Lilith II:

— ¡Vamos! Sabes que lo voy a parar —. insiste Sunset mientras se mueve inquieta mientras practicaban a varios metros de la casa, o más bien, Sunset la arrastró para que ella practicara.

— Si sabes que lo vas a parar ¿para qué quieres que te ataque? —. Pregunta Lilith con muy pocas ganas de seguir con esto por otra hora más.

— Porque te estás conteniendo. No vamos a mejorar si sigues así —. Se queja Sunset.

— ¿Vamos? No vas a mejorar tú, querrás decir —. Cuestiona Lilith.

Según Sunset estaba comprometiéndose a ayudar en todo lo que pudiera pero a ojos de Lilith solo estaba siendo una niña fácilmente irritable con la cabeza demasiado dura como para entender de razones.

Tal tozudez solo la había visto un par de veces en Eda, y Amity en momentos muy puntuales, incluso ella había tenido sus episodios de testarudez pero lo de Shimmer estaba rozando niveles poco sanos, casi obsesivos comparables solo con las horas excesivas de sueño que tenía.

Días en los que descansa en exceso y días en los que se presiona demasiado a sí misma poniéndolas en riesgo de forma involuntaria... O tal vez lo sabía y no le importaba.

Algo está mal con esta chica.

— Agh, bien. Como quieras —. Sin mediar otra palabra, Sunset le lanza un ataque a Lilith quien bloquea fácilmente con su bastón.

Sunset se transporta a su retaguardia y sus manos están rodeadas de un aura roja e intenta golpearla, Lilith crea una barrera mágica la cual es cortada como papel por una cuchilla por Sunset. El aura en las manos de Sunset se alargan y las usa como espadas lanzando tajos contra Lilith quien se defiende con un rayo celeste, derribando a Sunset.

La pelifuego se levanta creando una esfera negra entre sus manos y se la arroja a Lilith, la bruja lo detiene y dibuja una serie de círculos de hechizos de donde brotan rayos blancos. Sunset se cubre con su magia y da un pisotón en el suelo enviando una vibración bajo la tierra haciendo caer a Lilith en un agujero mientras da un grito agudo.

Lilith se transporta rápidamente fuera de aquel sumidero y lanza rafagas y ondas contra la cobertura de Sunset, los ataques chocan contra el suelo levantando polvo y aprovechándose de eso Lilith se deja caer sobre ella rompiendo su guardia y ya con Sunset en el suelo impide que se levante apuntándole con su taliamigo.

Sunset lo aparta de un manotazo y de su mano brota una llamarada. Lilith evita su ataque y con su bastón atrae el fuego del ataque de Sunset hacia sí misma y lo moldea de modo que pareciera que crea un objeto que le explota en su manos al tiempo que la joven se le echara encima, envolviendo a ambas en una nube de humo negro.

— ¿Qué fue eso? —. pregunta Sunset mientras tose y aparta el humo de su vista.

— Estaba intentando algo —. Dice Lilith mientras tose también.

— ¿Intentar qué?

— Un poco de magia arbisana.

— Creo que debiste saber que no te saldría a la primera.

— No es la primera vez que lo hago, en realidad —, Lilith gruñe con frustración, — No lo entiendo, hice todo lo que se supone que es "lo básico".

— ¿Lo básico?

— Tu fuiste estudiante de magia alguna vez, estoy segura que lo entiendes.

— Bueno... tal vez, no sé cual es tu concepto de "lo básico". Además, yo tenía mi propio método —. Dice Sunset con un deje de orgullo.

— Ah, sí... pues... yo también tengo mi método.

— ¿De verdad? —. pregunta Sunset con un gesto.

— Sí —, Lilith se cruza de brazos mientras mantiene la frente en alto, — No me volví la Líder del Aquelarre del Emperador por nada. Perfeccioné todo lo que aprendía a través de: la repetición, la memorización y siguiendo las reglas —. Lilith le da una sonrisa presumida a Sunset mientras levanta la ceja.

— Por supuesto. Nunca me funcionó.

— Se nota —. comenta Lilith.

— La magia no tiene porque ser tan mecánica. Tu hermana parecía que lo entendía —, Lilith tenía ciertos límites que no debían ser cruzados, por más que las cosas hubieran mejorado entre ellas no tenía ningún derecho de hablar de Edalyn, — Creo que por eso ella era la estrella de Los Espíritus —. La estaba provocando.

— Hurgaste mucho en mis recuerdos y aun así olvidaste algo importante —, dice Lilith, — Yo era la capitana por una razón —. Su mirada se llena de determinación mientras una flama azul brota en la palma de su mano y Sunset alza sus puños frente a su rostro.

— Hey —, las llama Vernis, — Lamento interrumpirlas pero tengo que hablar con ustedes. Es importante de verás así que apresúrense.

— ¿De qué se trata ahora? —. le pregunta Lilith a Sunset.

— Tal vez Catra hizo un progreso —. responde la pelifuego.

— ¿Catra?

— Sí, olvidé que me hizo prometer que no te diría nada —, Lilith se siente intrigada, — Vernis le tendió una "trampa" a Catra para que la dejaran entrar en la sitche y la última semana lleva yendo y viniendo por todo el lugar para "estrechar lazos" según Vernis.

— Oh... yo... lo entiendo —. siente como su párpado tiembla cuando termina aquella frase.

— ¿Qué te pasa? ¿Por qué esa cara?

— Nada, nada. Es solo que me tomó por sorpresa que haya sido yo quien expresó interés desde un principio por la historia de estos seres, que lleve días y noches leyendo todo sobre ellos y su historia, admirando en secreto sus técnicas para controlar la magia y llevar este incómodo traje por todos lado para que al final sea la más tosca de nosotras quien esté relacionándose con esta cultura —, Lilith da una sonrisa incómoda, — Pero supongo que está bien. Después de todo no es una competencia por ver quién entablaba mejores relaciones con los arbisanos... No, definitivamente no me molesta, ¿vamos?

— Claro... lo que digas —. Ambas empiezan a caminar hasta la casa.

Hunter I:

El volcán que sobresale del castillo hace un estruendo iluminando brevemente el cielo de rojo mientras las cenizas caen sobre los torreones que rodean la morada del Emperador mientras él observa aquel paraje sombrío desde las almenas.

No hay corrientes de aire que se lleven las cenizas y el polvo. Últimamente no hay vientos que soplen desde ninguna dirección.

Sacude su capa de blanco impoluto y regresa al interior del castillo atravesando una sala donde la poca luz que se cuela del exterior pasa a través de los cristales multicolor de un vitral que representa la figura del Emperador. Cruza un pasillo tras otro para llegar al corredor principal que lleva hasta el puente retráctil que permite el ingreso al castillo.

Ahí se encuentra con varios miembros y capitanes del Aquelarre del Emperador dispuestos a salir hacia una expedición que en teoría sería un día más... Expedición que él debía liderar.

— ¿Qué están haciendo? — pregunta a un brujo que carga una caja.

— Nos preparamos para salir hacia La Rodilla —. Responde.

— ¿Con la autorización de quién?

— Pues... del Emperador ¿De quién más?

— Debe ser un error —, dice Hunter quien para el resto de habitantes del castillo él es el Guardia Dorado, — Se supone que yo debo liderar esta expedición.

— Ah, no lo creo. Nos lo habrían informado si fuera así.

— ¿Quién se supone que está a cargo? — Habría problemas si resultaba ser Kikimora quien lo sustituyera.

— Él —. Señala a otro brujo que iba pasando. Portaba un yelmo del que sobresalía una pluma.

— Oye —, llama Hunter, — ¿Quién te puso a cargo? Se supone que esta es mi misión.

— El Emperador me puso a cargo porque dice que ya que fui el que tuvo más contacto con estos invasores sería de gran ayuda para coodinamiento —. Responde.

Por supuesto, él. Lo había olvidado.

— Querrás decir coordinación —. Corrige Hunter.

— Como sea —, se encoge de hombros, — Relevancia para Steve —. Dice mientras se aleja extendiendo sus brazos al aire.

Esto era inaudito. No podían relevarlo de sus deberes sin informarle siquiera, ¿verdad? No había razones para que su tío tomara tal decisión. No había hecho más preguntas, no se había entrometido más allá de lo que le indicaban, había coordinado esa expedición. Esperaba poder resolver esto pues no entendía el porqué.

Llegando a las puertas que llevan a la sala del trono respira profundamente para armarse de valor y entra, encontrándose con Belos sentado mirando hacia la puerta. No se inmuta ni se sobresalta ante la aparición de Hunter, como si lo estuviera esperando. El caminar de Hunter se vuelve cada vez más lento y dubitativo a medida que se acercaba a su taciturno tío.

— Emperador Belos —, se arrodilla frente a él, — He venido para...

— Para saber por qué te relevé como líder de la expedición a La Rodilla —, claro que lo estaba esperando, — Verás, Hunter, en el gran orden de las cosas todos tenemos un papel que desempeñar, para bien o mal, y El Titán ha estado bastante... inquieto desde que esta crisis comenzó —, ¿Crisis? ¿Tan malo es? —, Debemos descubrir cuál es nuestro propósito antes que las circunstancias se vuelvan más agravantes.

— Si eso es así, ¿por qué...?

Hunter no puede terminar su pregunta pues escucha pasos acercarse desde la entrada de la sala, se voltea para ver de quién se trata.

Alador Blight.

— Emperador Belos —. Hace una pequeña reverencia.

— Justo a tiempo... Líder de Aquelarre —, recibe el Emperador a su invitado, — Espero no haber interrumpido sus avances.

— En absoluto, Emperador —. responde Alador.

Pocos sabían de las investigaciones y experimentos de Alador Blight en el campo de los abominables y su mezcla con tecnología a pesar de que su esposa tenía otras ideas para tales proyectos, el Emperador en persona pidió que se mantuviera discreción al respecto.

Esto debía ser importante de algún modo pues la hija menor de la familia Blight había sido capturada junto a la Lilith Clawthorne y si bien el estoicismo era una particularidad del Líder del Aquelarre de Abominables, deben ser un duro golpe saber que uno de tus hijos es rehén en un reino diferente, más lejos de lo que el entendimiento común puede llegar a concebir.

— No me gustan los rodeos, así que lo diré de una vez —, Belos se pone de pie, — Todos sus años sirviendo como Líder de Aquelarre en nombre de la voluntad del Titán siempre le serán agradecidos, sin embargo, ante las circunstancias que nos atañan en estos momentos he tomado una decisión...

— Espero no haber llegado tarde, no encontraba qué ponerme —, una refinada y presuntuosa voz se hace presente en la sala mientra un brujo de piel morena hacia el tacón de sus botas blancas crea un eco en el lugar. Al llegar cerca de ellos se gira y simplemente saluda, — Alador.

— ¿Darius? —, dice Alador con incredulidad, — No lo entiendo, ¿por qué habría de...?

— Sé que sus investigaciones han progresado enormemente en los últimos meses y que ha creado un modelo casi completamente funcional —, habla Belos.

— Sí, pero eso no explica...

— Y dado el abrupto paradero de su hija me pareció adecuado cederle su puesto a Darius para que se encargue del Aquelarre mientras usted termina con sus investigaciones y tenga algo de tiempo para sopesar tal situación con su familia —. Continúa el Belos.

— Emperador, le puedo asegurar que yo...

— Está decidido —, sentencia Belos, — Yo me encargaré de supervisar y financiar sus avances y lo seguirá manteniendo fuera del ojo público. No queremos que los habitantes crean que hay brujas que pueden tener ejércitos privados. Puede retirarse.

Alador se queda ahí parado con un rostro de incomprensibilidad al igual que Hunter. Sabía que su tío a veces podía ser severo e inmisericorde pero cambios radicales de reestructuración tan drásticos no eran tan habituales y menos si estaban en una crisis como la definía Belos.

— Yo... lo entiendo. Sí me disculpa, Emperador —. Alador no dice nada más y procede a retirarse a un paso rápido seguido por la triunfante mirada de Darius.

— Lo tomó mejor de lo que pensé —, comenta el nuevo Líder del Aquelarre de Abominables, — Aunque si me lo pregunta, no me termina de agradar la idea de usar sus... artefactos.

— Preocúpese de sus nuevas responsabilidades, Líder de Aquelarre —, dice Belos, — Déjenos el resto a nosotros.

— ¿Qué? ¿Sin una ceremonía o un evento? ¿Ni siquiera para ponerme ese tonto botón? — se queja Darius. Belos continúa impasible en su trono, — De acuerdo, después de todo no me gusta aparecer en la red abierta de bolas de cristal.

Darius sale dando largas zancadas de la sala, Belos cierra las puertas con su magia una vez salió.

— ¿Por qué...?

— Ya te lo dije —, interrumpe Belos, — Pero no siempre podemos dejar cosas al azar. Hay que elegir nuestras piezas y hacer los movimientos correctos. Solo así podremos ganar.

Nosotros recuerda Hunter.

— Tal vez podamos averiguar cuál es tu papel en todo esto, ¿te parece? —, una ligera chispa de emoción aparece en su interior, — El Día de la Unidad se acerca, y ni siquiera nuestros nuevos enemigos no deben interferir. Los preparativos deben seguir adelante.

— Habrá que capturar a la Dama Búho entonces —. Dice Hunter.

— No. Olvídate de ella de momento —, replica Belos, — Hay algo que necesito que hagas por mí.

Ya sé que Alador no es líder de nada, pero ya lo había puesto así antes de que saliera la segunda temporada (Dana nos troleó bien sabroso con eso) pero tengo que darle continuidad a esto.

Lo digo antes de que alguien se me tire al cuello.

Buenos días, buenas tardes o buenas noches.