No había una sola nube en el cielo.

El sol de verano resplandecía en los tejados de Water Palace Zone a la distancia, una manada de ballenas tomaba el sol perezosamente en las aguas celestes, y una refrescante brisa soplaba desde la costa, trayendo consigo un ligero olor a salmuera.

"¡Hola otra vez, Señor Tails!"

Una vez más trabajando debajo de su avión, Miles se sobresaltó ante el repentino saludo, aunque esta vez sin golpearse la cabeza.

"¿Cream?"

"¡La misma!" Cream respondió felizmente. Hoy, por lo que Miles podía ver desde su ventajosa posición, vestía unos shorts y una camisa con una estrella amarilla dibujada. "Ya que el clima estaba tan agradable hoy, pensé en pasar a visitarte otra vez."

"Mhm." Miles giro sus ojos. Al parecer adquirió un gusto por el helado de menta después de todo. "Pues perdón, pero Sonic no está aquí."

"¿Enserio? Qué lástima. ¿Sigue ocupado en Carnival Night?"

"Si, así es." Miles asintió, aunque ella no pudiera ver su cabeza. "¿Quieres que lo llame hoy?"

"No, así está bien. No quiero molestar al Señor Sonic cuando está ocupado." Cream giraba de un pie a otro.

No quería mo- ¿Y qué hay de cuando él estaba ocupado? Bueno, casi ocupado. Los aviones no se reparaban solos después de todo. Miles suspiro en el panel de acceso. "Entonces… ¿Te traigo algo? Todavía tengo helado en el congelador."

"Hm… ¡No, gracias! Solo me sentare por ahí, no te preocupes por mí."

"Uh, ¿está bien?" Miles miro a la niña coneja mientras ella se alejaba de su avión una vez más, tarareando una melodía mientras se acomodaba en el pasto, donde empezó a recoger flores de una en una.

Miles se encogió de hombros y aparto la mirada, contento de poder ignorarla y volver a trabajar… Excepto que no lo estaba. Unos minutos después, noto que sus ojos eran atraídos a ella una vez más. Y una vez más cuando se obligaba a concentrase, una y otra vez, hasta que su cerebro descifro lo que le estaba molestando y se arrastró por debajo del avión para poder acercarse.

"… ¿Sin Cheese otra vez hoy?

Esta vez fue Cream la que se sobresaltó de sorpresa, casi tirando la cadena de flores que sostenía en mano.

"¡Oh! ¡Señor Tails, me asustaste!"

"Perdón." Miles sonrió, rascándose la nuca. "Es que note que a ti también te hace falta tu amigo azul, es todo."

Cream se encogió un poco, girando un dedo alrededor de una de sus orejas. "Si, Cheese… hoy también se quedó con Mamá."

Miles asintió sagazmente. Al menos eso explicaba porque estaba aquí otra vez. Dada la poca frecuencia con la que se separan… Bueno, él podía empatizar.

"¡Muy bien! El zorro se tumbó en la hierba junto a ella. "En ese caso, lo mínimo que puedo hacer, como otro compinche abandonado, es hacerte compañía."

"¿Compinche abandonado?" Cream inclinó la cabeza hacia él.

"Pues claro, si te he visto en acción. Te la pasas siguiendo a Cheese y le señalas las cosas que tiene que destruir." Miles sonrió. "¡Yo también hago eso!"

"Eso suena mal… de alguna manera." Crean hinchó sus mejillas.

La sonrisa de Miles se agrando.

Así era más fácil. Cuando las personas necesitaban ayuda, él podía concentrarse en identificar el problema y como solucionarlo. Su cerebro en realidad trabajaba a su favor, en lugar de darle vueltas a miles de escenarios y preguntas en su cabeza. Desviándose en tangente tras tangente mientras exploraba todos los posibles ángulos de una situación. Justo como- oops.

Cream se rio, irrumpiendo su desviada concentración. "¿Pensando otra vez, Señor Tails?"

Miles se encogió de hombros, recogiendo mechones de hierba junto a sus pies. "No dije que sería buena compañía."

"Creo que lo estás haciendo bien." Cream sonrió. "Estoy algo… contenta."

"¿Que? ¿Por qué?"

"Por mucho tiempo pensé que no te caía muy bien." Cream recogió otra flor, entrenzándola con sus dedos experimentados en una creciente cadena.

"¿Qué? No, yo…" Miles se quedó callado. Era difícil hablar con gente de su edad. ¿Entendería si le explicara a ella lo que representaba? ¿A lo que ella le recordaba? De cierta forma, el 'no eres tú, soy yo' sonaba mal para esta situación. "Solo soy… tímido, supongo."

"Me alegra." Cream ya había recogido dos flores más. "Pero aun estaría bien si es que pensaras eso. Siempre has sido amable conmigo. Ayudaste al Señor Sonic a salvar a mamá cuando estaba en problemas, y reparaste a G-Merl para que nos protegiera."

Miles asintió, colas girando detrás de él. Tan suave como la seda. Ahora a desviar fluidamente la conversación hacia otro tema que no sea él y-

"Así que, ¿Cuántos años tienes, Señor Tails?"

"¿Qué?" Miles abrió la boca, pero luego titubeo. "Ocho, creo."

"¿Tú crees?" Y otra flor.

"Bueno, no sé cuándo es mi cumpleaños." Miles se encogió de hombros y sonrió. "O el año. Cuando conocí a Sonic, supuse que tenía ocho años, igual que Amy."

"¿Pensabas que tú y Amy tenían la misma edad?"

"Si…" Miles se recostó sobre sus colas, frotando un dedo en su peluda mejilla mientras recordaba. "Pues, ella era mucho más pequeña en ese entonces, aunque sí que creció rápido. En fin, Sonic se dio cuenta de que debí de haberme equivocado de edad, así que tuvimos una gran fiesta de no-cumpleaños para mí."

"¿No-cumpleaños?"

"¡Si! Invito a todos sus amigos – bueno, Amy se invitó a sí misma, pero bueno – estaba este enorme pastel." Miles estiro sus brazos lo máximo que podía. "Y cuando sople las velas, boom, yo tenía… ocho otra vez."

Él sonrió ante el recuerdo. "Y pues, ahora celebro mí no-cumpleaños en el mismo día, cada año hasta que alcance la edad. Aunque, aun no estoy seguro de cuantos años tengo exactamente. No mucho más joven seguramente. Después de todo, han pasado más de cuatro años desde Sonic y yo nos conocimos. Y yo… recuerdo cosas anteriores a eso."

"Ya… veo." Cream se secó un ojo con su guante.

"¿Estas bien?" Las colas de Miles se estiraron en sorpresa.

"Lo siento." Cream levanto su otra mano, dejando las flores desatendidas mientras buscaba contener el flujo de lágrimas. "No saber tu propio cumpleaños suena tan… triste."

Al final, Cream logro conseguir más del preciado suministro de helado de Miles.

"Gracias." Cream se froto el aun húmedo pelaje de sus mejillas. "Ya me siento mejor."

Apostaba que sí. Miles sonrió. No podía ser tan amargado. Él también tenía uno después de todo.

"Aun así, te creería si me dijeras que eres mayor, Señor Tails."

"Si, seguro. Me veo tan viejo." Miles flexiono su pequeño cuerpo. Había crecido tan poco a lo largo de los años que la pequeña coneja ya casi lo alcanzaba. "El zorro más viejo que jamás hayas visto, justo aquí."

Cream rió. "Bueno, es verdad. Pero me refería a lo maduro que eres, Señor Tails. Pareces tan adulto, es un poco intimidante a veces."

"Wow. Primera vez que me han llamado a mi intimidante. Sera mejor que guarde a estos chicos malos." Miles dejo la pose, recuperando el helado que sostenía una de sus colas para seguir comiendo.

Cream se rio de nuevo, peinando sus orejas hacia atrás antes de finalmente ponerse de pie, sacudiéndose las piernas y la cola como el día anterior. Una vez más Miles no tenía idea de cómo el helado desaparecía tan rápidamente. Bueno, la mayor parte al menos. Su nariz aún estaba teñida de verde.

"Muchas gracias por sentarte conmigo de nuevo, Señor Tails. Ahora debo irme a casa para cenar." Ella inclino cortésmente.

"Oh, uh, okey, claro." Miles miro hacia arriba. El sol aún brillaba en lo alto del cielo. "Pues, buen viaje de vuelta. Dile a Cheese que deje de maltratar tanto a su compinche."

Él se despidió con la mano mientras ella corría hacia Water Palace antes de levantarse, sosteniendo aun su propio dulce a medio comer mientras se giraba a su avión.

Hm. Espera, ¿tal vez el debió haberle mencionado su nariz? ¿Ella no se metería en problemas con su mamá por comer helado antes de la cena? ¿verdad?

Miles se volteó, pero ya no había rastros de ella en las onduladas llanuras.

"¿Ya se fue?" Miles bajo ambas orejas con el seño fruncido. "¿…Siempre fue así de rápida?

Se encogió de hombros y se dirigió de vuelta al trabajo. Cogiendo una menta de su tazón antes de mirar alrededor en busca de su llave con algo de irritación.

"¿Otra vez? No se las estará robando, ¿verdad?" Miles regreso a donde se habían sentado en búsqueda de su herramienta, su seño frunciéndose más. "…Espera ¿Qué le paso a las flores?"