Si vis pacem, para bellum

"Ehm... ehm..." Mi garganta comenzaba a quejarse.

"Uhh, Gonzalo, esto no es bueno... Creo que tendremos que buscar la forma en que te alimentes antes de que termine siendo yo la cena", dijo el Dr. Petrov mientras me miraba seriamente. "Creo que tengo algunas muestras de sangre por aquí..."

Entramos en la segunda sala desde donde trabajaba el Dr. Petrov. Realmente parecía que los cuartos donde él trabajaba eran de mayor secretismo, ya que sus accesos eran invisibles para cualquier persona.

Ambas salidas estaban ocultas entre las paredes y los pasajes subterráneos, donde no había una entrada obvia. Los accesos a los subterráneos estaban disimulados entre las paredes, y había varios pasajes entrelazados que conducían a cuartos de ropa, baños y cámaras de suministros. Las salas donde se escondía el Dr. Petrov tenían un valor mucho mayor que cualquier otro lugar en el centro de investigación, y él era el director de todo ese sector.

Aunque el olor del Dr. Petrov me resultaba incómodo, poco a poco me iba acostumbrando. Sin embargo, siempre procuraba mantener mi distancia y concentrarme en lo que debíamos hacer.

"Por aquí, sígueme..."

Lo seguí hasta una pequeña habitación que parecía más un hospital, con una cama y algunas muestras de sangre.

"Gonzalo, este lugar sería como una bodega de vinos de lujo para un vampiro", explicó el Dr. Petrov. Aquí se almacenaba sangre de diferentes personas que habían sido candidatos a "cantantes" para los vampiros. La idea era utilizar estas muestras para estudiar cómo la sangre atraía a los vampiros y buscar posibles métodos de cambio.

"Aquí seguramente se llevaron a cabo experimentos horribles", comenté.

"Sí, algunos de los cuales preferiría olvidar", respondió él, pensativo.

"No puedo beber esta sangre. Pertenece a gente inocente, gente que ha sufrido y probablemente ha muerto de formas horripilantes", le dije.

"Gonzalo, esa gente ya está muerta, y es mejor que estas muestras se utilicen. Piénsalo de esta manera... es como un pacto de sangre. Al beber la sangre que dejaron estas personas, estarás ligado a ellas a través de tu misión. Es una promesa, un pacto, un deber. Piensa que ellos dieron sus vidas para que tú, a través de ellos, puedas vengarlos".

El Dr. Petrov sacó un par de muestras y las colocó en un vaso. Sentí de inmediato su olor. Era dulce como nada que hubiera sentido antes, irresistible casi. Mi respiración se aceleró y mis ojos se fijaron en el vaso, luchando contra el deseo de beber. El Dr. Petrov me miró intensamente y dijo: "Veo que los estudios estaban en lo correcto. Gonzalo, tómalo lentamente".

Tomé el vaso lentamente, pero mi garganta y mi nariz me instaban a beber. Era el olor más insoportable del mundo. Comencé a sentirme avergonzado, luchando contra mis impulsos. "Ah, soy un monstruo. No podré luchar si no logro controlarme".

"Esto requerirá práctica, Gonzalo. Estas muestras son la sangre más preciada y apetecible para los vampiros, pero debemos trabajar en esto para que puedas ser verdaderamente el arma de la humanidad en lugar de convertirte en otro monstruo como el resto", dijo el Dr. Petrov, intentando tranquilizarme.

"Salgamos de aquí, Doc. No puedo soportarlo más. Estoy satisfecho, pero todo esto a mi alrededor me incomoda. Incluso puedo oler la sangre a través del vidrio", le dije.

"Este será uno de nuestros entrenamientos clave, chico. Te transformarás de una bestia en un paladín para la humanidad. Pero llevará mucho tiempo. Tendremos que pasar varios meses aquí", dijo el Dr. Petrov.

"No tienes miedo de que pueda matarte en el proceso, ¿verdad, Doc?", le pregunté.

"La vida es irrelevante sin un propósito claro. Incluso intentándolo, ya he cumplido con mi meta. Yo puedo controlar mis decisiones y guiarte en tu preparación, pero no tengo control sobre las decisiones que tomes ni sobre tus acciones", respondió el Dr. Petrov con una sonrisa.

"Estás decidido, eso veo", le dije también sonriendo.

"Estamos demasiado involucrados en esto como para dar marcha atrás", replicó él con la misma sonrisa.

"Hay suficiente para un par de días, así que tendrás que ejercitar tu capacidad de autocontrol. No creo que sea buena idea que salgas a cazar hasta que estés listo y hayamos mejorado tu arsenal", añadió.

Después de que el Dr. Petrov se fue a dormir, comencé a explorar las ruinas alrededor del sector. Estaba en su mayoría destruido y había muy poco que se pudiera utilizar. El Dr. Petrov me había encargado rescatar todo lo que pudiera encontrar entre los escombros de lo que alguna vez fue ese laboratorio. Recogí algunas computadoras, discos duros, cables y demás, pero no encontré nada similar al Nitruro de Boro Cúbico que utilicé para crear la daga.

Necesitábamos replicar la tecnología que utilicé para crear la daga. Si quería tener alguna posibilidad contra los de mi especie, era crucial reconstruir una impresora de material que utilizara nanotecnología. El Dr. Petrov me había contado que estaban trabajando en una forma de replicar los componentes de los vampiros y los hombres lobo, y, si tenían éxito, también podrían replicar la ponzoña para dar con la fórmula perfecta.

Encontré varios libros y manuscritos con instrucciones sobre cómo ensamblar las piezas. Aunque recordaba mucho de lo que logré crear la primera vez, no teníamos una muestra con la que probar las armas. Así que tendríamos que crear algo que pudiera replicar de manera precisa la carne y los huesos de un vampiro. Sería una tarea ardua y complicada.

Entre los discos duros encontré algo prometedor. Uno de ellos tenía el número de serie del

llamado "Proyecto Frankenstein" del que hablaba el Dr. Petrov. Lo guardé junto con mis pertenencias. También tomé algunas piezas que podrían servir para alimentar la nueva inteligencia artificial que crearíamos y utilizaríamos para ayudarnos en la creación de nuestras armas.

Al regresar al laboratorio secreto del Dr. Petrov, tomé todo lo que tenía y comencé a ensamblar y reparar lo que pudiera. Él revisaba sus libros, manuscritos y documentos mientras nos poníamos manos a la obra. Tendría que armar otro laboratorio como lo hice antes, pero esta vez no estaría solo.

Mientras organizaba los cables Ethernet y los enumeraba para conectarlos ordenadamente a los switches, le pregunté al Dr. Petrov: "Oiga, Doc, ¿podría hablarme más sobre el mundo de los vampiros? Explíqueme qué son los híbridos".

Mientras él realizaba algunos cálculos en su cuaderno y colocaba tubos de ensayo, respondió en tono sereno: "Durante mucho tiempo, nuestros estudios nos afirmaban que los vampiros no podían reproducirse de forma natural, como te dije antes. Pero todas nuestras teorías se vinieron abajo cuando tuvimos una visitante en nombre de un vampiro llamado Joham. La chica, Jennifer, afirmaba ser su hija y venía en su nombre para informarnos sobre el interés de su padre en nuestros estudios y su disposición a participar..."

Hizo una pausa y me miró por un momento. "Cuando ella dijo 'hija', pensé que lo decía simbólicamente, pero al verla me di cuenta de que no tenía, al menos a simple vista, características que la hicieran parecer una vampiresa. Después de que demostró su fuerza y velocidad, decidimos aceptar su oferta a cambio de una muestra genética de ella". Luego añadió: "Los híbridos poseen 24 pares de cromosomas, a diferencia de los vampiros y los hombres lobo, que tienen 25".

"¿Y cómo fue concebida ella?", pregunté con gran curiosidad, mirándolo fijamente.

"De manera normal, como lo harían dos humanos, con la excepción de que su madre era humana", respondió seriamente.

Su tono de seriedad y su mirada penetrante denotaban algo revelador y con posibles implicaciones perturbadoras. Podía intuir hacia dónde se dirigía el asunto.