Disclaimer: Twilight le pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de LozzofLondon, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.
Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from LozzofLondon, I'm just translating with the permission of the author.
Capítulo beteado por Yanina Barboza
Grupo en Facebook: Tradúceme un Fic
En literatura inglesa, puedo sentir su mirada.
Alice no menciona nada, pero puedo verla espiándolo intermitentemente, evaluando su reacción hacia mí, tomando notas mentales, porque ella es la mejor.
Es difícil concentrarse en la lección. Quiero mirarlo. Quiero verlo. Pero más que eso, quiero volverlo loco.
Ella permanece en silencio hasta el momento en que estamos fuera del alcance de su oído. La siguiente clase es biología, así que escucho con gran atención mientras ella susurra al ritmo de nuestros pasos mientras caminamos hacia el laboratorio.
―Él no te quitó los ojos de encima todo el tiempo que estuvimos allí. En serio, ¡su mandíbula estaba temblando! Está enojado, B. Solo... ten cuidado, ¿de acuerdo?
Me detengo fuera del salón, me giro hacia ella y sonrío suavemente.
―Lo prometo.
Ella asiente y aprieta mi mano suavemente antes de desaparecer por el pasillo. La observo irse, sin saber si estoy lista para esta clase.
Justo cuando me preparo mentalmente para entrar, Edward está ahí, mirándome. Se detiene, esperando. No digo nada, mi mirada nunca titubea. Por un segundo, su rostro se suaviza y pienso que esto no va a ser como pensaba; pero luego se ríe por lo bajo y hace un gesto exagerado con el brazo.
―Las damas primero.
No digo nada mientras paso junto a él, agarrando mi mochila con más fuerza, manteniendo la cabeza en alto.
La gente observa mientras nos dirigimos a nuestro escritorio, las conversaciones se detienen, los oídos ansiosos escuchan la próxima conversación dramática.
Jessica Stanley pasa, lanzándome una sonrisa torcida, volviéndose coqueta cuando mira a Edward.
―Hola, Boo ―comienza, toda entrecortada y barata. Resoplo, ella me ignora, inclinándose sobre el escritorio, sobre mí, hacia Edward.
Ella no tiene la oportunidad de decir lo que sea que quería decir. Edward la interrumpe.
―Llámame "Boo" una vez más. Te reto.
Ella se para derecha, luciendo conmocionada. Sonrío.
―Solo iba a preguntar si estarás en la playa el viernes. ―Suena como una niña petulante, mi sonrisa permanece en su lugar.
No me molesto en mirar entre ellos, manteniendo mi atención enfocada al frente. No me importa. O al menos, esa es la impresión que necesito mantener.
―Tal vez. ―Su breve respuesta no deja lugar a discusión.
Jessica se queda de pie por unos segundos más, la atención de Edward ahora en otra parte, antes de marcharse.
―Lindo ―bromeo, rodando mis labios en mi boca, abriendo mi cuaderno y ocupándome de garabatos inútiles en el margen.
Ambos estamos en silencio por un rato, mientras Banner habla con la clase. Eventualmente, siento a Edward moverse a mi lado, inclinándose más cerca.
―Sé lo que estás haciendo ―susurra. Lo ignoro, manteniendo mi enfoque hacia adelante―. ¿Estás segura de que estás lista para las ramificaciones?
Ladeando la cabeza, lo miro con incredulidad.
―Estoy tan harta de tus ramificaciones ―le digo―, es por eso que no quiero tener nada más que ver contigo.
―Eres una mentirosa de mierda. ―Se ríe cuando mi atención vuelve a Banner―. ¿Crees que Newton puede hacerte gritar como yo? ―Su aliento me acaricia la cara, su aliento a cigarrillos y chicle de menta―. ¿Crowley? ¿Uley?
Mi agarre se aprieta en mi bolígrafo. Puedo sentir el calor subiendo por mi cuello, mi piel ardiendo, recordando.
―¿Jessica te hace gruñir y gemir como yo? ―Me giro ligeramente, mirándolo de reojo. No revela nada, su rostro impasible―. ¿Ella te vuelve tan posesivo como yo? ―Muevo mi mano debajo del escritorio, mis uñas arañan su rodilla a través del desgarro de sus vaqueros―. ¿Ella te vuelve loco? ¿Te hace gemir su nombre en su oído mientras la follas por detrás? ―Mi mano trabaja más arriba, trazando la costura interior de su muslo―. ¿Ella te hace querer romper los huesos de cualquier otra persona que la toque, hmm? ―Su boca se abre, la mandíbula floja, respirando con más dificultad. Su cuerpo rígido, sus ojos suplicantes. Me está dando una pulgada, y estoy a punto de tomar una milla―. Supongo que ya no importa. ―Sonrío, retirando mi mano y sentándome derecha, desviando mi atención de él―. Ese ya no es mi problema.
La campana suena fuerte y estoy fuera de mi asiento antes de que pueda responder, dejándolo sentado, hirviendo en su excitación.
