.
Advertencias del capítulo: (Lenguaje obsceno y soez)
.
.
UNEXPECTED LOVE
.
.
CHAPTER 4
.
Perfect Kiss
.
.
.
.
.
El clima había decaído esos días y ya se podía percibir el inicio del invierno.
Akane se acarició los brazos mientras se acomodaba la chaqueta sobre los hombros. Podía sentir el frío calando a través de los dedos de sus manos. Esa mañana se había confiado, pues el cielo estaba completamente despejado, de un azul nebuloso, e incluso se habían dejado entrever algunos rayos de sol, algo que no veía en días. Sin embargo, la temperatura había disminuido para su sorpresa, con el avance del día y por lo que podía observar, el cielo se había pintando de un gris oscuro, donde enormes nubes parecían ocupar su lugar.
Akane miró el cielo desde su asiento en la cafetería, preguntándose si en realidad iba a llover. Tomó su mochila y verificó si había llevado su sombrilla consigo. Ya que el sol apenas había aparecido esos días y no recordaba la última vez en la que siquiera llovió, no había estado muy pendiente de ese detalle precisamente y no estaba entre sus planes mojarse en realidad.
Por suerte, su sombrilla estaba ahí. Volvió a poner la mochila a su lado y verificó el teléfono, frente a ella y sobre la mesa de la cafetería.
Ranma le había pedido que le esperara, pues al parecer tenia que ultimar los detalles de un trabajo con sus compañeros. Esos días estaba muy ocupado, pues al parecer había tenido varios proyectos y tareas de la universidad, además de algunas horas extra en el restaurante. Tanto así, que solo pasaba por casa para llevarse su uniforme y esperaba, lo necesario mientras ella le preparaba un sándwich para el almuerzo, antes de partir.
Era un poco extraño no almorzar con él, ni compartir el tiempo restante, así como no ir al trabajo a su lado. Apenas habían sido dos semanas, pero Akane podía sentir la falta.
Percibió como las mejillas se le enrojecían cuando aquella reflexión se aferró a su mente. Evitaba cavilar demasiado en esos pensamientos o en el hecho de que Ranma se había hecho demasiado importante para ella, porque temía hacer más difícil su propia tarea de disimular lo que sentía.
Pero cada día era más complicado fingir cuanto él le gustaba. Ella procuraba separar su interés amoroso, de sus sentimientos por él, como amigo y compañero de piso. Ranma había resultado un chico extraordinario. Era divertido, respetuoso y muy amable con ella, siempre procuraba su comodidad y la hacía sentir importante.
Esa era una de las cosas que mas lograba confundirle sobre él. Sus cuidados continuamente le hacían preguntarse si él sentía lo mismo que ella, sin embargo, no encontraba el valor para preguntarlo. Talvez lo mejor sería poner un poco de distancia, pero no podía siquiera inténtalo, porque le gustaba que se preocupara por ella, amaba cada detalle que tenía y simplemente deseaba aferrarse a cualquier cosa con tal de permanecer a su lado, sin importar si no recibía lo que su corazón anhelaba.
Le bastaba tener a Ranma en su vida.
Escuchó el sonido de un mensaje entrante y cuando lo chequeó, notó que se trataba de él.
"Estoy saliendo hacia allá, disculpa por el retraso"
Akane sonrió ligeramente y se apresuró a teclear.
"Te estoy esperando"
Ranma caminó apresuradamente en los pasillos, esquivando con gracia a cada persona frente a él.
Había tardado más de lo esperado, pero por suerte, Akane era una persona paciente y decidió aguardar por él, pese a que le había dicho que podía adelantarse a casa si así lo deseaba.
Esperaba que no, ciertamente. Pasaba tan poco tiempo a su lado, que procuraba aprovechar cada momento. Las últimas dos semanas entre tareas y el trabajo, apenas lograba algo de tiempo. La actividad era agotadora, algunos días incluso, tuvo que salir tarde del restaurante y ni siquiera logró pasar por Akane a su trabajo. Él notaba la falta, pero no había mucho por hacer. Akane siempre le preguntaba si comía bien y si descansaba lo suficiente. Ella parecía preocuparse porque esas semanas pudieran afectar su rendimiento y salud. Eso lograba calentar su corazón.
En cuanto ingresó a la cafetería, se detuvo en la entrada y recorrió cada espacio con la mirada. Akane solía sentarse cerca de las ventanas, a ella le gustaba ver a través de las mismas mientras comía o pasaba tiempo ahí. Ranma no tardó en encontrarla, en una mesa del fondo. Empezó a acercarse, pero rápidamente se percató de la que chica no se encontraba sola. Con el ceño fruncido, Ranma recorrió el perfil del sujeto que se haya inclinado sobre la mesa, conversando con Akane. No le conocía, pero ella parecía que si. Debía ser algún compañero de clases.
Con el inicio de un fuego que amenazaba con quemar todo a su paso, Ranma empezó a acercarse.
Recorrió con la mirada al sujeto. Parecía más o menos de su estatura. Tenía el cabello castaño, era delgado y nada agraciado. Obviamente él era más guapo y mucho mejor. No supondría un problema.
En cuanto estuvo frente a ellos, se apresuró a carraspear. El chico, que tenía las manos apoyadas en la mesa, con el cuerpo inclinado, se irguió y le miró por sobre el hombro. Ranma le fulminó con la mirada.
—¡Ranma! — Akane le llamó. Él volteo y la observó, notando la bonita sonrisa en su rostro. Sintió como el pecho se le calentaba.
—Hola… — él se deslizó en el asiento frente a ella.
Akane le miró con los ojos expresivamente alegres y luego, observó al otro sujeto.
—Él es un compañero de clases, su nombre es Shino Nakoba — le presentó extendiendo una mano hacia el chico.
—Un gusto — no lo era —. Soy Ranma Saotome.
—Un gusto — el sujeto asintió vagamente y apenas lo miró, pero Ranma se encargó de observarlo muy fijamente, tanto que pudiera percibir el peso y la intensidad de su mirada.
—Entonces… eso fue todo. No se si tienes otra duda — susurró Akane.
El aludido vaciló, le dirigió una mirada de reojo a Ranma y tragó saliva.
¿A qué horas planeaba irse y dejar de coquetearle a Akane?
Ranma empezó a tamborilear los dedos sobre la mesa.
—En realidad…
El Saotome carraspeó, fingiendo que le ardía la garganta y continuó viendo al sujeto, quien parecía encogerse segundo a segundo.
—Lo siento — se disculpó por interrumpirlo.
—¿Qué decías? — Akane no se inmutó y siguió mirando a su compañero.
—Yo… — el chico empezó a sudar, miró a Ranma y luego se irguió, apresurándose a negar —. En realidad eso es todo Aka… Tendo.
—Ahh, bien — la aludida parpadeó, extrañada.
—Nos vemos luego — dio media vuelta y se alejó. Ambos lo observaron un momento.
—Eso fue extraño — susurró la chica, volteando hacia él. Ranma asintió, recomponiendo su expresión.
—Parece un sujeto raro — encogió los hombros —. ¿Nos vamos?
—Solo estoy esperando a Akari — ella le miró con una expresión de disculpa —. Me acaba de escribir que viene hacia acá. Me hizo el favor de sacarme unas copias que necesitaba.
—No hay problema.
—Sabes… — ella volteó hacia la ventana —. Creo que va a llover — susurró insegura.
Ranma también volteó y miró el cielo gris.
—No lo creo — negó.
—Pero… se ven algunas nubes, mira — señaló ella.
—Parece que lloverá después… no hay que preocuparse — le restó importancia.
—Si tu lo dices — Akane asintió.
Inmediatamente después de que Akari llegara, ambos se dirigieron hacia la salida del establecimiento y nadie resultó más sorprendido que Ranma cuando vislumbró las primeras gotas de lluvia caer desde el cielo.
Sintió la mirada de Akane sobre él y de reojo se dio cuenta que apoyaba las manos en sus caderas, pero se negó a mirarla, mientras observaba como la lluvia subía en intensidad, segundo a segundo.
—¡Mierda!
Tomó una inhalación profunda y volteó hacia Akane finalmente. Ella aún le observaba con fijeza y por la expresión de su rostro, era evidente que pensaba un "te lo dije"
Varios alumnos se habían refugiado bajo los techos, evitando mojarse. Él miró el agua que caía y se amontonaba a sus pies, y se apresuró a dar un paso hacia atrás, temiendo mojarse sin querer. No pretendía desvelar su secreto de esa manera.
—Podemos esperar — susurró Akane suavemente.
Ranma miró el cielo y negó.
—No creo que pare de llover pronto — contestó.
—Traje mi sombrilla — ella apoyó la mochila sobre su rodilla y empezó a buscar entre sus cosas —. Puedes cubrirte con ella mientras caminamos a casa.
—¿Trajiste tu sombrilla?
—Siempre la cargo, por cualquier emergencia sin importar el clima — le miró fugazmente y sonrió, antes de empezar a sacar el objeto —. Aunque no estaba segura si la traía porque cambie de mochila recuerdas, pero fue un gran atino traerla hoy ¿No te parece? Ten, mira… tómala.
Ranma miró la sombrilla y luego, la expresión de Akane. Se apresuró a negar.
—Tu…
—Puedo correr hasta el apartamento — ella cerró su bolso y se lo colgó de nuevo en los hombros —. La mochila es impermeable por suerte y mojarme una vez al año no es la gran cosa.
—Te podrías enfermar.
—Soy mas fuerte que eso — miró el cielo y luego a él —. Tu en cambio… — dio un vistazo a su alrededor antes de acercarse a él y susurrar —. No queremos que nadie más sepa "ya sabes que"
Ranma sintió como se le apretaba el pecho y miró su alrededor, observando a los demás alumnos.
—¿Y si pedimos un taxi?
—Siempre tendríamos a mojarnos para subir, además… no sabemos cuando tardará, y el edificio queda a tres cuadras ¡Vamos Ranma!
—No quiero que te mojes.
Akane se sonrojó y miró el paraguas que el le extendía de vuelta, antes de asentir, tomarlo y abrirlo.
—Entonces… podemos ir juntos — susurró avergonzada.
—¿Juntos? — Ranma parpadeó.
—No es una sombrilla pequeña, pero tendremos que ir muy pegados. Para que no te mojes — le advirtió inquieta.
—Bueno… — él lo pensó. Le ponía muy nervioso el concepto de arriesgarse tanto con agua fría, así como compartir sombrilla con Akane.
Lamentablemente, no tenía muchas opciones. La lluvia parecía poco dispuesta a ceder en poco tiempo y aunque podían quedarse ahí el tiempo restante, Akane parecía muy decidida a irse.
—Bien.
—Tómala tu — ella se la extendió —. Acomódate bien para que no te vayas a mojar y luego, yo me voy a apegar a ti.
Ranma lo hizo. Se colocó el suéter correctamente, para que cubriera su piel, acomodó su mochila frente a su pecho, para que no se mojara y se cubrió por completo. Akane se pegó a su costado unos segundos después.
—Vamos… — le incitó ella.
Ranma asintió y juntos dieron un paso afuera. Él sentía el corazón en la garganta, aunque no estaba seguro si se debía a la situación y el riesgo de transformarse en Ranko o a la cercanía de Akane.
—Podemos ir despacio. No quiero que el agua te vaya a tocar por error — susurró ella, mientras lentamente cruzaban el sendero principal de la universidad.
Parecía soltar aquello sin ninguna intención, pero Ranma soltó pudo sentir como el pulso se le aceleraba, al ser consciente de cuánto ella se preocupaba por su transformación, sabiendo que él deseaba mantener el secreto para si mismo.
Solo era tres cuadras. Nada malo podía suceder.
Ranma empezó a avanzar lentamente y Akane también lo hizo a su lado. Hasta ese momento, todo estaba bien, pero se sentía un poco tenso al escuchar el azote de las duras gotas de agua con el impermeable de la sombrilla. Miró hacia el techo de la misma y pudo vislumbrar cada pequeña gota, cual si fueran piedras cayendo sin clemencia.
Tragó saliva y miró a Akane, quien observaba el frente. Ella caminaba a su lado en silencio. Su cercanía era perturbadora, pero de no de una mala manera, sino por todo lo que ocasionaba en su interior. Estaba por voltear el rostro hacia enfrente, cuando se percató que el agua azotaba el hombro de Akane. La chica no parecía inmutarse al respecto, seguramente porque estaba más preocupada de que él se mojara a que ella lo hiciera.
—Te estas mojando — susurró solo para ver su reacción.
Akane levantó el rostro y le miró a los ojos, antes de mirar su propio hombro.
—Ahh, esto… no es nada.
—No quiero que te mojes — él la tomó de la cintura, desde la espalda —. Acércate más.
—Ranma… — no ignoró el sonrojo que cubría la tez pálida de la chica.
—¿Te estoy haciendo sentir incomoda? — Akane no dijo nada, pero negó —. Entonces acércate, ven.
Akane sentía que el corazón se le saldría del pecho en cualquier momento, mientras sentía como Ranma abría el brazo y le indicaba que se acomodara ahí. Ella no dudo, pese a lo nerviosa que se sentía. Dio dos pasos hacia Ranma y se pegó a su cuerpo, permitiendo que él la rodeará. El chico la abrazó sin ninguna duda, apegándola a su costado con fuerza. Él le rodeó y su mano descanso en la parte superior de su brazo, Akane sintió como los dedos fuertes se enterraba en su piel.
La calidez del cuerpo masculino, su fuerza y su aroma. Akane fue plenamente consciente de Ranma como hombre. Su piel se sentía estremecida y sensible, al contacto de la contraria. Ella apenas podía reunir un pensamiento coherente, entre nerviosa y embriagada.
Ranma no se encontraba en mejores condiciones. Sentir el cuerpo más pequeño, apegado al suyo, percibir su calor, el dulce aroma de su piel y cabello, y sentir como Akane buscaba calor en el refugio de sus brazos, solo le instaban a abrazarla con más fuerza, tanta que él pudiera percibir cada forma y extensión.
Apenas habían cruzado la primera cuadra, pero por alguna razón, la distancia se había sentido muy extensa. Ambos esperaban que lo fuera aún más.
—¿No te estas mojando? — preguntó Ranma con suavidad.
—No, ya no ¿Y tu?
—Tampoco.
—Siempre he tenido la curiosidad… no creo que sea posible, pero… si una sola gota de agua te cae ¿Tu te transformarlas?
—Eso sería un desastre ¿no?
—¿Entonces no? — ella levantó el rostro, Ranma lo bajó y la miró.
—Por suerte no… tendría que caerme el agua que cabe en un vaso regular para transformarme y siempre tiene que ser desde la cabeza, ya sea el rostro o todo lo que abarca la misma.
—Ohh, vaya. Menos mal.
—Aunque si mucha agua azota mi cuerpo también… — justo en ese momento, una camioneta venia por la calle, del lado hacia el que ellos caminaban.
Ranma la miró y supo al instante lo que sucedería. Se posicionó frente a Akane en el momento preciso y pronto sintió como el agua le azotaba la espalda, justo cuando el auto pasó por un enorme charco a su lado, chorreando por doquier.
Nunca podría definir con exactitud lo que sentía cuando se transformaba en mujer. Era como un hormigueo en toda la piel. No era un proceso lento, en el que pudiera sentir como perdía partes de su cuerpo y estas eran reemplazadas por otras, simplemente sucedía y cuando abría los ojos, ya no era él mismo.
El paraguas cayó y Akane abrió los ojos, confundida, observando como frente a él, ya no estaba Ranma, sino Ranko.
—Ranma… — jadeó sorprendida.
Los ojos azules que tanto amaba, inconfundibles sin importar la figura de la persona frente a ella, le observaron. Había mucha frustración en la mirada clara de Ranma y ella sintió la inmediata necesidad de disculparse.
—Lo siento.
—No fue tu culpa — él frunció el ceño y luego, negó con la cabeza, recogió la sombrilla y se la entregó. Akane pudo sentir su impotencia, su molestia y también algo parecido a la tristeza —. Ten, tómala.
—Pero Ranma…
—Voy a adelantarme.
—Espera… yo…
El chico, ahora chica, no la escuchó, dio media vuelta y empezó a correr. Akane jadeó sorprendida.
Ella no sabía cómo todo había pasado con tanta rapidez y terminado tan mal. Creyó que tendrían tiempo de llegar a casa sin ningún problema.
Ranma lucía tan mal.
Ella negó y se apresuró a seguirlo, echándose a correr tras el chico. No tardó en alcanzarlo, pese a que sabia que Ranma era mucho más rápido que ella. Asumió que sus habilidades disminuían en esa forma.
—¡Ranma!
El agua le azotaba el rostro y no fue una sorpresa cuando pronto se encontró empapada de pies a cabeza. Vislumbró la fachada del edificio de lo lejos. Ya casi llegaban.
—¡Ranma, detente! — le pidió — ¡Por favor!
Él lo hizo, pero solo hasta que pudo refugiarse bajo el techo de su edificio. Cuando Akane acorto la distancia entre ambos y también buscó refugio del agua, miró a Ranma mientras jadeaba, en busca del aire que había perdido. El agua chorreaba de su cuerpo y el frío empezaba a cala r en su piel, con fuerza debido al viento que azotaba de un lado a otro.
Ranma también jadeaba, aún de espaldas a ella.
—¿Por qué te echaste a correr así? — le preguntó aún agitada.
Él suspiró, un sonido bastante audible, como si hubiera retenido mucho aire en los pulmones.
—No quería que me vieras así… de nuevo.
—¿Como? — ella parpadeó, sin comprender —. ¿De que hablas?
—¡Mierda! — apretaba los puños y el cuerpo le temblaba. Akane no comprendía muy bien su actitud y le preocupaba aún no hubiera volteado a verla.
Ranma se sentía horrible. El nudo en su pecho amenazaba con asfixiarlo. Akane le había visto nuevamente como mujer, había vislumbrado su lado más vulnerable, aquel secreto que tanto guardaba, aquella parte suya que le avergonzaba.
¿Cómo podía mirarla de nuevo de frente?
Antes no había importado, ni siquiera cuando ella descubrió su secreto, pero ahora era diferente, porque él se sentía diferente con respecto a ella, porque no deseaba que le viera de aquella manera, como un hombre incompleto… sencillamente, porque ella le gustaba demasiado.
Frustrado, deseó lanzar un grito de furia y en su lugar, se limitó a darle la espalda a Akane, incapaz de verle el rostro. Estaba tan avergonzado.
Escuchó como ella se acercaba, sus zapatos haciendo un ruido notable, que seguramente se habían mojado. Ranma se tensó, listo para alejarse. Necesitaba poner un poco de espacio entre ambos, hasta que pudiera controlar sus emociones lo suficiente como para actuar como siempre y fingir que ese incidente no le había afectado.
Estaba por disculparse con Akane, cuando sintió como un chorro de agua le azotaba la cabeza
¡Agua caliente!
Jadeó y volteó al instante, mirando en un momento desde la misma altura y al siguiente, desde arriba, la expresión resuelta de Akane. Ella le dirigía una pequeña, pero dulce sonrisa.
—Ya estas… — susurró cerrando el pequeño termo que llevaba en manos —. Verifique que nadie nos estuviera viendo por si te preocupa… así nadie más sabrá tu secreto.
—¿Qué? — Ranma parpadeó, incrédulo y con el corazón acelerado.
—Si subes como Ranko, será muy raro. Es mejor que lo hagas como Ranma.
—Pero… — él se sentía muy confundido. Miró la botella térmica en manos de Akane —. Eso…
—Ahh… es un termo que compre hace un tiempo. Siempre lo ando conmigo. Cuando vi que iba a llover, pedí en la cafetería que me dieran un poco de agua caliente, por si tenias este incidente.
—¿Como?
—Se que te preocupa mucho convertirte en Ranko… — ella bajó el rostro, sin embargo, Ranma no ignoró como las mejillas se le sonrojaban —. No puedo entenderlo como tu, pero no quiero que te sientas mal contigo mismo. No es algo que puedas controlar.
Con un nudo en la garganta. Ranma negó con la cabeza.
—Esta maldición es… una mierda — llevo una mano a su pecho —. No quiero convertirme en mujer, no quiero que tu me veas de esa manera — susurró.
—No me importa.
—¡Pero a mi si! — refutó rápidamente.
—Lo que quiero decir es que… sigues siendo tu — ella le miró a los ojos —. Sin importar la forma que tengas… siempre eres Ranma y eso es lo único que yo veo — Akane suspiró y dudosa, apoyó una mano sobre la suya.
Ranma sintió como el pecho se le agitaba y se vio sobrecogido por la sensación más asombrosa que jamás había experimentado.
Siempre había sentido vergüenza de su otra forma, pero era algo que regularmente ignoraba, con bromas sin sentido. Procuraba que nadie se preocupara y se hacía creer a sí mismo que no importaba, pero lo hacía. No deseaba sentirse como un hombre incompleto y no quería que la chica por la que tenia sentimientos viera ese lado vulnerable de su persona.
Pero a Akane no le importaba, porque ella le aceptaba como era.
Él podría no saberlo, pero fue justo en ese momento en el que, un sentimiento nació en su pecho, con la promesa de algo que le cambiaría la vida por completo.
Y él no podía controlarse, no deseaba hacerlo.
—Akane… — susurró suavemente, apoyando la mano libre en el rostro sonrojado de la chica.
Ella le miró, sin apartarse, sin temor, con aquella confianza tan ciega que le hacía sentir la persona mas fuerte y extraordinaria del planeta.
Ranma dio un paso al frente, invadiendo su espacio, buscando su calor. Él la necesitaba tanto, de todas las maneras posibles.
—Ranma — suspiró ella.
El aludido asintió, se inclinó, con toda la paciencia del mundo, dándole la libertad de apartarse y rechazar sus intenciones, pero ella no lo hizo y en su lugar, cerró los ojos y se puso de puntillas.
Sus labios se tocaron, al inicio tentativamente, acariciándose, conociéndose, apreciando la textura y suavidad del otro. Ranma soltó a la morena y rápidamente la rodeó por la cintura, apegándola a su cuerpo al instante, tan cerca que podía sentir cada elevación y curva, tanto que el calor de su piel penetró en el frío que sentía por dentro.
Akane era luz, era calidez, era todo lo bueno de ese mundo. Era todo lo que necesitaba y más de lo que alguna vez había imaginado anhelar.
Ranma volcó todos sus sentimientos en su beso y recibido el mismo cariño, la pasión, la complicidad y ternura que sentía, que añoraba.
No era el momento perfecto, fue un instante lleno de sentimientos encontrados y emociones fuertes, pero justo eso hizo de aquel, no solo su primer beso, sino también, el beso ideal.
.
.
.
.
.
FIN DEL CAPITULO
.
.
NOTAS DEL CAPITULO:
Buenas noches bellas.
Aquí no más, tarde como siempre, pero con el capitulo correspondiente —si, no me he olvidado que aún debo uno—
En fin ¿Qué les pareció el capítulo?
Personalmente, quería indagar en lo que la maldición le hacía sentir a Ranma como hombre, que si bien es algo que se vislumbra en el anime por un momento, la parte cómica hace de ella, algo pasable. No así en este caso, pues es él mismo quien lo expone.
Como saben, para aclarar algo sobre la personalidad de este Ranma, es que él no tuvo solo a su padre en su vida, razón por la que es más abierto, amable y gentil. Creo que todos estamos de acuerdo en que si Nodoka hubiera formado parte de su vida como correspondía, nuestro trenzudo no sería como lo es en el canon. A lo que quiero llegar, es que esa es la razón por la que, en la historia, él tiene un poco mas de libertad para expresar sus sentimientos.
Aclarado eso, espero que les haya gustado el capitulo.
A mis personas favoritas:
AnyaShezar: Es que las artes marciales siempre serán esa actividad que pueden realizar juntos sin problemas.. Ranma celoso es mi pasión jaja. Aquí se puede vislumbrar un poco más de eso. Lo amo!! Me encanta la manera en la que hablas de "Fantasy" es que juro que hasta me dan ganas de hacerle una secuela jaja. Yo también considero que Ranma era mucho mas de lo que dejaba entrever. Su inteligencia destacaba en sus análisis en batallas y también consideró lo que mencionas sobre la escuela, así que creo que su mayor débil es en realidad su falta de aplicación, porque de otra manera, sería un excelente alumno. Me alegra que te gustará el capitulo y espero que este nuevo también sea de tu agrado. Te mando un gran abrazo y gracias por tu apoyo y bellas palabras.
Roxbonita: ¡Feliz cumpleaños a ti también bella! Espero que la hayas pasado bien y que cumplas muchísimos años mas de vida en compañía de todas esas personas que amas y cumpliendo cada meta que propongas. Gracias por darle una oportunidad a la historia y me alegras que te guste. Besos.
Gracias a todas las demás personas por tomarse el tiempo de leer la historia. Les mando un enorme abrazo y todo mi amor.
Nos leemos mañana con: Cita romántica.
28/07/2023
.
.
