Tras pocos días, Kaede se recuperó y le dieron el alta. Eso alegró mucho a Himawari, que ya volvía ser completamente la misma chica alegre de siempre, aunque ella y Sakurako seguían sin hablarse.
Por su parte, Akari y Ayano seguían saliendo. Ayano ya había decidido que quería que Akari fuera su pareja, aunque no había decidido cuándo declararse. Creía que aún necesitaba pasar más tiempo con Akari antes de hacerlo.
La pelirrosa, por su parte, realmente se lo pasaba bien con Ayano. La sensación algo rara que tenían al principio por parecer que las conversaciones fueran un poco forzadas desapareció por completo y ya se hablaban como si fueran amigas de toda la vida. Siempre que salía con Ayano, cuando se iba a dormir recordaba lo que había hecho con Ayano, durmiendo con una sonrisa en su rostro. Hoy era uno de esos días, y Akari, ya en la cama y con su pijama, estaba recordando lo que hizo con Ayano. Recordaba su forma de ser, su cara, su voz… Todo eso la relajaba y la tranquilizaba. Sus mejillas de ruborizaron levemente y la chica sintió calidez en todo su cuerpo. Aquello la habría hecho dormir rápidamente, pero entonces la chica cayó en algo.
–Un momento, ¿por qué me siento tan bien solo con pensar en Sugiura-senpai? No me siento así al pensar con ninguna de mis otras amigas. Ella es la única. ¿Por qué? – Akari recordó también cuando intentó saber si estaba enamorada de Chinatsu. – Ni siquiera sentía nada así por Chinatsu-chan. Sin embargo, si siento esto ahora… ¿Podría ser… Que esto sí que fuera amor? – Esto hizo que Akari se ruborizara y se pusiera nerviosa. – ¿Eh? ¿Q-Qué es esto? – El corazón de Akari empezó a latir con fuerza y la chica se puso aún más roja. – En ningún momento me sentí así por Chinatsu-chan. ¿Eso significa… Que realmente me he enamorado? ¿Me he enamorado de Sugiura-senpai?
Akari estaba bastante nerviosa. Era la primera vez que se enamoraba, y no sabía qué hacer. La chica intentó calmarse y pensar tranquilamente.
–Eso significa… Que tengo que decirle lo que siento, ¿verdad? Para que seamos pareja…
Pensar en eso hizo poner aún más roja a Akari, que se tapó la cabeza con las sábanas. Unos segundos después, más calmada, se destapó la cabeza.
–Pero… Tampoco hay prisa, ¿no? Podemos seguir saliendo como amigas. Aunque… – Akari empezó a pensar en todas las cualidades de Ayano. – Es una chica muy linda, buena, inteligente, amable… Si no me doy prisa puede que alguien se me avance. Un momento… ¿puede que tal vez ya tenga pareja? – Pensar en eso hizo alterar a Akari, aunque se calmó poco después. – No, salimos casi cada día, si tuviera pareja querría pasar más tiempo con ella antes que conmigo. – Aquello tranquilizó a Akari, aunque por otro lado la hizo alterar un poco el hecho precisamente de que se pusiera así al pensar en que Ayano tuviera pareja. – Me he puesto muy nerviosa cuando he pensado que Sugiura-senpai podría tener pareja. Realmente no quería eso. Eso significa… Que estoy enamorada, ¿verdad? – Se preguntó Akari a sí misma, aunque ya sabía la respuesta.
Al día siguiente
Una vez en la escuela, antes de ir a clase fue al baño, encontrándose en el pasillo con Ayano, que le sonrió.
–Buenos días, Akaza-san.
–B-Buenos días, Sugiura-senpai. – Dijo Akari intentando parecer tranquila.
–¿Al final mañana podemos quedar 15 minutos más tarde? Tengo una cosa importante que hacer en el consejo estudiantil y no podré terminar antes.
–¡Claro, sin problema! – Respondió Akari sonriendo, intentando ocultar su nerviosismo.
–Genial. – Dijo Ayano con una sonrisa. – Entonces nos vemos mañana, Akaza-san.
–S-Sí. – Asintió la pelirrosa.
Con Ayano ya lejos, Akari se tranquilizó. El ver a Ayano poco después de darse cuenta de que se había enamorado de ella la hizo poner nerviosa. Cuando solo la veía como amiga no tenía ningún problema en hablar con ella, pero ahora que se había enamorado de ella no sabía cómo actuar. A Akari se le hacía algo raro pensar que sin haber pasado nada entre ellas, la situación cambiase tanto solo por verla de una forma o de otra.
El resto del día transcurrió normalmente, aunque con Akari perdida en sus pensamientos de vez en cuando, pensando en cómo podría decirle a Ayano lo que sentía por ella.
Cuando llegó a casa, la chica se tumbó de lado en la cama, sin dejar de pensar en qué le diría.
–"Estoy enamorada de ti." – Pensó. – ¿No sería tal vez demasiado directo? Aunque a fin de cuentas se trata de que Sugiura-senpai sepa lo que siento por ella, no de un acertijo. A lo menor no es tan mala idea ser directa. – Akari dudaba sobre si decirle a Ayano lo que sentía en su cita de mañana. – ¿A lo mejor es demasiado repentino? – Akari pensó un momento. – Aunque la verdad es que ya llevamos saliendo unas cuantas semanas. Además… Si no me doy prisa puede que alguien se me avance. Realmente no quiero eso… Tengo que decirle lo que siento lo más pronto posible. – Akari, aunque nerviosa, respiró hondo un par de veces y después se mostró decidida. – ¡Sí, decidido! ¡Lo voy a hacer! ¡Mañana me declararé a Sugiura-senpai!
Al día siguiente
Tras terminar las clases, Akari estaba fuera de la sala del consejo estudiantil. Realmente no habían quedado allí, pero Akari quería darle una sorpresa a Ayano. Como dijo la pelimorada, la cita se retardó un poco debido a trabajo del consejo. Sin embargo, al final fueron solo 12 minutos en vez de 15. Ayano se sorprendió al encontrase a Akari fuera.
–Akaza-san, ¿qué haces aquí?
–He decidido esperarte aquí, así pasamos más tiempo juntas. – Dijo sonriendo.
Ayano también sonrió.
–Buen motivo. ¿Vamos?
Akari asintió.
Ambas chicas salieron juntas de la escuela sin rumbo concreto, solo dispuestas a pasárselo bien, aunque Akari quería encontrar un buen lugar para declararse, preferentemente con poca gente, cosa no muy difícil, ya que Takaoka era una ciudad bastante grande en extensión y con relativamente pocos habitantes proporcionalmente a su tamaño, por lo que no sería difícil encontrar un lugar así.
Finalmente, tras un rato, Akari creyó encontrar un buen lugar, cerca de un pequeño parque donde no había casi nadie.
–Su-Sugiura-senpai. – Dijo Akari deteniéndose.
–¿Sí?
–E-Esto… – Akari se veía algo nerviosa y avergonzada, pero intentó calmarse. – Hay… Algo que debo decirte.
–¿Eh? – Se extrañó Ayano.
Ayano pensó en las típicas series y películas en que cuando alguien dice eso es que quiere declararse. Ayano pensó que Akari haría eso, pero lo descartó rápidamente por tratarse de ella. No creía que una chica tan inocente como Akari se le declarara. Sin embargo, al ver que Akari estaba nerviosa y sonrojada, empezó a tomar esa posibilidad en serio, poniéndose algo nerviosa ella también.
–S-Sugiura-senpai, yo… – Akari respiró profundamente un par de veces. – E… ¡Estoy enamorada de ti!
–¡¿EEEEEEEEEEH?! – Exclamó Ayano completamente sorprendida.
–¡Po-Por favor, sé mi pareja!
Ayano quedó en shock. Aquello que al principio pensó en broma había pasado de verdad. Akari se le había declarado. Ayano pensaba que sería ella quien se le tendría que declarar a Akari, ya que pensaba que la pelirrosa era demasiada inocente como para pensar en eso, por lo que el que fuera Akari la que se declarara la dejó descolocada.
–¿Su-Sugiura-senpai?
La voz de Akari la devolvió a la realidad. La chica tenía las mejillas y parte de la cara rojas, y se la veía claramente nerviosa e incluso con algo de miedo.
–Po-Por favor, di algo…
–Ah, l-lo siento, es que no me lo esperaba. Me ha tomado completamente por sorpresa. – Ayano intentó calmarse, aunque también se sonrojó un poco. – ¿S-Sabes? En realidad pensaba que era yo la que se te declararía. – Dijo con una pequeña sonrisa.
–¿Eh?
–La verdad es que… Yo… Y-Yo t-también me he enamorado de ti.
Eso hizo que Akari abriera los ojos como platos.
–¿E-En serio? – Ayano, avergonzada aunque con una pequeña sonrisa, asintió. – Entonces… ¿Somos pareja? – Ayano volvió a asentir, haciendo que Akari sonriera de oreja a oreja. – ¡Qué bien! – Exclamó Akari alegre y quitándose un enorme peso de encima.
Ahora se sentía mucho más tranquila. Ayano sonrió.
–Ha sido una sorpresa que te me declararas tú antes que yo.
–Es que… Eres una chica maravillosa, Sugiura-senpai. – Eso sonrojó a Ayano. – Pensaba que si no me daba prisa alguien se me adelantaría. Y no quería que te fueras con otra… – Dijo con una tierna sonrisa.
–Akaza-san…
Ayano se acercó a Akari y la abrazó dulcemente. Eso tomó por sorpresa a Akari, pero rápidamente sonrió y también la abrazó.
–Entonces… – Dijo Akari tras unos segundos cuando se separaron. – E-Esto es nuestra primera cita, ¿no? – Dijo avergonzada pero con una sonrisa.
–S-Supongo. – Respondió Ayano de igual forma.
Las dos chicas soltaron unas risitas. Después Ayano siguió.
–Entonces… ¿Continuamos con nuestra cita?
Akari asintió. Las dos chicas se sonrieron y siguieron caminando. Durante la cita, ambas se sonrojaron algunas veces, y cuando se miraban durante unos segundos sin saber qué decir, ambas soltaban algunas risitas. Aquello las avergonzaba, aunque les tranquilizaba el hecho de que no era solo una la que estaba nerviosa, sino que la otra estaba igual. Cuando vieron que la luz del sol empezaba a volverse naranja llegó la hora de despedirse.
–Se está haciendo tarde. – Dijo Ayano. – Deberíamos ir ya a casa.
–Sí. – Asintió Akari. – Esto… ¿Quedamos mañana también?
–Claro. – Respondió Ayano con una sonrisa.
Akari también sonrió.
–Hasta mañana, Akaza-san.
–Hasta mañana, Sugiura-senpai.
Sin embargo, aunque se despidieron, no se movieron del sitio. Las dos chicas se quedaron mirando durante unos segundos, produciendo una sensación algo incómoda.
–Ah… Deberíamos irnos, ¿no?
–S-Sí.
Ambas rieron, pero aun así no se fueron, produciendo de nuevo esa sensación, por lo que Akari intentó romper esa situación forzadamente.
–B-Bueno, pues me voy. Hasta mañana, Sugiura-senpai.
Akari dio media vuelta para irse, pero entonces Ayano la llamó.
–¡U-Un momento! – Akari entonces se volvió a girar, algo extrañada. – Es… Algo raro llamarnos por nuestros apellidos siendo novias, ¿no crees? ¿Puedo… Llamarte Akari?
Akari mostró una gran sonrisa.
–¡Claro! ¿Y yo Ayano?
–Claro. – Dijo Ayano con una radiante sonrisa.
Eso hizo que Akari sonriera aún más.
–Entonces… Hasta mañana, Akari.
–Hasta mañana, Ayano.
Aunque se volvieron a quedar mirando unos segundos, esta vez la sensación no fue para nada incómoda. Tras unos segundos, Ayano se despidió de nuevo con la mano y empezó a irse. Akari hizo lo mismo.
Aquella noche, en la cama, Akari abrazaba su almohada con una gran sonrisa en su rostro. Lo había conseguido. Se le había declarado a Ayano. Y no solo eso, sino que esta la correspondía y le dijo que también la amaba. Realmente había sido uno de los mejores días que Akari recordaba en toda su vida.
–Ayano…
La chica se abrazó aún con más fuerza a su almohada con una gran sonrisa. Estaba tan emocionada que no podía dormir. Aun así, el hecho de estar tan emocionada y nerviosa hizo que pronto su cuerpo se quedara sin fuerzas, por lo que tras un rato terminó bastante relajada y durmiéndose poco después.
Por su parte, Ayano estaba estirada de lado en su cama también con una sonrisa. Después de despedirse de ella tras llamarla por su nombre, Ayano dudó si besarla. Por una parte quería hacerlo y pensaba que era lo mejor después de esa despedida. Sin embargo, por otra parte pensaba que tal vez eso sería precipitarse un poco y que podría molestar a Akari, y no quería que eso pasara. Así que decidió esperar. No besaría a Akari hasta que estuviera segura de que con ello no la molestaría.
Al día siguiente
Como cada día, Akari fue a la escuela con Yui, Kyouko y Chinatsu. Pero aquella mañana Akari se veía especialmente feliz. Cierto que desde que tuvo ese sueño casi siempre estaba feliz, sin embargo, tras unos cuantos días, aunque no había dejado de estar feliz, esa radiante felicidad que desbordaba los primeros días se había ido disipando, haciendo que se viera solo feliz, sin esa energía que tenía al principio. Sin embargo, hoy se veía casi tan feliz como el primer día después de tener ese sueño, como si hubiera tenido otro igual. Si bien sus amigas ya estaban acostumbradas a ver a Akari feliz, que lo estuviera aún más las sorprendió un poco, pero no le dieron mucha importancia. Sin embargo, al ver que Akari seguía igual de feliz durante todo el día, e igual en el Club del Entretenimiento, les llamó un poco la atención. Más cuando vieron que Akari estaba enviando mensajes a alguien con el teléfono, soltando algunas risitas de vez en cuando. Eso fue suficiente para que Chinatsu decidiera preguntar.
–Akari-chan, estás muy feliz hoy. ¿Has tenido otro sueño como ese?
–No. – Dijo con una gran sonrisa. – Más bien… Se podría decir que un sueño se ha hecho realidad… ¡Kya!
Akari cerró los ojos y se llevó las manos a las mejillas, algo avergonzada. Yui, Kyouko y Chinatsu no entendían lo que estaba pasando. La rubia preguntó.
–Por cierto, ¿con quién te estás escribiendo, Akari?
–Con Ayano.
–Eeeh… Os habéis hecho muy amigas.
–Sí. – Asintió Akari.
De pronto, Yui se dio cuenta de algo.
–Un momento, Akari, ¿has dicho Ayano?
–Sí. – Asintió esta.
–¿La has llamado por su nombre?
Eso sorprendió también a Kyouko y Chinatsu. Esta última habló.
–Es verdad, Akari-chan. ¿Desde cuándo llamas a Sugiura-senpai por su nombre?
–Bueno… Desde ayer. – Respondió igual de feliz aunque algo sonrojada.
–¿Y eso? – Preguntó Kyouko. – ¿Qué ha pasado para que ahora la llames por su nombre?
–Bueno… Pues… – Akari estaba bastante sonrojada por no saber cómo decir eso. Así que simplemente decidió decirlo tal cual. – Bueno. Ayano y yo ahora somos novias.
Eso las dejó impactadas a todas.
–¡¿NANI?!
Akari asintió.
–Ayer me declaré a ella, y resulta que ella sentía lo mismo por mí, así que ahora somos novias.
Las tres chicas seguían impactadas. Tras unos segundos sin decir nada, Akari se extrañó un poco.
–¿Chicas? ¿Qué ocurre?
–Ah, no, n-nada. – Dijo Yui. – Solo que nos ha sorprendido. – Dijo intentando mostrar una sonrisa, pero notándose esta falsa.
–S-Sí, nos ha tomado completamente por sorpresa. – Dijo Chinatsu de igual forma.
–Sí… No nos lo esperábamos. – Dijo Kyouko aún sorprendida.
Akari se extrañó un poco al ver todas esas caras.
–¿Qué ocurre? Pensé que os alegraríais por mí.
–¡Y-Y nos alegramos, Akari-chan! – Dijo Chinatsu. – Es genial que hayas conseguido pareja. Bien por ti.
Chinatsu se esforzó para que su sonrisa fuera lo más natural posible, aunque seguía viéndose algo forzada, igual que la de Yui.
–S-Sí, estamos muy contentas por ti. ¿Verdad, Kyouko?
–S-Sí…
Por su parte, la rubia solo seguía sorprendida.
Akari se extrañó un poco de todo eso. La chica iba a decir algo, pero entonces recibió un mensaje de Ayano.
–¡Ah! ¡Dice si podemos quedar ahora! Lo siento, chicas, pero voy con ella. No os importa, ¿verdad?
–Claro que no, Akari. – Dijo Chinatsu con una enorme sonrisa. – Ve y pásatelo bien con Sugiura-senpai.
Yui siguió de igual forma.
–Sí, diviértete con tu novia.
–S-Sí… Diviértete… – Dijo Kyouko sonriendo un poco, aunque se notaba que esa sonrisa era claramente forzada.
–Gracias. – Dijo Akari radiante. – Nos vemos mañana, chicas.
Tras decir eso, Akari salió de allí. Chinatsu, aún con esa enorme sonrisa, se levantó.
–Voy un momento al baño, ¿de acuerdo?
–Ah, y yo voy un momento a la clase. Creo que me he dejado un libro allí.
–V-Vale… – Dijo Kyouko mientras las dos chicas se iban.
En el baño, Chinatsu pudo dejar de fingir y pudo mostrar su verdadera expresión, unas ganas inmensas de llorar. De hecho, hasta de le escaparon algunas lágrimas, aunque consiguió no hacer ruido. Aunque creía que Akari no sentía nada por ella, ella no podía pasar página tan fácilmente. Seguía estando enamorada de Akari, y que esta ahora tuviera pareja la había destrozado. Era como un puñetazo en el estómago.
Por su parte, Yui, fuera de la casita del club, se apoyó de espaldas a un árbol. Aunque no estaba tan afectada como Chinatsu, aquello la había puesto triste.
–¿Por qué? ¿Por qué estoy triste? Akari ha encontrado pareja. Debería estar feliz por ella. ¿Por qué me molesta? … Quiero… Quiero que esté conmigo…
En ese momento Yui se dio cuenta de lo que pasaba. Se había enamorado de Akari.
Por su parte, Kyouko estaba afectada por otro motivo.
–Akari y Ayano… Ahora son novias… Creía… Que Ayano estaba enamorada de mí. La forma en cómo actuaba cuando estábamos juntas… Es muy linda cuando actúa de forma tsundere. Verla actuar así hizo que empezara a gustarme un poco… Bueno… Supongo que ya no hace falta que me preocupe por ello, ya que ahora es la novia de Akari…
Aun así, Kyouko estaba triste. Si bien no estaba enamorada de Ayano, sí que sentía algo por ella, por lo que el hecho de que ahora fuese la novia de Akari la hizo poner algo triste.
Mientras, en la sala del consejo estudiantil, Ayano sonrió feliz al ver que Akari le había respondido que podían quedar.
–Me voy un poco antes, ¿está bien? – Les dijo a las demás. – He quedado con Akari.
Que la llamara por su nombre extrañó un poco a Chitose y Himawari. La peliazul habló.
–¿La llamas por su nombre, Sugiura-senpai?
–Ah, sí. Es que ahora que nos hemos hecho más cercanas hemos decidido llamarnos por nuestro nombre.
Sakurako intervino.
–Vaya, sí que os habéis hecho amigas, Sugiura-senpai, si hasta quedáis casi cada día. Parece que seáis novias.
Ayano se puso roja.
–¡Eh… ¡E-Esto… Bu-Bueno…
Ayano apartó la mirada y se rascó un poco la mejilla. Esta reacción extrañó a todas, hasta que Himawari abrió la boca, sorprendida ante lo que eso podía significar.
–Su-Sugiura-senpai… No me digas que… Que Akaza-san y tú…
Ayano sonrió levemente y asintió.
–Sí. Akari y yo ahora somos novias.
Eso impactó a Sakurako y Chitose, sobre todo a esta, y terminó de sorprender a Himawari.
–¿No… ¿Novias? – Soltó Sakurako incrédula.
Ayano asintió.
–Sí. Ese incidente que pasó en la excursión nos unió mucho. A partir de eso nos hemos ido haciendo cada vez más cercanas hasta que… Ahora somos pareja. – Dijo sonriendo pero algo avergonzada.
Eso dejó a Chitose destrozada, pero la chica se las arregló para mostrar una falsa sonrisa.
–Eso es genial, Ayano-chan. Me alegro por ti.
–S-Sí. – Siguió Himawari. – Akaza-san es muy buena chica, seguro que eres feliz con ella.
–Sí. – Asintió Ayano contenta.
–Diviértete, Sugiura-senpai… – Dijo Sakurako aún sorprendida.
–Gracias. Nos vemos mañana, chicas. – Dijo Ayano saliendo de la sala del consejo.
–Hasta mañana. – Se despidieron las demás.
Y así, Ayano y Akari fueron a su segunda cita como novias. Ahora que ellas dos eran novias, eran muy felices y se lo pasaban la mar de bien. Sin embargo, eran completamente desconocedoras de que su felicidad hacía que Yui, Chinatsu, Chitose y en menor medida también Kyouko y Sakurako estuvieran tristes.
