Disclaimer: Twilight le pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de LozzofLondon, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.

Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from LozzofLondon, I'm just translating with the permission of the author.

Capítulo beteado por Yanina Barboza

Grupo en Facebook: Tradúceme un Fic


Biología.

Gimo, cerrando de golpe mi casillero. No he visto ni oído nada de Cullen desde el mensaje que envió anoche. El texto que ignoré.

Sentándome, suspiro de alivio. Él no está aquí, todavía.

Los estudiantes se filtran en la sala, llenando el aire con charlas y chismes sin sentido, arrojando sus mochilas a sus pies mientras toman asiento. Misma mierda, diferente día. Aunque hoy en día hay un exceso de temor sofocante, al menos para mí. Y maldita sea mi pulso por acelerarse con anticipación.

Lo juro, lo siento antes de verlo. El aire cambia, se vuelve más denso, se hace más difícil respirar.

Ni una palabra, ni un toque mientras se sienta, tan cerca. Huele divino y lo odio por eso también. A cuero y chico malo, cigarrillos y pecado. No lo veo, pero oh, cómo quiero hacerlo. Brilla a mi lado como un enorme botón rojo: su mensaje "no presiones" y mis dedos pican por hacer precisamente eso.

Banner comienza a hablar, su dulce tono resuena y aturde la mente. Pero escucho atentamente, o trato de hacerlo.

Ojos deslumbrantes en mi cara, puedo sentir la mirada de Edward. Todo mi cuerpo se estremece con anticipación, sabiendo ahora de lo que es capaz.

No giro.

Tener la ventaja. La tengo. Por ahora. Aunque por dentro, me estoy retorciendo, su toque todavía persiste entre mis muslos. Toques fantasmas que me hacen sonrojar.

Cuando se mueve, miro furtivamente en su dirección, sus puños apretados sobre el escritorio, sus codos cubiertos de cuero y tan tensos que me sorprende que la madera no se astille debajo de ellos.

La batalla silenciosa ruge pesadamente entre nosotros, casi sofocante. Pero soy tan terca como él.

Cuando suena la campana —estridente y precisa— no pierde tiempo en correr. Se ha ido antes de que pueda moverme y cerrar mi libro.

Pero no hay una sonrisa triunfante cuando lo veo irse. Sus anchos hombros, tensos. Su cuerpo más alto que todos los demás en la habitación.

Lo veo irse, llevándose este juego con él.

Touché, Cullen. Touché.