114. Ese fue el número de personas que había en ese sótano. Y de todos ellos, solo 7 estaban vivos cuando los encontraron. 3 hombres y 4 mujeres. Y todos ellos estaban en unas condiciones deplorables.

La mayoría murieron por falta de alimentos y líquidos, especialmente el último. Algunos por enfermedad debido a las condiciones inhumanas en las que estaban. Esas imágenes se quedarían en su cabeza de por vida.

Resultó que todos los rescatados tenían familia y/o amigos vivos. El reencuentro fue muy emotivo y lleno de lágrimas. Aún podía oír sus voces acuosas dándoles las gracias por salvarlos. Era algo que le dió alegría y tristeza al mismo tiempo.

Los muertos fueron enterrados. Aquellos que los conocían, aunque tristes, les agradecieron por al menos devolverles los cuerpos. Por lo menos sabrían qué fue de ellos. Ya no verían en sus sueños las muchas posibilidades de sufrimiento que estarían viviendo.

Lo más desgarrador fue ver a las personas que tenían gente que conocían y no estaban entre los cuerpos y los rescatados. Ellos serían quienes vivirían en el infierno con todas las posibilidades de lo que les estaría pasando en ese momento.

En lugar de una celebración como él había esperado cuando planeó buscar y saquear la mansión de Gato, se encontró con funerales y tiempo de luto. Es cierto que le sirvió igual para detener la construcción del puente, pero no era así cómo quería que fuera.

Kakashi le había dado el resto del día libre para que descansara y se recuperara. No había sufrido ninguna lesión física, pero su mente realmente había recibido un golpe. Necesitaba pensar y reorganizar sus ideas. Su visión del mundo había cambiado.

Tobirama y Madara ya le habían contado sobre la maldad del mundo. El peliblanco le habló de cómo la gente hará cualquier cosa que crea que le beneficie, mientras que el pelinegro le explicó el círculo de odio en el cual estaban atrapados.

Una cosa era escucharlo y otra verlo.

Hashirama le había dado una visión más positiva de las cosas. También le contó sobre sus sueños de paz. Había estado decepcionado y entristecido cuando supo de las guerras shinobis que hubo después de su muerte, pero aún tenía esperanza.

Cada uno de ellos le dió una perspectiva de todo esto. Aún así, se sentía triste y perdido. A pesar de haber madurado desde su tiempo en la academia, seguía siendo un niño entrando en la adolescencia. No había estado ni remotamente preparado para lo vio en esta misión.

-No es tu culpa. Has hecho lo mejor que has podido. Nadie te puede pedir más que eso.

El rubio se giró hacia la voz.

-Lo sé, Mito obaachan, pero aún así duele. Tantas vidas perdidas por culpa de un hombre codicioso.

-No solo un hombre, Naruto kun. Gato no estaba solo. Si hubiera sido así, nada de eso habría pasado - le corrigió con voz tranquila.

-Puede ser. Pero él fue el principal culpable. ¿Crees que hay más personas como él? - le preguntó con algo de incertidumbre.

-Desgraciadamente sí. Siempre habrá hombres que pongan su interés personal sobre la vida de otros. Mi marido es demasiado optimista e ignora muchas veces la maldad de las personas. No digo que todo el mundo sea malo, pero tampoco todos son buenos. Es inevitable que algunas personas así surjan.

-Ojalá no fuera así. ¿Por qué hay personas como Gato?, no lo entiendo - se sentía frustrado.

-La codicia humana. La oscuridad que vive en las personas. Nos guste o no, todos tenemos el potencial de hacer el bien o hacer el mal. Son nuestras propias decisiones lo que nos lleva allí.

-¿Entonces?, ¿por qué la gente decide el mal sobre el bien?, ¿por qué eligen hacer daño a ayudarse unos a otros? - no lo entendía.

-Eso es algo que no te puedo responder. Cada persona es un mundo. Pero generalmente es más fácil tomar el camino del mal que el del bien.

-No está bien. No es correcto - se quejó el ojiazul molesto.

-No todo en este mundo está bien. No todo es correcto. Podemos intentar eliminar el mal que conocemos, pero nunca lo eliminaremos del todo.

El jinchuriki suspiró. Entendía lo que quería decir, pero no le gustaba para nada.

Aunque sabía que era un deseo y esperanza infantil, no pudo evitar querer lo mismo que Hashirama ojisan. Paz en el mundo y que todos se traten como hermanos.

-Naruto kun - lo llamó y él la miró - Sé que es difícil para ti, pero no debes obsesionarte con esto - desvió la mirada sin responder - No estás solo. Estoy aquí por si me necesitas. Somos Uzumaki. Somos clan y familia. No dudes en hablar conmigo si lo necesitas.

Se levantó y se movió con la intención de irse.

-Mito obaachan.

Se detuvo, pero no se giró.

-¿Sí?

-¿Puedes contarme más cosas sobre nuestro clan?, realmente quiero saber y no sueles mencionarlos mucho - pidió con voz suave.

-Claro, Naruto kun. Todo lo que tenías que hacer era pedirlo - le respondió con una pequeña sonrisa.

Volvió a sentarse a su lado y le habló de su clan y Uzushiogakure. Estuvieron allí por varias horas. Hasta que el sol empezó a ocultarse por el horizonte.

El genin se despidió de la pelirroja y volvió a la casa de Tazuna. Allí cenó con la familia y con su sensei. La comida fue un asunto tranquilo. Nadie dijo nada. La propia familia del constructor estaba de luto por las personas que habían enterrado.

Más tarde esa noche, el peliplateado fue a la habitación y pudo ver a su aprendiz mirando el techo con una mirada lejana.

-¿Te encuentras mejor? - le preguntó con suavidad.

-Sí, Kakashi sensei. Me encuentro mejor - le respondió sin apartar la mirada del techo.

-¿Quieres hablar de ello? - cuestionó con cautela.

-No hace falta. Ya he llegado a una resolución por mi cuenta. No me gusta, pero sé que a veces pasa.

El ojinegro asintió. Eso era muy cierto. Desgraciadamente, era algo con lo que ya había tenido que lidiar unas pocas veces. Durante su tiempo en anbu, había presenciado muchas cosas desagradables, por decirlo suavemente.

-Buenas noches - le dijo el jonin.

-Buenas noches - devolvió su alumno.

Ambos tardaron en conciliar el sueño esa noche, más el segundo. La inocencia de un niño se había reducido al presenciar la cruda realidad.

Fuera de la casa, en un claro en el bosque circundante, el antiguo patriarca Uchiha miraba a la luna.

Ese día le había recordado por qué se volvió traidor y atacó a su antiguo amigo.

El último mes había sido tranquilo y lo había disfrutado. Pasar tiempo con Hashirama, incluso si a veces lo sacaba de quicio. Tener discusiones frías con Tobirama. Enseñar a un chico prometedor con gran potencial.

Se había permitido olvidar. Se había permitido relajarse. Dejar de pensar en el mundo contaminado en el que vivía y ver solo lo bueno. Desde aquella noche en la cima de la montaña hokage, después de su conversación con el usuario de mokuton, había dejado de lado todo su pasado.

Ahora todo volvía de nuevo. La oscuridad que una vez vio tan clara como el día volvió otra vez y contaminó a alguien que quería. Aunque no lo reconocería en voz alta, se había encariñado con Naruto.

Era como ver una versión más joven de Hashirama. Alegre, de buen corazón y con una determinación de hierro. Sin embargo, a diferencia del pelicastaño, el rubio era más inteligente y sensato. Agradecía silenciosamente al peliblanco por eso.

El chico era fuerte, tanto física como mentalmente. Confiaba en que podría superarlo a pesar de su joven edad. Sabía que lo haría. El problema era que había otra amenaza en el horizonte que no dañaría su psique, sino que lo mataría.

Estaba en conflicto. Por un lado los planes que había desarrollado cuando estaba vivo. Por el otro, el chico que había empezado a ver como un hermano pequeño o sobrino. No podía elegirlos a ambos y eso lo frustraba.

Soñaba con traer la paz al mundo al igual que el Senju mayor. Puede que su método fuera un poco cuestionable. No lo negaría. Pero aseguraría la paz. ¿El plan de Hashirama? Era poco probable.

Quería creer que su viejo amigo tenía razón y Naruto podría lograrlo donde ellos fallaron. Realmente quería. Pero su fe en la humanidad era muy baja y el Uzumaki tendría una batalla cuesta arriba todo el camino.

Quería protegerlo, pero a la vez quería que su plan triunfara, lo cual muy probablemente lo mataría.

Pasaría toda la noche mirando a la luna e intentando decidir lo que debería hacer.


Hola, espero que os haya gustado el capítulo. Sé que puse a Mito como una figura de tía para Naruto, pero dado que no tiene una figura de madre en este momento, ella cumplirá con ese papel por el momento. También dejo ver un poco más sobre los pensamientos de Madara. Para los que no son muy fans de este personaje, lo siento, pero tiene un papel muy importante en esta historia y va a salir bastante.

Comentarios a las reseñas:

santitolemanya: gracias, me alegra que te guste.