Disclaimer: Twilight le pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de LozzofLondon, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.

Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from LozzofLondon, I'm just translating with the permission of the author.

Capítulo beteado por Yanina Barboza

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Los días pasan en un borrón.

Edward mantiene su distancia y yo mantengo la mía, resignada, sumergida en el dolor y absorbiendo cada gramo de él.

Tratando de volverme más fuerte, incluso en el vacío que me rodea.

No hablamos, no nos miramos, no pasamos tiempo en los mismos círculos sociales.

Él deja de asistir a las fiestas habituales de los fines de semana, y yo dejo de cuestionar su ausencia, ignorando el vacío que deja en su lugar, negándome a pensar en ello.

Cuando lo veo, noto cambios sutiles: está más delgado, su rostro demacrado y pálido, su barba más espesa, sus ojos nublados y desenfocados, círculos oscuros grabados profundamente en la piel debajo de sus ojos.

Ya no pelea los viernes, una parte de mí piensa que es porque le falta energía. Parece agotado. Trato de no pensar en ello.

A veces, cuando lo miro, él me está observando. Duele cuando se da la vuelta primero.

Los rumores aún circulan. La semana pasada estuvo en Port Angeles con esas chicas que odio. Eso también dolió, por un tiempo. La semana anterior, Connor estaba fanfarroneando en Matemáticas, cotilleando con Lauren y Jane sobre Edward y el tamaño de su pene. Intento no escuchar, no quiero, pero a donde quiera que intento escapar, me sigue la conversación sobre él. Recientemente, vieron a Edward pagando en efectivo por drogas duras, pasando el rato con el traficante local, Laurent.

Nada de eso es asunto mío. Supongo que nunca lo fue.

Mis cortinas permanecen cerradas. Mi luz nunca se enciende.

Ya no es posesivo. Ya no mira en mi dirección al pasar. No necesita hacerlo. El daño ya está hecho.

La distancia y la oscuridad son mi soledad, son todo lo que tengo. Son todo lo que he tenido y busco consuelo en ellos ahora más que nunca.

―Entonces...

Me giro en mi asiento, con los ojos muy abiertos cuando Tyler se sienta a la mesa conmigo.

»¿Ya tienes cita para el baile de invierno? ―pregunta.

Quiero reír. ¿Una cita? Ha pasado mucho tiempo desde que alguien remotamente masculino se me acercó. Desde esa noche que Edward venció a Tyler, para ser exactos.

Niego con la cabeza y vuelvo a mirar el libro que estoy leyendo.

Tyler tampoco me habla desde esa noche.

No puedo culparlo por eso.

Me encojo de hombros, aceptando el hecho de que Edward ganó, obtuvo lo que quería. Felicidades, jodidamente, Cullen. Todo el mundo está demasiado asustado para acercarse a mí. Bien hecho. Bravo. Aplausos.

Adormecida.

Ya no siento mucho.

Mis sentimientos están dando paso rápidamente a... la nada de antes. La realización ya no duele. Vacía.

Estaba bien antes. Mi objetivo es volver allí.

Mi ira surge y se calma a veces, dependiendo del día ―de la hora― contrarrestada por la pura nada que siento en su lugar. Soy mala perdedora, supongo.

―¿Quieres ir conmigo? —pregunta, tomándome por sorpresa.

―¿Qué? ―Atónita, lo miro fijamente, preguntándome si, tal vez, ha sufrido otra lesión en la cabeza.

―Ahh, vamos, Swan. No soy tan malo.

Sacudiendo mi cabeza rápidamente, trato de corregirlo.

―No, no es eso. Es solo… ―suspiro, sintiéndome abrumada. No sé qué he hecho para merecer su amabilidad―. ¿Por qué querrías ir conmigo?

Se burla, empujando mi hombro con el suyo.

―Eres Bella Swan. Todo el mundo quiere preguntarte.

―Sí, no. Definitivamente no quieren. Ya no.

Él me ignora, continuando.

―Mira, de la forma en que lo veo, puedes estar deprimida sintiendo lástima por ti misma, aterrorizada de hacer algo que pueda enojar a Cullen... o puedes hacer lo contrario. Te mereces algo mejor que él, lo sabes. ―Su sonrisa es amplia y traviesa. No puedo evitar devolverla―. Yo quiero si tú estás de acuerdo.

Ni siquiera necesito pensar en ello.

―Me encantaría ir contigo. Gracias. ―Es lo más feliz que me he sentido en mucho tiempo. Un pequeño respiro de la constante nube de aprensión que se cierne sobre mí. La sonrisa en mi rostro se siente extraña.

Los sentimientos comienzan a descongelar mis huesos fríos. Despacio.

Asintiendo, golpea la mesa una vez y se pone de pie.

―Bien. ―Con un guiño y una sonrisa amistosa, se va y lo veo irse, mordiendo mi labio inferior, sonriendo genuinamente por primera vez en... mucho tiempo.

La biblioteca está en silencio durante el almuerzo, ha sido mi soledad, pero cuando observo a Tyler alejarse, empiezo a sentirme más como yo misma, pequeños pedazos de mi ser vuelven a encajar en su lugar con cada paso que da.

Le debo mucho por eso.