Akari abrió lentamente los ojos, encontrándose de pie en medio de un campo. No soplaba nada de viento, y no parecía haber ningún animal, por lo que no se oía nada. Akari sabía perfectamente que estaba soñando, y esperaba encontrarse con su yo adulta, la cual no tardó mucho en aparecer. La versión un poco más adulta de Akari, que aparentaba tener entre 16 y 20 años, bajó lentamente del cielo, como si fuera un ángel, hasta aterrizar suavemente en el suelo. La chica tenía una expresión algo triste. Akari rápidamente se acercó a ella, quedando a poco más de un metro de distancia la una de la otra.
–¡Otra yo, quiero renunciar al poder del amor! – Como su yo adulta no dijo nada, Akari siguió. – Desde que me diste ese poder, es cierto que yo he sido mucho más feliz, pero cinco de mis amigas se han enamorado de mí, y tres ellas han sufrido por eso, y las otras dos van a sufrir cuando las rechace. Si este poder hace que mis amigas tengan que sufrir… ¡Entonces no lo quiero! ¡Renuncio a ese poder! ¡Quítamelo!
La otra yo, siguiendo con esa expresión triste, habló.
–Akari… Eso es imposible.
–¡¿Qué?!
–No te puedo quitar ese poder…
–¡¿Por qué no?! ¡¿Es que puedes dármelo pero no puedes quitármelo?! ¡Ese poder hace que mis amigas sufran, así que no lo quiero!
–No, digo que no te lo puedo quitar porque en realidad no te he dado nada.
–¿Eh? – Soltó Akari extrañada.
–El poder del amor no existe. Es más, ni siquiera yo existo. – Eso sorprendió más a Akari. – Esto es un sueño. Soñaste que tus amigas eran felices sin ti, y eso te puso muy triste. Por eso una parte de ti buscó una forma para hacerte sentir feliz, y eso se manifestó en mí, dándote ese supuesto poder para que fueras feliz. Pero en realidad ni yo ni el poder del amor existimos. Fuiste tú misma quien cambió su forma de ser. Y ese fue el motivo por el que cinco de tus amigas se enamoraron de ti, no por el supuesto poder del amor. Se han enamorado de ti por tu forma de ser. Que dejases de preocuparte por tu presencia y te centrases en querer ser feliz siempre, actuando de esa forma tan alegre, fue lo que hizo que se enamoraran de ti.
Akari estaba sorprendida, sin saber qué decir.
–Entonces… ¿Ahora estoy hablando conmigo misma?
–Podría decirse así. – Dijo la Akari adulta.
–Pero… No lo entiendo.
–A veces pueden resolverse problemas pensando, no en qué haría uno mismo, sino en qué haría otra persona. Imaginarse que se es otra persona y que te está aconsejando. Yo sería eso, aunque en vez de ser otra persona sería una versión más adulta de ti, pero cumpliría esa misma función.
Akari pareció entender.
–Entonces… Todo lo que me puedes decir ya lo sé…
–Exacto.
–Solo debo verlo de otra forma.
–Eso mismo.
Akari se veía algo triste.
–Entonces… El poder del amor no era real. Mis amigas se han enamorado de mí por cómo soy.
La Akari adulta asintió.
–Así es.
–Si no hubiera cambiado mi forma de ser no se hubieran enamorado de mí… – Dijo bajando la cabeza.
–Pero entonces no hubieras sido lo feliz que eres ahora. – Akari levantó la cabeza para mirar a su yo adulta a los ojos. – Es cierto que ha habido momentos tristes, pero en general, desde que actúas de esa nueva forma has sido más feliz, ¿verdad? – Dijo con una pequeña sonrisa.
Tras unos segundos de pensar, Akari asintió.
–Sí.
–Entonces no pienses de esa forma. Eres más feliz ahora que antes, así que no debes arrepentirte de haber cambiado.
–Pero debido a eso mis amigas están sufriendo… – La Akari adulta no dijo nada. – Si el poder del amor fuera real renunciaría a él, aunque eso supusiera ser menos feliz que ahora.
La Akari adulta, con apariencia algo triste, volvió a hablar.
–¿Sabes que eso significaría que Yui-chan dejaría de estar enamorada de ti?
Eso sorprendió a Akari.
–¿Eh?
–Piénsalo, si Yui-chan se hubiera enamorado de ti por el poder del amor y renunciases a él, Yui-chan dejaría de estar enamorada de ti y ya no sería tu novia. – Akari estaba sorprendida. – ¿De verdad preferirías eso?
Akari, aún con los ojos bastante abiertos por la sorpresa, bajó un poco la mirada, pensando en eso. Sin embargo, pensó también en cómo de triste se sintieron Ayano cuando cortó con ella, Yui cuando se enfadó con ella, y Chinatsu el día anterior.
–Me da igual. – Akari volvió a levantar la cabeza. – ¡Si eso hace que mis amigas dejen de sufrir, preferiría que Yui-chan dejase de estar enamorada de mí!
La Akari adulta mostró una tierna sonrisa.
–¿Entiendes ahora por qué tus amigas se han enamorado de ti?
–¿Eh? – Se extrañó Akari.
–Akari, acabas de decir que estarías dispuesta a renunciar a la persona a la que amas por el bien de tus amigas. Siempre pones la felicidad de los demás por delante de la tuya, intentando hacer felices a los demás aunque sea a costa de tu propia felicidad. Eres una chica adorable, Akari, por eso tus amigas se han enamorado de ti.
Tras unos segundos de sorpresa, Akari dijo:
–Es un poco narcisista que yo misma me diga eso.
–Un poco. – La Akari adulta soltó unas risitas, haciendo que la menor sonriera. – Pero es verdad. Tú misma se lo dijiste a Yui-chan, ¿recuerdas?
Flashback
–¿Sabes lo que me hace más feliz?
–¿Lo que te hace más feliz? – Yui se puso a pensar unos segundos. – Mmm… Conociéndote, diría que lo que te hace más feliz es ayudar a los demás para que sean felices. Porque ver a los demás felices te hace feliz a ti también.
Akari sonrió.
–Exacto. Me gusta hacer felices a los demás.
Fin del flashback
Akari asintió.
–Yui-chan… Quiero estar con ella.
–Entonces ya sabes lo que tienes que hacer, ¿verdad?
Algo triste, Akari asintió.
–Hablar con Chinatsu-chan, Sakurako-chan e Ikeda-senpai y dejarles claro lo que siento.
–Exacto.
–Pero eso las hará sentir tristes. – Dijo bajando un poco la cabeza.
–Por supuesto. Las hará sentir muy tristes. – Akari levantó la cabeza algo sorprendida. – De la misma forma en que te sentiste triste cuando Ayano cortó contigo. – Akari volvió a mostrar una expresión algo triste pensando en cómo se sintió entonces. – Pero tienes que decírselo, Akari. Amas a Yui-chan, ¿verdad?
–Si realmente eres yo ya sabes que sí.
–Entonces tienes que decirles lo que sientes a las demás. No puedes hacer feliz a todo el mundo, Akari. Está muy bien que quieras hacer feliz a los demás, pero no si hacer feliz a las demás hace que tú seas infeliz. Debes pensar también en ti misma.
Akari abrió un poco los ojos al recordar que eso es lo que le dijo a Yui cuando esta quería pagar siempre la comida a Akari cuando comían fuera. La Akari adulta sonrió.
–Debes aplicarte a ti misma lo que le dices a las demás.
Akari también sonrió un poco.
–Tienes razón.
–Tú tienes razón. Después de todo yo soy tú.
Akari soltó unas risitas.
–¿Podremos volver a hablar?
–Por supuesto, siempre que quieras. Solo debes pensar en mí.
–Gracias. Lo haré si algún día necesito ayuda.
Ambas Akaris sonrieron y poco a poco todo empezó a volverse blanco.
Akari abrió los ojos, y tras unos segundos se incorporó en su cama. Al mirar la hora vio que todavía faltaban 20 minutos para que sonara el despertador. Sin embargo, no quería volver a dormir. La chica se levantó y fue a lavarse la cara. Tras secarse, la chica se miró al espejo, con determinación.
–Tengo que hablar con Chinatsu-chan, Sakurako-chan e Ikeda-senpai. Tengo que decirles lo que siento.
Mientras Akari volvía a su habitación para cambiarse la ropa, pensó que debía decir a Yui lo que había pasado con Chinatsu. Sabiendo que Yui se levantaba antes que ella y por lo tanto que ya estaba despierta, la llamó. Tras unos cuantos segundos, Yui contestó.
–¿Akari? Qué raro que me llames de buena mañana. De hecho, es más temprano de lo que te sueles levantar. ¿Ocurre algo?
–Sí… Ayer Chinatsu-chan se me declaró.
–Espera, ¿qué? – Dijo Yui muy sorprendida.
–Lo que oyes. Me dijo que estaba enamorada de mí, así que, recordando lo que tú me dijiste, que era mejor que tú le contaras lo nuestro porque estaba enamorada de ti, como dijo que estaba enamorada de mí… Se lo conté yo…
–¡¿Sabe lo nuestro?!
–Sí… Y no se lo tomó nada bien. Me dijo que estaba enamorada de las dos, por lo que de ninguna manera podíamos ser novias entre nosotras, ya que de esa forma perdía a las dos personas a las que amaba… Hasta me dijo que cortara contigo.
–¡¿Qué?!
–Sí… He creído que tenías que saberlo, para cuando la veas esta mañana…
–Sí… – Dijo Yui aún intentando asimilar aquello.
–Yui-chan, siento habérselo dicho yo sin consultártelo antes, ya que dijiste que querías decírselo tú, pero como dijo que estaba enamorada de mí y tú dijiste que querías decírselo porque estaba enamorada de ti, pensé que tenía que decírselo yo…
–No te preocupes, Akari. Que Chinatsu-chan se te declarara fue una sorpresa. Tomaste la decisión que creíste correcta. Y gracias por decirme lo que había pasado, de otra forma no sé qué hubiera pasado cuando pasara por casa de Chinatsu-chan. Me pregunto cómo estará…
–Sí, yo también…
–Hoy hablaré con ella.
–No, lo haré yo. – Dijo Akari, sorprendiendo a Yui. – Yo fui quien se lo dijo, así que soy yo quien debe hablar con ella. Le voy a decir que no voy a ser su novia. Lo siento por ella, pero te quiero a ti, Yui-chan, y no pienso cortar contigo.
–Akari… – Aquello enterneció a Yui. – ¿Seguro que podrás hacerle frente? – Preguntó preocupada por su novia. – Piensa que cuando Chinatsu-chan se enfada es terrorífica.
–Lo sé, pero tengo que decírselo. No voy a seguir huyendo. Voy a terminar esto de una vez por todas.
Yui sonrió.
–Está bien. Confío en ti, Akari.
–Gracias, Yui-chan. Nos vemos ahora.
Yui asintió.
–Sí, nos vemos.
Tras colgar, Akari se cambió de ropa y se volvió a mostrar determinada.
–Hoy lo termino todo. Y no solo con Chinatsu-chan. También con Ikeda-senpai y Sakurako-chan.
Tras unos minutos, Kyouko llamó al timbre de la casa de Akari. Esta respiró hondo, pensando en cómo hacer frente a Chinatsu. La chica abrió la puerta, decidida pero con algo de miedo, pero al abrirla se extrañó de no ver a la yandere.
–¿Eh? ¿Y Chinatsu-chan?
Kyouko respondió.
–Su hermana nos dijo que hoy no se encontraba bien, así que no iría a la escuela.
–Ah… Ya veo…
Akari miró a Yui con algo de preocupación, y Yui la miraba de la misma forma. Ambas sabían que aquello no era verdad.
–Después de clase iremos a verla, ¿verdad? – Preguntó Kyouko.
–Ah… Sí, claro…
–Voy a abrazarla y besarla con todo mi amor para que se recupere pronto.
–Mejor dale medicina… – Dijo Yui.
–¡El amor es la mejor medicina, Yui! – Soltó Kyouko haciendo un puchero.
–Sí, sí, lo que tú digas…
Yui empezó a ir hacia la escuela, por lo que Kyouko y Akari la siguieron. Que Chinatsu no viniera a la escuela demostraba que saber que Akari y Yui eran novias la había afectado mucho. Además de que destartalaba los planes de Akari. Pero la chica decidió de momento no pensar en Chinatsu y seguir con su intención de decirles lo que sentía a Chitose y Sakurako. Ya pensaría después en cómo hablar con Chinatsu.
Ya en clase, Akari tenía allí mismo a Sakurako, la cual notó un poco más seria que de costumbre, probablemente porque había decidido declarársele a Akari, según le dijo Chinatsu. Recordando cómo de triste se puso Akari cuando Ayano cortó con ella, la pelirrosa decidió no decirle lo que sentía hasta terminadas las clases.
Mientras estas aún duraban, Akari pensó en cómo pediría hablar con cada una de ellas. Tenía que ser en privado, por lo que tendría que llevarse a Sakurako a otro lugar o quedarse las dos en el aula hasta que se fueran las demás. En ese caso sería fácil, ¿pero y con Chitose? Podría irla a buscar al consejo estudiantil, claro, pero tal vez resultara algo para las demás ir a verla por algún motivo específico, ya que ellas dos no tenían mucha relación. En cambio, no sería tan raro si fuera a buscar a Sakurako, ya que ambas iban a la misma clase, por lo que podría ir a verla con la excusa de pedirle algún apunte o algo.
Decidido. Primero iría a buscar a Chitose a su clase, esperándola en la salida, y luego iría a buscar a Sakurako al consejo estudiantil.
Finalmente terminaron las clases, y las chicas empezaron a recoger, Akari con algo de prisa, para ir a la clase de Chitose antes de que esta se fuera al consejo estudiantil. Sakurako, viendo que Akari estaba a punto de irse, la llamó para no perder la oportunidad.
–Akari-chan. ¿Podemos hablar un momento, por favor? Quiero decirte algo.
Akari se sorprendió un poco de que Sakurako le dijera eso tan directamente, y aquello confirmaba lo que le había dicho Chinatsu.
–¿P-Puede ser en unos minutos, Sakurako-chan? Ahora mismo tengo algo urgente que hacer. Pero en cuanto termine voy enseguida al consejo estudiantil a buscarte, ¿vale?
–V-Vale… – Respondió Sakurako algo desanimada.
Akari salió de su clase y fue a la de Chitose, viendo que estaba saliendo justo en ese momento.
–Ikeda-senpai. – La llamó cuando estuvo cerca de ella.
Chitose había estado decaída todo el día, tanto porque Ayano no le hablaba como por estar en la misma clase que Yui, la nueva novia de la chica a la que amaba. Ver a Akari por primera vez desde que sabía que tenía novia la entristeció más, pero intentó disimularlo con una sonrisa.
–Ho-Hola, Akaza-san. ¿Qué ocurre?
–Ikeda-senpai, ¿podemos hablar un momento las dos solas? – Dijo Akari seria.
–¿Eh? – Se sorprendió Chitose.
–Quiero hablar de algo contigo.
Chitose se asustó, pues pensaba que Ayano le habría dicho a Akari lo que había hecho y ahora le cantaría las cuarenta.
–Cl-Claro… – Dijo algo temerosa.
Akari empezó a andar y Chitose la siguió.
–Vayamos a la azotea, tendremos más privacidad.
Eso asustó aún más a Chitose, pensando que Akari quería que estuvieran solas para así poder gritarle sin que nadie la oyera, y que ahora solo se estaba conteniendo, temiendo que en el momento en que llegaran a la azotea Akari estallaría y empezaría a gritarle, lo cual hacía que estuviera temblando. Finalmente llegaron a la azotea, y Chitose cerró la puerta tras de sí.
–Ikeda-senpai. – La llamó Akari.
Chitose, lentamente y con miedo, se giró, para mirar a Akari. La chica, aún seria pero con una expresión un poco más triste, empezó a hablar.
–Ikeda-senpai. Ayer Chinatsu-chan me dijo algo. Necesito saber si es verdad.
Aquello tranquilizó un poco a Chitose, ya que parecía que Ayano no le había dicho nada.
–C-Claro, dime.
Akari respiró hondo.
–Chinatsu-chan me dijo que ayer te escuchó decirme que me amabas. – Eso asustó completamente a Chitose. – ¿Es cierto? – Chitose no dijo nada, solo se quedó mirando asustada a Akari, por lo que esta intuyó la respuesta. – Lo es, ¿verdad?
Chitose, viendo que ya no podía ocultarlo, pasó a mostrarse triste. La chica asintió.
–Sí… Lo es.
–Ikeda-senpai… Me caes muy bien, de verdad, pero…
–Eres la novia de Funami-san, ¿verdad?
–¿Eh? – Akari se sorprendió de que lo supiera. – ¿Lo sabes?
Chitose asintió.
–Ayano-chan me lo dijo ayer. Poco después grité que estaba enamorada de ti. Yoshikawa-san debió oírme entonces.
–Ya veo… – Que Chitose lo supiera facilitaba un poco la tarea a Akari, así que siguió. – Ikeda-senpai, te aprecio mucho, de verdad, eres muy buena persona, y una muy buena amiga, así que siento mucho no poder corresponderte.
–No digas eso, no es verdad. No soy nada de eso.
–¿Eh?
–Soy una persona horrible, y desde luego la peor amiga que puede haber.
Akari se sorprendió bastante.
–¿Q-Qué dices? ¡Eso no es verdad! ¿Por qué dices eso?
–Porque… – Chitose estaba a punto de llorar. – Y-Yo le dije a Ayano-chan que cortara contigo.
–¿Eh?
Akari abrió mucho los ojos, mostrando una expresión como mezcla entre sorprendida y triste. A Chitose se le empezaron a caer lágrimas por sus mejillas.
–Antes de ti, Ayano-chan ya estaba enamorada de otra persona, pero cuando se hizo tu novia no dejó de amar a esa persona, y me preguntó si creía que era posible estar enamorada de dos personas a la vez. Yo creía que sí, pero aun así le dije que no, que si aun siendo tu novia seguía amando a esa persona, significaba que ella era su verdadero amor, ya que si lo fueras tú no la seguiría amando a ella. Le dije una sarta de mentiras que no me creía ni yo, y la manipulé para que creyera que no te amaba y cortara contigo, para así poder tener vía libre yo y poder declarárteme. Pero después de hacerlo me sentí tan culpable que no podía ni hacerlo. – Chitose empezaba a llorar cada vez más. – Me veía como una persona horrible por hacer sentir mal tanto a mi mejor amiga como a ti, la chica a la que amo, que Ayano-chan ya me dijo que te pusiste a llorar.
A Chitose cada vez le costaba más vocalizar debido a que lloraba cada vez más, pero se las arregló para seguir. Quería contárselo todo a Akari.
–Hice sentir triste tanto a mi mejor amiga como a ti, la chica a la que amo, y después ni siquiera te me declaré, así que hice que Ayano-chan cortara contigo para nada. Por eso digo que soy una persona horrible. Así que supongo que esto es el karma… No merezco ser tu amiga. Lo siento muchísimo, pero sé que nada de lo que diga cambiará lo que hice, y entiendo si ahora me odias y no quieres perdonarme. Realmente no merezco que lo hagas.
Chitose siguió llorando con la cabeza bajada esperando que Akari le dijera que le daba asco o algo similar. Akari estaba sorprendida, dolida y triste a partes iguales, y también algo enfadada, aunque eso último de momento no lo mostraba en su rostro. Tras unos segundos, ya habiendo asimilado la información, Akari mostró en su rostro algo de enfado y apretó un poco los labios, claramente molesta, pero tras pocos segundos, la chica se calmó. Akari suspiró, y poco después mostró una pequeña sonrisa.
–Te perdono.
Eso sorprendió completamente a Chitose.
–¿Eh? – La chica levantó la cabeza, viendo que su cara estaba roja y aún llena de lágrimas. – ¿A-Así sin más?
–Lo que hiciste estuvo muy mal, Ikeda-senpai, y no puedo evitar sentirme molesta y dolida por eso, pero entiendo por qué lo hiciste. El amor nos nubla la mente y nos hace tomar decisiones equivocadas. Yo misma le dije a Yui-chan que la odiaba cuando se me declaró, porque pensaba que quería aprovecharse de mí declarándoseme justo después de que Ayano cortara conmigo. Estaba demasiado afectada y no pensaba con claridad. Así que puedo entenderte. Además, lo que hiciste tuvo un resultado bueno. – Chitose se sorprendió, recordando que Ayano le dijo algo similar. – Me hice novia de Yui-chan, a la que amo tanto como a Ayano, puede que más. Eso no habría pasado si Ayano no hubiera cortado conmigo, y no lo hubiera hecho si tú no le hubieses dicho eso. Amaba a Ayano… – Akari negó con la cabeza. – No, aún la amo, y seguro que habría sido muy feliz con ella, pero debido a que cortó conmigo ahora estoy con alguien a la que amo igual o más que a ella, y soy muy feliz con ella. Así que, aunque lo que hiciste estuvo muy mal, terminó teniendo un resultado bueno. Además… Sé por experiencia qué se siente al amar a alguien y no ser correspondido. Creo que eso ya es castigo suficiente.
Chitose no pudo aguantar más y se abalanzó sobre Akari, poniéndose a llorar en su pecho.
–¡Lo siento! ¡Lo siento mucho!
Akari la abrazó y le empezó a acariciar el cabello con calma.
–Vamos, ya está, Ikeda-senpai. No llores más.
Tras unos segundos, Chitose se separó de Akari, aún sollozando, aunque con una pequeña sonrisa.
–Eres muy buena, Akaza-san. Ayano-chan todavía no me ha perdonado. Y la verdad es que no la culpo.
Akari asintió.
–Lo entiendo. – Poco después amplió su sonrisa. – Pero estoy segura de que te terminará perdonando tarde o temprano.
–¿Tú crees?
Akari asintió.
–Seguro. Lo que hiciste estuvo muy mal, así que entiendo que esté enfadada y dolida contigo. Pero estoy segura de que con el tiempo terminará perdonándote.
Chitose, aún con la cara llena de lágrimas, mostró una tierna sonrisa.
–Eso espero.
Akari sonrió.
–Ikeda-senpai… Siento no poder corresponderte, pero estoy segura de que tarde o temprano vas a encontrar a alguien que te ame y con quien podrás ser feliz. – Chitose sonrió y se le cayeron algunas lágrimas más, ahora de felicidad por decirle Akari esas cosas. – Pero, Ikeda-senpai, no vuelvas a hacer nunca más algo como eso.
–Tranquila, no lo haré más.
–Me alegra oírlo.
Ambas chicas soltaron unas risitas y después se quedaron mirando unos segundos con una sonrisa. Ambas se alegraban de haber arreglado aquello.
Chitose ya estaba. Faltaban Sakurako y Chinatsu.
