Disclaimer: TDS no me pertenece, nada de esto es con fines de lucro.

WARNING: Poliamor y homosexualidad, suena drástico, pero si te incomoda, largo de aquí.

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Inusual

Aprovechando que no había nadie en la casa, Sammy quiso aprovechar para huir sin dejar rastro.

Eso le era horriblemente doloroso, la casa de Jazmine y Shawn había sido más un hogar para ella que cualquier otro lugar, dejarlo solo así le rompía el corazón, pero sabía que era necesario.

Ella era quien lo había arruinado todo.

Con las manos temblorosas y los ojos ardiendo por las lágrimas tomó su maleta del armario y comenzó a meter sus pocas pertenencias en ella. Arrancó torpemente sus prendas de los ganchos y aventó sin mucho cuidado todos los cosméticos que conservaba, el tocador que usualmente compartía con su mejor amiga estaba ahora vacío salvo por una foto donde ambas posaban dentro de una cabina automática en la feria.

Su llanto por fin estalló, tomó la fotografía entre sus manos y se sentó en la mesita, sus gemidos sonaron por todo el cuarto y se encogió sobre sí misma.

Sammy estaba asustada, pero eso no le preocupaba tanto. Desde el día en que había escapado de casa hace dos años había tenido horribles pesadillas que le recordaban que, eventualmente, debía de volver a casa con su madre y con el monstruo que tenía por gemela. Aunque, de hecho, el que su mente la torturara constantemente con el recuerdo de Amy y con todo lo que le diría cuando regresara arrepentida la había hecho casi inmune al miedo y eso no era lo que le tenía tan desubicada.

Era el perder a su única y mejor amiga, el no volver a ver Jazmine.

Ya se habían cumplido más de dos años desde que ella había tomado la arriesgada decisión de irse de casa, de huir para no ver a su espantosa familia de nuevo, se había sentido tan cansada del rechazo, de la humillación y la vergüenza que finalmente pensó que era más agradable dormir bajo un puente que soportarlos un día más. El día en que estalló solo tomó esa misma maleta, se llevó a penas unas cuantas prendas, un pequeño ahorro y salió por la puerta principal, escuchó las burlas de sus padres y los insultos de su gemela, todos asegurando que tarde o temprano, la perdedora Samey regresaría pidiendo piedad.

En un principio fue cierto, ella no tenía a donde ir, se quedó en un hostal bastante peligroso durante las primeras dos noches antes de que Jazmine se enterara de lo ocurrido y tomara el primer vuelo hacia Vancouver para rescatarla. Sammy se sintió agradecida, pero insistió hasta el cansancio que no había nada que pudiera hacer para regresarle el favor, no tenía mucho dinero para pagarle el alquiler y tampoco tenía empleo.

Jazmine se mostró paciente con ella, le recordó que era su mejor amiga y que no esperaba nada a cambio. Ella y Shawn llevaban ya un rato viviendo juntos en una casa amplia al sureste de Canadá, tenían espacio suficiente para darle asilo el tiempo que necesitara, y mientras ella accediera a tomar un curso básico de supervivencia contra el apocalipsis zombi, el chico estaba bien con recibirla.

Inclusive un año más tarde cuando Sammy ya había más o menos afianzado su carrera freelancer como diseñadora y fotógrafa, ellos insistieron en que se quedara, los tres habían formado una bella amistad y aseguraban que la casa se sentiría vacía, además claro que a Jazmine le venían bien unas manos extras en la floristería y a Shawn le gustaba tener a su editora tan cerca para tener bien atendido el contenido de su canal de videos. Al final, ellos se habían convertido en su familia y nunca jamás había sido tan feliz como en esos momentos.

De hecho, había sido DEMASIADO feliz.

Sammy creció en un sitio donde todos querían verla derrumbada. No había insulto, broma hiriente o apodo cruel que no hubiera escuchado antes, desde el hecho que sus propios padres le llamaban Samey y la ponían a parir cada que su gemela inventaba una mentira sobre ella bastaba para darse cuenta de lo jodida que había sido su vida hasta ese punto.

De repente mudarse con Jasmine había sido como si atravesase un portal hacia otra dimensión, una en donde pasaba de ser un despojo humano a una persona querida, respetada… y amada. Con todo le costó acostumbrarse a que le llamaran por su nombre real, que le preguntaran su opinión por cosas tan triviales como la cena del día y que la incluyeran en las actividades diarias.

Hasta pensó que debía de existir un límite, ellos eran pareja, debía de estar excluido en algo en algún momento, pero en esos dos años pareciera que no existía nada en lo que no fuera bienvenida, cada cita era una bella actividad de a tres, los muebles que habían comprado desde su llegada se habían elegido en base a las opiniones de todos incluyéndola y había ocasiones donde juntos se quedaban dormidos, acurrucados unos sobre otros, en el sofá después de ver una película. El cambio en su vida fue tan radical que parecía falso.

Y la realidad le cayó como balde de agua fría una vez entendió de dónde venía tanta felicidad.

Quizá había sido por pasar tantas horas a su lado acomodando arreglos en la florería, o tal vez fue la ternura y vulnerabilidad que emanaba cuando llegaba herida a la casa y Sammy se dedicaba a curarla, o probablemente fueron todas esas noches en que dormían juntas después de hablar durante horas acostadas en la misma cama. No importaba al final, el hecho era el mismo.

Sammy se había enamorado de Jasmine.

Que los dioses la perdonaran por haberse enamorado de una chica, peor, de su mejor amiga… no, de una chica que tenía novio, y para más jodido, que fuera de una chica que era su mejor amiga y que tenía por novio al que ahora era su mejor amigo.

No sabría decir desde cuándo, solo que de la nada comenzó a pasar horas mirándola de reojo memorizando cada pequeño trozo de su rostro, un día de la nada comenzó a sonreír como tonta al respirar su perfume y aquellos momentos donde la buscaba para un abrazo eran su propio trozo de nirvana en la tierra.

Y lo intentó, créanlo, intentó suprimir esas emociones una vez las asimiló después de una bochornosa serie de sueños intensos con ella, quiso evitarla en lo posible y recordarse que por donde lo viera esos sentimientos no estaban bien, pero cada que miraba de nuevo esos ojitos del color del chocolate y escuchaba su risa, una parte suya se derretía por dentro y añoraba por lo menos una vez besarla al ritmo de su corazón.

Sammy sabía el peligro de sentir eso, era consciente de que, si no lograba borrarse esas ideas, un día serían tan intensas que se desbordarían de ella y harían un desastre. Lamentablemente para ella, ese día, había llegado.

Esa mañana Jasmine le había pedido que bajara a darle una mano con las flores, tenían un pedido grande arreglos que entregar para una boda esa misma noche y Jasmine tenía programadas tres clases de karate en la tarde así que tenían que darse prisa. Ni siquiera había pasado algo extraordinario, solo habían pasado las horas juntas encerradas en la trastienda armando floreros con grandes moños cursis, hablando de tonterías y riéndose como niñas jugando en la caja de arena.

Justo al terminar el ultimo arreglo del día, cuando su amiga tenía que correr al otro local para sus clases la miró para despedirse y entonces sintió que jamás la había visto más preciosa, tenía la sonrisa ensanchada, la coleta de cabello oscuro bastante floja y varios mechones le caían su rostro, tenía pequeños pétalos de clavel blanco por todo el cuerpo y una mirada tan alegre que la derritió al punto en que dejó de pensar de todo.

Por un segundo solo existieron ellas dos en un mundo perfecto, el cuarto oscuro se había convertido en un lugar brillante color rosa y su corazón latió tan rápido que creyó que de no hacer algo se le saldría del cuerpo.

Entonces la besó.

Sammy se dio cuenta inmediatamente de que lo había arruinado todo. Jasmine no se opuso, pero tampoco hizo o dijo algo, parecía estar anonadada con lo que había ocurrido y no la detuvo una vez que se echó a correr. Al abrir la puerta del local observó a las madres de los niños de la clase formadas para dejarlos en su clase pues ya era bastante tarde.

En segundos su mente tuvo que asimilar lo que ocurría y formular un plan decente, plan que desembocó en huir, esperó que los padres de familia la detuvieran lo suficiente como para poder armar rápidamente su maleta y escapar por la puerta trasera. Después tomaría un taxi que la dejara en un hostal cercano a la central de autobuses y dormir ahí por una o dos noches en lo que se acomodaba mentalmente y hacía cálculos en sus finanzas para averiguar cuanto podría sobrevivir sola sin tener que regresar al infierno de su familia. Todo sonó bien en su cabeza hasta que al terminar de meter su cámara a su estuche escuchó la débil voz de Jasmine desde la puerta.

-¿Te vas? ¿Solo así?

Por más que quiso ocultar su llanto al abrir la boca este salió disparado, la boca le tembló sus manos torpes se vieron imposibilitadas para tomar su maleta.

-¿Qué más puedo hacer? Lo he arruinado todo.

Las lágrimas le recorrían el rostro dejándole picor por toda su piel, sus rodillas temblorosas se vencieron y al no sostenerse se dejó caer en la cama frente a ella, llorando casi a gritos, sintiéndose una vez más como la patética Samey. Se sintió tan abrumada que casi no notaba los brazos fuertes y cálidos que la rodearon al cabo de unos segundos.

-Tranquila, no has arruinado nada, solo debemos de hablar.

Sammy se levantó furiosa de la cama soltando el abrazo.

-¿Qué no he arruinado nada? ¡¿Es que acaso no te das cuenta?! ¡Lo eché todo a perder por estúpida! —Sammy se limpió con rudeza el rostro y se pasó las manos por el cabello desesperada. –Es que no lo entiendes, no entiendes nada. Antes de ti, de todo esto, mi vida era una miseria, ni siquiera sé cómo es que llegué a la secundaria sin haberme matado antes… y entonces llegaste tú y todo cambió tanto, mi vida se convirtió en algo perfecto y tengo venir a destruirlo…

-Basta Sammy, no has destruido nada.

-Jasmine, ¡Te amo! Y sé que está mal sentirlo porque no me vas a corresponder y porque esto es traicionar a Shawn y porque nosotras…

Sammy quedó callada al sentir nuevamente los labios de Jasmine posarse sobre los de ella, este si era un beso real, uno donde se permitió disfrutar del dulce sabor de su amiga, donde sus brazos podían rodearle el cuello y respirar su perfume, su toque era tan poderoso que borró de ella toda la ira y tristeza que había estallado en su corazón. Por un segundo todo volvió a ser perfecto.

Pero solo por un segundo.

-¿Qué demonios está sucediendo aquí?

Las chicas se separaron al instante y las lágrimas, que por un segundo se habían detenido volvieron violentas. Jasmine, con el rostro rojizo y los ojos acuosos se giró a ver a su prometido y habló con un hilo de voz.

-Shawn, espera, podemos explicarlo.

El chico, visiblemente furioso se acercó peligrosamente a ellas. -¡No lo necesito! No soy ciego mujer. – giró a ver a Sammy y la apuntó con su dedo. –Tú te has contagiado del virus zombi finalmente y ahora intentas contagiar a Jasmine a través de tu sucia saliva contaminada. ¡Sabía que esto pasaría!

Un silencio incomodo reinó el lugar, la rubia inclinó su cabeza intentando procesar lo dicho, su llanto cesó y la desesperación se convirtió en incomodidad, por otro lado, su amiga dio un largo suspiro mientras llevaba sus manos a las sienes.

-No, Shawn, Sammy no está contagiada de nada, nos estábamos besando.

Shawn abrió los ojos sorprendidos y giró a verlas múltiples veces hasta que comprendió sus palabras. –¿No hay un virus zombi?

-No.

El chico soltó un enorme suspiro de alivio y relajó sus músculos. Comenzó a reír por su loca suposición, se sentó en la cama de la habitación y poco a poco su risa se fue apagando a la par que revisaba una y otra vez aquello que le había dicho. Su expresión cambió de nuevo y ahora reflejó una preocupación diferente, una que tiraba más a la tristeza.

-Owww, así que ustedes… rayos.

-No era mi intención chicos, yo jamás hubiera querido meterme entre ustedes, en serio lo siento.

-No es solo culpa tuya, yo fui quien te besó la segunda vez.

-¿Segunda? Demonios, entonces tú y yo… ¿somos historia?

Jasmine titubeó unos segundos mirando a ambos y suspiró cansada.

-Sammy, en serio me gustas mucho, estos años contigo me han hecho muy feliz y no quisiera que te fueras, yo no me había sentido segura de decírtelo hasta lo de hoy, pero el asunto aquí es… que yo también amo a Shawn, siempre he creído que eres mi alma gemela y no quiero terminar contigo. ¡No quiero terminar con ninguno de los dos!

Sammy se sintió un poco feliz por aquella confesión, pero poco le duró el gusto, sabía que no era correcto, si había alguien que sobraba ahí era definitivamente ella, no era justo que se metiera en la relación de las personas que le habían abierto su hogar y su vida. Su maleta estaba hecha, ahora solo faltaba partir. Después de otro largo silenció junto el valor para decir una despedida y marcharse, sin embargo, Shawn se le adelantó esta vez.

-Si lo pones así, entonces supongo que entonces esta todo bien. – Shawn realmente se veían relajado y todo asomo de tristeza se había esfumado de su mirada. Sus ojos se miraban con alivio y su frescura habitual. Se acercó a Jasmine y le dio un beso tierno en la mejilla y otro en los labios. –Temí por un segundo que quisieras terminar, pero me alegra que no sea necesario. En fin, ¿Qué quieren de cenar?

De nuevo las dos quedaron calladas confundidas de lo que el loco chico zombi quería decir con aquello.

-¿Cómo que no es necesario terminar? —preguntó extrañada Jasmine.

-Pues dijiste que no querías dejarme y no tienes que hacerlo, tú y yo podemos seguir tan perfectamente como siempre.

-Pero, ¿qué hay de lo que dije que sentía por Sammy? No quiero que ella se vaya.

-Y no se tiene que ir, pero si quieren ser novias es algo que ustedes tienen que decidir.

Ahora sí que ellas no estaban entendiendo nada.

-A ver, ¿estas sugiriendo que compartamos a Jasmine?

Shawn torció los labios y vaciló un poco.

-Compartir es una palabra fea, nunca he creído que ella sea de mi propiedad, además la amo demasiado y quiero verla feliz, si los dos la hacemos feliz, ¿Por qué me molestaría que se quedara con ambos?

-¡Eso no tiene lógica! Pareciera que no te importa nada de esto, Shawn, ustedes tienen una relación, una relación de dos y yo no debería…

Si Sammy estaba confundida ahora estaba completamente perdida, Shawn la calló con un beso. Extrañamente no se sintió molesta, nunca lo había pensado, quizá por culpa de su enamoramiento profundo de Jasmine, pero Shawn también le agradaba bastante, adoraba tener que ver sus streamings completos para después editarle sus videos, se divertía mucho en sus clases de supervivencia y en una que otra ocasión sintió punzadas de envidia cuando los veía besarse, solo que nunca se había cuestionado sobre quien le causaba esa envidia.

Ahora sentía que era de ambos.

Al terminar el beso pocos segundos después miró a la morena que, confundida, pero con una leve sonrisa en el rostro parecía comprender poco a poco hacia donde iba su pareja.

-¿A caso esto te molestó? —Sammy negó con la cabeza, genuinamente no estaba molesta ni incomoda, al contrario, el beso había sido tan inesperado como dulce. Shawn se giró hacia Jasmine y preguntó lo mismo. Ella también dijo que no. –¿Lo ven? Resuelto. ¿Quién dice que una relación no puede ser de tres? parece que a todos nos gustamos todos, y ya vivíamos como una extraña familia de tres, solo tenemos que adaptarlo un poco.

Jasmine soltó una gorjeante risa y se acercó a sus novios para abrazarlos.

-Shawn, eres el hombre más extraño que he conocido, pero también el más inteligente. Yo no tengo problema con que todos seamos una inusual pareja de tres, pero sé que tal vez no era lo que esperabas, Sammy, y no voy a obligarte a nada.

La chica negó con la cabeza secando sus lágrimas. –¿De verdad están de acuerdo con que me quede y ahora sea parte de ustedes?

Ambos asintieron energéticos con la cabeza y apretaron en abrazo. Sammy se sentía extraña, tenía que admitirlo, nunca se le hubiera ocurrido que tres personas harían una buena relación, pero él tenía razón, durante estos dos años se había sentido cómoda, feliz, tranquila y sobre todo querida. Quizá no hubiera habido besos u… otras cosas hasta el momento, pero eso era solo un detalle extra que ahora formaría parte de lo que ya eran. Una familia, unida, que se amaba y que pasaba por solo buenos momentos.

Nada de volver a casa, nada de perder a las dos personas que más quería, quizá el estrés del día la hubiera derrumbado, pero este momento a su lado, la reconstruyó poco a poco.

-De acuerdo, ahora somos novios.

Soltó una risa tímida y ambos se acercaron a besarle la mejilla. Se sintió extraño, pero al mismo tiempo la hizo infinitamente feliz, ya se acostumbraría a tener un novio y una novia al mismo tiempo, finalmente tenía lo que más había añorado en la vida.

Un hogar donde sentirse amada.

-Entonces, ¿ya me dicen que es lo que quieren de cenar?


Creo que ahora si es la última historia que tenia para TDI y FF, al menos la última terminada. El final no me enloqueció pero pues ajá, es lo que hay.

Ojala les haya entretenido y les agrade esta particular no-pareja.

Nos leemos.

Con amor KanyHearts