Era viernes. Había sido duro, pero Ayano finalmente había tomado una decisión sobre Akari y Kyouko. Cuando llegó a la escuela, se esperó en el pasillo cerca de la clase de Akari, para hablar con ella. Esta, al verla, sonrió feliz.
–¡Buenos días, Ayano!
–Buenos días, Akari. Buenos días, Yoshikawa-san. – Dijo saludando también a Chinatsu.
–Buenos días. – Dijo esta, que viendo que querían hablar, decidió dejarlas solas. – Yo voy a entrar ya, te espero dentro, Akari-chan.
–Sí. – Asintió esta.
–Akari, hoy no podremos quedar porque tengo mucho trabajo en el consejo estudiantil. ¿Pero qué te parece quedar mañana?
–Sí. – Exclamó ilusionada.
–Entonces te espero en el parque que hay detrás de la escuela a las 10. ¿Te va bien?
–Genial. – Dijo Akari. – Nos vemos entonces. Hasta mañana, Ayano. Que te vaya bien.
–Hasta mañana, Akari.
Las dos chicas se despidieron, y Akari entró en el aula y Ayano se fue a la suya.
La jornada escolar transcurrió normalmente, y así llegó sábado. Ayano estaba esperando a Akari sentada en uno de los bancos del parque, en el cual no había mucha gente. Ayano decidió escoger expresamente ese parque por la poca gente que había allí, pues no quería que hubiese demasiadas personas cerca cuando le dijera lo que le tenía que decir a Akari. La pelirrosa llegó en unos minutos. Akari sonrió al ver a Ayano.
–Buenos días, Ayano. – Dijo sonriendo.
–Buenos días. – Dijo esta un poco seria.
–¿Vamos?
–Espera. – Dijo, extrañando a Akari. – ¿Puedes sentarte un momento, por favor?
–¿Por qué? – Preguntó extrañada.
–Tú hazlo, por favor.
Extrañada, Akari aceptó y se sentó al lado de Ayano, la cual se veía intranquila, y con una mezcla de entre tristeza y seriedad.
–¿Ocurre algo, Ayano?
Tras unos segundos, Ayano, que tenía la cabeza algo bajada, habló.
–Akari… Eres una muy buena chica. Una chica muy linda y amable. Mereces lo mejor. Por eso… Se me hace tan difícil decir esto…
–¿Q-Qué ocurre, Ayano? Estás empezando a asustarme.
Ayano respiró hondo.
–Akari… Creo… Que es mejor que no sigamos saliendo juntas.
–¿Eh? – Soltó Akari.
–Es mejor… Que dejemos de ser novias.
Akari se quedó muda. No sabía cómo reaccionar. Tras unos segundos, habló.
–¿E… ¿Es broma?
–No. – Dijo Ayano negando con la cabeza. – Hablo en serio.
Akari, que hasta ese momento se había mantenido más o menos tranquila, empezó a ponerse nerviosa.
–¿P-Por qué? ¿Qué ha pasado? ¿He hecho algo mal?
Aquello hizo que Ayano rápidamente levantara la cabeza para mirarla a los ojos.
–¡No! ¡Tú no has hecho nada malo, Akari! ¡Eres una chica estupenda, así que ni se te ocurra pensar que es culpa tuya! Tú no has hecho nada malo, ¿de acuerdo?
Sin embargo, aquello no pareció calmar mucho a Akari, más bien lo contario, ya que si había hecho algo mal, podía cambiarlo. Pero si el problema no era nada que hubiese hecho ella, la posibilidad de mantener a Ayano se alejaba. A Akari le empezó a temblar la voz.
–¿E-Entonces? ¿Q-Qué ha ocurrido?
Ayano bajó un poco la cabeza.
–La verdad… Es que me gusta otra persona.
Eso sorprendió a Akari.
–¿Eh?
–Hay… Otra persona que me gusta.
Tras unos segundos, Akari habló.
–¿Te has… Enamorado de otra persona?
–No, ese es el problema, Akari. No es que me haya enamorado de ella. Es que ya estaba enamorada de ella cuando empecé a salir contigo.
Eso la sorprendió aún más.
–¿Qu… – Akari no sabía qué decir. No le salían las palabras. – Pero… ¿Por qué…? No… No lo entiendo…
–Cuando te me declaraste, estaba enamorada de ti, Akari, y aún lo estoy, pero al mismo tiempo también estaba enamorada de otra persona. Sin embargo, como también estaba enamorada de ti y te me declaraste, acepté salir contigo. Pensaba que al ser tu novia mi amor por la otra persona desaparecería… Pero no. Ha pasado un mes y sigo enamorada de ella. Si ni siquiera siendo novia de otra persona puedo dejar de pensar en ella, significa que la amo más a ella. Así que… No puedo seguir siendo tu pareja, Akari.
Akari estaba impactada, no sabía que decir. Y la tristeza de pensar que estaba punto de perder a Ayano empezó a afectarla, haciendo que cada vez se viera más triste.
–N-No… Ayano… No lo hagas… No me dejes…
–Lo siento, Akari. – Dijo Ayano triste.
Akari empezó a sollozar.
–Ayano… Pero dices… Que aún me amas…
–Sí, pero amo más a la otra persona. Lo siento.
Akari ya no pudo retener más tiempo las lágrimas, que empezaron a caer por sus mejillas.
–Ayano… Por favor… No me hagas esto…
Ayano cerró fuertemente los ojos y apretó los dientes.
–¡Dios, Akari, no hagas esto más difícil para mí! – Exclamó. – ¿Te crees que es fácil para mí? Me duele mucho verte de esta forma…
–Entonces no me dejes, por favor… – Akari agarró el brazo de Ayano. – Sigue siendo mi novia, te lo suplico…
Ayano, aún con los ojos cerrados y con un gran dolor, agarró la muñeca de Akari y la apartó. No con fuerza, solo lo suficiente para que dejara de agarrarle el brazo. Aquel gesto fue como un pinchazo en el corazón de Akari, ya que, si bien no le había golpeado la mano ni la había apartado con fuerza, el simple hecho de apartarla era la demostración de que Ayano no quería estar más con ella.
–Lo siento… Pero ya lo he decidido.
Akari ya no pudo aguantar más y empezó a llorar, tapándose la cara con las manos. No lloraba muy fuerte, ya que intentaba contenerse, pero aun así se podían escuchar perfectamente sus sollozos y su respiración totalmente irregular, además de pequeños gemidos que soltaba, aunque en realidad tenía ganas de gritar.
Ayano, que estaba a su lado, estaba casi tan triste como Akari. La chica tenía la cabeza bajada y la expresión muy triste, a parte de tener la cara roja por intentar contener las lágrimas, que estaba consiguiendo con mucho esfuerzo, aunque tenía los ojos humedecidos. Pero no quería llorar. Si lloraba, Akari podría decir que dejarla la entristecía mucho a ella también, por lo que no tenía por qué hacerlo. Y en cierta forma era cierto, pero ya había decidido que quería ser la novia de Kyouko.
Lunes
–¡Akari-chan, sal! – La llamó Chinatsu.
–Sí… – Se escuchó decir dentro de la casa sin mucho entusiasmo.
Tras unos segundos, Akari abrió la puerta.
–Buenos días, chicas. – Dijo sin muchas ganas.
Las demás también la saludaron. Aunque Akari mostraba una pequeña sonrisa, se podía ver que no estaba feliz. Más que nada, porque desde que tuvo ese sueño siempre había mostrado una radiante sonrisa, excepto después de que Chinatsu y ella se besaran en el capítulo 3, y aunque con su boca intentara sonreír, con sus ojos se podía ver que realmente estaba triste.
–¿Vamos, chicas? – Dijo Akari ampliando más su falsa sonrisa.
–Sí. – Asintieron las otras, empezando a ir a la escuela, aunque todas veían que Akari estaba ocultando algo.
Aunque desde que tuvo ese sueño la chica había decidido ser feliz sin importar lo que hicieran sus amigas, le era muy difícil hacer eso después de que Ayano la dejara.
Lo que piensen, digan o hagan los demás no debe afectar a tu felicidad. Tú puedes ser feliz igualmente. Que tus amigas puedan ser felices sin ti no impide que tú puedas ser feliz igualmente. Tú felicidad depende de ti y de nadie más. Nada de lo que digan o hagan las otras personas debe afectar tu felicidad. La vida es muy corta para desaprovecharla estando triste, así que sé feliz todo lo que puedas.
Aquello fue lo que le dijo su yo adulta en ese sueño, y eso es a lo que Akari intentaba aferrarse para no ponerse triste porque Ayano la dejara. Sin embargo, le estaba costando mucho. Aquello le dolió profundamente, y no entendía por qué le costaba tanto volver a ser feliz.
Las primeras horas de clase transcurrieron normalmente. Llegada la hora del descanso, una chica de su clase, que había ido al baño y ahora volvía, la llamó desde la puerta.
–Akari-chan, ¿puedes venir un momento? Una senpai quiere hablar contigo.
Akari se extrañó, pero se levantó y fue al pasillo. Cuando se encontró con esa chica, se sorprendió. Era Ayano. Superada la sorpresa, la expresión de Akari cambió. No estaba enfadada como tal, pero sí se veía algo molesta, aunque también triste y dolida. Ayano, aunque no estaba seria, tampoco se veía del todo triste.
–¿Podemos hablar un momento?
Akari solo asintió levemente. Las dos chicas se alejaron un poco de las aulas, para tener algo de intimidad.
–¿Cómo estás? – Le preguntó Ayano.
–¿De verdad tienes que preguntármelo?
Akari no sonaba igual de alegre que siempre. Su voz sonaba algo más "oscura" de lo habitual, y con un tono algo más serio.
–Lo siento. Sé que debe ser duro para ti.
Akari asintió.
–Sí, me has hecho mucho daño.
Oír aquello entristecía a Ayano.
–Lo siento, pero hay otra chica a la que quiero más. Lo entiendes, ¿verdad? – Akari solo asintió. – Akari… Eres una chica estupenda. Espero que pronto puedas superarlo y encuentres a alguien que te pueda hacer feliz. Realmente te mereces ser feliz.
–Yo no quiero encontrar a nadie más… – Akari apartó la mirada. – Quiero estar contigo…
–Eso no puede ser, Akari.
Akari no dijo nada. Tras unos segundos, Ayano suspiró.
–Ya sé que puede parecer de mal gusto que te pida eso, pero espero que podamos seguir siendo amigas. Realmente me caes muy bien, Akari, y me lo paso muy bien contigo. Espero que podamos seguir saliendo de vez en cuando como cuando hacíamos antes de ser pareja.
–Va a ser difícil. – Dijo la pelirrosa. – Si salimos juntas no podré sacarte de mi cabeza. El verte y estar contigo pero no ser tu novia me dolerá mucho, así que no creo que eso vaya a ser posible pronto.
Aquello entristeció a Ayano.
–Y-Ya veo… Bueno, esto puede tomar un tiempo, así que tómate el tiempo que necesites. No es bueno, acelerar las cosas. – Tras unos segundos, Ayano volvió a hablar, algo más decidida. – Akari. – Esta la miró. – Te lo digo de verdad. Espero que puedas ser feliz.
Tras unos segundos, Akari dijo en voz baja, casi susurrando:
–Yo era feliz contigo.
Justo tras decir esto, la chica dio media vuelta y volvió a su clase. A Ayano, que había oído lo que dijo Akari, le dolió aquello. La chica esperaba de verdad que Akari pudiera encontrar alguien que la hiciera feliz, pues no soportaba verla así.
Después de clase
Ayano estaba en el consejo estudiantil, junto con todas sus integrantes. Se la veía bastante desanimada, y suspiró unas cuantas veces. Himawari decidió preguntar.
–Sugiura-senpai, ¿te pasa algo? Te ves algo triste.
–Sí… – Tras unos segundos, Ayano siguió. – A decir verdad… He cortado con Akari.
Eso las impactó a todas.
–¿Q-Qu…
–¡¿P-Por qué?! – Exclamó Sakurako.
–P… Porque me he dado cuenta de que hay otra persona que me gusta más. – Eso sorprendió a Hima y Saku. – Ya me gustaba cuando Akari se me declaró, pero pensaba que siendo su novia me olvidaría de ella… Pero no ha sido así. Si incluso teniendo novia me sigue gustando esa otra persona… Significa que la quiero más a ella.
Las dos chicas de primero no sabían qué decir. La pelizul fue la que habló.
–Visto así tiene sentido, pero…
Himawari se veía preocupada por Akari.
–Siento pena por Akari-chan. – Dijo Sakurako.
–Yo también. – Dijo Ayano. – Pero era lo correcto. Lo entendéis, ¿verdad?
Himawari respondió rápidamente.
–Sí, si no te culpo, Sugiura-senpai. Tienes que estar con quien tú quieras. Solo que Akaza-san debe estar muy afectada. Hoy no se la veía muy alegre.
Chitose, algo nerviosa, decidió preguntar.
–¿Cómo se lo ha tomado Akaza-san?
–Pues mal. Se puso muy triste y se puso a llorar cuando se lo dije.
Aquello hizo sentir mal a Hima y Saku, pero sobre todo a Chitose.
–Y-Ya veo… Debe de ser duro para ella…
Ayano asintió. Tras unos segundos, Chitose siguió.
–Voy un momento al baño. Ahora vuelvo. – Dijo aparentando normalidad
Las demás solo asintieron y Chitose salió de la sala. Una vez en el baño, Chitose se encerró en un cubículo, y tras sentarse encima de la tapa del váter, se tapó la cara con las manos mientras lloraba en silencio. Solo imaginarse a Akari llorando se le rompía el corazón. Pero lo que más le dolía es que había sido ella quien lo había provocado. Había sido ella quien animó a Ayano a cortar con Akari, por lo que había sido ella la culpable de hacer llorar a Akari.
–¿Cómo he podido hacer esto? Le he roto el corazón a la chica a la que amo solo para poder ser yo su novia, quitándole a alguien con quien ya era feliz, que además era mi mejor amiga. Soy despreciable, no merezco que Akaza-san sea mi novia. Debería declararme y que me rechazara. Es lo que merezco…
Chitose estuvo así unos minutos. Cuando terminó de llorar, se lavó la cara antes de volver al consejo estudiantil, para que no se viera que había llorado.
Mientras tanto, en el Club del Entretenimiento
Aunque hacía algo de calor, era soportable, por lo que a Yui, Kyouko y Chinatsu les extrañó ver a Akari tumbada en el suelo, sin hacer nada, y con una expresión algo triste. Por la mañana ya vieron que a Akari le pasaba algo, pero eso lo confirmaba. Yui decidió preguntar.
–Akari, ¿te pasa algo? Hoy te ves algo triste.
–Sí… – Akari se incorporó y se sentó con las piernas cruzadas. – Lo que pasa… Es que Ayano ha cortado conmigo.
Eso las sorprendió a todas.
–¡¿Qué?! – Exclamaron.
Akari asintió.
–Dijo que hay alguien que le gusta más que yo, por lo que no podía seguir siendo mi pareja.
Eso las sorprendió aún más. Y si bien sentían algo de pena por Akari, en el fondo todas se alegraban. Yui y Chinatsu porque Akari volvía a estar "libre", y Kyouko porque aquello le hacía pensar de nuevo en la posibilidad de que esa chica que Ayano amaba más que Akari fuese ella. Las tres chicas intentaron ocultar su felicidad por ello y mostrar una cara triste.
–Va-Vaya… Lo siento mucho, Akari. – Dijo Yui.
–Sí… – Siguió Chinatsu. – Si necesitas cualquier cosa puedes contar con nosotras. – Le dijo tomándole de la mano.
–S-Sí, no te deprimas por ello. Cualquier cosa que necesites puedes contar con nosotras.
–Eso es prácticamente lo mismo que he dicho yo, Kyouko-senpai. Podrías haberte esforzado más en decir algo diferente.
–¡¿Qué?! ¡No seas mala, Chinatsu-chan! ¡He dicho lo que me ha salido del corazón!
Yui intervino.
–No os peleéis por eso. Ahora lo importante es estar al lado de Akari. – Dijo mirándola.
–Gracias, chicas. De verdad. – Dijo mostrando una leve sonrisa, cosa que les hacía sentir algo mal por alegrarse de que Ayano hubiese cortado con Akari.
Cuando salieron del club, tras unos minutos, Akari se dio cuenta que se había dejado sus deberes en el club. Los había sacado para intentar no pensar en Ayano, pero estaba tan perdida en sus pensamientos que luego se olvidó de meternos de nuevo en su bolsa.
–Ah, me he dejado los deberes. – Dijo la chica. – Voy al club a buscarlos. No hace falta que me esperéis. Hasta mañana, chicas.
–Ah, hasta mañana. – Dijo Chinatsu.
Yui y Kyouko también se despidieron. En ese momento, Yui vio una oportunidad de oro.
–Ah, vaya. Yo también me he dejado algo. Voy a buscarlo. Tampoco hace falta que me esperéis, nos vemos mañana, chicas.
–Ah… Vale, hasta mañana…
Así, Yui volvió a la escuela, aunque ella no se había dejado nada. Cuando Akari y Ayano se hicieron novias, lo pasó muy mal. Ahora había tenido la suerte de que Ayano la había dejado, pero antes de que fueran pareja, nunca habría pensado que hubiera alguien más que ella enamorada de Akari. Que Ayano estuviera enamorada de Akari fue una sorpresa, pero si había pasado una vez, podría pasar otra. Y Yui no quería volver a sentir ese dolor de nuevo al ver que Akari encontraba a otra chica, así que decidió no esperar y tomar la iniciativa.
Cuando Akari recogió los deberes que se había olvidado en el club y volvió a salir del recinto de la escuela, se encontró que Yui la estaba esperando, sorprendiéndola.
–¿Eh? ¿Yui-chan? ¿Qué haces aquí?
–Les he hecho creer a Kyouko y Chinatsu-chan que yo también me había dejado algo y que había vuelto a buscarlo. – Dijo con una pequeña sonrisa para ocultar su nerviosismo.
–¿Les has hecho creer? – Preguntó Akari extrañada.
–Sí. En realidad no me he dejado nada. Lo que quería era hablar contigo a solas.
Akari no entendía por qué Yui había hecho esto, pero decidió solo esperar a que Yui le dijera lo que le tenía que decir. Esta dejó de sonreír, y tras respirar profundamente, miró a Akari con seriedad y determinación.
–A-Akari… E… ¡Estoy enamorada de ti!
–¿Qué? – Soltó Akari completamente confundida.
–S-Sé que estás triste porque Ayano te ha dejado… ¡Pero precisamente por eso te lo digo! No quiero verte triste, Akari. Quiero que seas feliz, y estoy segura de que yo podría hacerte feliz. Necesitas olvidar a Ayano para poder ser feliz, y estoy segura que yo podría hacer esto. Ya sabes lo que dicen, un amor se olvida con otro amor. Así que… ¡P-Por favor, sé mi novia!
Akari estaba sorprendida por lo que dijo Yui, la cual, aunque se mostraba determinada y seria, se veía que estaba nerviosa.
–Yui-chan… – Yui sonrió un poco pensando en que Akari le diría que sí, pero esta se mostró muy molesta. – ¡¿Cómo te atreves a decirme esto?!
–¿Eh? – Soltó Yui completamente sorprendida.
–Acabo de perder a Ayano, a la cual quería… ¡No, aún la quiero! ¡¿Y tú me dices que sea tu novia?!
Yui, nerviosa, no sabía qué responder.
–P-Precisamente por eso…
–¡Claro, precisamente por eso! ¡Como tengo el corazón roto porque Ayano ha cortado conmigo aprovechas ahora para declararte diciéndome que tú puedes repararlo! ¡¿Cómo puedes querer aprovecharte de mi situación así?!
Yui se alteró al ver que Akari lo había malentendido.
–¡Espera, Akari! ¡En ningún momento he pretendido eso! ¡Lo has entendido mal!
–¡Sí, claro! ¡Por eso me lo dices justo después de saber que Ayano me ha dejado!
–¡No es por eso, Akari! ¡De verdad! – Respondió Yui con miedo.
–Aprovecharte de mi situación para declararte pensando que estoy tan hundida que basta solo con que alguien me diga que quiere estar a mi lado para que me enamore de ella… Me has decepcionado mucho, Yui-chan. No esperaba que fueras una persona así.
–¡No! ¡Akari, no lo he hecho por eso!
–Calla. – Dijo claramente molesta, y en voz baja añadió: – Te odio.
Aquello fue como si a Yui le hubieran atravesado el corazón. Después de decir eso, Akari se fue corriendo de allí, mientras que Yui se quedó en el mismo puesto, incapaz de moverse, en estado de shock, sin comprender muy bien qué acababa de pasar. ¿Ahora Akari la odiaba? ¿Cómo había acabado así? Si hasta hacía unos segundos todo estaba bien. A Yui le empezaron a caer algunas lágrimas al ver que la chica de la que estaba enamorada la odiaba, y todo por un malentendido.
–Akari…
