Naruto pertenece a Masashi Kishimoto.
Avatar: La Leyenda de Aang pertenece aMichael Dante DiMartino y Bryan Konietzko.
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La Princesa y el Shinobi.
Resumen:
Durante su tiempo en prisión, Azula tuvo sueños extraños y conocimientos de otra dimensión. Gracias a sus nuevos conocimientos, se otorgó la libertad y encontró el cariño y la compasión del Shinobi #1 Cabeza Hueca.
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05: El Retorno.
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Uzumaki-Namikaze Naruto, el Jinchūriki del Kyūbi no Yōko, se había ido por tres años, entrenando con el Gama Sen'nin Jiraiya, para ser un mejor Shinobi y mantenerlo a salvo de la organización Akatsuki.
Una de las personas que más esperaba volverlo a ver, era Senju Tsunade, compañera de Jiraiya, la Namekuji Sen'nin, la más grandiosa Iryōnnin del Continente y la Godaime Hokage de Konohagakure no Sato. —Shizune —llamó la rubia Hokage. Vestida de forma muy similar a como el rubio la había conocido: Una chaqueta larga de color verde con el kanji de "apuesta" (賭) escrito dentro de un círculo rojo en la parte posterior. Debajo de la chaqueta, una camisa gris de estilo kimono sin mangas, deja a la vista un pronunciado escote, dejando visible parte de sus pechos, ciñéndose a su cuerpo gracias a una faja azulada que hace juego con sus pantalones. Llevaba sandalias con tacones altos y uñas de las manos y los pies, pintadas de color rojo; seguía usando pintalabios de color rosa suave.
— ¿Sí, Tsunade-Sama? —preguntó Shizune, la sobrina de su ex-novio fallecido. La mujer, había sido alumna de la Hokage, por muchos años. Se trataba de una mujer joven, con un cabello corto y lacio de color negro, contando con ojos del mismo color y piel blanca. Estaba vestida con un kimono negro azulado con bordes blancos y un par de sandalias.
—Según la última carta de Jiraiya, ¿deberían de llegar hoy? —Preguntó Tsunade, impaciente por volver a ver a Naruto. Ese niño, que le había regresado la Voluntad de Fuego, ese niño que no se daba por vencido fácilmente.
—Así es, Tsunade-Sama —dijo Shizune, quien solo pudo sonreír dulcemente; cuando su maestra tomó una tabla de escribir, colocó al menos diez papeles, un lapicero y fue firmándolos, mientras caminaba, fuera de la oficina, con la pelinegra siguiéndola, con más documentos en sus manos, un sellador y dos sellos que decían «Aprobado» y «Denegado».
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Una hora más tarde, tres personas se acercaban a Konoha.
El que más se destacaba, era el más alto del grupo. Un hombre de cabello blanco, y con unas rayas verticales bajo sus ojos, llevaba un atuendo verde y sobre él una manta de color rojo con 2 círculos amarillos y sandalias del mismo color rojo, pero en lugar de llevar la Banda Ninja de Konoha, Jiraiya lleva puesta la supuesta Banda Ninja del Monte Myōboku. Además de siempre cargar en su espalda el Pergamino de Contrato con los Sapos.
A su lado, caminaba un joven de cabello rubio erizado y ojos azules, vistiendo con una chaqueta que en los hombros y mangas de la misma eran negras, mientras que el torso era naranja, vestía un pantalón anaranjado y en su espalda, cargaba un par de bastones Bō. La bandana de Konoha, ahora era de tela negra y larga, siendo colocada en su cabeza.
Finalmente, y al otro lado de Jiraiya, estaba una chica, que aparentaba ser al menos uno o dos años mayor que Naruto, de cabello negro, vestida con una camisa roja con mangas largas y un pantalón holgado. Era Azula, quien se autoproclamaba, como novia de Naruto. Él no lo negaba y la abrazaba y besaba, cada vez que la veía sonreír y asombrarse en alguna nueva aldea, a lo largo de su viaje. La chica miró a la pareja de dormilones y miró a su novio. Solo con la mirada, ella le preguntó: «¿Es esto normal?»
Naruto asintió y dejó una etiqueta explosiva de baja potencia, Azula se tapó la boca y se alejaron algunos metros, mientras la etiqueta hacía efecto y ellos saltaban del miedo. —Izumo, Kotetsu... —comenzó el rubio.
— ¡Por favor, tengo esposa y seis novias!, mátelo a él sí quiere —dijo Kotetsu. Una gota salió de cada uno de los recién llegados.
— ¡¿A mí?! —Se quejó Izumo aterrado, antes de mirar mejor. — ¿Jiraiya-Sama, Naruto?
El rubio había madurado bastante, ya no era el mismo rubio cabeza hueca; así que se pasó una mano por la cara. —Si fueran invasores, los pasarían de largo y se darían cuenta, cuando solo quedaran los cadáveres y el cráter de Konoha —se quejó el rubio.
— ¿Quién es ella, Naruto? —preguntó Kotetsu con corazones, formándose en sus ojos.
—Es Azula, una am...
—Soy Azula, vengo de Kawa no Kuni, soy su novia —dijo la pelinegra, con una sonrisa dulce y gentil. Los dos guardianes, se desmayaron ante la noticia, Azula se cubrió la boca con algo de pena, por el shock de la noticia, pero Naruto solo le pasó una mano por la cintura y la instó a caminar por la aldea. —Se ve que Konoha, es una aldea muy prometedora. Aldeanos felices, Shinobis actuando normal... creo que me gusta —sentenció con la sonrisa, la pelinegra fue a pasar una mano sobre el hombro de su novio cuando...
— ¡Naruto-Kun! —dijo una voz femenina. Lo siguiente que Naruto, Azula y Jiraiya sabían, es que una mujer rubia de grandes pechos, estaba abrazando al rubio y ahogándolo entre sus mamas. —Me alegra mucho que volvieras.
— ¿Tsunade-Sama? —Preguntó Naruto, mirando con algo de dificultad hacía arriba y reconociendo a la mujer.
—Me alegro de volverte a ver, Naruto-Kun —y el rubio sintió que lo besaban en la coronilla.
— ¡MI NOVIO NO NECESITA A UNA ANCIANA SECA Y URGIDA, CUANDO PARA ESO ME TIENE A MÍ! —se escuchó en toda Konoha.
En ese momento, Azula sintió un instinto asesino, como jamás había sentido. Un aura de muerte rodeó a la mujer, que abrazaba a su novio. — ¿Fue esto, lo que sintió Zuko, la primera vez que enfrentó a Papá, en el Agni-Kai? —logró preguntarse, luego sintió un gran dolor de cabeza.
— ¿Cómo me llamaste, mocosa grosera e impertinente? —preguntó Tsunade, solo para darse cuenta de que la chica estaba inconsciente, enterrada en el Nuevo Gran Cañón de Konoha.
— ¡AZULA-CHAN! —gritó el rubio, preocupado por si su novia seguiría viva, tras ese golpe.
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Lo siguiente que supo Azula fue que se despertó en...
— ¿Estoy en el hospital? —se preguntó la pelinegra, sintiendo una mano sobre su mano, haciéndola mirar hacia la derecha. —Hola, Naruto-Kun, ¿Qué pasó?
El rubio no pudo evitar reírse un poco y pasarse una mano por la nuca. —Insultaste a la Godaime Hokage de la aldea, Azula-Chan. —ante esta noticia, Azula palideció —Luego de semejante golpe, le expliqué quien eras y te trajo al hospital. Ella me hizo firmar unos papeles de adopción y me entregó los pergaminos de mis padres y las escrituras de la mansión Uzumaki en la aldea. —La puerta se abrió y un hombre anciano y su hija de cabello castaño, entraron con varios platillos. —Es bueno verte, Ichiraku-Ojisan, Ayame-Neechan.
La ventana se abrió. Naruto y Azula vieron aparecer a un hombre de cabello gris que se inclinaba hacía la derecha y permanecía parado, más allá de la gravedad. Su bandana estaba torcida y tapaba su ojo izquierdo, teniendo, además, una máscara sobre su rostro. Llevaba el acostumbrado uniforme Ninja y leía un libro que Azula reconoció y sus ojos se entrecerraron. —Hola Naruto, mírate: cuanto has crecido.
—Kakashi... -Sensei —dijo el rubio, luego de haberlo dudado por un instante. —No ha cambiado, en más de tres años.
—Estás más alto, Naruto —dijo Kakashi —puedo ver en tus ojos, tu madurez.
—Por cierto, te tengo un obsequio —el rubio se acercó a su riñonera y sacó un libro. —Es el último libro de Ero-Sen'nin, no me gusta su basura de literatura, pero sé que a ti sí. Aún no ha salido al mercado.
—Debí de haberle quemado las manos, cuando tuve la oportunidad —gruñó Azula, cerrando los ojos, mientras seguía comiendo su Ramen de Res y Tsunade solo pudo reírse.
—Conozco el sentimiento, cariño —aseguró la Godaime Hokage, regalándole una sonrisa a Azula y palmeándole gentilmente el hombro.
—Gracias, Naruto —dijo Kakashi llorando cascadas, mientras el rubio estrellaba una mano contra su rostro, antes de mirar a su "instructor" de estos tres años.
—Esa cosa es capaz de convertir a cualquier cuerdo en un demente Ero-Sen'nin. —El Gama Sen'nin solo se cruzó de brazos, mientras murmuraba un: «Nadie sabe lo que es buena literatura»
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Naruto y Azula, salieron del hospital, poco después, con dos bolsas llenas de Ramen para llevar y caminaron como una pareja de enamorados, con la pelinegra, sujetando el brazo de su novio; mientras eran guiados por la Hokage, hacía la nueva casa del rubio: Una casa de dos pisos, con muebles de la más fina madera y en la mejor parte de la aldea. —Wow, gracias, Tsunade-Ob... Okasan.
—De nada, Naruto-Kun —dijo la rubia sonriendo gentilmente. —Por favor: mañana necesito que vengas a las 8:00... no: A las 12:00 para una prueba. Quiero ver, cuán grande ha sido tu crecimiento estos tres años.
—Entendido —dijo el rubio sonriente, mientras abría la puerta y dejaba pasar a Azula, quien, sonrojada, entró en su nueva casa. — ¿Quieren cenar con nosotros, Tsunade-Okasan?
—Gracias por la oferta, Naruto-Kun, pero estamos bien —aseguró la Hokage, mientras le entregaba el Libro BINGO actualizado. El rubio asintió y cerró la puerta, mientras la Hokage y su asistente se alejaban. —Veamos cuanto has crecido en estos tres años.
Una vez cerrada la puerta, el rubio miró el Libro BINGO, sobre los Nukennin de Konoha y sus ojos se abrieron. Suspiró, para calmarse y lo cerró. —Está hecho, supongo. Sasuke... es un aliado de Orochimaru, después de todo. Pronto, iremos a matarlos a ambos.
