Disclaimer: Twilight le pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de LozzofLondon, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.
Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from LozzofLondon, I'm just translating with the permission of the author.
Capítulo beteado por Yanina Barboza
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No sé en casa de quién estamos esta noche. Una chica universitaria que está en casa el fin de semana mientras sus padres están en Seattle.
No solemos ir de fiesta los domingos por la noche, pero estoy aquí de todos modos... no es un gran secreto por qué.
El lugar es diminuto, los cuerpos están más apretados que de costumbre.
Estoy sobria. Y aburrida.
Mike me habla al oído y le hago creer que lo escucho, sonriendo cortésmente y asintiendo con la cabeza. Pero no puedo escucharlo por encima de la música, el bajo golpeando a través de mi cuerpo. Estoy demasiado preocupada para darle toda mi atención.
Estoy de pie en la cocina, haciendo girar con los dedos la taza de la que pretendo beber, la encimera de madera salpicada de alcohol y pegajosa al tacto.
―Vete a la mierda, Newton.
Cierro los ojos, preparándome mentalmente. Mike no discute y sale corriendo, giro la cabeza y lo veo irse. Cabrón.
Pequeño hijo de puta asustadizo.
No puedo culparlo.
Siento el pecho fuerte y cálido contra mi espalda y, a pesar de mi buen juicio, me recuesto. Él no se mueve, sus brazos me enjaulan; su aroma embriagador es abrumador.
No puedo evitarlo, levanto la mano y paso el dedo índice por los nudillos magullados hasta la muñeca. Piel suave, pelos claros en los brazos desnudos. Cada parte de él es hermosa. Sus caderas empujan suavemente hacia mi espalda baja, sus labios rozan mi cuello, justo debajo de mi oreja, volviéndome loca.
―Eres jodidamente hermosa ―me dice, su voz tan baja, tan sensual.
Eso es nuevo.
Si tan solo me sintiera lo suficientemente segura como para disfrutarlo.
Ya estoy mojada, empujando mi trasero contra él, disfrutando de la forma en que se frota contra mí, su erección despierta cada fibra de mi ser.
Lo deseo. Tanto. Odio hacerlo.
Cuando levanto la vista, Jessica está parada al otro lado de la habitación, observándonos, su furia es evidente.
Inclino mi cabeza hacia atrás, girándome para hablarle a su mandíbula, lamiéndolo ligeramente.
―Tu otra puta está mirando.
―Déjala mirar ―gime, moviendo sus caderas de nuevo, haciéndome olvidar cuántas personas hay en la habitación, mis ojos en blanco. Crowley también está mirando.
Mis ojos encuentran a Tyler al otro lado de la habitación, su expresión confundida mientras nos mira a Edward y a mí. No me importa. No me importa cuando sus caderas se mueven y lo siento, tan duro, tan listo.
―¿Te gusta que te observen? ―Le pellizco la parte inferior de la mandíbula, demasiado baja para alcanzar cualquier otra parte de él.
―Me gusta marcar mi territorio.
