Dia #3 Cita romántica:
shuugaku ryokou (viaje escolar)
Akane había estado inquieta toda la tarde, se encontraba reunida con sus amigas Yuka y Sayuri quienes la estaban poniendo todavía más intranquila.
—¡Por fin iremos al viaje escolar!— gritó Sayuri mientras aplaudía y daba saltitos.
— Hemos ahorrado todo el año para esto.
—Dicen que los chicos siempre se animan a declararse durante el viaje.
—¿Qué?— preguntó Akane con voz chillona.
—Akane, no crees que Ranma pueda…
—¿Qué? No, no ,no, no digan tonterías — Akane batió las manos enérgicamente.
Sus compañeras se rieron bajito mientras cuchicheaban y se empujaban con el codo.
— Ya en serio chicas— rogó Akane— Estoy esperando con ansias conocer el castillo de Kochi, ¿Sabían que es uno de los doce castillos originales que quedan en Japón? Ojalá el guía nos enseñe toda la historia.
Yuka y Sayuri se miraron poniendo los ojos en blanco.
—Akane, eres una nerd— concluyó Yuka— A mí lo que me encantaría es probar el tataki de bonito, dicen que es el mejor de todo Japón.
—Ummm, delicioso— se saboreo Sayuri.
En ese momento se escucharon tres golpes en la puerta.
—¿Akane? — La voz de Ranma resonó del otro lado.
—Pasa.
El joven asomó la cabeza con cautela antes de entrar del todo—Ah, hola, Yuka, Sayuri, no sabía que estaban aquí.
—Hola Ranma.
— Dime, ¿qué necesitas Ranma?— apuró Akane, viéndolo parado en la puerta sin decir nada.
Él se rascó la cabeza — Ah, si, yo…¿Has visto mi camisa azul?
—¿La de manga larga?
— Si, esa
— Ya le preguntaste a Kasumi.
—Si, no la ha visto.
Akane se detuvo a pensar con los ojos en el techo.
— Recuerdas el día de la presentación de teatro.
— cómo olvidarlo— dijo Ranma entre dientes. Recordando aquel día que intentaron hacer una nueva obra en la que Ranma hacía de príncipe y por supuesto Akane de , como milagro había terminado bien hasta que al estar tras el montaje del escenario habían irrumpido Shampoo, Kodachi, Ukyo, Kuno y hasta Ryoga, tarde pero justo en el momento en el que Ranma se inclinaba ligeramente hacia Akane tomando valor para be…
—¡Ranma!
— ¿Eh?
— ¿Que si ya recordaste?
— Ah, si, ese día la traje en una bolsa porque se mojó cuando Ryoga reventó la tubería…bueno creo que ya se debe haber dañado.
— Ah, es una pena.
Me gustaba como se le veía esa camisa.
— Bueno… voy a terminar de organizar la mochila… gracias Akane.
— Ah, si, no es nada Ranma.
Ranma se marchó cerrando tras sí. Las amigas de Akane no tardaron en soltar risitas nerviosas
— Pero si ya parecen un matrimonio.
— Si, es cierto Yuka. Akane ya sabe donde encontrar su ropa y todo.
—¡Ay por favor! Yo solo… tengo buena memoria y Ranma lo sabe.
Akane continuó riendo y compartiendo con sus amigas mientras su prometido caminaba apurado hacia su habitación con las orejas calientes.
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—Vamos Ranma, apresúrate, nos van a dejar— Akane tiró del brazo de Ranma obligándolo a seguirle el paso.
Ranma rió por lo bajo.
—no es un chiste Ranma, la maestra fue muy enfática con la puntualidad, nos va a dejar el autobús.
Después de un buen regaño de parte de la maestra ingresaron al bus donde divisaron los puestos que quedaban libres en la parte de atrás.
Diez horas de viaje por delante al lado de Ranma, pensó Akane nerviosa retorciendo la falda.
—¿Jugamos?— propuso Ranma sacando un mazo de cartas de su maleta.
—Pero siempre pierdes Ranma.
—¿Tienes miedo de perder?
— ja, eso lo veremos.
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—Creo que es mejor que descansemos, igual ya me debes una cena, un helado, un pastel— enumeró Akane con los dedos.
—No,no,no, quiero la revancha.
—Olvídalo Ranma, ya son las diez de la noche — dijo en un bostezo Akane —mañana podemos jugar en el hotel si quieres.
A medida que terminaba la frase los ojos de Akane se fueron cerrando y su cabeza cayó recostada sobre el hombro de Ranma, lo cual terminó por espantar el poco sueño que tenía el joven.
Para las once de la noche la mayoría de jóvenes ya estaban descansando. Ranma dio un vistazo a sus amigos quienes parecían relajados con sus cojines en el cuello, se lamentó por no haber comprado uno para él y otro para Akane.
Se movió con cuidado para no despertarla y recostó el asiento de ambos lo más que pudo, como ya lo habían hecho los demás. Akane se encogió en su lugar.
Revolviendo su mochila, Ranma encontró su saco de dormir y se lo puso encima, a él no le importaba aguantar el frío del aire acondicionado, pero Akane era una friolenta.
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Akane se sentía tan cómoda y calentita que no se atrevía a abrir los ojos, estaba entre dormida y despierta. El autobús se detuvo y entonces Akane fue consciente de su situación: su mano descansando en el pecho de Ranma, su cabeza recostada en el hombro de él y además él la estaba…¡Abrazando!
— ¡Ey! Saotome, Tendo, nada de arrumacos— gritó la señorita Hinako ocasionado que los dos abrieran los ojos de golpe.
—Yo no, no quería, estaba dormido y…— Ranma balbuceó torpemente una disculpa.
Akane no dijo nada y se levantó de golpe tomando su mochila y saliendo con la mirada fija en el piso.
Ranma se tomó tiempo para guardar el saco de dormir en su mochila, mientras los compañeros que aún quedaban en el autobús lo molestaban.
Miren a los tortolitos.
¿Llegarían a segunda base?
Saotome la tenía abrazada.
Y Akane no se quedaba atrás.
Bien dicen que entre más pelean, más ardientes son …
Ranma les dio una mirada furiosa lo cual solo acrecentó los cuchicheos.
—¡Pesados!
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Akane se dejó caer en la cama de la habitación que compartía con Yuka, Sayuri y dos más de sus compañeras. Se dio la vuelta en posición fetal y le llegó el aroma de su vestido, olía a él, a Ranma, suspiró. Era una boba.
— Akane ¿Qué tienes? ¿Estás enferma?— Sayuri se acercó tocándole la frente — parece que tienes fiebre.
—¿Qué?, No, yo solo estoy cansada del viaje— mintió.
— Puedes saltarte la aburrida excursión del castillo, ya debes saberte la historia de memoria.
— No, no, de verdad, estoy bien, no me voy a perder nada de esta excursión.
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El guía se empeñaba en hacer el recorrido ameno, dándoles la bienvenida en la puerta del castillo.
Construido en 1601 por el primer señor del clan Tosa, el castillo es uno de los únicos tres castillos en todo Japón en tener no sólo la torre principal sino también la puerta principal originales.
Akane aunque quería escuchar atentamente la explicación, no paraba de mirar a sus compañeros buscándolo a él.
Después de la Batalla de Sekigahara en 1600, el castillo Kōchi fue construido en lo que en aquel entonces era la provincia de Tosa.
Akane se movió disimuladamente hacia Daidoyi.
—Has visto a Ranma— susurró
—No, la última vez que lo vimos estaba cambiándose de ropa en el hotel. Pero no te preocupes, seguro que no le gustan este tipo de actividades.
—¿Y quién dijo que estoy preocupada?— habló un poco más fuerte de lo debido, ganándose la mirada desaprobatoria de la profesora y el guía.
—Lo Siento— murmuró haciendo una reverencia.
El grupo avanzó por la impresionante puerta de vigas gigantes en madera, hasta la primera explanada donde había pocas personas a esa hora de la mañana. Algunos decidieron tomarse fotos y otros continuaron su recorrido hacia el segundo descanso, donde la estatua de una mujer con un caballo llamaba la atención.
Yamahuchi chiyo, muy querida y admirada por los locales, ella se gastó toda su fortuna en este admirable caballo de guerra para su esposo…
Akane se distrajo nuevamente mirando desde esa parte de la colina parte de la ciudad de Kōchi, donde varios árboles de cerezo habían florecido, tuvo un escalofrío que quiso atribuir a la brisa de la mañana. Ranma no se interesaba por los asuntos históricos, pero al menos se presentaba en clase así fuera para dormir.
Continuaron el ascenso por la colina y por medio de escalones estrechos llegaron a la torre principal, desde la cual la vista era impresionante, el contraste entre el Japón moderno y el antiguo era fascinante.
—¿Tú crees que Ranma se perdió? — preguntó Yuka ante la mirada perdida de Akane.
—¿Perderse?... Yuka, ni que fuera un ni..ño
Será posible, pensó Akane mientras se dirigía a la salida.
—¿Akane?
—Cúbreme por favor — rogó Akane con las manos juntas.
Caminó apresurada entre las calles desconocidas, preguntando aquí y allá hasta dar con el lugar.
Mientras jugaban cartas, Ranma le había contado de la nada una historia de unos niños que se habían perdido en la ciudad de Kōchi, los encontraron al poco tiempo en el puente rojo. Él había sido muy enfático en especificar que el puente era rojo y pequeño, un lugar histórico de la ciudad.
—Ranma…—dijo agitada por la carrera.
—Akane…
—Tú querías que …
—El castillo es aburrido y bueno … te debo una cena, un helado y ¿qué más era?
—Un pastel.
—Eso un pastel, ya sabes que no me gusta incumplir mis promesas.
Los dos se miraron eternos segundos, ella todavía sentía el corazón a punto de estallar, pero ya no por la carrera como quería convencerse a sí misma.
— Toma— dijo Ranma extendiendo un paquete envuelto en papel blanco y atado con un lazo rojo.
Akane lo recibió con curiosidad. — ¿De qué se trata?— intentó abrirlo pero Ranma la tomó de la mano.
— Puedes abrirlo cuando estemos en el hotel, por favor.
— Está bien— respondió guardándolo en su bolso. — Entonces… ¿vamos por ese helado?
Ranma sonrió y estiró la mano tembloroso. Akane parpadeó un par de veces, ¿era esto lo que ella estaba pensando?
Un par de turistas carraspearon con fuerza, esperando su turno para tomarse una foto en el famoso puente.
Akane tragó saliva y arrastró a Ranma apretándole la mano con fuerza.
A unas cuantas cuadras aminoraron el paso. Ranma comenzaba a sentirse solo un poco más relajado con la mano de Akane entre la suya.
— ¿Qué tal helado con pastel?— sugirió Ranma señalando una mostrador de una heladería donde un provocativo brownie cubierto de helado lo tentaba.
—Ranma —regañó Akane— está muy temprano para dulces— que tal si caminamos por ahí — señaló un camino rodeado de árboles de cerezo florecidos, los mismos que había visto desde lo alto del castillo.
— Están preciosos— dijo Akane dando vueltas mientras algunos pétalos caían.
Ranma se quedó embelesado viendo como Akane sonreía y la falda de su vestido danzaba.
— Akane… yo…
Ella se giró para quedar frente a él y en un gesto osado le tomó la mano nuevamente.
— Es más fácil cuando no hay locos por toda la ciudad ¿No crees?— dijo Ranma.
—¿ Qué es más fácil?
—Bueno… pues…tú, yo… esto
— ¿ Esto?
—¿Quieres dejar de interrumpirme? Estoy tratando de hablar, boba.
—¡Qué te pasa! Tonto.. yo…— Akane intentó zafarse del agarre pero Ranma la tomó por la otra mano y la acercó hasta encontrar torpemente sus labios.
— mmm- mmm — Akane quiso detener por un instante el beso, hasta que aterrizó en la realidad. Ranma estaba ahí, estaban en una ¿Cita? Y la estaba besando, ¡Él la estaba besando!
Entonces se relajó y se dejó inundar por todas las sensaciones que esa nueva experiencia le brindaba.
Duró tan solo unos segundos por la inexperiencia de los dos, Ranma le soltó las manos y la abrazó por la cintura, ella correspondió el abrazó y apoyó la cabeza en su pecho sintiendo el latir desbocado del corazón del muchacho.
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Esa noche en la habitación del hotel Akane se sentó en la cama y suspiró largo. No podía creer que había pasado todo el día con Ranma sin interrupciones, excepto cuando al fin regresaron con la maestra Hinako y los regañó de todas las formas posibles. Pero a ella no le importaba, ya faltaba poco para la graduación y ella ya tenía más que asegurado ganar el año y para sorpresa de todos Ranma también, aunque unas cuantas décimas menos que ella.
Sacó con cuidado de su bolso el regalo que le había dado Ranma y en cuestión de segundos las chicas con las que compartía la habitación la estaban rodeando como buitres.
—Akane, te dieron un regalo ¿Quién fue?
— Destápalo.
— Si destápalo.
La joven tiró del cordón rojo y apartó las capas de papel.
Todas dejaron salir un ¡Awwww!
—¡Qué linda peineta!— dijo tomándola para inspeccionarla, era de madera con algunas flores talladas y pintadas a mano.
Yuka y Sayuri se miraron confundidas.
— Akane,no es solo una peineta, ¡Es una declaración de amor!
—Cual de todos tus pretendientes te la regalo ¿Cuéntanos?
—¿Qué? ¿De qué hablan?
— Oh, es cierto, te perdiste esa parte del recorrido. En la ciudad de Kōchi existe un puente rojo, el puente Harimaya, es un símbolo de amor imposible, cuenta la leyenda que un monje llamado Junshin se enamoró de una chica llamada Ouma, pero su romance fue descubierto cuando él compró un peine para ella en Harimayabashi.
Akane ruborizada escondió rápidamente la peineta en el papel nuevamente.
— Es solo un obsequio que estaban dando en uno de los restaurantes del centro.
Se escuchó una exclamación desanimada entre las chicas que regresaron a sus respectivas camas.
Cuando estuvo segura que nadie estaba despierto, Akane apretó el regalo contra su pecho y dio un grito ahogado contra la almohada.
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—¿esto que significar?— Rabió Shampoo haciendo crujir sus nudillos
— seguro que cuando el bus frenó quedaron enredados— sollozó Ukyo quien se había perdido la excursión por que tenía un curso de cocina avanzado en Tokio
— Seguro que el idiota de Ranma se quiso aprovechar de Akane— maldijo Ryoga
Ranma y Akane ajenos a que el viaje había terminado descansaban nuevamente bajo el saco de dormir. El le había pasado la mano por los hombros y ella había acomodado la cabeza sobre su hombro, incluso una pierna de Akane descansaba sobre las de Ranma.
fin
Notas perdón ayer no alcancé a publicar, termine a las 12 y no había corregido nada por eso no lo quise subir hasta no darle una leídita.
Bueno con respecto a la historia no quería mandarlos de viaje escolar a los típicos lugares así que la designada fue la ciudad de Kochi, donde no van muchos turistas de otros países, como ya se dijo allí se encuentra uno de los pocos castillos que conservan estructuras originales, también el puente rojo de Harimabashi donde hay una escultura pequeña de los dos enamorados (que Akane pasó por alto), en las tiendas cercanas venden peinetas de madera trasicional y también naruko (los que se usan para festivales). falto describir la visita la playa de katsurahama, pero eso dejemolo para otra historia.
gracias por leer y si dejan un comentario mucho mejor, así me siento más querida jajja
Besos y abrazos
Diluanma
