Ladies and Gentlemen!
¿Salida de amigos o cita romántica? No importa como lo llamen, si están juntos, es lo único que realmente importa.
It's showtime!
Aclaración: Ranma 1/2 no me pertenece. Es propiedad de Rumiko Takahashi. Yo solamente pido prestado sus personajes para poder escribir mis historias que se podrán leer a continuación.
Aclaración: Con estas historias no estoy cobrando por ninguna ganancia o regalía. Solo escribo para el entretenimiento de todo público pidiendo permisos al autor. Cualquier aclaración, pueden escribir en los comentarios su opinión al respecto.
Aclaración: Recuerden que esta historia es un fanfic, historias ficticias escritas de fans para fans, algunas cosas pueden cambiar y otras más se pueden agregar. No siempre los personajes contienen las mismas personalidades. Por favor, si no les gusta, abstenerse de comentarios ofensivos y/o negativos.
Día 3: Cita romántica
¿Cuál era el significado de una cita romántica?
Para la gente normal, estar en una cita tiene que implicar flores, chocolates y pequeños detalles para regalar que le hace recordar al otro. Caminar tomados de la mano en un lugar tan hermoso y especial que serían capaces de hacerlos suspirar por ese dulce amor que son capaces de sentir. Aquel ambiente tan romántico que es capaz de apreciar a simple vista como la dulce miel derrochada por dos personas que se aman demasiado. Un cielo despejado, un atardecer naranja o un cielo nocturno, no importaba en que momento se encontraban, solo pedían no separarse aún, deseaban que fuera eterno. Aquellos tiernos abrazos sorpresivos que robaba gritos de emoción y corazones acelerados, aquellas suaves risas tan contagiosas como esos tímidos besos en las mejillas que al seguir ese dulce impulso, es que sus labios se pegaban en un dulce momento mágico que sería imposible de olvidar.
Se supone que eso debe significar una cita romántica al lado de la persona que acelera tu corazón y que roba tus suspiros.
Se supone.
Pero quizá, esta no sea una cita romántica.
Porque para Ranma y Akane.
Ellos son personas pero normales, digamos que no lo son.
La palabra "cita" no existe para ellos. Sólo existe la palabra "salida de amigos" cuando quieren ir a un lugar para poder estar "tranquilos". Aunque sabemos muy bien que toda esa tranquilidad se esfuma cuando hay terceras personas que los interrumpen y arruinan todo momento que pueden llegar a tener.
Estaban cansados de decirles que eso no era una cita que mejor decían que era una salida. No sabían si les creían o no pero ya estaban cansados de las constantes interrupciones. Que había veces en las que tenían que invitarlos aunque eso significaba destruir cada lugar a donde iban.
Por eso no podían mencionar la palabra "cita".
Para Ranma y Akane una "salida de amigos" tenía otro significado.
Una "salida" podía significar dar una vuelta por algún lugar y pelear por ser el mejor, tratar de conseguir el mejor premio para poder presumirlo en la cara del otro. Y aunque al final era Ranma quien ganaba un merecido golpe en la cabeza por no poder controlar ese estúpido orgullo que se cargaba, era Akane quien no podía quejarse por aquel gran regalo que este siempre le daba porque lo creía "innecesario" para un chico tan fuerte como él.
Si, eso era lo que significaba para ellos tener una "salida de amigos" que no tenía porque ser confundido con una "cita romantica", para ambos jóvenes, no significaba nada de eso.
Ni mucho menos todos aquellos regalos que Akane guardaba celosa en su cuarto como todas aquellas fotos que pega en su muro junto con una pequeña nota con fecha, ubicación y el regalo que Ranma le dio en ese momento. Todos los lugares a donde habían ido, todos los momentos que tuvieron en ese entonces como los regalos que mostraba como trofeos en su cuarto.
No, eso no significaba nada.
Eso no era una "cita romantica".
Mucho menos, que la misma chica no puede evitar suspirar y soltar pequeñas risitas en el momento que sus ojos chocan con aquellas fotografías que toca a las mismas con mucho cuidado por los tantos recuerdos que puede guardar. Porque mientras ella en aquellas fotos se encuentra abrazando aquellos regalos, Ranma se encontraba tirado en el piso mientras es rodeado de muchas chicas molestas por no haber recibido un regalo tan grande como el que siempre le da a Akane.
Claro, eso a la hija menor de los Tendou le daba un poco de celos que nunca iba a reconocer pero ver al único hijo de los Saotome entre todas ellas, no podía evitar molestarse por no ser tan bonita como ellas.
Pero.
¿Acaso eso importaba?
No para Akane.
A pesar de que siempre perdía y no lograba sacar el regalo más grande, era Ranma el que siempre se burlaba de ella.
Pero no siempre fue así.
Se perdió en sus pensamientos con tanto recuerdo que se encontraba en su habitación.
Porque cuando Akane se iba derrotada, era detenida por el chico que le daba aquel regalo que a ella le gustó desde un principio. La chica no podía evitar quedarse con los ojos abiertos y las mejillas rojas pero podía asegurar que en el momento que tomaba aquel regalo, Ranma desviaba la mirada y el sonrojo que intentaba esconder, era mucho más grande de lo que pudo imaginar.
--Espero que no te estés burlando de mi, Ranma
--Me canse de verte intentarlo que yo a la primera lo saque --Ranma se bufaba.-- Pero no lo necesito así que mejor te lo doy a ti
Era lo que siempre le decía.
Era el motivo por el que antes de que rompan aquel regalo, Akane prefería tomar el regalo, antes de que lo destruyan, mientras ve a Ranma en el piso siendo "castigado" por todas las chicas al ver que fue a ella quien le daba el regalo y no alguna de ellas.
Pero Akane sabía que a la primera no fue.
Hubo una vez de todas aquellas "salidas de amigos" en donde lo descubrió intentarlo varias veces que cuando creía que se iba a rendir, fue en el momento cuando saco el premio mayor. La chica no pudo evitar quedarse mirando en ese momento al ver cierto sonrojo en el rostro del chico como la suave forma en que tomaba aquel regalo para empezar su búsqueda y dárselo únicamente a ella. Trataba de evitar cualquier contacto con demás personas hasta llegar con ella.
El corazón de Akane golpeaba su pecho con fuerza, aquellas mejillas rojas eran imposible de esconder como ese cosquilleo que sentía en la yema de los dedos cuando sus dedos se rozan.
Cuando no pudo resistir aquella curiosidad, le preguntó en una de aquellas veces que regresaban a casa y ella volvía a tener sus manos ocupadas aquel gran oso de peluche que está vez había conseguido Ranma.
--¿Y porque no les das todos estos regalos a tus seguidoras? --Comentaba Akane con cierta molestia pero abrazando con fuerza aquel detalle.-- Ellas siempre se quejan de que nunca les regalas nada
--Ellas no me interesan --Hablo Ranma mientras alzaba los hombros con cierta indiferencia.-- Además, te escuche mencionar que querías el regalo más grande de este lugar y que no te lo lleves, es molesto
Y una vez más, el corazón de Akane golpeaba su pecho.
¿Siempre le había escuchado?
Pensó que solo hacía oídos sordos, cada que se acercaba con una revista para enseñarle, normalmente la ignoraba.
Pero ahora.
¿Realmente le prestaba atención?
Prefirio esconder su rostro en su peluche en lugar de escucharlo más.
Regresando a la actualidad.
Aquel gran oso de peluche que recibió de Ranma aquel día, no puede dormir sin él. Pues es lo que más abraza en las noches y que al despertar, no puede evitar tener una sonrisa en su rostro. Trataba de tener mucho cuidado con el mismo que era demasiado celosa cuando alguien quiere tocarlo.
Era su tesoro más preciado.
Alzo el rostro y se fijo en su habitación.
Una gran sonrisa apareció en su rostro, sus mejillas se sentían calientes, el suave golpeteo de su corazón le hacía recordar que se encontraba viva. Sus sentidos se nublaban con todo lo que le rodeaba que se sentía entre sueños.
Trataba de acomodar con mucho cuidado cada regalo, cada recuerdo de aquellas "salidas de amigos" que para nada se debía comparar con las "citas" que las personas normales tienen.
Porque Ranma y Akane, no eran personas normales.
Quizá, aún tardarían para saber que son. Quizá, sus sentimientos aún no son lo suficientemente fuertes como para darles un merecido golpe y hacerlos abrir los ojos.
Pero personas normales, no lo eran.
Solo eran Ranma y Akane.
Y aunque eran lentos.
Se encargaban de tomar su tiempo.
Justo como en ese momento.
Akane no pudo evitar sonreír en el momento que en una página de la revista, se encontraba el aviso de una nueva atracción que llegaría a la ciudad. Los ojos de la chica, brillaron en ese momento cuando vio el regalo que quería de ese lugar que ni tarde ni perezosa, salió de su cuarto y corrió al cuarto de descanso donde se encontraba Ranma, el cual, fue el primero en verla entrar y observar con atención la revista cuando la chica la puso sobre la mesa.
--¡Mira, Ranma! --Sonrió la chica.-- Sería genial ir el próximo fin de semana --Akane señalo el gran regalo de esa ocasión.-- Trataré de conseguir este
--Eso ya lo veremos --Ranma se burlo en ese momento pero sin alejar su vista de aquella revista.-- Pero no salgas llorando cuando no logres obtenerlo
--No lo haré --Akane sonrío.-- Es imposible llorar cuando el regalo siempre llega a mis manos --Ambos jóvenes se miraron.-- ¿Podrías acompañarme el fin de semana? ¡Di que si! ¡Por favor!
--Si no tengo de otra
Akane sonrío mientras Ranma le había quitado la revista y miraba el contenido de la misma. Sin quitar su dedo del apartado donde se mostraba el regalo que ella quería en esa ocasión.
No importaba que por el momento fuera una "salida de amigos" porque mientras sean solo ellos dos, las personas que los molestan, no eran importantes.
¡Muchas gracias por leer!
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Atte.: AnZuZu Dragneel
Fecha: Miércoles 26 de Julio de 2023