Universo BDtM-917

Vampiros / Hombres lobos

Declaración nocturna.

BillDip

La luna llena resplandecía en lo alto del cielo, iluminando todo a su paso y descubriendo las maravillas ocultas de la noche. Los sonidos nocturnos del bosque se escuchaban en todo lo extenso del paisaje, y los pueblerinos de Gravity Falls quedaban anonadados por las dulces melodías de las criaturas sobrenaturales que cantaban alegres ante el astro nocturno.

La luz tenue del satélite natural, inducía los más armónicos sonidos de las criaturas que habitaban en el bosque. Algunas melodías recitaban la felicidad de una nueva vida, otros cortejaban a sus pretendientes en una sinfonía poderosa, demostrando ser buenos pretendientes para su especie, mientras que a unos pocos afortunados cantaban el amor profundo de los enamorados fundiéndose en el calor de sus cuerpos.

La actividad nocturna del Inicio de verano, no solo lo disfrutaban las míticas criaturas, sino también los habitantes humanos de aquel pueblo perdido en el estado de Oregón. El lugar, bien iluminado con los focos de la ciudad, permitía la actividad nocturna de los humanos, quienes disfrutaban la presencia de los sobrenaturales que los visitaban en noches de luna llena.

-¡Dipper!- Gritaba entre las calles aquel rubio de ojos ambarinos y piel tan blanca como la cal.- ¡¿Dónde estás?!.- No importaba que tanto agudizara su oído, o concentrara su energía para encontrar el aura del hombre lobo que buscaba, el vampiro no parecía encontrarle. -¡Mason Pines! ¡Aparece!- Exigió al aire con un poco de ira acumulada, haciendo reír a varios locales que rondaban por el paraje.

El pueblo conocía al caprichoso vampiro Bill Cipher que a veces visitaba el pueblo.

Los lugareños estaban tan acostumbrados a los sobrenaturales, que socializaban con normalidad ante la presencia de ellos. ¡Inclusive había sitios para ellos donde podían comer o divertirse! Linda Susan había hecho un menú especial para los lugareños colmilludos que visitaban el pueblo por las tardes y noches como esas. Era una paz envidiable, regida por los mismos habitantes en leyes inexistentes y acuerdos entre sus razas que le permitían convivir sin problemas. Nadie se lastimaba entre ellos, las disputas siempre se conversaban, y la educación era más que suficiente, que tanto humanos como los sobrenaturales entendían todas las lenguas de los habitantes del pueblo.

-Buenas noches, Linda Susan. - Saludo con cortesía el vampiro hacia la humana que conocía desde hacía años. -De casualidad ¿Ha visto a Dipper?

-¡Hola colmillitos!- Respondió con alegría la mujer de avanzada edad. -Me temo que el castaño que buscas no se encuentra aquí, ¿Quieres que te prepare algo en lo que esperas a tu cachorro?

Bill se ruborizó ferozmente ante el comentario de la mujer y negó con rapidez.

-N-no ¡Linda Susan!, Dipper no es mi.-

-¡Oh vamos!- Interrumpió la mujer mientras servía un poco de café a uno de sus clientes- No puedes seguir negándolo, todos en el pueblo sabemos lo que sientes por el menor de los Pines. Lo único que no entendemos es el porqué no has declarado ese amor. - El rubio suspiró con pesar.

-Es más complicado de lo que parece.- Murmuró.

-No veo lo complicado- Regañó la mujer - ¿Qué sucede cuando un vampiro juega con un hombre lobo? Es natural que estas cosas sucedan.

-¡Linda Susan!-Gritó el Cipher escandalizado, cubriéndose el rostro con fastidio, pues sabia perfectamente que su rubor era muy evidente por el tono blanquecino de su piel. Maldecía que aquella humana se llevará tan bien con él y con el castaño como para contarle sobre su amistad y sus sentimientos.

-¡Solo ve y dile lo que sientes! Debe de andar entre su manada en el bosque con esto de la luna llena.

-Gracias- Salió con rapidez del local y tomando su forma de murciélago, se adentró a la espesura del bosque.

Agradecía que su especie fuera sensible a los sonidos, pues pronto escuchó el aullido coordinado de la manada de lobos al otro lado del bosque. Dentro de su ser, sabía que el castaño que buscaba no se encontraría entre su manada, pues era un lobo cohibido y tímido, pero era probable que alguno de su progenie supiera donde se encontrará. Sin esperar más, se dirigió al bullicio animal.

Al encontrarse cerca de los fuertes aullidos caninos, se posó en un gigantesco pino que se encontraba cerca del lugar, y se dispuso a observar lo que sucedía mientras seguía buscando con la mirada a su compañero de aventuras. Los diversos canes del clan, se correteaban con diversión entre ellos, jugueteando alrededor de su guarida y deteniéndose por breves instantes a aullar al satélite natural que iluminaba la oscura noche.

Fue entonces que escuchó el inconfundible canto lunar del ente que buscaba. En lo alto del risco, una silueta canina vociferaba su aullido de notas profundas y tristes que se percibían a la distancia del sitio. Sin pensarlo, voló hacia donde se encontraba el canido castaño.

Cuando llegó cerca de él, retomó su forma humana y acomodó sus hebras rubias con dedicación, para después sentarse al lado del can que estaba recostado mientras observaba la luna con parsimonia.

-Dijiste que nos veríamos en él centró del pueblo para ir a cazar juntos- masculló el rubio tratando de contener su ira - ¿Por qué me dejaste plantado?

El canido respiro profundamente, y tomando asiento, dirigió su mirada de la luna hacia donde su manada descansaba. El rubio entendió la indirecta del perro castaño.

-¿Noche de romance?- El lobo asintió -No entiendo que es lo que te preocupa, eres joven…

-Pero no eterno.- Le respondió volviendo a recostarse en el suelo. -Incluso Mabel, ya consiguió pareja para las noches nocturnas como esta, pero yo… Es el tercer año después de mi primer celo, y aún no consigo pareja.

Bill tragó en seco.

-Quizás mi destino sea ser el lobo solitario de la manada- susurró el can con consternación, mientras se enroscaba en sí mismo, ocultando su rostro entre su cola para evitar que su compañero vea sus amargas lágrimas.

El Cipher suspiro y recostó su cabeza sobre el cuerpo del can con confianza. En su mente deambulaba una y otra vez las palabras de linda Susan, mientras buscaba las palabras adecuadas para alentar a su amor platónico ¿Era el momento adecuado para declarársele?

Un tercer aullido coordinado de la manada, lo sacó de su estupor. Todos aprovechaban la noche joven para pasarla con sus parejas, pero tanto el cómo Dipper, siempre pasaban esas noches juntos. Eso era más que una señal.

Aspiro aire con fuerza y se levantó rápidamente, llamando la atención de su compañero canino ante el repentino cambio del vampiro.

-Mason Pines, tengo algo importante que decirte.- aclaró su garganta y tomando al canido con ambas manos, lo levantó y acomodó entre sus brazos.- Pero necesito a MI Dipper conmigo, no a este pulgoso saco de pelos.

El can gruñó ante el comentario, causándole una risa al rubio, quien comenzó a caminar en dirección al bosque, alejándose del acantilado. En lo que Bill caminaba en dirección a la arboleda, Dipper tomó su forma humana, pero permitiendo mantener su cola y orejas canidas de pelaje castaño, como su cabellera. Apoyo ambos brazos entre el cuello del rubio, liberando la peculiar capa negra que tenía amarrada en el cuello y tratando de envolver su desnudez con la tela oscura.

Cipher se detuvo debajo del Pino más cercano que encontró, liberando al Pines de su agarre y sentándose bajo el gigantesco árbol. El castaño amarró la tela oscura al resto de su cuerpo y se sentó al lado del rubio. Bill aspiró aire y cerró los ojos con fuerza.

-Dipper, llevamos años conociéndonos. - comenzó a decir Bill en un tono sereno, llamando la atención de Dipper. - Desde que nos conocemos, no hay cacería en la que no te haya acompañado, ni luna llena en la que no hayamos aullado juntos o jugar tus peculiares juegos de atraparse entre el bosque. Quiero decir, llevamos mucho tiempo de conocernos y… no tengo palabras para expresar esto…

-¿Bill?- El castaño se ruborizó ante las palabras del vampiro.

-Quiero decir… Mi vida de tiempo es muy prolongada, a diferencia tuya, por lo que no sé cuanto tiempo es el adecuado para esto. Aunque tengas pulgas por todo tu cuerpo…-

-¡Bill!

-Quiero que sepas, que eres un gran chico y me gusta que seas una bola de pelos tan adorable…-

-¿C-Cipher?

-No me importa que siempre huelas a perro mojado o que tus pequeños pelos se queden adheridos a mi ropa, me gusta que seas así y me gustas mucho como para que…- El Pines cubrió rápidamente la boca de rubio con sus manos.

-¿Esto es una declaración de amor?- Cipher se ruborizó con fuerza para asentir lentamente.

El Pines se rio de forma hilarante, mientras que Bill apartó las manos ajenas con fuerza y cubrió su rostro con vergüenza.

-Es la peor declaración de amor que he escuchado.- Dijo a duras penas - Pero… Tú también me gustas, rubio mal teñido.- Aquello llamó la atención del Cipher, mirándolo con asombro. Dipper suspiró y escondió su rostro entre sus rodillas, ocultando su rubor.

-Tenía tanta vergüenza por esto. Siempre que pensaba decirte lo que sentía, la idea de que somos de diferentes razas me lo impedía. Por eso me empeñaba en buscar a alguien de mi misma especie, es decir, ¿Es correcto esto?

-¿Eso importa?- Bill tomó sus mejillas, obligándole a ver sus ojos ambarinos. -No me importa si es correcto o no. Me gustas. Te gusto, ¿Qué otro problema existe? - Las mejillas del castaño ardieron. - Quiero darte un beso, cachorro. - Y acercando sus rostros teñidos de vergüenza, sus labios se juntaron formando un cálido beso.

Sus emociones se mezclaron, sus corazones aceleraron sus latidos de la emoción, mientras que la cola del Pines comenzó a moverse de un lado a otro, expresando la felicidad que sentía en ese momento. El beso se convirtió en varios besos fugaces cargados de sonrisas, los besos cortos se convirtieron en besos más prolongados, y los besos largos comenzaron a cargarse de pasión y lujuria, tornándose en besos profundos llenos de deseos inconfundibles.

No se dieron cuenta cuando el mitad lobo se había sentado sobre las piernas del vampiro, comenzando a desvestirlo desesperadamente sin dejar de besarlo.

-¿N-No crees que vamos un poco rápido?- Gimió Bill al sentir como Dipper metía sus manos entre sus pantalones.

-No importa- Musitó el castaño, descubriendo la hombría del rubio y relamiendo sus labios con deseo, -Solo déjame disfrutar de ti~ - Bill tragó en seco ante las palabras cargadas de lujuria de Mason.

Las suaves manos del Pines comenzaron a masturbarle sin pudor alguno, haciéndole perder los estribos, y quitándole con desesperación la capa con la que cubría su cuerpo, comenzó a lamer la tersa piel del contrario.

Sus frías manos comenzaron a recorrer el cuerpo ajeno, haciéndolo estremecer. Desde sus hombros, espalda y pronunciadas caderas, hasta bajar a los glúteos. Lamiendo rápidamente un par de sus dedos, acarició la entrada del contrario, causándole un respingo.

-¿Estás bien?- Susurró el rubio. Dipper asintió y retomó los labios del vampiro, comenzando un apasionado beso que los hizo cerrar sus ojos y disfrutar el momento caliente que vivían.

Ingreso un dedo, cuando lo sintió pertinente, ingreso dos, y un tercero le indicó que todo saldría bien. El Pines gemía entre sus besos, erizándole la piel ante los melodiosos sonidos que solo le excitaban con cada segundo que pasaba. Su excitación era tanta que el líquido preseminal comenzó a salir de su miembro.

-T-te quiero ya- exigió el castaño.

Acatando las órdenes de su amante, saco sus dedos y jalándolo con suavidad, lo acomodó por sobre su miembro erecto, rozando la punta contra su estrecho arillo sin vergüenza alguna.

-T-te dolerá, Dipper.

-Estaré Bien.- Iniciando otro beso pasional, tomó las manos del vampiro y las colocó en sus caderas, mientras comenzaba a bajarlas, autopenetrándose con lentitud, gimiendo de dolor ante la intromisión de algo más grande en su orto. Se detuvo al meterlo por completo y apoyó su frente en el hombro del rubio, quien lo abrazó con cariño y comenzó a besarle mientras le decía palabras bobas en su oído. El dolor punzante comenzó a bajar, y movió lentamente sus caderas, causándole un gruñido en Bill.

-¿E-Estás bien?- El rubio asintió.

-M-muy estrecho. - Dipper sonrió y volvió a mover sus caderas causando otro gemido ahogado en el rubio.

Sus movimientos lentos y los suaves gemidos le estaban haciendo perder la cordura. Sentía con claridad la estrechez y lo cálido de la intimidad de su pareja. Los movimientos comenzaron a acelerarse y los gemidos subieron su intensidad, pero Bill no se sentía satisfecho.

En un rápido movimiento, empujó al castaño contra el suelo, recostándolo con suavidad y apoyó sus manos contra los muslos del contrario, colocando las piernas ajenas en sus hombros. Sonrió victorioso, mientras que el Pines lo miro con sorpresa y tragó con fuerza.

-Ya te divertiste, es hora de que me divierta.- Comenzó a dar embestidas lentas contra el orto ajeno, mientras observaba el rostro ruborizado de Dipper.

En uno de sus tortuosos movimientos, los gemidos del Pines aumentaron su volumen, tapándose inmediatamente su boca con vergüenza. Bill sonrió triunfante y aceleró sus movimientos, golpeando con fuerza aquel punto sensible en el castaño que le hacía gemir y lloriquear de placer.

El placer inundaba el cuerpo de los amantes, fundiéndose en el acto carnal de la lujuria, gimiendo sus nombres y declarándose su amor una y otra vez sin cesar.

-¡A-Agh B-Bill! ¡M-me voy a…!

-Yo-yo también- Acelerando sus movimientos, tomó el miembro del castaño y comenzó a masturbarlo, provocando que los sonidos del Pines se descontrolen y haciéndolo venir en su vientre en un sonoro gemido. No tardo mucho cuando el agujero se estrechó, obligando a Bill a venirse dentro de aquella tibia cavidad.

Ambos jadearon, observándose fijamente, hasta que sonrieron a la par. El rubio bajo las piernas del contrario y se recostó al lado del Pines, cubriendo la desnudez del canido con su capa para protegerlo del frío y abrazándolo con cariño.

-¿Quieres hacerlo de nuevo? -El castaño asintió y se inclinó a retomar los labios ajenos con pasión.

Qué más daba si alguien los observaba entre las penumbras de la noche. La luna llena siempre es una justificación válida que enloquece a los enamorados.

-Curiosidades del episodio-

Total de palabras: 2373.

Datos interesantes: [Los depredadores nocturnos que se basan en la vista, como rapaces nocturnas o pequeños mamíferos, tienen mayor éxito en la caza cuando hay algo de luz que les permita ver, aunque sea en la penumbra de una noche de luna llena; por eso durante estas noches tienen mayor actividad.] [El aullido de los lobos, al igual que el de muchos cánidos, es una forma de comunicación más, utilizada para alertarse unos a otros, en la época del celo, para marcar territorios, arropar a sus crías, entre otras. Las noches de luna llena no tienen nada que ver con un incremento en los aullidos, solamente está relacionado por la leyenda de los seres antropomorfos] [Lunas llenas del 2023: 7 enero, 5 febrero, 7 marzo, 6 abril, 5 mayo, 4 junio, 3 julio, 1 agosto, 31 agosto, 29 septiembre, 28 octubre, 27 noviembre y 27 diciembre]