-Kakashi sensei.
-¿Sí Naruto?
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Por supuesto - le dió su sonrisa patentada de un solo ojo.
-¿Sabes por qué Zabuza se volvió traidor?
El peliplateado parpadeó confundido. No esperaba esa pregunta.
-Por lo que tengo entendido, el cuarto mizukage, Yagura Karatachi, se volvió loco y empezó a exterminar a aquellos con líneas de sangre. Zabuza intentó un golpe de estado y falló, por lo que tuvo que huir - explicó.
-Entonces no es tan malo. Se volvió traidor intentando hacer una buena acción - dió su opinión el rubio.
El ojinegro se encogió de hombros.
-Puede que sí. Puede que no. En el mundo shinobi la línea entre el bien y el mal está bastante difuminada. Para algunos lo que hizo Zabuza está bien, y para otros estuvo mal - comentó con aire filosófico.
-Lo que no entiendo es por qué trabajar para alguien como Gato - frunció el ceño.
-Probablemente por dinero. Gato era muy rico. La vida de un ninja perdido no es fácil. Menos aún si quieres volver a intentar un golpe de estado.
-¿Crees que intentaba reunir fondos para volver a intentarlo? - preguntó un poco sorprendido.
Se encogió de hombros.
-Es una posibilidad - le respondió despreocupadamente.
-Averigüémoslo - le dijo con una sonrisa astuta.
El Hatake dudó un poco, pero su alumno logró convencerlo al final. A él particularmente no le importaba la respuesta, pero si así su pupilo no pensaba en lo del otro día, entonces fingiría que a él también le interesaba la respuesta.
Sacó el pergamino de prisioneros donde tenía sellado a Zabuza y su compinche. Soltó del sello al espadachín. No necesitaba al falso cazador nin.
El pelinegro estaba inconsciente. Lo ató y el Uzumaki le puso un sello de supresión de chacra.
Una técnica de agua de bajo nivel hizo el trabajo de despertarlo.
El shinobi renegado se despertó ligeramente sobresaltado. Miró discretamente a su alrededor mientras sopesaba lo que estaba pasando.
En primer lugar, estaba atado. En segundo lugar, no tenía acceso a su chacra. En tercer lugar, no había rastros de Haku. En cuarto lugar, tenía a los shinobis de Konoha justo delante. El panorama no era agradable.
-Bien. Todo tuyo - le palmeó el hombre el antiguo capitán anbu a su aprendiz.
Una de las cejas del ex shinobi de Kiri se levantó con curiosidad. ¿Qué querría el chico con mokuton de él?
-Bien - dejó escapar un suspiro y lo miró con severidad - Solo tengo una pregunta para ti. ¿Por qué trabajabas para Gato?, por lo que me ha dicho Kakashi sensei, intentaste liberar a tu aldea del yugo del yondaime mizukage, así que no entiendo por qué trabajarías para un hombre como él, una persona que esclaviza y mata a la población de un país.
-Chico, eres demasiado joven para comprender cómo funciona realmente el mundo - el comentario, sorprendente, no se hizo con burla.
-Créeme, he visto y experimentado muchas cosas que la mayoría de chicos de mi edad o unos años mayor no han sentido - afirmó con una voz mucho más madura de lo que debería.
Él lo miró con curiosidad junto al ninja copia. El jonin miraba con algo de pesar a su alumno, el cual tenía los ojos algo nublados. Parecía que el genin no era como otros mocosos que pensaban que eran shinobis solo por tener el hitai ate.
-En este mundo, es el dinero lo que lo mueve. Con él puedes comprar: información, seguridad, salud y muchas otras cosas. Sin embargo, no puede traer a los muertos. Yagura está matando a la gente de mi país únicamente por tener linajes o por apoyar a quienes lo tienen. Gato iba a pagarme mucho dinero por matar al constructor. Con lo que iba a ganar, podría obtener suministros para los rebeldes y así continuar la lucha por nuestra libertad.
-Eso lo entiendo y lo respeto, pero sigo sin entender por qué Gato. Es tan malo como Yagura. Si no peor.
Se encogió de hombros.
-Era el que ofrecía el trabajo. Además de que planeaba matarlo después de que me pagase. Odio a los tipos como él.
El jinchuriki asintió. Eso era aceptable. No es que estuviera totalmente de acuerdo con sus acciones, pero podía comprender su línea de pensamiento.
Sinceramente, se sentía mal por las pobres personas en el País del Agua que eran perseguidas y/o asesinadas solo por nacer con un límite de línea de sangre. No lo veía nada justo. Además de que no podía evitar pensar que él era como ellos. Condenados por algo que no eligieron.
-Gato está muerto, y pensaba asesinarte después de que completaras el trabajo. ¿Qué harías ahora si te dejáramos marchar?
-Naruto - lo llamó en tono de advertencia el invocador de perros.
El demonio de la niebla se rió.
-Tienes pelotas, chico. Te lo concedo. En cuanto a tu pregunta, volver a la carretera a buscar otro trabajo para ganar fondos. No quiero regresar a Kiri con las manos vacías - le respondió sinceramente.
-Naruto.
-Kakashi sensei, sé que va en contra del protocolo, pero creo que es lo mejor. Piénsalo de esta manera: nos quitamos los problemas que podría causar traer un usuario de hielo a la aldea, ganamos un posible aliado en el futuro si los rebeldes ganan la guerra, lo cual espero que pase, y Zabuza tendrá una deuda de vida con nosotros, lo cual no es algo que uno de los 7 espadachines de la niebla pueda ignorar.
Eso era cierto. Había dos deudas que los miembros de los 7 espadachines de la niebla jamás podían ignorar, una deuda de honor y una deuda de vida. El honor de ser miembro y de su espada estaban en juego en esas situaciones.
Una deuda de honor era cuando alguien salvaba su honor de alguna manera o le devolvía su espada después de que alguien se la hubiera llevado. Una deuda de vida era cuando alguien le salvaba la vida o se la perdonaba de alguna manera, como en esa situación.
-Bien - finalmente cedió el peliplateado.
Sacaron a Haku del pergamino de prisioneros y le devolvieron kubikiribocho. Además, el usuario de mokuton, discretamente, le pasó un pergamino de almacenamiento. No quería que su sensei se diera cuenta, y por suerte no lo hizo.
Se despidieron poco después con la esperanza de volver a verse una vez la aldea de la niebla fuera libre del tirano mizukage. Incluso con sus reservas sobre todo el asunto, el Hatake estaba orgulloso del bondadoso corazón de su pupilo. Realmente era la viva imagen de sus padres.
Volvieron al claro que estaba cerca de la casa de su cliente y reanudaron su entrenamiento. Debajo de su máscara, la sonrisa del ojinegro no se desvaneció ni un poco durante el resto del día.
Más allá de Nami, en el País del Fuego a medio camino de la frontera con el País de las Aguas Termales, Zabuza y su compañero se detuvieron para pasar la noche.
El espadachín miró el pergamino que le había dado el rubio. ¿Quién hubiera pensado que un gaki le salvaría la vida?, era tan surrealista y francamente vergonzoso. Su único consuelo era que no era un mocoso ordinario.
Canalizó chacra en el sello y una gran nube de humo se formó. Al despejarse, dejó ver un montón de comida y algunos objetos que parecían realmente caros. Rápidamente se dió cuenta que esas cosas eran anteriormente del enano empresario, por lo que debían de valer bastante dinero.
Una carcajada un tanto psicótica salió de su garganta. No solo le había salvado la vida y devuelto su libertad, sino que también le había ayudado dándole alimento y una forma de obtener efectivo de forma rápida y fácil.
-Ese chico - no pudo evitar decir en voz alta mientras negaba con la cabeza.
Soltó una pequeña risita, incrédulo. Parecía que no solo le debía una deuda de vida, sino que también le debía una por ayudar a su causa.
Esperaba poder volver a verle en el futuro y pagar sus deudas. De mano, si los rebeldes ganaban y el estaba vivo al final de la guerra, se aseguraría de que Kiri y Konoha tuvieran una alianza. Ese chico tenía un gran futuro por delante, podía decirlo con seguridad. Era mejor tenerlo de aliado que de enemigo.
Hola, espero que os haya gustado el capítulo. Al final me decidí por esto para el destino de Zabuza y Haku. Lo lamento por quienes me disteis ideas, pero no sentía que encajasen del todo. De esta manera, los volveremos a ver en el futuro. Ya tengo un par de cosas pensadas para su reencuentro.
