Buenas noches lectores:

Adelanté un poquito la fecha de actualización porque simplemente no pude aguantarme hasta el fin de semana jiji. Finalmente nuestros protagonistas han vuelto a encontrarse, con el revoltijo de sentimientos que eso conlleva, veremos a una Kag mucho mas jugada en comparación a la del pasado, intentando recuperar el tiempo perdido con Inu. Porque los amo demasiado he hecho un cap de larga duración con mas de 7.000 palabras, para que disfruten y me aguanten una semanita hasta la otra actualización.

Muchas gracias por sus reviews! 11 en esta oportunidad y no puedo estar mas feliz por ello, mi motorcito para seguir escribiéndoles :3

- kcar: Me alegro de que te gustara el cap! La verdad es que Kag querrá quemar todo y con justa razón. Los amo mucho a ellos dos reencontrandose con tanto amorcito :c no te pasa? Muchas gracias por leerme!

- joiscar: La vida es mas entretenida con esta clase de hobbies, y en realidad escribir me ayuda bastante con el estrés, sobretodo con lectores tan lindos como ustedes :3, se vienen mas maripositas en el estómago, te lo prometo.

- Geanery Sandoval Castaneda: Oh creeme, cada dia que paso sin actualizar yo los extraño a ustedes :c, espero el cap 17 sea de tu agrado! Nos leemos la otra semana.

- YokoGH: Kag es bastante impulsiva, e Inuyasha no se queda atrás, pero la verdad es que el tema es algo aún no superado por ella y eso significa que puede colapsar facilmente por ello :(, espero disfrutes el cap, un abrazo.

- kat,rocio: Ñiiii, tu felicidad es la mia cariño, me imagino que la ansiedad te estuvo comiendo y mas con mi demora, pero ahora he intentado adelantarme para dar un gustito antes de lo esperado jiji. Inu es nuestro yokai favorito y sigue dándonos razones para amarlo aún mas, te juro que me ha costado escribir una Kagome que no se derrita de inmediato entre sus brazos porque francamente yo lo haría xd, efectivamente se me había escapado un Noah pero ya lo he corregido, creo que es porque de vez en cuando también vuelvo a releer esa historia ajaja, es mi favorita de todas las que he escrito. Nos leemos pronto! Un abracito.

- Susanisa: Sesshomaru es la razón por la que Inu y Kag terminarán juntos, no tengo pruebas pero tampoco dudas jaja.

- Guest: Lo sientoooo por preocuparte :c los dias pasaban y en realidad me ponía cada vez mas ansiosa por no poder cumplirles, pero weno, aqui estamos de vuelta antes de lo esperado. Kikyo e Inu efectivamente tuvieron nuevos encuentros luego de su término, en parte porque Inu buscó distracciones con desesperación para olvidar a Kag, por otro lado Inu no Taisho se las traía bien guardaditas, y asi moviendo los hilos el destino terminó juntando a Inu y a Kag. Alex de mi corazón, lo amo, pero se que tendrá que sufrir mas pronto que tarde :c. Veremos como salen las cosas. Por cierto ya he comenzado a seguir tu pagina, he dado un saltitonde alegría al ver el gran alcance que ha tenido la última publicación de actualización de esta historia, mas de 200 likes! Se que a tu pagina le irá tan bien como al grupo. un abrazo!

- Marian Muxtay: el reencuentro entre Inu y Kag ha dejado una pequeña marquita en mi corazón, te juro que ha sido dulce escribirlo y releerlo, porque se pueden sentir sus emociones al verse una vez más. Se vienen caps intensos. Muchas gracias por siempre escribir!

- Guest: Se viene mejorrrr, te lo prometo.

- AmyCat45: ¿De verdad? Es la primera historia en la que no es antagonista ajajaj, puede ser que por eso se te haga dificil agarrarle cariño. La verdad es que Inu estuvo solo y desesperado, tener a Kikyo cerca que físicamente se parece bastante a Kag fue el parche que necesitaba y no dudó en utilizarlo. No hay relación romántica entre ellos, digamos que sólo se han utilizado, aunque si han forjado cierta amistad. Por su parte Alex tiene un enredo de sentimientos, pero por sobre todo esta aterradisimo, porque nuevamente esta en riesgo de perder a Kag, y lo único que evitó que fuera así en el pasado fue la misma Kag, pero ahora, habiendo extrañado tanto a Inuyasha, la verdad es que todos sabemos que no volverá a alejarse a voluntad y eso tiene a nuestro Alex sobrepensando las cosas. Lo entiendo, pero con su actitud sólo la aleja más y quizás se de cuenta demasiado tarde de ello. Un abrazo hermosa gracias por leerme!

- Soyungirasol25: Este cap en particular esta llenisimo de momentos InuxKag, para que me ames un ratito jiji. Muchas gracias por escribir cap a cap, el motorcito de mis energías para seguir escribiendo. Mucho amorcito para ti :3

Proxima actualización programada para el 5 de abril, para que vayan preparando sus apuestas con respecto a lo que sucederá jiji. Sólo adelantaré que el InuxKag esta que aaaarde.

Los quiero montones!

Frani.


'

Capítulo 17.- Te quiero cerca, te quiero lejos.

Inuyasha

La vi allí frente a nosotros, como un pequeño gato enojado a punto de explotar por la rabia mientras mi hermano seguía hablando, ignorando que cada palabra empeoraba cada vez más la situación.

¿Qué rol cumplen Kagura y Naraku en esta historia? - Miré a Sesshomaru a mi lado.

No se lo digas. - Ordené. - No ahora.

Dime. - Insistió ella.

– …Son quienes ejecutaron el asesinato de tu familia.

De forma casi instantánea la vi tomar impulso para ponerse de pie, apreté su muñeca con mi mano derecha, sin embargo zafó de mi agarre con rapidez.


Sentí como mis garras rasgaron fácilmente su piel y al mirarlas su sangre escurrió por mis dedos.

Kag, ¡Kagome vuelve aquí! - Miré a Sesshomaru. - Felicidades idiota, has despertado una bestia de forma innecesaria.

Ella necesitaba saberlo.

¡No en el preciso momento en que nos enfrentaremos a los asesinos de su familia, se convertirá en una berserker contra ellos!

Si guardaba un secreto así de importante y ella se enteraba luego significaba perder su confianza para siempre. - Lo miré con rabia, sin embargo preferí no perder el tiempo.

Si Kagome sale herida de esto… - Ni siquiera completé la amenaza, simplemente corrí tras ella, intentando con cierta dificultad esquivar la gente que llenaba ese lugar.

La perdí de vista por completo. Miré en todas direcciones con desesperación, y después de unos cuantos segundos la vi, justo tras las espaldas de uno de sus objetivos: La chica. Corrí para alcanzarla y jalé con fuerza de ella hasta la pared contraria antes de despertar sospechas en nuestros objetivos. La abracé contra mi pecho mientras la sentía protestar, pronto los pequeños golpecitos de sus puños fueron reemplazados por la sensación punzante de sus garras enterrándose en mi piel mientras intentaba zafar.

Inuyasha suéltame. - Exclamó molesta.

Necesito hablar contigo antes de que hagas cualquier estupidez. - Respondí sujetando sus muñecas a cada lado de su cuerpo. - Escúchame un segundo.

Púdrete. - El rojizo en sus ojos destacó con fuerza. Mirarla a ratos era verme en un reflejo, igual de impulsiva… igual de testaruda.

Kag... - La miré serio y guardé silencio hasta que escuché su corazón bajar el ímpetu. - Dame una conversación a solas, luego puedes venir y cortarles las cabezas si quieres, prometo que no me opondré.

Intenté ser lo más amable y empatico posible, considerando que su reacción era la misma que yo podría haber experimentado en una situación similar.

Me miró seria y suspiró mientras se rendía y caminaba hacia el exterior. Le seguí de cerca, Sesshomaru me miró a la distancia y yo simplemente asentí, dándole a entender que el plan seguía en curso, que sólo necesitaba tiempo para calmarla.

El frío de la noche volvió a golpearnos, la vi apoyar su espalda contra la pared del callejón contiguo al bar y me miró de brazos cruzados.

¿Y bien?

Bien, cuéntame ¿Qué es lo que planeas hacer?

Matarlos. - Musitó sin dudar.

Ese es el problema… verás, esta en particular no es una misión de asesinatos... - Me miró confundida. - …Esta es una misión para obtener información, tú misma lo dijiste.

Eso era claramente antes de enterarme de que son los asesinos que me arruinaron la vida, ¿De verdad esperas que no los mate? - Yo asentí y ella se movió para volver al bar.

La empujé hastiado y con poca delicadeza hacia la pared, la acorralé contra ella y ocupé mis brazos como prisión, uno a cada lado de su cabeza. Sus ojos me miraron furiosos.

Cada segundo que estoy aquí contigo es un segundo que pierdo para destrozarlos. - Exclamó molesta.

Y cada segundo que te mantengo aquí es un segundo que te salvo de morir, esa es la única puta razón por la que viajé hasta aquí. - Exclamé molesto. - No es buena idea matarlos ahora, lo sabes.

¿Y qué es lo que sugieres? - Ahí, finalmente apareció su lado racional.

Los necesitamos con vida para encontrar a Tomura en el futuro, sólo eso te pido. Si tienes paciencia eso nos permitirá destruirlos a todos de una sola vez.

En cuanto tiempo…

No puedo estimarlo, pero sí puedo asegurarte que estaré a tu lado y te juro por mi vida que ellos no mantendrán la suya. - me miró fijamente y apoyó su cálida mejilla en uno de mis antebrazos, tal y como lo había hecho un montón de veces en el pasado, esa era nuestra normalidad.

Mi corazón perdió el ritmo perfecto de sus latidos y saqué mi brazo bruscamente, desesperado por apartar su toque del mío como si de pronto me quemara. Me había costado años superarla, no podía echar por la borda todo ese avance en apenas un par de horas. Me miró confundida, sin embargo fingió demencia.

¿Cuál es tu plan? - Preguntó.

Sugiero que esperemos tranquilamente a que la cantidad de gente en el bar baje. - Sonreí y ella me sonrió de vuelta.

Caminamos juntos hacia el interior, de vuelta a la mesa donde mi hermano seguía bebiendo tranquilamente de su whisky, como si todo el caos que había desatado hace unos minutos no fuera en absoluto su responsabilidad.

Bien, me he calmado. - Exclamó la azabache tomando un gran bocado de aire y yo sonreí bajando mi mirada a mi vaso. Tenía ese estupido impulso de sonreír todo el tiempo a su lado; simplemente porque ella era demasiado adorable para este planeta.

Hmm, al parecer Inuyasha no ha perdido su toque para hacerte reaccionar. - Exclamó mi hermano. - Te he pedido un gin tonic… - Me miró de reojo. - Y a ti un bourbon.

Genial, gracias. - Miró una última vez a la mesa de Naraku y Kagura y luego volvió su atención a nosotros, esperando pacientemente tal y como le había pedido.

¿Y qué tal Francia? - Preguntó Sesshomaru mientras yo guardaba silencio. - Lograste acostumbrarte después de todo.

Kag sonrió.

No voy a negar que los primeros meses fueron difíciles, pero en realidad llegué a sentirme bastante cómoda aquí.

¿Por qué difíciles? - Continuó.

No extrañaba Japón, pero si a ustedes…

¿Mucho?

No tienes idea de cuanto. - Sus ojos chocolate me miraron fijamente y entonces desvié la mirada cuando me sentí repentinamente nervioso. - ¿Y ustedes… Me extrañaron?

Mi hermano le sonrió.

Un montón, las cosas nunca serán iguales sin ti, ¿No es así Inuyasha?

Ajá. - Musité para luego seguir bebiendo.

Kagome mantuvo su mirada fija sobre mí, cálida y triste a la vez, tal vez esperando que le dijera algo más, algo que no obtendría, en parte porque era cierto, el tiempo había pasado, los sentimientos no correspondidos se habían superado, pero el orgullo… El orgullo no olvidaba asi de simple.

Y ella más que nadie había destrozado el mío.

¿Cómo está Izayoi? - Preguntó de pronto.

Muy bien, ha decidido agrandar parte de la sala médica, ha comprado un montón de nuevas máquinas…

Preparada para las urgencias del equipo.

Siempre.

¿Y Sango? - Me miró directamente al hacer la pregunta y yo bebí un sorbo antes de contestar.

Te ha extrañado, tal vez si hubieras contestado sus llamadas lo sabrías. - Ahí estaba, esa pequeña muestra de resentimiento reflejada en mis palabras.

– Touché.

Bebimos y comimos entre los tres mientras nos poníamos al día, de vez en cuando miré por sobre mi hombro para comprobar que los objetivos no se esfumaran en nuestra distracción. Fue cerca de las tres de la madrugada que la gente comenzó a desaparecer quedando sólo unos cuantos a nuestro alrededor. Di un par de golpecitos sobre el dorso de la mano de Kag y ella comprendió al instante, asintiendo mientras bebía un último sorbo de su vaso. La tomé de la mano y la guié justo a la mesa donde Naraku y Kagura conversaban amenamente. Nos sentamos frente a ellos y su atención fue directo hacia Kagome.

¡Oh Dios, Kag! - Naraku la miró sonriente. - Que sorpresa verte por aquí después de perderte el rastro por tanto tiempo…

¿Dónde está Tomura? - Preguntó mi enana sin rodeos y yo puse los ojos en blanco. Apreté su mano suavemente con la mía para advertirle y entonces me dio el pase para hablar.

Mi nombre es Inuyasha. - Exclamé sonriente. - Inuyasha Taisho. - Ambos me miraron mas sorprendidos de lo que esperaba.

Taisho…

Ajá, como Touga Taisho y Sesshomaru Taisho, la dinastía que al parecer obsesiona un poco a su jefe hace algunos años. Yo sé que ustedes son Naraku y Kagura, asi que pasando de las presentaciones aburridas… - Vi como Naraku llevaba lentamente su mano derecha hacia su chaqueta y de inmediato cargué el cañón de mi arma sobre su pierna bajo la mesa. - Manos sobre la mesa, ahora. - Ordené y ambos obedecieron de inmediato. - Muchas gracias.

Y tú eres… ¿Su novio? - Preguntó la chica con curiosidad.

Eso no te incumbe. - Sonreí.

¿Qué es lo que quieren? - Continuó.

Kag tomó aire para hablar, sin embargo volví a apretar su mano suavemente y comprendió de inmediato el mensaje no verbal.

Verás, sé que tu jefe le ha puesto precio a esta encantadora cabeza. - Musité apuntando a Kag con mi barbilla. - Mi pregunta es… ¿por qué?

Kag es un pequeño trofeo brillante arrebatado de sus manos, simplemente lo quiere de vuelta.

¡¿trofeo?! - Kag definitivamente no iba a ser útil en esta misión.

¿Por qué la quiere de vuelta? - Insistí.

Porque ella le pertenece. - Exclamó Naraku. - No es tan difícil de comprender. - Sonreí.

¿Y dónde está Tomura?

En algún lugar. - Exclamó Kagura.

Kag tomó uno de los tenedores sobre la mesa y lo enterró con violencia en la mano de ella con tal rapidez que me hizo imposible reaccionar a tiempo. El grito de Kagura llamó la atención de algunos, pero no lo suficiente.

Escúchame estupida… - Comenzó Kag.

Kagome... - Sermoneé y ella a mi lado sólo suspiró, quité el tenedor de la mano de la mujer y le sonreí. - Sólo queremos un poco de información, a cambio los dejaré continuar con vida, me parece un trato más que justo.

Ambos se rieron en mi cara.

Con esa arrogancia característica de un Taisho vienes aquí, a un país donde nosotros tenemos el control e intentas dar órdenes… No me parece amigo mío. - Exclamó Naraku poniéndose de pie y yo lo imité de inmediato.

Había intentado con todas mis fuerzas ser amable, pero si eso no funcionaba…

Yo hago lo que se me da la jodida gana, sobre todo si tu jefe ha decidido obsesionarse con la chica equivocada. - Exclamé molesto cerca de su rostro, desafiante. - Quiero que le dejes en claro que si sigue buscándola va a encontrarnos y todo terminará para él.

Ambos me sonrieron.

Me encantaría ver cómo lo intentas. - Exclamó Naraku. - ¿No es más fácil conseguir otra chica a la que proteger? Si Tomura tiene en la mira a ésta en realidad ya está muerta.

La rabia dentro de mí pasó de 0 a 100 en menos tiempo de lo que esperaba y mi puño se estrelló contra su cara con una fuerza completamente desmedida, lanzándolo al suelo con un ruido estruendoso que no pasó para nada desapercibido mientras arrastraba consigo algunas de las mesas cercanas. Kagura intentó intervenir, sin embargo en reacción instantánea Kag sacó una de las largas horquillas de su cabello y la amenazó pegando la punta a su cuello.

Muévete y dame una razón más para atravesar tu cuello de lado a lado - Musitó.

Tan salvaje como siempre Kagome… - Exclamó hastiada la chica.

Así me enseñaste.

Sesshomaru apareció y disparó hacia el techo sólo para asustar a la gente y sacarla rápidamente, lo que funcionó al instante. Un montón de gritos inundaron el lugar mientras los pocos humanos que quedaban se pisoteaban entre ellos para lograr salir. Lo vi sentarse tranquilamente sobre el bar mientras Kag y yo controlábamos a nuestros objetivos. Le permití a ella controlar la situación mientras nosotros le cubríamos las espaldas, aquella era su venganza después de todo.

Entonces… Ambos de rodillas. - Ordenó Kag mientras acomodaba la horquilla de vuelta en su cabello y luego sacaba su arma de fuego de las amarras de su muslo para apuntarlos directamente. Los vi obedecer a regañadientes, mirándola con un odio que se podía palpar en el aire. - ¿Realmente son responsables del incendio que mató a mi familia?

Kagome… - Intentó Naraku.

Contesta la pregunta.

Él dio la orden. - Musitó. - Nosotros sólo la ejecutamos, sabes como es Tomura, sabes que no acepta un no por respuesta.

¿Estaba toda mi familia en casa? - Naraku la miró serio y asintió.

¿Por qué? - Su voz se escuchaba un poco rota, sin embargo no la interrumpí.

Riñas del oficio, asumo.

Y yo perdí dos años de mi vida, confiando mientras me apuñalaban por la espalda. - Sonrió. - Dos años entrenando y trabajando juntos, con la promesa de algún día encontrar a los asesinos de las personas que más quería en el mundo, cuando en verdad las tenía justo frente a mí… Frustante ¿no creen?

Ambos bajaron sus cabezas, como si por un instante comprendieran su dolor.

No era nada personal contra ti.

Es jodidamente personal para mí. ¿Dónde está Tomura?

No lo sabemos.

Respuesta incorrecta. - Disparó sin dudar a una de las piernas de Kagura. - ¿Dónde está Tomura? - Repitió ignorando los quejidos.

Tu eres mejor que esto Kag… - Musitó Naraku.

Ahí es donde te equivocas. - Le sonrió justo antes de dispararle a él en el brazo.

¡¿Crees que él nos daría su ubicación exacta?! ¿Realmente crees que es así de idiota? - Gritó Kagura.

Cambia de ubicación constantemente. - Completó Naraku. - Justo para evitar esta clase de errores.

Entonces no sirven. - Musité y Kag me miró como si recién hubiera recordado que yo estaba allí, temblando al borde de un colapso, mientras mantenía el arma en alto. Me acerqué a ella y toqué uno de sus hombros para calmarla. - ¿Quieres que los mate por ti?

El chocolate por primera vez era oscuro y denso, una mirada fría mientras levantaba su mentón y caminaba a paso apresurado hasta Naraku. Apoyó el cañón en su frente y cuando quitó el seguro Kagura habló desesperada.

¡Espera! Tu hermano está vivo. - Exclamó y Kag se detuvo por un segundo. - Tomura lo sacó de la casa antes de que la incendiáramos.

Mientes.

Puedo darte su nuevo nombre, su ubicación, todo. - Miré a Sesshomaru mientras él parecía meditar las palabras de la chica.

El cuerpo de Kag se movió en un temblor sutil mientras guardaba silencio cada vez mas cerca del colapso, sin embargo al segundo siguiente el cañón apuntó directo a Kagura.

Espera Kag… - Escuché a mi hermano.

Justo después de ello el ruido de un montón de cristales al romperse nos distrajo a todos. Un par de bombas rodaron hasta nosotros y liberaron un montón de humo espeso que me quitó la visión de inmediato. Sentí la espalda de Kag pegarse a la mía a la vez que ejecutaba 10 disparos continuos en todas direcciones; supe que Naraku y Kagura se habían escurrido de nuestras manos.

Los pasos apresurados de gente que nos rodeó me hicieron suspirar. Esto se veía como una clara desventaja.

Tienes que salir de aquí. - Musitó Kag. - El humo es venenoso.

Lo sabía, la sensación única de ardor en la piel, la garganta y los ojos había sido indicio suficiente.

No me voy de aquí sin ti.

Yo estoy acostumbrada, tú no.

La sentí avanzar al despegarse de mí y fui capaz de escuchar el sonido de sus horquillas al cortar el viento, acompañado de quejidos de sus víctimas al recibir los ataques. No los veía, pero podía escuchar al menos unas 15 personas a nuestro alrededor.

Cuando el humo se disipó lo suficiente pude ver también a Sesshomaru mientras levantaba a dos por el cuello, quebrándolos con facilidad. Respiré agitado por el veneno, vi a una chica apuntarme con un arma, sin embargo antes de que pudiera dispararme una bala había perforado su frente, cuando miré hacia atrás Miroku me sonreía.

Muy desconcentrado para mi gusto amigo. - Musitó burlón. - De nada.

Sonreí.

¿Despedazamos a estos idiotas? - Pregunté mientras sacaba una daga de mi antebrazo izquierdo y mantenía el arma de fuego en el derecho.

Yo te cubro.

Mientras disparaba una bala al corazón y otra a la cabeza en cada una de mis víctimas me preocupé de cada cierto tiempo buscar a Kag con la mirada, la encontré a corta distancia tan ágil como siempre mientras se movía a toda velocidad contra sus objetivos y con ello despejaba gran parte del veneno a su alrededor.

A el doble de pies de distancia vi a Alex junto a Kikyo peleando contra otro grupo, y por la otra esquina Sesshomaru hacía lo suyo. Sonreí, fuera de lo dramático de la escena, era gratificante verlos a todos juntos una vez más. La sonrisa se me borró del rostro cuando vi a alguien apuntar a Kag a la distancia por la espalda.

Mi cuerpo se movió por si solo, avanzando hasta ella para cubrirla. Sentí el impacto en uno de mis costados y vi su cara de horror al girarse hacia mí.

Te he salvado de la muerte dos veces esta noche, creo que merezco al menos un café. - Se acercó hasta mí mientras cubría la herida con una de sus manos.

Idiota. - Susurró, disparó al culpable y me miró fijo justo antes de jalar de mi brazo para sacarme del centro y llevarme a una de las esquinas del lugar. Estando allí me ofreció su muñeca de inmediato. - ¿No eras tú quien me decía que jamás se actúa como escudo humano?

Mordí su piel con fuerza y me hundí a voluntad en su mirada mientras succionaba y dejaba el sabor ferroso invadir mis sentidos. El dolor cesó casi por completo, pero la herida no iba a cerrar si no sacaba la plata de mi organismo. Como si hubiera leído mis pensamientos Kag hundió sin previo aviso sus garras en mi herida y gruñí sin separar mi boca de su piel. Sentí sus dedos rebuscar y apreté los ojos con fuerza cuando jaló del proyectil. Pude respirar tranquilo cuando lo sentí rebotar en el suelo.

¿Mejor? - Asentí y ella me sonrió.

Tosí un par de veces y vi las gotitas rojizas al taparme la boca con mi camisa, eso era malo.

La falta de ruido a nuestro alrededor fue una clara muestra de victoria. Sesshomaru se acercó hasta nosotros e incluso él sonaba agitado.

¿Todo bien? - Preguntó.

Sólo una pequeña herida. - Respondió Kag por mi. - Ayúdame a sacarlo de aquí.

Las sirenas de la policía aproximándose fue la señal justa de retirada.

Aparecen tan tarde como siempre… - Exclamó Miroku. - Andando.

Pasé uno de mis brazos por los hombros de mi hermano y el otro por los de Kag mientras me ayudaban a caminar, la herida no era terrible, sin embargo el veneno me había jugado en contra.

Al llegar a la zona de despegue noté como todos se veían realmente cansados a excepción de Kag... El humo venenoso era una desventaja que debíamos controlar.


'

Kagome

Vi a Alex conversar amenamente con Kikyo justo antes de subir, me acerqué y me sonrió mientras acariciaba mi mejilla.

¿Te sientes bien? - Asentí. - Kikyo me estaba contando cómo ha utilizado todo lo que le enseñaste. - Sonreí.

Aprendió bastante de mí, pero ella ya tenía una buena base. - Musité. - Muchas gracias por venir.

No hay de que Kag.

Miré a Inuyasha mientras subía al avión con ayuda de su hermano.

¿Te molesta si me siento con Inu? - Alex me miró un poco descolocado.

¿Debería molestarme?

No lo sé, por eso te pregunto. - Me sonrió.

Ve, yo volveré a tenerte cuando bajemos del avión. - Dio un beso corto sobre mi frente.

Sonreí y asentí. Caminé por el pasillo hasta el puesto donde Inuyasha estaba sentado, dejando libre el espacio junto a la ventanilla.

¿Puedo? - Levantó su mirada hasta mí.

Seguro. - Se hizo a un lado para dejarme pasar.

Lo miré sentado a mi lado en silencio mientras mordisqueaba una de sus garras, absorto en sus propios pensamientos durante minutos que se me hicieron eternos.

No te estreses. - Musité.

Me miró dejándome ver solo sus ojos y parte de su nariz, el resto de su rostro cubierto con su propia mano mientras no me obedecía y seguía mordiéndose. Pude notar tambien las gotitas de sangre ajena cubriendo su piel perfecta.

No estoy estresado, estoy frustrado. - Suspiré mientras cerraba los ojos y me recargaba en el asiento.

Ve el lado bueno, a fin de cuentas has logrado sacarme de Francia. - Me miró por un segundo y sonrió.

Y sin noquearte, quien lo diría. - Puse los ojos en blanco y él soltó una risa ronca. - No conseguimos más información, tanto esfuerzo y estamos igual que al comienzo con respecto a eso.

Suspiré y me apoyé en su hombro.

Si esperamos pacientes probablemente Tomura venga a nosotros antes de lo que esperemos.

Tampoco pudimos matarlos…

Si, eso también me frustra un poco. - Exclamé honesta. - Sin embargo a cambio estás con vida y es lo que prefiero. - Guardó silencio y se apresuró a cambiar el tema.

¿Cómo toleras tan bien el veneno?

Trabajé dos años con Tomura, estuve expuesta a esas bombas un montón de veces, es un veneno suave, su poder es acumulativo sólo por vía respiratoria, asi que la idea es…

… Respirar lo menos posible. - Completó y yo asentí. - Bueh, tenemos que trabajar en eso, es una debilidad si planeamos enfrentarlo.

Podemos entrenarlo al llegar. - Asintió. - Gracias por cuidarme… Estaba distraída. - Musité bajando la mirada y él se encogió de hombros.

Para eso estamos. - Me sonrió y esquivó mi mirada antes de continuar hablando. - Gracias por ayudarme allí adentro, actuaste rápido.

Miré la mancha de sangre en su costado.

¿Duele mucho? - Se miró a sí mismo, levantó la camisa y vi como bajo la sangre seca había una pequeña herida perforante en su piel que cicatrizaba poco a poco.

Me siento más débil por el veneno, francamente, ya casi no duele. - Asentí. - ¿Crees que lo que dijo Kagura sea verdad?

¿Sobre mi hermano? - Asintió. - No, sólo estaba desesperada.

¿Quieres hablar de ello?

Mi hermano está muerto, no hay nada de qué hablar. - Exclamé cortante.

Luego de mirarme en silencio por uno segundos apoyó su cabeza en el respaldo del asiento y cerró los ojos. Sin embargo yo no estaba lista para dejar de conversar.

¿Vas a decirme por qué cortaste tu cabello? - Exclamé intentando cambiar el tema.

Hmm… Sólo necesitaba un cambio.

¿Y te agrada?

Es bastante más cómodo para pelear si me preguntas… Y mi encanto sigue intacto. - Me guiñó un ojo y si bien sentí mariposas revolotear en mi estómago simplemente me reí.

Así veo.

¿Por qué no te sientas con Alex? - Miré hacia el frente, en el primer asiento iba mi novio, durmiendo plácidamente, a su lado Miroku hacia una llamada de teléfono y Kikyo avanzaba por el pasillo hasta los asientos de atrás.

Creo que está un poco molesto conmigo…

¿Por?

Porque intentó convencerme de viajar y no lo logró, sin embargo ustedes aparecieron y lo lograron casi de inmediato.

Yo también me enojaría. - Le pegué un codazo y él se quejó bajito. - ¡Pero si es verdad!

Me encantaría si me hicieras sentir menos culpable.

Keh, lo importante era sacarte del foco de peligro, eso es todo, Bonnet lo entenderá a fin de cuentas, cuando pueda seguir escuchando el latido de tu corazón.

Guardé silencio por unos segundos.

¿Me extrañaste? - Pregunté.

Ya preguntaste eso en el bar. - Contestó cortante.

Pero tú no contestaste.

Porque quizás es una pregunta que no quiero contestar. - Me separé un poco para mirarlo fijo pese a que esquivó mi mirada y utilicé una de mis manos para tomar su barbilla y obligarlo.

¿Tu también estás enojado conmigo? - Sacó mi mano de un manotazo suave.

No lo estoy.

¿Y por qué estás tan arisco de pronto? - Me miró sorprendido de mi pregunta, como si el motivo fuera en extremo evidente.

Escúchame bien Kagome. - Exclamó serio. - Si se trata de velar por tu bienestar y mantenerte a salvo siempre seré el primero en actuar, sin pensarlo dos veces… Pero eso no quita todo lo que pasó entre los dos. - El dorado se hizo más intenso y me hice pequeña frente a él. - No deberías olvidar que fuiste tú quien decidió irse… Literalmente huiste de mi cama, decidiste dejar de contestar mis llamadas durante dos años y esfumarte como aire, si no hubiera sido por los recuerdos del resto tal vez habría tenido dudas incluso de tu existencia. - Su rostro cerca del mío aceleró sutilmente mi corazón. - Por supuesto que te he extrañado, un montón para serte honesto, pero en ese momento no te importó absolutamente nada.

Bajé mi mirada, sintiéndome culpable, a fin de cuentas tenía razón y fingir que eso no había sucedido era poco empático de mi parte, yo también había sufrido la distancia, pero a diferencia de él había estado acompañada y de algún modo la frase de "un clavo saca a otro" ahora mismo me hacía bastante sentido.

Estaba asustada. - Intenté justificarme.

Yo también lo estaba, todo lo que sentí en algún momento por ti también era nuevo para mí. - Me miró fijo, luego suspiró y miró al frente. - Escucha, pasado es pasado, creo que ambos estamos de acuerdo en eso, pero no esperes que nuestra amistad sea igual a lo que era después de todo lo que pasó entre los dos.

Cruzó sus brazos sobre su pecho, poniendo una barrera física evidente y entonces apreté mis manos por la ansiedad que me llenó de pronto.

Lo siento… - Exclamé mirando hacia el frente. - Tienes razón.

Nuestro primer reencuentro había sido espontáneo, hermoso y cálido para mi corazón, sin embargo luego de sus palabras tuve miedo incluso de volver a abrazarlo, ya no me sentía digna de su cariño. Me recargué en el asiento y miré por la ventanilla, todo estaba tan oscuro que en verdad sólo fue una excusa para no volver a mirarlo a él.

No supe en qué momento me dormí, pero cuando volví a abrir los ojos era de día allá afuera e Inuyasha dormía plácidamente a mi lado. Me di el tiempo de observarlo con detenimiento; nada en sus facciones había cambiado, dejando en evidencia como el tiempo no pasaba para nosotros los youkais. De pronto abrió los ojos y me sobresalté. Permanecimos allí en silencio mirándonos por lo que fueron minutos o tal vez horas. El avión aterrizó suavemente y apenas tuvo oportunidad de alejarse de mí lo hizo, tomando su maleta y bajando rápidamente.

Tomé mis cosas y bajé también, mientras Sesshomaru caminaba a mi lado.

Eventualmente se le va a pasar, ya lo conoces.

No está bien escuchar conversaciones ajenas. - Musité y él sonrió.

No es mi culpa si hablan en los asientos tras el mío. - Me reí y él me abrazó por los hombros.


'

Inuyasha.

No sabía que podías ser tan rencoroso. - Kikyo me tomó del brazo y me miró desde su altura mientras caminábamos hacia la mansión. - Con Kag me refiero.

Suspiré.

Dios ¿No había otra conversación para escuchar?

No realmente. - Me reí.

¿No tengo ni siquiera un poco de razón en lo que dije?

Por supuesto que sí, comprendo tu punto… - Musitó. - Pero por fin la tienes de vuelta, no dejes que el orgullo te aleje de ella una vez más.

Detuve mi andar y ella se detuvo conmigo, desordené su cabello y la escuché protestar mientras yo volvía a avanzar.

¡Inuyasha Taisho, no he terminado de hablar contigo! - Gritó y yo me reí dejándola atrás.

Casi de forma instantánea sentí como si agujas se me clavaran en la espalda y cuando me giré a mirar Kagome me fulminaba a la distancia, con una expresión que no supe descifrar mientras caminaba junto a mi hermano.

Al entrar en la mansión mi padre y mi madre esperaban en la recepción. Me sorprendió lo felices que se veían al ver a Kag, quien los abrazó con cariño, a fin de cuentas siempre había sido parte de la familia. Alex por su parte saludó cordialmente y pude notar como mi madre no estaba tan feliz de verlo, sobre todo cuando notó que él y su frustrada nuera iban tomados de la mano.

Me mantuve a una distancia prudente, apoyado en una de las paredes cercanas. Touga Taisho se acercó a mí y miramos juntos la escena.

Lo lograste, la trajiste de vuelta. - Susurró y yo sonreí.

Jamás te fallaría.

Lo sé. ¿Te quedas a cenar? Tu madre ha preparado lasaña. - Hmm, pasar mas tiempo frente a ella no era mi definición de un buen panorama, sobre todo ahora que no había peligro, las cosas probablemente serían incómodas después de nuestra última conversación.

Mi teléfono vibró con un mensaje salvador y sonreí al leerlo.

"Me debes un momento a solas"

Tecleé rápidamente en la pantalla de mi celular.

"Ya sabes donde vivo, te veo en una hora"

No puedo ahora, pero vuelvo mañana temprano. - Me miró y asintió.

Cuídate camino a casa.

Me acerqué a Izayoi, la abrace por los hombros y di un beso sobre su frente.

Me voy madre.

¿Tan pronto? ¡He preparado la cena!

Me ha surgido algo urgente. - Mentiroso, pensé. - Pero volveré mañana temprano, alimenta bien a Kag, apuesto a que ha extrañado tus comidas.

Me sonrió y se abrazó a mi.

Cuídate cariño, nos vemos mañana.

Kag me miró con un deje de decepción.

Nos vemos mañana enana.

Nos vemos. - Contestó y yo di media vuelta para caminar hacia la salida.

Media hora mas tarde estaba en mi departamento, ordenando lo suficiente para mi invitada. Aquella chica rubia encantadora llegó puntual y apenas entró en el departamento se colgó de mi cuello para besarme. Luego de un par de horas enredados en la cama permanecimos allí conversando desnudos mientras la noche transcurría.

Entonces esta Kagome era tu mejor amiga… - Asentí. - Pero te la cogiste.

Ajá. - En algún momento post sexo había decidido contarle aquello, probablemente porque no tenía a nadie mas a quien hablarle sobre el tema.

Se fue lejos y ahora ha vuelto e intenta fingir que nada sucedió.

Tal cual.

¿Y ella aún te gusta?

Hmm, no lo creo.

¿Cómo te has sentido al verla otra vez? - Sonreí, recordando parte de nuestro cariñoso y espontáneo reencuentro.

'

*Flashback*

Sentí su aroma característico opacado por un sutil aroma ferroso, caminé a través del pasillo y entonces la vi, atrapada por un sujeto que acababa de firmar su destino al atreverse a tocarla. Me acerqué por la espalda, envolví su cuello con mis manos y lo giré con fuerza. El cuerpo cayó como un juguete roto a nuestros pies.

Mi criatura favorita en el universo me miró por unos segundos y entonces el tiempo se detuvo para mí. La poca luz de aquel pasillo me dificultó analizar sus facciones, pero aquellas que veía no habían cambiado en lo absoluto. Inhalé profundamente, drogándome a voluntad con su aroma.

– Inuyasha… - Mi nombre salido de sus labios me hizo sonreír de forma instantánea.

– Hola enana, ha pasado bastante tiempo…

Sentí su corazón latir con fuerza y en un movimiento arrebatado se lanzó a mis brazos, la atrapé en un abrazo apretado levantándola del suelo, un abrazo que había necesitado mas de lo que quería admitir. Hundí mi rostro en su cuello y controlé a duras penas las ganas de mordisquear y besar su piel.

– Estás aquí… - Sonaba como si intentara convencerse de ello.

– Estoy aquí. - Susurré contra su piel y entonces se separó para mirarme.

– ¿Por qué estás aquí? - Sus pequeñas manos tocaron mis mejillas en pequeños toques con reticencia. Cerré los ojos disfrutándolo por escasos segundos.

– Salvándote la vida, como siempre. - La bajé con cuidado hasta que sus pies tocaron suelo una vez más y mis dedos se movieron solos hacia la herida en su cuello.

*Fin de flashback*

'

Más feliz de lo que esperaba.

Entonces aún te gusta. - Guardé silencio. - ¿Y por qué no das la pelea para quedarte con ella?

Ella ya está en una buena relación y no quiero ser el tóxico mala influencia que destruya su felicidad. - La chica me miró enojada.

Eres un tonto. ¿Sabes lo romántico que es cuando un chico se la juega por ti? - Sonreí.

¿Ah sí? - Me acerqué a su cuello y di besos cortos bajando hasta su clavícula.

Nos encanta… - Musitó justo antes de gemir y perder el hilo de la conversación.


'

2 semanas después.

Kagome.

El pasar de los días no había ayudado en nada a hacer las cosas menos incómodas entre los dos, Miroku en su intento de ayudar a aliviar la tensión me había invitado a una noche grupal de películas, tal y como era habitual en el pasado, sin embargo a diferencia de esos tiempos ahora me sentía de cierto modo incómoda y apenas había puesto un pie en esa casa me había arrepentido de ir. Miré a Inuyasha a la distancia mientras jugaba con su mejor amigo frente a la consola de videojuegos, ambos reían a la par muy concentrados en lo suyo.

Sango por su parte bebía de su vaso a mi lado. Otro pequeño asunto pendiente, que había solucionado hace apenas algunos días.

'

*Flashback*

Sango me miró con tristeza al abrir la puerta, sin embargo no se lanzó a abrazarme como era habitual, simplemente permaneció allí bajo el marco de la puerta.

– Volviste. - Exclamó.

– ¿Podemos hablar?

Me miró seria antes de suspirar y hacerse a un lado para dejarme pasar. Cerró la puerta y caminó hacia la cocina.

– ¿Quieres algo para beber?

– Un té, gracias. - Asintió y yo me senté en la mesa mientras la esperaba.

Apareció con dos tazones y los dejó sobre la mesa mientras se sentaba frente a mí.

– ¿Cómo has estado?

– Bien, ¿por qué has venido? - Preguntó cortante.

– Yo… siento que tenemos asuntos pendientes y vengo a pedirte disculpas.

– ¿Por desaparecer de la noche a la mañana?

– Por todo en realidad, por no avisarte, por no llamar, tu y yo éramos mejores amigas y yo lo olvidé por completo. - Me sonrió con tristeza.

– Algo debió espantarte mucho… - Me encogí de hombros.

– El amor, asumo. - Aquello la hizo suspirar y acercó su mano a la mía.

– Lo comprendo. - Me sonrió cálidamente. - Tenemos muchas cosas de las que conversar, ¿no?

Me lancé a abrazarla y ella me devolvió el gesto con cariño, había necesitado tanto esa calidez.

– Por donde parto… - Musité.

– Por el comienzo.

*Fin de flashback*

'

¿Y Alex?

Prefirió quedarse en casa, ha estado raro desde que llegamos aquí.

¿Raro? Explícate.

Arisco. - No había otra palabra que lo resumiera mejor. - Me da la impresión de que es su inseguridad al volver a lidiar con Inuyasha cerca.

Inuyasha apenas te habla, eso sería bastante idiota de su parte. - Suspiré.

Los hombres son idiotas, amiga. - La escuché reír a mi lado.

E Inuyasha…

Educado como siempre, pero sólo me habla lo justo y necesario ahora que hemos tenido algunas misiones juntos, al menos funcionamos bien aún en ese aspecto.

Que complejo todo…

Ajá. - Lo miré nuevamente, en parte envidiaba a Miroku, él lograba hacerlo sonreír, mientras al parecer yo apenas era digna de una mirada. - Lo extraño. - Admití.

¿Como amigo?

Como un todo. Ya es difícil entrar a su corazón cuando lo conoces, luego de perder ese espacio ha sido aún más complejo.

No seas idiota, él te adora, sólo dale tiempo. - Suspiré.

Lo miré por unos segundos, en un arrebato me puse de pie y caminé hacia ellos.

Quiero jugar. - Ambos me miraron como si fuera un alien en su living.

¿Has jugado antes? Es mortal kombat. - Miré el televisor, vi un montón de sangre y golpes y me encogí de hombros.

Puedo aprender fácil. - Ambos se sonrieron y Miroku me cedió su control y asiento.

Me senté e Inu se movió un poco para alejarse de forma sutil.

Bien, leccion rapida enana. - Exclamó mientras pausaba el juego. - Te mueves y saltas con estos botones de acá, con respecto a los golpes básicos: patadas con la x, golpes de puño con este y este, bloqueas mis golpes con el gatillo derecho y puedes agarrarme con el gatillo izquierdo.

Si mezclo botones…

Haces combos de ataques más poderosos. - Asentí mientras repasaba en mi mente la información. - Lo mas importante en realidad es que te cubras. ¿Lista?

Lista.

Sacó el juego del modo pausa y elegimos cada uno un personaje para jugar. La batalla empezó con una horrible desventaja para mí, perdiendo el primer round en apenas unos segundos. Lo miré ofendida y él sólo me sonrió mientras fingía inocencia.

Vamos, puedes hacerlo mejor. - Me erguí en mi puesto y puse toda mi concentración en ello.

Cállate y ponle play. - Lo escuché reír bajito y obedeció.

El segundo round empezó bastante más parejo, logré quitarle gran parte de su vida en la primera parte sin dejarlo alcanzarme, a últimos segundos ambos estábamos muy parejos, sin embargo en un nivel de ansiedad extremo apreté muchos botones y con ello mi personaje hizo un ataque que lo destruyó. Lo miré con una sonrisa y él simplemente negó con la cabeza.

Último round.

Tan pronto como empezó su personaje me golpeó tantas veces que ni siquiera tuve tiempo para responder, terminé con una derrota y él con una sonrisa de oreja a oreja.

Algún día me haré experta en este juego y verás como te destruyo

Obstinada.

Tramposo. - Nos miramos fijamente, él me sonrió con ternura antes de acercar su mano a mi cabello y desordenarlo con suavidad.

Cuando levantamos la vista para mirar Miroku y Sango ya no estaban. Una pequeña notita pegada al refrigerador destacó por sobre el ambiente:

Fuimos a comprar más cervezas, volvemos pronto.

Inuyasha apareció a mis espaldas, apoyando su mentón en mi hombro para leer el papelito entre mis manos.

Decidieron abandonarnos. - Musité.

Por supuesto que sí. - Exclamó. - ¿Quieres jugar otra partida?

Lo vi genuinamente emocionado por ello y asentí, si aquel juego me permitía acercarme un poco a él definitivamente jugaría. Permanecimos en ello por tiempo suficiente para jugar varias partidas, de las cuales apenas gané tres.

Sabes, francamente te tenía menos fé. - Abrí mi boca para protestar, sin embargo se excusó rápidamente. - Creo que realmente podrías destruirme si juegas más seguido.

Es más fácil en la vida real. - Y aquello le hizo reír.

La puerta sonó y segundos después Miroku y Sango entraron sonrientes con un montón de latas de cerveza.

¡Volvimos!

Se sentaron ambos a nuestro lado en el sofá, el que por suerte era bastante amplio para los cuatro.

¿Listos para ver la mejor película de la existencia?

Sango corrió a apagar las luces y volvió a su puesto, tomé uno de los cojines y lo abracé sobre mis piernas para mantenerme cálida.

¿Tienes frío? - La voz de Inuyasha en un susurro cerca de mi oído me hizo estremecer. Lo miré a mi lado. - Puedo traerte una manta.

Sería genial, gracias. - Asintió y se puso de pie para desaparecer por el pasillo y volver con una manta de polar en gris oscuro, la puso sobre mis piernas y me sonrió.

La película resultó ser bastante aburrida, una clásica película de terror predecible y llena de sustos tontos. Todo parecía una pérdida de tiempo hasta que sentí una de las manos de Inuyasha jugar con la mía en la oscuridad, eso también era habitual en el pasado para los dos. Tironeó de mis dedos con suavidad y luego hizo círculos con las yemas de los suyos en el dorso de mi mano. Ahí frente a mi con el reflejo azulino del televisor como única luz me miró fijo sin decir una sola palabra y sonreí mientras le esquivaba la mirada, más nerviosa de lo habitual. Me sentí como una adolescente en su primera cita, con un jugueteo coqueto tan inocente que incluso me hizo preguntarme si realmente era eso o si yo lo estaba extrapolando. Su mano libre subió y tiró un mechón de mi cabello con delicadeza, le saqué la lengua y entonces él también me sonrió y sus ojos se entrecerraron de forma adorable con el gesto.

Apoyé mi cabeza en su hombro mientras él jugueteaba con mi mano y de vez en cuando la entrelazaba con la suya. La película duró un par de horas, sin embargo ninguno de los dos le prestó atención en lo absoluto. Cuando los créditos aparecieron Miroku y Sango hablaron un rato de la película y luego nos miraron.

¿Se quedan a dormir o se van?

¿Qué hora es? - Pregunté perdida.

Cerca de las tres.

Hmm debería irme.

Es tarde, ¿No es mejor que te quedes y sales mañana temprano? - Preguntó Miroku.

Puedes avisarle a Alex… - Insistió Sango. - y así terminamos estas cervezas.

¿Y donde duermo?

¿Bromeas? Hay tres habitaciones para invitados.

Yo puedo ir a dejarte mañana. - Intervino Inuyasha y hubo un silencio incómodo en aquel lugar.

¿Te levantarías temprano?

Tan temprano como necesites. - Jodido idiota, con esos ojos dorados encantadores, tentándome a la obsesión sin siquiera notarlo.

Okey, supongo que puedo quedarme.

¡yay! - Exclamó Sango.

Bebimos hasta las cinco de la mañana, hora en la que los dueños de casa decidieron irse a dormir. Luego de eso permanecí en la sala de estar junto a Inuyasha, bebiendo mientras intentábamos aplacar los silencios incómodos.

¿Sigues odiándome? - Sonrió mientras miraba su cerveza.

¿Parezco ser alguien que te odia? - Musitó.

Me cuesta leerte cuando a veces me ignoras y otras me tratas como antes. - Sus ojos dorados se posaron sobre los míos.

No te odio, Kagome. - Bebió un sorbo de su cerveza y suspiró. - Es sólo que no quiero ser una causa de problemas entre tú y Bonnet, ya lo fui en el pasado y te perdí por ello… Siento que si mantengo cierta distancia puedo mantenerte más tiempo aquí.

Suspiré.

Hmm, independiente de eso… Alex apenas me habla desde que llegamos aquí. - Abracé mis piernas y apoyé mi mentón en mis rodillas.

¿Ves a qué me refiero?

A lo que voy es que incluso manteniéndote lejos él se aleja de mí, asi que ¿Qué diferencia hace si vuelves a acercarte? - Lo miré triste. - Te extraño un montón.

Me miró seriamente y luego de unos segundos acarició la cumbre de mi cabeza con cariño.

Ven aquí enana.

Me atrajo con sus brazos a su pecho y recargué mi cabeza en él, al instante me envolvió en un abrazo protector sobre el sofá y los latidos lentos de su corazón resonaron en mi cabeza, sólo entonces descubrí que también había extrañado ese sonido.

Lo siento. - Musité bajito. - Lo siento por huir de ti hace dos años, tenía mucho miedo de perder nuestra amistad y a fin de cuentas mi decisión llevó al mismo desenlace.

Apoyó su barbilla sobre mi cabeza mientras me abrazaba con fuerza.

Ya no importa, siempre podemos volver a crear una nueva amistad.

Necesito que me perdones.

Shh, ya te he perdonado, tonta. - Dio un beso corto sobre mis cabellos. - Sólo no me quites esto otra vez.

Me acurruqué contra él e inhalé profundo para sentir el aroma de su perfume. Perdí la noción del tiempo y poco a poco me dormí en sus brazos, tal y como tantas veces lo había hecho en el pasado.

Desperté a la mañana siguiente sobre el mismo sofá, aún más acurrucada contra él, sin embargo ahora la manta gris estaba sobre mí. Me separé un poco para mirarlo desde mi posición y sonreí. Me apoyé en su pecho y jugueteé un par de minutos con los mechones suaves de su cabello, enrollándolos entre mis dedos. De pronto sus ojos se abrieron dejando ver el cálido ámbar de su iris y noté la mínima distancia entre los dos; salté rápidamente al otro extremo del sofá mientras fingía demencia con el corazón acelerado y él simplemente bostezó mientras se estiraba.

¿Lista para ir a casa? - Exclamó con una voz ronca y perezosa.

Ajá.

Bien, dame cinco minutos para despertar. - Asentí y me puse de pie.

Caminé hacia el baño, me miré frente al espejo, peiné mi cabello con los dedos y lavé mi cara, Para cuando salí él se había preparado un café, me miró y bebió el último sorbo. Caminamos hacia su auto y me abrió la puerta antes de trotar hasta el otro lado y subir a su puesto.

Tú me guías.

Sigue derecho y te aviso cuando doblar.

Perfecto.

El camino al departamento que compartía con Alex fue silencioso, para mi sorpresa apenas habían autos en las calles y el viaje tomó la mitad del tiempo que esperaba.

Es en el edificio de la esquina. - Musité indicando con el dedo y él se estacionó justo al frente.

Bien…

Bien.

Sana y salva enana. - Se giró a mirarme sonriente. - Aprovecha de descansar.

Un deje de tristeza invadió mi ser cuando asumí que el tiempo juntos llegaba a su fin. Busqué el broche del cinturón para soltarlo y me apoyé en el asiento para acercarme a él.

Muchas gracias, nos vemos. - acerqué mi rostro al suyo sin previo aviso para dar un beso sobre su mejilla, sin embargo al escuchar mi voz él se giró y apenas alcancé a detener mi avance cuando sus labios rozaron los míos. De inmediato se echó hacia atrás y me sonrió.

Lo siento, mi torpeza. - Sentí mi rostro caliente cuando la sangre subió a toda velocidad hasta mis mejillas y solté una risa nerviosa. Me acerqué rápidamente para dar un beso torpe sobre su mejilla y me giré hacia la puerta para abrirla. - Nos vemos.

Nos vemos.

Di media vuelta y caminé a paso rápido sin mirar atrás mientras mi corazón latía de forma errática sin ritmo continuo. Mientras subía el ascensor me miré en el espejo y noté como aún permanecía el sonrojo en mis mejillas. Esas reacciones de adolescente sólo podían ser señal de una cosa:

Mis sentimientos por Inuyasha no habían cambiado en absoluto en esos dos años.