PORCELAIN PRINCESS
DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.
...
Paso tres.
Moldeo.
Una vez que la pasta está lista, se comienza a moldear por piezas según la forma deseada, ya sea en base a la fantasía o la realidad.
┈┈┈┈∘*┈୨୧┈*∘┈┈┈┈ ┈┈┈┈∘*┈୨୧┈*∘┈┈┈┈ ┈┈┈┈∘*┈୨୧┈*∘┈┈┈┈ ┈┈┈┈∘*┈୨୧┈*∘┈┈┈┈
—Bienvenido Uchiha-sama — Shizune lo recibió con una respetuosa reverencia y aceptó con una apenada sonrisa su agradecimiento por la carta que le envió.
—Sasuke-sama... — quien no se veía en lo absoluto gustosa de verlo era Tsunade —. Esta aquí.
—¿Dónde está Sakura? — decidió obviar la mirada de recelo con la que esa mujer de cabello rubio y de actitud ruda se dirigía a él.
—Está en su cuarto, pero está en revisión, tal vez debería esperar a que termine.
—¿Revisión? — enarcó una ceja, confuso.
—Con su doctor, Uchiha-sama — Shizune respondió bajo la irritada mirada de su superior, quien desaprobó su apoyo hacia su nuevo señor frunciendo el ceño.
Motivo suficiente para que Sasuke decidiera subir a buscar a su esposa, ignorando la sugerencia de la rubia, quien no se molestaba en disimular que seguía resentida con él por la manera en que reaccionó la primera y única vez que vio a Sakura vulnerable.
Desde el pasillo y a través de la puerta entreabierta, el Uchiha observó como el médico escuchaba la respiración de la pelirrosa, poniendo el estetoscopio en su espalda desnuda, así como la expresión inconforme que el hombre puso mientras hacía su examen.
—Ya puede vestirse Haruno-san — el hombre indicó apartándose y dejándola volver a abrocharse la parte trasera del vestido.
—Es Uchiha — Sasuke le indicó haciendo aparición en el cuarto.
De inmediato, la joven se dio la vuelta para verlo, deteniendo su labor de abotonar su ropa y esbozando una alegre sonrisa por su inesperada visita.
—Sasuke-kun, bienvenido — a su gentil recibimiento él asintió con un apacible intento de sonrisa y luego volteó a ver al médico, expectante.
—Mis disculpas no sabía que se había casado, Uchiha-san — la pelirrosa se sonrojó por la corrección de su nombre y, tratando de ocultar la vergüenza que la mención de su nuevo apellido le producía, le indicó al hombre lo reciente de su matrimonio —. Entonces, supongo que ya no debo reportar el estado de salud de mi señora a Tsunade-san, sino a usted, señor Uchiha.
—Por favor — Sasuke asintió y, aunque esperaba que el doctor le compartiera ahí mismo el estado de Sakura, en cambio, el hombre lo guio al pasillo, cerrando la puerta tras de él.
—A pesar de que se enfermó recientemente, ya está igual que siempre señor, lo que es tan bueno como al mismo tiempo malo — indicó con seriedad al tiempo que limpiaba sus gafas.
El pelinegro frunció el ceño escuchando atento su explicación sobre cómo, en el caso de Sakura, no mostrar mejoría ni deterioro en su salud era motivo de incertidumbre debido a la falta de alertas o indicadores que ayudaran a anticipar el cómo o cuando pudiera llegar a enfermarse.
De manera que sus dolencias eran tan aleatorias como potencialmente peligrosas, por lo que debían estar más pendientes de ella que nunca.
Luego de la breve charla, en la que también le indicó una serie de remedios diarios para la paciente, pues la temporada de frío estaba por llegar y debían estar prevenidos, el médico finalmente se marchó.
Al volver a entrar al cuarto, Sasuke se encontró con una pelirrosa en apuros debido a un par de botones traseros de su vestido que no podía abrochar, así que se apresuró a ayudarla, algo que ella agradeció con timidez.
En el proceso, el pelinegro notó que, en contraste con su cremosa y pálida piel, la joven tenía un moretón considerablemente grande en la base del cuello.
—¿Qué te pasó ahí Sakura? — no pudo evitar sonar sobresaltado.
—Ah, me cayó una manzana de uno de mis árboles mientras estaba debajo de él, como en un mal chiste para niños ¿No crees? — ella respondió con rapidez, acompañando de una despreocupada sonrisa y sin ningún tinte de engaño en su expresión, algo que aun así no lo dejó convencido —. Descuida, siempre se me hacen moretones por nada, como este... — la joven se subió la manga del brazo derecho mostrando otra mancha morada un poco más pequeña. — Y solo porque me golpee con la esquina de una mesa.
A pesar de que no era algo divertido la joven soltó una burbujeante y breve risa que estremeció a su marido gratamente.
Como si no hubiera recibido atención médica hacía unos minutos, Sakura estaba bastante alegre, lo que Sasuke se atrevió a inferir, sin temor a equivocarse, que era porque él estaba ahí.
Fue entonces que recordó porque la estaba visitando en segundo lugar.
—Hace poco estuve en Oto, conseguimos apoyo de un noble de ahí al que fue muy sencillo convencer — él comenzó su contarle al tiempo que rebuscaba en el bolsillo de su abrigo —. Así que tuve tiempo para ver la ciudad y cuando vi esto de inmediato pensé en ti.
Bajo la curiosa mirada de su esposa, el Uchiha abrió una pequeña cajita blanca que guardaba dentro un par de pendientes. Pequeños, pero que brillaban con gran fulgor debido a las esmeraldas que los componían.
La pelirrosa quedó asombrada, parpadeando repetidamente y observando con la boca entreabierta el presente y, al mismo tiempo, luciendo renuente a tomarlo en sus manos, por lo que Sasuke tomó uno de ellos, dejando el otro en el regazo de la chica y con una leve venía le indicó que se los pondría.
El seguro de los aretes hacía más fácil la tarea, pues se prensaba en automático al lóbulo de su oreja, así que lo único de lo que tuvo que preocuparse fue de no caer a los pies de la chica, rendido por el apabullante aroma que su cabello desprendió cuando lo hizo a un lado.
Una vez que terminó con ambos no pudo contenerse en tomar a su esposa por las sonrojadas mejillas para contemplar que, justo como imaginó, las piedras preciosas hacían juego con sus aún más preciosos ojos.
—¿Se ven bien? — ella preguntó con timidez, así como una emocionada sonrisa que casi le llegaba a los ojos
—Sí, se ven justo como pensé — nuevamente la escuchó reír sin reservas, ruborizándose en el proceso.
—Muchas gracias Sasuke-kun... — teniéndola frente a él y a una distancia relativamente corta el hombre se dio cuenta de que ella estaba por decirle algo y se temió que fueran preguntas sobre lo que el doctor le había dicho cuando salieron, aunque para su buena suerte no fue eso —. T-tú, ummm, ¿Tienes que irte ya?
—No realmente ¿Por qué?
—Es que el otro día estaba pensando que, bueno... Esta también es tu casa y nunca has tenido oportunidad de comer aquí y ya sabes lo que dicen: un hogar no es un hogar hasta que hayas podido disfrutar una comida en él — Sakura bajó la mirada nerviosamente mientras hablaba y Sasuke no pudo evitar dejar salir una media sonrisa por sus gestos y la mención de esa casa como "su hogar", aceptando de inmediato su invitación.
Así que esa tarde, bajo la ilusionada vigilia de Shizune y la desconfiada de Tsunade, ambos disfrutaron de su primera comida como marido y mujer.
Misma en la que el señor Uchiha no dejó de admirar lo perfectas y adecuadas que lucían las joyas adornando el rostro de Sakura mientras a ella se le hinchaba el corazón al darse cuenta de que él llevaba el collar de rubí que le había dado.
"La próxima vez, yo misma cocinare para ti algo que disfrutes comer" fue lo último que ella le dijo antes de que él tuviera que irse.
La siguiente vez que Shizune se puso en contacto con él, todos los planetas se alinearon para que recibiera la misiva en cuanto llegó y para que pudiera irse sin tener que esconderse o dar explicaciones, pues Naruto y Kakashi estaban lejos ocupándose de otros asuntos.
Sin embargo, contrario a su disposición para acudir a ver a su esposa, el recibimiento no fue bueno en lo absoluto.
Esa vez Tsunade fue sincera y cordial cuando le indicó que no era un buen momento y que lo mejor sería que él esperara un rato antes de ver a Sakura, sin embargo, dada la serie de gritos que pudo escuchar desde afuera en cuanto llegó, se negó a hacerlo y subió a buscarla.
—¡¿Por qué lo llamaste?! — desde el suelo, ella gritó entre lágrimas al verlo asomarse por la puerta, al tiempo que detenía su intento por entrar a la biblioteca lanzándole a la cara un libro tras otro —. ¡No te pedí que lo hicieras! ¡Llevátelo de aquí!
Demasiado consternado por el enojo de la normalmente dócil chica, Sasuke retrocedió cediendo a su ataque y con la mirada le pidió explicaciones al par de mujeres que estaban en el pasillo.
Tsunade le pidió con un gesto de la mano que se acercara, mientras Shizune intentaba seguir razonando con Sakura para que los dejara entrar.
—Sé que Shizune no lo llamó Sasuke-sama ¿Porque ha venido? — la mujer rubia se veía auténticamente curiosa.
—Eso no importa ahora, ¿Porque esta ella así? — apuntó con un dedo al cuarto donde su esposa seguía llorando y protestando como una niña pequeña.
—Se rompió el brazo por accidente, pero insiste en que no está roto y armó este escándalo porque enviamos a por el doctor — la mujer suspiró pesadamente bajo la incrédula mirada del esposo de su señora —. Pero ahora que vio que usted está aquí, su enojo y estrés aumentó considerablemente. Aunque no se preocupe, dentro de poco se le acabara la energía y terminara por ceder, es lo que siempre pasa.
Inconforme con esas palabras, Sasuke se dio la vuelta dispuesto a entrar a ver a Sakura, otra vez haciendo caso omiso a los pedidos de Tsunade de no seguirla alterando en vano.
—Sakura déjame entrar — él pidió haciendo a Shizune a un lado y atrapando un pequeño libro en el aire.
—Vete Sasuke-kun, no está roto — ella exclamó desesperada porque le creyera, aunque su marido comenzó a sospechar que el llanto y su brazo doblado por encima del estómago evidenciaban lo contrario.
—Entonces deja que alguien lo compruebe — él no quería sonar irritado, pero no era bueno manejando ataques de histeria ajenos.
Como pudo, se abrió paso esquivando o recibiendo los golpes de los libros hasta agacharse frente a ella y detenerla tomándola por la muñeca.
—No está roto, no se rompió nada... — ella continuó diciendo cada vez menos alto y bajando la mirada a su herido miembro —. Por favor Sasuke-kun, créeme, no lo está, por favor, por favor, por favor.
Sus súplicas mezcladas con la agonía en su rostro hicieron que, por primera vez en su vida, al Uchiha le llegarán las palabras adecuadas para tratar con una situación asi antes de que escalara a más.
—Creo que tienes razón — él le dijo en voz baja al tiempo que le sostenía la cabeza con ambas manos para razonar con ella viéndola a los ojos —. Tal vez no lo está.
—T-tú... ¿Tú crees? — ella lució realmente descolocada por sus palabras.
—Es que yo me lo he roto antes y es algo en serio insoportable, pero tú... No pareces adolorida — apeló a un argumento un poco convincente y la vio parpadear sopesando lo que decía.
—N-no, solo siento molestia — sabía que mentía, pues ahora que lo notaba, tenía una fina capa de sudor en la frente y temblaba con violencia, aguantándose el sufrimiento en pro de mantener su mentira —. Y es que, y-yo... Yo solo me caí y...
—Y eso no es suficiente para que este roto ¿Verdad? — ella asintió repetidamente mientras se mordía el labio inferior conteniendo su angustia, pues ambos sabían que, tratándose de ella, en efecto una pequeña caída era todo lo que se necesitaba, solo que la pelirrosa quería que no se maximizara el asunto como sucedía cada que se lastimaba —. Entonces dejemos que el doctor lo compruebe para que puedan dejarte en paz ¿Sí?
Afectada por su comprensión y su firme mirada sobre ella, la joven nuevamente solo pudo asentir y aceptó con facilidad que él la cargara en sus brazos para llevarla a su habitación. Recostándose en su pecho como si de un espacio seguro se tratara e incluso permitiéndose aceptar que le dolía el brazo frunciendo el ceño para contener la sensación.
Desde su lugar, Shizune y Tsunade contemplaron con incredulidad el exitoso intento de su señor por razonar con la difícil pelirrosa, al tiempo que se preguntaban qué se habían dicho en esa secreta conversación que funcionó con tanta rapidez.
Al cabo de un par de minutos el doctor hizo aparición, pero Sakura ya estaba lo suficientemente calmada como para aceptar que, en efecto, su brazo estaba roto y que tendría que tenerlo en cabestrillo las próximas semanas.
Así como para agradecer con un significativo beso en la mejilla a su esposo por ser paciente con ella y, sobre todo, por creerle.
Si bien el apoyo económico que Sasuke consiguió para la causa los mantuvo mientras continuaban esforzándose por conseguir todo lo que necesitaban para recuperar el trono, lo cierto es que eso no les impidió tener conflictos por desacuerdos o por simple hastío debido a su lento avance.
Normalmente al Uchiha se le daba bien aguantar los arranques de Naruto o de los subordinados que querían recuperar Konoha por la fuerza y sin un plan, pero un día en especial, con el inicio de un nuevo año, su tolerancia fue puesta demasiado a prueba y tuvo que irse para no hacer o decir nada de lo que se pudiera arrepentir.
Escogiendo como refugio el lugar que su esposa no dejaba de repetirle que también era su hogar.
Sakura se dio cuenta de inmediato que él se encontraba mal únicamente viendo la expresión que tenía y el sostenido silencio en el que se mantuvo desde que llegó.
Ella comprendía bien lo que era tener sentimientos dentro de los que no querías hablar, por lo que simplemente le pidió que se acostara a su lado en la cama mientras ella leía.
Sin importar que últimamente la visitaba más seguido, todavía existía una cierta distancia entre ambos, que por esa ocasión Sasuke decidió pasar por alto y aceptar la propuesta de su esposa.
El brazo de Sakura se había curado hacia un par de semanas, pero el día anterior se había esguinzado un tobillo al que para su buena suerte solo tenían que tratar con reposo, por lo que ella estaba recluida en el calor de su cama, distrayéndose con un libro que ya había leído tres veces antes.
En un momento dado, mientras ella llegaba a una de sus partes favoritas no pudo contener una pequeña risa que duró apenas un segundo.
—¿Qué? — Sasuke, quien había estado recostado de lado viendo en su dirección, le preguntó.
—Nada, solo un juego de palabras — ella respondió sin darle importancia y una vez que finalizó el capítulo cerró el libro y volteó a verlo con una peculiar sonrisa —. ¿Ya te sientes mejor?
—Algo así... — respondió con sinceridad, habían estado así desde que llegó poco después del mediodía y ya estaba por atardecer, así que había tenido mucho tiempo para simplemente reposar la mente —. Aunque sigo algo molesto.
—Ya veo... — la doncella comentó distraídamente mientras lo arropaba aún más con la gruesa manta para que sus orejas no se congelaran.
—¿No vas a preguntarme qué me pasa?
—Solo si tú quieres contarme — ella respondió con calidez para luego apartar un mechón de cabello oscuro que cruzaba su frente.
Sasuke cerró los ojos los pocos segundos que el delicado contacto duró, pero que fue lo suficientemente efectivo para ayudarlo a compartir las preocupaciones por las que estaba ahí en primer lugar.
—Konoha está comenzando a acostumbrarse al mandato de Danzo, lo que hace más complicado que Naruto reclame su derecho al trono, pues para ello se necesita entrar en un conflicto que podría terminar poniendo a sus legítimos súbditos en su contra — el pelinegro comenzó a contarle bajo su atento silencio —. Esa posibilidad ha puesto nerviosos a todos y más allá de querer buscar soluciones solo han estado quejándose sin parar.
Irónicamente, Sakura tenía poco conocimiento sobre el curso de acción de la resistencia que estaba financiando, pero comprendía que su esposo tenía un peso sobre sus hombros por el que era normal que se sintiera saturado.
Y, aunque al salir de su propiedad era un hecho que esas preocupaciones regresarían a hacer mella en él, mientras estuviera con ella haría lo posible por que estuviera relajado.
—Es de esperarse que te sientas así, estás cargando con mucha responsabilidad tú solo, lo importante es que sepas gestionar las emociones que tu deber conlleva y de vez en cuando detenerte a respirar un poco antes de abrumarte — ella le dijo, acercándose a él hasta que la cabeza de Sasuke descansó sobre su hombro, mientras ella miraba hacia el techo con serenidad y luego de un largo lapso de silencio a la joven se le ocurrió algo —. ¿Sabes que hago yo cuando necesito animarme? . — él simplemente negó con la cabeza en respuesta, demasiado ocupado concentrándose en la calidez que su cercanía le provocaba y conteniéndose de no abrazarla para pegarse aún más a ella —. Invento una canción.
—¿Desde cero? — Sakura afirmó con un pequeño gesto para después comenzar a tararear notas al azar, mientras pensaba en cómo iniciar la letra.
—Creo que ya tengo el título perfecto — la pelirrosa se regocijó, pues una vez que tenía ese detalle esclarecido lo demás salía natural de ella —. "Caballero carbón"
Luego de varios cambios de letra y tonadas, en lugar de un relato heroico como planeó al principio, Sakura terminó componiendo una canción de cuna. Misma que funcionó adormeciendo poco a poco a su marido, hasta finalmente hacerlo ceder ante el sueño una vez escuchó la versión terminada.
"Caballero carbón, imperturbable ante el calor.
Sobre ti canta el fuego que aceptas sin poner peros.
No soy fuerte como tú para tomarte en mis manos, pero déjame apreciar el brillo que creas a semejanza de tornados.
Enséñame a resistir como tú, quiero ser necesario como tú, colorear todo con mi presencia como haces tú.
Deseo ese don tuyo de ser paciente y discreto, cumpliendo con mi labor siempre por completo.
Haciendo florecer las llamas, por las que yo y todo el mundo te ama".
Sasuke tarareó cuando se marchó al día siguiente y se lo repitió a sí mismo como si fuera un mantra mágico cada que necesitó paciencia y calma.
Hasta el final de sus días.
...
NOTAS FINALES:
Si tienen la teoría de que todo el fluff que escribo viene de mis experiencias quiero que de una vez la descarten porque boté voluntariamente el romance de mi vida.
En la vida real estas cosas me pasan y les juro que me daría cringe.
En fin, amistades, espero este capítulo no los haya dejado tan diabéticos porque los siguientes sí que lo harán, lo siento mucho.
De verdad mil gracias por su tiempo y por darse la oportunidad de leer, así como de comentar, aprecio mucho que estén aquí en serio.
.
Espero les gustara este capítulo, si fue así háganmelo saber y nos vemos pronto en otra actualización. BYE!
