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Día 2: Momentos mágicos

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Caminó con sigilo para no tropezar con algún tronco o alguna rama que yacía en el suelo. Akane estaba sola en medio de la oscuridad; acompañada, únicamente, por una linterna que le dejó su prometido en el inicio del recorrido.

Él la invitó a una cita nocturna en la que le pidió que llegase sola al lugar en el que la iba a esperar.

Era muy extraña la petición de Ranma, pues prácticamente no la dejaba ni respirar, ya que siempre la acompañaba a cualquier lugar. Por eso, sus familiares no los dejaban de molestar, ya que siempre les recordaban que al principio no se podían ni tolerar y ahora no podían ni pasar cinco minutos sin estar uno al lado del otro.

No obstante, con los años y la convivencia, la pareja cambió. Madurando y entendiendo que el amor los embriagó; haciendo que dejasen la discusión a un lado. Ellos ya no peleaban, y si lo hacían era porque estaban enredados debajo de las sábanas. Las luchas y el poder pasaron a otro nivel, descubriendo que tenían mejor resolución cuando se entregaban a la pasión.

A la más ardiente y anhelada unión.

Akane se adentró por el sendero siguiendo la ubicación que el GPS le indicó. Ranma le mandó su posición. Así que, confirmó que estaba cerca del sitio donde se encontraba su prometido.

La joven caminó un poco más, hasta llegar a la cima. Desde ahí se podía observar unos cuantos faroles que iluminaban el lugar y dejaban apreciar la majestuosidad de la ciudad. La vista del sendero era lo más precioso que sus ojos pudieron contemplar.

—Bienvenida —musitó Saotome, antes de depositar un casto beso en el cuello de su novia—. Te ves muy hermosa.

—¡Ranma! —expresó, sorprendida. Ya que se encontraba tan concentrada que no se percató de la presencia de su prometido—. No te había visto. Perdón.

—No te disculpes. El panorama es increíble, ¿cierto? —Akane asintió, mientras caminaba a la barandilla del mirador—. Además, tú haces que se vea precioso.

—Ranma…

Akane acarició con ternura la mejilla de su prometido, pues sus muestras de amor eran algo que le daba calidez a su corazón. Ante todos, Ranma era un joven rudo y prepotente. Alguien con un temperamento fuerte que no iba a profesar palabras cursis delante de la gente. Por ello; aunque pasara veinticuatro-siete al lado de su novia, nadie había escuchado u observado que él fuese un adulador. Ellos ya no peleaban, pero tampoco pasaban uno encima del otro. Simplemente se acompañaban. No obstante, en la intimidad, todo era diferente.

En la privacidad se dejaban ver cómo eran realmente. Desnudando lo que había en su interior. Entregándose sin condición al amor y a aquellos momentos mágicos que los llevaba a volar en una dimensión donde solo existían ellos dos.

—Te amo —expuso, mientras sus fuertes brazos la rodeaban por la cintura para atraerla a su pecho. Él recostó la barbilla en el hombro de su prometida para que ella se pudiese acunar cómodamente en su regazo—. Espero que la sorpresa te haya gustado. Aunque esto solo es el principio de lo que te tengo preparado.

—Esto es hermoso. Muchas gracias —le dijo, antes de besar con ternura su mejilla—. Por cierto, ¿qué es todo lo que me tienes preparado? —inquirió, curiosa; pues era evidente que se debía tratar de algo especial para que le pidiera que llegara sola al lugar—. ¿Ranma?

—Ya lo verás, no seas impaciente —pidió, dirigiendo la mirada al cielo estrellado que los acompañaba—. Sabes algo, me gusta mucho escaparme contigo. Es reconfortante estar lejos de nuestra entrometida familia.

—Sí, lo es. Además, no hay nadie más con quien quiera pasar que no seas tú —confesó, llevando sus preciosos ojos a la oscuridad del cielo—. Te amo.

—Y yo a ti, mi testaruda y hermosa prometida. Te amo.

La pareja unió sus labios en un tierno y anhelado beso. Sellando en su unión la promesa eterna de su amor. La cual les confirmó que ellos siempre se amarían sin control, pues sus almas se fundieron desde el día en el que decidieron que juntos caminarían por el resto de sus vidas.

Ese era un instante de ensueño. Un panorama perfecto que eclipsó el amor que se desbordaba desde la profundidad de su corazón.

Momento mágico que los iba a acompañar hasta la eternidad.

Fin.


¡Hola!

¿Cómo están?

Día dos de la week, en la que el tema era una preciosidad, pues me dio la idea perfecta para crearles un escenario de ensueño. El cual espero hayan disfrutado.

En mi headcanon ellos son así de enamorados cuando están a solas, ya que me los imagino en un plano más maduro en el que han superado la etapa de adolescencia. Así que, para mí, eso les da la libertad de expresarse sin problema.

Espero puedan acompañarme el día de mañana, pues les tengo preparado otro relato lleno de amor para nuestra querida pareja.

Nos leemos pronto.

Con amor.

GabyJA