Esta historia hará parte de una colección con un tema en particular que se revelará más adelante así que estén atentos para descubrir cual es.
Así que sin más que decir vamos a continuar. Espero disfruten la lectura.
Descargo de responsabilidad: Fairy Tail no me pertenece, pertenece a su creador Hiro Mashima.
- Dos Natsus, yeeyy - Persona hablando
" Tramposo descarado" Pensamientos
- ¿Amo lo estoy complaciendo? - recuerdo o fantasía.
Pussy Slayer
Capítulo 22: El lado más dulce de un demonio
Magnolia aquel día brillaba con un esplendor particular, más vivaz, más alegre, más próspero, tanto así que incluso sus mismos habitantes concordaban en que no se habían sentido así de felices en un muy buen tiempo, aunque claro está, todos sabían que el día más, quizás lo correcto sería llamarlo bullicioso, era por mucho y sin temor a equivocarse, el festival de la cosecha, especialmente por la participación en el mismo del gremio más revoltoso y animado de todo Fiore en su tradicional desfile "Fantasia", trayendo la magia a todos los ciudadanos de maneras muy llamativas, particulares y, por alguna razón que particularmente a los hombres no les molestaba, por mucho que luego recibieran el regaño de sus esposas, también con una excesiva exposición de piel de la gran mayoría de sus miembros femeninos.
Aunque no es como que este día tuviera que envidiarle algo a ese festival, sí, tal vez no fuera tan escandaloso y hasta cierto punto estuviera exento de esa contagiosa locura que Fairy Tail siempre le imprimía a lo que hacía, pero, aun así, resultaba sumamente agradable y contagiosa la alegría que rondaba por sus calles.
Además, el día era perfecto, soleado y despejado, pero aun así con la suficiente frescura como para que las personas pudiesen pasear por las calles de la ciudad, ir de día de campo o lo que fuera, podría ser un día de esparcimiento, de mejora personal, un día para compartir con la familia o incluso, un día perfecto para pasarlo con ese alguien especial y para cierta pareja, esa era justamente su intención, aunque fuera uno de los dos, quien por su carácter habitual, el que pareciera más animado.
– ¡Mira, por aquí, quiero ir a ese lugar ahora! – de repente la infantil voz de cierto mago de cabellos rosados se dejó escuchar con toda la potencia de sus pulmones mientras llamaba a cierta albina que iba tras él con una hermosa sonrisa en su rostro y un lindo sonrojo en sus mejillas y emocionada seguía a su pareja en su cita prometida.
– Moooo, Natsu, no es necesario apresurarse, no se irán a ningún lado – Mirajane Strauss le reprocho, aunque sin estar realmente molesta al pelirrosa que la veía curioso, algo que ya se esperaba, a veces podía ser muy despistado, – por el contrario, ¿crees que está bien adelantarte y dejarme sola cuando se supone que estamos en una cita, ca-ri-ño? – le recordó mientras ahora transformaba su sonrisa en una un tanto más sombría, una que conocía muy bien, de hecho, todos en el gremio y a la que incluso y así se negara a admitirlo, incluso Erza le tenía miedo.
Eso basto para que Natsu regresara a su lado y como todo un caballero enlazara su mano con la de Mirajane que solo sonrió complacida antes de corresponder el gesto y entonces sí, continuar con su camino por el lugar para disfrutar todo lo que ese día tenía para ofrecer a una pareja de "enamorados" que habían decidido salir en esa, su primera cita oficial.
¿Pero cuál era la razón por la cual no solo el revoltoso mago de fuego, sino todos en la ciudad estaban tan emocionados? En realidad, la razón era bastante simple y no podía haber llegado en mejor momento, Magnolia, aquella hermosa ciudad sede del gremio más fuerte, había sido visitada por un circo itinerante la noche previa y hoy, bajo los rayos del sol, les daba la bienvenida a sus habitantes a disfrutar de su propio y particular encanto que atraía a grandes y chicos con sus llamativas extravagancias.
Y claro, Natsu siendo pues, Natsu, no quería perderse la oportunidad, aunque tampoco es como que no supiera que lo importante en este caso era Mira, bastante se lo recordaron tanto Lucy como Cana esa mañana y continuaron haciendo hincapié en ello hasta que salió de casa, claro que eso no significaba que no pudiera hacer un viaje y dos mandados, podría hacer de su cita con Mirajane un paseo por las atracciones de este espectáculo ambulante como un divertido día de pareja, era curioso cómo es que el ingenio de Natsu surgía en los momentos más extraños, ya fuera para pelear, para bromear y más recientemente en un aspecto más romántico, por no mencionar temas más subidos de tono.
Por eso estaban ahí, disfrutando de los puestos de comida, algunos juegos en busca de premios o simplemente viendo los espectáculos callejeros que los artistas ofrecían, era muy divertido y Mirajane se sorprendió cuando noto que esto era más divertido de lo que pensó inicialmente, al final había sido una magnífica idea venir aquí, de alguna manera rompió la tensión que temía podría causar su primera cita no solo con el mago de fuego, sino la primera cita de su vida.
– Fufufu, este lugar es tan animado, me alegra que viniéramos – fue lo que dijo mientras caminaba, aun de la mano con el pelirrosa y cada uno disfrutaba de un helado cremoso para combatir el calor, - que maravillosa casualidad es que esta feria haya llegado a Magnolia justo para nuestra cita, ¿no lo crees Natsu? – le pregunto sonrojada recibiendo un asentimiento y una sonrisa de parte del chico que también estaba disfrutando de la maravillosa oportunidad, por lo cual poca atención le presto a la sonrisa de Mirajane luego de decir aquellas últimas palabras, una sonrisa bastante particular.
Este evento tan particular, tan inesperado, tan sorpresivo, termino siendo justo lo que la pareja necesitaba, una forma de convivir, de interactuar, de divertirse sin necesidad de presiones ni de estrés por la planeación, hacía de aquella cita mucho más orgánica, así que les resultaba muy conveniente este, digamos que, intermediario de conciliación para su cita, una verdadera coincidencia afortunada para ambos magos.
Pero ahí era donde radicaba la cuestión, ¿realmente era una mera y formal coincidencia?, la respuesta era tan simple como la pregunta en sí misma, no, no lo era y la sonrisa de Mirajane era la viva prueba de tal afirmación, por mucho que ese rostro tan dulce quisiera decir lo contrario, en este asunto había gato encerrado y Mirajane era la directa responsable.
Mira bien pudo haberle exigido a Natsu aquella cita ni bien regreso a Magnolia de su misión con sus amigas y Gray, incluso pudo dejar pasar un par de días y luego pedirle que saliera con ella, todo sabiendo que no tendría problemas con la rubia de la cual no solo ya tenía el permiso, también el dulce sabor de su cuerpo grabado en su memoria, pero no, para ella no era suficiente con eso, quería tener la oportunidad de tomar el sarten por el mango, negarle a su pequeño dragoncito la posibilidad de siquiera decirle que no y al mismo tiempo asegurarse de que cuando ocurriera el momento, fuera lo más especial posible, un momento divertido que pudieran recordar.
Caro que si hubo coincidencias y claro que Mira las aprovecho, aunque en su momento no lo parecieran, es decir, lo de que aquella feria ambulante llegaría a Magnolia, ella lo sabía hace mucho, ventajas de ser la administradora del gremio, eras la primera en enterarte de todas las noticias relevantes y también de los chismes más jugosos, así que sí, ella era más que consciente de que aquel espectáculo tocaría las puertas de la ciudad en esta fecha, aunque en ese momento poco le intereso o le vio relevancia, aunque si lo anoto en su calendario como una fecha para ir con sus hermanos a divertirse.
Luego y la más jugosa de las coincidencias y la que le dio a Mira toda la ventaja para poder tomar el control sobre Natsu, ocurrió cuando el mencionado, Lucy y Cana se fueron de misión, lo que no sería raro si no fuera por un par de detalles que ella no paso por alto.
Primero, sabía de los sentimientos de Cana, ella misma se los contó mientras compartían unas deliciosas tijeras durante su misión previa y los entendía porque eran exactamente los mismos que ella tenía por el mago de fuego.
Segundo, sabía que estaba en toda la intención de su alcohólica amiga revelarle esos sentimientos al joven mago y ahora que tenía la aprobación de, digámoslo de algún modo, la matriarca de su futuro harem, al menos por el momento, no tardaría en intentarlo, aunque si le causo curiosidad que Lucy les pidiera esperar dos semanas más tras su regreso antes de hacer algún movimiento, algo que, dada su naturaleza curiosa, decidió investigar el motivo.
Número tres, el día en que se iban de misión esos tres, los demás tal vez no lo notaran debido a la algarabía general y natural del gremio, es decir, estaban tan inmersos en destruir hasta los cimientos el edificio el gremio que poco y nada le prestaron atención a los tres magos que partían aquella vez, pero ella sí, no pudo evitar mirar el par de culos bamboleantes de sus amigas y recordar las guarrerías que habían hecho juntas, no pudo evitar estar celosa, no de que Natsu fuera a tenerlas para el solo todo ese tiempo, sino de no ser parte del grupo, particularmente porque estaba segura de que cuando volvieran, ella sería la única virgen de las tres y eso se lo confirmaba lo que noto al ver a su castaña amiga, la forma en que se adelantaba al mago de fuego para luego moer mucho más insinuante las caderas, el sonrojo en su rostro y sobre todo, porque como ya se dijo, no tuvo reparo en devorar con la mirada la retaguardia de sus amigas, noto como cana no estaba usando sus bragas de siempre, no esas bragas sexy de lencería como las que ella ya le había arrancado antes con los dientes en ocasiones anteriores, no, estas bragas estaban a otro nivel, un claro indicio de que esa zorrita iba por todas en ese viaje.
Durante ese tiempo ya empezó a planear como abordar al chico al regresar, es decir, no iba a ser la única fuera de la fiesta y tampoco iba a permitir que sus amigas con beneficios se le adelantaran tanto, fue entonces que mirando su calendario recordó el tema del circo ambulante y todo lo que ofrecería a su llegada y considero que sería una buena idea aprovechar el momento, especialmente con una persona tan particular como lo era Natsu, que aunque lo amaba, también lo admitía, no era conocido por ser el más versado en lo romántico, así que esta era una buena solución a sus intereses.
Y luego, como no podía ser de otra manera, la última particularidad llego a ella con el regreso del peculiar grupo de su misión, ver llegar a Lucy con un rostro satisfecho y caminando un tanto extraño ya no era una novedad, de hecho hasta la envidiaba, pero cuando junto a ella vio llegar a una Cana igualmente radiante y ansiosa de encontrar un lugar donde sentarse para no caerse, fue más de lo que se esperaba, después de todo, que las dos estuvieran así al mismo tiempo solo significaba una cosa y ya no se pudo aguantar.
Sin llamar mucho la atención, se llevó de ahí a Cana hasta los baños de las mujeres, la hizo entrar en uno de los cubículos y mientras la besaba una vez la siguió dentro, para sorpresa de Cana, la tomó de su pantalón y tras terminar el beso, de un solo jalón bajo tanto sus pantalones como las bragas para encontrarse con lo que dichas prendas escondían.
De entrada, sus bragas, dignas de una total y degenerada puta estaban hechas un desastre húmedo y para colmo, había un rastro blanco en las mismas que rápidamente rastreo hasta la gruta entre las piernas de la castaña que burlona y entendiendo lo que quería saber su amiga, abrió con sus manos los labios de su feminidad para que tuviera un buen vistazo de su abusado y desvirgado coño, el resultado, para suerte de ambas que Cana actuara rápido, fue que entre los celos y la rabia, Mirajane clavo su rostro entre sus piernas y sorbió todos los jugos que de la castaña manaba, de verdad todos, incluso los que no eran de la chica, dándole en ese momento a probar la esencia fresca de cierto poderoso Dragon Slayer, la única razón de que no las descubrieran fue porque Cana cubrió su boca, de lo contrario, habría sido muy difícil de explicar la escena.
Luego de eso, cambió un poco los planes y ya no iba a fingir que no sabía lo que Natsu y sus dos amigas habían hecho mientras estuvieron lejos, lo cual derivó en una extraña y amenazante propuesta de parte de la albina, la cual le dejo claro a su futuro amante que este día en particular su virginidad llegaría a su fin, y más le valía hacer de tal evento un recuerdo memorable.
Sí, quizás no fuera del modo en que lo planeara originalmente, pero de cierta manera, se podría decir que ella había planeado todo para que las cosas se dieran de esta manera y así disfrutar de la primera parte de su cita, la cual podría llegar a ser la más inocente de la misma entre ambos magos.
– M-Mira… e-espera un momen-¡nnngghh! – de repente se escuchó de algún lugar en las calles.
Y bien anticipado, la palabra clave en este caso era él podría, porque la realidad muchas veces puede ser diferente a cualquiera de los planes que se puedan llegar a formular, ya fuera que proviniera de una sola de las partes o de ambas.
Porque, aunque en la mente tanto de la albina como del pelirrosa, la idea original radicaba en disfrutar de un rato ameno mientras recorrían todos los puestos tanto del circo como de los locales que se habían asentado en la zona para aprovechar del atractivo que les visitaba, ser, por encima de todo, una pareja normal que ha decidido salir en su primera cita.
De hecho, Mira había dejado claro este punto a las masas cuando en más de una ocasión había besado al pelirrosa en la boca mientras estaban paseando, cosa que, de hecho, más allá de la sorpresa de ver a la famosa y para algunos, inalcanzable, Mirajane Strauss en una cita, no les causo mayor desconcierto el hecho de que su pareja fuera, lo que en apariencia parecía, un niño y el motivo de eso, bueno, se debía a cierto reportero que en su última interacción con los magos de Fairy Tail se encontró con el mago de fuego y su curioso y hasta gracioso estado actual, así que sin decirle a nadie, luego de entregar las fotos de la reina de las hadas para su artículo de moda, presento un jugoso chisme a su editor que claro, no dudo en aprovecharlo para aumentar las ventas y la relevancia de su revista, así que lo que fuera n su momento un secreto interno del gremio, era ahora un secreto a voces conocido por prácticamente todo el reino de Fiore, así que ver a la albina besar al pequeño mago de fuego no les resultaba extraño, era solo un pensamiento de "eso es tan Fairy Tail", antes de continuar con sus vidas y era algo que Mirajane ya sabía y pensaba aprovechar.
Y claro está, basto que mientras paseaban y disfrutaban de las atracciones, Mirajane viera un callejón en una parte de la ciudad, el cual se quedó viendo un momento hasta que llego a la realización del por qué era que le causaba tal curiosidad un simple callejón, luego miro a su pareja que distraído disfrutaba de una brocheta de carne asada y sonrió lamiendo sus labios antes de tomar por sorpresa al chico y arrástralo en una sola y evidente dirección.
Ni siquiera se contuvo en cuanto entraron a aquel callejón y una vez que quedaron fuera de la atención de quien pudiera pasar por la zona, es decir, quién miraría hacia un callejón solo por gusto, en fin, con la leve privacidad que el espacio les daba, no pudo resistirlo y asalto al pequeño mago de fuego, robándole un beso que prolongo e incluso intensifico, hasta que el aire se volvió demasiado necesario como para no separarse, introdujo su lengua en la cavidad oral del pelirrosa, amando la sensación dominante de su lengua sobre la pequeña del chico, que, preso de la sorpresa del ataque de Mirajane, todo cuanto pudo hacer fue corresponder a los avances de la mujer, que no conforme con los besos, pronto uso una de sus manos para empezar a estimular el paquete del chico, el cual como era de esperarse, ni corto ni perezoso empezó a responder a los avances de la albina.
Aprovecho que en aquel callejón había algunas cajas tras las cuales se ocultaron y sentó a Natsu sobre una de ellas, para ese momento él estaba confundido, más al verla respirar tan pesado y antes de siquiera poder preguntar, la vio agacharse hasta quedar a la altura de su cintura y de un solo movimiento, a como pudo, le bajo los pantalones para revelar aquello que hasta ahora solo había visto en sus fantasías gracias a los excesivamente descriptivos detalles que cierto par de desvergonzadas le habían dado sobre el objeto que tanto ansiaba conocer y probar.
Sorpresa, era quedarse corto para describir el sentimiento que le embargaba en ese momento a Mira, asombro era quizás estar mucho más cerca de la base de su sentir, admiración lo que le daba fuerza a su condición, incredulidad, lo que sus ojos reflejaban al ver lo que ante ella se revelaba, siendo incapaz de asimilar tal desproporción y finalmente, hambre, un hambre difícil de explicar, que se originaba en su boca y la hacía babear, hacía a su estómago revolverse de expectación e incluso, más abajo en su cuerpo, incitaba una condición que no había sentido antes, bueno, al menos no en esa magnitud.
Y no era para menos, es decir, desde un principio se supo imponer ante ella, cuando lo sintió tan duro en los pantalones de Natsu, su mente dejo de pensar en cualquier cosa que no fuera lo mucho que quería sacársela, poder ver eso que sabía por sus amigas y ahora sentía en su mano, era impresionante, cuando lo libero, jamás considero las posibilidades, por lo que acerco mucho el rostro con la intención de tener el mejor primer plano de esa cosa y vaya que la primera impresión fue fuerte, después de todo esa sucia verga, gorda y descarada, ni bien fue libre, su saludo a su liberadora no fue otro que un golpe de su bulbosa cabeza contra su rostro, cosa que le saco un ligero gritito de sorpresa antes de presumida, presentarse ante ella en toda su enorme y erecta gloria.
"N-No puede ser… ningún niño puede tenerla de ese tamaño", ese fue el pensamiento de Mira cuando la vio, todo mientras se tocaba la zona donde fue golpeada por esa polla, todo mientras sus ojos eran incapaces de dejar de ver en su dirección, pero como hacerlo, era el cuerpo de un pre adolescente el que ahora tenía Natsu, tan pequeñito, tan tierno, tan adorable y aun así, exhibía esa monstruosidad de 14 pulgadas frente a ella como si nada, esa cosa no estaba proporcionada respecto al resto del cuerpo, parecía como si estuviera enfermo, parecía como si sufriera, parecía… tan deliciosa.
Ni siquiera se había percatado, pero ahora su boca estaba babeando, no solo su boca de arriba, por alguna razón, entre más la veía, más atractiva le parecía, más deliciosa, más imponente, simplemente no lo entendía, su cuerpo le pedía que fuera con ella, que la adorara, que la idolatrara, que la consintiera, simplemente que dejara que ese pene la reclamara como suya y como si estuviera en automático, no tardó mucho en complacer las demandas que su cuerpo le hacía.
Se movió, lento y al mismo tiempo desesperada, como si cada paso que daba le acercara a su deseo y al mismo tiempo aun lo sintiera tan lejos, sus piernas el pequeño trayecto hasta acomodarse se arrastraron pesadas sobre el suelo, ninguno de los dos lo sabía o siquiera le interesaba, pero sobre el suelo mismo ya estaba la evidencia de que esto era solo el preludio de algo más grande, unas manchas húmedas eran la más grande prueba y en cuanto a su boca, bueno, bastaba decir que se estaba encargando de prepararle una cálida, húmeda y placentera bienvenida a su futuro huésped.
No fue consciente de lo que hacía, ni de sus movimientos, bastante temblorosos si hay que admitir, hasta que se encontró a si misma con la cabeza de aquella polla metida en la boca y lejos de sobresaltarse, lejos de asquearse o de enfadarse, cedió al placer que inundaba sus papilas gustativas en ese momento y al deseo de saborear más de aquella viril carne que ahora obstruía su boca, por lo que como si la sombra de la lujuria nublara sus ojos, pronto se encontró a sí misma, disfrutando con gran placer de permitirle a aquel pene entrar y salir de su cavidad oral, yendo hasta lo profundo de su garganta con total libertad e inundando su paladar con el regusto masculino de su pre semen fluyendo sin control fuera de su miembro.
No fue sutil, no fue delicada, para cuando se dio cuenta de lo que hacía, se movía veloz y ansiosa, ansiosa de poder probarlo, de poder sentirlo, de finalmente no solo poder imaginarse su espesor, su cantidad, su sabor, quería tenerlo, quería ese adelanto de lo que sería su noche con el mago de fuego, quería poder saber y prepararse, para lo que sería ser finalmente consumida por ese fuego que había anhelado por más años de los que estaba dispuesta a admitir y lo quería justo allí y justo ahora.
– Uggggh, M-Miraaaa – solo aquel quejido de parte de Natsu basto para saber lo que vendría y eso solo la hizo aplicarse aún más a su tarea, por lo que unos instantes después, se encontró sorprendida cuando las manos del pelirrosa la tomaron de la cabeza y la empujaron para hundirse en ella hasta la base, era curioso que pese a aquel cuerpecito tan engañoso, la fuerza de su amigo seguía siendo igual o incluso mayor que antes de su incidente, como fuera, en cuanto él se enterró completamente, pudo sentir como se hinchaba en su interior y un segundo después, empezaba a disparar chorro tras chorro dentro de ella
Fue una explosión, al menos así lo sintió ella, una explosión que le saco lágrimas, de felicidad, de éxtasis o lo que fuera, la verdad no estaba segura, lo único que sabía era que se estaba extasiando con el sabor que ahora percibía, era un sabor tan extraño, tan diferente y a la vez tan conocido y no lo decía solo por lo que ya había probado cuando asalto a Cana en el baño ese día, no, la realidad era que el sabor era muy diferente cuando venía directo de la fuente, más fuerte, más intenso, más invasivo, sentía que todo le sabría a semen durante días y extrañamente eso no le molestaba, incluso sentía que disfrutaría de la experiencia.
Trago con gula, con deleite, determinada a no dejar escapar ni una sola gota, algo en lo que dada su inexperiencia no pudo lograr cuando por las comisuras de su boca algunos hilos de esperma y saliva empezaban a filtrarse, pero no le dio importancia a eso, no cuando la gran mayoría estaba siendo depositada directo hasta su estómago, su mente estaba pletórica, era un sentimiento tan particular, tan extasiante, tan adictivo, ahora entendía un poco de las quejas de Cana en el baño cuando ella le robaba aquello que su novio había depositado dentro suyo, ella también se molestaría si le hicieran algo similar.
Pero era extraño, al menos para ella, por alguna razón lo sentía como si fuera algo predestinado, como si entre ellos hubiera una conexión particular que era la encargada de que estuviese disfrutando tanto de lo que estaba haciendo, de sentirse llena de él, de complacerlo a él, de querer entregarse a él y solo a él y aunque no tenía una respuesta clara de lo que estaba pasando, tampoco era un sentimiento que se sintiera incorrecto, al menos no para ella y era quizás por eso que estaba disfrutando tanto de esto.
Cuando se separó de él, cosa que no hizo sino hasta que estuvo segura de que no seguiría corriéndose, el retroceso fue más estimulante de lo que ambos se esperaban, la fuerza del agarre de Mira era algo para lo que Natsu no estaba preparado y no sería exagerado decir que estuvo a nada de volver a tomar la cabeza de la albina para esta vez sí, abusar de su boca a placer y capricho en aquel callejón, mientras que par Mira, era simplemente increíble, no entendía que estaba pasándole, sí, esto era lo que deseaba y también lo que esperaba, poder sentir este placer al lado del pelirrosa, pero es que su imaginación no le hacía justicia a lo real, este placer de sentir su boca tan llena, era un placer que la corrompía y hacía olvidar de todo, superaba a la sensación que la inundaba cuando se masturbaba, incluso se atrevería a decir que era incluso mejor que las pocas experiencias con el sexo que había tenido y eso que se las mismas se reducían a sexo lésbico, pero esto, esto era diferente, no sabía porque, solo lo sentía diferente y al mismo tiempo, tan delicioso.
"Mi boca, se siente como un… coño, es mi boca-vagina, se siente tan rico", si fue consciente de sus propios pensamientos o no, la verdad no importaba, al menos no para ella, solo quería seguir sintiendo ese extraño placer producto de la sorpresa de saber que su cavidad oral podría ser tal zona erógena, la cual estaba siendo estimulada por la virilidad de su amante mientras irónicamente, dejaba la calidez de aquel reducto.
Cuando finalmente lo dejo ir, la conexión entre ambos no se cortó, o por lo menos no durante unos segundos, pues de esta, su primera experiencia compartida, el resultado quedaba visible gracias a los puentes de saliva y semen que los unió durante unos momentos más antes de, fuera el codisioso deseo de la albina o simple casualidad, al romperse dicha conexión la gran mayoría de sus vestigios terminaron en boca de la mujer que aún en trance por lo que acababa d ocurrir, solo toco sus labios inseminados para sustraer de los mismos los rastros de la felación previa y así poderse dar el gusto de verlos con sus propios ojos.
Lo contemplo como si fuera un gran tesoro, como si fuera algo maravilloso, aquello que sin saberlo había esperado toda su vida y luego de un momento, guiada por un instinto que ni siquiera era consciente de que tenía, se lo llevo a la boca, de hecho, recogió todo lo que quedara sobre sus labios, con sus dedos y su lengua, se aseguro de no dejar ni un poco y luego continuo limpiando esa vara de carne ante ella, como si algo le dijera muy dentro suyo que desperdiciar lo que el mago de fuego le había dado fuera un completo sacrilegio.
Para cuando termino su tarea, ambos estaban respirando pesado, ambos tratando de recuperarse, Mira tratando de regresar a sus sentidos y no ceder más a los instintos despertados tras su pequeña per descontrolada jugarreta y en el caso de Natsu, recuperar el aliento tras el orgasmo que la albina le había producido, no es que no supiera sobrellevar una felación, menos luego de emparejarse con Cana, pero esto era diferente de alguna manera y por ello necesitaba tiempo para recuperarse.
Salieron de ese callejón un par de minutos después totalmente repuestos, bueno, cuando menos eso era lo que delataba su aspecto en esos momentos, con su ropa arreglada, limpios, sin una sola mota de polvo encima que pudiera delatar el que estuvieron haciendo en aquel callejón, más alla de su inevitable sonrojo, uno que les impedía verse al rostro por algún motivo y que fuera un acuerdo tácito entre ambos o no, también había producido un silencio en ambos respecto al tema.
Aunque eso sí, pese a la vergüenza que sentían, Natsu fue el primero en actuar y pese a no verla, pronto busco con su mano la de la albina para cruzar sus dedos con los de ella y cerrar su puño alrededor de la mano de la mujer, acto que Mira tras la sorpresa inicial, no tardó ni dudó en corresponderle y pese a que aún estaban avergonzados, pronto emprendieron de nuevo su camino hacia las atracciones en el lugar, después de todo, ese había sido el propósito inicial de todo esto.
Por suerte para ambos, eran magos de Fairy Tail, lo cual no significaba otra cosa que eran poseedores de una capacidad casi envidiable para olvidar los problemas, inseguridades, malentendidos y demás factores que pudieran borrarles su sonrisa o alterar el buen ánimo en su diario vivir, por lo que antes de darse cuenta, nuevamente estaban divirtiéndose, riendo, hablando, como si nada hubiera pasado, claro no podían ocultarlo del todo pues en ocasiones mientras hablaban, sus miradas se cruzaban y el sonrojo se apoderaba de ellos, pero por lo demás, resulto bastante entretenido todo el evento.
Era curioso si lo pensaba, pero contrario al desastre que ya se esperaba y que en algunos momentos tendría que incluso poner en su lugar a su despistado compañero, porque, no podía negarse que de entre todo el destructivo grupo de magos que conformaban el gremio, el pequeño Natsu era de los que más habían desarrollado el gusto por la destrucción innecesaria, así que esperaba que, en algún momento, tendría que evitar que Natsu terminara haciendo daños innecesarios, pero para su sorpresa, de hecho se comportó muy bien, siempre atento, yendo a donde ella quería, comprándole los bocadillos de los que se antojaba, todo un caballero la verdad, muy contrario a lo que era normalmente el divertido mago de fuego, incluso defendiéndola como un galante príncipe azul de uno o dos babosos que trataron de coquetear con ella aunque sus intenciones eran de lo más obvias, Natsu se encargó de espantarlos rápidamente muy a su manera, es decir, quemando sus traseros en una explosión de actitud de su parte.
Si lo pensaba bien, de hecho quizás estaba salvando más a esos idiotas que a ella misma, después de todo, cada vez que paso ese accidente, ella estuvo a nada de explotar y entrar en su forma de Satan Soul para meterles un buen susto y dejarlos necesitados de un hospital, Natsu se encargó de que nunca llegaran a enfadarla tanto y de paso la hizo sentirse como toda una princesa, por suerte no la tocaron, de lo contrario ni su joven amante sería capaz de contener su furia, así que al final, todos ganaban.
Natsu se portó increíblemente bien, siempre atento y pendiente no solo de las necesidades de la albina, sino también de cualquier idiota que quisiera aprovechar la oportunidad de coquetearle, eso le molestaba de sobremanera, quizás por su instinto posesivo y sobreprotector o quizás por otro motivo, pero el hecho era que le hacía fruncir el ceño cuando trataban de propasarse con su mujer y no ayudaba cuando intentaban usarlo como catapulta en el proceso al creer que era algo así como su hermanito y no otra cosa, por lo cual, el último que lo intento termino con una tira de juegos pirotécnicos metida en el trasero y un Natsu con un aterradoramente malvado rostro prendiéndolo para disfrutar de verlo correr mientras los fuegos explotaban cerca de su retaguardia.
Pero, ¿de dónde venía este comportamiento tan caballeroso y protector de Natsu para su cita? Bastaba decir que tenía sus ventajas el tener dos novias que además estaban dispuestas a darle algunos consejos sobre citas y eran lo suficientemente pacientes para enseñarle a alguien tan despistado como el pelirrosa.
La mañana había traído consigo un agradable calorcito con ella, no era tan intenso como para resultar insufrible, sino más bien como una agradable brisa fresca pero cálida que te incitaba a tomarte el día para ir de campamento o buscar un lago para nadar a gusto y en cierta residencia al interior de Magnolia, tres personas se encontraban en la cama durmiendo a gusto, bastante apretaditos entre sí y poco importándoles el calor que sentían, ya fuera por el aire cálido del día o por la temperatura corporal normalmente alta de la persona en el medio, algo natural viniendo de un mago de fuego.
Estaban desnudos, los tres y ni siquiera estaban cubriéndose con una manta o algo más, no es que lo necesitaran de todas formas, no cuando tenían ese sistema de calefacción tan agradable y tierno en la mitad al que podían abrazarse si es que querían un poco más de calor y de hecho eso hacían o bueno algo por el estilo.
En esa habitación estaban un par de hermosas y jóvenes mujeres, una de largas hebras doradas y piel color crema mientras del otro lado estaba una bella castaña cuyo cuerpo había sido acariciado por el sol tantas veces que su cuerpo ahora mostraba un bello tono bronceado a lo largo de su piel y en el medio de este hermoso par de mujeres, un afortunado pelirrosa disfrutaba de la sensación de sus desnudos cuerpos pegados a suyo mientras cual canción de cuna, dormía plácidamente al son de los latidos de ambas mujeres, latidos que podía escuchar gracias a sus sentidos mucho más desarrollados.
En cuanto a lo que se refería a su posición, sí, ambas habían pegado sus cuerpos al de mago de fuego, curiosamente dada las diferencias de altura que ahora regía entre ellos, Natsu se encontraba con su cabeza rodeada de senos a lado y lado, que no es que le molestara, era un refugio bastante agradable donde retozar la cabeza, como un valle de suaves malvaviscos con un dulce aroma relajante desprendiendo de ellos, luego sus brazos, no los movía principalmente porque estaban prisioneros de los firmes muslos de ambas mujeres, cada una capturando uno de sus brazos y alojándolos entre sus muslos, muy cerca de zona prohibida, zona que delataba haber estado muy ajetreados hasta hace unas horas, si es que la pequeña cascada de flujo blanco que salía de su interior era indicativo de algo y luego claro, sus piernas, enroscadas también cada una con las piernas de cada una de las mujeres, en otras palabras, era un prisionero en aquella cama, aunque no es como que dicha condena le resultara insufrible o desagradable.
En cuanto a ambas féminas, sí, era más que claro en que habían gastado las últimas horas junto a su actual novio conjunto y no, no es que hubiesen olvidado cubrirse por el cansancio tras tanta actividad física, la realidad era que a este punto, se podría decir que habían prescindido de la necesidad de una manta o algo como eso, es decir, quien necesitaba una manta cuando tenías un sistema de calefacción tan agradable y que podías abrazar mientras dormías para alejar el frío de tu ser, aunque claro, se pegaron tanto al chico, se acurrucaron tanto como pudieron contra él, que aunque su intención era abrazarlo de una manera un tanto más posesiva, la realidad es que al estar tan pegados, terminaron abrazándose entre ellas mientras mejor envolvían al pelirrosa con sus voluptuosos cuerpos, de ahí que aunque lo estaban abrazando, al mismo tiempo no lo hacían o cuando menos no era a él quien directamente abrazaran.
Y claro, hasta un simple abrazo entre ellos no podía ser algo normal, después de todo, se trataba de ese grupo de raritos de Fairy Tail, incluso dormir tenía que ser a su modo y en este caso tratándose de parejas, aún más, por lo cual el abrazo que debió de ser entre ambas mujeres como si protegieran a un pequeño pelirrosa de todo mal, acabo retorciéndose de una manera un tanto pervertida.
Lucy claro, llevo sus brazos alrededor de la cintura de Cana en un abrazo más bien normal, decente, típico y en un inicio Cana le replico el gesto abrazando a la rubia por la cintura y ahí habría acabado la historia sino fuera porque, como si pese a estar dormida, fuera capaz de discernir entre el cuerpo de su novio y el de su novia, en otras palabras, en cuanto entendió subconscientemente que a quien abrazaba no era otra que Lucy, sus manos no se quedaron quietas.
Rápidamente bajaron por las caderas de la rubia y se asentaron en un lugar más divertido, al menos para alguien tan desvergonzada como Cana, en otras palabras, sus manos migraron de su posición inicial en la cintura de Lucy, dejando un camino de caricias suaves y pausadas, hasta que terminaron justo sobre las carnosas nalgas de Lucy que, dicho sea de paso, una vez llego a su destino, no tuvo el más mínimo reparo en agarrar más fuerza, aferrándose a ese carnoso culo, disfrutando de la sensación de sentir sus manos hundirse y ser tragadas en la carne de esas nalgas, sobre cómo saber que realmente lo disfrutaba, la sonrisa en su rostro la delataba, como si supiera que eso era justo lo que buscaba.
Lucy reaccionó claro, un leve quejido, luego se acurruco más contra Natsu e irónicamente al hacerlo termino a milímetros del rostro de Cana por lo cual estaban a nada de besarse mientras dormían, respirando el dulce aliento de la otra, aunque sus senos por otro lado sí que se besaron, después de todo con la nueva proximidad entre ellas, sus pechos terminaron presionándose entre sí y claro, sus pezones terminaron apuñalándose el uno al otro de una manera deliciosa y así se quedaron hasta despertar, el cómo es que Natsu no murió asfixiado por la abundancia mamaria de sus dos novias en ese momento, sería un misterio que jamás encontraría respuesta.
Como fuera, la primera en despertar fue Lucy, sus ojos chocolate lentamente se fueron acostumbrando a la luz hasta que finalmente despertó completamente, sonriendo por cierto por cierta dulce sensación en su cuerpo que ella reconocía muy bien, por muy pervertida que se pudiera ver por hacerlo con lo que aparentemente era un shota, la verdad era que tener un novio tan fogoso era bastante satisfactorio.
Y aunque su primera reacción fue buscar sus labios para su usual beso de buenos días, se abstuvo cuando sintió cierta particularidad sobre su cuerpo, no, nada tenía que ver ni con estar desnuda, ni con estar abrazando a Natsu, ni siquiera era relativo a tener tan cerca a Cana en ese momento, aunque si tenía que ver con ella y eso lo supo cuando hizo las respectivas verificaciones y proceso lo que podría haber ocurrido.
No, Natsu no podía tener nada que ver, después de todo lo tenía preso envuelto con su cuerpo, su mano entre sus piernas y su pierna enredada con las suyas y estaba muy segura de que del otro extremo debía de estar de manera similar, entonces, ¿quién podría ser el culpable de sentir unas manos agarrándole el culo de manera tan obscena, la respuesta solo llevaba a una persona que de paso empezaba a despertar también aunque eso sí, sin borrar esa sonrisa de satisfacción de su rostro como si se hubiera salido con la suya en una travesura, así que la respuesta era por demás obvia.
– Mooo, Cana ¿Cuánto más tiempo planeas seguir manoseando mi trasero? – lo dijo con cierto tono de enfado, aunque sin levantar mucho la voz, solo lo suficiente para que Cana la escuchara, después de todo no quería despertar a Natsu aun, pero eso sí, se apresuró a darle un escarmiento a la castaña y para ello llevo una de sus propias manos sobre la de ella y pellizcó el dorso de la mano culpable sacando una mueca de su dueña.
– Ouch, Luceeee, no eres divertida – la queja claro que no se hizo esperar, principalmente por el pellizco recibido de parte de la rubia, aunque eso sí, tampoco levanto la voz, después de todo, como su compañera, Cana tampoco quería despertar a su novio, al menos no de esa manera, – además no sé por qué te alteras tanto, no es como si no te hubiera agarrado el culo antes, es más, ¿acaso ya olvidaste anoche? – continuo con su queja, para luego terminar con un tono entre divertido y sugerente recordándole que su réplica no tenía fundamento, especialmente con la evidencia de la noche previa.
Lucy por su parte se sonrojo, claro que lo recordaba y claro que lo disfruto, no iba a mentir en eso, tampoco es como que tuviera cara para hacerlo luego de lo que pasó, pero eso no quería decir que se lo fuera a admitir a Cana, así que, por toda respuesta de su parte, solo repitió el pellizco en la mano de Cana que se negaba a irse, solo que esta vez aumentando la intensidad del mismo dejando claro su mensaje a una cana que resignada aceptó su derrota y retrocedió.
– Tch, aguafiestas – fue todo lo que dijo mientras agitaba la mano pellizcada como tratando de sacudirse el dolor de la misma y retirando la otra mano también no fuera que la rubia decidiera aplicar el mismo castigo sobre la misma.
Lucy por su parte le miró con reproche, no tanto porque le metiera mano, extrañamente a estas alturas ya se había acostumbrado y aunque jamás lo diría frente a su compañera, había encontrado cierto gusto por las caricias femeninas, pero, todo tenía su tiempo y su lugar y este no era el tiempo ni el lugar, por mucho que estuvieran desnudas y con los coños llenos de leche, así que mejor que esa pervertida ni se emocionara.
– Como sea, creo que es momento de despertar a Natsu, después de todo hoy tiene un gran día y es mejor que se prepare – tratando de dejar el asunto por la paz, Lucy opino sobre despertar a su novio, el cual, al ver hacia abajo, se encontró con que se había prendido de uno de sus senos y estaba mamando del mismo, cosa que le saco una sonrisa tierna, suponía que sea despierto o dormido, algunas cosas no cambian, como el gusto del chico por sus pechos, algo para estar orgullosa de alguna bizarra y retorcida manera.
– Mmmmm, supongo que tienes razón, aunque… no quisiera hacerlo, es que míralo, se ve tan tierno en este momento – Cana estaba de acuerdo con Lucy, al menos luego de pensarlo un rato, pero viendo a ese Natsu dormido, tan tierno, tan tranquilo, sentía hasta pena de despertarlo de lo que era obviamente, un dulce sueño, – mooo, me ciento celosa, ¿Por qué Natsu si puede tocarte de forma erótica y yo no? – igual no pudo evitar el berrinche ante la supuesta injusticia y favoritismo de la rubia, cosa que le saco una gota de sudor a esta última ante tan infantil comportamiento.
– Bueno, quizás porque él no es un pervertido – ni siquiera ella se la creyó luego de que las palabras abandonaran su boca, lo más curioso fue que hasta abrazó, esta vez sí a Natsu como si lo intentara proteger de falsas acusaciones, – b-bueno, a-al menos esto no lo está haciendo de forma consciente o pervertida – su defensa era débil, más luego de retractarse de sus primeras palabras, pero igual no es que estuviera falta de razón.
– Jooooo, ¿tú crees? Quizás deberías mirar más abajo Luce – Cana se estaba divirtiendo con todo esto eso era claro, es decir, ver a Lucy sonrojada era demasiado entretenido como para dejar pasar la oportunidad, especialmente cuando podía hacer que se avergonzara aún más sin tener que hacer realmente mucho esfuerzo.
Sus palabras la intrigaron, especialmente por el rostro divertido y burlón que tenía en ese momento, así que decidió hacerle caso y descubrir por si misma que era lo que le hacía tanta gracia y sí, lo descubrió, aunque en el proceso se sintió como una idiota por defender a su novio si igual él la iba a hacer quedar mal, sí, definitivamente, algunas cosas simplemente no cambiaban.
– Pff, lo, lo siento, pero es que solo míralo – Cana no pudo evitar reír, como hacerlo, ahí estaba Lucy, tratando de defenderlo y Natsu, aun inconsciente seguía siendo demasiado capaz de hacerla quedar mal y de las maneras más inesperadas, – aunque, supongo que esto demuestra que algunas cosas simplemente no cambian, incluso dormido Natsu es incapaz de resistirse a tus encantos… y lo entiendo – continuo, sin saber que de hecho, su línea de pensamiento era muy parecida a la de la rubia respecto a lo que estaba pasando, aunque no es como que Lucy le estuviera prestando atención, no cuando trataba de lidiar con la vergüenza sin poder apartar la vista de cierto punto en concreto.
Ahí estaba Natsu, aún prendido de su pecho, mamando cual bebé con hambre del pecho de su madre, sería una escena muy tierna de ver, si no fuera porque más abajo en la anatomía del mago de fuego, una incipiente y enorme erección se alzaba orgullosa como queriéndose jactar de la hombría que se cargaba el muchacho, esa polla se presentaba ante ambas mujeres, hinchada, grande, venosa y para colmo, ya estaba liberando liquido pre seminal, incluso dormido, Natsu no podía dejar de ser Natsu y para colmo, las estaba afectando a ambas al mostrar descaradamente ese pedazo de carne erecta.
– Ne Lucy, dijiste que ya era hora de despertar a Natsu ¿verdad? – Cana fue la primera en hablar, aunque eso sí, sin dejar de ver a esa seductora barra de carne la cual ya se imaginaba expandiendo sus paredes, independientemente de cuales fueran y no era la única, pues la rubia pese a que la escuchaba, tampoco apartaba la vista, sintiendo un hambre atroz mientras veía esa polla escurrir de esa manera tan obscena – entonces que te parece si… – entonces Cana se acercó a Lucy y lo que fuera a proponerle, termino haciéndolo susurrando contra el oído de la rubia.
Fue un susurro dulce, casi insinuante, pero al mismo tiempo muy descriptivo de lo que tenía en mente para hacer del despertar de Natsu algo muy, pero muy dulce, cosa que, como no podía ser de otra manera, hizo que Lucy abriera grandes los ojos y los colores se le subieran al rostro antes de ver a Cana con esa expresión de asombro y ella la viera en respuesta entre divertida y ansiosa pues mordía su labio inferior a la espera de lo que respondería su rubia.
– E-Eres una pervertida Cana, ¿en serio piensas que esa sea una buena forma de despertar? – le dijo conteniendo el escándalo que la propuesta le generaba, aunque Lucy se encontró con un serio rostro de parte de Cana que le decía que no le creía que no quisiera hacerlo, – no estoy diciendo que no – igual termino aclarando, haciendo que Cana se riera por lo bajo.
– Oh vamos, no es como si no hubiéramos hecho cosas peores Luce – volvió a mencionar el tema, cosa que a la rubia solo le saco un suspiro, esperaba que con Cana de su lado las cosas fueran más sencillas, pero al parecer se equivocó, ahora debía lidiar con dos pervertidos, solo esperaba que sus nervios resistieran, y mientras pensaba aquello, Cana solo seguía sonriendo al ver a la rubia derrotada por argumentos demasiado verdaderos, argumentos que ella misma le había dado.
Igual, Lucy termino aceptando la propuesta, como dijo Cana, no es como que fuera lo más guarro que habían hecho y si era honesta consigo misma, a estas alturas la combinación de su novio mostrándole su enorme y erecta verga junto con la dulce sensación de su boca chupándole los pezones, estaban haciendo un dulce estrago húmedo entre sus piernas, por no decir un peculiar y nuevo hormigueo que empezaba a sentir sobre sus pechos.
Antes de darse cuenta, con una mano estaba acariciando la rosa cabellera de su novio, como alentándolo a chupar todo lo que quisiera, mientras con la otra fue viajando hacia abajo, con suaves caricias sobre el vientre del pelirrosa hasta alcanzar su objetivo, la enhiesta vara de carne del chico, donde se encontró que no era la única con esa idea y al mirar, Cana había tomado también ese pene con una de sus manos y al verla al rostro, nada más hizo falta, con solo sus miradas llegaron a un acuerdo, juntas iban a pajear esa sucia polla, al menos por ahora.
El movimiento pco a poco fue intensificándose, más cuando Cana, podría decirse que envidiosa de su novio, termino prendiéndose del pezón libre de la rubia para mamar de él mientras junto a la mujer acompasaba los movimientos de su mano con la de ella y así hacer más intensa la paja hacia el mago de fuego, y sobre la mano libre de Cana, bueno, bastaba con decir que estaba perdida entre sus piernas o entre las de Lucy.
Su despertar fue intenso, así fue como lo sintió Natsu, sus ojos aun cerrados, pero su consciencia cada vez más despierta, más consciente de lo que ocurría, por eso el que pudiera describir la sensación que lo ahogaba, una sensación dulce, cálida, incluso húmeda y que se distribuía en dos partes principalmente, la primera en sus labios, presionados, sintiendo un suave y regordete peso sobre los mismos y la otra, mucho más abajo sobre su propia anatomía y quizás mucho más inmersivo, pero en ningún momento más húmedo que lo que sentía en sus labios y la razón era simple, tanto arriba como abajo, podía poner las manos en el fuego ante su afirmación, había una lengua involucrada.
Considero simplemente dejarlo ser y disfrutar de las sensaciones que lo embargaban, pero al final, ¿Qué tendría eso de divertido?, es decir, eso de solo quedarse quieto, no, eso no iba con él, además la curiosidad de saber que estaba pasando realmente le podía más, aunque no es como si no se hiciera una idea por las sensaciones que percibía en ambas zonas de su cuerpo, porque había que admitirlo, su nariz en esto no lo iba a ayudar, no cuando el aire en la habitación estaba tan viciado con el aroma a sexo de la noche previa.
Abrir los ojos fue una lucha en sí mismo, porque la parte de sí mismo que solo quería quedarse así, disfrutando de aquellas placenteras caricias dio más pelea de lo que él se esperaba, pero, finalmente su curiosidad pudo más y con ello, logró abrir sus ojos, lentamente eso sí, que quisiera saber que pasaba no necesariamente significaba que no pudiera saborear el momento previo a la revelación y, de paso, bien podía acostumbrarse a la luz que entraba por la ventana para así poder tener la mejor panorámica en cuanto sus ojos se enfocaran finalmente.
Lo primero con lo que se encontró, un hermoso rostro cuyos ojos estaban cerrados y como ya suponía, sus labios conectados con los suyos, no es como que realmente le importara quien de las dos era, pero igual con su vista periférica alcanzo a ver hebras doradas cayendo sobre él y con eso supo quién era la dueña de esos carnosos labios que ahora besaban los suyos y con eso se dio por bien servido para luego proceder a corresponder con más pasión, en otras palabras, coqueteo con su lengua para seducir la de ella e inducirla a un lascivo y húmedo baile que de paso, le diría a ella que había despertado.
Por su arte Lucy sonrió en cuanto sintió la lengua de Natsu jugar con la suya, al parecer ya había despertado y el método para hacerlo había resultado no solo efectivo sino placentero, por lo que disfrutando de unos segundos más de aquel beso, finalmente se separó de su novio para poder ver su sonriente y complacido rostro.
– Bueno días Natsu – lo dijo de manera dulce, cariñosa, con una sonrisa inocente en su rostro como si lo que estuviera pasando en realidad no fuera real y claro, Natsu correspondió a ese saludo antes de demandar un nuevo beso de su novia, que gustosa le correspondió.
Fue un beso que, aunque tenía lascivia en su contenido, no dejaba de predominar el amor en el mismo, una pareja que felizmente lo primero que hacía en la mañana era despertar con un beso, como tratando de recargar energías mediante dicho contacto para afrontar los retos del día y aunque a grandes rasgos podría considerarse romántico, dicho cuadro se empañaba por lo que ocurría más abajo y que Natsu se dio el privilegio de disfrutar de la vista cuando ese último beso concluyo y se separaron.
Grabaría esa imagen en su cerebro para siempre, su hermosa Cana, justo entre sus piernas, totalmente desnuda, sonrojada y completamente enfocada en su tarea, la cual no era otra que satisfacer su enorme polla con su cálida y estrecha boquita, una tarea en la que se avocaba con todas sus fuerzas, después de todo, le estaba dando tan deliciosa garganta profunda y se aseguraba de quedarse en su lugar cada vez que su nariz chocaba contra su bajo vientre, sí, era difícil no enloquecer con tal imagen.
De hecho, no pudo evitarlo, cegado por su instinto, le dijo a Cana que había despertado de una manera poco ortodoxa, todo lo que tuvo que hacer fue sostener la cabeza de la castaña cuando retrocedía, para un segundo después, empujar sus caderas y enviar su miembro hasta el fondo de la garganta de la mujer una vez más, la cual, sorprendida y extasiada, chorreo un poquito desde su masturbado coño ante tan, interesante forma de dar los buenos días de su novio.
Lucy solo sonrió un tanto divertida y resignada ante ese primer contacto del día entre su novio y su amante, habían cosas que simplemente no cambiaban o que más bien, eran inevitables que ocurrieran, más cuando conoce el carácter de los implicados, incluyéndose, así que dejando la hipocresía de lado, simplemente regreso a lo que estaba haciendo con placer unos instantes atrás, es decir, volvió a los labios de Natsu, aunque esta vez dándole un, por decirlo así, premio, tomo una de sus manos y la llevo a sus pechos para que jugara con ellos a placer, casi como si necesitara que lo hiciera, por alguna razón, hoy los sentía particularmente más pesados y llenos de lo normal y con ansias locas de recibir un masaje sobre los mismos de parte de su lindo y testarudo novio.
– Mooooo, lusheee, eso no esh jushtoooo, aho también queloooo – tras un rato, Cana finalmente libero la polla de Natsu de su boca y solo lo hizo cuando se percató de que mientras ella se dedicaba a chupársela con todo su amor a su novio, ese par la dejaban fuera en una sesión de besos de lo más lasciva, donde no se cortaban a la hora de jugar con sus lenguas o intercambiar su saliva, por eso fue que protesto, aunque de una manera un tanto ininteligible producto del exceso de humedad y fluidos en su boca recién follada, – Lucy, cambia conmigo, yo también quiero mi beso de los buenos días – cuando vio como Lucy solo dejaba de besar al pelirrosa solo para ofrecerle sus pechos, los cuales el aceptaba gustoso, por lo cual ya no resistiéndolo más, como una niñita caprichosa, pronto pidió un poco de atención, aunque sin dejar de pajear la enorme y ensalivada verga del DS de fuego.
Los dos magos solo se vieron cuando escucharon el berrinche de Cana, cabe aclarar que en el caso de Natsu aún tenía una de las tetas de Lucy en la boca, pero al final, con un simple encogimiento de hombros de parte de la rubia y luego un beso a su novio, acepto cambiar de lugares con Cana que feliz fue con el chico para sin perder el tiempo atrapar los labios del pelirrosa mientras enterraba profundo su lengua en la boca del chico y la rubia se dedicaba esta vez a recibir su propia y buena ración de polla de parte de su novio.
Diferencias entre la forma en que abordaban las situaciones ambas féminas, la verdad eran bastante pocas, aunque ciertamente bastante marcadas y que demostraban a su manera el carácter único y particular de cada una de ellas, lo cual irónicamente era lo que lo hacía perfecto e interesante.
Lucy, en este momento mientras mamaba su polla, era delicada, cariñosa, casi como si estuviera consintiendo su miembro más que otra cosa, dulces y delicados besos a la punta, largas lamidas a lo largo de su tronco, desde la base hasta la cabeza, incluso algunos chupetones a lo largo de su miembro y como extra, una particular y dulce atención a sus bolas, las cuales succionaba, mordía ligeramente o besaba, como si supiera el efecto que eso causaba sobre su hombría, para luego si, proceder a tragar tanta carne masculina como podía y que nada tenía que envidiarle a su compañera.
Muy diferente al trato de Cana previamente, la cual mamaba de aquella polla como si no hubiera mañana, lamía bajo la cabeza, succionaba la punta, masajeaba su tronco con sus manos cuando solo jugaba con la parte superior, además de tener este particular gusto de llevarse su miembro todo lo profundo que pudiera, como si no tuviera intención de dejar escapar una sola gota de su semen cuando el chico decidiera explotar, como si su mayor deseo fuera tener todo ese semen regado directo hasta su estómago, quizás una conducta propia de una adicta a beber como era ella misma.
Pero, así como Lucy se diferenciaba en su forma de chupársela respecto a Cana, lo mismo ocurría en el sentido contrario cuando se trataba de la otra tarea que compartían ambas mujeres y es que Cana, a la hora de besar, también era muy diferente de Lucy.
Cana, era mucho más pasional, más asertiva, desde el momento uno dejo claro que un beso sin lengua no era una opción para ella, sus besos eran feroces pero no agresivos, mucho más depravados si se quiere ver de algún modo pues solo separaba su boca de la de Natsu para ver los puentes de saliva que los conectaban, para dejar caer su saliva sobre la boca de su novio, justo antes de volver a sus labios y probar la mezcla resultante, también mordía su labio inferior cada que se retiraba en busca de aire, como si la sola idea de separar sus labios le resultara muy difícil de aceptar.
En cambio, Lucy, a la hora de besar era mucho más calmada, saboreaba cada beso y lo prolongaba para disfrutar del contacto entre sus labios tanto como pudiera, su lengua no competía con la suya, más bien bailaba con ella y en ocasiones no participaba, era un beso mucho más tierno, más sosegado y en ocasiones con un tinte maternal difícil de negar pero que igual hacía adictivo mantener ese contacto labial, un beso que le decía muchas cosas y que al mismo tiempo le dejaba espacio a la imaginación de lo que podría ser, todo envuelto en el amor que Lucy ya no podía negar, sentía por el pelirrosa.
Como un extra, mientras que Cana se dedicaba a comerle la boca a su novio, cuando fue el turno de Lucy, ella gustaba de jugar con él, quizás fue por eso que termino ofreciéndole sus pechos para que los chupara, con el fin de sentir sus labios en más de una zona de su cuerpo y así mismo, mientras que Lucy retozaba a su lado durante el beso, dándole vía libre a su novio y a su compañera para que pudieran verse si así lo deseaban, Cana era un tanto más egoísta, quería ser lo único que Natsu viera, por eso se acostó sobre él, dejándole sentir el peso de sus pechos sobre el suyo, llevando esas manos calidad y poderosas hasta su trasero para que amasara sus nalgas a placer y particularmente y con un especial morbo, adoptando una posición en la que todo lo que le dejaría ver a Lucy, es su chorreante coño palpitando con necesidad frente a ella y que como plus, su novio se encargaría de darle una buena vista de todo el panorama cuando decidiera abrirla de nalgas para exponer su rosado asterisco a la vista chocolate de la rubia.
Pero no se quedaron así para siempre, al final la naturaleza siempre llama y en este caso, su llamado era para la liberación de Natsu que cuando no pudo más con las caricias a su hombría, finalmente solo se dejó ir y claro, libero una de sus manos del carnoso culo de Cana para llevarla a la cabeza de Lucy y forzar toda su polla dentro de la mujer para entonces sí, liberar todo cuanto tenía, algo que Cana no se perdió pues al sentir el momento llegar, como pudo se acomodó para ver a su amada rubia beber el semen del semental que compartían.
Fue una larga carga, que Lucy recibió sin rechistar pero que ante tal cantidad de semen termino con sus mejillas expandidas al tratar de retener toda la simiente del pelirrosa, que no la soltó hasta que terminara de correrse y por cómo se agitaban sus bolas, eso no sería pronto, pero que cuando finalmente termino y dejo ir a la rubia, esta rápidamente fue asaltada por una ansiosa castaña que en un beso le pedía compartiera con ella el semen que había regado el mago de fuego en su interior y que paladeándolo con su lengua, intentaba codiciosa, de arrebatarle tanto como fuera posible.
– Ummmm, gracias por este nutritivo desayuno – cuando finalmente soltó a Lucy, llevo una mano a su garganta mientras tragaba, como si quisiera sentir el semen al bajar y luego dichosa y un tanto picara habló con sus ojos nublados por la lujuria, – amo despertar así, jujuju, tu que dices Lucy, que te parece otra ronda – ahora se dirigió a la rubia que le miraba con la mirada perdida luego de ese beso pero igualmente podía notarse esa misma bruma lujuriosa en sus ojos, quizás por eso fue que su último comentario estaba lejos de ser una pregunta, más bien solo era una sugerencia que desde el principio ella sabía cuál sería la respuesta.
La siguiente hora se la pasaron cogiendo, el interruptor de los tres había sido encendido y no se apagaría prontamente, así que dieron rienda suelta a su deseo hasta que se sintieron satisfechos y no, eso no significo que estuvieran todo el tiempo en la cama, de hecho, la mayor parte de la diversión transcurrió en la ducha, pues en determinado punto, consideraron limpiarse no solo de la actividad matutina sino de la realizada la noche previa y ya bajo el agua, el deseo regreso a ellos por lo que terminaron ensuciándose de nuevo y debiendo prolongar más su baño, haciéndolo bajo el agua que empapaba sus cuerpos en un vano intento de limpiarlos.
Ahora, finalmente estaban en la mesa desayunando, limpios y aunque no desnudos, tampoco es que hicieran mucho esfuerzo por cubrirse de más, total, a estas alturas en realidad no es que no hubieran visto todo el uno de la otra, así que al menos por ahora, la ropa interior para ellas y el pantalón blanco para él, bastaban mientras desayunaban.
Comían tranquilos, en el caso de Natsu como era usual, una buena cantidad de alimento, el que su cuerpo redujera su tamaño al parecer no había hecho mella en su glotonería habitual, mientras que, en el caso de Cana y Lucy, su desayuno fue más bien ligero, esto, según palabras de Cana, porque ya habían tenido una buena ración de proteínas previamente, cosa que Lucy no desmintió, aunque si se sonrojo fuertemente, claro que Natsu no lo entendió en ese momento.
Aun así, el desayuno fue ameno, entre bromas, risas e insinuaciones vergonzosas, pasaron el rato como lo que eran, unos amantes que abrían las puertas de un nuevo estatus quo en su relación y que estaban disfrutando de la misma, era curioso y era diferente este tipo de situación de pareja, pero bueno, eran magos de Fairy Tail, lo extraño era su día a día a fin de cuentas.
– Sabes algo, deberíamos hablar sobre lo que vas a hacer en tu cita con Mira – entonces y sin previo aviso, Cana termino diciendo eso como si nada antes de llevar la cuchara a su boca, dejando con marcado asombro y curiosidad a sus interlocutores, más al ver que tras eso solo continúo comiendo su desayuno como si nada hubiera pasado.
– ¿Eh? – fue todo lo que dijo Natsu confundido ante sus palabras, y su rostro de despistado no ayudaba mucho en esta situación.
– Me refiero a que sería bueno que fueras con un plan para complacer a Mira, mi amor – Cana decidió darse un poco más a entender, por lo cual le dijo cuáles eran sus intenciones respecto a ese tema, aunque eso no ayudaba mucho a Natsu a entender donde radicaba dicha necesidad.
– Hmmm, no creo que haya que preocuparse, lo tengo todo con.. – tras un momento, Natsu solo levanto los hombros como restándole importancia y luego trato, con su tono confiado habitual, de calmar los ánimos, aunque antes de poder terminar fue interrumpido.
– No, Cana tiene razón, tratándose de ti, es mejor ir con un plan – de repente y para sorpresa del pelirrosa, Lucy habló con un tono inusualmente serio, pero decidido, aunque eso no fue lo que más llamó la atención de su novio.
– ¿Qué se supone que significa eso? – no pudo evitar la pregunta, quizás no fuera el más brillante, pero hasta él sabía que en las palabas de su mujer, en algún lado, había escondido un insulto a su persona y quería saber por qué.
– Natsu no te lo tomes a mal, sabes que te amo, pero puedes legar a ser un tanto… - Lucy decidió dar continuidad a lo que decía, aunque tratando de tener tacto con el pelirrosa al decirlo mientras el mantenía un entrecejo, – sí, eso – no llego a explicarle nada realmente, aunque tampoco es que hiciera falta luego de decirlo de esa manera tan particular.
La peor parte radicaba en que de alguna manera, Cana había entendido a que era a lo que se refería la rubia y descaradamente estaba asintiendo con su cabeza totalmente de acuerdo con las palabras de Lucy a la vez que cruzaba sus brazos como diciendo que aquello era la verdad más absoluta del mundo, cosa que solo lo ofendía más.
– Saben qué, ya no voy a hablar con ustedes – Natsu, como haciendo honor a su infantil estado, paso a hacer un puchero mientras veía a otro lado y cruzaba los brazos totalmente ofendido con sus novias, no sabía porque, pero si sabía que estaba ofendido y eso le bastaba para comportarse así.
– V-Vamos Natsu, n-no te pongas así – Lucy trato de calmar a su ofendido novio quien como toda respuesta solo inflo más los cachetes negándose a verla, cosa que más que mostrar su enojo lo estaba haciendo ver tan adorable que Lucy se estaba conteniendo para simplemente no abrazarlo y mimarlo como a un bebé.
– Lucy tiene razón Natsu, además cuentas con una gran ventaja – Cana se unió a la conversación de tal manera que llamara la atención de su pareja y de hecho lo logró, cosa que le hizo sonreír antes de continuar, – tienes a dos hermosas y eróticas novias que van a ayudarte a prepararte, después de todo, nadie conoce mejor a Mira que nosotras – no estaba seguro de porque usó ese tono sugerente con él, ni tampoco la necesidad de esa mirada que le dedicaba, pero ciertamente fue efectiva, en más de una forma.
– Entonces… empecemos – al no recibir objeciones de parte de su novio, Lucy decidió entrar en materia, por lo cual, junto a su compañera, adoptando una actitud más seria, empezaron a "educar" a su novio compartido en materia de ser un buen compañero en una cita, – creo que lo primero sería… – sabían que podía hacerlo, ambas ya habían disfrutado de ese lado del pelirrosa, ahora solo tenían que pulirlo para que supiera comportarse como era debido todo el tiempo.
Así empezó un extenso e intenso proceso educativo en materia de citas hacia el pelirrosa que simplemente se quedó en su lugar escuchando ya que tampoco es como si tuviera a donde correr, así que tendría que enfrentarse, lo quisiera o no, a su más grande enemigo, estudiar.
Abarcaron muchos temas, desde comportamiento hasta cumplidos e incluso pulir detalles que, desde su experiencia en sus citas con el pequeño y revoltoso mago de fuego, consideraban no eran muy atractivas para una mujer si la vas a invitar a salir, eso fue a lo que se dedicaron buena parte de su mañana donde para desgracia personal del pelirrosa, su desayuno se convirtió en una clase entera de comportamiento.
A estas alturas, Natsu estaba mareado con toda la información que le estaban dando, su cabeza daba vueltas y sus ojos estaban en espiral tratando de retener todo ese compendio de información, aunque a título personal no estaba seguro de porque se esforzaban tanto, es decir, de niño Erza trato de educarlo también y salvo las nociones más básicas tampoco es que llegara a mucho y ella no tenía reparos en tirarle los dientes si no hacía caso, que tanto más podrían lograr ahora estas dos, pero igual, nada perdían con intentar.
– En resumen… – continuó la rubia ya como para dar un balance general de todo lo que habían discutido con el chico, – se caballeroso – dijo de forma concisa en ese momento.
– Se respetuoso – le secundó la castaña en total acuerdo con las palabras dichas por Lucy previamente.
– Se atentó – intercaló la rubia.
– Escucha lo que tenga que decir – nuevamente hablo Cana.
– Pero por sobre todo – llegó al punto central Lucy antes de ver a su amiga y con solo conectar sus miradas, asintieron de acurdo en que esta era la parte más importante y por eso voltearon a ver a su novio con rostros decididos y firmes, dejando claro que esto no estaba a discusión.
– ¡NO SEAS UN IDIOTA! – no estaba seguro que fue peor, que esa parte decidieran casi que gritarla o el hecho de que la dieran al unísono, como si estuvieran sincronizadas en ese pensamiento o algo así, resultaba hasta ofensivo, pero viendo sus rostros serios y esa mirada intensa, mejor simplemente se dedicó a asentir a las palabras de ambas.
¡TOC, TOC, TOC!
Como si hubiese estado sincronizado, en el momento que las dos mujeres terminaron de dar sus instrucciones para la cita de Natsu esa noche con la albina, la puerta en el departamento de Lucy sonó, indicando que tenían visitas, y debía ser alguien medianamente decente, porque por lo general los que la rubia conocía o simplemente entraban sin tocar o peor aún, entraban por la ventana como si nada.
Natsu agradeció esta interferencia, significaba que la clase había acabado y con ello su martirio también, así que antes de que quien estuviera del otro lado se fuera, corrió a abrir la puerta, olvidando que las dos mujeres aún estaban en paños menores, cosa que demostraba que aún tenían que enseñarle unas cuantas cosas más a su novio, "sí, debemos trabajar en eso", fue el pensamiento general de ambas al ver la situación.
– ¡Mira! ¿qué haces aquí? – de pronto escucharon a Natsu decir el nombre de la albina para la cual preparaban al mago de fuego, causando que se miraran entre sí confundidas por la presencia de la albina a esas horas en su casa, es decir, se suponía que no se verían hasta la noche.
– Hola Natsu, espero no interrumpir nada – como siempre, Mira actuaba de aquella manera tan dulce que todos estaban acostumbrados a verle y aunque quizás un tanto más arreglada, vistiendo de la manera usual cuando estaba en el gremio.
Natsu solo negó, de hecho, en su mente le estaba haciendo hasta un favor, estudiar no era lo suyo y antes de que su cerebro se friera, mejor cambiar de tema, así que la oportuna intervención de la albina era como una bendición disfrazada para él y a su manera se lo dijo cuándo menciono que solo estaban terminando de desayunar, algo que le causo curiosidad a Mirajane sobre porque apenas estaban en ello, al menos hasta que entendió la razón detrás de tal suceso.
– Entonces, ¿en qué podemos ayudarte? – curiosamente, Natsu actuó cortésmente ante ella y eso hizo que las dos mueres aún en la mesa sonrieron, tal vez el chico odiara tener que estudiar, sin importar el tema o la razón, pero ciertamente tenía buena retentiva y lo estaba demostrando.
– En realidad, vine por ti Natsu – su respuesta fue inesperada, para los tres, aunque en el caso de Natsu su asombro iba mezclado con un poco de su innata curiosidad, cosa que sin saberlo le hizo poner un rostro de lo más adorable que poco falto para que derrumbara las defensas de Mira y su amor por las cosas adorables.
– ¿Are? Creí que lo de ustedes sería hasta la noche – de pronto se escuchó la voz de Cana interponiéndose en la conversación movida por la curiosidad de la presencia de Mira, causando sorpresa en esta última de enterarse que estaba allí tan temprano, aunque por otro lado dado el nuevo estatus de su relación con el mago de fuego y la maga de espíritus estelares, tenía sentido que estuviera ahí, aunque que estuviera tan temprano suponía solo una cosa para ella.
– Ara, Cana, no esperaba encontrarme contigo aquí – de repente Mirajane asomo la cabeza por la puerta para ver a ambas mujeres y luego proceder a entrar a la vivienda de la rubia, dedicándoles de paso una sonrisa que se veía muy dulce, pero que, para ellas, era claro escondía unos grandes celos, algo que Cana le restregó en la cara con una sonrisa de superioridad sobre su amiga.
– Y entonces, ¿por qué estás aquí? – como si las palabras de Mira, jamás hubieran sido dichas o por lo menos ella no las hubiera escuchado, Cana cambió el tema para interrogar a la albina, sin perder la sonrisa, ninguna de las dos de hecho.
– Como ya dije, vine a ver a Natsu – era obvio que Mira se estaba enojando, podía ser una chica dulce, pero no le gustaba que la retaran, sino, preguntarle a Erza quien debió sufrir la humillación de ser nalgueada en público por la albina solo por perder una apuesta con ella – veras Natsu, me entere de que anoche Magnolia fue visitada por un circo itinerante y que ya estaba abierto al público desde esta mañana – prefirió no darle a Cana más el placer, ya se encargaría de ella luego, así que se giró al pelirrosa dedicándole ese dulce gesto suyo, mientras emocionada le daba las buenas nuevas.
Como ya se lo esperaba, los ojos de Natsu comenzaron a brillar de pura emoción, en ciertos aspectos el mago de fuego no solo lucía como un niño, también se comportaba como uno y era justamente eso lo que pensaba explotar para poder, por decirlo de algún modo, acaparar al DS de fuego para ella sola, al menos por ese día.
– Y pensé, como igual nos veríamos esta noche, por qué no aprovechar esta oportunidad y pasar el día juntos, ya sabes… como una pareja – lo último lo dijo con un lindo sonrojo en sus mejillas mientras actuaba nerviosa y avergonzada, como si lo que estuviera pidiendo fuera pasarse de atrevida o algo así.
Claro estaba fingiendo, ese era su plan desde el principio, tentar al hiperactivo mago con algo a lo cual no se atreviera a siquiera considerar decirle que no y así disfrutar del pequeño pelirrosa solo para ella, aun así, no es como que no pudiera actuar de aquella manera solo para lucir más encantadora y reducir a cero las posibilidades de una negativa que la verdad estaba segura que no recibiría.
Natsu por su parte, hace mucho que había abandonado la conversación, por el contrario, estaba súper emocionado con lo que escucho, sus ojos brillaban de solo pensar en todo lo que podría ver en aquel lugar, cuantas cosas podría comer, que tipo de juegos iba a encontrar, animales con los que incluso podría jugar o pelear según se dieran las circunstancias, en fin, el chico estaba que no cabía de la emoción, si le estaba preguntando si quería ir, pues claro que quería, pero, recordando un poco lo que cierto par de magas en ropa interior le dijeron, trato de controlarse y miro a susodichas mujeres como preguntando si estaba bien, aunque sus ojos delataban que, un no, no era una respuesta viable en esta situación.
– Haaaa, sí, puedes ir Natsu – no estaba segura de porqué, pero en ese momento, Lucy más que como una novia, se sintió como una madre la cual está dándole permiso a su hijo de salir a jugar con sus amigos o algo así pese a no haber acabado aun su tarea, solo que, en este caso, desde el principio ella no tenía ningún derecho a impedirle nada a su novio, menos salir con otra mujer cuando, bueno, eso.
Natsu por su parte, ni siquiera termino de escuchar a la rubia, en cuanto escucho el sí, dejo de prestar atención, miro a Mirajane que le dedico una sonrisa dulce, emocionada y alegre de que pudieran pasar el día juntos y luego salió corriendo a buscar sus cosas para arreglarse y poder irse con la albina, dejando a las tres mujeres solas en el lugar mientras el entraba al baño.
En cuanto se quedaron solas, la expresión de Mira cambio de ese rostro dulce a uno mucho más sombrío y enfadado que obviamente, iba dirigido particularmente a la castaña que seguía mirándola burlona y sin temor pese a tratarse de una rango S como ella misma.
– Joooo, ¿no creen que es muy temprano para andar de vulgares? – podía sonar a reprimenda de parte de Mirajane por, aun ahora, estar solo en ropa interior ante un invitado, pero la realidad era que sus palabras estaban cargadas de muchos celos ante la idea de que ese par se le hubiesen adelantado tanto y ya vivieran juntas con el pelirrosa, algo que Cana sí que supo identificar muy bien a diferencia de Lucy que si llego a asustarse un poco por el tono de la albina.
– Eeeeehhh, ¿acaso son celos los que oigo? – claro que Cana, fiel a su actitud despreocupada, decidió molestar a su amiga a la cual miraba con esa sonrisa burlona y altiva que empezaba a cabrear a Mira, especialmente porque sentía que se burlaba de su virginal condición, pese a que ella misma no hace mucho estaba igual que ella, – ¿acaso será que te molesta saber que Natsu disfruta de ese cuerpo tan apretado y voluptuoso mucho antes de que siquiera voltee a ver el tuyo? – y al parecer, tenía toda la intención de restregarle en la cara que de las tres, la única que seguía virgen era la gran y poderosa maga rango S Mirajane Strauss.
Mira estaba apretando los puños con fuerza en un intento de controlarse y no darle el gusto a la castaña de verla explotar, pero el aura oscura y aterradora que la rodeaba en ese momento no ayudaba para nada y se puso peor cuando descarada como era, Cana decidió, con total desparpajo, abrirse de piernas ante ella mientras se recostaba tranquila en la silla en la que estaba y luego pasar sus dedos por la mitad de su cubierta raja antes de llevar los mismos a su boca y chupar sonoramente.
– Uuuuummm, no sabes las delicias que puede hacer Natsu con tu cuerpo… te hace sentir feliz de haber nacido mujer – estaba jugando con fuego, eso era claro, Mirajane estaba a nada de explotar y Lucy ya estaba escondida temiendo lo peor, tendría que hablar con su amiga más tarde sobre lo que significaba el instinto de auto conservación.
Mirajane estaba a nada de saltarle encima, no importa lo mucho que la amara, ni lo bien que la habían pasado juntas en la cama cuando hicieron esa misión en conjunto, esa zorra se estaba sobrepasando y si seguía así tendría que ponerla en su lugar, algunos dildos, unas cuantas sogas, un látigo y un par de poleas serían suficientes.
– No te preocupes Mira-chan, algún día tu oportunidad también llegará – Cana por su parte simplemente no podía parar, es decir, cuantas veces podría tener la oportunidad de vencer a Mira, debía aprovechar mientras pudiera, – solo espero que no tengas muchas telarañas para ese entonces – y continuo, esta vez insinuando el abandono de su zona intima, cosa que fue la gota que derramo el vaso para la albina.
Iba a golpearla, no, aún mejor, iba a meter su pie en su trasero, la iba a hacer gritar y pedir piedad, sí, iba a poner a esa zorra ebria en su lugar, le haría saber cuál era su posición, justo entre sus piernas y con la boca abierta esperando porque la dejara beber su orina, de hecho, ya estaba cargando su magia preparada para atacar a la castaña.
– ¡Estoy listo! – para suerte de Cana e infortunio de Mirajane, en ese mismísimo momento cuando la albina ya se preparaba para lanzar su puño, apareció un emocionado e ignorante de la situación Natsu y basto su sola presencia para que Mira regresara a su actitud dulce y encantadora, tragándose, no sin esfuerzo, todo su resentimiento hacia su amiga, ya se vengaría luego, eso no se quedaría así y ambas lo sabían.
Mira centro su atención de nuevo en Natsu y tras hablar un momento, juntos se dirigieron a la puerta para salir en su adelantada cita, aunque eso sí, a último momento Mira se detuvo aprovechando que el pelirrosa en su emoción se adelantó un poco para poder girar el rostro y ver seria a Cana que solo la veía con curiosidad.
– Ya verás Cana, para el final de este día no solo estaremos en igualdad de condiciones, sino que te habré superado como mujer – Mirajane dejo claro su punto con un más que gélido tono cargado de resentimiento a la alcohólica maga, – quien sabe, incluso puede que Natsu termine prefiriéndome sobre ti… y, por cierto, prepárate cariño, porque ambas sabemos que tengo que castigarte por tan flagrante falta de respeto de tu parte – dijo finalmente sonriendo, aunque de una manera bastante macabra, cosa que por fin, puso en alerta a Cana y la hizo comprender que quizás si se había pasado un poco con su amiga.
Sintiéndose satisfecha finalmente, Mira continuó su camino fuera de la vivienda para reunirse con su amado pelirrosa y ya por fin ir a disfrutar a cabalidad de su día de pareja con Natsu, quien sabe, quizás incluso podría darse un anticipo de lo que esperaba fuera la noche, después de todo, sabía unas cuantas cosas muy jugosas que, de ser necesario, no dudaría en usar a su favor.
Y bueno, al final Natsu, a su manera, había sabido poner en practica todo lo recomendado por Lucy y Cana en su cita con Mirajane, tanto así que se había ganado unos cuantos puntos con la mujer al ser su caballero de brillante armadura, aunque quizás era más correcto decir que era su dragón guardián protegiéndola de aquellos que quisieran hacerle daño y bien merecía ser recompensado.
– Uuugghh, M-Miraaaa, ¿o-otra veeeeezz? – y claro que Mira lo estaba recompensando, muy a su manera y bajo sus términos, pero completamente segura de que su premio para él era más que bien recibido, el rostro contorsionado por el placer de Natsu se lo decía.
Una vez más, ahí estaban, metidos en un callejón, amparados por las sombras, con Natsu contra la pared, sus pantalones abajo mientras una hermosa y sexy albina estaba en cuclillas frente a él, la boca abierta y disfrutando de una nueva mamada hecha a la enorme herramienta del DS de fuego de la que ya se declaraba adicta y por si fuera poco, con su vestido remangado sobre sus caderas, aprovechando el lateral de su falda para poder despejar fácilmente el acceso a sus piernas, las cuales tenía separadas y mientras chupaba complaciente el pene de Natsu, se dedicaba a masturbarse sobre la fina tela blanca de sus bragas al mismo ritmo de su mamada.
Quizás sonara a reproche de parte de Natsu su pregunta, pero era difícil tomarlo enserio cuando su rostro se deformaba de placer y aun peor, la sujetara de la cabeza para meterla más profundo dentro de la boca de la albina, no es que le molestara que quisiera abusar de su boca, de nuevo, pero al menos agradecería que tratara de no fingir no estarlo disfrutando.
Y no es como que fuera algo nuevo en su cita hasta ese momento y no, no era solo por esa primera incursión de parte de la albina más temprano, sí, fue la primera vez que se atrevió a hacerlo, pero no, no fue la única, no es como que alguno de los dos llevara la cuenta, pero desde aquella primera experiencia juntos, hasta el momento actual, quizás lo habrían hecho tres veces más, siempre impulsados por el deseo de la Strauss, la cual dicho sea de paso, cada vez se aventuraba a más cuando decidía hacerle una nueva felación a su amante.
Sin embargo, Natsu se contenía un poco, no era tan tonto como para no disfrutar del momento, pero igual, condicionado por sus lecciones previas sobre cómo comportarse en una cita de verdad con una mujer, intentaba no ceder a su cada vez más fuerte deseo por ella, quería darle una cita divertida y esto no era parte del plan original, de otra forma, hace mucho que habría cruzado la línea con ella, llevando como siempre cuando se trataba de él, la situación a un excitante nivel de peligro que incluía ser descubiertos mientras la tomaba de verdad.
Se corrió fuerte, simplemente no podía evitarlo, Mira de verdad se estaba aplicando con esto, era intenso, descarado, sucio y por feo que sonara, escuchar como a la albina le daban arcadas cada que su polla iba hasta el fondo de su garganta solo se la ponía más dura, elevaba su ego y sus deseos de eyacular, más cuando por la experiencia quedo demostrado que entre las intenciones de Mira, el derramar no estaba dentro de sus opciones.
– Fuhaaa, pensar que sigue tan espesa luego de tantas corridas – en cuanto termino de tragar y retiro la polla de Natsu de su boca, Mirajane no pudo evitar ese deje de admiración ante la calidad de hombre que era realmente el mago de fuego, – de verdad eres todo un semental Natsu, ahora estoy más celosa de todo lo que han disfrutado ellas contigo – ciertamente aquello era un gran halago de parte de una de las mujeres más hermosas del reino, pero no podía pasar por alto que había cierto deje de malicia en su comentario, como si hubiera algo que no quisiera decirle por alguna razón.
Natsu estaba tratando de calmarse, no estaba seguro de que pasaba, quizás se estaba volviendo loco, pero cada vez era más difícil contener ese deseo por la albina, su aroma tan dulce y embriagante, su cuerpo tan voluptuoso, su recién descubierta innata lascivia y verla como relamía sus labios como saboreando los resquicios de su sabor en los mismos, quería mancillarla aún más, tomarla y violar su boca mucho más, llenarla de semen en cada agujero hasta quedar seco, dejarle claro quién era su dueño, y ese incontrolable deseo solo se fortalecía con cada segundo que pasaba y veía a Mira aun en su posición, abierta de piernas saboreándose ya no solo cualquier resquicio de semen sino que , descarada, llevaba los húmedos dedos entre sus piernas hasta su boca.
– M-Mira, de verdad, no deberíamos seguir haciendo esto… al menos no aquí, alguien podría descubrirnos – trato de razonar con ella, explicándose mejor luego de procesar lo que acababa de decir, porque, admitiendo su propia perversión, la idea de dejar de disfrutar con la maga albina no le apetecía en el futuro cercano, pero sí podría ser más beneficioso encontrar un lugar más… privado para dejar libres sus más bajas pasiones.
– ¿Hmmm? Ara, ara, es curioso que digas cosas como esas Natsu – Mira por su parte cuando escucho aquello, aún tenía sus dedos chupando los jugos que manaban sin control de su intimidad, para ella era divertido que fuera precisamente Natsu quien sugiriera prudencia cuando, de todos sus conocidos, era quien en su historial contaba con más ejemplos justamente de lo contrario – es decir, no parecía molestarte cuando lo hacías con Erza cariño – y ahí estaba, mostrando su as bajo la manga a un consternado pelirrosa al saberse descubierto, y por la persona más inesperada de todas.
Mira estaba fascinada, estaba encantada e incluso divertida, todo eso mientras veía el rostro anonadado de Natsu, el cual solo abría y cerraba la boca una y otra vez, incapaz de justificarse o siquiera decir una palabra en ese momento, era todo un logro si lo pensaba bien, lograr que el mago más revoltoso y parlanchín del gremio, se quedara literalmente sin nada que decir, no era algo que se veía todos los días.
– C-Como es que… - aún estaba aturdido por lo que todo lo que pudo hacer fue preguntar de forma bastante entrecortada e incluso así, no fue capaz de completar la oración antes de volver a quedarse estático y con la boca abierta ante una divertida mujer que ya no se aguantaba la risa de ver tan contrariado a su amante.
– Con esa cara de idiota te ves tan lindo – Mirajane aprovecho para molestarlo un poco, divirtiéndose a sus costillas mientras se levantaba, eso sí, en el camino aprovecho para darle un buen beso al pelirrosa y luego arreglar su ropa, – pero tienes razón, sería raro si nos quedamos más tiempo aquí, entonces… ¿vamos? – solo por ayudarlo un poco y fingiendo que no pasó nada, estuvo de acuerdo con él, limpió sus dedos manchados de sus jugos íntimos sobre los labios de Natsu y luego procedió a salir, asegurándose de contonear muy bien las caderas, de tal manera que su carnoso culo se bamboleara descarado ante la mirada, que estaba segura estaba clavada en esa zona de su anatomía, de Natsu y luego de forma inocente extender su mano para invitarlo a que la siguiera de vuelta a su paseo "normal" de pareja.
Se mordió los labios seductora cuando vio al chico saborear sus labios manchados, preguntándose si le había gustado tanto su sabor como a ella le encantaba el suyo, su respuesta se la dio su erecta polla que salto emocionada tras la degustación de su dueño, para luego como saliendo de un trance y casi a tropezones, subir su pantalón para, ocultando su dureza como pudo en su holgado pantalón, seguir a Mira tomándola de la mano y así regresar a aquella feria que poco estaba haciendo para distraerlo.
Por suerte, Mira decidió dejarlo tranquilo después de eso, bueno, todo lo tranquilo que se podía estar cuando la albina cual gata ladrona, en el momento menos esperado le robaba un beso, que no estaría mal sino fuera porque de paso y le daba un repaso a su polla, apretándola firmemente con su mano o aplastando sus enormes pechos contra él dejándole sentir su esponjosidad y ni que mencionar de cuando encontraban juegos de tiro con armas mágicas, se aseguraba de darle una buena vista de su prominente trasero y eso solo si se dedicaba a sentir como se la comía con la mirada, de otra forma restregaba su trasero, de forma sutilmente escandalosa contra su entrepierna donde se aseguraba de que su despierta polla quedara en la raja entre sus dos nalgas y ahí se quedaba mientras se tomaba el tiempo para "apuntar" a los blancos.
Desconocido para él, parte de la razón de ese actuar de Mira era producto de su propio deseo de mantener al chico excitado, otra parte le gustaba saber lo mucho que la deseaba, otra parte debido a que era lo máximo que podía resistir al tener a Natsu a su lado y no querer devorarlo de nuevo, su ser completo, por algún motivo, lloraba si no estaba en contacto con el DS de fuego, pero principalmente, el motivo de este tipo de asaltos de parte de la chica, provenían del hecho de que estaba celosa, celosa de algunas mujeres que veían a su hombre con intenciones nada santas, al parecer la revelación de la condición de Natsu no había jugado en su favor, después de todo, pese a lo destructivo que podía llegar a ser el chico, no dejaba de ser de los magos más atractivos y bien vistos entre la comunidad femenina, así que, mejor dejaba claro a todas esas lagartonas que ese lindo chico con verga de caballo ya estaba apartado.
Por suerte no fueron a más, aunque sin saberlo a ambos en más de una ocasión se les paso por la cabeza la escena de estar follando como conejos a mitad de la calle, y no les molestaba del todo la idea por alguna razón, pero, no paso de ser solo una fantasía, por lo que se dedicaron a disfrutar mejor de los juegos y demás atracciones del lugar.
Aun así, en más de una ocasión Natsu se sintió tentado de preguntar, pues, sobre eso, sobre como sabía lo de Erza, pero al final, o simplemente se acobardaba en el último instante o bien Mira se encargaba de no dejarlo concentrarse en ese tema, como si con ello le tratara de decir que tenía prohibido pensar en otra mujer mientras estaba con ella, eso estaba fuera de los límites, por mucho que la curiosidad lo consumiera en ese momento.
Así terminaron de pasar el rato, probando los diferentes platillos que se ofrecían, probando algunos juegos del lugar, era interesante ver al pelirrosa poder disfrutar de aquellos juegos que implicaban movimiento sin tener su peculiar y gracioso estado de mareo, había un brillo particular en su rejuvenecido rostro que indudablemente sacaba su lado más maternal al verlo y que inevitablemente le hacía llevar una mano a su vientre, para luego ser arrastrada por Natsu a los mismos juegos para esta vez disfrutarlos juntos entre risas y gritos de emoción.
Era gracioso ver a Natsu en los juegos de puntería, no fallaba ni un solo blanco y eso le hacía mucha gracia a la albina, después de todo recordaba muy bien a ese mismo pelirrosa que ahora se jactaba de su gran puntería perdiendo una apuesta con una niña hace algún tiempo en un juego de tiro al blanco, al parecer ese chico era una caja llena de sorpresas en más de una forma, pero ese lado bueno con los niños, ese sí era nuevo.
Para cuando la tarde había caído, ambos magos se habían recorrido todo el lugar, visto todos los actos, probado todos los puestos de comida y jugado en todos los juegos, había sido una salida muy provechosa para ambos, les había enseñado cosas del otro que no sabían y para el final de aquella divertida jornada, era imposible negar que el lazo entre ambos se había estrechado mucho más de lo que cualquiera se esperaría.
– Me divertí mucho, gracias por aceptar venir conmigo Natsu – Mira le dijo cuando empezaban a retirarse, sin poder ni querer, borrar la sonrisa en su rostro, – hace años que no me divertía así, creo que hasta había olvidado lo que era divertirse como una niña – había cierta melancolía en su voz en eso último, algo entendible considerando la historia que llevaba a cuestas y que definía su vida, así que escucharla que se había podido sentir como una niña de nuevo, que pudo sonreír genuinamente y con tranquilidad, ya hacía que todo valiera la pena.
– No fue nada, yo también me divertí – era raro ver a Natsu sonrojado, pero eso lo hacía ver tierno, no solo ahora, desde que tenía memoria, ver a ese revoltoso mago de fuego en esa actitud le resultaba adorable, – supongo que todo es más divertido cuando no tienes que temer marearte – no pudo evitar reírse, había cosas que simplemente no cambiaban, Natsu no cambiaba, quizá por eso es que se enamoró de él en algún momento.
Salieron de ahí bastante contentos y en el caso de Natsu, también bastante satisfecho, hasta orgulloso se podía decir, al menos en su mente, consideraba que había cumplido con su rol en la cita, caballeroso, atento, protector, nunca se imaginó que fuera tanto trabajo, pero viendo a la albina, era evidente que todo el esfuerzo había valido la pena, todo el suplicio de tener que recibir clases de comportamiento no habían sido solo una insufrible pesadilla y ahora, había aprendido una nueva habilidad que estaba seguro le serviría de mucho en el futuro.
– Bueno, creo que es aquí donde nos separamos – Mira le dijo una vez que salieron de aquella zona recreativa y regresaron a la ciudad, llegando al punto donde sus caminos se separaban, algo a lo que Natsu ya más relajado estuvo de acuerdo, – entonces… nos veremos más tarde Natsu para continuar nuestra cita – sin embargo, contrario a lo que se esperaba el mago de fuego, la albina no parecía tener intenciones de acabar con su encuentro tan pronto, algo que lo dejo desconcertado.
– ¿Eh? – la verdad sea dicha, había supuesto que su cita con la albina, con tropiezos y todo, había salido bien y que terminaba ahí, pero por lo visto, sus suposiciones estaban equivocadas y Mira estaba lejos de estar satisfecha, lo cual lo dejo bastante confundido sobre que debía hacer ahora y eso, la mujer frente a él lo noto.
– Oh vamos Natsu, ¿no creerás que me conformaría solo con esto verdad? – divertida menciono lo que suponía eran los pensamientos del joven mago que no salía de su asombro en ese momento, – fufufu, aún tenemos pendiente ir a comer en una velada romántica Natsu, ¿acaso no lo recuerdas? – ella se estaba divirtiendo viendo el rostro de Natsu, es decir, era tan expresivo que era fácil entender que estaba pensando en ese momento, ese chico, incluso sin necesidad de palabras, era excesivamente sincero, un rasgo poco común en los hombres, al menos en los que ella conocía, pero que ciertamente le daban un mayor encanto al pelirrosa.
Por su parte, Natsu en su mente se estaba dando un zape cuando recordó lo que paso el día anterior cuando Mira lo acorraló, sí, se suponía que la cita original era solo una cena con la albina, una cena romántica según parecía, incluso para eso se suponía que practico esa mañana, pero al parecer, estar jugando y divirtiéndose todo el día junto a su compañera le hizo olvidarse de ello y por eso se estaba insultando por dentro.
– Entonces, nos vemos de nuevo aquí en un rato Natsu y recuerda… me prometiste un delicioso postre luego de la cena, y lo estoy esperando con ansias – de repente Mira se le acerco y susurro al oído la última parte que, solo por si no le había entendido, le agarró la polla sobre el pantalón y se la masajeo hasta ponérsela dura y solo entonces se retiró con una sonrisa sensual y dándole la espalda inició su camino a casa, asegurándose de que una vez más su culo fuera el objeto de toda la atención del pelirrosa, que solo se quedó ahí parado procesando lo que acababa de ocurrir, especialmente la actitud asertiva y decidida de la albina.
De más está decir que cuando el pelirrosa llego a casa, fue recibido con sorpresa por ambas mujeres, algo que lo confundió y de esa manera se enteró de que, al menos en la mente de ambas mujeres, la realidad es que no lo esperaban, al menos hasta la mañana siguiente como mínimo, así que sí, verlo ahí incluso antes de que terminara de caer el sol se les hizo por demás curioso.
– Joooo, ¿tan mal estuviste? – como era de suponerse, Cana fue la primera en aprovechar el momento para, dada su personalidad, molestar a su novio y burlarse de que había sido "despachado" demasiado rápido por la albina, algo que hizo que Natsu inflara los cachetes en un puchero mientras veía feo a la castaña que solo se aguantaba como podía la risa mordiendo sus labios.
– Cana, eso no es gracioso – Lucy trato de defender al pelirrosa y regañar a su amiga, pero era difícil creerle cuando ella misma parecía que en cualquier momento iba a estallar en risas, cosa que le valió el reproche de la castaña al descubrirla, – dinos, ¿qué paso? – tratando de desviar la atención, prefirió centrarse de nuevo en Natsu y preguntó a que se debía su pronto regreso.
Así pues, Natsu empezó a contarles lo que había sido toda la jornada con Mirajane, eso sí, omitió dos cosas en su relato, dos cosas que, al menos para él, carecían de valor que lo supieran, la primera, obviamente, las muchas veces que la albina se había dedicado a ordeñarle la polla con su boca, y la segunda, el detalle de que de alguna manera y no estaba seguro de cómo, Mira sabía de sus pequeñas travesuras exhibicionistas con cierta pelirroja demasiado estricta y orgullosa como para admitir que había disfrutado todos y cada uno de esos momentos, aunque claro, lo que Natsu ignoraba era que, por lo menos en lo que respectaba a las muchas felaciones que la albina le realizo, ambas mujeres ya se lo esperaban e incluso lo intuían.
– Y eso es básicamente lo que pasó – Natsu termino su relato, al menos hasta que salieron de aquel lugar y se despidieron, asegurándose de no soltar la lengua más de la cuenta, aunque por la sonrisa cómplice de Cana, era obvio que no creía que eso hubiese sido todo, pero igual prefirió ignorarla para continuar, – la verdad no sé cuál es el punto de tener que separarnos si igual nos vamos a reencontrar en un rato – finalmente dijo el chico levantando los hombros sin ser capaz de entender la lógica detrás de esas acciones, pero bueno, era simplemente Natsu siendo Natsu.
– Dah, eso es obvio Natsu – Cana hablo en ese caso como si el comportamiento de Mira fuera de lo más normal y evidente, algo que por el rostro de Natsu, dejaba claro que él no tenía la misma perspicacia que ella, – hombres… solo hay un motivo por el cual ella haría algo así – no pudo evitar exasperarse un poco al ver el rostro confuso de Natsu, era muy lindo, muy bueno en la cama y muy protector, pero, aun así, seguía siendo un completo idiota para algunos temas.
– Natsu, solo hay una razón para que una chica actúe así – al rescate llegó Lucy, más dispuesta a explicarle a su novio las cosas, – quiere prepararse y arreglarse para la noche… ya sabes, ponerse linda, verse bien – continuo su explicación con toda la paciencia que solo haber convivido tanto tiempo con alguien como Natsu, incluso antes de ser pareja, le había dado y de esa manera darle a entender al chico lo que ocurría.
– Exacto, en otras palabras, quiere deslumbrarte y para ello, necesita tiempo para prepararse – Cana completo la idea diciéndole lo que significaban esas palabras de parte de Mira, satisfecha cuando vio el rostro de realización de Natsu cuando por fin captó la idea, en serio, a veces él podía ser tan despistado.
Natsu mientras tanto repasaba en su mente, Mira hoy se veía increíble, no es que no siempre se viera bien, pero hoy particularmente tenía un, no sé qué, que la hacía ver incluso mejor que de costumbre, y ahora le estaban diciendo que la razón detrás del comportamiento final de la albina era por esos motivos, a su mente solo llegaba un pensamiento, "¿realmente puede verse aún más hermosa de lo que ya es?", un pensamiento bastante difícil de responder pues hasta alguien tan despistado como él era consciente de la belleza innata de la mayor de los Strauss.
– Hablando de eso… ya que mira se está esforzando tanto para verse bien para ti esta noche, creo que lo mínimo que puedes hacer es corresponderle de la misma manera – viendo que Natsu estaba como en su mundo en ese momento, decidió aprovechar para dar su punto de vista de lo que suponía, Mirajane esperaría de él también, – ¿no te parece? – y como si quisiera conseguir apoyo, le terminó preguntando a Cana que solo asintió totalmente de acuerdo con el pensamiento de la rubia.
– Um, ceo que le vendría bien un cambio de imagen, tal vez algo más galante – Cana empezó a analizar a su novio el cual por alguna razón tragó duro y se puso nervioso, más aún cuando esa castaña se levantó de la silla donde estaba y empezó a rodearlo, como estudiándolo, no sentía nada bueno de aquella mirada y solo empeoro cuando Lucy se le acerco también y empezó a levantar sus brazos, como midiéndolos, moldeándolos.
"No sé por qué, pero esto no me gusta", aunque el pensamiento se formó en su cabeza, no fue tan tonto como para decirlo en voz alta y, aun así, pronto descubriría que una vez más, su instinto tenía la razón, pues antes de poder decir o hacer algo, se había convertido en el muñeco de dos emocionadas muchachas que solo se divertían a su costa, peinándolo, vistiéndolo una y otra vez a su antojo, discutiendo entre ellas las mejores opciones para él, sin siquiera tenerlo en cuenta y lo peor de todo, debió sufrir de más clases, esta vez de etiqueta para su noche con la albina.
Y así pasarían las horas, horas que para el pequeño pelirrosa se sintieron como una eternidad estando a manos de ese par de locas desquiciadas, hasta que por fin decidieron tenerle clemencia cuando quedaron satisfechas con la apariencia de Natsu el cual tenía los ojos dando vueltas luego de todo ese espectáculo, que, no es que fuera del todo malo, tuvo sus recompensas ocasionales ya fueran intencionadas o no, como acabar con su cara enterrada en el escote de alguna de ellas por decir lo menos.
Eso sí, se aseguraron de dejarle claras varias cosas sobre lo que debería ser esa noche, remarcando que debía de hacerla especial para Mirajane, tanto la cena como lo que vendría después, aunque no podía negar que si se ofendió en más de una ocasión cuando particularmente se enfocaban en recordarle aquello de no ser un idiota, de hecho, hacían especial énfasis en ello.
Y ahora, ahí estaba, parado en el mismo lugar donde previamente se había separado de Mirajane, esperando a la mencionada mujer mientras el semblante enojado no se terminaba de ir de su rostro, no por tener que esperar, sino por haber sido presa de sus locas novias quienes jugaron con su cuerpo a placer y no, esta vez no con resultados sexuales, lo cual no lo molestaba tanto, más bien el hecho de que se divirtieran tanto a su costa, es decir, ni que fuera un estúpido oso de peluche como para ser humillado así.
– Ara, espero no haberte hecho esperar mucho Natsu – entonces, mientras rabiaba por lo último ocurrido, fue sacado de sus pensamientos por una dulce y cantarina voz que él conocía muy bien y que en parte era la razón de que hubiese pasado por toda esta tortura, aunque al ver a la recién llegada, toda esa mala actitud desapareció y empezó a pensar que bien había valido la pena.
Mirajane Strauss, no había ninguna duda de su belleza, aun si ella no tenía esta fijación por presumir de su agraciado rostro ni curvilíneo cuerpo, aun si en su modestia prefería fingir que no gozaba de la belleza con la que había sido bendecida, incluso ella, en sus momentos de soledad, no podía negar tal belleza con la que contaba y ahora, parada frente a él, demostraba esa misma belleza en todo su esplendor, difícil de negar, aún más de ocultar, aunque en ese momento, era obvio que Mirajane no tenía intención de hacerlo.
Se veía espectacular, su cabello, si lo pensaba, estaba casi seguro de que era la primera vez que lo veía sin su peinado habitual, no tenía su moño frontal como siempre y su cabello no estaba suelto y libre como era usual, no, ese largo cabello, el cual presentaba unas hermosas ondulaciones ahora estaba recogido en una coleta alta tras su cabeza, recogido y atado por una trenza hecha de su mismo cabello el cual sostenía las largas hebras tras de ella, pero como si supiera que retenerlo completamente fuera un pecado, dejaba que los mechones cayeran libres y salvajes más allá del arreglo en el moño, dándole un aspecto tan exótico, salvaje y al mismo tiempo elegante que era difícil de creer que algo así fuera posible, aun si lo estaba viendo ante él.
Y el frente no tenía nada que envidiarle, sin su característico moño recogiendo su flequillo, este mismo caía sobre su frente, pero arreglado como lo traía, más que esconder algo, solo resaltaba la belleza de su rostro ya que los mechones arreglados sobre su frente le daban un aire mucho más sensual de alguna manera y no solo eso, un largo mechón de su cabello caía libre del costado derecho de su rostro, cayendo cual cascada hasta alcanzar con sus risos el abundante pecho de la mujer, mientras que el mechón gemelo que debería de estar haciéndole juego, acompañaba el resto de su cabello hacia atrás en aquel moño, dejando solo algunos pequeños mechones sobre su oreja, oreja que estaba adornada con un hermoso arete en el cual destacaba un topacio azul engalanando el diseño, lo cual en conjunto con aquellos rebeldes mechones de cabello en la zona que discretos como eran, solo terminaban de perfilar ese hermoso rostro.
Y ya mencionando el tema, Mirajane había gozado de un rostro hermoso siempre, incluso algunos podrían hasta decir que divino, pero en esa noche, su rostro rebasaba los límites, con una ligera sombra en sus ojos, sus pestañas se veían incluso más largas de lo normal, aquel tono violáceo del rubor, con sus largas y negras pestañas enmarcando sus ojos, le daban a los mismos un aspecto tan irreal, como si los mismos océanos radicaran su existencia en aquellos orbes, el azul de sus iris era tan intenso, como si brillara con luz propia y desnudara el alma de quien se atreviera a verlos directamente, luego estaba la zona donde vendrían sus pómulos donde no sabía si el tono rosa que se asomaba en la misma era producto del rubor o genuinamente estaba avergonzada, pero le daba un aspecto increíble y sus labios, su labios pintados de ese tono rosa brillante, se veían tan provocativos, tan carnosos, tan pecaminosos, era como si le invitaran a hacer con ellos las cosas más hermosas y al mismo tiempo las más obscenas.
Luego estaba su cuerpo, que decir de él que no se supiera ya, que ella no supiera ya, era perfecto, simple y sencillo, la envidia de cualquier mujer y había una en especial que parecía no tener problemas en dejárselo saber, pero como sea, ese cuerpo tan perfectamente balanceado en sus curvas, en ese momento dejaba ver aquello que muchos solo soñarían con poseer y aun así, en dichos sueños seguiría siendo inalcanzable, todo gracias a aquel vestido de noche tan elegante pero tan insinuante que había elegido para esta velada y que como ya se mencionó, solo hacía resaltar aquello que esa despampanante mujer sabía que tenía.
Era de color negro con un ligero brillo azul cobalto que solo se percibía cuando Mira se movía y permitía a la luz acariciar la tela, así que desde el inicio ya llamaba la atención con ese elegante contraste entre la piel pálida y cremosa de Mirajane y el tono azabache de aquel vestido, el talle era ceñido, tanto sobre la zona de sus pechos, como en esa pequeña cintura y luego se acentuaba sobre sus anchas caderas dándole una espectacular figura de reloj de arena, dejaba sus hombros al descubierto, y la tela no volvía a aparecer hasta alcanzar el inicio de sus brazos justo a la altura del inicio de la axila y desde ahí, una larga manga que cubría el resto de su brazo hasta alcanzar la mano en la cual un diseño de flor adornaba su muñeca y el dorso de la mano, atándose alrededor de su dedo medio, un patrón que se repetía en ambos brazos, estilizándolos, por no decir que dejaban claro la delgadez de los mismos.
Quizás lo más destacable en el tronco superior del cuerpo de Mirajane, o bueno, tal vez aquello que era ciertamente más destacable del diseño, era aquello que iniciaba en el cuello de la chica y sin reparo alguno, caía grácil sobre su cuerpo hasta llegar peligrosamente abajo y aquello no era otra cosa que el despampanante escote que presentaba aquel vestido, el cual era un corte en v presente escandalosamente entre la negrura de aquella pieza, claro está que no dejaba al descubierto la piel directamente, pero ciertamente tampoco es que se esforzara mucho en resguardarla, en síntesis, esta parte del conjunto iniciaba en el cuello, con un collar bordado en hilo de plata y que hacía una hermosa gargantilla que abrazaba el esbelto cuello de Mirajane y desde ahí se desprendía una tela vaporosa, casi transparente pero que permitía jugar con la imaginación y que bajaba por aquel escote hasta que se perdía en el vértice del mismo, peligrosamente cerca de su zona intima, quizás unos dos o tres dedos arriba de la misma.
Adornaba toda la parte central de su pecho y con su opacidad contrastante, era casi como si forzara a las miradas hacía aquella zona, bordeada en sus uniones con el azabache de la tela por más de aquel hilo de plata con diseños exquisitos y elegantes que se abrían en la zona del pecho y poco a poco se iban juntando hasta volverse uno cuando alcanzaban el final de dicho escote tan llamativo.
Y no era para menos, porque era solo aquella tela vaporosa y los detalles bordados en hilo de plata los que se encargaban de la tarea de proteger los pechos de Mirajane de miradas indiscretas, porque después de todo, aquella tela negra, parecía no creerse merecedora de cubrir sus atributos y los dejaría totalmente expuestos si no fuera por su contraparte más transparente, los bordeaba por los costados y continuaba contorneándolos desde su base, realzando su enormidad antes de continuar su camino abrazando las curvas de Mirajane, solo la vaporosa tela y los diseños bordados escondían sus tesoros de vistas indiscretas, aunque eso sí, demostrando un poco de misericordia con su transparencia sobre la zona central, donde dejaba entrever la redondez de esos enormes, turgentes y llenos pechos, antes de cerrarse sobre sí mismo una vez más, dejando como última prueba de su exposición, el ombligo de la albina.
Luego, bajando más allá de las caderas, las largas y torneadas piernas de Mirajane quedaban protegidas del frío de la noche por una larga falda del mismo color negro profundo, solo que, con una ligera diferencia, esta vez, la tela sintiéndose más piadosa, se hacía más ligera y pese a no revelar demasiado, ciertamente ahora permitía, aunque fuera solo un poco, vislumbrar a través de sus hilos, el contorno de aquellas piernas dejando ver con su sombra, lo perfectamente torneadas que eran y lo largas que se presumían, algo que en conjunto con aquellos zapatos abiertos de tacón solo las hacía ver aún más largas de lo que ya eran, además de que, como si aquella falda se sintiera mal ante la idea de restringir sus piernas por completo, brindaba la libertad que tan hermoso conjunto de cremosas piernas merecían mediante un corte lateral del lado izquierdo y que iba desde la base de la misma hasta llegar un poco más debajo de las caderas, dándole ese toque sensual y juguetón a aquella zona del vestido.
En su conjunto, Mirajane se presentaba ante él seductora, exudando erotismo por cada poro de su piel, un magnetismo casi animal que lo obligaba y no lo obligaba a mirarla, a devorarla con la mirada, a adorarla, a desearla y por si no había quedado claro aún, era justamente eso lo que hacía, porque simplemente no podía, ni quería dejar de hacerlo.
– T-Te vez tan hermosa – ni siquiera fue consciente de que dijo o en qué momento lo dijo, simplemente aquellas palabras decidieron salir por voluntad propia mientras que él simplemente no podía apartar la mirada de la albina, cuyo cabello brillaba como la plata misma cada vez que la luna alumbraba una de sus hebras dándole un cierto halo divino a su ser.
La verdad es que no se esperaba aquel comentario de parte de Natsu, es decir, sí, se había asegurado de verse muy bien, quería ser halagada por Natsu cuando la viera y, aun así, cuando llego el momento, no pudo evitar sentirse nerviosa por sus palabras, no se esperaba un comentario tan directo, ni sincero, ni de tal magnitud, por lo cual, en ese preciso instante, su corazón estaba latiendo como loco y sus mejillas se sentían arder, todo por el simple comentario de su compañero.
Cualquiera pensaría que a estas alturas, con la fama y popularidad de Mirajane, ya debería estar acostumbrada a ese tipo de halagos, y hasta cierto punto lo estaba, es decir, no era la primera vez que escuchaba a un hombre decirle hermosa o cosas así, pero hace mucho que había aprendido a distinguir la verdad oculta tras esas palabras, las intenciones que se escondían tras sus vacías palabras, pero, el comentario de Natsu, estaba tan libre de toda malicia, era tan sincero, tan honesto, lleno de un sentimiento tan cálido, que simplemente no supo cómo reaccionar cuando se sentía como si estuviera adorándola cual diosa.
– G-Gracias Natsu, me alegra que te guste – no pudo evitar sentirse nerviosa de un momento a otro, en su mente, su plan era seducirlo, provocarlo, tener el control en todo momento y aun así, ahí estaba, como una ingenua doncella, tratando de controlar su corazón que saltaba de la emoción ante las palabras de su príncipe, – t-tú también, t-te vez muy apuesto – trato de calmarse y halagar de vuelta al pelirrosa, no solo por cambiar el tema o cuando menos la atención sobre su persona, sino que realmente creía que Natsu se veía bien, aunque no es como que no reconociera ciertas manos femeninas tras su actual aspecto, ya se los agradecería después.
Natsu, no tan arreglado como ella, aun así, se veía muy bien, tan galante y atractivo, suponía que en su simpleza estaba su atractivo, pero agradecía el esfuerzo tanto de sus amigas como de él por querer hacer de esta una noche memorable para ella y aunque no dejaba de ser el mismo Natsu de siempre, el estilo tan maduro que traía en ese momento le sentaba bien al tiempo que era gracioso, si es que aquello siquiera tenía sentido.
Su cabello rosa siempre alborotado y rebelde, ahora estaba peinado, sí, de verdad estaba peinado y eso en sí mismo ya era decir mucho, con un peinado hacia atrás, su siempre salvaje melena ahora tenía un aspecto más maduro, claro algunos mechones se reusaban a seguir la corriente y caían hacia adelante, pero bien era parte de su elegante atractivo, los laterales de su cabello, aunque con mayor libertad, caían a ambos costados de su cabeza, igualmente presentaban cierto arreglo en sus hebras mientras caían como cascada y cubrían sus orejas.
Era gracioso verlo así, un contraste bastante particular entre su aspecto más bien infantil y el aura madura que proyectaba con aquel estilo en su pelo, aunque no es que le quedara mal, especialmente ahora que su cabello era un tanto más largo de lo normal, irónico, al parecer su cabello era lo único que crecía en Natsu de manera constante, pero ese sería un pensamiento que se guardaría para ella sola.
Claro que no era solo su peinado, su traje era bastante único también su chaleco, siempre en tonos oscuros, esta vez había cambiado, era de un tono blanco crema, de manga larga y con bordes dorados en la zona de los puños y a lo largo de la zona del pecho y bajo dicho chaleco una camisa negra al parecer al estilo de un yukata masculino o eso parecía ser a simple vista, ambas prendas ajustadas a su cuerpo, algo bastante interesante considerando que ninguna de sus prenda debería quedarle ya al joven mago de fuego, suponía que en esto habrían intervenido los espíritus de Lucy para solucionar el problema y, como no podía ser de otra manera, su inseparable bufanda estaba presente, no alrededor de su cuello obviamente, sino actuando como su cinturón, rodeando la cintura de Natsu y dejando caer sus extremos del lateral derecho de su cuerpo.
Con pantalones de tono entre negro y gris pálido, no cambiando mucho su corte tradicional holgado, pero que en conjunto se le veían bastante elegantes al contrastar tan bien con su chaleco, dos cintas rojas coronando los extremos de las mangas y ciñendo el pantalón a sus piernas y como toda una novedad, no usaba sus clásicas sandalias, cosa que le hizo sonreír, de verdad se estaba esforzando en esto, porque en lugar de aquellas sandalias que, el mismo pelirrosa admitió, le resultaban tan cómodas, ahí estaba, usando unas botas altas de tipo militar en color caqui oscuro que completaban su vestuario.
Bueno, quías la pieza más extraña y que valía la pena mencionar en ese momento era la extraña capa color vino con bordes igualmente dorados que caía por su costado izquierdo y que le daban un aspecto un tanto caballeresco al chico y que quien no lo conociera, jamás imaginaría que ese muchacho fuera uno de los magos más revoltosos y destructivos del reino de Fiore, pero extrañamente se le veía bien, al menos a ojos de Mira se veía gallardo y apuesto, todo un hombre dispuesto a proteger a su reina, sí que se habían esmerado esos tres para complacerla.
– E-Entonces… ¿nos vamos? – Mira fue la que hablo luego de un momento en que ambos estaban avergonzados y no supieron como continuar, lo cual genero un silencio entre ambos que, aunque no fue incomodo, simplemente no sabían cómo acabarlo, por lo cual Mira tomando valor, decidió que la mejor manera de salir de ese silencio era si tomaban camino hacia su destino y con ello realizó su pregunta al tiempo que ofrecía su mano, avergonzada como no creyó estarlo para este momento, esperando que el pelirrosa la tomara.
Natsu por su parte ante el llamado de la albina se sorprendió inicialmente, de hecho, hasta se confundió, tan ensimismado y avergonzado se encontraba que hasta había olvidado para qué era que estaban ahí esa noche, por eso cuando la escucho y vio su mano extendida hacia él, tardo un momento en reaccionar y recordad el propósito de esta velada, así que recomponiéndose como pudo, tomo enérgico la mano de Mira y le dedicó su mejor sonrisa a modo de asentimiento para entonces sí, emprender el camino hacia el restaurante.
Fue un poco vergonzoso el trayecto debido a lo acontecido previamente pero conforme fueron hablando y relajándose la alegría volvió a ambos magos que ya dejando de lado la vergüenza como tal, empezaron a divertiste hablando de todo un poco, aunque si hubo algo que llegó a molestar a Mirajane y que descubrió cuando quizó abrazarse al brazo de Natsu, aunque lo dejaría pasar, al menos por esta noche, ya hablarían de eso el día de mañana.
Igualmente fue vergonzoso cuando llegaron al restaurante, lo admitía, toda la idea de esta cita fue obra de Mira, así que no era de sorprenderse que ella también fuera quien eligiera a donde ir a comer o que hiciera reservaciones en el lugar, lo que si no se esperaba fue que el susodicho lugar al que terminarían yendo a cenar, fuera precisamente ese de todos los lugares, el mismo restaurante al que fue aquella ocasión con Lucy, que no habría sido tan malo si no fuera porque se pasaron de pervertidos en el lugar y peor aún, por lo que entendieron al salir, los habían descubierto.
No estaba seguro que fue más incómodo, que lo reconocieran a la entrada y como no podía ser de otra forma el dueño le lanzara una mirada bastante particular o el hecho de que esa mirada se acompañara de una risa bastante picara luego de ver que, de hecho, en esta ocasión, no venía con la misma joven dama de la última vez, lo que, por alguna razón, le resultaba vergonzoso por la forma en la que al parecer lo estaba tomando aquel hombre.
Y como si no fuera suficiente, la cena, aunque elegante y trato de comportarse dignamente, no evitó ser más escandalosa de lo que debería y ojalá aquello de escandalosa fuera debido al ruido o alguna de sus clásicas payasadas, pero no, todo se lo debía a Mirajane que decidió que sería una cena mucho más deliciosa si mientras comían, ella se divertía bajo la mesa, estirando su esbelta pierna hasta alcanzar su entrepierna y ahí, jugar con su pie contra su hombría que ni corta ni perezosa se puso en guardia ante las caricias de la albina que cada vez imprimía más intensidad a sus caricias, sin que por ello delatara lo que hacía los que los rodeaban.
Caso contrario de él que en más de una ocasión se vio en la necesidad de dejar de comer solo para usar toda su fuerza ya fuera para evitar gruñir de placer o peor aun, mandar todo al demonio y tomar a Mirajane en ese lugar de una vez por todas y hacerla pagar por sus provocaciones, lo peor de todo estaba en que la única vez que logro hablar correctamente para pedirle ue se detuviera, la respuesta de Mira fue un simple, – ara, ¿por qué te alteras tanto Natsu? Creí que habías hecho cosas mucho más extravagantes con Erza – y eso fue todo lo que necesito decir para no volverle a replicar, porque por muy descarado que Natsu fuera, era imposible de negar tales aseveraciones de su parte.
Por suerte y solo menciono a Erza, si solo supiera los casos de Lucy o Cana, quizás no saldría bien librado de esto, aunque eso sí, la curiosidad lo embargo de nuevo y aprovechando cuando finalmente decidió compadecerlo y dejo de molestarlo con su pie sobre su zona intima, que dicho sea de paso, no fue sino hasta que sintió su polla hincharse aun más, lo que indicaba solo una cosa de su parte, decidió distrerse y dejar de pensar en lo cerca que estuvo, realizando la pregunta que quería hacerle desde la mañana cuando lo atrapo en aquel callejón para exprimirlo.
– Ne Mira, ¿puedo preguntarte algo? – Natsu pregunto un tanto cohibido, por alguna razón ella le daba miedo, no estaba seguro de porque, sentía que preguntar lo que quería preguntar era peligroso, pero bueno, fiel a su forma de ser, hizo sus miedos a un lado para saciar su curiosidad.
Mira por su parte estaba llevando un trozo de carne a su boca cuando Natsu le hablo, por lo cual luego de saborear ese trozo de carne tan jugosa y deleitarse de lo bien que se sentía en su boca, miro con curiosidad a su compañero con un rostro curioso pero que dejaba claro que le pedía que hiciera su pregunta y si estaba dentro de sus posibilidades, le sería respondida.
– ¿C-Como fue que te enteraste de lo de Erza? – fue directo, igual no valía de mucho darle rodeos a ese asunto, además, mientras más rápido preguntara, más rápido podría sacarse esa duda y podría avanzar con su vida, solo esperaba no fuera una mala idea haber preguntado, cosa que el silencio de Mira solo acrecentaba ese temor.
Mira al escuchar su pregunta, aun con el tenedor en la boca tras un nuevo bocado, miro hacia arriba y a los lados como pensando en la respuesta, puso un dedo en su mentón para meditarlo aún más, claro que solo estaba jugando, ver a Natsu ansioso resultaba divertido y solo lo quería hacer sufrir un poco más, su pequeño juego duro lo que tardo en tragar el bocado en su boca y cuando finalmente trago, cosa en la que se tardó lo suyo, finalmente miro a Natsu para responderle.
– Hmmmm, en realidad fue bastante fácil Natsu – lo dijo levantando los hombros como restándole importancia a sus palabras, aunque eso sí, para Natsu eso solo lo dejo más curioso, cosa que la hizo sonreír y decidió continuar, – bueno, la cosa es… no fueron tan discretos como crees cariño – lo dijo burlona y disfruto mucho más cuando vio el rostro estupefacto de Natsu, especialmente su boca abierta ante su revelación.
- ¿Eh? – se sintió tonto tras eso, de todas las cosas que podía decir, incluso tratar de negar las cosas y todo lo que salió de su boca fue un simple sonido de estupefacción, – no estoy seguro de a dónde quieres llegar con eso – la mejor defensa que se le ocurrió fue tratar de desviar la atención con un burdo intento de cambiar el tema, algo que por suerte a Mira le pareció adorable y le hizo compadecerse de él para poder explicarse mejor.
– Fufufu, oh Natsu, no creerás que de verdad nadie se iba a dar cuenta ¿o sí? – Mira se estaba burlando, eso era evidente y si en el proceso podía dejar en evidencia al par de magos lujuriosos, eso parecía ser un extra para ella, – es decir, no esperarás que nadie notara a Erza caminando raro en ocasiones, o ese perpetuo sonrojo que traía durante todo un mes, las miradas que siempre te dedicaba y para ser justos, escuché a Erza más de una vez gimiendo en la enfermería – Mirajane fue enumerando las cosas que los había delatado y sí, habían sido varias veces, por suerte para ellos, su gremio se dedicaba más a pelear y destruir que a percibir detalles como esos, por desgracia para ellos, la última persona que debía darse cuenta, fue al parecer, la única que lo hizo y sacó sus conclusiones rápidamente.
Natsu estaba a nada de darse contra la mesa a modo de castigo, esto era su culpa, innegablemente su culpa, es decir, estaba tan emocionado jugando con Erza, dándole aquello que esa pervertida de closet tanto quería, que se olvidó de algunos detalles, como por ejemplo la prudencia, porque sí, lo admitía, en ocasiones, lo que más lo motivaba para seguir molestando a la pelirroja, era precisamente eso, escucharla gemir, chillar y gritar cada que la embestía, así que puede, tan solo puede, que en ocasiones olvidara cerrarle la boca para que no los escucharan, es decir, que tan difícil era callarla con un beso o en ultimado caso tapársela metiendo sus propias bragas en su boca para amortiguar el ruido.
- Jujuju, aunque no es como que eso fuera lo más decisivo, bien podría haberse estado masturbando en la enfermería, yo lo he hecho… así que si tuviera que decir que fue lo que más la delato, fue lo descuidada que era en ocasiones como para no limpiarse bien, es decir, es muy difícil justificar las cosas si vas por ahí, dejando que entre tus piernas escurra un extraño líquido blanco, ¿no crees? – cada vez esto se ponía mejor, Mira tenía la sartén por el mando o en este caso al dragón por los huevos, así que no tenía como defenderse, aunque una cosa no quedaba clara para él y al parecer la albina se dio cuenta, por lo que sonrió un poco antes de resolverle la duda que creía más quería que le respondiera, – en cuanto a cómo me entere de lo que hacías en los callejones con Erza… hmmm, bueno, digamos que tienes una novia muy bocona – y como el último clavo del ataúd de su credibilidad, le salía con esto, sí, ahora sí que no tenía forma de decirle que no era lo que parecía, todo mientras mira se relamía los labios de manera bastante insinuante luego de su último comentario.
Quería esconderse, algo curioso considerando que se trataba de él, se había enfrentado a todo tipo de retos, enemigos, incluso a su inmortal hermano y, aun así, ahí estaba, vencido por la vergüenza que le causaba una hermosa y dulce albina que solo sonreía inocente mientras prácticamente lo tachaba de pervertido, la peor parte era la traición, la decepción, su propia pareja lo vendió, en serio, ¿qué acaso las mujeres no se podían guardar un secreto? Aunque, por otro lado, Natsu no sabía cómo fue que Mira le saco esa información y al menos por ahora, mejor que no se enterara.
Natsu prefirió no seguir con esa platica, la verdad ya se había avergonzado solito suficiente para una noche, entonces, mejor dejarlo por la paz y continuar con otro tipo de conversación menos, intensa, por suerte Mira parecía estar satisfecha con lo dicho y acepto el cambio de tema del mago de fuego, no sin sentir cierta gracia del desesperado intento del chico de salir de esa esquina donde lo había arrinconado, pero al final, fue algo bueno para ambos, se relajaron bastante, hablando de sus últimas aventuras, cosa que en el caso de la albina, la hizo reír cuando vio a Natsu sudar frío al contarle el último acto de sadismo de cierta castaña en su última misión.
No es que no pasaran tiempo juntos antes, pero extrañamente, ya que no es que tampoco pasaran el suficiente, siempre había quedado en el aire que quizás era simplemente que no había compatibilidad entre ellos hasta para una simple conversación y la realidad era muy diferente por lo que se veía, había química entre ellos, encontraban gustos similares y la conversación era amena, algo que nadie creería si se consideraba que estaban hablando del mago más desquiciantemente destructivo que podía existir y una suerte de princesa angelical con un gran sentido del decoro, era fácil suponer que eran como agua y aceite y aun así, ahí estaban, compenetrándose mientras cenaban de manera que muchos hombres matarían por poder hacer con Mirajane y disfrutándolo además.
La cena concluyó tras un rato más, en la cual hubieron ciertos coqueteos de parte y parte, claro que no de los que inicialmente había propuesto Mirajane, es decir, nada de índole sexual, pero sí bastante directos igualmente, como dar al pelirrosa de comer en la boca para después, totalmente sonrojada abrir la boca y cerraba los ojos, a la espera de ser correspondida de manera similar por el pelirrosa, que avergonzado, no por la acción que le pedía sino por un par de pensamientos nada santos que le vinieron a la cabeza al ver esa boquita abierta de aquella manera, pero que igualmente cumplió con la petición de la albina que sonreía recatada y emocionada con el gesto.
Al salir claro que el dueño no desaprovecho para molestarlo un poco, es decir, como no aprovechar la oportunidad de fastidiarlo cuando un día trae a una chica a su restaurante y en su siguiente visita viene con otra completamente diferente, lo peor es que Mira, fiel a su forma de ser, se unió a las burlas cuando con una dulce sonrisa clavo el puñal en su pecho acusándolo de ser todo un casanova y libertino, algo que contrastaba tanto con su actual apariencia dulce e inocente, esas palabras dolían y que ambos se rieran mientras decían algo como, "es tan Natsu", no estaba haciéndolo mejor.
Así que, tras pagar, sí, el pagó la cena, después de todo era de caballeros hacerlo de ese modo, bueno, al menos eso fue lo que estuvieron remarcándole Lucy y Cana, ser un caballero, aunque no estaba seguro de entender completamente el concepto, pero igual, no es como que le molestara invitar a Mira, como fuera, una vez pagada la cena, salió de ahí con su pareja rápidamente mientras ese hombre solo los despedía al tiempo que reía al verlos alejarse presurosos, suponía él que porque estaban ansiosos de ir por el postre de su velada.
La noche había enfriado para ese momento y, aun así, al menos para Mira, el ambiente no podía ser más cálido, hasta protector, como si la algo o alguien se negara a permitirle tiritar de frío en ese momento y ella sonreía para sus adentros por una razón muy específica, sabía muy bien quien era ese alguien, lo tenía a su lado, actuando distraído pero reconocería esa sensación de calidez protectora donde fuera por mucho que él se tratara de hacer el desentendido, ese chico podía ser lindo cuando se lo proponía, un verdadero apoyo en el cual confiar cuando lo necesitabas.
Hablaron de muchas cosas, en algún punto simplemente lo hacían solo para que la noche no terminara, resultó que ambos se sentían muy cómodos uno al lado de la otra como para dejar que acabara rápidamente y mientras caminaban sin rumbo, solo hablaban, bromeaban o se molestaban, bueno, esto último más por parte de Mira que tenía todas las armas para poner a Natsu a la defensiva, pero igual era divertido para ambos.
Era divertido, quizás debía salir en más citas, ese era un pensamiento particular y poco esperado viniendo de Natsu que era un mago que no parecía tener mayor interés que la destrucción, pero al mismo tiempo era muestra de su crecimiento, de que estaba madurando, la verdad era que pasar el rato con Mira era bastante divertido, sí, aun necesitaba vencerla en ese duelo de bromas vergonzosas que habían iniciado, pero más allá de eso, no le molestaría repetir esta experiencia con ella y fue precisamente ese pensamiento lo que lo llevo a querer hablar sobre un tema que le intrigaba mucho, aunque solo esperaba que querer saciar su curiosidad no arruinara el momento.
– Sabes algo, siempre creí que, si tenías una cita, eso sería con Laxus – en determinado momento, el pelirrosa lanzo el comentario que haría que Mirajane lo mirara con sorpresa pues ciertamente no era algo que esperaría que viniera de él, – bueno, en realidad, todos en el gremio apostaban por lo mismo – y continúo diciendo algo que era una verdad al interior de Fairy Tail aunque por el rostro de Mira, ella era la única que no estaba enterada, – incluso había una apuesta sobre quien invitaría a quien… creo que Gray dijo que serías tú quien lo invitara a él, al parecer porque tienes más pantalones que Laxus, o algo así – y claro, ahora resultaba que en el gremio les parecía divertido apostar sobre su vida amorosa, algo por lo que tendría que regañarlos más adelante, especialmente a Gray a quien haría llorar, porque ella sí que se imaginaba que era lo que quería decir realmente, aunque bendita sea la inocencia de Natsu, parecía no entender el verdadero significado de las palabras de su amigo más allá de considerarlo un comentario jocoso de su parte.
– No es que no lo hayamos intentado en realidad – de repente y como si no significara mayor cosa, Mirajane le hizo tal revelación, cosa que lo hizo abrir grandes los ojos pues no se lo esperaba, especialmente porque estaba seguro que nadie en el gremio lo sabía, – fufufu, digamos que no todos somos de los que les gusta ser el centro de atención Natsu – Mira terminó explicando cuando entendió lo que el rostro del pelirrosa quería decirle y de paso molestarlo un poco por las muchas indiscreciones que el chico había cometido antes y las muchas más que, estaba segura, cometería a futuro.
– E-Entonces… ¿qué pasó? – no quería ser chismoso, no era lo suyo, pero, por otro lado, tal revelación lo iba a consumir si dejaba las cosas a medias, por eso, simplemente no pudo evitar preguntar, – ¿por qué no funcionó? – ahora sabía lo que se sentía cuando Lucy se interesaba tanto en aquellas revistas, al final si existían unas cuantas historias que podían ser interesantes.
– Hmmm, bueno, supongo que al final, simplemente queríamos cosas diferentes – a Mira le tomo un segundo procesar las palabras que quería decir, pero al final y con sorprendente calma, termino diciendo aquellas palabras con una sonrisa sincera en su rostro.
Claro que eso no iba a ser suficiente para calmar la curiosidad de Natsu, se le notaba en la cara y ella podía ver eso, lo cual termino en que no pudiera evitar la pequeña risa que soltó al ver al pelirrosa tan ansioso de saber más y curiosamente, no parecía tener problema alguno con contarle al muchacho, incluso sentía que sería una buena forma de sacar eso de su corazón de una vez por todas.
– No es que no lo intentáramos si es lo que te preguntas, solo… no lo sé, creo que simplemente entre más intentábamos acercarnos, más nos alejábamos si es que eso tiene sentido, no niego que teníamos cosas en común, pero al final era más lo que nos diferenciaba y en algún punto, la distancia se hizo insostenible – no podía evitar cierta melancolía por su fallida relación con el DS del rayo, pero no era algo que oprimiera su corazón ni nada como eso, quizás por eso era tan fácil contarle esto al pelirrosa, – si tuviera que decirlo de alguna manera, creo que ninguno de los dos estábamos en la relación de manera comprometida, él en sus constantes viajes y su búsqueda de hacerse más fuerte, no sé por qué lo hace o que trata de probar y yo, bueno, tenía en mente otras cosas en ese entonces, cosas de las que me llevaría tiempo darme cuenta y aceptar, así que, digamos que tampoco ponía de mi parte por saber de él ni su bienestar – había cierta amargura en este punto, quizás simplemente sentía que no se esforzó como debería o simplemente, no era justo tratar de fingir que quería algo cuando en realidad no era así.
– Mira, no creo que eso sea… - Natsu increíblemente estaba bastante atento a la situación, escuchaba sin interrupciones ni payasadas de su parte a la albina, en circunstancias normales, ya estaría perdido en sus propios pensamientos o distraído con cualquier otra cosa, pero era curioso como cuando se trataba de sus seres queridos, sus amigos y recientemente con sus parejas, Natsu no escatimaba esfuerzos cuando de su bienestar se trataba, aunque en este caso, Mira no lo dejo terminar, porque en el fondo, ya se imaginaba que era lo que le iba a decir y aunque lo agradecía, no necesitaba oírlo.
– Siendo honestos… creo que desde el principio ninguno de los dos queríamos esa relación – lo interrumpió para poder decir eso que quería decir, poder sacarlo de su pecho de una vez por todas y ser libre de esa carga, aunque ciertamente sus palabras tomaron por sorpresa al mago de fuego que solo la veía con un rostro anonadado, – creo que desde el principio ambos sabíamos cuál era la naturaleza de esa relación, que en el fondo, dicha relación estaba más impulsada por la presión de los que nos rodeaban y que decían que haríamos tan buena pareja, que simplemente lo hicimos por complacerlos a ellos, más que porque realmente nos sintiéramos atraídos el uno al otro – con cada palabra que decía, se sentía cada vez más libre, más en paz, como si finalmente estuviera admitiendo algo que ya sabía pero se negaba a aceptar.
Natsu no sabía ni que decir, era una revelación bastante fuerte y al ver el rostro de Mira, no sabía si ese era un momento de "dame un abrazo" o "dame cinco" para Mirajane, pues, aunque veía cierta tristeza o dolor en el rostro de la albina, igualmente veía una sonrisa parecida al alivio viniendo de su parte, al final quizás si necesitaría más clases con Lucy y cana para poder entender mejor a las mujeres, porque en ese momento se sentía tan, pero tan estúpido parado ahí sin hacer nada.
– Al final, cuando decidimos terminar con todo eso, creo que ambos nos sentimos aliviados de estar en la misma página, es decir, luego de todo ese tiempo saliendo y aun así sentirnos incomodos, tensos, ¿te imaginas que incluso los contactos íntimos más básicos entre nosotros nos generaban cierto reparo?, por no decir que los pocos besos que nos dimos no se sentían bien, para ninguno – no estaba seguro de cómo debería reaccionar, eso era, después de todo, los secretos de su relación con Laxus, no sentía que estuviera en derecho de opinar o siquiera estar escuchando aquello, – haber seguido con eso… no, simplemente no era sano, para ninguno de nosotros – pero al parecer para Mira era relajante y hasta terapéutico poder finalmente sacar eso del fondo de su corazón, entonces, ¿por qué detenerla? por incomodo que estuviera resultando para él.
No era el más listo, eso lo podía admitir, la mayoría de sus acciones iban más encarriladas a ser guiadas por instinto, pero incluso así, era consciente del peso de esas palabras, lo real de aquel sentimiento, estar al lado de alguien que no amas, forzarlo a quedarse a tu lado, no, era imposible estar de acuerdo con algo como eso, e irónicamente, ahí estaba, pensando en su propia situación, en su peculiar relación con sus parejas y, de paso, dándose cuenta de su propia realidad con cierta pelirroja.
Mientras tanto, Mirajane, sintiéndose más ligera al confesar todo aquello y con cierta ironía de a quien teminó contándoselo, solo sonrió al teimpo que inspiraba y se estiraba tensionando sus musculos antes de soltar y poder disfrutar de esta nueva libertad con la que contaba.
– Entonces, ¿continuamos? – dijo finalmente cuando se sintió lista para seguir con su paseo a la luz de la luna con el muchacho, que, siendo sacado de sus pensamientos tan abruptamente solo asintió al pedido de Mirajane y empezar a caminar con ella, aunque eso sí, inevitablemente termino regresando a sus pensamientos dejando un silencio que al menos para Mira, le resultaba agradable.
Había mucho que digerir, e inevitablemente, una sola pregunta seguía rondando su cabeza, más luego de escuchar de los motivos de la separación de Mira y Laxus, no lo iba a negar, Mira llevaba mucho tiempo gustándole, quizás era uno de esos amores imposibles que cualquiera llegaba a tener y aunque estaba bien con esa idea de que entre ellos nunca pasaría nada, nunca abandono la esperanza de que quizás un día de esos contara con la suerte como para que pasara algo más, entonces, ahora solo quería saber una cosa de esta, repentina suerte con la que estaba contando.
Por su parte, Mira estaba más que feliz, se había sincerado de lo que sentía, por fin era libre de ese peso, había tenido al revoltoso pelirrosa todo el día solo para ella, había descubierto el lado más caballeroso y romántico del chico, por no mencionar de descubrir otras cosas más grandes, duras y jugosas que, dicho sea de paso, ya se moría por probar metidas en lo más profundo de su ser, destrozándola, reformándola, arruinándola para cualquier otro que no fuera él, su matriz se retorcía de expectación ante la idea y la hacía desear llegar pronto a su destino.
Quizás fue por eso que no se percató de que Natsu empezaba a caminar más lento, incluso pasando por alto que el siempre bulloso DS de fuego de un momento a otro se había callado y se había mantenido sin emitir palabra durante todo ese tiempo y no fue sino hasta su llamado que finalmente se percató de lo que estaba sucediendo y de que quizás, tan solo quizás, aun le debía una explicación a cierta cosita linda que escondía un obsceno secreto entre sus pantalones.
– Ne Mira, entonces… - fue así como Natsu finalmente llamo la atención de mira que, al mirarlo, le encontró un rostro inusualmente serio que le trajo curiosidad, especialmente por el tono que usaba en ese momento, – ¿por qué yo? – una pregunta bastante sencilla, al menos en primera instancia, pero que detrás suyo tenía un enorme peso difícil de disimular.
Mira lo miró con sorpresa, esa pregunta era todo menos algo esperado, ese chico siempre tan confiado, tan seguro, ahora estaba ahí, preguntando algo que expresaba tanta inseguridad, no era propio de él, que su rostro se mostrara tan serio, solo demostraba lo importante que era para él poder entender lo que pasaba.
– Es decir, acabas de decirme que lo tuyo y de Laxus no funciono precisamente por ser tan diferentes, por querer cosas distintas, entonces no puedo evitar preguntarme, ¿por qué yo? – había cierto miedo en la voz de Natsu mientras hablaba, al menos eso era lo que Mirajane quería creer que era, – solo mírame, sé que no soy el modelo de hombre ideal, soy infantil en muchos casos y también soy muy consciente del rastro de destrucción que generalmente dejo allá donde vaya, me siento afortunado de que haya dos mujeres en mi vida capaces no solo de tolerarme, sino de amarme así tal como soy y entiendo sus razones, entonces, solo quiero entender – era para no creer que ese tipo de pensamientos tan profundos vinieran del pelirrosa y si no lo estuviera viendo, ella ciertamente nunca se los habría imaginado saliendo de su boca y aun así, ahí estaba, parado frente a ella queriendo despejar sus dudas.
Era algo increíble para ella, de las pocas veces que Natsu se había mostrado serio y siempre había sido durante una batalla, era la primera vez que lo veía así en otro contexto y que fuera por temas relacionados al corazón era incluso más surrealista para ella y, aun así, era innegable lo que ocurría, Natsu quería saber, necesitaba saber, escuchar de sus labios el porqué de que lo eligiera a él de entre todas las personas, un chico tonto y distraído cuyo talento y habilidad lejos estaba de lo que muchas mujeres consideraría atractivo, y eso solo la hizo sonreír cálidamente, de verdad que no tenía idea, esos ojitos de jade suyos lo delataban, no tenía la más remota idea, pero ella sí, y si tanto quería saberlo, ella con gusto se lo diría.
– En realidad es sencillo Natsu, quizás tu no lo veas porque está en tu naturaleza ser así, pero yo sí puedo verlo, nosotras podemos verlo, eso que te hace único e irrepetible – se le acerco, lentamente, como disfrutando de asechar al pequeño dragoncito, su rostro confundido era tan lindo, – la respuesta es, por ser tú, por estar siempre ahí cuando te necesitamos, por procurar nuestra seguridad y bienestar, nuestra felicidad mucho antes que la tuya, no, quizás es porque nuestra felicidad es la tuya, porque vez en nuestro interior, algo que ni siquiera sabemos que tenemos, por darnos esa seguridad y calidez de que sin importar que tanta locura atravesemos en ese momento, siempre habrá un futuro al final del trayecto y estás dispuesto a brindarnos la mano y acompañarnos en el camino, ese eres tu Natsu y esa es la razón – dijo sonriendo hermosamente mientras sonrojada no apartaba la vista del muchacho que solo estaba ahí, escuchándola atentamente.
– Pero no… - Natsu aun así estaba confundido, lo que le decía, era algo que haría por cualquiera, no le resultaba algo especial porque era lo que quería hacer, aun así, Mira no lo dejo terminar, colocando un dedo sobre su boca para que callara, ya se lo esperaba y por eso, sería más concreta con él.
– Quizás ni siquiera lo recuerdes Natsu, pero en mi mente estará grabado permanentemente, que tú, en mi momento más oscuro, más frágil, cuando estaba más perdida y sin saber qué hacer, fuiste quien me tendió la mano y me ayudo a levantarme – dijo sonriendo nostálgica sin dejar de mirar a los ojos del dragón frente a ella, se moría por decirle tantas cosas, por besarlo, ese chico, llevaba muchos años causando estragos en su ser y era hora de que se hiciera responsable.
Había tanto cariño, tanta calidez, tanto significado y tanta gratitud en esas palabras, ahora se sentía muy mal, porque por más que hacía memoria, como dijo la albina, no estaba seguro de a qué se refería, algo que Mira parecía saber con solo mirarlo pues rio por lo bajo como si ya se esperara eso, algo que fuera "muy Natsu".
– Han sido muchos años desde aquel entonces – había cierta tristeza en su voz cuando volvió a hablar, pero era normal, algunas cosas simplemente no pueden olvidarse ni superarse, solo recordarse para evitar volver a cometerlas, – cuando creí que Lissana había muerto, me perdí, la culpa me consumía, en ese entonces me creía totalmente invencible, como si nada pudiera pararme y ver a mi hermana caer ante mis ojos sin que pudiera hacer nada, fue un golpe a mi arrogancia y me mostro que sin importar cuanto poder tengas, hay cosas que simplemente no puedes ni controlar, ni evitar y mucho menos deshacer – sí, era doloroso, la única razón de que no llorara en ese momento era saber que su hermana estaba de nuevo con ella, que pese a sus errores, había aprendido de ellos y ahora todo ese poder con el que fue dotada, estaba bien encaminado, había recibido su segunda oportunidad.
Natsu estaba incómodo, no por lo que decía, no porque no lo quisiera oír, su incomodidad yacía en el hecho de que se estaba sintiendo como un idiota, de nuevo, por hacerle recordar cosas tan feas a la albina, estaba a nada de hacerla llorar y eso era lo último que quería, pero claro, siendo como siempre había sido él, no tenía idea de cómo se suponía que debía actuar para calmarla y eso era lo que lo tenía más incómodo de toda esa situación.
– Fue en el cementerio, habían pasado pocos días desde que había perdido a mi hermana y aún no lo podía creer, no, quizás simplemente no quería creerlo, pero al estar ahí, parada frente a la lápida de mi hermana, esa cruel realidad me golpeaba justo en el rostro, había perdido a mi hermana, a la que había jurado proteger… y era mi culpa – Mira no miraba en ese momento a Natsu, no quería que la viera así de hecho, tan débil y frágil, pero pese a que todo resulto bien al final, ese tipo de heridas simplemente no sanan completamente, no importa cuánto tiempo pase.
– Mira, no puedes castigarte así – Natsu de inmediato salto en su defensa, sabía el dolor que le causaba todo aquello, no quería que siguiera con eso, la supuesta muerte de Lissana los golpeo mucho a todos, a unos más que otros, pero en especial a Mirajane, no quería que se siguiera sintiendo así, no era sano y no era justo.
– Jujuju, es gracioso sabes, algo parecido fue lo que me dijiste ese día también – entonces limpiando la comisura de sus ojos de unas traicioneras lagrimas que amenazaban con arruinar su maquillaje, volvió a ver a Natsu ya más sonriente, – quizás fuese el destino quien obrara ese día, pero ahí en la soledad de aquella fría noche, mientras lloraba frente a su tumba, tu apareciste… e hiciste lo único que jamás le permití a nadie más hacer en ese entonces… me tendiste la mano – entonces tomo su mano con un especial cariño mientras con su mirada le expresaba todo su sentir hacia ese muchacho.
Natsu la vio, ya no confundido, sino haciendo memoria de aquel día del que hablaba Mirajane, para el fue simple coincidencia encontrársela ahí esa noche, solo quería visitar a su amiga, nunca pensó que al llegar lo primero que vería sería a la siempre orgullosa Mirajane derrumbada ante la tumba de su hermana, y, de hecho, por un momento incluso considero regresar en otro momento, dejar que la mujer se desahogara a solas.
No supo nunca realmente que fue, pero cuando dio un paso para retirarse, se detuvo, y tomando un coraje que no creyó tener en ese momento y menos con alguien tan despiadada como podía llegar a ser la albina, termino regresando a su idea original de acercarse hasta la última morada de su amiga, solo que su propósito había cambiado, ahora era menos por Lissana y más por Mirajane, una vez más, no entendía el motivo por el que lo hacía y aun así no dudo en ese momento.
– Estaba dolida en ese momento y cuando llegaste, solo descargué todo mi dolor, todo mi odio, toda mi rabia, absolutamente todo, contra ti, cosa de la que me arrepiento por cierto, y, aun así, no te moviste, me dejaste desahogarme sin decir una palabra, sin juzgarme, te quedaste ahí acompañándome hasta que me desmorone – recordó el cómo le grito, las cosas crueles que le dijo hasta que prácticamente se quedó sin voz y solo entonces, ante el estoico pelirrosa, se permitió desmoronarse, caer sobre sus rodillas y llorar, llorar como nunca lo había hecho y como nunca lo haría de nuevo.
A Natsu casi se le sale una indiscreción en ese momento, porque recordando el evento, ojalá hubieran sido solo palabras lo que le dedico, un ardor posterior en los brazos principalmente cuando trataron algunas heridas en los mismos le recordó unos cuantos arañazos que Mira en su desahogo termino dedicándole también, pero, no creía que fuera ni el momento ni el lugar para recriminarle por algo tan infantil, más cuando Mira se estaba abriendo de manera tan sincera con él.
– Pensándolo un poco, incluso suena como un mal cliché que justo en ese momento, el cielo se apiadara de mí y escondiera mis lágrimas entre la lluvia que empezó a caer – esta vez sonrió más divertida que otra cosa, suponía el chico que era porque realmente encontraba gracia en tal evento, – ¿y que hiciste tú al verme llorar?, me abrazaste, pudiste burlarte, pudiste recriminarme, pero en su lugar, viéndome tan frágil, te apiadaste de mí, me abrazaste, me confortaste y me consolaste, me prestaste tu hombro para llorar – Mira hablaba tan agradecida por tal gesto, incluso en ese entonces, era plenamente consciente de que si el chico se hubiera enojado con ella, le hubiera recriminado o lo que fuera, estaría en todo su derecho y aun así, demostró ser mejor que eso.
"Solo no sabía que más hacer para que dejaras de llorar", en su mente un nervioso pelirrosa recordaba que luego de los gritos, que, dicho sea de paso, pensó que lo molería a golpes en cualquier momento, cuando la vio llorar simplemente no supo que hacer, no estaba acostumbrado a ver a alguien llorar y menos a Mirajane, abrazarla fue lo único que se le ocurrió y aun así rogo que en cuanto lo hiciera la albina no reaccionara mal y entonces sí, lo matara por tal osadía.
– Ni siquiera recuerdo por cuanto tiempo estuvimos así, yo llorando y tu solo abrazándome, pero en ese momento, nunca me sentí más protegida, del mundo, de la oscuridad, de mi misma – Mira hablaba con el corazón, debía ser fuerte, no por ella, por su hermano y principalmente por su hermana, quería que supiera que su sacrificio no sería en vano, por eso cuando él la abrazó no pudo contenerse, necesitaba soltarlo, su miedo, su debilidad, sentirse a salvo y por alguna razón, en los brazos de ese jovencito al que tanto había molestado en el pasado, finalmente encontró esa seguridad – en ese momento, creo que fue la primera vez que sentí esa calidez, esa seguridad, que por una vez en la vida, podía dejar de fingir, podía dejar de comportarme como una buscapleitos, un barril de pólvora a nada de explotar y todo gracias a ti – lo miro al decir aquello último, sus ojos estaban cargado de cariño, gratitud y un afecto muy especial, dedicado a él y solo a él.
Para Natsu era completamente surrealista, todo lo que hizo fue un abrazo y luego de que la chica se calmara, unas pocas palabras, como es que todo eso llevo a esto, a Mira frente a él, mirándolo con una mirada tan amorosa, con ella hace no más de 24 horas ardiendo de furia y celos por ser dejada al último y una amenaza a sus partes íntimas, básicamente, a esta cada vez más cercana relación con la famosa "demonio" de Fairy Tail.
– Cuando terminé de llorar, cuando finalmente me quede sin lágrimas, aun así me reconfortaste, con pocas palabras me aseguraste que todo estaría bien y por sobre todo, que debía salir adelante, que debía aprovechar esta oportunidad para cambiar, para mejorar, para no tener que volver a pasar por algo como eso nunca más – Mira apretó sus manos en ese momento, como si quisiera que entendiera el peso que esas palabras tuvieron para ella, – me permitiste ver que pese a aquello que había perdido, aún tenía mucho por lo que luchar y que no podía, ni debía rendirme, por mí y por mis hermanos, ellos se merecían lo mejor de mí – continuo la chica mirando a Natsu, su rostro cada vez más cerca del suyo, dándole peso con sus acciones a las palabras que decía, como en el pasado él lo había hecho con ella.
Natsu por su parte se sentía cada vez más sorprendido, no se esperaba nada de eso la verdad, nunca fue su intención ir más allá de simplemente ayudar, pero al parecer había hecho mucho más de lo que él siquiera era consciente, algo que para ella lo significaba todo en el momento cuando creyó ya no tener nada.
– Fuiste como un radiante sol de verano, iluminando mi camino en medio de la más tempestuosa oscuridad y por ello jamás podré dejar de agradecerte – ese era su más sincero sentir, claro que siempre podía intentarlo y eso fue justo lo que hizo cuando ya no resistiendo más, lo besó una vez más, beso que le dio felicidad cuando Natsu correspondió, – fufufu, si soy honesta, creo que desde ese momento empecé a verte con otra luz, dejaste de ser solo un niño latoso con un peculiar gusto por destruir todo lo que se le atravesaba y en algún punto, eso se convirtió en amor – dijo feliz cuando se separó de aquel beso, eso sí, sin separarse tanto como para que un nuevo beso se transformara en una imposibilidad.
Era curioso, mucho de lo que estaba diciendo no tenía planeado decirlo en un principio y aun así, ahí estaba, revelando lo que llevaba guardando en su corazón durante mucho tiempo, era como si él la estuviera obligando a dejar de esconderse, como si con su simple presencia, con su cercanía y con la poca interacción que habían tenido en ese día, ya le revelara algo que ya sabía y que no estaba dispuesta a postergar más.
Una vez más, como hace años, a su lado se sintió segura, se sintió completa y libre, libre para decir lo que su corazón sentía, libre para expresar esas emociones que últimamente ya no era capaz de contener, él la hacía sentir de esa forma, lo había estado haciendo durante mucho tiempo y ya no podía negar que lo añoraba, añoraba saberse dueña de su corazón, de sus caricias, de sus besos y, en un ámbito mucho más personal, de sus noches, de hecho, si las paredes de su cuarto hablaran, serían los principales testigos de cuantas veces Mira había terminado clamando su nombre en sus momentos de soledad.
– Sabes algo, es gracioso, pero creo que, de hecho, tú fuiste el responsable de que mi relación con Laxus no funcionara – dijo de un momento a otro llamando la atención de un sorprendido Natsu que la miro graciosamente confundido, – a decir verdad, creo que nunca puse el más mínimo esfuerzo en ello, porque para ese entonces, ya estabas metido en mi corazón, era imposible que se lo diera a alguien más cuando tú ya te lo habías robado hace mucho y si lo pienso con detenimiento… creo que Laxus lo sabía también – dijo esta vez sorprendida la albina al caer en ese detalle tan peculiar, lo cual explicaba muchas cosas respecto a ese día cuando terminaron su, por decirlo de algún modo, complicada relación.
En ese entonces quizás no se atrevía a admitirlo, la verdad, incluso dudaba de que lo supiera de manera tan fehaciente como lo sabía ahora, pero quizás desde un principio, el que se atreviera a intentar algo con Laxus quizás fuera desde un principio porque buscaba un sustituto para saciar ese sentimiento que para ese momento ya era incontenible, pero que no podía identificar realmente o quizás era que no se atrevía a hacerlo.
Aun así, en el fondo de su ser, era claro lo que quería, por eso es que quizás se atrevió a intentarlo con el Dragon Slayer del rayo, el problema, no era ese el Dragon Slayer que buscaba, no era SU Dragon Slayer y no podía mentir en ese sentido, su anhelo estaba en otro lugar, en otros brazos, por mucho que ella aun no lo notara.
Quizás por eso no solo sintió un alivio cuando termino su relación con él, de hecho, aunque sonara mal, estaba feliz, había quedado libre y aunque aún no era consciente de para quién, ahora no había obstáculo alguno que le impidiera obtener su inconsciente deseo y su anhelo solo creció y creció conforme el tiempo pasaba y lo veía, a él y a su eterna y radiante sonrisa que calentaba su corazón.
– Tu eres el culpable de arruinar mi relación Natsu – no fue una sugerencia, no fue una pregunta, fue una completa declaración en la que lo tomo del rostro para hacerle verla, que no desviara sus ojos de ella, quería ser su centro de atención en ese momento, – es por tu culpa y solo por tu culpa que ya no soy capaz de amar a nadie más y tampoco quiero ser amada por nadie más – le dijo con total seguridad, esa era, después de todo, la verdad albergada en su corazón.
Sí, tuvo, tiene y tendría sus escaramuzas con Lucy y Cana, y quizás en lo más recóndito y perverso de su mente incluso pensara en tenerlas con Erza si se le daba la oportunidad, pero la realidad, por difícil que fuera de aceptar, era que su corazón, la totalidad de su ser, le pertenecía a él y solo a él, se había atrevido a arrebatárselo hace años, cual dragón codicioso se quedó con su corazón y se aseguró de jamás compartirlo con nadie más, ese pequeño dragón egoísta la hizo incapaz de mirar a nadie más que a él y se jacto en su cara de haberlo hecho sin siquiera proponérselo, y eso, eso jamás se lo iba a permitir.
– Y ahora, vas a tomar la responsabilidad – le dijo con una intensa mirada, profunda, decidida, que sin el más mínimo temor le decía al rey de los dragones, que en esto, él, no tenía derecho a protestar, – vas a cuidarme, vas a consentirme, vas a hacerme sentir como una princesa, en otras palabras… quiero que me ames, como inevitablemente te amo yo a ti Natsu – no iba a contenerse, satisfaría su corazón, su anhelo y deseo por completo, la única razón por la que se detuvo en sus exigencias para el hombre que había arruinado sus oportunidades de ser feliz junto a alguien más, fue porque no pudo contenerse más y lo beso una vez más, para justo después decirle aquello que había hecho de ella un desastre emocional por más tiempo del que estaba dispuesta a admitir.
Al terminar, no le dio tiempo de siquiera quejarse, no le daría ese placer tampoco y con ello, un nuevo beso llego, uno en el que sellaba la promesa con el pelirrosa de que ella lo amaría con todo su corazón, si él podía hacer lo mismo por ella y por la forma en que tras un momento de sorpresa y sobresalto de su parte, él le correspondió, alegre y con su corazón desbocado supo que accedía a sus términos.
Ahí, en las solitarias calles de Magnolia, Mirajane finalmente podía saciar su más grande deseo, pudo corresponder el amor que por tanto tiempo busco, logro tras tantas batallas, alcanzar una felicidad que jamás creyó posible, al lado del más impredecible de los compañeros y esta vez, pensaba aprovechar su oportunidad.
- CONTINUARA -
Bueno, tras un tiempo, bastante largo debo admitir, finalmente una nueva actualización de esta historia del dragón más despistado, caótico, destructivo y aun así, afortunado de todos el cual trae una nueva integrante a este diverso grupo de locos que se esta transformando de a poco en una familia, quizás disfuncional y con cierta tendencia al caos, pero eso sí, el amor no les va a faltar, aunque bien de por medio una que otra aspereza deba ser limada antes que nada.
Como ven, esta vez me centre en Mirajane, cosa que como había quedado claro en el capítulo previo, era la siguiente en tener su momento y creo que a grandes rasgos, quedo como quería, un tanto más emocional, pero ese era el punto y para quien se pueda estar preguntando, no, no es que me haya olvidado de el momento del delicioso para Mira, solo decidí posponerlo para el siguiente capítulo y dejar que esta vez, fuera el corazón el que hablara, no la libido de ambos, ademas, tengo planes para usar su primera vez como antesala de otros eventos futuros, entonces, creo que eso lo hace más interesante, eso sí, por ahí deje sutiles pistas de lo que puede ser a lo que me refiero.
Con este digamos, trío de féminas con las que trabaje hasta ahora, creo que completamos un primer arco o algo así, ya se vienen otros temas unos más dramáticos, otros más cómicos, otros más caóticos, ya veremos, las ideas las tengo más o menos claras y ahora que llegamos a este punto creo que puedo empezar a avanzar en ellas, así que, para los que les pueda quedar un sin sabor con esta noticia, puede que el nivel de rikolinidad baje en el futuro al centrarnos en otros temas, pero eso sí, no si antes dedicarle su momento a la hermosa y dulce Mirajane Strauss, ¿que dicen, debería ser dulce y hermoso como la angelical Mira o mejor fuerte y depravado como algo digno de "La Demonio" de Fairy Tail? decisiones, decisiones.
Por cierto, quiero avisar que acabo de crear un para mis historias, así que si quieren apoyar, ahí podrán encontrar los avances de las demás historias por ahora, esperemos crecer y que así las recompensas crezcan también, comparto con ustedes el link del , https (:/) /(pat-reon) .com(/) Fics1294, solo eliminen los parentesis y el guion, retiren los espacios y listo, lamento las complicaciones pero de otra manera la página no me dejaría subir el enlace.
Ahora si, vamos con los reviews del capitulo anterior:
Reviews
stormforce 15
Gracias, mi intención es que progrese, en cuanto a Erza, ya se vera que ha sido de ella, es decir, sin spoilear pero, tengo algo de drama previsto para el futuro, en cuanto a lo de Edolas, si, cada vez me convence más, aunque en un sentido que creo que nadie se va a imaginar que sea el motivo en realidad, ya veremos, en cuanto a la cantidad de palabras del capítulo pasado son alrededor de 20,000 y en esta ocasión, es incluso mayor el numero, alrededor de las 28,000, así que sí, creo que se me pasa la mano cada vez más.
Fernando Murillo
Bueno, espero que haya calamado un poco la tentación y si solo la aumente, pues entonces lo siento, pero la vida es así. Sí lamento la tardanza, pero digamos que los nuevos compromisos me reducen el tiempo para otras actividades.
zeta12345
Sí, y al parecer eso lo compense con la extra larga espera para este capítulo, lo siento, pero espero que lo valiera igualmente.
natsuDragnnel
Me alegra que te gustara y de entrada lamento la excesiva tardanza con el siguiente. Como veras, ya le dio la prueba, pero el evento principal quedara para la siguiente y si leíste la pregunta, ¿cual de las dos opciones te parece mejor para el ansiado momento? Lissana, bueno, digamos que ahora juega con ventaja, tiene a su hermana cerca de Natsu para que le endulce el oído y respecto a Erza, tranquilo mi joven saltamontes, todo a su tiempo. Lo de Edolas si me convence para los fines que lo planeo, así que podría a futuro darse. Una vez más, lamento la tardanza.
brasheril-holmestalentsmaster
Well I'm glad you enjoyed the story and by the way, thanks for the extensive analysis, it helps me improve a lot in terms of the different aspects of it.
I am glad that you like the development of the characters and I apologize for any errors that may exist, I will try to improve, I promise you.
There are several things to clarify and develop to give an appearance of "normality" in the guild, but, all in good time, it's more interesting that way, I think.
I really enjoyed your comment, it is a well-thought-out analysis of the characters raised and I assure you that there are still surprises with some of them (especially Erza, it will be interesting, I assure you), but be patient and let time pass, it will make be more enjoyable when I arrived.
You're not off the mark with some of your theories and some I haven't even thought of, but they are promising, so I hope you don't mind if I use them to further structure my story, because they really do have a lot of potential.
There are still many participants to make it to the story, all with a background that obviously justifies it, but you'll have to wait, I feel like a broken record repeating this, but it's going to be worth it and the surprise, I hope it's big.
I really enjoyed your review, and I'm sure it will be of great help to improve the story, so thank you.
By the way, it would be interesting to talk more directly, so if you are still willing, it would be interesting to share opinions.
daniel2610994
Imaginate entonces ahora esto, que llega luego de un largo, de verdad muy largo periodo de ausencia desde que lo leíste por última vez, pero, espero que como el anterior, haya valido la pena y te deje con ganas del siguiente.
manu
Me alegra que te guste y tienes razón en eso, por alguna razón es una pareja que ha pasado muy desapercibida pese al cariño que siempre se están mostrando.
Erza es un personaje particular, dada su historia personal, es fácil entender su actitud y personalidad, te encariñas rápido cuando ves más allá, en eso si te doy la razón.
Muy cierto, Erza es en todo sentido un caballero, bueno, caballera si quieres especificar genero, quizás ahí es donde esta su atractivo, en ese espíritu inquebrantable cuando de proteger a sus seres queridos se trata, admito que en ocasiones se pasa de marimacho, pero supongo que es lo que la hace ser ella también.
Ten presente que el anonimato le ha dado poder a los más cobardes, entonces empiezan a decir cuanta babosada quieren sin saber o conocer sobre un tema, luego, así llaman la atención y terminan difamando sin siquiera darse el tiempo de profundizar, así que es entendible esa mala fama, al menos respecto a su origen.
También es cierto que quizás la forma de decirlo no es la más amable, es decir, todos tienen derecho a su opinión, pero hay formas de formas para expresarla.
Para poder hablar de un personaje o una persona, creo que es lo mínimo, conocer sus antecedentes, su comportamiento, al menos así tienes una base sobre la cual sustentarte.
Erza es, para muchos, una hermana mayor, algo sobreprotectora, pero igualmente cariñosa, eso es creo yo, su mayor atractivo como personaje.
Bueno, Erza ya era un personaje demasiado completo desde el principio, quizás por eso no había tanta necesidad de enfocarse en ella, salvo por el arco que sustenta su historia, por demás, quizás intentar forzar un desarrollo sobre ella hubiese sido más perjudicial que beneficioso.
Al final no se le puede dar gusto a todos, eso hay que tenerlo claro, pasa incluso con las mejores historias, pero como dije, ahora cuando todos dicen lo que se les ocurra, ya es cuestión de saber filtrar las opiniones.
Pues no he leído la secuela, la verdad no me convence pues de lo poco que sé de esa historia, siento que están generando más huecos argumentales que otra cosa, pero quien sabe, quizás más adelante le de una oportunidad.
Me alegra que te guste, en cuanto a tu idea, pues de hacerla se puede, pero, soy bastante, como decirlo, dado al detalle, entonces necesitaría tener claras las razones que justificaran ambos actos, la traición y la mudanza a Alvarez.
Respecto a lo de la misión de los 100 años, como dije, no leo la secuela, pero no se, siento que es más bien innecesaria por momentos.
Sabes eso siempre me ha dado curiosidad, el porque de esa relación tan rara entre Gray y Juvia, aunque ya para el final del manga se notaba que había mucha más complicidad entre ellos, así que no me quejo tampoco.
Lo del nakama power si ha sido muy criticado, quizás porque por momentos si lo sobre explotaron como justificación de algunos momentos, pero tampoco es que me moleste el concepto de que tus seres queridos te den la fuerza para persistir.
Era tampoco es que necesite muchos power ups ni mucho menos, no por nada es una maga rango S, no se llega a ese nivel solo porque sí, más bien siento que en ese punto lo que se debe mostrar es lo que justifique su rango, más que nuevos poderes y en ese sentido, Erza se destaca muy bien.
Todos reciben ayuda de todos, algunos con más asiduidad o más relevancia que otros, pero eso los hace mejorar, respecto al tema con Jellal, la verdad a gusto personal es algo que esta condenado al fracaso, por muchas y muy diversas razones.
Lo de que no la merece no te lo discuto, creo que de lejos es el que menos la merece, pero ya es una cuestión de gustos finalmente, aunque también es falta de bolas del autor, tengo entendido que originalmente la torre del cielo iba a ser lo que marcara la relación con Natsu, al menos eso es hasta donde se, podría estar equivocado, no se porque la cambió, pero bueno.
Respecto a lo del LucyxLoke, ese siempre me llamo la atención el motivo de que los shipearan tanto, de entrada se puede entablar ese tipo de relación entre un espíritu y su contratista? digo, fuera de los fanfic donde se puede todo.
Creo que con Gray sería más parecido a amor de hermanos más que como pareja, pero sí, podría tener más sentido dado que entre ellos hay un vinculo más estrecho y fuerte, pero que te digo.
Pues respecto a quien sigue, falta tiempo para saber, es decir, fuera de las que ya se saben por todo lo acontecido hasta ahora, pero tendrás que esperar, sino, cual sería el chiste de querer que sea sorpresa.
Nos leemos y hasta la próxima.
erasenpai946
Bueno, espero que te este gustando a grandes rasgos pese a ese inconveniente que trato de no mencionar demasiado pues al sumergirte en la historia puede pasar desapercibido el detalle, en cuanto a lo de volver a la normalidad, parte de la "aventura" en este caso digamos que se centra en eso y en lo que causara en los que lo rodean mientras lo intenta.
Igual lamento que te sientas así, pero es respetable tu opinión.
Guest
Don't understand.
MPrime
Yes, Natsu and Lucy is a cute couple, their interactions are so funny, both are special.
