunido en el patio y su instinto de hermano había reaccionado.
Era eso o el hecho de haber escuchado la voz de Lucy gritando "explosión carmesí" o algo así.
- No de nuevo.
Se acerco rápidamente a la pequeña muchedumbre, atravesando a la gente casi como si estuviese nadando a través de ellos hasta que finalmente llego al centro, notando como una chico de la edad de Lucy con un cabello de color azul y algunos mechones rojos estaba en una extraña pose mientras apuntaba a Lucy, quien se encontraba apuntándole con una mano simulando que era una pistola además de encontrarse parada en una sola pierna, pues la otra estaba levantada intentando apoyar la planta de dicho pie en la rodilla de la otra, pero claramente luchando por equilibrarse.
- Kukuku, eres fuerte sacerdotisa de Astrea, pero durante tu burdo intento he roto los 7 sellos que mantenían mi poder oculto, prepárate para ser destruida.
- Ni siquiera con el poder del corazón hierático liberado podrías detener mi poder astral, ¡Astrea, libera tus bendiciones sobre mi cuerpo para castigar a tus enemigos! ¡Chain tweivolt burst!
- ¡Muro de la madre tie…
El joven no pudo terminar su pose antes de ser jalado con fuerza por el cuello de su bufanda, ahorcándolo en el proceso mientras un enfadado Rusty lo veía con una mezcla de furia y vergüenza por detrás.
- (Avergonzado) Puta madre Rocky, te dije que pararas.
- Cállate demonios de las pa- uhg. - Nuevamente el pelirrojo tiro con fuerza de la bufanda, ahorcándolo con fuerza.
Lucy quien estaba preparándose para el ataque que no llego termino cayendo al perder el equilibrio, soltando un suave gemido de dolor al caer.
Todos los espectadores quedaron mirando en silencio la escena, como si esperasen algo más, Lincoln por su parte termino observando a Rusty, notando que ambos intercambiaron miradas, a lo que asintieron avergonzados antes de que Rusty se llevase arrastrando a Rocky y Lincoln dispersara a la gente del lugar.
- Tenía a mi enemigo jurado justo en frente, no pueden interferir con el rito sagrado de la destrucción mutua.
- Lucy, no puedes ir por ahí gritando esas cosas.
- Mis canticos sagrados son necesarios para liberar y contener este poder.
- Lucy…
- Nada de lo que hagas podrá evitar que siga mi sendero predestinado de batallas y…
- Por favor, para, es vergonzoso. - Dijo claramente ruborizado por la vergüenza que acababa de pasar, ni siquiera cuando se humillo a él mismo con cierto video en quinto grado se había sentido tan avergonzado como lo que acababa de vivir junto a su hermana.
- No es vergonzoso, es el camino que una elegida como yo debe continuar, aun si sus cercanos le dan la espalda.
Lincoln pudo notar como los que aun rondaban habían comenzado a sacar sus teléfonos.
- ¡Lucy, basta!
- ¡No! ¡El destino es una criatura caprichosa de la que raramente nos muestra sus hilos con los que poder distinguir la senda a seguir! - Lincoln horrorizado comenzó a intentar que la gente dejara de grabar, pero cada vez se unía más gente. - ¡Como la séptima reencarnación de la diosa Sepphiris, sacerdotisa de la gran y benevolente Astrea, he tenido que sufrir la vida y los pecados de muchas almas corruptas, seres cuyo único destino era causar el miasma destructivo que las almas bajo el nivel 2 de protección son incapaces siquiera de percibir como corroe sus emociones creando las bestias de los pecados! - La pequeña multitud que Lincoln había logrado dispersar se había vuelto a acumular, y ahora todos grababan perfectamente el discurso de la muchacha. - ¡Aunque deba cargar con el peso del mundo y sus sellos bajo mi propia vida, siempre seré el guía de…
- ¡Ya basta Lucy!
Un completamente ruborizado Lincoln simplemente tomo a su hermana y salió corriendo de ahí con ella acuestas, sin importarle los comentarios de sus compañeros o que la muchacha siguiera gritando su discurso.
- ¡…y si es necesario me entregare en cuerpo y alma para…!
- ¡Bastaaaaaa!
Lucy no se calló por otros 5 minutos hasta que termino su discurso.
