Martes por la mañana. Como cada día laborable, delante de la casa de Akari estaban Kyouko, Chinatsu y Yui, esta última bastante incómoda y nerviosa por tener que ver a Akari después de lo sucedido el día anterior. Kyouko la llamó, mientras también llamaba al timbre.

–¡Akari! ¡Hora de ir a la escuela!

Tras unos segundos, abrió la puerta Akane.

–Hola chicas. ¿Akari no os ha dicho que hoy salía antes?

Eso sorprendió un poco a las chicas.

–¿Eh? ¿Cómo? – Soltó Yui.

–Ha dicho que hoy tenía que encargarse de ordenar el aula y preparar el material y que por eso ha salido antes. Me extraña que no os lo haya dicho. Se debe haber olvidado.

Kyouko respondió.

–Sí… Debe haber sido eso. Gracias.

–Que os vaya bien. – Se despidió Akane. – Id con cuidado.

–Gracias. – Respondieron.

Mientras iban avanzando hacia la escuela, Chinatsu habló.

–Eso de que le tocaba preparar el aula es mentira. – Dijo, sorprendiendo a Yui y Kyouko. – Hoy le tocaba a Inori-chan.

–¿Qué? – Dijo Kyouko. – ¿Entonces por qué le habrá dicho eso a su hermana? ¿Y por qué habrá salido antes?

–Mmm… ¿A lo mejor se habrá equivocado?

–Claro, debe de ser eso. – Respondió Kyouko con una sonrisa, creyendo haber resuelto el misterio.

Sin embargo, Yui sabía perfectamente por qué Akari se había ido antes, y aquello le dolió mucho. Realmente Akari no quería verla.


En la escuela, cuando Chinatsu le preguntó a Akari por qué había salido antes y le había dicho a su hermana que tenía que preparar el aula si hoy le tocaba a Inori, Akari dijo lo mismo que habían pensado Chinatsu y Kyouko, que se había equivocado y creía que hoy le tocaba a ella. Aunque Chinatsu no entendía cómo podía haberse equivocado, pareció convencerla, ya que no hizo más preguntas.

Después de clases, Yui fue (con Kyouko) a la sala del club, esperando poder encontrase allí con Akari. Sin embargo, cuando Chinatsu llegó, vino sola, extrañando a Yui.

–¿Akari no viene? – Preguntó después de saludar a Chinatsu.

–No, ha dicho que hoy tiene que ir a comprar la comida para la cena. Y sobre antes, era lo que habíamos dicho, se había equivocado.

Yui, sabiendo que eso era mentira y que Akari no vendría al club, decidió ir a buscarla directamente a su casa.

–Ah, acabo de recordar que yo también tengo que comprar comida, casi no me queda nada. – Dijo Yui levantándose. – Qué suerte que Akari no ha venido por ese mismo motivo, pues me ha recordado que yo también tengo que hacerlo. Nos vemos mañana, Chinatsu-chan, Kyouko.

–Ah. E-Está bien. Hasta mañana. – Dijo Chinatsu algo extrañada.

–Hasta mañana, Yui. – Dijo Kyouko de igual modo.

Tras salir, Yui puso rumbo a casa de Akari, a paso rápido. Si se apresuraba podría alcanzar a Akari antes de que esta llegara a su casa.

Y así fue. Cuando faltaban poco más de 100 metros para llegar a casa de Akari, Yui se encontró con ella caminado tranquilamente a su casa. Cuando estuvo lo bastante cerca de ella, la llamó.

–¡Akari!

Esta se giró, y puso una expresión de enfado el ver a Yui.

–¿Por qué has venido? ¿No te quedó claro lo que te dije ayer? – Respondió sin gritar pero con tono fuerte.

–Akari, fue un malentendido, de verdad. No quería decir eso.

–¿En qué quedamos, fue un malentendido o no quisiste decir eso? Porque si no quisiste decir eso significa que lo entendí bien. – Respondió sin cambiar de actitud.

Aquello dejó descolocada a Yui, que se quedó sin saber qué decir. Por el nerviosismo del momento, a Yui solo se le ocurrió decir:

–¡T-T-Te quiero, Akari! ¡De verdad!

–Nunca he dicho que eso no fuera verdad, pero que quieras aprovecharte de mí ahora que tengo el corazón roto pensando que basta con eso para que me enamore de otra persona es lo que no puedo soportar.

–¡Akari, de verdad que eso no es para nada lo que quiero! ¡Lo entendiste mal!

–Lo entendí perfectamente bien…

–¡No! ¡Lo entendiste muy mal!

–Entonces es que soy tonta, ¿no?

–¿Eh?

–Qué tonta debo ser para haber entendido mal lo que dijiste, ¿verdad?

–¡¿P-Pero qué estás diciendo?! ¡No digas tonterías!

–¡Déjame, ¿quieres?! No quiero estar con nadie, y mucho menos contigo.

Nada más decir esto, Akari dio media vuelta y siguió a paso rápido su camino a casa. Por otro lado, lo que dijo dejó a Yui aún más dolida que antes. Yui no podía soportar que Akari la odiase por un simple malentendido. Aquello la estaba destrozando, y de ninguna manera estaba dispuesta a dejarlo así. Ya no le importaba tanto que Akari fuese su novia o no, en ese punto lo único que quería era que entendiese que en ningún momento pretendió aprovecharse de su situación para conseguir que fuera su novia. Fuese como fuese haría que Akari entendiese eso. De ningún modo lo iba a dejar así. Pero viendo que no podía hablar con ella, pensó en que sería mejor si se lo decía otra persona.


Al día siguiente

En la hora del descanso, Yui se dirigió a la mesa de Ayano.

–Ayano, ¿podemos hablar un momento?

Ayano se extrañó un poco de que Yui quisiera hablar de algo con ella, pues casi nunca hablaban, pero asintió.

–Claro.

–A solas…

Eso la sorprendió aún más, pero viendo el rostro de Yui entendió que debía ser importante, así que asintió y las dos salieron del aula.

Ambas se dirigieron hasta una punta del pasillo, donde en ese momento no pasaba nadie.

–¿Qué ocurre, Funami-san? – Preguntó Ayano.

–Verás… – Yui apartó la mirada, algo avergonzada. – N-No sé cómo decirlo, así que lo diré directamente. E… Estoy enamorada de Akari.

Eso sorprendió a Ayano.

–Va-Vaya… – Tras unos segundos, la chica siguió. – P-Pero eso se lo tendrías que decir a Akari…

–Ya se lo he dicho. Pero entendió mal lo que dije y pensó que quería aprovecharme de ella por estar triste por haberla dejado tú, y ahora me odia…

Ayano se sorprendió más.

–¿Q-Qué quieres decir?

Yui suspiró.

–A ti te empezó a gustar Akari después de lo que os pasó en la excursión, ¿verdad? – Ayano, algo avergonzada, apartó un poco la mirada y asintió. – A mí me empezó a gustar más o menos al mismo tiempo. Sin embargo, no me declaré porque antes quería ser más cercana a ella. No se me ocurrió pensar que le gustara a otra persona. Si lo hubiese sabido me habría declarado antes. Cuando Akari nos dijo que eráis novias se me rompió el corazón. Pensaba que la había perdido para siempre… Por eso, cuando nos dijo que habías cortado con ella… Sé que no está bien… Pero me alegré. – Ayano se sorprendió de nuevo. – Evidentemente no se lo dije. Al contrario, le dije que lo sentía… La cuestión es que como me dolió tanto ver que Akari se hacía pareja de otra chica, no estaba dispuesta a volver a pasar por lo mismo. Me tomó completamente por sorpresa que Akari le gustara a otra chica, pero pensé que si pasó una vez podría volver a pasar, así que decidí declararme. Pero como Akari acababa de cortar contigo y tal vez por la forma en la que yo lo dije, entendió que quería aprovecharme de que estaba tan afectada para que se hiciera mi pareja, pensando que como estaba tan triste sería muy fácil consolarla y solo con eso ya se enamoraría de mí.

Ayano finalmente entendió la situación.

–Ya veo…

–He intentado hablar con ella, pero no quiere escucharme. Por eso quería pedirte si tú podrías hablar con ella.

–¿Eh? ¿Yo? – Se sorprendió Ayano.

–A ti te escuchará, estoy segura. Sé que tal vez me equivoqué declarándome en ese momento, y tal vez la forma en que lo dije no fue la mejor. Pero en ningún momento quise hacer daño a Akari ni aprovecharme de ella, te lo aseguro.

–S-Sí, te creo, Funami-san.

–¡Pero ella a mí no! – Yui hizo una reverencia de casi 90 grados. – Ayano, por favor, te lo suplico, habla con ella. Eres la única a la que puedo pedírselo.

Ayano estaba sorprendida de ver que Yui estaba así. Realmente tenía que estar muy afectada para tener que pedírselo de esa forma. Tras dudar unos segundos, finalmente aceptó.

–Está bien. Lo haré.

–¿E-En serio? – Preguntó Yui levantando la cabeza para mirar a Ayano, la cual asintió. – Muchas gracias, Ayano. – Dijo Yui realmente agradecida.


Después de clases Ayano fue a buscar a Akari en su aula, pero ya se había ido, y no estaba en el Club del Entretenimiento, así que decidió que al día siguiente iría a buscarla en la hora del descanso. Y eso hizo. Al día siguiente, en el descanso, Ayano se presentó en el aula de Akari.

–Akari. – Dijo Ayano acercándose a su mesa. Al verla, Akari puso una expresión similar a la de la última vez que habló con ella, una mezcla entre algo molesta, triste y dolida. – ¿Puedes venir un momento?

Akari suspiró y se levantó sin muchas ganas, siguiendo a Ayano, que la llevó al pasillo, lejos de las demás chicas.

–Akari… ¿Podemos quedar esta tarde para hablar?

–¿No estamos hablando ahora? – Respondió de forma algo sarcástica.

–Quiero decir con más calma, tomándonos el tiempo que necesitemos, sin estar sujetas al tiempo que tenemos en los descansos. Creo que debemos aclarar varias cosas.

–Creo que lo dejaste todo bien claro la última vez.

–Hay más cosas de las que quiero hablar.

Aunque Akari no cambió su expresión, aquello le llamó un poco la atención.

–¿Qué más cosas?

–De esto es de lo que quiero hablar después. Por favor, Akari. Sé que estás molesta conmigo porque te dejé. Y lo entiendo, de verdad. Pero no quiero que eso deteriore nuestra relación. Antes de que nos enamoráramos éramos simplemente dos buenas amigas. Me gustaría que volviéramos a ser así. Por favor, espérame después de clase, Akari.

Tras unos segundos de duda, viendo la cara de Ayano, que realmente quería aquello, Akari aceptó.

–Está bien.

–Gracias, Akari.

Esta simplemente dio media vuelta y volvió a su aula.

Era cierto, Akari estaba molesta y dolida con Ayano, y no quería estar cerca de ella porque eso la ponía triste. Pero en la mirada de Ayano se veía que realmente quería hablar con ella. Rechazarla le habría dolido. Y aunque a ella le dolió mucho que Ayano la dejase, ella no era del tipo de chica que quisiera hacer sentir mal a las demás solo porque le hicieron daño a ella. Aunque no quería estar cerca de Ayano, no le deseaba ningún mal a la chica, así que por eso aceptó.


Al finalizar las clases, Akari se quedó fuera del aula. No tuvo que esperar ni un minuto para que llegara Ayano, ya que esta no quería hacer esperar a Akari.

–¿Vamos? – Preguntó Ayano.

Akari asintió ligeramente.


Ayano había escogido una cafetería para hablar con Akari mientras tomaban algo. El camino hasta allí había sido algo incómodo, pues ninguna de las chicas dijo nada. Ambas se sentaron en una mesa al lado de la ventana una delante de la otra. Un rato después de llevarles la carta, vino una camarera a tomarles nota.

–Yo quiero esto. – Dijo Ayano con una sonrisa señalando lo que quería de la carta.

Tras tomar nota, la camarera se giró para mirar a Akari.

–¿Y usted, señorita? – Preguntó sonriente la camarera.

–Yo esto. – Dijo Akari sin muchas ganas.

–Apuntado. – Dijo la camarera sin dejar de sonreír. – Enseguida os lo traemos.

Tras irse, Akari habló.

–¿De qué querías hablar, Ayano?

Ayano dejó de sonreír, aunque tampoco puso una expresión seria.

–Sé que te hice daño cuando corté contigo, Akari. Y lo siento, de verdad. Pero ya he decidido que quiero intentar estar con la otra persona a la que amo. No vamos a volver juntas, pero te aprecio mucho, Akari. Eres una gran amiga para mí, y me duele verte triste, por eso quiero que puedas encontrar a otra persona que te pueda hacer feliz. Sé que encontrarás a alguien. Eres una chica estupenda, Akari, por eso sé que no te será difícil encontrar otra persona que te quiera. – Al ver que Akari no decía nada, Ayano siguió. – De hecho, ya hay otra persona así.

Eso llamó la atención de Akari, que cambió completamente su expresión, distante hasta ese momento.

–¿Qué?

–Funami-san me ha contado que se te declaró pero que malentendiste lo que dijo y te peleaste con ella.

Akari se mostró molesta.

–¿Yui-chan te ha dicho que hables conmigo para ver si tú consigues engañarme?

–¿Eh?

–Como ella no pudo, te dice a ti que lo hagas.

–Akari, no es eso…

–Por qué lo haces, ¿eh? – Akari entonces creyó hallar la respuesta. – Ya lo entiendo… Es porque te sientes mal por cortar conmigo y crees que si me buscas una pareja podrás sentirte mejor, ¿no?

Ayano estaba flipando ante lo que decía Akari.

–¿Pero qué estás diciendo, Akari?

–Primero Yui-chan y ahora tú, Ayano. Me habéis decepcionado las dos. – Akari se levantó. – Ya se lo dije a Yui-chan y te lo digo a ti también. No quiero tener nada que ver con Yui-chan.

Akari se dispuso a irse, pero Ayano terminó por perder la paciencia.

–¡Akaza Akari!

Akari se detuvo y todas las demás personas de la cafetería callaron y miraron a Ayano entre sorprendidas y asustadas. Akari, que estaba de espaldas a Ayano, giró la cabeza para verla. Las dos tenían una expresión completamente seria en sus rostros, como si quisieran hacer una competición por ver cuál de las dos estaba más seria.

–Siéntate. – Dijo Ayano con seriedad.

Tras unos segundos, sin cambiar su expresión, Akari terminó cediendo y se volvió a sentar.

–Vas a escuchar todo lo que te voy a decir hasta el final. Una vez lo hayas escuchado todo tú decides que hacer, pero vas a quedarte aquí hasta que hayas oído todo lo que tengo que decir, ¿te queda claro?

Aquella muestra de autoridad de Ayano sorprendió a Akari, aunque no lo mostró en su rostro. Ayano, algo más tranquila y con un tono más conciliador, siguió.

–Sé que estás molesta porque corté contigo, Akari, pero ya está bien de actuar de esta forma. ¿Cuánto tiempo más piensas seguir así? La vida sigue, Akari, no puedes estar amargada por siempre. ¿No dijiste tú misma que habías decidido ser feliz sin importar lo que hicieran las demás?

Akari dejó de estar seria para mostrarse un poco triste.

–Ya lo intento… Pero es muy difícil.

–Lo sé. Y no te digo que de un día para otro estés dando saltos de alegría, pero sí que dejes de estar tan amargada. Debes hacer una vida normal, para que poco a poco puedas recuperar la alegría que te caracteriza y que hizo que me enamorara de ti. Si sigues así te costará mucho más ser feliz, a parte de que puedes malentender cosas como las que te dijo Funami-san.

En ese momento llegó la camarera con los pedidos de las chicas, con una sonrisa algo forzada por haber oído el grito de antes de Ayano.

–Aquí tenéis. – Dijo dejando los pedidos delante de las chicas.

–Gracias. – Dijo Ayano.

–Gracias. – Dijo también Akari.

Después de que la camarera de fuera, Ayano siguió.

–Funami-san me ha contado lo que pasó. Dijo que entendiste que se quería aprovechar de ti por estar triste para que aceptaras ser su novia sin dudar porque como estabas triste y ella te ofrecía amor aceptarías sin más, o algo así, ¿no?

–Es que es evidente que fue por eso.

–¿Por qué llegas a esa conclusión?

–¿Por qué iba si no a declarárseme precisamente cuando me acaban de dejar?

Ayano suspiró.

–Akari… Tú conoces a Funami-san desde mucho antes que yo, así que supongo que tú sabrás mejor si esto es así o no. ¿De verdad tú crees que Funami-san es el tipo de persona que haría algo así?

Akari bajó un poco la mirada.

–A mí también me decepcionó que fuera así… ¿Pero por qué iba a hacerlo, si no?

–¿No has pensado que a lo mejor tenía miedo de que otra persona se le adelantara?

Eso tomó por sorpresa a Akari.

–¿Eh?

–Akari, ¿recuerdas lo que me dijiste el día que te me declaraste? – Akari intentó hacer memoria, pero Ayano siguió sin dar tiempo a Akari de que respondiera. – Me dijiste que pensabas que si no te dabas prisa en declarárteme tal vez alguien se te adelantaría. – Akari abrió los ojos sorprendida al recordar aquello. – Funami-san me dijo que se había enamorado de ti más o menos al mismo tiempo que yo, pero que no se te declaró porque pensaba que nadie más estaba enamorada de ti, así que no quería apresurarse y prefirió llevar las cosas más lentamente pero seguras. Pero cuando vio que nos hicimos pareja se quedó destrozada, pensando que te había perdido para siempre. Cuando cortamos, pensó que si yo me había enamorado de ti, tal vez podría haber más personas que también lo estuvieran, así que se te declaró rápidamente para que no se le volviera a adelantar otra persona. Sé que tal vez no fue la mejor idea declararse en ese momento, pero el amor nos hace hacer cosas irracionales. Además, tú mejor que nadie sabes lo que duele que la persona a la que amas no te corresponda. – Akari bajó la cabeza y se mostró triste, y Ayano también un poco. – Debes entender cómo se sintió Funami-san cuando creyó que te había perdido y que no quisiera volver a pasar por eso. Por eso actuó impulsivamente sin pensar que aquello podía hacerte daño. Es cierto que debió haber pensado un poco más en tus sentimientos, pero debes entender que en ese momento la situación hiciese que no pudiera pensar con claridad. No la culpes por eso.

Akari bajó un poco más su mirada, mostrando una expresión algo triste, pero en este caso sintiendo pena por Yui, viendo que había sacado conclusiones erróneas y precipitadas y la había hecho sentir mal. Ayano siguió.

–Akari… – La pelirrosa levantó la cabeza para mirar a Ayano a los ojos. – No te digo que salgas con Funami-san. Eres tú quien debe decidir quién quieres que sea tu pareja, pero sí que te pido que le des una oportunidad. Es verdad que no hablo mucho con Funami-san, pero no me parece para nada una mala persona. Al contrario. Y sois muy buenas amigas desde pequeñas, te conoce y sabe muy bien qué es lo que te gusta y qué no. Creo que Funami-san sería capaz de hacerte feliz si fuera tu pareja. Ella sería incapaz de hacerte daño, por eso sé que no tenía ninguna mala intención cuando se te declaró, solo que ni la forma en la que lo dijo fue la mejor ni escogió el mejor momento. – Akari volvió a bajar la mirada manteniendo la expresión triste, pensando en todo lo que le dijo Ayano. – Además, aunque es verdad que no dio muy buena imagen decirlo de esa forma, lo que dijo Funami-san es verdad, un amor se olvida con otro amor. Y ella podría ser ese otro amor. Dale una oportunidad, Akari. Quiero que seas feliz, y de verdad creo que Funami-san podría hacerte feliz. Es cierto que puede que finalmente no te convenza y no quieras que sea tu pareja, pero no pierdes nada por intentarlo.

Akari no decía nada, simplemente seguía con la cabeza bajada pensando en todo lo que le decía Ayano.


Un rato más tarde

Yui estaba de pie delante de la entrada de la casa de Akari, algo nerviosa, esperando a que esta llegara. De pronto vio que Akari se acercaba, con la mirada bajada. Cuando estuvo lo suficientemente cerca y vio que había alguien delante de su casa, Akari levantó la mirada, viendo que era Yui. La pelirrosa no se detuvo y siguió andando hacia Yui. Cuando Akari estuvo lo suficientemente cerca, Yui hizo una reverencia de casi 90 grados.

–¡Akari, perdóname, por favor! ¡No debí declararme de esa forma! ¡Pero en ningún momento quise aprovecharme de ti, te lo juro! ¡De verdad que no tenía ninguna mala intención! ¡Siento haberte hecho daño! ¡Perdóname por favor!

–E-Esta bien, Yui-chan. – Dijo Akari con una pequeña sonrisa y con una gotita de sudor en la sien. – Ya he hablado con Ayano. Me lo ha contado todo. – Yui primero levantó la mirada, y viendo que Akari no estaba enfadada se puso completamente de pie de nuevo. – Me dijo que estarías aquí.

Parecía que Akari quería decir algo más, pero como no siguió, Yui habló.

–¿E-Entonces me perdonas?

–Claro. – Dijo Akari con una sonrisa triste. – De hecho debería ser yo la que te pidiera perdón. No solo malentendí lo que dijiste, sino que ni siquiera te dejé explicarte. No debería haberlo hecho. Estaba muy alterada y saqué conclusiones precipitadas… Lo siento.

–Ah, tranquila, y-yo tampoco elegí el mejor momento ni las mejores formas para hacerlo. Entiendo que pudieras pensar aquello. Debería haber pensado en cómo te sentías tú, y no solo en no querer perderte.

Akari sonrió un poco más, mostrándose menos triste.

–Parece que las dos lo hicimos mal.

–Sí, eso parece… – Las dos chicas sonrieron un poco más. – Me alegra que lo hayamos arreglado.

–Sí, yo también. – Asintió Akari.

–Entonces… Nos vemos mañana en la escuela.

Yui ya tenía intención de irse, pero Akari la llamó.

–Espera. – Yui se detuvo y miró de nuevo directamente a Akari. – Quiero… Salir contigo.

Eso tomó a Yui completamente por sorpresa.

–¿Eh?

–¡E-Eso no significa que seamos novias! – Dijo algo nerviosa, aunque luego se calmó. – Pero Ayano me ha dicho que cree que tú puedes hacerme feliz. Y eso de que un amor se olvida con otro… Y quiero intentarlo. – Dijo Akari intentando mostrase decidida, aunque se seguía viendo algo triste. – Aún amo a Ayano, pero ella ya me ha dejado claro que no volveremos a ser pareja. No tiene sentido seguir triste por eso. Quiero ser feliz. Y si ella cree que tú puedes hacerlo… Yo confío en ella. Así que voy a salir contigo, por lo que ahora todo depende de ti. – Yui no sabía que decir. Akari la miró con una tierna sonrisa. – Haz que me enamore de ti, Yui-chan.

Yui quedó sorprendida por lo que dijo Akari, y también algo conmovida. Tras unos segundos, la chica también sonrió y asintió.

–No lo dudes. Haré que te enamores de mí, Akari.

–Eso espero. – Dijo Akari sonriendo con los ojos cerrados.

Y así, ambas chicas se despidieron, dispuestas a empezar una nueva relación entre ellas. Akari ya había puesto de su parte aceptando salir con Yui y estando dispuesta a enamorarse de ella. Ahora la mayor parte de la responsabilidad recaía sobre Yui, que tendría que esforzarse para hacer que Akari se enamorara de ella. Y no iba a dejarse de nada para conseguirlo.


Y podría dejarlo así, con un final abierto dejando a interpretación del lector si Yui y Akari acaban siendo novias o no... Pero sería una mierda de final XD

A esta historia aún le quedan unos cuantos capítulos.