Cuando Emmet llegó y supo de la amnesia de Ingo no tardó en preguntar si recordaba el amor que se habían tenido el uno por el otro en su pasado. No había palabras para describir la forma en la que se desmoronó al oír su respuesta.
Eso mantuvo bastante tensa su relación en un inicio mientras Emmet se recuperaba en la base del Equipo Galaxia, pero para el alivio de Ingo las cosas habían mejorado aún con sus tropiezos iniciales.
Incluso con su hermanito ahora a su lado había conseguido desbloquear más recuerdos de su pasado y Emmet siempre saltaba de alegría cada que se lo hacía saber, Ingo lo encontraba entrañable.
Tal vez fueron sus nuevos recuerdos desbloqueados, tal vez fueron las nuevas vivencias juntos o simplemente una combinación de ambos, pero ahora se había vuelto a enamorar de su querido hermano menor.
Akari fue la primera en hacerle notar ese cambio con respecto al vínculo que ahora tenía con él. "Tú ahora no puedes verte viviendo sin él otra vez ¿no es así? realmente lo adoras" esas habían sido sus palabras exactas.
¿Pero sería correcto confesar sus sentimientos? ¿Emmet siquiera seguía sintiendo lo mismo luego de ver lo distinto que era? ¿No sería egoísta querer corresponder sus sentimientos luego de haberlo lastimado antes?
No, ya una vez lo había herido de sobremanera por culpa de sobrepensar tanto las cosas. En realidad, pensándolo fríamente no había una verdadera razón para dudar, Emmet siempre dejaba claro cuánto significaba Ingo para él y lo mucho que lo seguía queriendo.
Despertar acurrucado en el pecho de Ingo, buscando tomarse las manos en público y las miradas indiscretas que le daba de vez en cuando. Ah, pensar en eso ahora realmente lo ponía nervioso, podía sentir el calor subir a su rostro, si su hermanito ya era así de afectuoso manteniéndose meramente fraternal no podía evitar ilusionarse al pensar cómo sería como amante.
Tenía que confesarse lo antes posible y no perder más tiempo.
Emmet disfrutaba de perderse un momento en las cuevas de la Ladera Corona, le traía recuerdos de cuando hacía revisiones de seguridad por los túneles del metro junto a Ingo.
Esos recuerdos eran lo más preciado que tenía en esta época, sus memorias del metro, sus amigos y con su amado hermano mayor, antes de que apenas pudiera recordar algo sobre su pasado.
Esa era la parte que más dolía, pero con el tiempo lo había asimilado. Ingo había perdido sus recuerdos, pero eso no significaba que no pudieran crear nuevos recuerdos juntos, tener nuevas amistades e incluso volver a combatir juntos en combates dobles en el Dojo.
Y aunque quisiera ocultarlo también mantenía viva la ilusión de que pudieran retomar su romance una vez más.
—Ahí estás, finalmente te encuentro.
Emmet se sobresaltó al escuchar la voz de Ingo detrás de él. —¡Ah! Ingo, no te escuché llegar ¿Me buscabas para algo?
—Si, necesito que me digas más sobre la naturaleza de nuestra relación en el pasado.
Decir que se había quedado helado era poco, por un momento pudo sentir su espíritu saliendo por su boca. —Uh... ¿Te refieres a como éramos como amantes? —Ingo asintió—. Bueno, no sé exactamente que te interesaría saber.
—De preferencia me gustaría que me contarás todo, las cosas que solíamos hacer, la forma de demostrarnos afecto o lo que te gustaba que te hiciera —su nerviosismo ante esa última oración debió de ser evidente pues su hermano rápidamente aclaró—. ¡Me refiero a que detalles o atenciones te gustaba que tuviera contigo! Solo eso, por favor no me malentiendas.
—Es difícil no hacerlo cuando te expresas así Ingo, pero por todo lo demás... Creo que podría contarte algunas cosas ¿Me oirás mientras caminamos un poco?
—Con mucho gusto.
Durante su caminata Emmet fue revelando más cosas sobre su vida juntos, sus citas secretas durante la noche, escapadas del trabajo para poder compartir un sesión de besos luego de una jornada separados, como a veces tenían un baile privado en su departamento o los discretos roces y caricias que compartían en público.
Todas esas memorias se sentían lejanas y no podía evitar contarlas con algo de nostalgia, pero aun así Ingo seguía escuchándolo atentamente hasta terminar.
—Y creo que eso sería lo más relevante ¿Es suficiente para ti?
—Ciertamente estoy satisfecho, parece que teníamos algo bastante estable entre los dos.
—Si, siempre reafirmamos nuestros sentimientos el uno por el otro, me hacía sentir bastante feliz y amado, aunque eso no quiere decir que ahora me sienta menos querido por ti, sigues siendo un maravilloso hermano para mí.
Ingo se detuvo mientras lo miraba firmemente. —¿Y no te gustaría que retomaramos nuestra relación?
Emmet volteó rápidamente para verlo, su expresión seria como siempre pero con la determinación ardiendo en sus ojos. —Sé que te herido a causa de mi amnesia y que ya no soy el hombre que solías conocer, pero eso no a sido obstáculo para volver a enamorarme de ti, Emmet, te amo como mi hermano pero también te deseo como mi amante, por eso, ¿Me volverías a aceptar como tu pareja?
Su vista se nubló rápidamente por sus ojos llorosos, pero no podía evitarlo ¿Cómo podría no dejarse llevar por la dicha que sentía ahora mismo? Sin dudarlo ni un poco saltó sobre Ingo quien afortunadamente ahora había ganado el suficiente músculo como para poder sostenerlo sin caer.
—¡Si! ¡Ni siquiera tienes que preguntar! ¡En ésta y en cualquier otra vida te aceptaría!
Sin pensarlo tomó al mayor del cuello de su desgastado abrigo y unió sus labios en un beso cargado de emoción, e Ingo con gusto le siguió el ritmo.
