Naruto pertenece a Masashi Kishimoto.

Avatar: La Leyenda de Aang pertenece a Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko.

La Princesa y el Shinobi.

Resumen:

Durante su tiempo en prisión, Azula tuvo sueños extraños y conocimientos de otra dimensión. Gracias a sus nuevos conocimientos, se otorgó la libertad y encontró el cariño y la compasión del Shinobi #1 Cabeza Hueca.

Naruto, con la chica misteriosa en brazos y Jiraiya a un lado, fueron a una posada/hostal, lo mejor sería que los dos Shinobis también descansaran y luego siguieran su viaje de entrenamiento, en cuanto supieran algo más, sobre la salud de la chica. El posadero les dio dos habitaciones y según sus palabras: — ¡Claro que tengo una habitación para la feliz pareja y para su abuelo! O quizás... dos habitaciones, sean más que suficientes.

Naruto y Jiraiya fueron hasta las habitaciones, con el Sen'nin Sensei, gruñendo que nadie reconocía al grandioso y maravilloso Jiraiya del Myoboku. Cuando estaban finalmente, ante las dos habitaciones el Sen'nin se aclaró la garganta y tomó la palabra, colocando una mano, en el hombro de su alumno. —Naruto, quizás lo mejor sea, que yo me quede con la chica. Cuando despierte, podré explicarle todo.

Naruto le dio un inesperado puñetazo en la cara. Jiraiya se asombró del control de Chakra del rubio, quien creó un Kage Bunshin, sin la necesidad de usar el sello de manos. Naruto entregó la chica, a su Kage Bunshin y luego señaló a Jiraiya acusadoramente. Pero logró refrenarse y no decirle sus verdades, como Sensei: — ¡LO UNICO QUE QUIERES ES TENERLA A SOLAS PARA QUITARLE LA ROPA Y CONSEGUIR TU "INFORMACIÓN"!, ¡ERO-RŌJIN*!

Un Jiraiya con joroba, ríos por lágrimas, corriéndole por los ojos y una nube depresiva encima suyo, caminó hacía la habitación asignada. —Ya nadie me respeta. —Pronto, Jiraiya se quitó su depresión y decidió escribirle un pergamino a Tsunade, sobre el entrenamiento de Naruto, sobre en donde estaban actualmente y sobre la chica que encontraron. — ¿Es realmente tan conveniente escribirle a Tsunade? —reflexionó —Ella no solo respeta al chico, sino que le ama. Le ama como una madre a su hijo o como una hermana mayor. Si supiera de la petición de Homura y Koharu, estaría totalmente en contra. Ella desearía que el Jinchūriki se expanda. Que aprenda más. Que sea mejor, para cuando vaya a darle el puesto de Hokage.

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Recuerdo

Después de salir del hospital de su reunión con Naruto y el aviso de que él lo entrenaría, se reunió con Homura y Koharu, en un lugar muy apartado de la aldea. —Debe de ser importante, si me llaman aquí, Ojichan, Obachan.

Sabemos que llevarás a Naruto de entrenamiento —dijo Koharu.

El Sen'nin se cruzó de brazos. No se veía molesto y no lo estaba... estaba más bien, a la defensiva —No es solo entrenarlo —comenzó a decir.

De cualquier forma, el viaje es una excusa perfecta, Jiraiya —dijo Koharu, atrayendo la mirada del Sen'nin —así lo mantendrás apartado de Akatsuki. Si ellos regresan a la aldea, entonces lo mantendrás a salvo. —Jiraiya asintió —Ese chico es el Jinchūriki del Kyūbi, si se fortalece demasiado, podría volverse en nuestra contra. Aun así, queremos que, al volver, enfrente a Kakashi y demuestre sus avances. Lo suficiente, para decir que es fuerte. No me malentiendas: el chico merece el Rango Chūnnin. —Koharu sonrió internamente para sí misma. Era tan vieja como Homura, Hiruzen (Q.E.P.D) y Danzō, pero tenía sus propios trucos: como tenerle cariño al hijo de Kushina y al mismo tiempo, hacerles creer a estos imbéciles, que también deseaba mantener la niño débil y dócil —Pero no muchos aldeanos, Chūnnins o Jōnnins, se sentirán amenazados por él.

Fin del Recuerdo

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Le escribió a Tsunade sobre la chica, pero solo dos Kanjis. Decidió esperar a que la desconocida despertara, descubrir si acaso no sería una espía de alguna aldea enemiga de Konoha y así poder brindarle más información a Tsunade, sobre la situación actual.

No notó a Naruto caminando verticalmente por la pared, gracias a enviar Chakra a sus pies. No lo notó ingresando en su habitación, sin tocar el suelo rechinante de madera, gracias a enviar Fūton a sus pies, para flotar, llegando hasta su billetera y robándole bastantes Ryūs, antes de regresar a su habitación.

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Naruto entró en la habitación y le habló a su Kage Bunshin, para que fuera a comprar algo de comida variada, para cuando la chica despertara. Mientras tanto, el original revisor aquellos pergaminos, que Tsunade le había otorgado, algunos días antes de irse.

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Recuerdo

Naruto estaba en su apartamento, empacando todo lo que podía, para esteviaje de tres años de entrenamiento: Ropa, Kunais, Shurikens, antiguos libros de entrenamiento que había tenido guardados de parte de Iruka, antes de graduarse como Gennin (dándole una paliza a Mitzuki). Decidió que sería un mejor Shinobi, al volver y creía irlos a necesitar, para aprender todo lo que fuera posible.

Estaba haciendo eso, cuando escuchó que alguien llamaba a la puerta, curioso se acercó y abrió la puerta, encontrándose con una rubia de coletas, de grandes pechos, vestida con una camiseta tipo Kimono de color gris, una chaqueta verde, un cinturón negro, un pantalón azul. — ¡Hola, Naruto-Kun! —le dijo la rubia sonriente a su Gennin cabeza hueca, favorito.

Naruto la abrazó, causándole un sonrojo a la Godaime Hokage. — ¿Cómo puedo ayudarte, Tsunade-Obachan? —Preguntó inocentemente el Jinchūriki.

A la Hokage, solo por un segundo, le salió una vena en la frente, pero logró calmarse. —Ten mucho cuidado en tu viaje. Cuando un Shinobi o un Nukennin, ya no pueden volver a su aldea (aun y cuando lo tuyo, es solo un viaje de tres años de entrenamiento), todo se vuelve más peligroso. Konoha cuenta con muchos enemigos. Asegúrate de entrenar todo lo que te sea posible y en tantos ámbitos como puedas —Naruto asintió, con una mirada decidida; antes de ver a Tsunade meter una mano en su escote, sonrojándolo y haciendo que diera un paso atrás. La vio extraer un pergamino. —Si descubres que el entrenamiento de Jiraiya-Baka resulta ser insuficiente, usa esto. Es un pergamino que tiene sellados, muchos manuales. —Naruto agarró el pergamino, antes de que la Hokage, le agarrara la cabeza y la colocara entre sus monumentales pechos, impidiéndole respirar al Jinchūriki —Entrena, fortalécete, haz que me sienta orgullosa, que tus padres se sientan orgullosos de ti.

Entendido —dijo Naruto, con fuego en sus ojos y su típica voluntad inquebrantable, haciendo sonreír a la rubia.

Fin del Recuerdo

Naruto se preguntó por un momento, si acaso la Hokage sabía que el entrenamiento de Jiraiya, sería tan inútil. Suspiró y su Kage Bunshin regresó, con un plato de comida, que dejó en la mesita de noche, mientras que el original iba y cerraba la puerta. La chica gimió y comenzó a despertar, el Kage Bunshin se disipó.

— ¿Dónde estoy? —se preguntó ella, desorientada, mirando la habitación en la que se encontraba.

—Estás en Kawa no Kuni —Naruto le habló, con un tono bajo y esperando que fuera un tono de voz reconfortante. —Mi Sensei y yo, te encontramos desmayada, junto a un río. Te trajimos hasta este hotel, puedes comerte eso. —añadió, señalando el plato junto a ella.

La chica se sonrojó y al mismo tiempo, se extrañó, al hacer contacto visual con su salvador. Se sonrojó, por lo guapo que era su interlocutor y se extrañó, no solo por sus ropas (que le decían que era un Maestro Aire), pero solo el color coincidía, sino por cuan amable era el chico.

Por primera vez, en muchos meses, alguien le decía palabras amables, en lugar de gritarle, insultarla y degradarla, por ser hija del anterior Señor del Fuego, quien fue derrotado por el Avatar Aang y su control le fue arrebatado. Habiendo estado en una celda tan pequeña y con alimentos, muchas veces a punto de echarse a perder, poder tener un plato de comida, causó que la chica comenzara a llorar.

Naruto la observó devorar la comida con gusto y deseo, diciéndole al rubio, que ella no había comido en mucho tiempo. El rubio se puso a reflexionar: La chica había estado... la chica estaba desnutrida, deshidratada, su cuerpo era signo de eso: la piel se le pegaba a los huesos, el cabello largo y desenmarañado, ¿Por qué clase de cosas, tuvo que pasar esta chica?

—Kawa... no Kuni —repitió ella, una vez que acabó de devorar el plato. —El País de los Ríos —tradujo lentamente, antes de mirar hacía la ventana. Vio personas vistiendo todo tipo de ropas y de todos los colores. Recordó el Kuchiyose no Jutsu, que utilizó. Y la esperanza renació.

— ¿Este es tu hogar? —preguntó Naruto suavemente. Las posibilidades de que la chica hubiera escapado de su hogar, de un grupo de Shinobis, Nukennin o de algún tipo de campamento de criminales, estaban sobre la mesa — ¿Algo te resulta familiar?

—Este no es mi hogar, pero es mejor que estar allí encerrada —se dijo ella misma. —Soy libre... —los sollozos ahogaron su voz y las lágrimas se escurrieron por sus ojos, sin poderlas detener. Pero no quería detenerlas. Cayó de rodillas y se cubrió la boca con sus manos, sintiendo al chico acercarse a ella, solo unos pocos pasos. —Soy... libre... por fin...

Naruto asintió a las palabras de la chica desconocida. Quería acercarse a ella, pero claramente sufrió de muchas formas. Acercarse, colocar una mano en su hombro... un simple gesto que debería de ser reconfortante para cualquier otro, en ella podría despertar cualquier tipo de reacción violenta. —Eres libre. Puedes vivir tu vida como quieras vivirla y nadie tendrá derecho a decirte lo que puedes o no puedes hacer con ella.

Azula sabía, que estaba cometiendo un error. Pero al mismo tiempo, podía sentir como el chico ante ella, era... él era bueno.

Entonces llegó este hombre de cabello blanco y marcas rojas en la cara, llamado Jiraiya, quien le ofreció palabras de cariño y le preguntó si quería comer algo más; ella se sonrojó y negó con la cabeza. Le dio algo de ropa y le pidió que se duchara. Ella asintió y entró al baño. Le costó mucho, en verdad: demasiado, aprender a usar una ducha, le costó aprender a usar el jabón y el champú, pero pronto comprendió su función. Y una sonrisa de desprecio, apareció en su rostro. —Te mereces esto. —pensó activamente, al tiempo que forzaba su imaginación, para hacerse creer a sí misma, que era su inconsciente, quien le hablaba —Esta humillación, al no saber ni siquiera como asearte correctamente. —Cuando supo que se había quitado el jabón corporal y el jabón capilar del cabello, salió y se secó con la toalla, al asegurarse de estar totalmente limpia y seca, se vistió con las ropas que le trajo el anciano. Salió del baño y vio al chico Naruto y al anciano Jiraiya, con morrales, así que claramente viajaban. Partieron del hotel y Jiraiya iba más adelante que los jóvenes, dándoles algo de privacidad. Ella sentía luz emanando de él, a pesar de lo que describiría como oscuridad, pero la luz y bondad en su ser, eran mayores que todo lo demás. Ella no lo sabía, pero despertó una habilidad. El chico era bondadoso, tenía un corazón enorme y no la repudiaría. Además: Sentía que, si perdía esta oportunidad, para confiar en este chico, lo perdería todo. —Esto puede sonarte como una locura, pero... mi nombre es Azula, vengo desde... un lugar muy lejano, en el cual controlamos los elementos de la naturaleza. La Nación del Fuego, el Reino Tierra, las Tribus del Agua (en los Polos Norte y Sur) y los Nómadas del Aire. Cada una de estas cuatro naciones, controla un elemento. Y hace... desde hace un siglo, alguien dentro de la Nación del Fuego, decidió que debíamos de conquistarlo todo. Mi hermano era más humano que yo y muchas veces llegó a negarse, a cuestionarse porqué hacíamos esto, pero yo... yo no me negué, seguí las ordenes de mi padre, destruí familias, ciudades enteras y... entiendo, si no me quieres a tu lado.

— ¿Qué quieres hacer, con esta nueva oportunidad en este continente, Azula? —preguntó Naruto con gentileza, asombrando a Azula, por como este chico, no le estaba dando la espalda.

—Al igual que tú: Quiero ser una Kunoichi. Quiero defender a otros, solo... solo lastimar, si es absolutamente necesario —dijo Azula —tengo estos conocimientos sobre el Chakra, que adquirí en mis sueños y necesito aprender a usarlos. Usé un Kuchiyose no Jutsu, para llegar hasta aquí —y Naruto la miró asombrado.

—En ese caso, tienes mucho que aprender —dijo Jiraiya, matando el momento del rubio y la pelinegra —pero no te preocupes, Azula-Chan: Entre Naruto y yo, podemos ayudarte con esto. —y vio a un emocionado Naruto, comenzar a hablarle a Azula, quien parecía prestarle total atención, asintiendo, cada pocos minutos. —También necesito informarle a Tsunade sobre esto, pero... con un mensaje en tinta invisible: Si Danzō descubre que existen otras dimensiones, con habilidades, no solo de manipulación elemental, sino de otras formas... sería peligroso.

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*Rōjin: Anciano.