Entre los tres mundos espirituales, uno se destacaba por encima de los demás: Hueco Mundo.
Centrado bajo la luna, se hallaba un enorme edificio cilíndrico, conocido como "Las Noches", la residencia del Rey de ese mundo, Baraggan Louseinbairn.
El edificio estaba pintado de un color negro azulado, no poseía ningún tipo de ventanas, puertas o aberturas visibles, su altura superaba cientos de metros, y por otro lado, su anchura era incalculable, solo comparable a la de un coliseo antiguo.
A pocos metros de la estructura, dos hollows enmascarados intentaban ingresar al edificio.
—Gilge, ¿Que demonios hacemos aquí?
—¿No lo sabes, hermano? Aquí vive Baraggán-san.
—¡Claro que lo se tonto! ¡Todos los hollows saben su existencia junto a las noches! ¿¡Para que querías que vinieramos aquí?!
—Nnoitra, si nos dejan entrar a las noches, todos nuestros problemas dejarán de existir.
—Bueno, mi problema eres tú, asi que, continúa.
Gilge caminó hasta estar a centímetros del cilindro, el cual empezó a emitir una extraña vibración.
Gilge movió sus manos hasta que tocó la estructura, y como si de gelatina se tratase, su mano empezó a atravesar el edificio.
—(Siento una energía muy compacta viniendo de esa cosa, especialmente cuando empieza a vibrar, ¿Acaso está hecha de reiatsu puro?)
—¡Hermano ya casi- —un puño salió del edificio impactando en la máscara de Gilge, agrietandola y mandando volar al mismo
Gilge cayó a los pies de su hermano, retorciéndose del dolor
—Eres un estorbo. —Nnoitra pateo débilmente a Gilge, quitandolo de su camino, fijó su vista a la sombra que salia de la pared— (Eso es nuevo) —Nnoitra saco de su espalda una gran guadaña de doble hoja, preparándose para enfrentar al enemigo
Un Vasto Lorde salió del edificio, y mirando estoicamente a Gilge, dijo: —¿Que es lo que intentabas? Hay decenas de Adjuchas y Vasto Lordes aquí dentro, por sus Reishis noto que tienen poco de ser Adjuchas, no hubieran sobrevivído ahí dentro.
—¿Quieres que te demos las gracias? Saca tu espada y déjate de estupideces.
—Sera un gusto. —el Vasto Lorde saco una hoz que colgaba de su cintura, la hoz tenía una cadena en la guarda, la cual se conectaba a otra hoz como si fuera un nunchaku
El Vasto Lorde puso en ambas manos una hoz, levantandolas a la altura de su máscara.
—¡N-Nnoitra! ¿¡Perdiste la cabeza?! ¡Ese tipo es un Vasto Lorde!
La advertencia de Gilge fue ignorada por Nnoitra, que, sonriendo bajo su máscara, pensaba: —(Será la primera vez que mató a un Vasto Lorde, ya era hora)
En un feroz movimiento, el Vasto Lorde corrió hasta Nnoitra, alcanzando a dar un corte horizontal al torso del Adjucha.
Sin embargo, la hoz raspó el pecho del Adjucha, sin dejar un rasgo alguno, Nnoitra dió unos pasos atrás sintiendo la fuerza del corte.
—(¿Que?) —el vasto lorde recompuso la postura, dió un salto, sosteniendo con fuerza su hoz en alto mientras cargaba hacia su objetivo.
El Vasto Lorde cayó, apuntando su hoz hacia el hombro derecho del Adjucha, más sin embargo, cuando la hoz tocó el hombro, simplemente se posó en el.
—(¡Mierda!) —Nnoitra trato de mantener la compostura, tambaleandose de la brutal fuerza que se había enfrentado su hombro.
El Vasto Lorde se alejó unos metros de Nnoitra, analizando lo sucedido: —Tu piel, ¿Que tienes en ella?
El Adjucha recompuso su postura, y respondió: —Mi nombre es Nnoitra Gilga, y no importa lo que hagas, no podrás cortarme.
—(Debe ser hierro, nunca había visto uno tan resistente, ¿lo debería matar?)
—¿Que pasa? ¿Te rindes?
El Vasto Lorde apunto con su dedo índice el hombro del Adjucha, y de este, una pequeña ráfaga de energía espiritual salió disparada
—¡Nnoitra! —advirtió Gilge
La rafaga atravesó por completo el hombro de Nnoitra quien gruño de dolor agarrando su hombro magullado: —¡M-Maldito!
—Bala. Adjucha, tu hierro es más resistente que el de algunos vasto lordes, así que no te mataré, no ganaría nada con ello.
—¡Eres un maldito cobarde, ven y pelea!
El Vasto Lorde atravesó de vuelta el cilindro, y antes de desaparecer, dijo: —Si tanto quieres pelear, ven, y si no me encuentras, mi nombre es Zaeratsu, con eso será suficiente.
Nnoitra siguió a Zaeratsu sin pensarlo dos veces. Gilge lo siguió, entrando juntos a las noches.
En la cámara real de Las Noches, el Rey de Hueco Mundo, Baraggan Louisenbairn estaba sentado en su trono, desinteresado en las palabras de su subordinado.
—¿Que? Repite lo que acabas de decir—ordenó Baraggan con leve confusión.
El Vasto Lorde asintió y dijo: —Como sabrá, logré capturar a seis Shinigamis y experimenté con ellos, y, obtuve resultados maravillosos, su reiatsu ya no parece al de un Shinigami, más bien al de un Hollow, se están convirtiendo en una especie de híbridos exitosamente, señor.
—Hum, ¿Y eso en que nos podría beneficiar? Si solo son seis, y han pasado varios meses desde su captura, sin mencionar que cuando se despierten, estarán en nuestra contra, ya que aún son Shinigamis con voluntad, no le veo beneficio a lo que me estás contando. Además, ¿cuando exactamente te di la orden sobre experimentar con híbridos? Te ordene que capturaras a unos Shinigamis para un "espectáculo", y te quedaste con seis sin pedirme autorización. Te lo deje pasar por qué el espectáculo me levanto los ánimos, hasta hoy.
—B-Baraggan-sama, se que lo que hize fue sin autorización-
—Lo sabías y aún así no dudaste en hacerlo.
—¡D-deme una oportunidad para demostrar el beneficio militar enorme que nos darán estos h-híbridos!
—Granz, ya lárgate.
El Vasto Lorde desapareció inmediatamente en un sonido
Granz apareció en una especie de laboratorio de aproximadamente dies metros de largo y ancho.
El laboratorio estaba lleno de estantes y mesas, en todas ellas se hallaban diferentes herramientas alquimistas, curiosamente, la sala no parecía tener una salida o entrada.
—Maldito vejestorio... —murmuró el Vasto Lorde.
Granz se detuvo ante una de las mesas, en la mesa se hallaban un montón de herramientas quirúrgicas dignas del siglo XVIII.
De entre todas las herramientas. Granz tomo una lanceta, una aguja de aproximadamente nueve centímetros hecha de metal, con una punta afilada en un extremo y un mango en el otro. Un escalpelo, una hoja de metal medianamente oxidada de seis centímetros, afilada y delgada, con un mango de madera. Y un frasco de vidrio pequeño.
Tan pronto el Vasto Lorde tomo sus herramientas, desapareció en un sonido.
Granz apareció en una especie de calabozo extenso, rodeado de celdas, estantes y velas. El Vasto Lorde empezó a caminar tranquilamente hacia una celda en específico.
Granz se detuvo ante una de las tantas celdas, en esta, se podía alcanzar a ver varias sombras ocultas en la oscuridad de la celda, junto a uniformes Shinigamis en muy mal estado colgando de las rejas.
—¿Por qué intentan tapar las rejas? ¿Acaso no quieren verme? —preguntó con aterradora ironía, poniendo la ánfora y el escalpelo en un estante al lado de la celda.
Antes de que pudiera inspeccionar la celda, Granz fue sorprendido por un niño con una máscara con forma de auriculares en su cabeza que apareció detrás de el.
—¿Por qué tiene a dos Shinigamis ahí dentro, Szayelaporro-sama?
—Uh, eres tu, Picaro —dijo con repudio— Esos dos Shinigamis son mis últimas ratas de laboratorio...espera, ¿dijiste dos?
—¿Los cuatro muertos cuentan?
Szayelaporro abrió y entro en la celda apresuradamente, quedando en blanco al no sentir rastro de vida de cuatro Shinigamis.
—No no no ¡MIERDA!, ¡Malditos ineptos! —pateó uno de los cuerpos con furia.
—Szayelaporro-sama, ¿Esos cuatro eran malas personas?
—¿¡Eso que carajos importa?! ¿¡Que demonios le diré a ese viejo?!
—Dile que se mataron entre si, la supervivencia del más fuerte. —alzó los hombros Picaro
—NO, ¿no lo entiendes? Le tengo que probar que este experimento será una revolución en la raza Hollow, tiene que ser perfecto, si me da el buen visto, me dará recursos para mis proyectos.
—¿Más proyectos? ¿Aparte de el de Arrancar?
—¿Tú cómo sabes eso?
—Sientes envidia de que un niño sea un Arrancar y tú no, ¿O me equivoco?
—...¿Que dijiste, Picaro? —amenazó Szayelaporro
—No me puede hacer nada, Szayelaporro-sama, después de todo, soy el único Arrancar que habita en las noches, Baraggan-sama sabe de mi y me protege.
—Vete al infierno con tu maldito abuelo. —dijo el Vasto Lorde mientras que con una lanceta empezaba a sacar piel de uno de los cadáveres.
—No puedo, está es su deuda conmigo después de usarme para alguno de sus experimentos, Szayelaporro-sama, tener mi compañía en cualquier lugar donde esté.
—Tsk, (no entiendo cómo estos Shinigamis murieron pero aquellos dos no...ahora que lo pienso, esos dos desde que llegaron no han movido ni un músculo, solo una que otra contracción en los experimentos, tal vez tenga algo que ver)
—Oiga Szayelaporro-sama, ¿por qué le está sacando la piel?
—Recuerdo, y también lo usaré para verificar si había algún fallo genético o si fueron las sustancias Hollows.
—¿Y la sangre?
—La sangre es un conductor del Reiatsu y Reishi. Ya que como ambas son energías espirituales, no es posible su contención o extracción, la sangre es el medio más decente para "obtenerlos y guardarlos", aparte del cabello, piel, uñas y otros medios que son menos puros.
—Je, después de todo si está disfrutando de mi compañía, Szayelaporro-sama.
—¡No me desconcentres! Se útil y tráeme un albarelo.
Picaro hizo un saludo militar y respondió: —¡Si señor si!
En un campo abierto lejos del Seireitei, Aizen, Kisuke y Yoruichi se encontraban parados en línea frente a la Capitana Unohana, sus rostros tensos y sus manos temblorosas.
La Capitana Unohana decidió que, como compañeros, los tres chicos eran responsables de mantener la disciplina dentro de la academia.
Los tres debían enfrentar las consecuencias
—Si logran cortar mi haori, no, si logran rozar mi haori, podrán irse a sus casas —dijo Unohana, mientras se ajustaba su uniforme de capitán. —Si no lo logran, se quedarán aquí días hasta que lo consigan. Ese será su castigo.
