Amity VII:

Sus pies descalzos andaban por el piso de madera de aquel cuarto de colores ocres donde Baruch les había ordenado que permanecieran hasta que pudieran juntarse con las personas que supuestamente iban a ayudar o quien saben. La cosa ya se había vuelto muy enrevesada que ya todo parecía tan ajeno a como comenzó.

La puerta está cerrada, manipulando la mezcla de abominable la mete por la cerradura y logra quitar el pestillo y cruza el umbral hacia un pasillo oscuro que por el se filtraban las luces multicolor de la ciudad. Bajando las irregulares escaleras llega hasta la primera planta del edificio dando a una concurrida calle donde diferentes seres iban y venían cada uno en sus pensamientos mientras por la avenida los vehículo pasaban zumbando a velocidades vertiginosas.

Agachando la mirada empieza a caminar entre en el gentío sin intención de querer cruzar miradas con nadie. Estaba harta de estar encerrada, ya fuera en ese apartamento, en el palacio de Arbis o esa pequeña casa a las afueras de la sitche. Estaba harta de los muros, de las reglas, de las limitaciones.

Muchas veces se quedaba mirando al infinito imaginando lo que haría si tuviera las habilidades mágicas de Sunset o Lilith y la intrepidez de Catra. A lo mejor ya hubiera vuelto a las Islas Hirvientes y habría expulsado a Leraos. Catra le habría dicho que usara sus manos para crear y solo hay una cosa que quería labrar con su esfuerzo: su futuro.

Catra construyó toda una vida sobre algo en lo que no creía, Sunset tomó las riendas de su vida pero terminó mal. No quería que su vida estuviera marcada por fracasos al igual que no quería que hubiera alguien diciéndole que hacer o tirando los hilos de sus acciones. No quería límites, quería tomar sus propias decisiones y llevar a cabo sus propios actos. Quería ser alguien.

Pero la vida simplemente le ponía traba tras traba para que no llegara a ser quien quería ser y negándole el demostrar su potencial limitándose a una mera espectadora mientras cosas grandes e importantes suceden a su alrededor y otros toman las decisiones importantes. Sabía que no podía hacer mucho en una guerra pero le fastidiaba también no poder hacer nada en absoluto.

El orgullo Blight afloraba en ocasiones.

Había caminado tan metida en sus pensamientos y en piloto automático que no se había dado cuenta que había llegado a una pequeña plaza en donde hay un círculo de pilares y unas bancas bajo árboles extraños y alargados con unos cuantos postes de luz dispuestos por el lugar.

Se sentó en una banca sin saber en qué más pensar. Solo deseando encontrar un camino para terminar con todo, volver a casa. Volver con sus hermanos, a la escuela, con sus padres; volver con Luz.

Catra se lo dijo en los primeros días de su viaje, que decirle lo que sentía sería la primera cosa que haría al volver, aún cuando a lo mejor ella la rechazara y no concretara nada pero no viviría con eso encerrado en su pecho, retomaría su amistad con Willow y huiría de la idea de unirse al Aquelarre del Emperador pues nunca fue su sueño, sino el de su madre.

— A veces me pregunto qué haremos contigo —. La voz de Lilith interrumpe sus pensamientos.

— Por favor, Lilith, no seas tan dura —, Sunset se sienta junto con ella —, Conozco esa cara, sé en lo que piensas porque yo también lo he pensado.

— ¿Me conoces tan bien, acaso? —. Pregunta Amity con molestia.

— No tanto. Pero conozco esa sensación. Yo también quiero que todo esto se acabe pero todo parece que...

— Solo se hace cada vez más complicado —, Lilith termina la oración.

— Escucha, niña, sé que estás en esa etapa rebelde y todo pero necesitamos trabajar juntas, ahora más que nunca —, dice Sunset en tono de súplica, — Para que puedan volver a casa y poder ayudar a Catra.

No le gustaba pensar en Catra, o más bien en la idea de que la habían dejado sola para que les cuidara la retaguardia.

— Amity, — habla Lilith, — De verdad que daría lo que fuera para que no estuvieras involucrada pero... no siempre las cosas salen como quiero. Me pasó con mi hermana y me pasó contigo.

— ¿Qué? —. Pregunta Amity.

— Cuando éramos niñas, Edalyn y yo éramos las mejores amigas. Ella era más fuerte y más talentosa y nuestro sueño era unirnos al Aquelarre del Emperador pero cuando las pruebas finalmente llegaron solo una podía unirse y nos dijeron que teníamos que enfrentarnos —, los ojos de Lilith se volvieron acuosos, — Sabía que no podía ganar y... el Emperador decía que había que hacer sacrificios para alcanzar la grandeza y... se suponía que solo sería por un día.

La mayor finalmente se rompió. Amity conocía bien todo lo que rodeaba a la Dama Búho, sabía el origen de su apodo. En ese momento no sabía como tomarse tal revelación de su otrora figura de admiración. Todo ese cuento de los "humildes comienzos" y toda esa parafernalia que la propia Lilith había montada alrededor de su propia figura la hacía enojar. Quiso decir algo pero la mano de Sunset en su hombro la detuvo de decir algo.

— Tal vez no puedo entender como te sientes realmente, pero desde que hablaste con Tempest he visto el cambio en ti. He visto esa chispa en tus ojos, de querer más, ser algo más pero te pido, por favor, que no hagas algo de lo que te puedes arrepentir. — Le suplica Lilith.

— Mírame, Amity, no estaría aquí si no hubiera mordido más de lo que podía masticar —, interviene Sunset, — Yo tengo que enmendar mis errores pero tú no tienes porqué enmendar nada. Yo también me siento abrumada por todo a veces pero, oye, dime si no es una historia que le contarías a todos al volver.

— No es la historia que me hubiera gustado vivir, la verdad —. Una tímida sonrisa se dibuja en su rostro.

— Eres una aficionada a la lectura. Sabes mejor que nadie como pueden llegar a ser las historias. Pueden empezar muy amenas, después ponerse oscuras pero la mayoría acaba bien al final. Y la tuya terminará bien —. Sunset le da un empujoncito.

— Eso espero... Pero tal vez ya no habrá otra igual de emocionante —. Responde Amity.

— Eso no lo sabes —, dice Lilith, — Y lo mejor será que podrás elegir qué historia quieres vivir sin que te veas envuelta sin que lo planees —. Da una mirada fugaz a Sunset quien solo sonríe.

— Te puedo decir por experiencia que terminas agradeciendo las cosas que vives. Algunas más que otras, pero siempre terminas aprendiendo algo. El final también es parte del viaje —, Sunset le da una cálida y genuina sonrisa a la menor y vuelve a ver aquel brillo que vio en sus ojos aquella noche de lluvia. La noche en que su viaje empezó.

Las dudas no se disipaban del todo, aún siente que puede dar más y sabe que están lejos que su viaje termine y tenía la sensación de que aún faltaban muchas cosas por venir, muchas de las cuales la harían sentir miedo. La sola idea del miedo la aterraba. Un sinsentido pero tenía lógica de alguna forma.

Pero comprendía lo que querían decir, pues había aprendido bastante de Catra y Sunset, incluso de Lilith. Pero hay cosas que ella tiene que aprender por su cuenta.

Otro capítulo corto pero esta vez con un motivo especial.

El 8 de abril de 2023, llegó a su fin La Casa Búho. Una serie que me marcó tanto por su historia como por sus personajes y los temas que trató en sus escasas tres temporadas.

No sé cuantos de mis pocos lectores hayan visto la serie y cada quien la disfrutó en mayor o menor medida. Pero estoy seguro que muchos llegaron a esta historia por estar involucrada uno de los personajes más queridos por el fandom (yo incluído) y por eso quería subir este capítulo hoy desde su punto de vista hablando de lo que un final puede suponer.

¿Debí haberlo poco antes o poco después de que el final se emitiera? Obviamente, pero la historia estaba en un punto en el se sentiría bastane fuera de lugar, además de que he estado resvisando partes de la serie para ver como encajo la historia canon con el fic.

Así que mejor tarde que nunca, ¿no?

Las historias nos inspiran de una u otra forma y de igual forma nos marcan y cuando terminan no somos las mismas personas que cuando empezamos a verlas y personalmente siempre doy gracias cuando termino una historia que he disfrutado un montón.

Así que, desde este pequeño rincón de internet y desde un pobre fanfic: Gracias, Dana Terrace, por darnos tu historia y tus personajes.