El despertador empezó a sonar, despertando a Yui y Akari, aunque la única que se levantó para pararlo fue Yui. Esta se estiró para bostezar, y entonces vio a su lado a Akari, aún con los ojos cerrados, haciéndola sonreír. Yui le pasó la mano por el pelo sacudiéndola ligeramente.

–Buenos días, Akari. Despierta.

Esta se incorporó y también bostezó. Al ver a Yui sonriendo, Akari también sonrió tiernamente.

–Buenos días, Yui-chan.

–Vamos, tienes que estar lista antes de que lleguen Kyouko y Chinatsu-chan.

–M. – Asintió la pelirrosa.

Así, Yui y Akari se alistaron y se prepararon para salir. Cuando Akari estuvo lista, se "despidió" de Yui, entre comillas porque se verían en pocos minutos.

–Me voy. Nos vemos en unos minutos, Yui-chan.

–Sí.

Akari fue a su casa y allí fue a su habitación a buscar sus cosas, saludando antes a sus padres y su hermana. En pocos minutos llamaron al timbre. Cuando Akari salió, al ver a Yui de nuevo, a quien acababa de ver hacía un momento y hasta había pasado la noche con ella a escondidas de Kyouko y Chinatsu, hizo que inconscientemente mostrara una sonrisa "especial", ligeramente diferente a la habitual. Chinatsu lo notó, entristeciéndose un poco al ver que las dos chicas que amaba se sonreían de esa forma, pensando que se pudieran comunicar solo con la sonrisa, sin necesidad de hablar. Solo las muy buenas amigas y las parejas podían hacer eso, y estaba algo triste de que Yui y Akari pudieran hacer eso y ella no pudiera hacerlo con ninguna de las dos.


El día transcurrió con normalidad, y al finalizar las clases las chicas fueron al club a hacer sus actividades habituales, es decir, perder el tiempo de cualquier forma. Y Yui aprovechó para "relacionarse" un poco más con Akari. Era cierto que también estaban Kyouko y Chinatsu, pero al menos también podían hablar entre ellas.


Una vez ya en casa y con la ropa cambiada, Akari se estiró en la cama un momento para descansar. Entonces su móvil sonó por un mensaje. La chica lo cogió y vio que era de Yui.

–Ah, Yui-chan.

"Akari, ¿puedo venir mañana a pasar la tarde en tu casa?"

Akari sonrió.

"Por supuesto." – Respondió la chica.

Yui respondió enviando un sticker de un panda sonriendo. Akari soltó unas risitas al pensar que el panda representaba a Yui, por el pijama que le regaló Kyouko. Akari entonces dejó de sonreír al pensar en algo.

–Si Kyouko-chan tuviera que enviar esto… ¿Hubiera enviado un sticker de un tomate sonriendo?


Al día siguiente

Tras las clases, en el Club del Entretenimiento, Yui se fue un poco antes fingiendo tener compromisos familiares, cuando en realidad solo se quedó esperando en el jardín de la casa de Akari, detrás del muro que separa la casa de la calle. Tras un rato, escuchó a Akari, Kyouko y Chinatsu llegar. Después de que se despidieran, vio a Akari sacando la cabeza por detrás del muro, sonriéndola al ver allí. Yui también sonrió.

Las dos chicas fueron a la habitación de Akari y estuvieron jugando un rato, hasta que el sol empezó a ponerse.

–Debería irme ya, se está haciendo muy tarde.

–Te acompaño hasta la puerta. – Dijo Akari.

En la entrada, Yui ya iba a ponerse los zapatos, pero la madre de Akari le habló.

–¿Yui, te vas ya?

–Sí. – Respondió esta.

–Es muy tarde, ¿no quieres quedarte a dormir?

–Ah… – Esto tomó por sorpresa a Yui. – N-No quiero ser una molesta.

–Tranquila, no es ninguna molestia. – Dijo la madre de Akari sonriendo. – Además, he hecho comida de más, así que si te quedas nos harás un favor.

–Ah… – Yui no sabía cómo decir que no ante esta situación, así que terminó aceptando. – E-Esta bien…

La madre de Akari sonrió y se fue hacia la cocina. Las dos chicas se miraron con cara de circunstancias.

–¿Y qué haremos mañana? – Preguntó Akari.

–No lo sé… – Dijo Yui apartando la mirada y rascándose la mejilla.

Poco después mostró una pequeña sonrisa.

–Vamos a tener que improvisar.

Akari sonrió también.

Después de cenar, las chicas se bañaron, por separado, y ambas se fueron a la habitación de Akari, que puso un futón en el suelo para Yui.

–Cuando seamos pareja ya no será necesario el futón, podremos dormir en la misma cama. – Dijo Yui sonriendo.

–Sí, pero aún no somos pareja, así que dormirás en el futón. – Dijo Akari fingiendo ser estricta aunque sonriendo.

–Por supuesto. – Respondió Yui también sonriendo.

Ambas chicas se sonrieron y después se acostaron para dormir. Tras unos segundos, Akari se levantó de golpe.

–¡Ah! ¡Aún no hemos pensado qué haremos mañana!

–Ah.


Al día siguiente

Ese día, Yui salió antes de casa de Akari, diciendo a Akane y sus padres que hoy le tocaba a ella preparar el aula, aunque fuera mentira. Pero Yui no iría a la escuela, sino que se escondería en una calle diferente de la que lleva a la escuela. Cuando Akari salió tras llamarla Kyouko, fingió extrañarse de no ver a Yui.

–¿Eh? ¿Y Yui-chan?

–Se ha quedado dormida. – Dijo Kyouko. – Dijo que llegará un poco tarde, que no la esperemos.

–Ya veo… – Dijo Akari.

Efectivamente, mientras a Akane y sus padres les dijeron que Yui tenía que preparar el aula, a Kyouko le envió un mensaje por móvil diciendo que se había quedado dormida y no la esperaran. Así, Yui, que estaba escondida en una calle diferente de la que usaban para ir a la escuela, cuando supiera que Akari, Kyouko y Chinatsu habían pasado, pasaría ella después, corriendo, fingiendo llevar corriendo desde su casa por haberse quedado dormida.

En sus respectivas aulas, Yui y Akari sonrieron por haber podido conseguir salir de esa, aunque tener que pensar formas tan rebuscadas para ocultar a sus amigas que estaban saliendo juntas les estaba agotando un poco.

En la hora del descanso, Ayano llamó a Yui en voz baja.

–Funami-san. ¿Podemos hablar un momento afuera?

Yui asintió y salieron del aula. Ya en el pasillo, Ayano le preguntó a Yui.

–¿Cómo te va todo con Akari?

–Ah, bastante bien. Aún no ha aceptado ser mi novia, pero lo pasamos bien juntas, y creo que poco a poco estoy consiguiendo gustarle más.

Ayano sonrió.

–Me alegro. Quiero que sea feliz. Y estoy bastante segura de que tú puedes conseguirlo.

–Yo también. Estoy segura de que puedo hacer que se enamore de mí, y cuando lo haga me aseguraré de que sea increíblemente feliz a mi lado.

Ayano soltó unas risitas.

–Espero que lo consigas. Ánimo, Funami-san.

–Gracias. – Yui entonces decidió preguntar ella.

–¿Y a ti cómo te va con Kyouko?

–¿Eh? – Soltó Ayano con una sonrisa estúpida en la cara.

–La chica que amas más que a Akari es ella, ¿verdad?

Ayano se puso completamente roja y nerviosa.

–¡¿Q-Qu-Qué-Qué d-dices?! ¡¿D-De dónde has sa-sacado eso?! ¡E-Eso no es v-verdad! ¡¿Cómo quieres que yo me… D-De… ¡De esa estúpida…!

–¿De verdad crees que puedo creerte tras esta reacción? – Dijo Yui sin dejar de sonreír.

Ayano, viendo que había sido descubierta, se tapó la cara con las manos.

–Aaah… Qué vergüenza…

Ayano se veía claramente avergonzada.

–Vamos, no pasa nada. – Dijo Yui aún sonriendo aunque con una gotita de sudor en la sien. – No se lo voy a decir. Tú sabes que yo estoy enamorada de Akari, y hasta me ayudaste con ella. Y yo sé que tú estás enamorada de Kyouko. Ahora estamos igual.

Ayano, aún avergonzada, bajó la mirada y se quitó las manos de la cara.

–¿Ella… Lo sabe?

–No lo sé. Pero es una cabeza hueca, así que no creo. – Ayano no dijo nada, así que Yui siguió. – Ayano, tú me ayudaste con Akari, así que a mí me gustaría ayudarte con Kyouko.

–¿Eh? – Ayano levantó la cabeza para mirar a Yui. – ¿Ayudarme?

Yui asintió.

–Deberías invitarla a salir.

–¡¿A… ¡¿A salir?! – Exclamó Ayano volviendo a ponerse roja.

Yui asintió.

–Sí. No hace falta que sea como novias, solo como amigas. Ya lo has hecho algunas veces, ¿verdad?

Ayano se calmó un poco.

–B-Bueno, sí…

–Pues hazlo más veces. – Ayano miró a Yui algo sorprendida. – No sé si Kyouko siente algo por ti o no, pero sé que se lo pasa muy bien contigo. Cada vez que salís me cuenta lo que habéis hecho y cómo se ha divertido. Así que deberías hacerlo más, y de esta forma puede que en un mes o dos ya puedas declararte. Y no creo que te vaya a rechazar.

–Funami-san… – Viendo que Yui estaba sonriendo, Ayano también sonrió. – Gracias.

–No tienes por qué darlas. Como he dicho, tú me ayudaste con Akari, qué mínimo que yo te ayude a ti. – Las dos chicas se miraron sonriendo durante unos segundos. Después, Yui siguió. – Además, vosotras lo tendréis mucho más fácil que nosotras.

Eso extrañó a Ayano.

–¿Qué quieres decir?

–Aunque Akari y yo seamos amigas, es raro que quedemos solo nosotras dos. Y si quedamos solo los fines de semana puede que poco a poco vaya perdiendo interés en mí. Tenemos que quedar más a menudo, y tenemos que hacerlo a escondidas de Kyouko y Chinatsu-chan, y no es fácil ni agradable. Hoy mismo hemos tenido que idear un plan bastante rebuscado para que no nos descubrieran.

Ayano no sabía muy bien qué decir. Tras unos segundos, la chica sonrió.

–¿Sabes? Tal vez puedo ayudar.

Eso llamó la atención de Yui.

–¿En serio? ¿Cómo?

–Tendréis que mentir, por lo que es un poco feo, pero si funciona podréis pasar más tiempo juntas. ¿Estás bien con eso?

Yui asintió con determinación.

–Puede que suene mal, pero quiero que Akari se enamore de mí, y si para eso tengo que mentir, lo haré.

–Pues sí, suena mal. – Dijo Ayano con una pequeña sonrisa, pero después se puso seria. – pero te voy a ayudar.

Unos minutos después

Todavía estaban en el descanso, y Yui recibió una llamada. Era de Akari. Yui contestó y salió del aula para poder tener un poco de privacidad.

–Hola. – Dijo Yui sonriendo.

Akari suspiró.

–Aaah… Menuda estrategia hemos tenido que hacer hoy para poder mantener esto nuestro en secreto.

–Sí… Ha sido muy complicado… Pero lo hemos conseguido.

–Sí… Pero tener que hacer todo esto para poder quedar juntas sin levantar sospechas es muy cansado, Yui-chan.

–Ya lo sé…

–Quiero quedar contigo, Yui-chan, lo sabes, pero no sé si podemos seguir haciendo todo esto mucho tiempo más…

Yui sonrió.

–¿Sabes? Acabo de hablar con Ayano y me ha dado una idea.

–¿En serio?

Yui asintió.

–Realmente confía en mí para que pueda hacerte feliz, por eso me ha propuesto esto para que podamos pasar más tiempo juntas. Aunque puede que no te resulte agradable hacerlo.

–¿Qué quieres decir?

–Akari… Lo que Ayano me ha propuesto…


Después de clases

Al terminar la clase, Chinatsu le habló a Akari.

–Akari-chan, ¿vienes al club?

Esta asintió, con una sonrisa bastante pequeña. Aunque Chinatsu vio que Akari no estaba tan sonriente como de costumbre, no le dio importancia.

Al llegar a la sala del club, ya estaban allí Yui y Kyouko.

–Buenas tardes, Yui-senpai, Kyouko-senpai.

Yui y Kyouko también saludaron, y luego Akari, de forma algo apagada.

–Sí… Buenas tardes…

Que Akari hablara de esa forma, extrañó un poco a las chicas.

–Akari, ¿te ocurre algo? – Preguntó Yui.

–No, tranquila, estoy bien. – Dijo con una sonrisa triste.

–¿De verdad? – Dijo ahora Chinatsu.

–Sí, de verdad.

Esta vez habló Kyouko.

–Pues por cómo lo dices no lo parece.

Yui siguió.

–Si quieres no insistimos más, pero sabes que si te ocurre algo puedes contárnoslo, ¿verdad?

Akari asintió.

–Sí, tranquilas… Es solo que sigo algo afectada porque Ayano cortó conmigo.

Eso sorprendió a las chicas.

–¿Eh? ¿Es por eso? – Dijo Chinatsu. – Pero pensaba que ya lo habías superado, te veía bien.

–Sí, yo también lo pensaba, pero me he dado cuenta que solo me estaba autoengañando. Estaba fingiendo estar bien pensando que así podría sentirme bien de verdad, pero por dentro seguía igual de afectada. Y creo que es mejor no ocultarlo más. Estoy triste, y el primer paso para superarlo es aceptarlo. Quiero ser feliz, pero no es bueno acelerar el proceso. Puede requerir un tiempo, y es mejor ir a paso lento pero seguro que ir rápido y no cerrar del todo la herida.

Las chicas miraban a Akari sin saber muy bien qué decir. Chinatsu fue la primera en hablar.

–Vaya… A-Akari-chan, sabes que tienes todo nuestro apoyo, ¿verdad? – Dijo intentando parecer determinada.

Akari asintió. Yui siguió.

–Sí, si necesitas algo no dudes en pedírnoslo.

–Gracias, chicas.

Kyouko siguió.

–El mejor método para olvidar la tristeza es entretenerse haciendo cosas divertidas. ¿Quieres jugar un rato, Akari? Si te lo pasas bien seguro que te olvidas de tus preocupaciones.

–Lo siento, pero mejor no.

–¿Eh? ¿No? – Se extrañó Kyouko.

Akari negó con la cabeza.

–Siento como que hacer esto sería intentar esconder mi tristeza de forma artificial, por lo que no la eliminaría de verdad. No digo que no pueda divertirme, pero tiene que ser una diversión sincera, no solo hacerlo para ocultar mi tristeza.

Kyouko no supo qué decir. Yui aprovechó esa oportunidad.

–¿Quieres que te ayude, Akari? A lo mejor puedo ayudarte a alejar la tristeza.

–¿De verdad? – Dijo Akari.

Yui asintió.

–Si me dejas, creo que en menos de dos semanas ya podrás estar igual de animada que antes.

–¿En menos de dos semanas? ¿Tan rápido? – Dijo Akari con una mirada un poco desconfiada, sabiendo tanto ella como Yui que en realidad no estaban hablando de eso, lo cual hizo que a Yui le saliera una gotita en la sien.

–B-Bueno, tú también tienes que poner de tu parte, claro.

Akari asintió.

–Lo haré, eso lo tengo claro. Quiero volver a ser feliz pronto.

Akari y Yui se miraron por unos segundos.

–Entonces… Lo siento, chicas, pero Akari y yo vamos a faltar unos días al club. Espero poder solucionarlo rápidamente y poder volver cuanto antes.

–Pero tampoco intentes forzar las cosas. – Dijo Akari. – Cada cosa requiere si tiempo, y si se hace demasiado rápido puede no funcionar.

–Tranquila, lo haré bien.

Tras unos segundos, Akari siguió.

–Está bien. Confío en ti, Yui-chan.

Oír eso hizo que Yui sonriera. En cambio, Chinatsu estaba algo nerviosa.

–E-Esperad, ¿por qué solo con Yui-senpai? Nosotras también podemos ayudarte.

–Ah, sí, no te lo tomes a mal. – Dijo Akari. – Cualquier ayuda es bienvenida, por supuesto. Pero Yui-chan es la más madura de todas nosotras, y aunque seamos amigas desde pequeñas, la verdad es que no hablamos mucho. Hablo más contigo, Sakurako-chan y Himawari-chan que con Yui-chan. Y me alegro de teneros como amigas, pero me gustaría hablar más con Yui-chan y pasar más tiempo con ella. Esto puede servirnos para esto también.

Chinatsu no lo dijo, pero esto era precisamente lo que no quería. Estaba enamorada de Yui y de Akari, y que ahora se ausentaran las dos haría que no pudiera estar con ellas más que en el camino a la escuela.

Akari se levantó.

–Lo siento, chicas. – Dijo poniendo una pequeña sonrisa algo triste. – No quería que esto afectara a nuestra relación. Espero poder volver pronto.

–Tranquila, Akari. Tómate el tiempo que necesites. – Dijo Kyouko. – La verdad es que se hace raro verte tan apagada. Me gustas más cuando sonríes, así que haz todo lo posible para volver a estar feliz. Y si necesitas ayuda no dudes en pedírnosla.

–Gracias, Kyouko-chan. – Dijo Akari feliz al ver que Kyouko se preocupaba por ella.

Chinatsu siguió.

–Lo mismo digo. Espero que consigas superarlo todo y podamos volver a divertirnos las cuatro juntas.

–Gracias, Chinatsu-chan.

Yui terminó de recoger sus cosas.

–¿Vamos, Akari?

Esta asintió.

–Nos vemos mañana para ir la escuela, Kyouko-chan, Chinatsu-chan.

–Hasta mañana, Akari. Que vaya bien. – Se despidió Kyouko.

–Hasta mañana, Akari-chan, Yui-senpai.

–Hasta mañana. – Se despidieron las dos chicas que se iban.

Yui y Akari salieron de la casita del club tranquilamente, pero a medida que avanzaban, iban acelerando el ritmo, notándose cada vez más nerviosas, hasta llegar a fuera de la escuela casi corriendo. Una vez fuera, ambas se detuvieron y respiraron rápidamente por la boca unas cuantas veces mientras reían nerviosamente. Las dos chicas se miraron y siguieron con esa risa nerviosa unos segundos.

–Lo… Lo hemos hecho. – Dijo Yui.

–Sí… – Akari se llevó la mano derecha al corazón. – Ah… Mi corazón está latiendo muy rápido.

–Fu… – Soltó Yui. – ¿No te parece muy emocionante esto?

Akari asintió, aunque no se mostró muy alegre.

–Sí… Pero me siento algo mal por mentirles de esa forma…

–Lo sé… – Dijo Yui. – Y sé que no te gusta mentir. Por eso te agradezco que estuvieras dispuesta a esto.

–Ya te lo dije, Yui-chan, quiero enamorarme de ti. Y si eso implica mentir a mis amigas… Pues estoy dispuesta a hacerlo. Aunque espero que sea por poco tiempo. – Dijo con una tierna sonrisa.

–Akari… – Yui sonrió y agarró a Akari por la espalda y la cabeza para acercarla a ella y abrazarla, tomando a Akari por sorpresa. – Estoy segura que será por poco tiempo.

Superada la sorpresa, Akari también sonrió y abrazó a Yui por la espalda. Tras unos segundos, ambas se soltaron.

–¿Vamos, Akari?

La pelirrosa asintió. Y así, ambas chicas salieron a pasar la tarde juntas, esta vez en un salón de juegos, donde jugaron a diferentes juegos, como a golpear topos, disparar a zombies, hacer pasos de baile al ritmo de la música, entre otros. Tras un rato, en una máquina de garra, Akari vio un peluche que le pareció a Yui en plan chibi.

–¡Ah! ¡Yui-chan, mira! – Dijo Akari acercándose a la máquina y poniendo sus manos en el cristal. – ¡Es igual que tú!

–¿Eh? ¿De verdad?

Yui no le veía el parecido. Era un muñeco con estilo chibi con un corte de pelo similar al de Yui y de color azul muy oscuro.

–Lo quiero, Yui-chan. – Dijo Akari.

Yui se extrañó un poco, pero enseguida sonrió.

–Bien. Déjamelo a mí. – Dijo Yui sacando su monedero para coger una moneda e insertarla en la máquina.

–Ánimos, Yui-chan.

Tras más de 6 intentos, si bien Yui consiguió acercar el muñeco a la salida, aún no conseguía sacarlo. Yui estaba algo frustrada, y Akari se sentía algo mal por ella.

–Yui-chan… Déjalo, no hace falta. – Dijo con una pequeña sonrisa. – Seguro que lo podemos encontrar en alguna tienda y comprarlo directamente. Has gastado ya mucho dinero.

–No. – Dijo Yui. – Ya casi lo tengo. No voy a rendirme ahora.

Akari no sabía qué decir. Yui volvió a sacar su monedero. Solo le quedaba una moneda. Yui la miró con algo de nerviosismo. Aquella era su última oportunidad. La chica tragó saliva e insertó la moneda en la máquina. La garra de la máquina empezó a moverse siendo controlada por Yui. Aunque consiguió coger el peluche y acercarlo a la salida, cayó antes de llegar a esta. Yui lo siguió intentando mientras aún tenía tiempo, consiguiendo acercarlo aún más, pero se terminó el tiempo antes de que pudiera sacarlo, poniendo bastante triste a Yui.

–Lo siento, Akari… – Dijo bajando un poco la mirada.

–Tranquila, no pasa nada. – Dijo Akari con una pequeña sonrisa y moviendo las manos para quitarle importancia.

–Pero a ti te hacía ilusión. Quería conseguirlo para ti. Ya casi lo tenía…

–Yui-chan…

Akari, que se sentía algo mal por Yui, cambió su rostro por uno de determinación.

–Yui-chan. – Cuando Yui levantó la mirada, vio a Akari alargándole una moneda que había sacado de su monedero, con una sonrisa con determinación. – Adelante, Yui-chan.

Eso hizo que Yui sonriera.

–Gracias, Akari. Ahora sí lo voy a conseguir.

Akari asintió.

Yui insertó la moneda en la máquina y comenzó a mover la garra otra vez. La garra cogió el peluche, lo acercó a la salida… Y lo dejó caer sobre esta. Yui y Akari, llenas de alegría, hasta saltaron de felicidad.

–¡Sí! – Exclamó Yui.

–¡Felicidades, Yui-chan!

Yui cogió el muñeco de la salida y se lo dio a Akari.

–Aquí tienes, Akari.

–Yui-chan… – Akari lo cogió y lo abrazó sonriendo. – Muchas gracias.

–No tienes por qué darlas. No lo habría conseguido sino fuera por ti. Lo hemos conseguido entre las dos.

Akari puso una tierna sonrisa.

–Cada vez que lo vea voy a pensar en ti.

Eso hizo avergonzar un poco a Yui.

–¿Y has pensado cómo lo vas a llamar?

–Como se parece a ti podría llamarlo Yui.

–O sea, ¿yo soy Yui-chan y el peluche solo Yui? – Dijo en broma.

–Si quieres puedo llamarte a ti Yui y al peluche Yui-chan.

–No, tranquila, no me importa cómo me llames. Además, después de tantos años llamándome Yui-chan se me haría algo raro que me llames solo Yui.

–Pero también sería raro que te siguiera llamando así cuando seamos adultas, ¿no crees?

–Bueno, sí. Pero aún falta para eso. Puedes seguir llamándome Yui-chan si quieres.

–Esta bien. – Dijo Akari sonriendo. – Entonces ella será Yui. – Dijo refiriéndose al peluche.

A Yui le parecía algo vergonzoso que Akari le llamara Yui al peluche, pero también le parecía bonito.

Después de eso, ambas chicas marcharon de allí y Yui acompañó a Akari hasta su casa.

–Hoy me lo he pasado muy bien, Yui-chan. – Dijo Akari con una sonrisa.

–Yo también. – Dijo Yui de igual modo. – Nos vemos mañana, Akari.

–Hasta mañana, Yui-chan.

Akari entró en su casa y Yui se fue hacia su apartamento.

Aquella noche, Akari se durmió abrazada a su peluche de Yui con una sonrisa, pensando en lo bien que se lo había pasado con ella y cómo se esforzó en conseguir ese peluche. La propia Akari era consciente que podría enamorarse de Yui pronto.