Día 2: Sin tiempo que perder.

Ambos se habían quedado solos en la sala de estar, con el ventilador puerto hacia ellos y las ventanas abiertas. La ola de calor que asolaba las cosas del país nipón les había concedido a sus ciudadanos una pequeña tregua, dejando correr un aire fresco y seco.

Ranma se encontraba mirando la televisión, mientras comía unas galletas de mantequilla. A su lado, Akane estaba tumbada en sus piernas leyendo una novela. De vez en cuando, la encontraba observando absorta las escenas de acción que él mismo estaba viendo, perdida en los movimientos marciales que el actor protagonista mostraba.

—Para levantar un mandoble lo hace sin ningún esfuerzo —se quejó él ante la mirada de admiración de ella—. Se nota que es un musculito de gimnasio.

—Es un actor de Hollywood… me parecería raro que no pisara uno en su vida —dijo Akane—. Pero no hay que negar que se mueve muy bien para no ser luchador. El trabajo de las coreografías es increíble.

—Solo son cuatro payasos bailando, Akane —despotricó presa de los celos. Aunque tenía treintaicinco años, ciertos hábitos que no desaparecían y esos celos sin sentido, aun estando más que controlados, no los había erradicado—. Me das una peluca blanca y dos espadas, y yo te lo hago perfecto.

—¿Ahora el señor Saotome se cree mejor brujo que Henry Cavill? No le queda nada mal el personaje, lástima que abandone la serie.

—Tampoco es para tanto, Akane. —Ella se encogió de hombros y robó una galleta de su plato—. ¿Qué tiene él que no tenga yo? —preguntó herido. Su prometida alzó una ceja—. Obviando que es millonario.

—Una voz seductora —contestó con una sonrisa traviesa—. Y por qué no decirlo, una no se cansa de mirarlo.

—¿Cómo? —preguntó incorporándose y obligándola a ella a sentarse—. Soy muchísimo mejor en todos los aspectos físicos que ese tío.

—Vamos Ranma —intentó calmarlo—. Son actores y actrices, su trabajo es ser irresistibles. Como las mujeres que salen en cualquier película o serie, no tendrán pechos planos ni el culo gordo —agregó con voz despreocupada.

En cambio, Ranma sabía que aquel comentario era una forma que ella tenía de luchar contra sus propias inseguridades. No era la primera vez que ella decía algo similar con aquel tono de voz agridulce, condicionándose a sí misma a pensar que no era lo suficiente buena para nadie. En otro momento, él se dejaría llevar por sus celos y le habría hecho daño, pero por eso él había vuelto atrás en el tiempo.

—Ya querrían cualquiera de esas tener tu cuerpo y tu habilidad —dijo con calma y serenidad, intentando imitar la voz del brujo albino—. Por suerte es a mí a quien dejas disfrutarlo.

—¡Ranma! —reprochó ella sonrojándose. Pero, a diferencia de otras veces en las que lo hubiera golpeado, se aceró a él y lo abrazó por el cuello, algo tensa, observando a su alrededor para que nadie entrara por sorpresa—. Eso ha sondado muy pervertido.

—Solo soy pervertido contigo —dijo abrazándola por la cintura y besándola.

Ella se sorprendió, como solía pasar, pero se dejó llevar por las caricias que él le brindaba. Sus labios carnosos, su sabor agradable y su olor suave embriagaban al más joven de los Saotome, obligándose a contenerse para no perder más la cordura.

Sin embargo, apreciaba esos momentos en los que la familia estaba tan ocupada con su propia vida que dejaba la de ellos dos tranquila. ¡Y qué decir de sus pretendientes! Gracias a los cielos, parecían tener muchos problemas en sus propias cosas como para venir a reclamar, luchar o conquistar a cualquiera de los dos. Y, gracias a eso, ambos tenían el tiempo suficiente de disfrutar de la compañía del otro.

Por desgracia, Ranma no podía relajarse. En tres días despertarían al dios dragón y se desataría la tragedia, por lo que tenía ese tiempo para fortalecer la relación de ambos, la confianza y sobre todo, la autoestima de su prometida.

—Creo… que deberíamos… em… —la voz nerviosa de Akane lo devolvió a sus cabales. La miró sorprendido, observando su cabello despeinado y con la ropa desabrochada. Ranma apartó las manos de ella, sonrojado, como si quemara—. No quiero decir que no quiera, pero no es el…

—Ya… tranquila —suspiró él, abrochándole otra vez los botones de la camisa veraniega—. Perdona, siempre me pasa lo mismo contigo, pierdo la cabeza —se sinceró avergonzado.

—¿Pierdes la cabeza? —preguntó asombrada—. ¿Por mí?

—Siempre Akane —contestó acariciándola—. No sé cómo decirlo mejor.

Ella lo miró extrañada, con los ojos brillantes, la boca entreabierta y las mejillas sonrosadas. Una expresión tierna que, aunque informara de su desconcierto, provocaba un calor en el corazón del pelinegro como hacía años que no sentía. No pudo resistirse y, aun habiendo escuchado el grito de Nabiki anunciando su llegada, se acercó veloz y le plantó un pequeño beso en los labios, dejándola más asombrada si podía.

—¿Qué hacéis tórtolos? —preguntó la mediana de las Tendo después de abrir la puerta corredera del salón. Ranma, rápido como una gacela, se había tumbado al otro lado de la mesa con el cuenco de galletas, observando la televisión. Akane, que no tuvo tanto tiempo de reacción, se encontraba apoyada en la mesa con el libro entre las manos, que bajó cuando escuchó a su hermana.

—¿Cómo ha ido la comida? —preguntó causal.

—Bien, Setsu y Tanaka se han emborrachado un poco y han subido encima de la mesa —contestó ella—. ¿Viendo la última temporada del brujo?

—Es entretenido y es lo único que hay en Netflix —contestó él.

—No has dejado que vea Dirk Gently —se quejó Akane con el tono característico de enfado—. Al menos no destrozan el libro.

—Para ver extranjeros, los veo pegándose —respondió él sin mirarla y con el mismo tono.

—Estamos a treinta y cinco grados y aquí parece que el aire se congela —comentó Nabiki irónica—. ¿Qué lees, hermanita?

—Una de Agatha Christie —contestó sin despegar los ojos del libro.

—¡Nabiki! ¿Podrías ayudarme con la cena? —preguntó Kasumi desde la puerta—. Chicos, cuando acabe el capítulo, poned la mesa —agregó con una sonrisa duce.

—Claro —contestó Nabiki levantándose—. Por cierto, hermanita, leerás mejor si le das la vuelta —agregó con una sonrisa pícara desapareciendo por la puerta.

Ranma observó a Akane voltear el libro deprisa, solo para observar a los pocos segundos que su hermana la había engañado. La vio levantarse e ir a buscarla recriminándole a viva voz, ante la mirada tranquila y relajada de Kasumi. No quería interrumpir aquel momento entre las tres hermanas, ya que en escasas ocasiones podían comportarse con tanta libertad.

Aun así, la felicidad no duraba para siempre.

Se levantó asustado al ver a la mayor de las Tendo caer como un peso muerto al suelo, consiguiendo atraparla antes de que lo tocara. Palpó la frente de la joven notándola fría y algo pálida, pero la castaña abrió los ojos y se enderezó asustada, apartándose de él con rapidez.

—¿Estás bien?

—Claro Ranma —sonrió ella—. No te preocupes.

Y sin más, desapareció de su vista entrando en la cocina para reír con sus hermanas como si no hubiera pasado nada.

Saotome suspiró sabiendo que la cabezonería era un rasgo propio de las Tendo. Para que el futuro no se repitiera no solo tenía que vigilar su relación con su prometida, sino que además tendría que asegurar la salud de Kasumi.

Por suerte, sabía a qué quiropráctico, con contactos médicos, podía llamar.

—Akane, te he dejado el vestido en el dormitorio. Si necesitas ayuda mañana, avísame.

—Gracias Kasumi.

Cierto, tenía que prepararse.

—No hay tiempo que perder —se dijo a sí mismo tocándose la pulsera de la muñeca.


¡Hola de nuevo!

Cruzando los dedos para que no se me pase el día, he podido llegar a tiempo del siguiente capítulo. Este es un poco más corto porque voy con el tiempo un poco escaso, pero espero que os guste.

Sin más dilación, empiezo con la parte que más me gusta, los agradecimientos.

Sandy: ¡Muy buenas! Muchas gracias por tu mensaje y por darle una oportunidad a esta locura. Espero no defraudarte con ello. Espero que este capítulo también sea de tu gusto.

Juany Nodoka: Muchísimas gracias por el comentario. Espero que nos veamos por aquí más veces.

Kaysachan: Me alagas muchísimo, gracias de verdad. Espero que este capítulo también sea de tu agrado y te enganche un poco más.

Roxbonita: Me ha sorprendido mucho la buena acogida que ha tenido, no me lo esperaba. Sí, tenía ganas de hacer un Ranma maduro, pero necesitaba una excusa que no haya sido utilizada mucho. Así que tiré un poco de la ciencia ficción. Espero que este capítulo también sea de tu agrado y vernos más por aquí.

Como siempre agradecer a AkaneTendo2610, AnyaShezar, Jatobita, Jiyuu Akabane, Kaysachan, Pame-Chan CR, PatryPW97, Roxbonita y Tinetta1982 por todos los likes y/o follow que tiene la historia. Muchísimas gracias por darle la oportunidad y haber dejado la huella.