Día 5: El Pasatiempo preferido del Destino
—Es un tipo de leucemia poco común, crónica —comentó Tofu dejando los documentos encima de la mesa—. Era algo muy lento, ya que la formación de glóbulos blancos dañinos era casi inexistente.
—Gracias a ti, el doctor… —Tofú carraspeó, apareciendo un débil sonrojo en las mejillas de Kasumi—. Ono, ha podido contactar con un compañero suyo de la facultad que se especializa en estos tipos de enfermedad.
—Hemos llegado tan a tiempo, que no hace falta preocuparse. Y todo, es gracias a ti, Ranma.
—Me alegro de haber sido de ayuda —contestó cohibido. Habían quedado temprano porque Kasumi se lo había pedido, pero era raro estar con aquellos dos sin Akane al lado—. Si necesitas cualquier cosa, dímelo.
—En realidad quería preguntarte cómo te diste cuenta. Si hay algún síntoma para que pueda reportarlo, ayudaría mucho a avanzar sobre este tipo de enfermedad.
—Ojalá hubieras conocido a mi madre para poder evitarlo también —agregó Kasumi con una sonrisa.
—No… yo… —dijo nervioso. Aquellas palabras lo hicieron sentir más mal si cabía, ya que él no tenía ningún don para poder mejorar la investigación contra aquel cáncer. Solo había tenido suerte—. Si os lo explico, pensaréis que estoy loco.
—Te transformas en mujer con agua fría… —contestó Tofu, irónico—. Podría sonar raro, pero me lo creería.
—Confía en nosotros —confirmó ella.
Ranma suspiró y, con el corazón en un puño, explicó todo lo que sabía. No dejó nada en el tintero, siendo consciente de que cada una de las palabras que salían de su boca afectaban más a la pareja. Cuando explicó la muerte de Kasumi y la posterior enfermedad de Akane, la garganta se le secó, obligándose a beber un poco de agua para poder continuar. Acabó con el pacto que había hecho con el dios dragón y como había intentado cambiar todo lo que recordaba para evitar aquel siniestro futuro.
—Hoy despertarán al dios Ryūjin y le harán creer que Akane es la princesa que le robó la joya de su residencia marina. Él intentará ahogarla y mientras tanto —se interrumpió bajando la mirada arrepentido—, yo seré embaucado por Ukyo, Shampoo y Kodachi. A duras penas llegaré a salvarla.
—Por eso no querías ir… —comentó Kasumi angustiada.
—Quería evitar cualquier eventualidad.
—Ahora sí que me creo que seas un Ranma venido del futuro… nunca te había escuchado decir tales palabras —sonrió Tofu—. Explícanos los detalles, veremos si podemos ayudar —agregó con una sonrisa, acariciando la mano de Kasumi.
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—Pensé que sería una salida para los dos —comentó Akane algo incómoda.
—Yo también —comentó él de igual manera.
Aunque en sus recuerdos aquel día era una excusa para pasar tiempo los dos, Ranma sabía que le esperaba cuando llegaran al destino. Rentsu, junto al grupo de locas, los esperarían y los acosarían para que se separaran, creando un malentendido entre ambos y una discusión que acabó por dinamitar su corta relación.
—No estéis tristes parejita… no queremos acabar como papá o tío Genmá, así que os dejaremos solos —dijo Nabiki apareciendo y desapareciendo detrás del asiento del tren.
Aquel comentario les sonrojó aún más. Después de la discusión del día anterior, la familia se había enterado por completo de su relación y, por ende, de la poca paciencia que tenía el joven Saotome. Sin embargo, nadie había hecho un solo comentario sobre ninguna boda, ni ningún chantaje económico. Contra todo pronóstico, ni Soun ni Genma habían hecho algún tipo de comentario acerca de su comportamiento y, en parte, parecían más relajados y tranquilos cuando los veían juntos. Además, se habían recuperado de las heridas con una rapidez sorprendente, pudiéndolos acompañar en aquel viaje.
Era como si aquella batalla hubiera servido para hacerles ver a la familia que ambos eran adultos que sabían lo que querían.
—Podremos escaparnos en algún momento —dijo ella apoyando su cabeza en el hombro de él. Ranma asintió acariciando el cabello de ella, sin poder evitar sentir una sensación de angustia.
Llegaron cerca de las diez de la mañana a la playa de Kamakura, un paraíso que nada tenía que envidarle a cualquier costa del trópico. A diferencia de lo que recordaba, y parecía ser gracias a su cuñada capitalista, no había nadie esperando en el andén y pudieron descargar con tranquilidad. Tofu y Kasumi, recogieron las maletas y se las pasaron, guiñándoles un ojo.
—¡Akane! —Rentsu se encontraba en la salida de la estación con un ramo de flores en las manos. Su cara se desfiguró cuando vio a toda la familia aparecer detrás de ella—. Estás bien acompañada —agregó extrañado—. Pensaba que vendríais solos… suele ser un destino para las parejas.
—Ha sido una decisión de último momento —contestó Ranma. Akane se acercó a él y le cogió de la mano, arrancándole una sonrisa de victoria al de la trenza—. Pero si era para parejas ¿Por qué estás aquí? ¿Has venido con alguien?
—¡Cierto! Vas vestido muy elegante. ¡Espero que tengas suerte Rentsu-kun! —agregó Akane feliz.
Ranma vio la cara desfigurada de universitario por las palabras de su prometida, ensanchando más la sonrisa si podía. En su pasado, la mención de que aquello era una cita para parejas despertó su boca estúpida, asumiendo que era más importante esconder sus sentimientos que disfrutar del tiempo con su prometida. Sin embargo, se encontraban allí, cogidos de la mano y con un refuerzo familiar que nunca hubiera imaginado.
—¡Oh! Bueno… esto…
—Chicos vamos a movernos —dijo Nodoka, apareciendo de la nada—. Ya hablaréis en otro momento.
—Suerte, Rentsu-kun —gritó Akane antes de salir de allí.
—Gracias —contestó él con una voz algo extraña.
Sin decir nada más, llegaron a la playa asentándose en la parte derecha de la misma. Aunque era un día caluroso de julio, no había mucha gente a aquellas horas, por lo que pudieron establecerse cómodamente en una amplia zona de la arena.
Ranma se quitó la camiseta, y se tumbó cerca de una de las sombrillas. No tenía ganas de transformarse y por lo que esperaba no tener que entrar en el agua. Akane se sentó a su lado llevando un trikini de flores. Tuvo que contenerse para no abrazarla delante de la familia, porque no quería que ella se sintiera más incómoda.
—Te queda hermoso ese traje —susurró en su oreja. Ella se sonrojó al instante.
—No esperaba que lo dijeras —comentó con una sonrisa nerviosa—. Yo también tengo que decir que te queda bien el bañador, pero siempre te queda bien quitarte la camiseta —agregó sin poder mirarle a los ojos. Ranma se asombró, maravillado, de aquel atrevimiento por parte de su prometida.
—Vaya, vaya, vaya… no conocía esa faceta de ti. —Ella lo miró dispuesta a discutirle cualquier grosería que le dijera a continuación—. Pero me encanta. —Excepto eso.
—Nosotros vamos un rato al agua —dijo Kasumi acercándose con cautela—. Aprovechad el momento para los dos —finalizó y se dirigió al agua junto a los demás.
Por un momento se quedaron congelados en su lugar, demasiado nerviosos. Sin embargo, Ranma acercó su mano a la de ella y la acarició, notando su reacción positiva. Besó el dorso de ésta y la acercó para besar sus labios, disfrutando del contacto y de la privacidad de la playa. Ella le pasó los brazos alrededor del cuello y se dejó besar, acariciando su nuca.
Aquellos momentos en los que ambos podían disfrutar del otro, hicieron que el de la trenza se dejara llevar y olvidara por un momento donde se encontraba y por qué debía estar alerta. Ni si quiera se planteó que su familia hacía bastante que no había vuelto del agua. Solo podía concentrarse en ellos dos, sin prometidas, maldiciones o dioses encolerizados.
Una tranquilidad que, como debería estar acostumbrado, no duraba para toda la eternidad.
—¿Qué crees que estáis haciendo? —El chillido, seguido de unas diez espátulas afiladas interrumpió su tranquilidad—. ¿Cómo te atreves a hechizar a Ran-chan?
—Acabar aquí, Tendo.
—Pagarás este ultraje, plebeya.
Ante ellos, las tres estaban vestidas con bikinis sugerentes y armadas hasta los dientes. Ranma suspiró y se puso en posición, al menos aquella vez, Akane y él estaban juntos.
—No estoy hechizado y Akane no me ha hecho nada. Más bien al contrario —dijo cansado. Las tres lo miraron asombradas—. Sí, estamos saliendo y no, ninguna de vosotras es mejor que ella en nada, al menos a mi parecer. Así que largaos de una vez y dejadme en paz.
No midió las palabras, también estaba cansado de tener que lidiar con aquellas tres y más cuando sabía a qué habían venido. Las observó, viendo la decepción en la cara de su amiga de la infancia y la ira en la cara de la Kuno. Sin embargo, la amazona lo observaba impasible, como si ya se temiera como estaba la situación. Un escalofrío le recorrió la espalda se tensó, sabiendo que algo no estaba bien.
¿Dónde estaba Cologne?
—Acabar con ello de una vez —sentenció la del cabello púrpura.
Entonces, lo escuchó. Se enderezó como un resorte oteando por todos lados intentando encontrar a la anciana matriarca. El cántico se hacía más fuerte y sonoro, rodeándolo como una fuerza superior que lo tenía atado de manos y piernas.
—¡Ranma! —Alzó la vista en dirección al grito de Akane, siendo agarrada por Rentsu—. ¿Qué narices estáis haciendo? ¡Soltadlo!
—Debemos irnos Akane, esto es peligroso —suplicó Rentsu. Akane se giró hacia él y le lanzó un puñetazo en la nariz, tumbándolo de golpe.
—Lo siento, Akane, no quería que las cosas acabaran así —dijo la cocinera abalanzándose sobre Akane.
Ranma solo podía observar, aterrado, como su prometida luchaba contra aquellas tres enloquecidas y, sin darse cuenta, era rodeada por un aura mágica de color azul. Desesperado, intentó soltarse de las cadenas, concentrando toda su energía en desestabilizar a la anciana. Sin embargo, no luchaba contra un oponente cualquiera. Cologne tenía una energía difícil de manejar y casi imposible de superar, aumentando su ansiedad.
El agua empezó a agitarse, creando olas más grandes de lo que cabía esperar en un día soleado, y el cielo se nubló, dando paso a un viento casi antinatural. Cologne colocaba las manos en diferentes posiciones, creando figuras que, con su energía, enviaba y rodeaban a su joven prometida.
—¡Por favor Cologne! ¡Para! —suplicó entre lágrimas de angustia y rabia. Por un momento, la anciana lo miró, extrañada—. ¡Vas a matarla!
—No es mi intención, yerno —dijo ella extrañada—. Solo necesito apartarla un poco de…
No acabó la frase. Del mar, emergió una figura enorme, que serpenteó dirección a los cielos y despertó relámpagos y tormentas. El ser monstruoso, tenía largos bigotes, melena plateada y ojos dorados. Con la piel decorada de diferentes tonos azulados, las escamas se repartían por el largo de su cuerpo dibujándose las extremidades largas y delgadas que parecían abarcar toda la playa.
Cologne señaló a Akane, la cual acababa de dejar K.O a Shampoo de una patada en la nuca.
—¡Akane! —gritó desesperado él, impotente.
Pero la joven no tuvo tiempo de reacción. La luz azulada que la había rodeado se ciñó sobre ella y la arrastró con una fuerza brutal hacia el agua, hundiéndola en el proceso. Todo aquello era como en su vida pasada, pero en este punto, Cologne lo había desatado de sus cadenas, permitiéndole saltar al mar embravecido.
Pero, a diferencia de la otra vez, la vieja se había olvidado de él y había corrido a socorrer a su nieta, quien, inconsciente, casi había sido arrastrada por el agua marina. Exasperado, empezó a mover los brazos y las piernas, hiriéndose las muñecas para poder sacarse las ataduras mágicas. Pero era imposible.
Y Akane ya llevaba cerca de cinco minutos en el agua.
—¡Ranma! —gritó Tofu con una especie de perla en las manos—. La perla de la princesa Tamaori —agregó sin aliento. Cuando acercó la joya, las ataduras desaparecieron por sí solas—. ¿Dónde está Akane?
Ni siquiera contestó. Cogió la perla y se lanzó al mar, nadando hacia lo más profundo, rezando a todo kami viviente no llegar tarde. Por suerte, sabía dónde buscar, aquella escena se le quedó grabada en su memoria en forma de trauma, repitiéndose en pesadillas durante muchas noches.
Cuando llegó a la última boya de la playa, se hundió veloz, buceando hacia lo más profundo del mar, esperando ver una estela azulada, cosa que indicaría que estaba cerca del dragón. Notaba que empezaba a quedarse sin aire, pero no cejó en su intento de llegar hasta su prometida, no permitiéndose pensar que todos los esfuerzos para que ella fuera feliz, habían sido en vano.
Entonces lo encontró, Akane estaba suspendida entre las aguas y el dragón la observaba, como si sintiera algo raro. Cuando se percató de él, Ryūjin se abalanzó sobre él, serpenteando por el agua, mas quedó quieto cuando un aura verde lo iluminó. La pulsera que el dragón le dio antes de su regreso, emitió una luz verdosa mientras se calcificaba la quinta piedra de jade.
—¿Por qué un humano lleva ese objeto? ¿Cuándo nos hemos visto? —preguntó con voz profunda—. Habla, aquí puedes respirar.
—Hace unos días —dijo después de tomar una gran bocanada de aire. Era extraño poder respirar bajo el agua—. Dijiste que te engañaron y viniste a mí para solventar tu error.
—Ella no es quien me ha robado.
—Hace siglos que ocurrió —concedió Ranma—. En el pasado, luché contra ti y casi la pierdo —agregó señalando a una Akane inconsciente—. Pero esta vez te traigo la perla, a cambio de su libertad. Necesito sacarla de aquí para que viva.
—¿Es lo único que quieres? ¿quieres que viva? —preguntó el dragón irónico. Observó a la chica para luego dirigir su mirada hacia él de nuevo—. Y si cuando despierta, ella decide que no quiere nada contigo ¿qué harás?
Ranma lo observó por un segundo, perdido en sus propios recuerdos. En el pasado, Akane se despertaría de morir casi ahogada, pero lo apartaría y lo echaría de su vida. Recordar aquel suceso le dolió, pero entendía su comportamiento teniendo en cuenta que ella había creído que estaba en una especie de orgia con las tres locas.
Pero ahora no era así. Tenía la seguridad de que Akane confiaría en él y que, por muchos problemas que se presentaran en el futuro, juntos podrían acabar con ellos.
—La cortejaría de nuevo, hasta conseguir que me ame —contestó sincero—. Y si realmente no lo hace, procuraré que su camino sea feliz, porque es lo único que importa.
—Buena respuesta, Saotome —sonrió el dragón, con una ligera voz afeminada. Luego chasqueó los dedos.
Una luz turquesa envolvió a la pareja en un remolino de colores. Ranma atinó a abrazar a su prometida y apegarla a su cuerpo, cerrando los ojos en el proceso. Cuando los abrió, ambos se encontraban en un pequeño saliente de piedras cerca de la playa. Akane empezó a toser y sacar el exceso de agua.
Cuando la joven pudo dejar de toser, la abrazó como si su vida dependiera de ello, derramando lágrimas de alegría por verla despierta. Akane se aferró a él, llorando asustada, temblando de frío. Él se acercó a su cara y la beso con frenesí, angustia y anhelo. Ella no se quedó atrás, aferrándose a él para profundizar el beso.
Él impulso le hizo caer de espaldas a las húmedas piedras, teniendo a Akane sobre él. Aunque tenía ganas de seguir con aquellas caricias candentes, Ranma la paró y solo, observó su rostro.
—No quiero hacer esto siendo mujer. Deja que me seque, por favor.
—Ahora que lo dices… —Akane se separó de él, observándolo sorprendida—. No has cambiado.
Sin poder creérselo, el chico alzó ambas manos para tocarse el pecho, factor inequívoco que le decía si su cuerpo había cambado o no. Palpó sus pectorales varias veces, asombrado por la reciente buena nueva, abrazando a Akane con alegría.
No te alegres tanto, esa maldición no puede ser removida por mí. Sin embargo, por tu arduo trabajo y buenos resultados, durante unos días, la bendición de Ryūjin te protege. Disfrútalo Saotome, y gracias.
—Volverás a ser tú, como antes de venir a Nerima —habló con una voz agridulce—. Podrás viajar y ser feliz.
—Soy feliz a tu lado —dijo y le besó la frente con cariño—. Además, esto es solo un regalo. Volverás a ver a Ranko en unos días.
—Siempre es bueno tener a una chica con la que hablar —comentó sacándole la lengua.
Ella se dejó caer sobré él permitiéndole poder abrazarla y besar su cabello. Él se quedó así, abrazado a ella, mientras las nubes se disipaban y el sol volvía a gobernar el cielo. No fue hasta medio día, que ambos decidieron levantarse y buscar a su familia.
No podía creer que, después de tanto estrés y sufrimiento, en ese instante caminara de la mano de su prometida hacia un nuevo futuro.
Un nuevo pensamiento crispó sus nervios, eliminado la tranquilidad de saber que había conseguido su objetivo ¿si ya no sabía qué pasaría en el futuro, sería capaz de no fastidiarla?
Continuara…
¡Hola!
Sí, esta noche me he pasado de la hora y, técnicamente, ya no es viernes. Pero, como aún no he dormido para mí lo sigo considerando xD (la vida de adulto que es muy dura y pocas horas te deja libres).
Pues bien, aquí dejo el siguiente capítulo de esta historia y recordad que, solo quedan dos más para acabar con ella (es un estrés, pero estoy encantada de poder seguir el ritmo… más o menos xD).
Como siempre, hora de los agradecimientos:
gatopicaro831: Muchas gracias por el mensaje. La verdad es que disfruté mucho cuando describí esa parte xD. En fin muchas gracias por seguir ahí y espero que este capítulo también te guste.
Kaysachan: ¡Muchas gracias por ponerte al día! Me ha encantado que me comentaras cada capítulo, y también me alegro haber captado tu atención con Henry Cavill (es que no puedo escribir sin babear xD). A lo que iba, muchas gracias por tus bellas palabras, me alegro que, aun y la intensidad del capítulo, se haya podido apreciar el momento romántico. Espero que este capítulo valga la pena la espera y puedas disfrutarlo igual.
Guest: Aunque he exagerado un poco, es cierto que bajo mi punto de vista, ninguno de la familia tiene plena fe en Akane y (aunque es cierto que es joven) parece como si no tuviera un lugar propio y solo siguiera las ordenanzas de los mayores. Por ello, he querido que tenga un poco de justicia. Muchas gracias por estar ahí, tomarte tu tiempo para leer y dejar la huella. Espero que este capítulo también te guste.
Benani0125: Muchísimas gracias por tus palabras. Me alegro que lo disfrutaras y sí, todos querríamos una oportunidad para volver en el pasado xD (la lista en mi caso es enorme). Espero que disfrutes de este capítulo también.
Danna: Me alagan muchísimo tus palabras. Me emociona saber que gracias a este fic te darás un paseo por mis otras historias. ¡Espero no decepcionar! Igualmente, aquí dejo el nuevo capítulo del día, espero que lo disfrutes.
AnyaShezar: El trabajo siempre puede esperar xD. Muchas gracias por tus comentarios y no te preocupes, yo misma sufro del mal de ser adulto y no tener tiempo xD Sip, la verdad es que quería salirme un poco de lo que se esperaba del capítulo (un poco como este que leerás) y, aunque esta semana es del amor puro de esta pareja, prefiero hacerlos sufrir un poco para que después disfruten la recompensa. Es un alivio que no me haya extralimitado con la actitud de los personajes (por cierto, algo más caliente tengo con esta pareja y el capítulo que sigue, seguramente también vaya por ese camino). Muchisimas gracias por tomarte tu tiempo en leer y comentar, espero que este capítulo también sea de tu gusto.
Como siempre agradecer a AkaneTendo2610, Akanita87, AnyaShezar, Benani0125, Ishy-24, Jatobita, Jiyuu Akabane, Kaysachan, Pame-Chan CR, PatryPW97, Rankosaotendo1957, Roxbonita, Sakurita24, Tinetta1982, gatopicaro831 y 23 por todos los likes y/o follow que tiene la historia. Muchísimas gracias por darle la oportunidad y haber dejado la huella.
Muchas gracias de verdad por la acogida y, si el cuerpo aguanta…
¡Nos vemos mañana!
