Pensó que era tierno su aspecto y por demás (aunque fuera extraño) atractiva la singularidad de su cabello blanco despeinado, con la camisa desabotonada y sus ojitos azulinos sapientes mirándola fijamente, revoloteando todo dentro suyo. De repente se removía, la chica suspiraba muy sonrojada y olvidaba lo que decía (el chiste), empezando a tartamudear, bajando la cabeza, juntando sus manos y jugando con sus dedos índices nerviosamente, sin descomponer del todo su sonrisa metálica.

Lincoln no entendía y miraba los zapatos de Luan, que era todo donde ella veía, pensando que era por ahí donde buscaba el remate o bosquejaba el monólogo olvidado.

Lori nunca pareció hacer más caso y Leni trataba de no decir nada porque no fuera a ser el tipo de chiste intelectual que había estado ensayando recientemente (para decirlos después frente a Linky), y no quería evidenciarse más de tonta, sin embargo Luan se había quedado callada.

—¿Todo está bien Luan? —preguntó Lincoln impasible analizándola en su inquietud —¿Esa fue toda la broma?

Luan se apresuró a decir que no, haciendo tantos ademanes con las manos y expresiones exaltadas que resultó extraño. Se detuvo y dijo que necesitaba que la dejaran rebobinar.

—Esteeemm, ¿cómo era, que era... ? —se preguntó así mismo fingiendo una risa, y Lori que ya desganada y disgustada había alzado la mirada del celular, habló:

—Ay Luan por Dios. ¿De verdad estás haciendo esto? ¿Literalmente estás haciendo esto?

Luan la miró poniéndose muy roja, ahogándose en una angustia honda, apenas reparando de nuevo en Lori que se había sumido en el escenario.

—¿Qu-Qué yo estoy haciendo qué?

—¿Enserio quieres que te diga lo que estás haciendo?

Lori levantó una ceja con seriedad, esperando una respuesta de Luan que empezaba a balbucear.

—¿A qué te... —murmura Luan —Yo no estoy...

—Lincoln, Leni, ¿por qué no nos dejan solas a mí y Luan un rato? Necesitamos hablar algunas cosas.

—Pero aún Luan no ha dicho toda su rutina —habló Leni inocente.

—Y apenas estaba empezando, de hecho —secundó Lincoln.

—Yo sé cuánto lleva —aclaró Lori arrugando el entrecejo —. Ahora necesito hablar con su hermana y no pongan ni un pero.

—¿Por qué se me hace que suenas a nuestros padres ahora? —pregunta Lincoln a la mayor a la defensiva —De cualquier cosa pueden hablar aquí sin preocuparse. Somos hermanos y no hay secretos entre nosotros.

—¡¿Tú no puedes entender nunca a tus autoridades?! —preguntó y Lincoln repitió: "¿Autoridades?", lo que enfurruñó más a Lori. — ¡Bien Luan, ¿quieres que lo hable aquí frente a ellos? ¿Qué escuchen y vean lo que pretendes?!

—¡Yo solo estaba contando un chiste! —exclamó Luan enervada y repeliendo la mirada enojada de Lori, y la extrañada de Lincoln.

Solo miró a Leni, y bajó otra amenaza de Lori, dijo que entendía y que la disculpara, para posteriormente salir corriendo sin volverse a los gritos de Lori o los llamados de Lincoln.

Lincoln la vio alejarse siendo seguida por Leni medio tramo, solo para dejarla ir una vez que pasaba la sala.

—Hey. ¿Qué fue eso, Lori? —preguntó el albino consternado a Lori que negaba con la cabeza —¿Les pasa algo a ustedes?

—¡A ella le pasa algo muy serio, y será mejor que no te estés haciendo solo el tonto acá! —exclamó enojada y volvió a sumergirse en su teléfono.

Lincoln amagó sus buenos modos y Leni se sintió igual de desentendida. Parecía nula la mención de la duda en el actuar de su consanguínea, pero era evidente.

Luan llevó tantas horas recitando su actuación, sola o en frente de Leni, Lucy y Lisa a lo largo de la semana, y aunque ella no entendía, veía el esmero y el trazo en cada broma garabateando en su cuadernillo las modificaciones y leyéndolos en la vansilla rumbo a la escuela. "¿Todo eso para nada?" piensa Lincoln yéndose a sus asuntos y mudando sus ánimos, cualesquiera de los que engrasen su comentario: "que raro eso, ahí nos vemos", antes de irse también por la sala, solo que leve como un fantasma...

Leni así tenía esa impresión, la impresión de irse como fantasma que Luan había expresado a ella y a sus hermanas. Que reflexionando con todas sus fuerzas, no veía razón en la falla de Luan, y viendo a Lori y conociéndola, sabía que no podría aclarar con ella, el enojo que había surgido y que la paralizó, sabiéndose que ella se congelaba hasta con la más mínima alteración encaminada a la violencia, y volvía sola e irremediablemente a Luan y en su lamentable actuación, como ya otras veces frente a él.

Y no decía que los chistes eran para él, pero se notaban que eran para él de una parte a otra, ya que a medida de que Luan y Lincoln ya no hablaban tanto como antes, Luan parecía hablar y presumiblemente pensar en él, separándose a escribir cuadernos y cuadernos de material, dando preguntas confidentes acerca de si le gustaría a Lincoln o no, cuando él inicialmente habría apoyándola dándole cumplidos, extraía la rara confesión de que le empezaban a gustar sus chistes, en el término de que Lincoln la escuchaba, y que preguntándole, ¿cuál era su tipo de humor favorito? Si la sátira negra o blanca, había dicho que el humor inteligente le iniciaba a gustar, y desde ese momento a meses posteriores, Luan no pasaba mucho tiempo con él, haciendo la rutina más perfecta que podría.

Por otro lado durante los meses de ello, Lincoln había elevado los estándares, mejorando sus calificaciones de paso sin aplicarse demasiado, empezó a meterse a talleres extracurriculares y a competencias, y más bien a ganarlas sorprendiendo a todos y separándose de sus hermanas, pero estando en vez en vez (con su presencia), en estar unos minutos al día siquiera con la mayoría de sus hermanas (como es usual), limitando el horario que era visto sin estudiar, solo viéndolo concisamente durante las comidas y los domingos de películas en familia, en donde Luan aprovechaba para rectificar en estos últimos recientemente, si le gustaba de verdad la comedia inteligente, y Lincoln sin escuchar bien la respuesta, había dicho que sí, sin importar que su hermana Luan le hubiera preguntado: ¿quieres tirarte a un pozo? O algo mejor cómo, ¿será que estás triste por nosotras?

Leni no había escuchado, pero Lucy se lo dijo en frente de Lori, y Lori parecía como que no escuchaba pero si escuchaba, y era por eso que las tenía ahora escuchando "sus guasas incoherentes".

Leni se preguntó qué significa guasa, mas no pregunto a su hermana por caer como la tonta de nuevo. Ella siendo tan chica, la veía leyendo poemas y leyendo varios libros. Sin embargo, no necesitaba hacerlo para saber que a su hermana le pasaba algo.

Ya en la comida, todos ocuparon la mesa, la grande, en donde pudo ver que Luan se veía triste y retraída viendo su plato de espagueti con albóndigas. Su fijación pronto se amaino entre ayudar a alimentar a Lily, y Leni ya no pudo preguntar por su estado.

Lincoln si le pregunto abiertamente por el contrario que le pasaba, luego su madre y su padre avanzada la cena le preguntaron lo mismo, y en todas las respuestas que dio, dijo que estaba bien en diferentes tonalidades timbradas. Y mirando a Lori, se preguntaba por el asunto raro que aconteció hacía un rato en la sala y Lori simplemente no lo veía, ignorándolo o no dándose cuenta que la miraba en lo que comía en silencio, solo respondiendo a sus padres y sus hermanas casualmente.

Cuando todos ya estaban con el postre, Luna soltó que Lynn Jr había golpeado a un chico que estaba hablando mal de Lincoln, y unánimemente hasta en la mesa de los menores, dirigieron su interés y sus preguntas al suceso.

—No fue gran cosa. Un tipo estaba hablando pestes de Linky y tuve que callarlo —bramó Lynn Jr acicateada.

Todos ríen, y Luan levanta la mirada cuando Lynn Jr se pega a su hermano pasándole el brazo, abrazándolo y besándolo en la cabellera a pesar de las amonestaciones que embate su madre hacha ella. "¿Qué clase de señorita?" Y el señor Lynn no puede evitar ocultar su orgullo, atención e hilaridad del suceso que cuenta su hija.

Lincoln se ríe. Luan mira sus ojos y su sonrisa, y duda sobre si está feliz realmente.

Lo observa y sigue siendo un fantasma mientras juega con su comida que ni siquiera toca, y asiente o sonríe con especial humildad. Se le antoja guapo sin embargo, y evade la mirada de él cuando nota que Lori la mira y su dureza es innegable.

Con el corazón al golpe, vuelve a tomar un bocado del helado y pierde su mirada rumiándolo.

—¿Qué pasa sis? ¿Todo está bien? —le pregunta Luna y ella cabizbaja vuelve a decir su respuesta con no demasiada firmeza:

—Estoy bien...


Fue la primera en levantarse e irse de lleno a su habitación pese a ciertos desconciertos hermanables.

Leni observó ello y la siguió hasta el segundo piso en donde la vio encerrarse en su cuarto y apagar las luces de adentro. Se preguntó si la había escuchado cuando le hablaba.

Abajo todavía se escuchaba las risas y las voces de su familia (la del padre resaltando con fuerza sobre las demás) que se cambiaba a la sala. La modista volvió a la puerta por donde su hermana había entrado y se tocó el pecho suspirando y pensando cómo podría ayudar a su hermana a animarla un poco.

—Leni, ¿puedes venir un segundo? —le grita Lori desde abajo.

La rubia contesta de inmediato: "¡sí ya voy!" viendo a su hermano mayor por arriba, y girándose nuevamente con la puerta de Luan.

Lucy escucha pese Lynn Jr tiene el mando de la charla nuevamente, y apenas Lana la interrumpe, gritando que su hermano Lincoln era realmente asombroso y que todos solo están celosos.

—¿"Asombroso"? —pregunta Lisa con sordina —¿Han ignorado mi déficit de éxitos en mis pesquisas en el laboratorio acaso?

—Sí, pero tú ya has sido siempre lista, Lisa. Es como si fuera parte de tu... —Lynn Jr se detuvo pensando la palabra en lo que la de lentes la veía.

—¿De tu qué?

—De tu... De tu...

—De tu carácter —completo Lucy hasta ahora callada, y muchos de los integrantes de la familia asintieron de inmediato.

—Exacto, sí... o no lo sé... —dijo Lynn Jr confundida y sonriendo a la esquiva y amargada expresión que hacía la pequeña genio.

—Sí, sé a lo que te refieres —tercia Lola —. Es como conmigo con los desfiles y la moda —dice y sonríe acomodándose los rizos rubios que se había hecho.

—Oh cómo Lucy con la oscuridad —añade Lana sonriendo y mostrando la lengua.

—Claro que Lisa se adentra a campos más incomprensibles —asevera Lincoln quitando el sello de sus labios viendo las reacciones de su hermanita comprensivo —. La verdad es que nunca deja de impresionarme todo lo qué haces Lisa, y tú coeficiente ni hablar sin olvidar que solo eres una pequeña.

—Ya no tan pequeña hermano —asegura Lisa sonrojándose —. El tiempo es solo un concepto.

—Tienes razón, quise decir, que eras una pequeña científica —dijo Lincoln sonriendo.

Todos rieron y Lisa pareció calmarse y sonreír por igual.

Rita se sonríe mirando a su esposo y este corresponde en lo que un nuevo parloteo inicia entre las chicas. "Tenemos niños asombrosos", le susurra Rita al señor Lynn, y este asiente y afirma sus palabras: "Son únicos".

Luna pronto rasguea la guitarra y las voces se dispersan sin que reparen bien a la hora. Primero los padres lo hacen yéndose y diciéndoles que no vayan a la cama muy tarde, siguiendo varias de las hermanas mayores que se llevaban a su vez a las menores.

Solo Luna, Lynn Jr y Lucy quedaron tocando y cantando, esta última junto a su hermano, haciendo canciones más bien clásicas de sus infancias. Gustos concentrados en la guitarra de Luna con su rock noventero, haciendo la melancolía un tema por demás franco y triste en su melodía, en donde Lynn Jr y Lucy se centraron sobradamente a su hermano, mas tal vez, más la castaña deportista, que recibió un tipo de sentimiento que no supo nombrar fuera de lo obvio, pero que pensó que era tan solo una evocación meramente artística de dicho sentimiento.

No decidió exponerlo entonces, y entre una canción más, se retiraron Lynn Jr y Lucy, solo dando las buenas noches esta última, y solo exclusivamente a Lincoln, después de ser advertidas por Luna sobre la hora y la escuela mañana, como sus padres, pensaba Lincoln, que les recordarían. Viendo aquello, consideró la sabiduría de tales consejos que parecían regaños, que eran provechosos siguiéndolos para su bienestar.

Lincoln pronto quedó solo con Luna, dejando claro que era para ellos la advertencia, porque sus horarios de sueño han empezado a recortarse aún sin dejar de levantarse temprano, y platican un poco más juntos hasta que la adolescente le pregunta al peliblanco si quiere acompañarla a salir a tomar aire fresco con ella.

Lincoln asiente y dice que está bien.

Salen a la noche fresca abriendo y cerrando la puerta con cuidado. Apagando las luces de enfrente todo el patio delantero está oscuro, y Luna le pide permiso a Lincoln si puede prender un cigarrillo.

—No hay problema conmigo —le dice el albino haciendo un gesto al aire simpático, y caminan hasta la acera sacando vaho por la boca.

Luna solo entonces después de su confirmación y de pasar casi todo el pasto, saca de su cajetilla un cigarrillos y voltea a todas partes donde las farolas están prendidas o fundidas, y enciende el tabaco dando una calada que llena sus pulmones, y aleja el tabaco para mirar el cielo negro de la noche y expulsar humo a la atmósfera mientras el peliblanco la mira curioso.

—¿Quieres fumar un poco? —le pregunta Luna viéndolo y sonriendo.

—Claro —dice Lincoln un poco animado.

Luna le pasa el mismo cigarrillo que tiene en los labios al chico, y él lo toma y lo contempla.

No le da uno nuevo sino que le da el suyo, y Lincoln lo toma entre sus dedos y se lo lleva a la boca fumando, conteniéndose de no toser, saca el humo al aire y la de cabello corto recibe el cigarrillo mientras sonríe y sus ojos brillan. Las sombras hacen ver más oscuro su maquillaje. Su boca, las pecas y su faz relucen bajo la luz de la lámpara cada vez que mira la casa del vecino del frente, y nota la innegable belleza que tiene la chica que es su hermana. El siendo todavía un chico, fumaba junto a ella.

Nota que la mira, y se sonríen a la vez.

—Nada más falta la música, ¿no crees? —comenta Luna viendo de nuevo a otra parte.

—Un poco de rock.

—Ya lo haz dicho hermano —responde y vuelve a mostrar sus dientes antes de fumar hondamente y pasarlo a su hermano —. Algún día deberías de salir conmigo y los chicos de la banda... Sam quiere verte —informa y Lincoln siente la mirada de su hermana.

—Sin duda alguna me gustaría verlos tocar en sus ensayos —responde Lincoln tomando el cigarrillo y fumándolo.

—Yo decía algo más casual —dijo Luna marcando más la sonrisa —. Tal vez incluso a una fiesta.

Juntando sus piernas, recibe el cigarrillo suspirando y pasando vaho. Lincoln nota que su falda morada se mece y parece también más oscura. Sus botas y parte de la falda abarcando una parte del muslo, muestra la piel tan tersa y blanca de sus piernas. Lincoln evade la mirada más al cemento pasando los segundos, y dice que también le gustaría pasar el rato aunque era cierto que no podía imaginárselo siquiera.

—Entonces un fin de semana de estos será —dice Luna al vacío de la calle —. Les caes bien.

Fumando un par de veces más, no podía hablar más con su hermano y nota que su mirada ha cambiado.

Lincoln pierde su vista en las casas del vecindario, a los buzones y los caminos hacia las entradas de las casas.

Luna se le queda viendo. No deja de contemplar como sus consanguíneas, un cambio irremediable a la faz de su hermano que emboca cuita, y midiendo su voz le pregunta:

—¿Tú no estás triste o algo así, Lincoln? Dime...

Lincoln la volteó a ver unos segundos, y después de una espacie de silencio viendo a otro lado, dijo: "—Para nada".

—¿Estas seguro de eso bro? —y le ofreció el cigarrillo que tenía en la mano.

—De verdad estoy bien, Luna —e hizo un gesto de negación al cigarrillo.

Se quedaron ahí unos momentos en silencio, volviendo a fumar cuando escaseaba, Luna cambio rápido de tema, y quiso encender un segundo cigarro, pero Lincoln dijo que ya iba a acostarse él.

Luna asintió guardando la cajetilla y lo acompañó adentro en lo que decía que ya había sido suficiente.

Entraron y subieron en silencio. En el pasillo de arriba, cuando ya no se escuchaba gran cosa en la casa, Luna tuvo ganas de entrar en su cuarto y charlar un poco más, pero Lincoln no la invito a pasar aunque se detuvieron en su habitación.

—Buenas noches Luna —murmuró Lincoln con una sonrisa.

—Buenas noches Linky —dijo Luna y un rubor le asalto sorpresivamente, cosa que no notó su hermano.

Se alejó ya cuando cerró la puerta y quedó en la penumbra.

Yendo a su cuarto nota que en los resquicios de su puertas no sale ni una luz. Luna piensa unos segundos sobre esto, pero aún así entra, y accionando el interruptor un cuarto más de fracciones de segundos necesarios, escucha y pronto ve a Luan enrojecida revolviéndose en su cama, y mirándola elevando sus brazos para pronto voltearse y alzándose con sus codos en su cama, hundiéndolos contra la almohada como para verla mejor.

—Hey —dice Luan con su tono timbrado fingiendo seriedad.

—Hey, sigues despierta —dice Luna acercándose y en el rostro de su hermana percibe un inusual acaloramiento.

Luna se sienta desviando su vista de ella. Sentándose en una sillita con ruedas, se cuestiona instantáneamente si Luan podría haberse estado masturbando de nuevo. Comenzando a desanudar sus botas, llega a conjugarse el pensamiento con un rememoro fresco de hacia unos minutos de Lincoln mirando sus piernas, y la relación de pensamientos se granjeaba porque Luan podría haberse estado masturbando de nuevo, antes de que entrara, y no era precisamente cosas que quisiera pensar.

—¿Y eso que te saltaste la escuela hoy? —inquirió Luna quitándose la última bota por el tacón para colocarla a un lado de las ruedas de la silla con su par.

—Me sentí mal del estómago —contestó Luan después de un lapso, acostándose de lado, dándole la espalda a su hermana.

—¿Otra vez? —dijo Luna no muy sorprendida, y mirando el bulto cobijado de su Luan, se levantó y caminando por la pieza, se quitó la blusa, y luego hizo caer la falda para rejuntarla y lanzarla a un canasto.

Después se puso cómoda con sus prendas nocturnas. Unos shorts pequeños y una camisa de una banda de punk, vieja y grande que una vez le regalaron, la cuál una vez puesta, se desabrochó el sostén que traía, que no era una talla grande que guardara mucho pecho, pero que si llegaba a apretarle.

Miró de nuevo con Luan, y su cuerpo seguía dándole la espalda, pero ya estaba boca abajo y sumergida en su almohada con el aspecto de dormida.

"¿Hoy tampoco quieres hablar?", se dijo en su mente y pronto apagó las luces y se subió a la parte de arriba de la litera.

Estuvo un rato en su teléfono antes de cerrar los ojos y caer dormida.


En el cuarto de Lincoln, aquel todavía no se dormiría todavía. Trataba de leer sentando frente a su escritorio, y no podía concentrarse debido a las acostumbradas dilaciones que le ocasiona su familia a su vida.

Luego su teléfono vibró. Pensando que eran las esperadas notificaciones de Maggie en su pantalla lo levantó y se enteró que no era Maggie sino Nikki, que le había mandado un meme de una conversación humorística de unos perros cerca de unos contenedores de basura.

Sonríe, y le responde con una imagen de su galería de un conejo blanco consternado. "HahaHa! Se parecee a tiii!!", escribe con emoticones que ríen, y pronto le parece emergente la notificación del mensaje de Maggie cuando le responde.

Lo de Maggie es un: "Heyyy" con varios corazones negros adjuntando una imagen, añadiendo un: "Linda noche" con más emoticones de Luna, estrellas y murciélagos.

Lincoln siente una sensación por la pelvis y la barriga. Su angustia y su tristeza parecen languidecer unos segundos por cuestiones pueriles del desarrollo, y no era alejado que se metiera al segundo al chat para ver la imagen que Maggie había adjuntado, que era ella de frente y en pijama, con una camisa de tirantes gris que tenía un pronunciado escote, que relataban cómo su sostén negro distinguible, sus pechos pálidos y pecosos, embelleciendo el rostro también pecoso, sonriente muy levemente con su mirada entre distante y cariñosa algo obstruida por su copete, sin el sombreado de su maquillaje, con sus ojos fijos y tiernos al lente de la cámara.

Lincoln contestó el mensaje con esas sensaciones inevitables, dándole segundas miradas a la selfie y sonrojándose en lo que respondía perseverando un tono semejante al de ella, recibiendo una petición de que le mandara una fotografía él también a ella, recibiendo al momento, otro mensaje de Nikki que decía: "Ayer te vi en un concurso de cerebritos por el parque por donde patino con mis amigos... Te veías muy bien a pesar de estar con los nerds... ", y ponía emoticonos con lentes.

Lincoln baja el teléfono unos segundos al oír un ruido por su puerta, como soñando, parece que alguien se recarga por la puerta y la rasga con cuidado.

Lucy tampoco dormía a esa hora y solo oía el moverse de Lynn Jr en su cama, dando un ocasional ronquido tenue, echándose en otra posición casi contorsionista.

Sentada en el ataúd pensaba: ¿cómo había dejado que se durmiera en mi cama? Y prendiendo una linterna, seguía su lectura del poemas que repasaba. Un poema increíblemente de Lincoln llamado: "Alarido", que en potencias generales era un texto con facetas góticas que la hacían sentir una oscuridad, una asolación y una tristeza memorables a la de un exponente literario gótico.

Sonrojada e impresionada, no sabía a quien tenía por hermano ya se movía en otras direcciones distantes a todas. "Lincoln" susurró su nombre como si lo pensara, luego guardó la hoja en cuanto escucho que Lynn Jr volvía a moverse en sueños.

Lucy pensando en ello, se preguntó si acaso su hermana no estuviera practicando un deporte en sus sueños.

Las gemelas duermen en el cuarto de a lado, y ellas por el contrario, sueñan con su hermano mayor en distintos escenarios pero de un aspecto similar. Es alto y apuesto, más ancho, y ven su espalda amplia avanzar y alejarse de ellas. Ellas le gritan a sus modos a donde iba, y antes de salir de los lugares que estaban, las voltea a ver y les sonríe con melancolía.