No había una sola nube en el cielo.

El sol de verano resplandecía en los tejados de Water Palace Zone a la distancia, parvadas de aves marinas aleteaban serenamente en las aguas celestes, y una brisa refrescante soplaba hacia la costa, trayendo consigo el olor a césped recién cortado de las zonas montañosas vecinas.

Y Miles "Tails" Prower, zorro, genio, mecánico y ocasional, aunque involuntario, héroe, no podía presenciar nada de eso. Lo cual le sentaba muy bien.

Claro, la brisa se sentía bien contra su pelaje mientras el yacía tendido en la pista junto a su laboratorio, anidado bajo el fuselaje de uno de sus aviones, pero el tic-tac de su llave inglesa en acción tenía cierta cualidad relajante. De vez en cuando extendía una mano enguantada hacia un tazón posicionado en su cercanía para pescar algunas mentas que procederían a desaparecer en su boca con un crujido.

Miles suspiro satisfecho.

Si, esto era prácticamente perfecto. El Doctor Robotnik no estaba causando problemas, ninguna deidad molesta o antigua raza guerrera había despertado para traer perdición al mundo. Sonic, por mucho que él amara al erizo, se encontraba en otro lugar sin causar un desastre en su laboratorio. Era solo una tarde tranquila y agradable, con el suficiente trabajo para mantener a su mente ocupada.

"Buenos días, Señor Tails, ¡Cuánto tiempo sin vernos!"

"¡Ah!" Miles se sacudió hacia arriba, golpeando su cabeza contra el chasis del avión, un hueco estampido metálico resonando en sus oídos.

"¡Oh no! ¿Te encuentras bien, Señor Tails?"

Frotándose la frente, Miles giró hacia el origen de la alegre voz para ver a un par de zapatos rojos y amarillos junto a su cabeza, las pálidas piernas de su dueña desaparecían dentro de un vestido del mismo tono de color.

"¿Cream?" Miles rápidamente desvió la mirada y retrocedió al otro lado del avión "¿De don-? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Tu mamá está bien?

"¿Hm? Mi madre está bien, pero gracias por preguntar. G-merl está con ella después de todo." La sonriente cara de la coneja se asomaba bajo el avión mientras ella se agachaba, manos agarrándose las rodillas.

"Oh… cierto" Miles asintió, él fue quien programo al robot después de todo. "Bueno pues, uh, Sonic se encuentra en Carnival Night checando unas extrañas lecturas de energía. ¿Quieres que lo llame por ti?

"Estaría bien pero no, gracias" Cream sonrió alegremente. "Solo vine de visita, eso es todo."

"¿Segura?" Miles levanto una ceja. "Has recorrido un largo ca- Espera, ¿Dónde está Cheese?"

"¿Cheese?" Cream agito sus orejas al mirar por encima de su hombro, al parecer por reflejo. "Oh. Hoy se quedó en casa para ayudar a mamá y a Chocola."

"Oh…" Miles asintió pensativamente. Él rara vez había visto a Cream sin su flotante y azul chao acompañante. Bueno, no es como si ella necesitara protección al andar por estas zonas. Incluso una coneja debería estar segura sin Eggman cerca, aunque-

"¿Señor Tails?"

"¿Queqque?" El tren de pensamiento de Miles fue descarrilado.

Cream se inclinó hacia delante, sus orejas rozando la parte inferior del avión mientras se acercaba, su nariz a pocos centímetros de la de él.

"¿Seguro que estas bien? Te golpeaste muy fuerte la cabeza."

"Uh- Yo- No- Quiero decir , yo solo… estaba… pensado, perdón."

"Oh, Okey. Si qué piensas mucho, Señor Tails."

Miles entrecerró los ojos hacia Cream, preguntándose si se estaba burlando de él. Él no era el mejor al lidiar con chicas, o con extraños. Y si bien Cream no era exactamente un extraña, él realmente no había interactuado mucho con ella… Bueno, él la evitaba voluntariamente.

La chica conejo ladeó la cabeza, devolviéndole la mirada en silencio hasta que, de repente, volvió a sonreír.

"¡Ahí vas otra vez!"

Las mejillas de Miles se erizaron bajo su pelaje y giro su cabeza para el otro lado, sus colas arremolinándose entre sí por reflejo.

"Uh… Si, yo… Supongo que sí. Oye, ¿te puedo ofrecer algo? Miles movió disimuladamente una de sus colas delante de su tazón de caramelos de menta. "Casi solo tengo comida chatarra. Cuando Sonic se aparece el usualmente busca consumir el mayor número de calorías lo más rápidamente posible para mitigar el metabo- uh… Él normalmente tiene mucha hambre." Él se froto la nuca. "Así que… no sé lo que comas, pero hay hamburguesas y chilli dogs, aunque tal vez queda un poco de ensalada, unas uvas y… creo que hay algo de helado en el congelador."

El amable desinterés se transformó casi instantáneamente en un deleite infantil cuando menciono lo último. Miles sonrió. "Entonces helado, ¿no? Si, es un día perfecto para eso. Aurita vuelvo."

Un tanto rápido, Miles se tambaleo hacia atrás, recogiendo el tazón de mentas en sus manos mientras huía hacia su laboratorio.

El cálido día de verano dio paso al frío del aire acondicionado. Miles apoyo la espalda contra la puerta mientras esta se cerraba detrás de él.

¿Lo estaba haciendo bien?

Si bien él ha progresado mucho al pasar de ser un cachorro salvaje que sabia más sobre hábitos de anidación de pajaritos que de interacción social básica, el número de personas que visitan a Miles normalmente se dividen solo por tres categorías. A: Personas que querían que él les reparara o construyera algo. B: Personas que buscan a Sonic. Y C: Sonic. La experiencia de Miles en tener invitados y tener que tratar con ellos era territorio virgen para el joven zorro. Especialmente si el invitado en cuestión era en realidad una chica.

Bueno, estaba Amy, pero en lo que a Miles concierne, ella no contaba. Ella ha irrumpido en su laboratorio para esperar a Sonic durante tantos años que ya prácticamente era familia. Extraña y acosadora familia.

Miles se asomó por la puerta. Cream se había alejado de su avión para agacharse en el pasto, sus manos en sus rodillas y sus orejas meciéndose suavemente en la brisa.

Okey, Miles trago saliva. Ella realmente no se ha marchado. Deslizo el tazón de mentas sobre la mesa y rebusco en el refrigerador hasta que finalmente emergió con dos conos, apresurado al salir.

"Perdón por tardar tanto, es que estaban, uh, hasta el fondo."

"Está bien." Los ojos de Cream se iluminaron al posarse sobre el cono que tenía en mano. "Muchísimas gracias, Señor Tails."

"Oh, no hay de que." Miles despego el envoltorio de su cono para revelar el helado teñido de verde mientras se acomodaba en la hierba, un poco alejado de ella.

"Um… ¿De qué sabor es?" Cream observaba su propio cono, con un mechón del pelaje de su barbilla ahora teñido de verde.

"¡Menta!" Miles sonrió felizmente "¿No es grandioso? Usualmente no lo tienen en Water Palace, así que tuve que traer un poco."

"Es… muy… interesante…" Cream continúo comiendo, tal vez con menos entusiasmo que antes, y ambos se sumieron en el silencio.

Miles se movía incomodo, colas enroscándose entre sí mientras comía. ¿De qué hablar? ¿Se suponía que ahora tenía que hablar?"

Por lo que él sabía de Cream, ella era niña normal y feliz con una cariñosa familia, de corazón valiente y un temperamento dulce y jovial. A ella no le interesaba la violencia y, aparentemente, la menta.

En otras palabras, ella no podría tener menos en común con él. ¿Tal vez padres con un terrible instinto para los nombres? Bueno, el de ella no era tan malo en comparación. Hasta mirarla le incomodaba cuando se conocieron por primera vez. Ella le recordaba su propia juventud y eso era un recuerdo dol-

Ella lo estaba mirando otra vez.

"¿Qué?" Miles se sobresaltó, escondiéndose detrás de una cola. "¿Hay algo en mi cara?"

Cream, cuyo helado desapareció misteriosamente sin dejar rastro a pesar de su previa hesitación, simplemente sonrió.

"Eres una persona muy interesante, Señor Tails." Se levanto, sacudiéndose el polvo del vestido y la cola. "Bueno… puedo ver que estas ocupado, así que dejare que vuelvas al trabajo. Gracias de nuevo por el helado, ¡adiós!"

"Oh. Uh-"

Antes de que el ya nervioso Miles pudiera levantarse, la joven coneja ya se había dado vuelta, corriendo hacia Water Palace, agitando la mano mientras se iba. El respondió el gesto con menor entusiasmo para después levantarse y volver al trabajo.

"…Espera, ¿Dónde deje mi llave?"