Día 4: Beso Sanador
Tocó la comisura de sus labios con la lengua, notando las texturas desiguales a causa de las heridas abiertas. Ranma suspiró, algo que parecía su cosa preferida en el mundo, desganado, harto de toda la situación que los rodeaba.
No obstante, no se había arrepentido de cómo sucedieron las cosas.
Esa mañana, después de la cita perfecta con su prometida, Ranma se levantó más temprano de lo habitual con la decisión en la mente de dejar las cosas claras con los dos patriarcas de la familia. No estaba dispuesto a que hicieran ningún movimiento que perjudicara la alegria de ella, y si la solución era enfrentarlos, lo haría de buen grado.
Sin embargo, la situación se había desmadrado.
Después de despertarse temprano, Ranma espabiló a su padre de un golpe seco en el estómago y lo levantó antes de que pudiera convertirse en panda. Sin muchos miramientos, lo llevó hacia la habitación de Tendo y lo lanzó sobre el suelo nada más abrir la puerta.
Aunque Tendo se había sorprendido, al reconocerlos, creyó que era una disputa entre padre e hijo como otras tantas. Pero Ranma no estaba para tonterías y quería, por fin, dejar las cosas claras.
Cuando declaró que no se casaría con Akane hasta que ella no fuera la heredera legal del dojo, un incómodo silencio inundó la estancia. Aunque iba preparado para lo peor, no pensó que todo se le fuera de las manos, ya que se figuró que cuando los dos viejos escucharan la palabra matrimonio saltarían de alegría.
Pero el estúpido de su padre tuvo que insultar a la mujer que amaba.
Aguantó el discurso que él mismo había dado en su juventud, en un primer momento, porque no era tan hipócrita como para no intentar razonar con ellos. Pero su "suegro", si podía llamarlo así, empezó a describir a su hija pequeña como una persona inexperta que no tenía las facultades para ser responsable de las clases que deberían impartirse. Era cierto que Akane no gozaba de un nivel como el suyo, pero no era una luchadora media, con un entrenamiento que él estaba dispuesto a darle, aseguraba el éxito de su prometida al cien por cien.
Pero aquello no pareció ser suficiente.
Su padre, quien con toda seguridad había creído tener el negocio del siglo en sus manos, tomó la voz cantante cuando Soun parecía convencido. Sin filtro, empezó a despotricar sobre Akane con una contundencia que lo sorprendió. No porque nunca imaginara a su padre así, sino porque se vio reflejado a él mismo en las acciones de su progenitor. Palabra por palabra, Genma soltó el discurso sobre la carencia de su prometida en las labores del hogar, lo patosa que era con las artes marciales y que solo podía ser salvado por su belleza.
La ira lo recorrió por dentro y, antes de contenerse, le lanzó un puñetazo a su progenitor con todas sus fuerzas. No se contuvo y descargó su furia en su padre, el cual no pudo reaccionar más que para protegerse. Soun, como hubiera hecho él mismo, arremetió contra él, intentando apartarlo de su padre, golpeándolo con todas sus fuerzas.
Por desgracia, Ranma había entrado en un modo irracional en el que no miraba quién tenía delante y su "suegro" no poseía la fuerza suficiente para poder detenerle. Solo cuando el viejo pervertido, lanzó una de sus bombas de humo, acabó por completo con aquella batalla campal que él mismo había iniciado.
Los gritos y los golpes alertaron a toda la familia que observaron lo sucedido cuando Happosai abrió la puerta, sacando a un Genma inconsciente y a un Soun incapaz de ponerse en pie por sí mismo. Él se encontraba sentado en el centro de la habitación, con una respiración desigual, siendo consciente de dónde se hallaba y qué había hecho.
Las manos le temblaban, en parte de la rabia y en parte del miedo a causa de la locura que le había poseído. No pudo controlar sus sentimientos porque se dejó llevar por el pensamiento de verse a él mismo, con la edad que tenía ahora, siendo tan estúpido y cobarde, insultando y ofendiendo a su prometida. Si se pudiera pegar a él mismo en vez de a su padre, con gusto lo habría hecho.
—Tienes sangre en las manos. —La melosa voz de Akane lo espabiló reubicándose en la habitación de ella—. He traído un botiquín, necesito cerrar las heridas.
—No te preocupes —dijo él medio distraído. En cambio, la de cabello corto se sentó a su lado y sacó las vendas, el algodón y el desinfectante—. En serio, estoy bien.
—Te preguntaría que ha pasado, pero creo haberme hecho una idea —dijo con una sonrisa triste—. No tenías por qué liarte a puñetazo limpio con tu padre.
—Debería haberle cosido la boca —repuso él enfadado—. Igual que deberías haber hecho conmigo la primera vez que fui así de imbécil.
—Yo no me he quedado corta —dijo, mojando el algodón y colocándolo con cuidado en una de las heridas de la frente—. También te he dicho cosas hirientes durante años y no he confiado en ti en el pasado.
—Te daba razones para ello —respondió, agarrando la mano de Akane, sorprendiéndola—. Además, yo nunca me creí nada de lo que decías. Me dolía porque salían de tu boca, pero siempre supe que eran fruto del enfado del momento. —Ella se soltó del agarre con suavidad para encararlo—. Pero yo sé que a ti te duele mucho más de lo que muestras y que, a diferencia de mí, tienes un séquito de locas que machacan tu autoestima por culpa de mis palabras.
—No soy tan débil —reprochó dolida.
—No es debilidad, es amor por uno mismo —contestó arrepentido. Cogió ambas manos de ella y le besó los nudillos—. Mis discursos eran propios de un adolescente idiota que no sabía cómo tratar a la persona que quería. Por lo que, en parte, esto es culpa mía.
—¿Desde cuándo has dejado de ser el adolescente inmaduro? —preguntó algo pícara, intentando desviar la atención de sus ojos tristes.
—Alguna vez tenía que ocurrir… auch —se quejó cuando le pasó el algodón por el labio superior.
—Sollozas como un niño —comentó—. Pero gracias, aunque no hayas conseguido mucho, saber que estás ahí para mí es algo que nunca podría haber imaginado —agregó, acariciándole la mejilla.
—Te lo dije ayer, siempre estaré ahí para ti —concluyó con seguridad.
—Eso merece una recompensa.
Él la observó extrañado, pensando en qué podía ser aquel presente. Un súbito temor le apareció cuando se le ocurrió la idea de que le preparara algo de comer. Pero antes de hacer o decir nada cerró los ojos. La amaba, aunque le costara una indigestión cada día de la semana.
Sin embargo, notó algo suave en sus labios, acariciándolos. La fragancia de Akane lo embriagó y su piel se erizó al comprender qué estaba ocurriendo. Su joven prometida, sin dejarle mucho más tiempo de reacción, movió con destreza y dulzura su boca sobre la de él, haciéndole olvidar por primera vez el dolor que había sentido durante toda la mañana.
Él era quien, de forma habitual, tomaba la iniciativa y la besaba siempre que podía. Por eso, cuando ella había determinado avanzar por primera vez, un cosquilleo, nacido del pecho, lo emocionó y llenó de júbilo. Akane, que seguía absorta a las sensaciones que le despertaba, agarró su cara con ambas manos y profundizó el beso, avivando en él la respuesta que estaba seguro, ella buscaba. La agarró por la cintura y la acercó a su cuerpo, notando como el cosquilleo inicial se esparcía por todo su ser.
La lengua de él, pasó la barrera de los labios y se adentró en la cavidad bucal de su compañera. Aunque Akane saltó algo asustada, no se separó, al contrario, decidió aprender junto a él, moviendo su propia lengua, acariciándola, iniciando una danza erótica y excitante.
Perdieron la noción del tiempo, explorándose, acabando con cualquier barrera que los mantuviera alejados, tumbados encima de la cama.
Al separarse la hora del almuerzo había pasado. Sin ganas de romper el contacto, Ranma la abrazó con más énfasis, pues ni en sus sueños más locos podía imaginar estar así con ella. Akane sonrió y se dejó abrazar, acariciando sus brazos, distraída.
—No te había visto antes esta pulsera —comentó tocando el objeto. Ranma se tensó por un instante—. Pero es extraño, ayer me parecía que tenías tres bolitas de jade. En cambio, hoy tienes cuatro.
—¿Cómo? —Curioso, levantó la mano para observar aquella pulsera que le recordaba que todo lo que había vivido no era un sueño. Cuatro de las siete cuencas, que tenía el brazalete, estaban rellenas de unas piedras verdes que no recordaba haber visto. Su mirada pasó hacia Akane que lo observaba expectante—. Em… me la dio una sacerdotisa del dios dragón. Según dice, cada vez que me vuelvo más poderoso, una perla aparece en las cuentas.
—Así que una sacerdotisa…
—Era mayor y bastante fea —agregó besándole el cuello, haciéndole cosquillas.
—¡No he dicho nada! —dijo entre risas—. Mañana empieza la celebración en Kamakura de las festividades del mar y al dios Ryūjin. Rentsu me ha comentado que podría estar bien.
—Vaya, que atento —dijo irónico—. Suena interesante, pero ¿Por qué no nos quedamos aquí? Podemos aprovechar e ir al cine o ver alguna película en casa —intentó convencerla. Recordaba a la perfección que mañana era el día señalado. Si viajaban a la playa de Kamakura el circo de locos aparecería junto al dios dragón, poniéndola en peligro.
—Bueno… ¿no podríamos hacer la excepción? —preguntó con algo de ilusión—. Hay un castillo de fuegos artificiales y me gustaría verlo contigo.
Aquella llana y simple frase lo dejó sin defensas. No podía decirle que no, así que tendría que preparar todo a la perfección para protegerla.
Permanecieron un rato más hasta que Nodoka trajo la comida a la habitación, prometiéndoles que nadie los iba a molestar mientras les guiñaba un ojo. Ranma esperó que su madre le reprochara su comportamiento, pero solo se giró dándole con disimulo un sobre blanco.
Mientras Akane preparaba las cosas para poder comer en el escritorio, el de la trenza abrió la carta observando un bloque bastante grande de papeles oficiales. Con la firma de Tendo Soun, donde proclamaba a quién le legaba el dojo.
—¿Qué haces Ranma? ¿No quieres comer?
—Ahora más que nunca, heredera —dijo moviendo los documentos con suavidad.
Akane se giró hacia él, sorprendida, para asombrarse cuando leyó todas las hojas. Con lágrimas en los ojos, se abalanzó sobre él, presa del júbilo, abrazándolo como si fuera la única cosa en el mundo. Él la acercó y la besó de nuevo, feliz por ver la luz brillar en los ojos de su prometida.
Tenía que hacer lo posible para conseguir que Akane no pasara por el futuro que él había conocido. Fuera como fuese.
Continuará…
¡Hola!
Bien, como siempre, rozando el larguero. Pero sin perder el norte xD. Por estos lares ya es la hora de la cena, pero siguen sin ser las doce de la noche, ¡así que sigue siendo lícito! Acostumbrada a escribir las historias y acabarlas antes de publicarlas, este ritmo frenético me pone algo nerviosa, así que si veis algo que no cuadra, encantada estoy de que me lo digáis xD.
En fin, espero que os guste y, por ahora, pasamos a los agradecimientos.
AnyaShezar: Me ha matado que lo leyeras mientras trabajabas xD (aunque también me ha hecho mucha ilusión *u*) Con Genma creo que me pasa un poco lo mismo, aunque reconozco que lo he exagerado bastante, su comportamiento irresponsable me hace tenerle cada vez más tirria. Y con Soun, aunque como dices es en menos medida, no puedo evitar sentir lo mismo. Siguiendo con la parte feliz, me alegra mucho que te gustara la forma de declararse, como digo, no estoy acostumbrada a escribir sobre estos dos, por lo que me alegra haber clavado la escena. Muchas gracias por seguir ahí y espero que este capítulo también te guste.
Hadasa morales: Muchas gracias a ti por darle la oportunidad y por tomar un poco de tu tiempo en dejarme un comentario. Gracias también por los ánimos y espero que este capítulo también lo disfrutes.
Akanita87: ¡Muchísimas gracias! Por todos los medios que tenga, intentaré no abandonarla, espero ir al día, pero abandonarla no xD. Gracias por los ánimos y espero que este capítulo te guste.
gatopicaro831: Muchas gracias por tus bellas palabras. Espero que este capítulo también lo disfrutes.
Sandy: Muchísimas gracias por el comentario. Me alegro de verdad poder haber plasmado a los personajes comportarse de una manera natural y que, aun y los cambios, no quede raro. Espero que este capítulo también valga la pena.
Como siempre agradecer a AkaneTendo2610, Akanita87, AnyaShezar, Ishy-24, Jatobita, Jiyuu Akabane, Kaysachan, Pame-Chan CR, PatryPW97, Rankosaotendo1957, Roxbonita, Sakurita24, Tinetta1982 y gatopicaro831 por todos los likes y/o follow que tiene la historia. Muchísimas gracias por darle la oportunidad y haber dejado la huella.
Muchas gracias de verdad por la acogida y, si el cuerpo aguanta…
¡Nos vemos mañana!
