Después de un largo día de clases, las 4 integrantes del Club del Entretenimiento estaban en la sala del Club del Té. Kyouko estaba mirando una revista con bonitos paisajes, y parecía bastante concentrada, lo que extrañaba un poco a las demás chicas.

–Kyouko-senpai, ¿por qué miras esta revista?

–Estaba pensando que nos lo pasamos muy bien la última vez que fuimos a una excursión con el consejo estudiantil, así que había pensado en hacer una excursión otra vez, y estaba mirando lugares para ir.

Akari se emocionó.

–¡Wua, qué emocionante! ¿Qué lugares hay?

Kyouko miró a Akari algo extrañada.

–¿Eh? ¿Akari? ¿Cuándo has llegado?

–En el mismo momento que vosotras…

–Vaya, lo siento, no me había dado cuenta. – Dijo Kyouko sin sentirlo realmente.

–Ya lo veo, ya. Se me da bien pasar desapercibida.

–No, eso es porque no tienes presencia. – Dijo Kyouko intentando chincharla.

–Ya, a eso me refería.

Que Akari se tomara aquello con tanta calma sorprendió a las chicas.

–Akari-chan, ¿no estás enfadada? – Preguntó China.

–¿Por qué iba a estarlo?

–Bueno, ya sabes… Hasta ahora no soportabas que te dijéramos que no tienes presencia.

–Ya, pero es la verdad. No tengo presencia, qué se le va a hacer. Parece que es algo que va conmigo. Enfadarme o molestarme no va a cambiarlo, así que es mejor aceptarlo. Puedo ser feliz aun sin tener presencia. No voy a dejar que eso me desanime.

Las tres chicas estaban sorprendidas de que Akari hablara de esa forma. No parecía la misma chica de siempre. Y además, aunque no sonreía tanto como el día anterior, se seguía viendo contenta. Kyouko habló.

–Entonces… ¿Ya no deseas ser el centro de atención?

–No. – Respondió radiante. – Además, ya no lo necesito.

–¿Qué quieres decir? – Preguntó Chinatsu, que no entendió a Akari.

–Creo que quería ser el centro de atención porque me sentía insegura.

Eso llamó la atención de todas. Akari, aunque en ningún momento dejó de sonreír del todo, sí que redujo un poco su sonrisa, y por su tono de voz se podía notar que no se sentía precisamente alegre al decir eso.

–Al tener poca presencia era ignorada fácilmente, y eso me daba miedo. Pensaba que podría acabar siendo dejada de lado y olvidada. Eso me daba miedo y me entristecía, por eso quería ser el centro de atención. Quería sentirme querida.

Las demás chicas estaban asombradas.

–Akari…

Akari volvió a ampliar su sonrisa.

–¿Pero sabéis qué? Ya no tengo miedo. No necesito ser el centro de atención para ser feliz. Os tengo a vosotras, tengo a las chicas del consejo y tengo a mi familia. Ya no me importa ser un personaje secundario y no lucir. Lo único que me importa… Es ser feliz.

Las demás chicas no sabían qué decir. Tras unos segundos, todas sonrieron.

–Akari-chan…

–Eso es genial, Akari. – Dijo Yui.

Kyouko asintió.

–Me alegro por ti, Akari.

–Yo también. – Añadió Chinatsu.

Kyouko volvió a hablar.

–Además, eso significa que aceptas que la protagonista soy yo, ¿verdad?

–Así es. – Respondió Akari igual de feliz.

–¡Sí! ¡Genial!

Yui y Chinatsu se molestaron un poco por eso, ya que Akari acababa de sincerarse y a Kyouko parecía importarle más ser ella la protagonista que lo que dijo Akari. Pero como esta no se molestó, decidieron pasarlo por alto.

Más tarde

Las cuatro chicas estaban regresando juntas a sus casas, haciendo juntas el trayecto hasta la casa de Akari, que era la que estaba más cerca de la escuela. Kyouko y Chinatsu iban delante, y Akari y Yui detrás. Esta decidió hablar con Akari.

–Akari.

–Dime, Yui-chan.

Yui sonrió.

–Has madurado bastante.

–¿Eh? – Se sorprendió Akari.

–Lo que has dicho antes, que ya no te importa ser el centro de atención y un personaje secundario, que lo único que te importa es ser feliz, además de explicarnos todo eso… Eso es muy maduro, Akari.

Akari, aunque contenta, se sonrojó un poco.

–¿T-Tú crees?

Yui asintió.

–Ejejé.

Akari sonrió felizmente al ver que Yui, la más madura de sus amigas consideraba que había madurado.


Al día siguiente

Era sábado, por lo que no había que ir a la escuela, así que Yui aprovechó para hacer tareas de la casa, pensando en jugar a videojuegos después de terminar como recompensa. Sin embargo, antes de que hubiera terminado llamaron al timbre, extrañando a Yui.

–¿Ah? ¿Quién debe ser? – Yui se contestó a sí misma. – Ah… ¿Quién quieres que sea? Seguro que es Kyouko…

Sin embargo, la chica se sorprendió al ver en la pantalla a Akari, llevando una pequeña bolsa con ella.

–¿Eh? ¿Akari?

Hola, Yui-chan. – Dijo con una sonrisa. – ¿Puedo pasar?

–Ah, claro. – Respondió Yui abriendo la puerta.

–Gracias.

Yui cerró la puerta tras entrar Akari.

–Qué sorpresa. ¿Qué haces por aquí?

–Pues he pensado en pasar el día contigo.

–¿Eh? – Se sorprendió Yui.

–Ya sabes, aunque somos amigas de la infancia, realmente pasamos poco tiempo juntas, ¿no crees?

–Mmm… Bueno, ahora que lo dices es cierto. Desde que entramos a secundaria nos hemos distanciado un poco.

–¿Verdad? ¡Y eso no puede ser! – Dijo sonriendo con determinación. – He pensado en pasar el día contigo, y también en dormir juntas, así podremos reforzar lazos.

Yui parpadeó un par de veces, perpleja por lo que decía Akari. La pelirrosa de pronto se alteró un poco.

–¡S-Si no tenías nada más que hacer, claro! ¡Es verdad, me he presentado en tu casa sin avisar sin pensar que a lo mejor tenías planeado hacer cosas! ¡Lo siento, ha sido desconsiderado de mi parte! ¡No tienes por qué hacerlo si tenías otras cosas…

–No, tranquila. – La cortó Yui. – Es solo que me ha sorprendido porque ha sido inesperado, pero no tengo nada más que hacer. Además, no me molesta para nada pasar el día contigo. Es más, me parece una gran idea. – Akari mostró una gran sonrisa y asintió feliz. – Ahora estaba terminando con las tareas de casa.

–Entonces deja que te ayude y así terminamos antes. – Dijo Akari con entusiasmo.

–Gracias. – Respondió Yui feliz.

Dicho y hecho. Akari ayudó a Yui a terminar las tareas que le quedaban pendientes y terminaron enseguida, por lo que pudieron dedicarse a jugar juntas. Debido a que Yui tenía una consola y juegos que Akari no tenía, decidieron jugar a videojuegos. Como Yui tenía más experiencia que Akari, ganó todas las partidas de todos los juegos a los que jugaron. Aunque Akari se molestaba un poco cada vez que perdía, enseguida recuperaba el ánimo, pues no quería que algo tan trivial como un simple videojuego hiciera que dejara de estar feliz. Aun así, tras perder todas las partidas, Akari decidió rendirse, y se dejó caer de espaldas al suelo.

–Ah… Menuda paliza…

–Lo siento… – Dijo Yui sintiéndose un poco mal por haber ganado siempre.

–Caramba… Eres muy buena, Yui-chan.

–Bueno, es que paso mucho tiempo jugando a videojuegos, así que tengo experiencia.

Akari se incorporó, sentándose al estilo indio.

–Entonces yo también tengo que jugar mucho a videojuegos para poder llegar a tu nivel. – Dijo sonriendo.

–Sí, pero no te olvides de estudiar.

–Claro.

Las dos chicas soltaron unas risitas, cuando de pronto el estómago de Akari sonó.

–Ejejé… – Soltó la pelirrosa un poco avergonzada.

–Ya es casi la hora de comer. Voy a preparar algo. – Dijo levantándose.

–Deja que te ayude, Yui-chan. – Dijo Akari levantándose también.

–Gracias. – Asintió.

Así, Yui preparó algo para comer y Akari ayudó con varias cosas, pudiendo terminar antes que si lo hubiera preparado Yui toda sola.

–¡Itadakimasu! – Dijeron las dos chicas, para justo después empezar a comer.

–¡Mmmmm! ¡Está delicioso! – Exclamó Akari.

Yui sonrió.

–Me alegro que te guste tanto. Si quieres te digo donde compro los ingredientes.

–No, no es por los ingredientes que está tan bueno.

Eso extrañó a Yui.

–¿Eh?

–Es porque la hemos hecho juntas. – Yui se quedó igual de descolocada. – La comida hecha y compartida con la gente que quieres siempre sabe mejor.

Yui parpadeó un par de veces, pero luego sonrió.

–Sí, supongo que tienes razón.

Las dos chicas siguieron comiendo. La verdad es que a Yui no le molestaba esa nueva manera de ser de Akari, solo que no estaba acostumbrada a ver a su amiga actuar de esa forma, por eso se sorprendía, pero le gustaba ver a Akari tan feliz.

Después de comer, las dos chicas siguieron jugando, esta vez a juegos de mesa. Al tratarse de juegos de azar y no de habilidad, aquí Akari tuvo más suerte y ganó la mayoría de las partidas, cosa que la alegró, no solamente a ella, sino también a Yui, ya que se sentía un poco mal por Akari por haberla derrotado en todas las partidas anteriores.


Las horas fueron pasando y finalmente llegó la hora de cenar.

–Vaya, ¿ya es tan tarde? – Preguntó Akari mirando la hora.

–Se me ha pasado muy rápido. – Dijo Yui.

–A mí también. Realmente el tiempo pasa muy rápido cuando te diviertes.

Yui asintió. Realmente les había pasado el tiempo volando. Aunque habían estado casi todo el día jugando, parecía que hubieran pasado solo tres o cuatro horas.

Al igual que hizo con el almuerzo, Akari ayudó a Yui a preparar la cena. Una vez cenaron, Yui se dirigió a Akari.

–Akari, ¿quieres tomar un baño?

Esta asintió.

–Sí.

–Bien. Voy a preparar la bañera.

Mientras Yui fue a preparar la bañera, Akari fue a buscar su pijama de perro, que había traído con la bolsa que llevaba consigo, dejándolo en la estancia anterior al baño, para ponérselo al salir. Allí se quitó la ropa y la puso en la cesta para lavar, entrando luego al baño, encontrándose con Yui.

–Ah, Akari. La bañera ya está lista. Tómate el tiempo que quieras, cuando termines ya me bañaré yo.

Eso extrañó a Akari.

–¿Qué dices, Yui-chan? Bañémonos juntas.

–¿Eh?

Akari sonrió.

–Claro, es una tontería esperar a que termine para entrar tú. Bañémonos juntas y aprovechemos el tiempo.

–¿Eeeh? Pero… Bañarse juntas es vergonzoso… – Dijo Yui algo ruborizada, extrañando a Akari.

–¿Pero qué dices, Yui-chan? Ya nos hemos visto desnudas muchas veces antes, y también nos bañamos juntas en el campamento. Además, de pequeñas nos bañamos muchas veces juntas con Kyouko-chan.

–Bueno, sí, pero…

–Vamos, no le des más vueltas, Yui-chan. Desnúdate tú también.

Aunque a Yui le daba algo de vergüenza, terminó cediendo.

–Um… B-Bueno, está bien. Ahora vengo.

Mientras Yui fue a la otra estancia a desnudarse, Akari se duchó antes de meterse en la bañera. Cuando Yui volvió, Akari ya había terminado y estaba en la bañera, por lo que ahora era el turno de Yui para ducharse, metiéndose en la bañera con Akari al terminar, cara a cara. Akari al principio sonrió, pero dejó de hacerlo al fijarse en algo en Yui, mostrándose algo curiosa. Luego miró hacia abajo, mostrándose algo desanimada, extrañando un poco a Yui.

–¿Qué ocurre, Akari?

–Me gustaría tener unos pechos como los tuyos, Yui-chan.

Yui se sobresaltó un poco.

–¡¿Q-Qué dices, Akari?!

–Tú tienes unos pechos muy grandes, en cambio yo soy plana… Como una tabla de cortar…

Yui, entendiendo cómo se sentía Akari, intentó consolarla.

–Vamos, no te preocupes por eso. Solo tienes 13 años, ya te crecerán.

–Pero tú los tienes mucho más grandes que yo.

–Nos llevamos casi 2 años de diferencia, es normal. Con 13 años es normal que los tengas así.

–Himawari-chan tiene la misma edad que yo y los tiene más grandes que tú.

A Yui le salió una gota de sudor.

–Bueno… Ella… Es especial… – Yui intentó reconducir la conversación. – De todas formas, ¿por qué te preocupas por eso ahora? Nunca antes te había visto preocupada por el tamaño de tu pecho.

–Es que… Tanto tú como Ikeda-senpai me habéis dicho que soy madura, pero en cambio, mi cuerpo sigue siendo el de una niña. No quiero… No quiero ser madura solo mentalmente, sino también físicamente. No quiero tener un cuerpo infantil.

Yui se sorprendió un poco, pero después sonrió.

–Vaya, así que es eso. Akari, no tienes que preocuparte por eso. La maduración corporal no tiene nada que ver con la mental. Hay gente adulta que se siguen comportando como niños, y chicos jóvenes que son más maduros que algunos adultos. Además, cada cuerpo madura a un ritmo diferente. Hay algunas personas, como Furutani-san, a las que su cuerpo empieza a madurar muy pronto, y que con solo 13 años ya están muy bien desarrolladas. Y otras que su cuerpo empieza a madurar más tarde, a los 14 o incluso 15, y otras que aunque tengan 20 años no llegaran a tener nunca los pechos del tamaño que ella los tiene ahora. Cada persona es diferente, y no hay modo de saber cuándo empezará a madurar cada uno. Aún estás en desarrollo, así que aún pueden crecer.

Akari estaba un poco más convencida, pero no del todo.

–¿Y si me quedo igual y no me crecen y no me quieren por tener los pechos pequeños?

–Si alguien te rechaza por tener pechos pequeños es que es idiota. – Eso llamó la atención de Akari, por la forma en la que Yui lo dijo. – Eres una chica muy linda y adorable, Akari. Siempre estás dispuesta a ayudar a los demás, llegando incluso a anteponer la felicidad de los demás antes que la tuya. Eso es en lo que debe fijarse la gente. Si alguien te rechaza por tener pechos pequeños es idiota y no mereces estar con él.

–Yui-chan…

Yui miró a Akari con una sonrisa, lo que hizo que Akari sonriera también. Aunque después miró de nuevo a los pechos de Yui con algo de envidia.

–Aunque me gustaría tenerlos como tú…

–¡¿Ha servido de algo lo que te he dicho?!


Después de bañarse, las chicas se pusieron el pijama y Yui preparó los futones, poniendo uno al lado de otro.

–Apago la luz. – Dijo Yui al lado del interruptor, a lo que Akari, que ya estaba en el futón, asintió.

Después de apagarla, Yui fue hacia su futón, estirándose mirando a Akari, la cual también estaba mirando a Yui. La menor soltó unas risitas.

–¿Qué ocurre, Akari? – Preguntó Yui feliz de ver a su amiga así.

–Es que creo que es la primera vez que dormimos juntas solo tú y yo. Las otras veces siempre estaban también Chinatsu-chan o Kyouko-chan.

–Es verdad, esta es nuestra primera vez.

–Sí.

Aunque Yui se dio cuenta después de que lo que dijo podría malinterpretarse, Akari era tan inocente que no vio ningún doble sentido, lo cual alegró a Yui.

–Buenas noches, Akari-chan.

–Buenas noches, Yui-chan.

Yui se giró, quedando de espaldas a Akari, y esta solo cerró los ojos, dispuesta a dormir.


Un rato indeterminado más tarde, Yui se giró instintivamente, quedando de nuevo de cara a Akari. Por el movimiento, Yui abrió los ojos, sin saber ella misma si eso la había despertado o es que aún no se había dormido del todo. Al hacerlo, vio de nuevo a Akari, durmiendo plácidamente. Aunque estaban las luces apagadas, la tenue luz de la luna se colaba por las cortinas, iluminando la cara de Akari. Yui se la quedó mirando por un rato, sin saber exactamente por qué. Veía algo diferente en ella, tal vez por la nueva forma de actuar de la chica, que habría hecho que cambiara la opinión que Yui tenía de ella. Las pequeñas motas de polvo que permitían ver el haz de luz de la luna parecían brillos, como si la propia Akari brillara, haciéndola ver muy linda, sorprendiendo un poco a Yui.

¿Akari siempre ha sido tan linda? – Pensó para sí misma Yui.

La chica se la quedó mirando un rato más, y cuanto más la veía más linda la encontraba.

Akari…

Inconscientemente, Yui sintió el impulso de acariciar el pelo de Akari, lo cual hizo, sorprendiéndose cuando se dio cuenta de lo que hacía.

¡U-Un momento! ¡¿Qué estoy haciendo?! ¡¿Por qué le estoy acariciando el pelo a Akari?! – Tras unos segundos, la propia Yui se calmó. – Bueno, tampoco tengo que alterarme. Es solo que se ve muy linda así, por eso me han venido ganas de acariciarla. Sí, es por eso…

Yui volvió a pasar su mano por el pelo de Akari suavemente, pensando en las palabras que acababa de pensar. Se veía muy linda, sí, ¿pero por qué había querido acariciarla solo por eso? Además, mientras Yui iba pasando la mano por el pelo de Akari, aquello, la hacía sentir muy tranquila y relajada. Le estaba gustando eso. Además, la suave respiración de Akari emitía un sonido que, lejos de ser molesto, le resultaba a Yui bastante agradable. Todo eso combinado, la respiración de Akari, verla así de linda y acariciarle el pelo estaban haciendo sentir a Yui tan bien y relajada que empezó a dormirse, cerrando poco a poco los ojos, siendo Akari lo último que vio antes de cerrar los ojos.

Akari…


A la mañana siguiente, Akari se despertó, abriendo los ojos lentamente. La chica se incorporó y bostezó estirando los brazos, viendo después que Yui no estaba a su lado.

–Ah, Akari, ya te has despertado. – Dijo Yui desde los fogones. – Estaba preparando el desayuno. ¿Quieres?

Akari animada, sonrió y asintió.

–Sí. Voy al baño a asearme y vengo.

Después de asearse, Akari fue con Yui a comer el desayuno.

–¡Itadakimasu!

Akari empezó a comer, con su radiante sonrisa. Sonrisa que Yui decidió mirar durante un rato antes de empezar a comer, haciendo que ella también sonriera al ver a Akari tan feliz. Esta, al ver que Yui la estaba mirando en vez de comer, se extrañó un poco.

–Yui-chan, ¿pasa algo?

–No, solo estaba pensando… Que me gusta estar contigo. Deberíamos repetir esto más veces.

Akari primero se sorprendió por ese comentario, pero enseguida se ilusionó muchísimo haciendo que sonriera más.

–¡Sí!

Yui también aumentó su sonrisa al ver a Akari tan feliz. Verla sonreír de esa forma la hacía sentir muy bien, como si el simple hecho de verla así purificara su alma y se llevara todos sus problemas, sintiendo Yui una gran paz y tranquilidad en su interior, así como un sentimiento muy agradable.

Akari…