Los personajes no me pertenecen son propiedad de la gran Rumiko Takahashi.

Este one shot es de mi total autoría, por lo cual debe de ser una total locura; así que ya saben, es sin fines de lucro, por el puro gusto de traumar gente con mis divagaciones.

Este relato participa en la dinámica de la página Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma

1000 y 1 palabras de amor 1000 y 1 trazos de amor #Rankane_week 2023

Antes de iniciar como siempre advierto de mi pésima ortografía y redacción y aunque mi bella beta Ziari27 me ayuda muchísimo siempre termino poniendo o quitando y deformo todo al final….

Así que bajo aviso no hay engaño... Sin más preámbulo les dejo leer.

Día 4, Jueves 27 de Julio del año 2023 "Beso ideal"

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Cosquillas

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Era un día agradable común y corriente, sin mucho para mencionar pero agradable a fin de cuentas, las temperaturas extremas habían quedado un poco de lado, el sol aun hacia sus estragos en el cuerpo de los habitantes de Nerima; pero todo quedaba en lo soportable.

Eran esos climas que te permiten salir a pasear al parque, podías disfrutar de una buena bebida helada en alguna de las plazas al aire libre, incluso un buen postre dulce y espumoso en compañía de amigos en el exterior era un momento simpático.

En el instituto Furinkan los amplios ventanales de las aulas permanecían abiertos incitando a que la ligera brisa se filtrara y jugueteara con la atención de los alumnos quienes permanecían muy atentos a sus clases.

Todos los jóvenes sentados en sus pupitres mantenían sus ojos fijos en la pizarra que cada vez se llenaba más de ejercicios de algebra, los números combinados con letras y signos hacían que aquello tomara forma de jeroglíficos inentendibles, era como si el maestro Takeda les estuviera enseñando un idioma que solo él y los alienígenas entendieran. Bueno eso era lo que el moreno de larga trenza pensaba ante aquellas formulas confusas para él.

Resopló con frustración y dejo caer su espalda con pesadez en el incómodo respaldo de la dura silla "¿a quién demonios se le ocurría combinar letras en matemáticas? Era tan ilógico y confuso" pensó mientras veía como el techo que se encontraba sobre ellos dibujaba algunas sombras a causa de la luz que se filtraba por las ventanas. Suspiró sonoramente, tomando una gran bocanada de aire, tratando de que aquel insignificante acto eliminara todo lo complicado de la aburrida materia, cerró sus ojos con fuerza y aspiró la fresca brisa que se filtraba en el aula.

Al momento que sus pulmones de llenaron de aquel refrescante aire, sus fosas nasales identificaron un olor bastante particular para él, de inmediato abrió sus parpados buscando la fuente de esa esencia; y si, como lo supuso ahí estaba ella, ese agradable olor no podía pertenecer a nadie más.

Distinguió como el ligero viento jugaba con sus cortos cabellos azulados, despeinándolos pobremente, Ranma no pudo evitar sonreír al verla tan concentrada en lo que el maestro explicaba.

Por instinto el varón de ojos azules observó a su alrededor examinando su entorno, observando que todos sus compañeros estaban muy concentrados en sus propios asuntos, por un lado Ukyo se rascaba la cabeza totalmente confundida sin despegar la vista del enorme pizarrón, Hiroshi tenía la cabeza recargada en el libro mientras roncaba, estaba totalmente dormido, Daisuke por su parte hacia infinidad de anotaciones por todos lados, mientras utilizaba sus dedos para hacer cuentas mentales, las amigas de Akane estaban atentas al frente, muy bien todo parecía favorecerle.

Inclinó ligeramente su cuerpo, utilizando la espalda de su compañero como escondite, evitando así que el maestro pudiera verle, agazapó su cuerpo lo más que pudo sobre la superficie del mesabanco, busco una cómoda posición y giro su rostro hacia su principal y único objetivo. Le gustaba verla, y más cuando trataba de entender las complicadas operaciones que los docentes explicaban, Ranma amaba cada puchero y cara chistosa que Akane mostraba ante la dificultad de las ecuaciones, algunos gestos eran de frustración, otros de confusión y luego como si algo mágico cayera del cielo su rostro se iluminaba dándole a entender que la chica había entendido el ejercicio.

Ranma buscaba siempre estar atento de ella, disfrutaba el observarla cuando la chica estaba descuidada, era una práctica que desarrollaba desde hace tiempo.

Hechó un ligero vistazo al frente para vigilar que el maestro siguiera en los suyo y pudo distinguir que la pizarra estaba limpia e iniciaba un nuevo problema.

-Maldición –masculló en voz baja, y ahora como le haría para conseguir esos apuntes, regresó sus ojos hacia la chica de cabellos azulados y mientras hacia el repaso hacia sus compañeros, se dio cuenta de un hecho poco común, el pupitre que se encontraba justo detrás de la chica estaba desocupado, sonrió para sus adentros. Podía moverse a toda velocidad hacia ese lugar sin ser visto por los demás y si alguien le cuestionaba diría que estaba ahí para pedir el cuaderno a la chica, claro que si era un buen plan, dio de nuevo un vistazo rápido a su entorno y con cuaderno en mano, se movió sigiloso y veloz cual ninja experimentado al asiento desocupado.

Una vez sentado giro su cabeza examinando a sus compañeros, pero como era de esperarse nadie se había percatado de aquel ágil movimiento.

Quiso palmearse la espalda y felicitarse de aquella hazaña, pero prefirió fingir que tomaba anotaciones, escribiendo rayones y letras sin sentido en tanto sus ojos estaban sobre las fórmulas que el maestro Takeda escribía, poco a pocos sus ojos se desviaban hacia la pequeña y estrecha figura que se encontraba justo delante de él; sonrió totalmente satisfecho, la esencia de la chica era más densa, inundó sus sentidos con aquel aroma, mientras que sus ojos delineaban el bonito cuello enmarcado con aquella melena, Akane tomaba su cabello para posicionarlo detrás de su oreja, arrastrando las yemas de los finos dedos por un descendente camino hacia la descubierta piel que dejaba ver la camisa de su uniforme, totalmente ajena al hecho de que Ranma le observaba.

Los ligeros y delicados movimientos le gustaban más de la cuenta, cada detalle, cada cambio de posición lo hacían sonreír, se preguntó que se sentiría tocarla, la femenina espalda estaba recta pero relajada, no supo en que instante sus dedos se movieron por si solos, era como si estos cobraran vida por sí mismos, evitando todas las alertas que sus sentidos le gritaban, incluso el mismo Ranma se percató de como su digito involuntariamente se acercaba más de la cuenta al costado de la esbelta espalda –solo un poco – se dijo para sí, solo un roce, un ligero toque y se daría por bien servido, era tanta su cercanía que pudo percibir el calor del cuerpo de la chica –un poco más…. Un poco más – y la yema de sus dedos rozó el delicado costado cubierto por el uniforme escolar, al momento del toque la mujer pegó un visible respingo que alertó al artista marcial, esa reacción no la esperaba.

El pequeño brinco de Akane lo había asustado, dejándolo confundido, solo fue un roce un muy muy ligero roce….

Akane por inercia giro a verle pero para su sorpresa la chica tenía una casi imperceptible sonrisa en sus labios.

-No hagas eso Ranma –le dijo entre dientes mientras regresaba su vista al frente.

"¿Qué fue eso?" pensó el chico mientras trataba de calmar sus nervios, creyó que le preguntaría que hacia ahí, o le preguntaría que quería, pero solo dijo que no hiciera eso…. Como todo muchacho curioso quiso saber que fue aquella reacción, la curiosidad y su masoquismo no ayudaban mucho en este caso, una vez más aventuro sus dedos y con un poco más de fuerza tocó el mismo costado de su prometida, teniendo la misma reacción, solo que el bote en su asiento había sido mayor…

-Ranma…. –hablo con la quijada tensa y una risa tratando de escapar de sus labios, mientras que en sus ojos podía leer la ardiente amenaza de la chica… -Que es lo que quieres, no vuelvas a hacer eso –

-Akane, no entiendo los ejercicios, podrías prestarme tu cuaderno –articuló en voz baja, cerca del hombro de la chica.

-En casa te explico –contestó tajante regresando la atención al frente, en ese momento el azabache estaba casi seguro de lo que ocurría, un intento más y estaría seguro de aquello.

Al igual que ella fijó sus ojos en la pizarra pero sus dedos harían el recorrido por si solos por tercera vez sus falanges se escabullirían hasta el costado de Akane, para así probar su teoría, que tan malo podría ser

Y sin previo aviso esta vez utilizo más fuerza ante su toque, como respuesta la chica pegó un brinco que la hizo ponerse de pie, con las manos sobre los labios…

-Señorita Tendo ¿sucede algo? –la demandante voz del docente la hizo girar por completo el cuerpo, para prestar toda la atención posible.

-¿Me permite salir profesor? –el maestro asintió ante el cuestionamiento, mientras la chica salía de manera apresurada entre las filas.

Ranma la observó triunfante

-Akane Tendo no resiste las cosquillas….. –una malintencionada risa se plasmó en sus gestos, en tanto los azulados ojos seguían la menuda figura.

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Aquel descubrimiento no pasó desapercibido para Ranma, pues tuvo entre sus manos un valioso detalle, pues se había revelado antes sus ojos una forma de llamar la atención de la chica, ahora su repertorio de majaderías podía ser combinado con toques a sus costados, lo gratificante de esto es que ahora sus oídos gozarían de cantarinas risitas, sonrojos espontáneos de la chica, chistosas muecas, pucheros de molestias adornados por sonrisas mal disfrazadas.

Al ojiazul le estaba gustando demasiado aquella dinámica, pues el nivel de vulnerabilidad de la chica era bastante elevado cuando de aquel acto se trataba, la sensibilidad de Akane era mucha, ella gritaba, lanzaba golpes al viento al sentir el dedo de Ranma incrustarse en su espalda, cuello, abdomen etcétera. El azabache seguía explorando la susceptibilidad de su prometida.

A cada instante que se encontraban solos el chico de la trenza aprovechaba para bromear con ella de esa forma, los juegos seguían subiendo de nivel, donde ya no solo toques eran suficientes, si no que entraban en una lucha donde las manos de Ranma rozaban zonas sensibles para la ojicanela…

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La familia Tendo Saotome se encontraba en la planta baja, disfrutando del maratón de películas con motivos terroríficos que pasaban por televisión abierta, todos se encontraban sentados alrededor de la mesa disfrutando de aperitivos realizados por Nodoka y Kasumi.

Los integrantes permanecían atentos a lo que la pantalla les brindaba, algunas de las películas eran más chistosas que terroríficas cosa que la menor de los Tendo agradecía infinitamente, Akane miró el reloj de pared y vio lo avanzado de la hora, aun no había tomado un baño y mañana tendría actividades con sus amigas.

-Bueno me retiro familia; buenas noches –mencionó la chica antes de incorporarse, sonrió para todos mientras que estos le devolvían el gesto deseándole un plácido descanso.

Al subir las escaleras Akane notó lo fuerte del audio del dispositivo, escuchando notorios gritos desgarradores y la acostumbrada música que acompañaba las escenas de suspenso –Vaya, espero poder dormir –

Tomo con rapidez sus enseres de higiene personal y se dirigió directo a la ducha, la tarea de bañarse fue rápida, no quería estar más de la cuenta en la bañera, simplemente aseo su cuerpo, colocando la fresca pijama en su anatomía.

Terminada dicha tarea se dirigió a su habitación, cerrando tras de ella la puerta de entrada, colocó sus enseres en el lugar de siempre, sacó algunas prendas del armario colocándolas en un lugar visible, los útiles escolares que se encontraban sobre su escritorio los metió dentro del maletín, ordenando un poco sus pertenencias.

Toc…toc…toc…

-¿Puedo pasar? –cuestionó el chico asomando la cabeza por el umbral de la ventana.

-No puedes…. Ya es tarde –respondió sin tomarse la molestia de verle, siguiendo con sus actividades.

-Pero no te has dormido, quiero pasar –argumentó el varón de cabellos oscuros, siguiendo con la vista el menudo cuerpo que se paseaba de un lugar a otro dentro del cuarto.

-Pero te dije que no podías –

-Akane necesito contarte algo muy importante, estoy en problemas –afirmó el chico, mientras introducía su cuerpo a la femenina habitación, cambiando el tono en su voz, provocando que la atención de la chica se volcara en él.

-¿Problemas? ¿Está todo bien? ¿Discutiste con tus prometidas? Ya te he dicho que eso no te lleva a nada bueno… ¿te hirieron? –cuestionaba la chica a manera de reprensión mientras hacia un rápido escaneo al cuerpo del chico, buscando algún indicio de violencia.

-¿Por qué crees eso? –se apresuró a preguntar, en tanto cruzaba los brazos en el pecho, intentando demostrar molestia por la acusación de la mujer delante de él.

-Pues es lo que siempre pasa, cuando ya no puedes con ellas terminas aquí –comentó sonriendo al ver la extraña mueca que se dibujaba en el rostro masculino.

-Eso no es cierto –

-Bueno… últimamente siempre terminas aquí –pronuncio risueña la chica de ojos color canela.

-Mi problema es…. –hizo una pausa mientras se acercaba de manera sigilosa a la chica quien permanecía de pie atenta, escuchando las palabras de su prometido –que nuestra lucha de cosquillas no termino –y sin decir agua va el chico ataco a la menor de los Tendo con un rápido movimiento donde sus manos se filtraron debajo de la camiseta de pijama…

-No aléjate Ranma ¡nooooo…! ¡aaaahhhh! –Gritaba entre risas, mientras ella utilizaba algunos movimientos aprendidos en los entrenamientos, movimientos que el azabache evadía con facilidad… -Quítate Ranma… -

-Eres tan lenta Akane –afirmaba esquivando los inútiles manotazos que la ojicanela esparcía sin ningún tipo de cuidado.

En un desatinado suceso pero como último escape la chica dejo caer su cuerpo de manera pesada al duro piso, por ende Ranma cae justo sobre ella. Ambos chicos estaban sobre las maderas del suelo luchando por ser el ganador, Akane se revolvía bajo el cuerpo del chico buscando escapar de los tortuosos dedos del azabache, quien los friccionaba sobre la sensible anatomía.

Akane maldecía su sensibilidad, pero no dejaría de luchar, aun en el suelo y con el cuerpo de Ranma sobre ella tratando de contenerla, no dejaba de buscar cómo salir de ese fuerte agarre, trataba de elevar la espalda, buscando desequilibrar a Ranma pero este no dejaba de reír malévolo ajustando más su anatomía sobre ella, las manos de Akane eran un arma letal; así que él chico de una vez por todas decidió poner fin a aquello, tomó con firmeza ambas manos de la chica con las suyas y las colocó por encima de la cabeza femenina, con las fuertes piernas aprisionó contundente debajo de estas las bonitas extremidades inferiores de la chica y haciendo alarde de la diferencia de tamaños Ranma dejó caer gran parte de su peso sobre la menuda figura que intentaba remolinear buscando zafarse, la mujer quedo totalmente inmovilizada; le era imposible moverse por más que tratara.

Ambos jadeaban, una por el esfuerzo de tratar de liberarse en conjunto con las carcajadas que las sensaciones de las cosquillas habían dejado sobre la femenina piel, Ranma sonreía victorioso por fin la había sometido, el juego parecía tener un ganador y claro que ese no podía ser otro más que él.

La cantarina risa de Akane llego una vez más a sus oídos, atrayéndolo de manera magnética hacia el delicado rostro –ja, ja, así no podrás hacerme cosquillas, ja, ja –comentó risueña, ante la sorprendida mirada del azabache, sobre ella.

Ante aquella frase a Ranma se le activó el espíritu de competencia que vive en él, era verdad que sus manos estaban sujetando a la chica, pero no solo con sus dedos podría provocar cosquillas, los ojos de Ranma se anclaron en los acanelados de la mujer, existía poca distancia entre sus perfiles, estaban a un palmo de rozar sus narices, Akane pudo distinguir como en los azulados iris se dibujó una alegría casi macabra.

-¿Ranma….? – Advirtió la peliazul –Ya ganaste, anda suéltame –articuló seria temiendo las consecuencias de sus propias palabras.

El azabache dejó ver todos sus perfectos dientes en una sonrisa triunfal –No necesito mis dedos, para poder hacerte cosquillas –los ojos del moreno reflejaban una seguridad tan peculiar de su personalidad, que a la pobre chica se le helaron las entrañas.

-Ranma… no… no… no…. –la menor de las hijas de Soun boqueo asustada ante lo que distinguía en el varón, movía la cabeza de un lado a otro totalmente desesperada, haciendo fuerza en los brazos en un vano intento de soltarse –Ranma no por favor –ese intento de súplica llegó demasiado tarde, pues el muchacho ya había anclado su vista en el terso cuello, bajó lento, tortuoso, provocando una sensación de desespero en la mujer.

El sentir el tibio aliento del chico en su piel le disparó una ansiedad que pocas ocasiones llego a experimentar, de inmediato las sonoras carcajadas llegan a inundarla mucho antes de siquiera ser tocada, solo de imaginar la sensación, sus sentidos se alteraban, la sensación de anticipación era más fuerte, la desesperación de no poderse moverse o defenderse la hacían agitarse de manera errática, buscando huir, tratando de salir de aquella prisión humana.

El joven torturaba a la chica con su cercanía, disfrutaba de las emociones que la mujer externaba en ese instante, sonrió socarrón ante la escena, una Akane despeinada por los bruscos movimientos, agitada, sonrojada y con los ojos chispeando productos de las carcajadas.

Aquello lo hizo sentirse ganador, bajo su perfil haciendo contacto directo con la desprotegida zona, sus cabellos cosquillearon malosos en la suave piel, provocando sus propias risas, viéndose contagiado por las carcajadas ruidosas de su prometida.

El jugueteo era escandaloso, Akane despegaba la espalda de la madera bajo ella, instintivamente buscando alejarlo lo mayor posible, reía, gritaba y empujaba lo mejor que podía, el perfil de Ranma rosaba directamente en el cuello y rostro de la chica, incitándola a desesperarse por sus roces.

La masculina nariz hacia movimientos circulares y rectos sobre la nívea piel, picaba con la punta de su perfil todo lo que quedaba a su paso, las carcajadas eran tan audibles, pues se combinaban con gritos chillones.

-¡Noooo! ¡Ya! ¡Para! ¡Ranma! ¡Detente! –era el intento de súplica de la chica al verse invadida de esa manera.

El azabache por su parte simplemente no detenía sus acciones, lo más gratificante para él era el poder deleitar sus oídos con aquellos pedidos desesperados.

Sonreía y disfrutaba el poder apreciar el femenino cuerpo que se retorcía debajo de él, el contacto era inminente, el varón rosaba la femenina piel con su rostro, aspiró el agradable olor de la mujer; era una mezcla entre crema y jabón con olor a fresas, conocía las esencias que la chica utilizaba en su aseo personal, inhaló profundo deleitándose de la fragancia que la distinguía de las demás.

Por extraño que parezca el menor de los Saotome utilizó el roce de sus labios para provocar cosquillas, ese acto fue la perdición para el chico, exploró con morbosidad la fina dermis de la chica, era tanta la intensidad de las sensaciones de Akane que parecía no notar los labios del artemarcialista sobre su cuello y clavícula, los cabellos sobre su rostro y las ganas de soltarse la invadían y hacían que esta ignorara con que la tocaba.

-Nooooo ya por favor tú ganas –

Aunque el muchacho no besaba la anatomía de la menor de las Tendo, si hacia roces intentando conocer su textura y sabor.

Hambriento de degustar sus sabores, busco la mirada de la chica quien aún estaba en un trance de risas ruidosas, en lapsos de gritillos y fuertes respiraciones, el Saotome elevo su rostro y delineo con detenimiento la curiosa imagen, las inhalaciones de la muchacha era un tanto escandalosas, tratando de apaciguar su corazón, tenía una enorme sonrisa marcada en su bonito rostro, de vez en cuando salía un pequeño murmullo que asimilaba una risita traviesa, las mejillas rojas por el esfuerzo que hacía para soltarse, y las hebras azuladas de su cabello estaban esparcidas sobre la madera del suelo.

Vio la femenina mirada que se fijaba en el techo de la alcoba, tal vez agradeciendo que el chico le había dado una pequeña tregua a su cuerpo.

Al sentir la penetrante mirada de Ranma sobre ella, Akane buscó los azules iris con una curva en sus labios, ese gesto fue un imán para los ojos de Ranma, los orbes color cobalto siguieron la bella sonrisa, anclándose en los rosados bordes, contemplando con detenimiento cada detalle de la femenina boca; elevó una vez más sus ojos hacia los iris acanelados de su prometida buscando algo en ellos, pidiendo mudamente una respuesta a la pregunta jamás mencionada, ella le veía sorprendida, emocionada e inquieta.

-¿Ranma? –susurró titubeante ante la cercanía de su prometido.

La mención de su nombre fue el detonante que él esperaba, y sin esperar nada más dio un último vistazo a los temblorosos labios de la chica, solo para deleitarse y memorizar como salía su nombre de entre ellos.

Eliminó la distancia que existía entre sus perfiles, aspiro el tibio aliento de la muchacha embriagándose de ella y dejándose llevar por sus instintos.

Posó sus sedientos bordes sobre los femeninos, sintiendo la textura de los ajenos bordes, la ligera fricción duro poco, disminuyó la presión de ambas bocas solo para mover tenuemente sus labios contra los de la mujer, acarició el contorno de estos, masajeando y aprisionando entre los suyos los carnosos labios de Akane, el toque era mágico, la sensación le fascino al artemarcialista se sintió en la gloria a pesar de tener una postura incomoda; pues la rigidez de sus brazos y piernas sosteniendo debajo de él, el cuerpo femenino era un tanto violento, pues si su mente no le fallaba aquello podría ser tomado como forzado.

De súbito ante sus pensamientos abrió los ojos alejando su perfil del de la mujer, por cortos instantes sintió pánico pues conocía las reacciones de la chica, pero su vista fue todo lo contrario a lo que imaginó, Akane mantenía los ojos cerrados totalmente entregada a la caricia.

El ojicobalto aflojó el agarre que mantenía en las femeninas muñecas y deslizó sus piernas liberando así las extremidades de Akane, las varoniles mejillas se tiñeron de un adorable rubor, Akane no entendía mucho lo que había sucedido o que fue lo que provocó aquello, y ahora observar que Ranma se avergonzaba por lo sucedido, el ataque de valentía de hace unos minutos se había esfumado notoriamente, pero a pesar de separar los perfiles y haberla liberado de la prisión, él no se había alejado por completo, simplemente sostuvo su peso con los codos y rodillas, trató de desviar la mirada, buscando alguna explicación coherente.

-Ranma –mencionó la fémina de ojos bonitos, simplemente con el fin de atraer su atención.

Una vez que los ojos color cobalto le vieron de frente, ella tomó ambas mejillas en un tenue toque, sintiendo la tibieza de la masculina piel chocar con sus propias palmas, pegó su cuerpo con el del muchacho y por primera vez en ese día pudo percibir los acelerados latidos del corazón del joven, la respiración desbocada y el ardor que explotaba en sus mejillas era evidente.

Sonrió tranquila, y totalmente complacida antes de unir sus labios a los de su prometido, delineo con tortuosa parsimonia los húmedos bordes de Ranma, conociéndolos, explorándolos a conciencia, intentando crear una sensual danza, entreabrió la boca solo para dejarle conocer su sabor y casi de manera inmediata se vio invadida de la curiosa lengua del muchacho, ella simplemente cedió ante los avances del ojiazul, experimentó una vez más como el peso del chico se instalaba sobre ella teniendo la precaución de no aplastarla totalmente.

La caricia era inexperta, torpe y desesperada pues en sus años de mantener un compromiso ellos jamás habían llegado tan lejos, el beso era la culminación de su amor secreto, aquel amor que ambos llevaban escondidos en sus mochilas, un amor que por más que trataban de esconder quedaba al descubierto gracias a sus acciones.

Seguían descubriendo los sabores del otro, acoplando sus movimientos, sintiendo la tersura y suavidad de la boca ajena, conociendo el ritmo de aquella caricia, uniendo sus alientos y formando una nueva alianza como pareja.

Estaban disfrutándose mutuamente, concentrados, ensimismados en el acto que ahora profesarían a diario, cuando unos bruscos toquidos los sacaron de ese glorioso momento.

-Akane, Ranma, ¿todo bien? –la voz de la matriarca Saotome se escuchó preocupada del otro lado de la puerta –como pasaron de los gritos al silencio total me preocupe –

Los labios de ambos se separaron con brusquedad, mas ninguno perdió la postura que mantenían, el par de ojos se fijaron en la madera que ahora era golpeada por segunda vez.

-¿Akane está todo bien? –preguntó una vez más al no recibir respuesta.

-Si, si tía todo está bien, Ranma ya se fue –intentó levantarse pero Ranma se lo impidió, negando bruscamente con la cabeza –no se preocupe, todo está bien –

-Me alegro, no te molesto más, buenas noches hija –

-Buenas noches tía –

Al escuchar los pasos alejarse, ambos dejaron salir el aire que sus pulmones retenían inconscientemente, sonrieron cómplices ante aquello, tal vez esta sería la primera de muchas más interrupciones, donde sus familias siempre estarían tratando de molestar, donde ellos huirían juntos por un momento a solas.

Tal vez esta experiencia no había sido romántica o con fuegos artificiales como en las películas, pero para ellos había sido el beso ideal, la persona deseada, en el momento perfecto, que más podían pedir ambos.

Reflexionaron un poco, fijando sus miradas en el otro y sin mucho que decirse se volvieron a besar, no se movieron de aquel incomodo lugar pues temían romper la magia del momento, a Ranma se le acalambraron los brazos más de una vez por sostener el peso de su cuerpo, pero no le importo, porque ese día la besó como nunca imaginó besar a nadie, quería tener ese momento en su memoria, memorizar el sabor de ella y si tal vez la vida le sonría esta experiencia la contaría el día de su boda, como aquel primer acercamiento después de una batalla de cosquillas donde obvio él fue el único e indiscutible ganador, sería la respuesta perfecta para cuando sus propios hijos y nietos preguntaran acerca del tipo de relación que mantuvieron en su juventud.

Porque era un hecho de que Ranma y Akane serían pareja para toda la vida, verían crecer su amor y dar frutos, de eso estaba seguro Ranma Saotome.

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Fin

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Notas:

Día 4 logrado yujuuuu

Ahora si la neurona falleció…. Espero poder seguir así, escribiendo para cada día, aunque les soy muy sincera, no tengo idea de que escribir para mañana, este día me lo salte…. Mi cerebro no ayuda mucho con el tema de los pasatiempos… en fin veremos que se me ocurre.

Este fic también fue desempolvado de mi compu, esta historia tenia la intención de salir en el mes de octubre, pero como ustedes saben soy super lenta y ocupada, mala combinación… asi que lo saque y adapte lo mejor que pude….

Y los agradecimientos no pueden faltar

Gracias a mi bella Beta Ziari27 por siempre tener tiempo para mí y mis locuras, sin ella esto no sería posible.

Gracias a todos los que me dejan un bonito review, gracias a los que me colocan en favoritos y a los que le dan seguir a mis historias.

Gracias a quienes me envían bonitos mensajes incitándome a seguir escribiendo.

Gracias infinitas a la página Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma que muy gentilmente apoya mis historias, posteándolas en su página.

Y como siempre me despido como los grandes

¡GRACIAS TOTALES!