Holaaaaaaaa, pues bueno ya estamos aquí para seguirle con el reto y ya saben que Ranma no es mío y esto solo es para entretener.

Muchas gracias por sus lindos reviews, todos son importantes y agradecemos enormemente en que nos regalen su tiempo, ese, y la tranquilidad son los recursos más valiosos en un ser humano y para nosotras es oro.

No saben lo feliz que estamos de continuar.

Tenemos una gran galería hoy, cortesía de Tiznatum.arts vayan a darse una vuelta por los perfiles. ;)

Y bueno ya sin más ¡Comenzamos!

Día tres del reto "Cita Romántica".

"Mientras viva, serás tú".

Capítulo III. El fan número uno.

Ranma descansaba de un terrible dolor de cabeza producto de la pelea con su ahora, ex novia.

Ya ni siquiera recordaba bien cómo comenzó, pero, en el momento en el que se lo dijo, la mujer enloqueció. Le reclamó mil cosas y hasta salió a relucir el que su abuela siempre le enviaba comida y él solamente era un ingrato de lo peor.

Al final, Ranma se desesperó y la sacó de la casa casi a trompicones, esa mujer en serio estaba mal de sus facultades.

El teléfono sonó taladrándole la cabeza, contestó en seguida porque no soportaba más el ruido.

— ¿Diga?

—Hola Ranma buenas noches ¿Cómo estás? Hablo de Golden Sigma Promotions.

—Bien gracias, espero que tú también… Eh sí, me dijo mi representante que acordó con ustedes para un evento de firma de autógrafos antes de inaugurar el torneo.

—Sí exactamente, el evento es este viernes a las diez de la mañana ¿Está bien?

—Sí claro. Gracias.

—Para servirle, hasta pronto.

— ¡¿Disculpe?!

— ¿Sí?

— ¿Quiénes son los demás peleadores que van a estar en el evento?

—Fei Huan, Ryu Kummon, Akane Tendo, Ryoga Hibiky, Saf…

— ¡¿Qué?!

— ¿Perdón?

—Discúlpeme, yo… Dijo ¿Akane Tendo?

—Sí, la campeona invicta estará ahí ¿Hay algún problema?

— ¡No!, No jamás yo la am… Yo, yo estaré ahí. Le agradezco mucho.

—Gracias, me despido.

Por fin.

Después de mucho iba a verla y estar cerca de ella, por fin, una tarde con Akane, lo único que le molestaba era ese noviecillo altanero y con cara de payaso del Kummon, era arrogante y necio, no entendía cómo era que a Akane le gustara, pero estaría ahí, sin duda alguna y pasaría la tarde en su esplendorosa compañía.

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Todo el día estuvo como una zombie, desde que vio el video de Ranma se había enfocado en buscar información sobre él y vaya que la encontró, al parecer era un buen chico, y sí, bastante apuesto, mucho… En realidad.

Y para cuando se dio cuenta ya estaba sumida en la vida del campeón.

Algunos años más que ella, nacido y criado en Japón en una de las familias de abolengo en las artes marciales, supuso que eso cualquiera lo sabría excepto ella que se había encargado de no saber absolutamente nada de los demás competidores y sobre todo de Ranma, aunque aún tenían mucho qué aclarar, le desagradaba cada vez menos y no sabía si eso le permitiría en algún momento aclarar las cosas con él, debían hacerlo, ella debía hacerlo o no podría sentirse en paz. No solamente tenían la firma de autógrafos del día siguiente, sino la exhibición previa al torneo y ahí tenía que estar muy cerca de él, y lo peor o tal vez lo mejor, es que estuvo buscando videos de él siendo un perfecto patancito, sin embargo en ninguno hablaba mal de sus rivales y, para el infortunio de su odio, encontró entrevistas a Ranma en las cuales decía que una de sus favoritas era precisamente ella. Entonces ¿Sí fue un malentendido? Aunque no le cabía en la cabeza cómo el decir que una desconocida, una aparecida y una "Nadie" en el mundo del estilo libre con mucha suerte podría ser solo un desencuentro y más cuando lo escuchó de su voz, pero, por alguna razón, no le molestaban tanto los comentarios, tal vez, lo había disculpado.

No recordaba haberse sentido tan nerviosa por un hombre.

Ni Ryu la hacía sentir así… Ryu ni siquiera había pensado en él, es más, ni sabía dónde estaba y lo peor, ya ni le interesaba, desde hacía tiempo su novio vivía para las cámaras y las luces, cada vez era más evidente y Akane no podía evitar sentir que su novio se había colgado un poco de su fama, era un sentimiento horrible y posiblemente hasta ruin pero no le decía te quiero ni nada y solo preguntaba sobre eventos y dinero, era algo triste para su relación o lo que quedaba de ella.

Tal vez, ya era momento de encarar la verdad, lo hablaría con él después de la firma, por ahora, necesitaba prepararse para el evento y lucir como una diosa, no para él claro, no para Saotome, ni era porque iba a verlo, pero sus fans sí que lo merecían.

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Todo estaba a reventar, la camioneta en la que Akane viajaba se abría paso lentamente ante la multitud que quería saludarla y le enseñaba fotos de ella mientras sonreían y la campeona movía las manos para hacerles saber que pronto los vería.

Los equipos de seguridad la recibieron, nunca había estado tan intranquila.

— ¿Nerviosa?

— ¿Qué eh? No… Es que.

— ¿Buscas a alguien?

— ¿Eh? ¡No!

— ¿No?

— ¡Papá!

—Jajajaja tranquila hija, te ves hermosa y él lo notara, tal vez, entonces puedas hablar sobre lo que escuchaste.

—… Sí, bueno, yo… Necesitaba hablar con Ryu sobre algunas cosas.

— ¿Vas a botarlo no?

— ¡Papá!... Sí, creo que es el momento.

— ¿Estás bien?

—Sí papá, Ryu es un buen chico pero no quiero hacerlo perder más el tiempo, no llegaremos a ningún lado, además, creo que va a estar muy bien pronto, mira, coquetea con Fei Huan.

—Es un idiota. Ven cariño, ya es hora de bajar.

Soun salió del auto y abrió la puerta, tomó la mano de su hija y una impresionante Akane vestida en un conjunto de pantalón azul zafiro que combinaba a la perfección con el hermoso cabello negro apareció, realmente estaba espectacular.

Saludó a todos los fans ahí, mientras de sus lujosos autos los demás campeones bajaban, excepto uno. Ranma.

Esperó que las gafas negras cubrieran un poco su desilusión al no verlo, tal vez no había podido asistir, algo que no importaba porque tenía que hablar con Ryu… En fin, tenía muchas fotos qué firmar y tomarse.

Llegó a una enorme mesa, ocupó su lugar y el presentador hizo lo suyo, todos aplaudieron, y los videos y flashazos no se hicieron esperar en conjunto con las risas y aplausos.

Comenzó a recibir a sus fans, todos eran sonrientes y amables, la abrazaban con mucho gusto y le dedicaban palabras de apoyo y aliento por la nueva defensa, y le aseguraban que ella ganaría porque sabían de su preparación.

Akane se portó sumamente efusiva con ellos, estaba tan emocionada de recibir apoyo, sus detractores afortunadamente no se encontraban ahí, y entre ellos tristemente no estaba el que creía que era el único de sus críticos que podría agradarle.

Volteó ligeramente y casi al final de la mesa ahí platicando animadamente estaba su futuro ex novio y la retadora, no supo por qué pero de repente se sintió triste, el día estaba siendo un poco raro.

Suspiró y entonces todas las chicas comenzaron a gritar como locas, los peleadores voltearon a ver al frente, buscando la razón de los gritos, y de pronto, la multitud comenzó a abrir paso frente a Akane, y a sus ojos apareció la más maravillosa visión de un galante hombre.

Ranma caminaba hacia ella sonriente, estaba impecablemente vestido y más que apuesto, llevaba de nueva cuenta flores en las manos, solo que ahora eran unos enormes lirios blancos.

Akane levantó el rostro conmovida por completo, se sonrojo al verlo avanzar a ella con la ilusión de encontrarse, no había alucinado, sí fue cierto lo que vio en el vídeo y hoy, lo tenía enfrente sin saber qué pensar de un hombre tan enigmático como él y a la vez tan transparente.

Avanzaba a paso seguro y firme, era todo un peleador pero su sonrisa era tan tierna como un osito de peluche.

Se quedó sin palabras, al verlo de pie al borde de la mesa.

—Espero que estas te gusten— Le extendió el primoroso y fragante ramo.

Su voz era fuerte pero a la vez tímida, y Akane llegó a la conclusión de que podría volver loca a cualquiera.

—Son… Son hermosas muchas gracias.

—Yo… ¿Podrías firmarme estos… Por favor?

Akane no se había percatado que en las manos, Ranma tenía unos rollos de papel, al desenvolverlos se dio cuenta de que eran posters de ella, los reconocía porque supuestamente eran una edición limitada, o eso le dijo su representante aunque para ella solo fueran papel.

—Sí claro ¿Son para ti?

—Sí, yo… Yo soy tu mayor fan, te admiro mucho desde hace tiempo, es para mí un honor conocerte… Al fin.

Cuando contestó más rojo que un tomate, todo el público comenzó a gritar emocionándose y la prensa ya estaba lista para abordarlo, pero él los detuvo con toda amabilidad.

—Oh, por favor chicos, también soy un ser humano que admira a los atletas, solo déjenme cumplir mi sueño de tener un autógrafo de la maravillosa Akane Tendo.

Más ovaciones no se hicieron esperar.

—Lis… Listo. Gracias por el regalo Ran… Ranma.

—Un último favor ¿Podrías firmar mi ropa?

— ¡¿Qué?! Pero… ¡Es un abrigo muy caro!

—Y lo será más con tu autógrafo. Am… ¿Podrías firmar aquí?

Akane pensó que de no ser por todo el ruido existente en el recinto, los que estaban con ella podían haber escuchado el latir de su corazón retumbando en su pecho como un loco. Ranma señaló con la mano el lado izquierdo de su cuerpo a la altura de sus pectorales.

La campeona tragó duro, y se levantó como en cámara lenta.

—Oh, perdona mi descortesía, me acercaré.

El fan número uno dio la vuelta a la mesa y quedó exactamente frente a ella, el aliento de ese hombre era fragante y tibio, y por primera vez desde que tuvo el valor de pedirle su autógrafo Ranma flaqueó en todo su dominio, quería abrazarla, ella toda era exquisita, la había visto tantas veces en la televisión, internet y revistas que creía conocerla de principio a fin ¿Se había enamorado de una ilusión? ¿Él mismo se estaba convirtiendo en un acosador? Lo único que pensó y rogó internamente es que ella se fijara por primera vez en él.

La miró embelesado y sonriente mientras Akane se acercaba con el marcador a firmar su ropa.

— ¿Qué dedicatoria te… Te gustaría?

—Es… Es la respuesta a una pregunta.

— ¿A una pregunta? ¿Qué pregunta?

—Des… Después de la firma ¿Podemos tomar un café?

La campeona lo miró con los ojos como platos. Y él sintió que un abismo se abría a sus pies.

— ¡Si no quieres no! Yo… Perdón, es que… Eres la campeona y yo… Dios… No quiero que creas que estoy loco yo… Es que, en serio te admiro… Es…

La chica pensó que en verdad era adorable y debía sacarlo de ese lío, sonrío para sí y apresurada escribió la respuesta sobre el corazón de Ranma a través de su abrigo.

Cuando terminó el joven lo leyó.

Tuvo que contener un grito de explosiva alegría, la miró y no pudo dejar de abrazarla con fuerza.

— ¡Perdóname hermosa! ¿Te hice daño? Disculpa, en serio.

—No te preocupes, estoy bien.

En ese momento, Ryu ya estaba de pie, no iba a permitir que lo dejaran ver como un imbécil.

Pero una mano fuerte y sin duda de mujer lo tomó de la muñeca.

—Déjalos— Le dijo seductora—Hagamos algo más interesante que un café después de la firma.

Ryu miró con hastío como el idiota de Hibiky cedía el asiento al lado de Akane para que el otro idiota se sentara a su lado. Lo que le molestaba era su imagen, no que aquellos parecieran novios reencontrados, pero en fin, si tenía la oportunidad de encamarse con Fei, tampoco tendría problema.

.

.

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—Cielos, me duele la mano.

—Oh permíteme… ¿Puedo?

—… Sí.

En ese momento Ranma tomó la delicada mano de la campeona y le colocó una compresa fría en el dorso adolorido.

— ¿Mejor?

—Bastante, gracias ¿De dónde la sacaste?

—Soborné con bocadillos a todos los chicos de producción, no debe ser sencillo organizar estos eventos y siempre les pido compresas para estos casos.

—Pues funcionó, gracias.

—De nada… ¿Tienes hambre?

—Me comería una vaca entera.

—Conozco un buen lugar donde podríamos comernos un ganado si quieres.

—Creo que lo merecemos… Oh, espera, invitaré a mi no…

En cuanto Akane volteó vio a lo lejos como el que seguramente ya era su exnovio en esos momentos, tomaba de la cintura a la retadora china, y subían a su auto, bueno, al menos le había ahorrado el incómodo momento de terminar, pensó.

— ¿Estás bien?

—No… Porque en serio muero de hambre, Jajaja ¿Nos vamos ya?

Cuando la vio recuperar su semblante risueño, el peleador se levantó y le ofreció el brazo para salir de ahí y ella lo tomó. No habían hablado demasiado durante la firma de autógrafos, el ruido era mucho y solo tenían algunas horas para cumplir con las firmas de tantas personas que esperaban irse con las manos llenas y mucho cariño de los atletas.

—Fue un gran evento, pero estoy muy cansada.

—Te llevo a tu casa para que descanses.

—Pero tengo hambre.

—Está bien, voy a alimentarte y te llevo a descansar.

Subieron a una enorme camioneta oscura propiedad de Ranma y se marcharon directo a comer.

Llegaron a un lujoso restaurante que Akane ya conocía.

— ¿Es aquí?

—Sí ¿Ya has venido?

—Sí… Y no es tan buena la comida.

—Oh… Es que, no quise llevarte a cualquier lugar.

—Por favor Ranma, vamos a comer algo en serio delicioso y grasoso, estoy cansada… Oh bueno, si estás cuidando tu peso… Yo, lo entendería.

En ese momento Ranma sonrió de oreja a oreja al saber que era una mujer normal con la que estaba tratando, la tomó de la mano y corrió con ella a la camioneta, subieron en seguida y él solo le dijo a su chofer.

—Ya sabes a dónde.

A las afueras y en un lugarcito escondido donde había bastante gente que era despachada en minutos, muchos cocineros, rápidos y precisos como samuráis se movían en tropel buscando abastecer a todos los presentes y deleitarlos con su comida.

Cazuelas humeantes, verduras en colores vivos, carne, masa, fideos, salsas, pulpos, aceites con delicioso olor y bebidas heladas sudando sensualmente los cristales donde eran servidas los saludaron y ni siquiera se dio cuenta cuando la campeona ya estaba pidiendo una mesa para dos y ordenando al menos cinco platillos y seguía pidiendo.

La alcanzó en seguida.

—Gyudon con cerdo, ¿El tempura ya lo pedí verdad? Bien, Ah, Okonomiyaki de camarón, Katsudon y por favor tráigame dos órdenes de takoyakis ¡Ah! y una jarra de cerveza, ya sabes, la que siempre pido.

—Claro Akane, regreso en seguida, con permiso.

— ¡¿Te conocen?!

—Claro que sí, adoro venir aquí, pero ya tenía mucho, mucho tiempo sin venir. Lo siento pero pedí de todo para que compartamos ¿Te parece bien?

—Compartir de todo… De verdad suena maravilloso Akane—Contestó sonriendo amablemente, ya se sentía más tranquilo al estar a su lado, Akane Tendo era una mujer cálida, amable y sumamente divertida, modesta y sencilla, nunca fue pretensiosa y simplemente le gustara a quien le gustara ella era auténtica, tal vez ese era el origen de sus detractores, que no había perdido el piso nunca, sino que nada podía corromper su corazón.

— ¡Ah, genial! Llegó la cerveza, te serviré.

—Oh no, permíteme.

—Basta Ranma no soy una inútil.

El espumeante y ambarino líquido resbaló por sus gargantas aliviando el calor que se sentía en el lugar y los ojos de la peleadora se abrieron como si estuviera viendo un tesoro cuando comenzaron a llenar los delicados y a la vez vigorosos platillos que la joven había pedido, Ranma sonrió extasiado al verla cerrar los ojos y llenarse del fragante aroma de los alimentos que llenaban la mesa.

— ¡Buen provecho!

Comenzaron a comer con ánimo, Akane inclusive repartía los platos y en un momento ya estaba sentada al lado de Ranma retacándole la boca y riendo. Nunca en su cabeza pensó en Ryu, ni en lo que escuchó hacía más de un año, decidió estar contenta, y por su parte, el peleador no pensó jamás en Shampoo, no recordaba haberse sentido tan apreciado genuinamente como en esa noche, algo que atesoraría hasta el final de sus días.

— ¡Cielos, no puedo comer más!

—No… Ni yo, voy a explotar.

—Por favor dos helados tempura.

—Jajajajaja, nunca pensé que alguien tan pequeño pudiera comer tanto ¿Dónde guardas la comida?

—Entreno muy duro y casi no como así, pero, hoy quería darme un gusto.

— ¡Lo sé! Wow, tienes unas piernas en el ring y una capacidad pulmonar impresionante, creo que no había visto a nadie como tú ¿Cómo es que lo haces?

—Um… Bueno, mi padre es médico y se especializó en medicina deportiva. Desde niña siempre me gustó dar golpes, así que él es mi entrenador y ha creado nuevas técnicas de respiración, fuerza y resistencia, creo que ha funcionado.

—Por supuesto, y creo que lo contrataré, lo supe desde el momento en que te vi pelear con Ukyo, sabía que ganarías, esos movimientos tan disciplinados no son de un día para otro.

Akane se tensó ligeramente, estaba pisando el terreno de la pelea que había originado su enojo hacia él. Decidió no postergarlo más, su corazón estaba feliz y si él resultaba un idiota al menos pagaría una cuantiosa cuenta porque hasta pediría comida para llevar.

—Ahora que mencionas a Ukyo… Hay algo de lo que quiero que hablemos.

El joven estaba a punto de comer una cucharada de helado cuando la miró, sus ojos no transmitían enojo sino algo completamente distinto, tristeza y de cierta manera añoranza y de pronto la comida se revolvió en su estómago, algo no estaba bien.

—Claro. Te escucho.

—Yo… Verás, justo antes de la pelea por el torneo, estuve en el centro ceremonial de Shibuya, entrenando. Una noche salí a correr y entré por la puerta trasera para no despertar a nadie. Cuando me acerqué a los pasillos tú estabas hablando con alguien, con un hombre.

—Sí…

—Y… Escuché cuando dijiste que yo solo era una desconocida, una aparecida y una nadie que solo tenía suerte, ¿Por qué dijiste eso? ¿Es verdad que lo piensas de mí?

La campeona que hasta ese momento comenzaba a ver su helado derretirse levantó la vista esperando una respuesta que rogaba fuera negativa, encontró a Ranma mirándola preocupado.

—Sí lo dije.

—Entiendo.

—No, por favor, déjame explicarte.

—…

—Ukyo es unos años más grande que yo, nuestras familias son amigas, y crecimos juntos, es como mi hermana. Cuando ella supo que tenía una retadora que venía invicta, buscó videos tuyos en amateur para saber quién eras y qué tipo de peleadora se iba a encontrar en el ring, todos hacemos eso, analizamos al rival, armamos una estrategia de acuerdo a los defectos que encontramos.

—Sí, yo lo he hecho con todas mis rivales.

—Pues bien, no encontró defectos en ti que pudiera aprovechar y fue cuando el pánico la invadió.

— ¿Qué?

—…Voy a revelarte un secreto y… Sé que no tengo el derecho de pedirte nada pero por favor solo te pido que seas discreta.

—No diré nada, lo prometo.

—Gracias… Akane, ella se dio cuenta de que no podría derrotarte jamás. Para ese entonces era considerada una veterana, y no es que sea una anciana pero tú, no solo tenías juventud, sino una pegada fuerte como acero, piernas para no cansarte, juego de cintura, velocidad, ella lo sabía y no, no estoy tratando de adularte pero tuvo mucho miedo porque estaba muy consciente de que no podría retener el título.

—Pero no es tan grande y es muy buena peleadora.

—Y sin embargo no podía contigo, y no pudo. Yo no te había visto pelear, estaba enfrascado en mi propia defensa, no sabía lo que Ukyo pensaba. Me llamó una noche diciéndome que iría a Shibuya a entrenar, eso no me extrañó, pero me pidió que nos viéramos ahí, fui, por supuesto y la encontré entrenando muy duro y esforzándose, pero estaba asustada.

—Sé honesto Ranma… ¿Ella subió derrotada al ring? ¿Vencí a alguien que se venció a sí misma desde antes de la pelea?

—Claro que no. Esa noche que me escuchaste sí lo dije, estaba hablando con su mánager y con ella, estaba asustada y me dijo que fue la pelea para la que se había preparado más en su vida, comenzó a dudar tanto de ella misma que se lo dije con afán de ayudarla… Creo que no escuchaste el resto de la conversación.

—No, claro que no.

—Le dije a Ukyo que debía subir al encordado sin guardarse nada, que se había esforzado mucho por llegar a donde estaba y que tal vez, con un poco de ayuda divina sí era cierto lo que los críticos decían; que eras una desconocida, una aparecida y una nadie que tenía suerte, tal vez podría ganarte… Nunca dije que lo eras, y créeme que sonaba más a una mentira piadosa para ayudarla, después ella me aseguró que la gente solo hablaba tonterías de ti, que tenías técnica, eres disciplinada, joven y además tu fuerza era digna de temer, entendí en ese momento que mi amiga daría lo mejor pero estaba muy consciente de que su carrera había llegado tal vez a su fin y entonces le insistí en que si todo lo que me decía era cierto, no había nada de malo en perder contra una campeona y contra la mejor, que diera todo y que si perdía, estaría ahí apoyándola, inclusive en el retiro… Yo sé que no es justificación, solo quise ayudar a mi amiga, no te conocía, no sabía quién eras y aunque eso no me daba el derecho de menospreciarte en verdad, solo quise hacerla sentir mejor, nunca quise lastimarte… Pero lo hice ¿Cierto?

El helado se había derretido un poco, pero Akane seguía comiendo lentamente mientras lo escuchaba, lo miró de manera que Ranma no supo descifrarla, tal vez no la conocía como pensaba.

—… Sí y te odié por eso.

—… Entiendo. Pero debes saber que todo lo que te he dicho es verdad, nunca he mentido con respecto a ti y no miento ahora… Yo… Te pido que me perdones, Akane por favor ¿Podrás perdonarme? Nunca he querido hacerte daño, por el contrario, llevo mucho tiempo admirándote y soñando con estar cerca de ti, te admiro muchísimo y jamás diría nada malo de…

—Te perdono.

— ¿De verdad?

—Sí. Aunque en realidad, no tengo nada qué perdonarte. Ahora que lo pienso, mi papá tenía razón.

— ¿Tú papá?

—… Mi madre murió hace mucho, y mi padre siempre ha estado ahí, cuando llegaron las flores casi las mato.

—… Y tanto que me esforcé por conseguirlas… —Contestó con cierto aire de tristeza.

—Perdón, estaba enojada.

—Lo sé.

—El caso es que me dijo que debía agradecértelas, pero él se dio cuenta por la tarjeta y el regalo de Florizia que solamente hablé de ciertas cosas que me gustaban en un solo programa, no estaba en internet, realmente no soy muy famosa, y la campaña que hice para el maquillaje ni siquiera tuvo tanto éxito en Japón, también me dijo que tal vez todo era un mal entendido, creo que tenía razón…Pero me dolió.

—Fui un idiota, estúpido y cruel. Lo siento, de nuevo lo siento.

—No, en serio sí fue un mal entendido, de hecho…

La campeona se achicó en su asiento jugando con la cuchara de helado, estaba roja como un tomate, y ahora, le tocaba informarle a Ranma que era una acosadora.

— ¿Akane, estás bien?

— ¡No estaba acosándote! Es que vi que mi padre tenía razón y me puse a buscar tus entrevistas, quería ver qué clase de hombre eras y no encontré un solo video o artículo donde hables mal de nadie, por eso también me emocioné cuando supe que vendrías a la firma, quería aclarar esto contigo, de hecho, vine por eso.

—Cielos Akane ¿Por qué eres tan maravillosa?

— ¡¿Qué?!

—A pesar de lo que sabías, fuiste amable desde siempre conmigo, buscaste respuestas, me diste una segunda oportunidad, decidiste preguntarme de frente, eso fue algo muy valiente y estamos aquí comiendo helado juntos. Gracias por escucharme y perdonarme.

—No fue tan así, la verdad te maldije muchas veces.

—Es justo.

—Discúlpame por juzgarte tan mal.

—No pasa nada ¿Estamos bien?

—Estamos bien.

—Me alegra y Akane…

— ¿Sí?

—No olvidaré esta tarde, fue de las más felices de mi vida.

—También de la mía ¿Nos vamos?

—Te llevaré a casa.

.

.

.

Al llegar a la casa Tendo, Ranma estacionó el vehículo y bajó de él rápidamente para dar la vuelta y ayudar a Akane a descender tomándola de la mano. Cuando sus manos entraron en contacto, sintió correr por su brazo una agradable corriente eléctrica recorriendo todo su ser. Se quedó viendo a la hermosa chica, embobado, totalmente ajeno al tiempo y al espacio. Solo era consciente del contacto de sus manos y el hermoso rostro de Akane.

Ella lo observaba entre curiosa y fascinada. También fue consciente del contacto de sus manos, algo tan cálido que despertó un sentimiento abrazador en ella que ni con Ryu había podido tener.

Habrían permanecido así por un tiempo indefinido si no fuera porque las luces de la casa se encendieron de forma automática debido a los sensores de movimiento. Eso los sacó de su ensoñación y sonriendo, sin terminar el contacto de sus manos, se dirigieron a la puerta.

Ambos sonreían.

Akane respiraba tranquila ahora que sabía lo que realmente habían significado las palabras de Ranma hace un año atrás, todo estaba perdonado, si es que había algo qué perdonar y por fin podría no sentir culpa de que él le gustara tanto ya que no se estaba traicionando a sí misma.

Su padre había tenido razón, él no era un mal chico y no le desagradaba para nada, solo fue un desafortunado desencuentro y que ahora aclarado, le permitía disfrutar por completo de su compañía.

Ranma por su parte, se sentía el más afortunado del planeta, la mujer a la que admiraba le permitía estar con él, cuando ella comenzó el relato y le dijo que lo odió en un cierto tiempo y que él la lastimó, supo lo que era verdaderamente el miedo, tuvo que hacer acopio de toda su voluntad y hombría para explicarle con las palabras precisas lo que había sucedido, no quería perderla, no ahora que por fin obtenía su atención y compañía, deseaba seguir viéndola pero no sabía cómo abordar el tema sin verse como un acosador insistente. Y con la cara abochornada, tomó valor una vez más y se decidió.

— Akane…Yo…quisiera…Yo quisiera saber… Si te gustaría… ¿Salir conmigo? ¿Mañana? A comer o cenar, tú decides. Quiero decir, si tienes tu agenda libre.

Akane comprendió que a Ranma le había costado trabajo pedirle una cita y eso la enterneció mucho así que decidió no alargar su agonía dando su respuesta de inmediato.

—Me encantaría salir contigo, Ranma — Contestó. Sin embargo, de inmediato Akane recordó un pequeño asuntito que debía contarle y decidió ser completamente sincera con él, parecía que la verdad se había instalado entre ambos— Algo que debes saber de mí es que hace muy poco que yo tenía novio, por así decirlo… Ahora cada uno tomará un camino diferente. No quiero que pienses algo que no es, como que soy una libertina o que estoy jugando contigo.

Ranma pudo darse cuenta que éste tema era muy importante para ella así que no se lo tomó a la ligera. Tratando de darle tranquilidad le respondió:

— No te preocupes Akane, yo no pensaría de ti en esa forma, nunca. Además soy la persona menos indicada para juzgar ya que yo mismo acabo de terminar con una relación bastante "tormentosa" por llamarla de algún modo.

– ¿La hermosa mujer china?

–Sí… Aunque hermosa solo por fuera. Acabo de conocer su verdadera personalidad y no es nada agradable. En fin, eso ya quedó atrás. Lo que me interesa ahora es poder seguir viéndote… — Esto último lo dijo en un tono más bajo.

Akane sonrió, feliz de saber que Ranma era libre de compromisos igual que ella.

–Sí, me encantaría salir contigo mañana.

El campeón sonrió sumamente contento y no pudo evitar darle un abrazo a la hermosa joven. Por supuesto, esto no le molestó a la chica, al contrario, le encantó su efusividad.

Y así fue como quedaron de verse al día siguiente.

¡Muchas gracias por leer!

¡Hasta mañana!