— Iori, deberías de ver las noticias, son realmente interesantes, Shingo Yabuki ahora es el nuevo líder del Clan y se ocupara del manejo de la empresa Kusanagi, la señorita Aio murió.
Iori tomó la tablet y observo las noticias "La señorita Aio Kusanagi , sufrió un terrible atentado su auto explotó en llamas y ella falleció al instante, tal y como su primo Kyo Kusanagi murio hace mas de un año...
—Bueno, creo que obtuvo lo que merecía, no es obra mia, simplemente lo deje en manos de Saisyu.
...
Athena entró a la habitación de Natsu donde vio a la señora Mei cargando a su niña. La sostenia con amor mientras le sonreía, Athena creyó que ella la odiaba después de la reunión que tuvieron, pero recordó que era la madre de su esposo y la abuela de su hija.
—Buen dia señora Yagami. Iori no se encuentra ahora.
—Hola Athena, yo ya lo sé solo quería hablar contigo y conocerte mejor, se que empezamos con el pie izquierdo y fue mi culpa, lo siento. - Mei volvió a dejar a la niña en la cuna.
Esa respuesta la dejo muy sorprendida, eso la dejo en shock por unos segundos, pero trató de disimular, noto la sonrisa triste de la mujer frente a ella, se veía realmente mal, la mujer tomó su mano entre las suyas.
— No tiene porque preocuparse señora Yagami, no le guardo rencor.
—Oh por favor llámame Mei quería, eres la esposa de mi hijo no es necesario las formalidades. Se que me porte muy mal contigo y me arrepiento, te juzgue mal, mi hijo merece a una mujer como tú a su lado, alguien que lo ame sin condiciones, en el momento que me vaya, me iré tranquila, por que se que te tiene a ti, gracias por hacer feliz a mi hijo, el realmente lo merece.
— Gracias, yo amo a Iori, eso nos a mantenido unidos, el amor que nos tenemos, él es mi alma gemela, no tengo palabras para explicarlo- habló con una sonrisa en su rostro.
— No hay duda de eso querida, quiero pedirte perdón de corazón y poder visitar a mi nieta.
—Es más que bienvenida aqui Mei, puedes venir las veces que quieras.
Athena se quedó hablando con la mujer por un tiempo, era como ver a otra persona, alguien que no solo pensaba en el que diran y el poder, después de todo ella la había aceptado y eso era algo que siempre iba a llevar en su corazón, Natsu tendría el calor de su abuela y eso haría muy feliz a su esposo.
Saisyu salió de la habitación de su esposa, todos los días iba a verla y su depresión no mejoraba, eso le preocupaba mucho, se encontró en los pasillos con Nikaido que tenia una sonrisa como la del gato sartonico.
— Al parecer Souji saldrá esta noche de la cuidad, quiere escapar de su destino, crees que sería justo dejarlo ir después de todo lo que le hizo a Kyo.
Nikaido camino al lado de Saisyu con total tranquilidad, sabía que solo estaba esperando el momento indicado y al parecer había llegado ese momento, no debía esperar más, también tenía cuentas pendientes con el hombre.
—¿Dónde se encuentra en este momento?- Pregunto Saisyu algo pensativo, una brillo de maldad paso por sus ojos y una sonrisa escalofriante apareció en los labios.
—En un hotel de baja categoria, sus días de gloria ya no existen, se irá en unas horas, Yuki también abandono la cuidad, pensé que ibas a impedirselo.
Saisyu guardo silencio por un momento, Yuki no era importante, ella no tenía el poder suficiente para dañar a su familia, además ella no podia volver a la ciudad o sería alimento de tiburones.
—Yuki no volverá, Iori Yagami le dio una lección y le advirtió que si vuelve esta muerta, así que no te preocupes por ella, no es una amenaza para ninguno de nosotros, creo que es momento de irnos, le daremos una visita a mi querido sobrino.
Saisyu salió de la masion acompañado de Nikaido, se había asegurado de quitarle todo a Souji, lo había dejado en la calle, sin nada, ese fue su castigo por traicion, ahora era su momento, de terminar con lo que había iniciado, le envio un mensaje a Iori Yagami. El también debe ver el final de Souji.
Souji estaba sentado en el balcón de la habitación de un pequeño hotel de baja categoría, era todo lo que podía pagar en su estado, se sentia ansioso por marcharse de esa maldita cuidad, había comprado un boleto de ida, no volvería nunca más, su vuelo saldría en unas horas, tenía muchos enemigos al acecho, era mejor ser inteligente y marcharse.
Encendió un cigarrillo, se levantó de la silla y empezó a caminar de un lado al otro impaciente, compró un boleto en clase turista para no llamar la atención, soltó un poco de humo que se mezcló con lo oscuro de la habitación, solo esperaba que las cosas no se salieran de control, era mejor escapar de allí a ser la próxima victima, Aio habia muerto sospechosamente, era consiente de que todo era obra de su tío Saisyu o tambien podria haber sido Iori Yagami.
En otro lugar podria empezar una nueva vida, el ya no tenia nada que ver con la empresa, era libre de irse a donde quisiera, estaba dejando de llover, miro el reloj, faltaba una hora para que saliera su vuelo, no hacia tanto frio como hace unos días atrás, solo le deseaba la muerte a Kuta, ya que su traicion fue causante de todo su sufrimiento.
Dejó el cigarrillo en el cenicero, tomo un buen trago de vino, agarro las maletas que estaban en la cama y salió de la habitación del hotel con, total tranquilidad, camino hasta el ascensor, entró y marcó el primer piso.
No tenía de qué preocuparse, se marcharía de allí pero tenía cuentas pendientes con sus enemigos, quizás en algún momento podría volver, los queria muertos a todos, el único problema era que en ese momento no tenia el poder suficiente para eliminarlos por completo como la basura que eran.
La puerta del ascensor se abrió, salió caminando rápidamente, debía de tomar un taxi, dejó las llaves en recepción y pago, salió del pequeño hotel y se detuvo en la acera, un Audi color negro estaciono a unos metros de él, dos hombres vestidos completamente de
negro salieron del coche, estaban fuertemente armados, apuntaron en su dirección, dejó caer las maletas y levantó las manos.
—¡Sube al auto Souji!- le ordenó uno de ellos.
No era tonto, no iba a subir al coche, iba a intentar escapar, pero uno de ellos se acercó y apuntó directo a su cabeza.
—Si intentas correr te pego un tiro, me escuchas, el jefe quiere verte, creo que tienen algunas cosas pendientes.
Los hombres to tomaron de los brazos con fuerza, trato de luchar pero era imposible, to subieron al auto por la fuerza, sentia miedo, a donde lo llevaban, tenia que escapar.
Los dos hombres armados se sentaron a su lado para evitar que escapara, su corazón latia con fuerza, no quería morir, todavía no era su momento.
Souji se dio cuenta que se estaban alejando de la cuidad y eso en realidad le preocupaba, había hecho muchos enemigos en el pasado asi que no sabia quién queria su cabeza esta vez, incluso su propia familia lo odiaba por la muerte de Kyo, pero eso era lo de menos en ese momento.
—Hagamos un trato chicos- habló angustiado. — ustedes me dejan ir y yo les pago suficiente dinero, no es necesario que sigan conduciendo.
Ninguno de los hombres respondió, era como si no hubieran escuchado su propuesta, tenía que buscar la manera de escapar con vida, la culdad se estaba volviendo un lugar muy peligroso.
—Tengo suficiente dinero, joyas, lo que quieran si ustedes me dejan en libertad de acuerdo.
Ninguno respondió, lo ignoraron por completo, el teléfono de uno de los hombres timbro, la observo contestar, al parecer era su jefe ya que informaron que lo tenían con ellos, estaba oscureciendo y eso le preocupaba, sabía lo que podía sucederle, podían torturarlo y asesinario, muchas cosas espantosas pasaron por su mente.
Sus manos temblaban y su corazón latía de manera acelerada, sentia el peligro acercándose a él, el coche se detuvo, a las afueras de una casa abandonada, era algo aterrador, los hombres bajaron y lo sacaron por la fuerza, quería resistirse, pero era imposible, ellos eran cuatro y él solo uno.
Uno de ellos abrió la puerta y lo empujaron a dentro, tropezó y casi cae al suelo, la habitación estaba bien iluminada eso lo cegó
por un momento, parpadeo un par de veces
para acostumbrarse a la luz, observo a Iori mirándolo con una sonrisa escalofriante en sus labios, parecía algo ansioso.
Saisyu estaba sentado en el sofá fumando un cigarrillo con total tranquilidad mientras lo estudiaba con la mirada, sabia que nada bueno saldría de eso, Shingo por su parte estaba atendiendo una llamada ignorando su presencia, dio un paso atrás buscando la puerta, pero el sonido de esta abriéndose lo hizo girarse rápidamente, Nikaido entró con un porte intimidante, lo miro de pies a cabeza, como si quisiera asesinarto en ese momento.
—Es bueno verte Souji ya no eres nadie verdad, maldita escoria -le dijo con tanto odio.
—Cuatro contra uno, que justo no- habló en tono de burla Souji—cobardes
—Te equivocas, ellos están aquí por les debes algo a cada uno y creo que es momento de cobrar esas deudas Souji, no se por que te preocupas. - le respondió Saisyu.
Souji miró con atención el lugar y se dio cuenta que no había ventanas por donde escapar, ni pasillos a donde correr, no quería morir de esa manera tan horrible.
Saisyu miro al maldito desgraciado que le había hecho tanto daño a su esposa al matar a su unico hijo, se levanto del sofá, se quito el saco y el reloj en su mano, era el momento de darle una lección, se acercó lentamente a Souji, quien no se movió ni un centimetro, en un movimiento rápido su puño impacto el rostro de su ex sobrino este cayo al suelo de manera estrepitosa.
—Tío..
— No eres mi sangre, no eres un Kusanagi, cada una de las cosas que hiciste lo vas a pagar.
Souji se levantó del suelo a como pudo, escupió sangre.
— Tu hijo era un engreído presumido, pensó que ser el más fuerte nadie lo podría derribar y yo lo hice, acabe con su maldita vida. -respondió Souji con burla en su mirada.
Las palabras de Souji molestaron a Saisyu se acercó y le dio otro golpe en el rostro, luego otro, lo observo caer al suelo y le dio una patada en el abdomen, lo escucho gritar de dolor, respiro profundamente y volvió a sentarse en el sofá.
—Vuelves a hablar de mi hijo de esa manera y te corto la lengua maldito idiota, su único error fue confiar en alguien como tú. Por tu maldita culpa mi esposa sufre una gran depresión por la muerte de Kyo. Ya ni siquiera tus padres quieren volver a saber de ti. ¡Eres una vergüenza!
Souji se levantó del suelo, las palabras de su tio fueron como dagas afiladas.
—Quieres matarme tio, hazlo, o no tienes los pantalones para hacerlo- se mofo en el rostro de Saisyu. — No tienes el valor que se necesita para asesinar a alguien a sangre fría es por eso que trajiste a Iori Yagami.
—Te equivocas, no tienes idea de lo que soy capaz, pero no sólo yo tengo cuentas pendientes contigo lo recuerdas, mira a tu alrededor nada más, mataste a la persona equivocada y estarás muerto en unas horas, pero antes quiero disfrutar viéndote sufrir.
Souji sintió un escalofrió horrible recorrerle el cuerpo, así que eso era lo que pensaban hacer, torturarlo, queria correr y ocultarse en cualquier otro lugar, pero era casi imposible.
—Malditos imbéciles -grito molesto —prefiero que me maten, háganlo ya, acaso son unos cobardes- grito con más fuerza —no le tengo miedo a la muerte.
—Después de que me desquite contigo desearas estar muerto, así que no comas ansias- le respondia Nikaido haciendo presente su poder eléctrico.
—Vamos mátame de una vez. - lo reto souji — al menos alguien tiene valor aqui.
Nikaido le mostró una sonrisa.
—¡Raijinken!
Souji salió disparado y soltó un quejido de dolor, se habia lastimado el brazo, la sangre broto de la herida manchando el piso de un rojo carmesi.
— Recuerdas cuando tus cómplices drogaron a Kyo para que no pudiera defenderse y luego Aio lo apuñaló sin ningún remordimiento, bueno esto solo es un poco de lo que realmente mereces, todavia falta más, todavia no es tu momento.
Souji se dio cuenta que estaba indefenso, ellos no pensaban matarlo, iban a torturarlo hasta la muerte, Shingo se acercó y comenzó a darle golpes.
Souji escupió sangre, estaba demasiado golpeado, ya que ni siquiera podía mantenerse en pie, podía notar la sonrisa de satisfacción de el rostro de Yagami, trato de levantarse pero era imposible, se quedo tendido en el suelo, Nikaido se acercó le dio una patada en el abdomen, un grito de dolor escapó de sus labios.
—Mátame -murmuro por lo bajo— mátame de una vez.
—No te preocupes, voy a devolverte el favor, estarás solo y sin poder defenderte tal como estuvo Kyo -le respondió Saisyu en tono burlón— Qué la naturaleza se encargue de ti.
Souji se asustó al escuchar las palabras de su tio, pero estaba demasiado débil como para tratar de escapar, se sentía aterrado, los guardias se acercaron a él, lo tomaron de los brazos y lo sacaron de la casa abandonada y lo metieron en la cajuela del coche.
Saisyu hizo una llamarada e incendio el lugar,
no iba a dejar nada de evidencia.
Las llamas se elevaron rápidamente y empezó a consumir la pequeña vivienda en segundos, Saisyu no sentia el más minimo remordimiento de conciencia, simplemente le estaba dando su merecido por matar a su hijo.
Subió al auto con los demás los tres parecian muy satisfechos, esa era la última parte de su venganza, eliminar a Souji le había perdonado la vida a Yuki por el embarazo, no asesinaria a un pequeño inocente, pero le advirtió que si volvía a la cuidad era bajo su propio riesgo.
El coche se detuvo minutos después, en medio de un puente, la carretera era poco transitada, además era algo tarde, el lago estaba a temperaturas bajo cero, si no moría por los golpes lo haría de hipotermia.
—Creí que ibas a perdonarle la vida - habló Iori a lo que Saisyu solo suspiró.
—No puedes dejar ir a la persona que mato a tu propio hijo, por más familia que sea no lo perdonaré.
Saisyu salió del auto con total tranquilidad, sus hombres sacaron aa Souji de la cajuela y lo tiraron al suelo, el hombre cayó pesadamente y en el proceso se golpeó la cabeza, miró a su alrededor y vio el puente, estaban a las afueras de la cuidad, en el lago exactamente, no quería morir.
—Tío no lo hagas - murmuro Souji, tenia que salvar su vida. —No me mates, no de esa manera tan espantosa.
— Lo lamento, tu nunca sentiste piedad por Kyo por qué yo debería de sentirlo por ti, simplemente estás cosechando lo que sembraste, nada en la vida es casualidad, no lo olvides, tu tiempo llego.
—No quiero morir, me iré lejos si eso es lo quieres, no volveré a molestarte, pero por favor no me mates -trato de suplicar por su vida de nuevo.
—Nadie está preparado para morir, que lo decida el destino, atenlo de pies y manos y láncenlo al lago, vamos a ver si logras salir de esta.
Souji intento levantarse para escapar pero sintió cuando que su cabeza fue presionada contra el piso, dolía.
—Quiero ver si lo logras- habló Iori mientras pisaba la cabeza de Souji. —En la grabación que me dio Kuta disfrutaste ver como Kyo sufria sabes cual fue la diferencia, que Kyo nunca suplico, pero tu eres un maldito cobarde.
Los hombres ataron las manos de Souji luego sus pies, lo arrastraron hasta la orilla del puente, miro la caida de ocho metros, su cuerpo se estremeció, trato de resistirse, sin éxito, Nikaido se acercó a él con una sonrisa malvada en el rostro.
—Deja de ser divertido hasta que te lo hacen a ti no es verdad mi querido amigo, te ves horrible, en unos minutos estarás en el mismo Infierno, no te preocupes.
—Vete a la mierda Nikaido- respondió.
—Espero tu agonía sea lenta, así como debió haber estado mi maestro. Adiós traidor.-Shingo sin compasión lo empujó, Souji empezó a caer, su corazón latía con fuerza, segundos después sintió como su cuerpo impacto el agua helada y empezó a sumergirse rápidamente, era agua era tan fría que sentía como si le estuvieran enterrando agujas en la piel, la sensación era horrible.
Lucho para soltarse sin éxito, estaba muriendo y el lo sabía, Saisyu miró desde el puente como el cuerpo de Souji se sumergía rápidamente en el agua, lo observo moverse frenéticamente para tratar de soltarse sin éxito, Shingo se acercó y le dio una palmaditas en la espalda.
—Se lo merecía, todavía recuerdo cuando en el hospital ingreso el cuerpo de Kyo calsinado y herido. No sé merecía morir así.
— Nunca más dañara a mi familia, solo espero que se pudra en el infierno, donde tiene que estar.
