Pequeña historia para la dinámica de Rankane week de MFFIYR

Día uno: sentimientos

Miedo

Claro que no le tenía miedo a ella, ¿él?, El más grande luchador de artes marciales, jamás. Todo había sido culpa de Akane, ¿por qué demonios no le había dicho que la cura estaba ahí?, ahí, al alcance de su mano.

Ranma torció el gesto, tal vez no fue su culpa después de todo, Nabiki fue la que mandó las invitaciones al manicomio completo de Nerima.

Suspiró, tal vez era mejor dejarlo así, no decir nada, dejar el tiempo pasar y olvidar el pequeño incidente. Pero… había un problema, esa era la salida de los cobardes y él no era un cobarde.

Infló el pecho y sin vacilar se lanzó desde el techo, aterrizó con gracia y en silencio, se dispuso a terminar con aquella absurda discusión.

Es más, para probar todo su valor iba a ir por la puerta principal y no por la ventana.

Subió de dos en dos los escalones, muy seguro de sí, caminó sin pausa hasta la puerta y tocó tres veces, así era, su corazón latía rápido, pero seguramente era solo por el esfuerzo de haber brincado por las escaleras.

—A- carraspeo — ¿Akane estás ahí?

—¡¿Qué quieres?!

A Ranma le temblaron las piernas y un escalofrío le recorrió la espalda.

—¿Puedo pasar?— preguntó con menos volumen del propuesto.

— Haz lo que quieras.

Ranma puso la mano en la puerta y dudó — ¿Eso es un sí?

La puerta se abrió de golpe y Ranma cayó de bruces. Akane sin siquiera inmutarse siguió con lo que estaba haciendo.

Ranma se frotó la nariz mientras se incorporaba hasta quedar sentado en el suelo.

Akane resoplaba y batallaba con algo en la cama.

— ¿Estás…enojada?

Akane le lanzó una mirada furiosa que lo hizo encogerse en su lugar.

— Ya terminé con los arreglos de la casa, quedó…ehh…presentable.

— Que bueno.

— También pagué por el pastel.

Omitió que había tenido que sacar parte de sus ahorros para devolver el costo no solo del pastel, si no de su traje que había quedado hecho trizas y sin posibilidad de devolverlo al alquiler.

—Ajá.

Akane continuaba luchando con lo que tenía en sus manos, soltó un par de maldiciones lo cual llamó la atención de Ranma.

— ¿Qué se supone que haces?— Ranma que se había puesto en pie de un brinco, miraba por encima del hombro de Akane, estaba tan cerca que su pecho rozaba la espalda de ella.

—Trato de doblarlo que no ves.

Ranma tomó el pomposo vestido con ambas manos y lo alzó.

— ¿Qué haces? No ves que ya casi lo tenía en la bolsa.

— Si, cómo no, ¿Intentas romperlo? Pero si es muy bonito.

Ranma cayó en cuenta de lo dicho y apartó la mirada.

—Ranma…¿viniste solo a decirme eso?

—No, yo…— Ranma lanzó el vestido al aire y con varios movimientos rápidos de manos lo acomodó en el protector de la tienda de alquiler.

—Akane…¿Túdeverdadqueriasquenoscasaramos?— preguntó a toda carrera.

—Ranma…¿TúdeverdadteolvidastedeloquedijisteenJusenkyio?

Ambos se miraron eternos segundos con el ceño fruncido.

Ranma suspiró y tomó el vestido de la cama — yo lo llevaré a la tienda de alquiler.

Se dio la vuelta con el vestido colgando en su espalda.

— Cobarde— masculló Akane.

—¿A quién le llamas cobarde?

— A ti, ¿O ves a alguien más?

— Yo no le tengo miedo a nada.

— Solo a admitir lo que dijiste.

Akane aunque igual de sonrojada que Ranma, no apartó la mirada.

—bueno… yo… ese día… si tenía mucho miedo y…

—Ah, entiendo, solo fue algo producto del momento… ya Ranma, no tienes nada más que decir, déjame en paz, quiero dormir, mañana tenemos que ir al instituto.

—Aghh, ¡Akane, tú no entiendes nada! Tenía miedo de perderte, de perder a la persona que amo.

—¿ Qué…qué dijiste?

— Que tenía miedo de perder a la persona que amo— repitió con el corazón a mil.

—Tonto— Akane se limpió una lágrima que amenazaba con salir — para responder a tú pregunta, no, no quiero que nos casemos, estamos muy jóvenes aún, que tal si solo…solo somos novios o prometidos por ahora.

—¿Novios?... Entonces tú también…

— Claro que te amo, bobo.

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Fin

Gracias por leer este pequeñísimo relato del Rankane week.

Espero terminar la semana completa.

Besos y abrazos

Diluanma