Disclaimer: Twilight le pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de LozzofLondon, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.

Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from LozzofLondon, I'm just translating with the permission of the author.

Capítulo beteado por Yanina Barboza

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Está en el techo, puedo verlo entre la oscuridad, mi piel hormiguea.

Es domingo por la noche, la fiesta ha terminado. Nos separamos después de nuestro momento en esa habitación al azar. Una parte de mí no quiere saber qué ha estado haciendo durante el resto de la noche: la ignorancia es felicidad.

Pero necesita un recordatorio de que soy la única chica que necesita.

Desnudándome lentamente, deambulo por mi habitación, manteniendo la luz brillante, dándole un espectáculo.

El ruido de la ducha atraviesa la habitación, el vapor se eleva rápidamente y se arremolina.

Estoy usando nada más que una tanga negra de encaje. Con las manos en mi cabello, lo desenredo tranquilamente, alejándolo de mi espalda, dando pasos lentos alrededor de mi habitación mientras el agua cae pesadamente en el baño contiguo.

No miro en su dirección, determinada a no hacer mis intenciones obvias, con fe en que él está mirando.

El encaje roza mis muslos mientras me inclino, de espaldas a él, quitándome la ropa interior dolorosamente lento, saliendo un pie a la vez.

Sonrío bajo el chorro de agua, trabajo bien hecho.

Me duelen los músculos, mi cuerpo no tiene tiempo para recuperarse después de que Edward se saliera con la suya hace unas horas.

Al recordar, muerdo mi labio inferior entre mis dientes, tarareando mientras mi cuerpo reacciona a los recuerdos de su toque, su cuerpo.

Aunque el vidrio está empañado, sé que Edward podrá verme si se esfuerza lo suficiente; su posición en la azotea mira directamente a través de mi habitación, hacia mi baño.


―¿De dónde te mudaste hacia aquí?

Se supone que debemos estar trabajando en silencio, pero no puedo evitarlo. Edward no me ha hablado en absoluto.

Su cabeza gira en mi dirección, sus ojos vacíos, mirándome fijamente, aunque sus cejas están ligeramente fruncidas. Lo he confundido.

Es solo que... podría haber jurado que algo pasó entre nosotros anoche. Era diferente, más abierto, menos agresivo. Me gustó.

Se sienta un poco hacia atrás, estudiándome, con la mandíbula tensa.

―No empieces con esto.

―¿Qué? Solo tengo curiosidad.

―No la tengas. ―Sentado hacia adelante de nuevo, encorvado sobre el escritorio, su cabeza está metida en su cuaderno.

Lo observo durante mucho tiempo, bastante segura de que puede sentir mi ceño fruncido en la parte posterior de su cuello. Quiero extender la mano y tocar el cabello allí; sé que el cabello es suave como la seda.

No puede correr, no ahora. Lo aprovecho.

―¿Por qué te mudaste aquí?

Su espalda se pone rígida, pero no me mira. Soy como un perro con un hueso.

»¿Te metiste en problemas?

Nada.

Suspiro, mordiéndome el interior de la mejilla, pensando mucho.

»¿Programa de protección de testigos? ―En su lugar, trato de buscar el humor, levantando las cejas en fingida sorpresa.

Lo escucho exhalar por la nariz, con la cabeza cayendo, la barbilla contra el pecho.

―Deja de hacer preguntas ―advierte en voz baja―, por favor.

No.

―¿Mataste a alguien? ¿Alguien trató de matarte? ―Sus ojos se mueven hacia mis dedos que golpean el escritorio―. ¿Estás recién salido del reformatorio? ¿Empezando de nuevo?

―Detente. ―Sus dientes están apretados, los ojos ardiendo.

No puedo parar.

―¿Qué te jodió tanto? O… ―Frunzo los labios, inclinándome un poco más hacia adelante―. ¿Quién?

―¡Cállate! ―Se pone de pie abruptamente, su silla volcada por la fuerza de su movimiento repentino, resonando fuertemente cuando golpea el suelo. Todos los ojos están puestos en él, incluso los del señor Banner, quien está demasiado aturdido por el repentino arrebato de Edward para decir algo. Abriendo la boca para decir algo más, lo piensa mejor y con una última mirada en mi dirección, sale corriendo de la habitación.

Todos los ojos están puestos en mí ahora, viendo cómo el color desaparece de mi rostro.

Ups.