Holaaaaaaaaaaaaaa ¡Espero que estén sumamente bien y muy muy felices y contentos!

¡Bienvenidos a la última entrega de "Mientras Viva, Serás Tú"! Espero que esta historia les haya gustado tanto como nos gustó a Tía Mami Nodoka y a mí y la hayan disfrutado del mismo modo que la escribimos.

He de confesar que no estarían leyendo esto si Mami Nodoka no me hubiera invitado, vi la convocatoria pero realmente es difícil participar en los retos porque hay que crear una historia, con temática y en el tiempo límite. Por esa razón no me animo a los retos, porque a veces la vida adulta no lo permite o simplemente no hay ideas, por esto mismo, por favor, denle amor y cariño a los escritores y fanartistas, no es tan sencillo como parece.

En fin, solo quiero agradecer a todos los que nos escribieron y se tomaron el tiempo de regalarnos unas líneas de apoyo. Sepan que todos y cada uno de sus comentarios los valoramos con el alma y nos hacen querer ser mejores, no saben lo lindo que es que nos hayan dado una oportunidad de leer nuestra historia y acompañarnos, ustedes han sido una caricia a nuestro corazón.

No me queda más que dejarlos con este capítulo que es el final L pero bueno, todo lo que comienza acaba, me despido de ustedes con el corazón pleno y con todo mi cariño. Gracias a la página de Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma por hacer esto posible y por todo su esfuerzo, son las mejores, gracias tía por invitarme y ser mi mejor amiga, gracias Tiznatum. Arts por llenarnos de hermosas imágenes, mi corazón es tuyo hasta el final de los tiempos, solo Dios sabe cuánto te amo.

Y muchas gracias a ti querido lector, por acompañarme y estar leyendo esto. Infinitas gracias.

Último día del reto de la dinámica #Rankaneweek perteneciente a

"CONSECUENCIAS DE NUESTRO AMOR"

Historia: MIENTRAS VIVA, SERÁS TÚ.

Capítulo VII. SIEMPRE FUISTE TÚ.

Akane despertó sobresaltada y sintiéndose afiebrada.

Desde el día anterior había estado un poco indispuesta, fue con Ranma a comer en el primer lugar que visitaron juntos y después del atracón se sintió pesada y con náuseas.

Supuso que no era tan anormal, toda esa grasa y picante en algún momento le pasarían la factura.

Entonces, como un rayo recordó lo que le había dicho su doctor cuando le hicieron análisis después de la pelea.

Tu estómago está frágil por un golpe que conectó Fei.

Sí. Era de sobra sabido que las peleas dejan estragos, por su parte, sabía que la retadora había tenido una delicada cirugía por desprendimiento de retina y una costilla fracturada.

Estar en este deporte era difícil además de doloroso.

Se sentó en la cama completamente asqueada y parecía que tenía fiebre, tal vez una infección en el estómago se estaba incubando con éxito.

Llegó al baño, destapó el dentífrico y la pesadilla comenzó.

Apenas olerlo le provocó el mayor asco del mundo y se inclinó violentamente sobre el escusado a vaciar lo que tuviera en el estómago.

Una, dos y tres arcadas la sacudieron, arrojando agua de su boca.

Se sentó en el linóleo frío y jadeando, tratando de calmarse, entonces y como un rayo el miedo la invadió.

Ella sabía por experiencia de otros boxeadores que a veces los golpes podían desencadenar en tumores malignos, su médico no habló de eso sino de fragilidad pero tal vez, el castigo había sido más peligroso de lo que pensaba.

Intentó serenarse, había sentido un alivio indescriptible al vomitar. Se levantó, cepilló sus dientes, se lavó el rostro y bajó.

—Buenos días linda, estoy haciendo hotcakes… ¿Te encuentras bien? —Preguntó el hombre al ver el aspecto pálido de su hija.

—Buenos días papá. Yo… Creo que tengo fiebre ¿Dónde está el termómetro?

—Oh, en el cajón de la derecha, donde están las medicinas ¿Qué te pasó?

—Volví el estómago.

—Oh cielos ¿Estás mejor?

—Sí ya… Um 36.8.

—Eso no es fiebre, debe ser por el vómito.

—Te prepararé dieta blanda para que te asiente el estómago.

—No… Dame hotcakes.

—No creo que eso sea buena idea Akane, ten, tomate esto y aquí hay gelatina de agua.

—Gracias papá.

—Después del desayuno iremos al médico si quieres.

—Creo que deberíamos ir a la comisión.

— ¿A la comisión? ¿Tan mal te sientes?

—Bueno, recuerdo que el médico me dijo que mi estómago se encuentra frágil, supongo que lo mejor será hacer análisis completos para descartar algún tumor por el golpe.

—Entiendo. Aunque a mi parecer es poco probable no está de más revisarte, llamaré a la comisión, pero, deberías ir al médico general por lo del vómito.

—Sí iré.

— ¿Te duele el estómago?

—No para nada, de hecho tengo hambre. Pásame los hotcakes por favor.

—Akane…

— ¡¿Qué?! Anda papá me lo merezco después de esa pelea.

—Está bien, pero ve al médico.

—Sí lo haré, hoy Ranma y yo iremos a comer con Ukyo, le pediré que antes de ir me acompañe al médico.

—Perfecto hija.

Durante toda la mañana, Akane no tuvo molestias de nuevo e inclusive se olvidó de eso, usaba un fresco vestido de tirantes, la falda suelta color azul cielo la hacía ver como una muñeca, estaba preciosa, los ojos eran completamente cristalinos como esos lagos vírgenes de las fotos de revistas y la piel se le veía radiante, no había rastro de enfermedad alguna.

—Hola hermosa, wow, creo que hoy es el día en que más hermosa te he visto.

—Gracias amor—Contestó dándole un beso y subiendo regalos a la cajuela del automóvil de Ranma.

—Entraré a saludar a tu padre.

—Oh no está, salió a comer con una "Amiga".

—Yo creo que pronto tendrás una mamá nueva.

—Ay ojalá, aunque para mí debió hacerlo mucho antes.

—Entiendo. Bueno entonces vámonos, Ukyo ya nos está esperando.

—Ay me muero por verla y a su familia.

Subieron y emprendieron el viaje.

Ukyo vivía a las afueras en una preciosa mansión con un jardín enorme.

El campeón aparcó el auto y la ayudó a bajar, en seguida, salieron a su encuentro la preciosa Ukyo, un tierno bebé no mayor de un año que llevaba en brazos y su esposo Ryoga Hibiky.

— ¡Hola Ranma!

Lo abrazó inmediatamente y su amigo besó al bebé.

—Hola Akane, me da mucho gusto verte de nuevo.

—Hola Ryoga ¿Cómo estás?

—Después de la paliza que me dio tu novio estoy muy bien gracias.

— ¡Hola Ukyo!

— ¿Cómo estás preciosa? Mira el día de la pelea no llevé al bebé y no nos habíamos visto pero este es nuestro pequeño. Kotaro.

—Es precioso en verdad, se parece mucho a su papá.

—Pobre bebé, esperemos que se componga con el tiempo.

—Cállate estúpido, mejor ven, acompáñame a encender el fuego para la carne.

Los hombres entraron y ellas se sentaron en la sala, Ryoga apareció en seguida con limonadas para todos, minutos después se llevó a Ranma al patio trasero para dejar a las chicas ponerse al día con chismes a gusto.

— ¿Cómo has estado Akane?

—Estoy bien, por ahora descansando de la pelea, la verdad es que es desgastante, bueno tú mejor que nadie lo sabe.

—Sí te entiendo ¿Sabes si la comisión te va a dar defensas mandatorias?

—Aun no, me parece que hasta dentro de seis meses, lo que para mí está muy bien, porque, bueno…

Akane se puso un poco seria y miró angustiada a Ukyo.

— ¿Preciosa qué pasa?

—Tuve la revisión de rutina y el doctor dijo que mi estómago está un poco frágil por un golpe que conectó Fei Huan.

—Oh bueno linda, eso es algo muy normal y natural, te recuperas meses después, tranquila.

—Sí, eso lo entiendo pero, hoy en la mañana me desperté sintiendo como si tuviera fiebre y tuve vómito. Me sentí muy mal.

— ¿Fuiste al doctor? ¿Ranma lo sabe?

—No, de hecho no me volvió a pasar en todo el día, me sentí muy bien y comí, la verdad olvidé por completo visitar al doctor y no se lo dije a Ranma.

— ¿Tienes algún otro síntoma?

—No realmente, por eso quiero hacerme análisis a profundidad… Aunque, ahora que lo pienso me he sentido sumamente cansada y con sueño, supongo que no logro reponerme de ese esfuerzo.

Ukyo la miró atentamente y sonrió.

Entonces sin decir nada levanto la mano y con rapidez picó ligeramente el seno derecho de Akane.

La mujer saltó en seguida cubriéndose.

— ¡Auch! ¿Qué haces? Me dolió.

Su amiga sonrió comprensiva y le acarició el rostro.

—Preciosa, no tienes cáncer ni mucho menos.

— ¿Qué, de qué hablas? ¿Cómo lo sabes?

—Sí necesitas una prueba. Pero de embarazo.

Akane abrió los ojos como platos y se sonrojó por completo.

— ¡¿Qué?! Yo…

Miro hacia el piso y reflexionó, la noche de la pelea tuvo relaciones con Ranma, y no supo si utilizaron protección, es más, ni siquiera lo recordaba, estaban un poco golpeados pero la adrenalina de todo lo que había pasado fue más fuerte que ellos.

Eso ya tenía aproximadamente un mes, antes de eso tuvo alteraciones del ciclo pero lo atribuyó a que tenía relaciones con Ranma con mayor regularidad y era algo natural.

Trató de contar y según ella no estaría en riesgo, pero, tomando en consideración que su período no era exacto y su novio era quien llevaba las cuentas, además, que sin saberlo, ya tenía un retraso de diez días, pensó que era muy factible ahora que un embarazo fuera plausible.

Sonrió y los ojos se llenaron de lágrimas mientras acariciaba su vientre.

— ¿Ukyo sería posible?

—Tus pechos están sensibles, tienes sueño, vomitaste y tus ojitos se ven tristes y cristalinos, esa mirada indica algo.

— ¡Oh Ukyo!

—Perdona por preguntarlo… Si no quieres contestarme no lo hagas ¿No deseas tenerlo? Yo lo entendería, tu carrera…

—No, no es eso, estoy muy feliz, amo a Ranma pero todo ha sido muy rápido, creo que estamos mal de la cabeza Jajaja.

—Vamos tranquila cariño, todavía no estamos seguras ¿Será sorpresa para Ranma?

—Jajaja no claro que no, saliendo de aquí vamos por una prueba casera, si yo me muero de nervios él también.

—Bueno, por favor no dejes de contarme.

— ¡Chicas! Ya está la comida—Gritó desde el jardín el dueño de la casa mientras se escuchaba que Ranma buscaba platos y cubiertos en la cocina.

— ¡Sí ya vamos amor! ¿Estás bien cielo? Te acompañaré al baño.

—Gracias Ukyo.

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— ¿Te gustó la comida esposa mía? —Preguntó Ryoga a su mujer mientras agitaba el brazo diciéndole adiós a Rama y Akane que se alejaban en su auto por el boscoso camino.

—Estaba deliciosa. Gracias cielo.

—Te vi muy animada platicando con Akane.

—Ah sí ya sabes, cosas de mujeres.

—Me imagino… Por cierto, la próxima semana Ranma quiere que lo acompañe a ver autos convertibles, me parece que quiere cambiar este.

La hermosa mujer sonrió ampliamente.

—Um, no creo que pueda comprarlo.

— ¿Por qué lo dices?

—Porque en estos momentos Akane debe estarle diciendo a Ranma que vayan a una farmacia por una prueba casera ya que tiene sospechosas náuseas matutinas…

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— ¿Te divertiste cielo?

— ¿Eh? Ah… Sí, sí. Ellos son una familia preciosa…

—Oh sí. Pobre bebé tiene toda la cara de Ryoga.

— ¡Ranma!

—Aunque creo que se salva un poco por los ojos azules de su mamá.

— ¡Eres horrible!

—Jajajaja solo bromeo amor, ese bebé va a ser un rompe corazones.

—… Sí claro.

En cuanto Akane escuchó salir de los labios de su novio la palabra "Bebé" sintió un ligero escalofrío y su mente voló, miró a Ranma y él hablaba y hablaba algo… Un auto esto… Ryoga lo otro… Pero Akane no escuchaba nada.

Miró hacia el frente, perdida en el hermoso camino lleno de árboles pensando ¿Sería posible? Y si lo es ¿Qué pasa ahora? ¿Cómo lo tomaría Ranma? ¡Ella misma no sabía ni qué pensar o qué sentir! ¡Ay Dios! ¡Los golpes que ha recibido en su carrera! ¿Afectarían a su bebito? ¡No se lo perdonaría jamás! No, no y no, tendría que ir a la comisión… Comprar pañales… Ranma debe cargarlos…

— ¿Akane?

— ¡Eh! —Gritó exaltada.

—¿Estas… Bien?

—…Sí… Sí claro.

—¿Me escuchaste?

—Sí, sí.

—Entonces ¿El convertible te gustaría?

—… Convertible…Sí… ¡¿Convertible?!

—Sí, el convertible rojo que quiero, Ryoga va a acompañarme a revisar los detalles del motor y eso ¿Quieres ir a verlo?

Akane se quedó reflexionando en el asunto del auto, un convertible es pequeño, un convertible solo tiene espacio para los dos… Podría ser peligroso… No podrían llevar al bebé ahí…Un momento…

Entonces como si un meteorito le hubiera impactado la cabeza, entendió la locura del auto nuevo, y no supo porque pero se llenó de furia por completo y de calor por un sentimiento de protección que parecía inclusive ser irracional y primitivo.

— ¡Pero qué irresponsabilidad Ranma! ¡¿Cómo que un auto así?! ¡Definitivamente es una pésima idea, me niego a comprar eso!

El campeón la miró como si estuviera loca o como si tuviera dos cabezas en lugar de una, no entendía ni por un segundo de qué rayos hablaba su novia y por qué estaba roja hasta las orejas.

—Tengo la ligera impresión de que no te agrada la idea.

— ¡Por supuesto que no! ¿Qué acaso vamos a llevar al bebé amarrado al techo?

El auto se frenó de golpe y las llantas de repente chirriaron al momento de detenerse tan violentamente, una sacudida los hizo ir para adelante y regresar a su asiento. Akane comprendió la bomba que había soltado sin tener nada de tacto y en cuanto lo dijo se tapó la boca con ambas manos, miró a su novio en su máximo y completamente sorprendida de sí misma.

Él la miró con los ojos abiertos como platos y la boca hasta el suelo.

No hablaron por eternos minutos hasta que Ranma con movimientos de piedra quitó las manos de Los labios de su novia que seguían en la misma postura.

— ¿Cuál bebé? ¿Mi… Mi bebé? ¿Un bebé? Yo… Tú… Nosotros… Yo voy a…

—Yo… Es que… No lo sé con seguridad.

De pronto, Ranma entendió por completo la situación y le pareció lo peor del mundo lo que estaba pasando.

— ¡¿Pero cómo puedes ser tan irresponsable?! —Reclamó incrédulo.

— ¡¿Qué?!

— ¡No estás tomando vitaminas! ¡No hemos comprado ni un solo pañal! ¡No puedes dejar que tu marido haga estupideces! ¡Y un convertible es una pésima idea Akane! ¿Cómo se te ocurre?

— ¡El que quería comprar ese auto fuiste tú, bocón! Y ¡¿De qué marido estás hablando?! —Preguntó con genuina curiosidad, de pronto Ranma ya no era Ranma, era un desquiciado hombre que reclamaba cosas sin sentido.

— ¡¿Cómo que cual?! ¡Pues yo! Y lo del auto fue porque… Pues porque ¡No sabía que voy a ser papá! ¡Tú quieres dejarme como un mal padre!

— ¡¿De qué demonios estás hablando?! ¡Estás actuando como un demente!

— ¡Estoy hablando de que iremos por una camioneta! Mi bebé es la prioridad, de hecho, vamos ahora mismo… ¡Faltaba más! Haz una lista, iremos por todo ahora.

Akane lo miró encender el auto con fiereza instalada en la mirada y una absurda pero tierna convicción.

— ¡Jajajaja! No traemos una bolsa lo suficientemente grande para meter una camioneta, no es como si fueras a comprar fruta Jajajajaja—Akane inundó el auto con su diáfana risa y carcajadas llenas de vida —Espera, espera Jajaja esto es muy gracioso. Míranos amor.

Ranma entones quitó la llave del auto y cerró los ojos, comprendió la sarta de tonterías que estaba diciendo.

—Actué como un loco ¿Cierto? —Contestó ahora riendo con ganas y rompiendo toda la tensión del momento.

—No más que yo —Lo atrajo hacia sí y lo besó.

—Perdóname mi amor, no quise gritar.

—Yo te grité primero y ni siquiera te expliqué nada.

—No pasa nada cielo —Contestó mirándola con infinita ternura y después dirigió los ojos a su vientre.

— ¿Puedo? — Preguntó sonriendo y alzando la mano.

—Yo… No estoy segura amor, posiblemente no sea nada.

— ¿Entonces? Akane ¿Qué pasa cariño?

—Volví el estómago hoy en la mañana.

—Cielos.

—Desperté con calor y pensé que tenía fiebre.

— ¿Fiebre? —Preguntó asustado.

— Sí, no, no era nada pero fui al baño y tuve muchos ascos, yo… Yo pensé en ir a la comisión ya que recordé que el médico dijo que mi estómago quedó frágil por un golpe de Fei.

—Pues debemos ir y ¿Por qué no me dijiste? Necesitas una revisión cuanto antes.

—Oh bueno, es que iba a hacerlo pero solo fue eso, no he vuelto a vomitar y hablé con Ukyo.

— ¿Con Ukyo?

— ¡Sí! Es que yo ni siquiera pensaba en eso, y de repente me di cuenta que mis senos están sensibles y de verdad ya ni siquiera sé si tengo un retraso ni cuantos días podrían ser.

Ranma se quedó reflexionando un poco sobre las palabras de su novia, tenía mucho sentido el que hablara con Ukyo, a fin de cuentas ella ya había pasado por completo por eso, la miró con más detalle, recordó que había leído hace mucho tiempo y en algún lugar que las mujeres llegan a cambiar desde los primeros meses del embarazo y días atrás lo había notado un poco, esa mirada tan clara y limpia en su mujer, sí, tenía una hermosa piel y el cabello impecable pero ahora, había un brillo y una luz distinta, más bella y natural, esa mañana cuando la vio no fue la excepción, inclusive se lo dijo porque los cambios en ella eran palpables, tal vez esas cosas solo eran propias cuando se espera un ser humano.

—No nos cuidamos… —Contestó de pronto pensando y siguiendo el hilo de sus cavilaciones.

— ¡¿Qué?!

—La noche de la pelea, no nos cuidamos. —Aseguró.

—Sí, creo que fue esa vez. También lo pensé.

—Bueno, pues primeramente necesitamos estar seguros.

—Claro.

Ranma encendió el auto y arrancó en seguida.

— ¿Adónde vamos?

—Quería ir por una camioneta pero, lo mejor será que compremos una prueba de embarazo antes.

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— ¡Ya deja de tocar! No porque golpees la puerta cada tres segundos estará listo el resultado.

—No tocaría si me dejaras pasar.

— ¡Estoy en el baño!

— ¿Y qué? Te he visto desnuda.

— ¡Ya cállate Ranma!

— ¿Ahí sale si es niño o niña? —Preguntó malicioso, aunque de verdad estaba impaciente y más que deseoso de saber todo acerca de la maternidad y el bebé que para él era una seguridad que venía en camino.

— ¡Largo!

— ¡Cielos qué mal genio!, Ja y yo diciendo que es más hermosa…

En ese instante la puerta del sanitario se abrió.

Su novia salió de ahí con un plástico alargado en la mano y una cara imposible de descifrar.

— ¿Y… Y bien? —Preguntó esperanzado.

—Tenemos que esperar dos minutos.

—…Bueno ¿Nos sentamos? ¿Quieres algo?

—No cielo, estoy bien gracias.

— ¿Ya son dos minutos?

—No.

— ¿Y ahora?

— ¡No!

—… ¿Ya?

— ¡Que no Ranma! Deja de ser cabezota.

— ¡Oye! Me gusta ser cabezota, si no lo hubiera sido no estarías conmigo.

Akane rodó los ojos y después lo miró.

— Debimos ir a mi casa, así no estarías tan inquieto, pareces un crío.

Bajó los ojos al plástico mientras Akane veía algo sin ver nada en la pared, y entonces, sonrió engreído y orgulloso poniéndose de pie.

—…Pues este crío te embarazó. Mira.

Al escucharlo un escalofrío recorrió su columna, los ojos estaban a punto de saltarse de sus cuencas, en seguida buscó el rostro de su novio que reía como un tonto mientras ella estaba de piedra y con los pelos de punta. Tembló de repente ante lo que dijo. Siguió mirándolo, negándose a posar los ojos en el plástico que sostenía.

— ¡¿Qué?! —Contestó sin aliento, la cara enrojecida y respirando con dificultad.

Ranma asintió, emitiendo una risita rebosante de alegría, con las mejillas encendidas y el brillo como el sol de mediodía en sus hermosos ojos azules mientras Akane estaba estupefacta lo veía sin saber quién era ese hombre que sonreía como un tonto, no, con total orgullo y el pecho colmado de felicidad.

Se lanzó a ella y la abrazó llenándola de besos y enseguida se hincó en la alfombra y puso el oído en el vientre de su mujer.

— ¡Hola! ¡Hola mi vida! Soy yo, soy tu papá —Habló dulcemente al ser que diminuto se iba formando apenas en el vientre de su adorada madre.

Se separó ligeramente de ella y besó donde segundos antes estaba recargado.

—Te besaré siempre, bebé —Prometió.

Akane quien hasta ese momento estaba en completo pánico comenzó a relajarse sintiendo la calidez de su novio, de nuevo su mente divagó pasando por su cabeza miles de imágenes sin orden, ella con una pancita de meses, ella vomitando y Ranma comiendo, ella anunciándolo a su padre, Ranma comprando juguetes y ropa, su padre llorando por cargar a su nieto, blanquinegra ayudando a caminar al bebé, Ranma sosteniendo su mano en un parto doloroso…

Entonces escuchó suspiros y calor en su vientre, su cabeza regresó al departamento de su novio y bajó la vista por fin.

— ¿Ran… Ranma?

Él levantó el rostro con diamantes en sus charcos de mar y Akane entendió que nunca tuvo por qué sentir miedo, ese hombre era maravilloso ¿Qué había hecho bien para que se fijara en ella? ¿Para que la quisiera tanto y la hiciera sentir que era la criatura más valiosa que existía? Lo acarició con infinita ternura revolviéndole el cabello, ojalá su bebé tuviera esos ojos y ese cabello.

—Gracias —Susurró.

El corazón se le desbocó cuando lo escuchó completamente conmovido por la noticia, la miraba con el alma, él estaba tan feliz y sin un solo resquicio de miedo que de pronto y por esos instantes el mundo se volvió un mejor lugar, en esos momentos todo estaba bien y en su sitio, se amaban y esperaban un bebé, sonrió con la esperanza de que la vida se abrió paso justo cuando necesitaban materializar ese inmenso amor que comenzó con simple y sencillamente un bendito malentendido.

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¡Muchas gracias por acompañarnos!

¡Felices lecturas!