Catra I:

(Suena 2Volt - Hiroyuki Sawano)

Catra.

¡Catra!

Abre los ojos con sorpresa, lo último que recordaba era sentir que perdía la respiración y un gran estruendo. Se hallaba sentada sobre una pila de tierra fría mientras sus pies se hundían en el fango de la trinchera en la había estado hace un tiempo en Thergun.

Empieza a ver a su alrededor, los learosis solo pasaban de largo sin prestarle atención, otros trataban de acomodarse en el suelo buscando comodidad o trabajaban para que las paredes no se les vinieran encima martillando tablones de madera.

Pero ese aroma dulzón y pútrido que era común no estaba, no podía oler ni la húmedad. A unos metros estaba Reiv contando y alistando cargas de su arma, este voltea a verla y le hace un gesto amigable con la cabeza.

— Déjame en paz, Reiv —, susurra Catra, — Ya estás muerto.

¡Catra!

Siente sus párpados abrirse mientras es jalada con violencia, sus piernas obedecen por instinto y se mantiene de pie mientras ve un barrera brillante de color rojo que vibra por impactos de objetos pequeños y unos ojos cyan completamente abiertos y exaltados la hacen recordar que ocurría.

— ¡¿Estás bien?! — pregunta Sunset Shimmer mientras intenta mantener a las constantes y múltiples ráfagas de cargas que les son disparadas desde una trinchera hecha a medias.

— ¡¿Qué te pasa?! ¡Se supone que tienes que cubrirme! — reclama Catra.

— ¡No puedo hacerlo si ni siquiera sé donde estás! — replica Sunset.

— ¡¿Dónde están esas cosas?!

— ¡No lo sé! ¡Tú las traías! — un ruido sordo se escucha a la distancia y la barrera mágica de Sunset se quiebra como el cristal haciéndola caer y obligando a Catra a cubrirse.

El terreno desigual, lleno de colinas y montículos ayudaban como barrera natural y parece que el plan de los learosis era aplanar ese terreno pero debían eliminar a su resistencia y un par de tanques les pareció adecuado.

Sunset se levanta y vuelve a hacer otra barrera mágica con su mano izquierda y con la derecha levanta una extensa muralla de tierra levantada desde el suelo. Kel Vernis grita una orden desde la retaguardia y él junto con arbisanos se acercan rápidamente a cubrirse en aquel muro improvisado pero algunas partes ceden con facilidad por el poder de fuego de los tanques.

— Catra, dame los explosivos —. demanda Vernis.

— Los perdí —. dice ella.

— ¡¿Qué?! ¿Cómo? — grita Vernis.

— ¡Me dispararon un maldito proyectil! ¿Eso te dice algo? — se sorprendía del aguante que tenía el traductor universal.

Un arbisano grita mostrando el cinto de explosivos que Catra llevaba y lo arroja al otro lado del muro de tierra que se estaba desmoronando. Sunset lanza una ráfaga al cinto y luego escuchan el sonido como si de algún animal grande y moribundo se escuchara mientras un brillo amarillo y naranja y una columna de humo se empieza a elevar al cielo acompañado por un coro de gritos desaforados.

Sunset hace caer el muro y los arbisanos junto a ellos cargan contra la trinchera learosi mientra abren fuego con sus largas y livianas armas de madera y acero disparando proyectiles delgados y puntiagudos. Los arbisanos abrían fuego sin miramientos y vociferando maldiciones contra los soldados que eran abrazados por las llamas mientras Catra ralentizó su paso sin disparar una sola carga.

Sunset, haciendo gala de su talento nato y sus recientes prácticas con Lilith, hace soplar un fuerte viento desde su mano que apaga las llamas de aquella trinchera que era más una zanja mal cabada y lanza ataques contra los tanques que se ven obligados a retroceder antes de recibir daño mayor.

Sunset lanza un orbe rojo hacia el cielo que explota dejando caer polvo y humo carmeseí.

Learosis y droides dispersos que estaban en la retaguardia empiezan a abrir fuego contra los arbisanos cubiertos por fuego ligero de los tanques. Catra apunta y empieza a disparar atinándole a un soldado en la mano, a otro en la cabeza, otro en el cuello hasta que se queda sin cargas. Vernis usa un arma hecha completamente de carbono y hierro que dispara varias cargas por segundo y con gran alcance.

¿Por qué no me dieron una de esas?

Catra toma la capa gris que le dijeron que tenía que usar para cubrir sus orejas y se la quita y avanza como puede disparando contra los learosis. Escucha como una de las cargas tintinea cuando dispara a la cabeza de un soldado notando que en realidad era un droide que se le acerca con rapidez.

Catra vuelve a abrir fuego, ve como el lado izquierdo de su cabeza chisporrotea, el droide intenta agarrarla pero hace una finta y se le sube a la espalda y con sus garras empieza a desgarrar el uniforme con el que cubrían a las máquinas. Su coraza es más dura de lo que creyó.

La máquina logra tomarla por la muñeca y la azota contra el suelo, ella logra quitarle el casco y la máscara y ve que le había destruido el "ojo" izquierdo. El droide deja caer su puño sobre su cara, ella logra evitar el golpe. El rostro de la máquina solo consistía en el armazón similar a un cráneo y blindaje ligero. La máquina empieza a pelear de forma muy básica y de movimientos predecibles.

Catra logra hacerse con su arma otra vez y dispara contra el otro ojo del droide que empieza a actuar de forma errática, golpeando y pateando a todas direcciones. Catra logra derribarlo y lo levanta y empieza a correr usándolo como cobertura contra unos learosis que estaban bien cubiertos, dificultando el avance.

Les arroja la pesada máquina y tomando una B1 les dispara, los golpea y araña hasta que su cobertura se quedó desprotegido. Un grupo de arbisanos empieza a avanzar pero son atacados por un proyectil mágico.

Tres kaliris empiezan a lanzar sus ataques contra sus enemigos.

Están quedándose sin sorpresas.

Los kaliri dirigen sus ataques hacia ella y logra evitarlo corriendo a cuatro patas mientra Vernis le daba apoyo. Sunset aparece pretendiendo plantarle cara a los kaliri, pero no la dejaban hacer ningún hechizo ya que la atosigaban con ataques limitándola a cubrirse nada más. Hace un movimiento con su pie y materializa cadenas en los pies de los kaliri haciéndolos caer, la pelifuego se disponía a contraatacar pero ve como uno de los tanques le apunta.

Desde atrás un monstruo de baba morada se monta sobre el tanque y le arranca el cañón. Proyectiles mágicos de color azulo empiezan a caer del cielo sobre los tanques.

Liltih cae en picado en el terreno, levantando picos afilados de tierra debajo de los tanques derribándolos. Los kaliri se liberan de sus ataduras pero antes de que pudieran hacer algo, Lilith aparece detrás de ellos y los ataca, pero uno logra evitar el golpe y se teletransporta. La Cuervo golpea a uno de los mágicos con su bastón y es sujetada por detrás por el otro, Sunset lo envuelve en un aura roja, haciéndolo levitar y lo ataca, dejándolo noqueándolo.

Los contrarios empiezan a retirarse en desbandada, montando vehículos livianos de transporte huyendo hacia el oeste. Los arbisanos celebran su victoria, Catra solo se limita a soltar un suspiro de alivio. Escucha un quejido detrás de ella y ve a un learosi con la pierna atravesada por una punta de magia de abominables y arma en mano. Catra solo tuerce los labios y con la suya le da un golpe en la cabeza.

Se voltea para buscar a Lilith y agradecerle pero ve que estaba volando sobre su bastón atacando y derribando enemigos para capturarlos.

— Oh, no —. es lo único que puede decir mientras busca con la mirada a alguien.

Sunset I:

Se estaba dejando el aliento mientras corría detrás de los vehículos learosis dando largas zancadas. Se envuelve en magia y se teletransporta delante del vehículo y lanza un ataque, volcándolo. Ella se hace a un lado dejando caer a los soldados, se apresura y patea en la cara a uno de ellos, fuego de de B3-2 y B6 empieza a caerle encima, cubriendose con su magia logra enviar una onda que derriba los soldados. Envuelve sus puños en magia y se arrodilla para golpear a uno en el rostro, se impulsa con su magia contra uno que se había puesto de pie, golpeándolo en el abdomen.

Su blindaje era nada cuando se les golpeaba con magia.

Creando cadenas para atarlos, un de C5 disparo a la distancia la hace cubrirse. Ubicando al tirador, acúmula energía entre sus manos y las entierra en el suelo y la magia viaja bajo el terreno hasta llegar al tirador, elevándose en el aire cayendo de lleno al suelo.

— Idiotas —. musita Sunset.

Un par de explosiones delante de ella, reconoce a Lilith sobrevolando lugar derribando enemigos para ser atarlos ya sea por ella o por los arbisanos. Empieza a revisar para ver si lograba distinguir a alguien que no haya podido escapar, y es cuando lo ve.

Sunset se teletransporta hasta el kaliri que escapó cayéndole encima, él le da un codazo e intenta volver a huir pero ella lo toma de los pies, él crea un destello de luz para cegarla. Ella se cubre los ojos y empieza a crear cadenas y a lanzarlas al azar con tal de atraparlo, cuando recupera su vista ve que lo había agarrado del brazo y la cintura y lo atrae hacia ella.

— ¡Ya basta! —. Sunset lo envuelve por completo con su magia y lo toma por el cuello.

Pero, señor, no sabemos cuántos enemigos hay ahí. ¿De verdad se van a arriesgar a crear otra línea de trincheras?

No lo sé. Lo que sé es que debemos seguir órdenes. ¡Muévanse! A Trost no le gustan los retrasos.

Sunset cae al suelo después de que el kaliri lanzara un pulso para liberarse. Crea topes de tierra para hacerlo tropezar y teletransporta sobre él e intenta ponerles las manos encima otra vez. Este la sujeta de las muñecas, impidiéndole su cometido, intenta ponerse de pie pataleando y gritando. Sunset le ata las piernas con cadenas. El kaliri le supera en fuerza física y le estaba empezando a lastimar los brazos y ella estaba empezando a ceder.

Sunset pone su pie en la cara del kaliri intentando someterlo mientras ella gruñía y apretaba los dientes. Sentía los músculos de su cara tensarse, su corazón acelerarse y la presión que ejercía sobre la cabeza de su oponente. No sabía quien era Trost, pero el tercer intento en lo que iba de mes. Si querían repetir lo de la Línea Escarlata tendrían que hacer más que enviar a compañías de pocos efectivos.

No les iba a ceder ni un solo metro. No sin antes darles pelea.

Tanta era su cólera que no notaba que inconscientemente estaba apretando con más fuerza la cadena en las piernas del ser mágico. Sentía como sus manos empezaban a arder.

Un tirón desde la espalda la hace caer de espaldas, la cadena desaparece y Catra le da un golpe al kaliri para noquearlo.

— ¡Ya lo tenía! — brama Sunset.

— Si querías matarlo, entonces por supuesto que ya lo tenías —. responde Catra.

— Estaba sacándole información.

— Se nota que tenía una linda conversación con tu bota —, Catra le tiende una mano y ella acepta de mala gana, — Levántalo y vámonos.

Había pasado ya un mes desde que intentaron regresar a Lilith y Amity a su mundo. Vernis las llevó hasta donde estaban miembros de la tich que lo acogió, los arbisanos trataban lo menos que podían con ellas, la tenían en una tienda aparte, fuera de la sitche.

Los arbisanos se dividían en tres sectores sociales que se centralizaban, las tich son tal como Vernis las definió. Tribus más o menos dispersas con buenas relaciones, en general, entre sí. Las sitches son comunidades más grande en las que se reúnen o conviven varias tiches en tiempos de necesidad o celebraciones, y los que se quedan permanentemente en la sitche. Las sitches exportan lo que recolectan de las tich hacia las ciudades más grandes.

Al menos así funcionaba la sociedad en ese país.

— Parece que les estamos empezando a agradar —. comenta Catra cuando pasan a un lado de arbisanos que no les dedicaron miradas extrañas cuando les pasaron al lado.

— O tal vez nos estaban ignorando —. responde Sunset.

— Ya pasó un mes y les hemos ayudado a repeler otro ataque. Un gracias estaría... —, Catra es interrumpida por Vernis quien le arroja el sajra a la cara, — Ay, por favor.

— Sé que no te gusta pero esas fueron sus condiciones —. dice Kel.

— No entiendo qué es lo que les puede incomodar de mí.

— Tengo un par de ideas —. comenta Sunset apuntando a su orejas a lo que Catra le da un codazo.

— Es ridículo —. se queja la felina.

— Fueron más que la última vez —. Lilith desciende del cielo y tres abominables le seguían cargando seis prisioneros cada uno.

— Pero siguen siendo menos como para ser una campaña formal —. dice Vernis.

— Se lo están tomando con demasiada calma —, se queja Lilith, — Tienes trabajo que hacer —. dice mirando a Sunset.

— Ya lo sé, empezaré después —. Sabía que tendría que revisar uno por uno los recuerdos de los prisioneros para intentar obtener información, pero de los anteriores ataques no había logrado sacar mayor información. Si Tempest seguía a cargo estaba compartimentando la información.

Sunset se limpia un poco de tierra que tenía cerca de su ojo izquierdo. Se queda mirando un rato el tenue humo que salía de la trinchera cuando hizo explotar los explosivos que se esparcen como agua cuando son encendidos. Ve los tanques derribados y los arbisanos apilando los cadáveres tanto de amigos como de enemigos.

Pasó suavemente la yema de sus dedos por la cicatriz que le había quedado del corte que la había hecho Tempest, se alargaba desde un poco más arriba de su ceja hasta la altura de sus labios. Rememoraba muchas veces esos instantes viendo la expresión de Tempest hasta que todo se volvía negro y confuso, dejándose ganar por... la ira.

— Oye —, la llama Lilith, — ¿Todo bien?

— Si, solo estoy cansada.

Amity I:

Las ropas arbisanas no difería mucho de cualquier tipo de vestimenta que hubiera visto antes pero el roce de la piel y la tela causaba cierta irritación y que por lo general era color ocre, tanto camisas, pantalones y los trapos que usaban para cubrirse los rostros. El usarlo le limitaba la visión y no entendía por qué lo usaban y todas ellas tenían que vestir de esa forma.

Claro que no lo entiendes, ¡No es tu mundo!

Su subconsciente actuaba muchas veces como su madre. Repitiendo incesantemente cosas que ya sabía y que eran difícil de olvidar, pero estaba empezando a cansarse de que las cosas siguieran igual después de treinta días.

Lilith, Sunset y Catra fueron tajantes sobre como serían las cosas de ahora en adelante. Quería ayudar, debía ayudar, la supervivencia de su mundo dependía de que Lilith pudiera avisar al Emperador de una invasión a gran escala, pero parece que su gran valía se limitaba únicamente a ayudar en la recolección de cosechas y lavando platos para las tich o en las pocas veces que las dejaban entrar en las sitches.

Su entrenamiento se había estancado también, lo que hubiera aprendido en una semana lo había aprendido en un mes. Parece que Sunset era de más interés para Lilith que "su protegida más fuerte". Fue Sunset quien le prometió llevarla de regreso a casa y parecía sin saber que hacer como el primer día.

Su vida no era perfecta pero era la primera vez después de siete años que empezaba a sentirse a gusto y... feliz. Pero tenía que ser una Blight; una Blight entrenada por la Líder del Aquelarre del Emperador con una "relación cercana" con ella.

Tal vez pasaría otros siete años ahí, sin hacer nada. Siete años sin volver a casa, sin ver a sus hermanos, a sus amigos... a Luz.

No.

Si Sunset no les sacaba información a los prisioneros, lo haría ella. Encontraría la forma.

— Pero me da comezón —. escucha a Catra quejarse por la capa que tenía que usar.

— Ya deberías estar acostumbrada a eso —. responde Lilith a quien iba siguiendo.

— ¿Acabas de llamarme pulgosa?

— Si quieres tomártelo de esa forma, adelante.

— Deja de actuar como si tu rango importara aquí porque a como yo lo veo, estás a mi nivel —. dice Catra con una sonrisa burlona.

— Con o sin rango, jamás estaría a tu nivel. Y tú también deberías dejar de hablarme como si te debiera algo.

— Te sacamos de ese basurero.

— Y las cosas no han mejorado desde entonces. Y dime ¿es acaso que estás agradecida con Tempest por sacarte de donde estabas encerrada? — Lilith no dice nada más y se aleja de la felina.

— Es una... — no termina su frase al percatarse que estaba viendo aquel altercado.

Amity reanuda su marcha lo mejor que puede, los zancos hechos con baba de abominable no eran del todo firmes o cómodos pero así disimulaba su estatura. Catra solo se le queda viendo con el ceño fruncido y también se marcha. Amity suspira aliviada y sigue caminando de regreso con el resto de la tich, esperando que nadie notara su ausencia. Pero tiene que agachar sus orejas al sentir como de un tirón le es arrebatado aquel turbante de la cabeza, revelando sus mechones marrones con puntas verdes.

— Finge que no me has visto —. dice Amity evitando voltear a verla.

— Es un poco difícil teniéndote aquí de frente —. responde Catra quien patea las piernas de abominable haciéndola caer.

— Creí que Lilith ya había hablado contigo sobre esto —. No era la primera vez que Amity actuaba por su cuenta. Sunset y Vernis la atraparon intentando escabullirse para ir a buscar learosis en las cercanías y tal vez averiguar algo.

— Tal vez lo mencionó alguna vez que estaba peleando contigo.

— Entonces siempre estás escuchando —, Catra la ayuda a levantarse y se limpia la baba, — Supongo que debo agradecerte por evitar que me volaran la cabeza.

— Creí que siempre estabas atenta a lo que pasaba.

— No soy infalible, niña —, Catra suspira, — Y por más buena que seas, tú tampoco.

— Sé cuidarme sola.

— Todos sabemos cuidarnos solos hasta que realmente estamos solos.

— ¿Se supone que eso tiene algún sentido?

— Bueno... si. No lo sé, a Vernis le sale natural. Lo que trato de decir es... No trates de hacerlo todo por tu cuenta. Estamos tratando de llevarte a casa y hacerlo por piezas no creo que sea adecuado.

— Entonces déjenme ayudar, puedo ser útil, puedo...

— Esto no es como cualquier amenaza de tu mundo a la que hayas enfrentado, esto es más serio. Si algo te pasa, Lilith no se lo perdonaría... ni nosotras —, Catra se acomoda el sajra y se carga el arma al hombro, — Vámonos, si Lilith nos encuentra, nos regañará a las dos.

— De acuerdo —. Amity da un último vistazo al campo donde se libró el enfrentamiento y verifica que el vendaje estuviera bien colocado.

Tendría problemas si descubren que una carga la había pasado rozando el brazo.